Yeah! Felices Pascuas a todos! Iba a subir este capítulo hoy a la madrugada como siempre, pero había un problema con los benditos documentos, y me decía que estaban en blanco. Así que ahora que la página se dignó a funcionar lo subo y espero que les guste, porque fue uno de los más difíciles de escribir!

Tuve que hacer investigación sobre medicina (van a saber por qué al final de capítulo) y hasta sobre la arcilla, jaja. Así que espero que este capítulo les guste, no como a mí...sigh

En fin, gracias a todos por ser tan comprensivos! Los adoro. (guiño guiño, codo codo) Regálenme unos reviews

Disclaimer: Masashi Kishimoto me desea felices pascuas y me pide que me resigne a comprar su manga.


Neo Sannins

Enemigos y confrontación


Con las primeras luces del día asomándose entre las nubes, y sin tener éxito en la búsqueda del pergamino, Kakashi decidió que ya era hora de encontrarse con sus alumnos en el punto acordado, y se dirigió hacia el lugar, con la esperanza de que su búsqueda no hayan tenido el mismo desenlace.

Esperó por unos minutos detrás del arbusto en el que se habían escondido la noche anterior, pero aceptando que los jóvenes no se aparecerían por el lugar pronto, decidió ir a buscarlos él mismo. Observó sus alrededores para asegurarse de que estaba solo, y caminó hacia la cueva.

Le sorprendió un poco el descenso de temperatura que se produjo al entrar, pero era un jounin de elite, y ya estaba acostumbrado a esas cosas. Mientras se adentraba más y más, la tenue luz del día iba desvaneciéndose, y la cueva se estrechaba. Siguió avanzando sin distinguir otros cambios, hasta que llegó a un trecho en el que las paredes estaban abarrotadas de kunais. Decidió que era mejor no saltar a conclusiones apresuradas, y continuó caminando, pero lo que vio después de unos minutos no dejaba lugar a dudas. Dos grandes shurikens yacían en el suelo, un charco de sangre empapándolos. Todas las sensaciones de inquietud que había estado embotellando salieron a flote en ese instante. Aceleró el ritmo de la marcha casi inconscientemente.

-¿Dónde demonios estarán?- se preguntó tratando de mantener la calma y de pensar racionalmente. Si algo malo les hubiera ocurrido, se habrían quedado en el lugar, pero por lo visto siguieron avanzando. Eso era alentador. Después de otros cinco minutos de recorrido, que le habían parecido horas, se encontró con algo bastante inesperado. Oh, si hubiera traído una cámara fotográfica consigo no se habrían salvado. Sonrió debajo de su máscara ante la peculiar escena. Naruto, Sasuke y Sakura durmiendo juntos contra una pared, no era algo que se viera todos los días. Activó su sharingan para guardar esta escena en su memoria. El jinchuriki tenía la cabeza apoyada sobre el hombro del Uchiha, babeando sobre él. Sasuke dormía cabizbajo, con un brazo alrededor de los hombros de Sakura, que a su vez apoyaba su cabeza en el pecho del joven.

-Qué ternura- comentó con un deje de sarcasmo, lo suficientemente alto como para despertarlos. Sasuke fue el primero en reaccionar.

-¡Dobe!- gruñó, sacudiéndose al rubio de encima. -Deja . de babear . sobre mí- Sakura abrió los ojos con reticencia, pero al notar la posición en la que se encontraba, casi da un respingo. Sasuke retiró su brazo de sus hombros para golpear al rubio, que todavía no reaccionaba.

-¡Está bien Teme!- exclamó parándose de un salto. -Si te despiertas así todas las mañanas compadezco a Sakura-chan- agregó por lo bajo.

-¡Naruto!- esta vez fue Sakura quien golpeó al rubio con fuerza.

No es que la escena no fuera entretenida, pero Kakashi tenía asuntos más importantes en la mente. -¿Tienen el pergamino?- preguntó finalmente, interrumpiendo la "discusión" de sus alumnos.

-Hai- respondió Sakura -Está en mi bolso.

-Entonces debemos marcharnos cuanto antes- dijo. -No sabemos si habrá más trampas en la cueva- Los jóvenes asintieron, y los cuatro comenzaron a caminar hacia la salida.

En el momento que pusieron un pie fuera de la cueva, la luz y el calor, aunque no en grandes cantidades, volvieron a sus entumecidos cuerpos. Observaron detenidamente sus alrededores, para comprobar que no había enemigos a la vista, y comenzaron a avanzar por el bosque, impulsándose de rama en rama por medio de chakra.

Kami realmente parecía haberse apiadado de sus seres, porque todo el camino de regreso fue extrañamente tranquilo. Uno creería que el Tsuchikage tomaría alguna medida de seguridad y colocaría a un escuadrón de ninjas para vigilar la cueva, pero aparentemente no todos pensaban de la misma manera, y sinceramente, nadie se estaba quejando, pero Sasuke encontraba la situación demasiado absurda para ser real. Se trataba de una misión clase B por algo, y simplemente no podía ser tan fácil, aunque tenía que admitir que la cueva les había causado más de un problema.

Cuando comenzaban a pensar que tenían un tranquilo viaje de regreso por delante, oyeron un ruido extraño amortiguado por el murmullo de las hojas mecidas por el viento.

Instintivamente, los ninjas tomaron sus kunais, y escanearon la zona para ver de donde provenía el sonido.

-¿A dónde creen que van?- se escuchó a una voz, haciendo eco en medio del silencio.

-Sal de ahí, puedo verte- dijo Sasuke tranquilamente. Kakashi asintió, y los otros los observaron sorprendidos.

En una fracción de segundo, un hombre corpulento de mediana estatura apareció ante sus ojos. Llevaba un Hitei ate de la Aldea de la Roca, y un saco que parecía pesado en su espalda.

-Oh, quizás pueda divertirme hoy- dijo en un tono irónico, observándolos despectivamente.

-¿Tú y quién más?- saltó Naruto, confiado.

-Y nosotros- Súbitamente dos ninjas más jóvenes aparecieron al lado del primero, ambos de la Aldea de la Roca. Uno de ellos era una kunoichi, bastante alta y con un largo cabello castaño que llegaba a su cintura, el otro era un shinobi bajito y desgarbado, tanto que parecía frágil al tacto.

-¿Qué es lo que quieren?- preguntó Sakura, adoptando una posición defensiva. Los otros hicieron lo mismo.

-¿No es obvio linda?- soltó el mayor, sonriendo burlonamente. -Queremos el pergamino.

-Sí- dijo el otro shinobi, observándolos con detenimiento -¿Quién de ustedes lo tiene?- Kakashi, viendo que Sakura iba a abrir la boca, la interrumpió antes de que pudiera contestar. -Yo lo tengo- respondió fríamente. -¿Quién vendrá por él?- agregó, esperando que hicieran el primer movimiento.

La kunoichi alcanzó el bolso que cargaba en la espalda para sacar algo, pero el mayor la detuvo.

-Yo me encargo de él- anunció. -Mariko, Tsukiko, ustedes encárguense de los otros.

-Como tu digas, Youta- respondió derrotada Mariko, acercándose con expresión amenazadora hacia Sakura. -Aunque se ve muy fácil- se quejó, observándola con desdén. Sakura sonrió con malicia. -Eso está por verse- replicó, y tomó unos kunais de improvisto, lanzándolos con fuerza hacia la kunoichi.

Mientras Kakashi y Sakura peleaban, Sasuke y Naruto aún estaban envueltos en una batalla de miradas con Tsukiko, esperando que alguien diera inicio al combate.

-Parecen fuertes para ser tan jóvenes- comenzó, fingiendo interés. -¿Acaso ya son jounins como yo?- preguntó sonriendo con suficiencia.

-Eso no es de tu incumbencia- respondió Sasuke fríamente.

-¡Sí!-exclamó Naruto. -Aún si fuéramos genins, te venceríamos igual.-Sasuke tuvo que suprimir las ganas de golpearse la frente con ese comentario, y echó un pequeño vistazo a Kakashi y a Sakura, que parecían estar arreglándoselas bien por el momento.

-¿Estás tan seguro?- preguntó Tsukiko, haciendo una serie de señas con las manos a gran velocidad.

En cuestión de segundos, dos clones aparecieron a su lado, y se abalanzaron contra ellos. Su fuerza no era algo normal, eran demasiado macizos para ser bunshins ordinarios. Naruto y Sasuke comenzaron a esquivarlos con rápidos movimientos de Taijutsu, y cuando finalmente lograron conectar sus puños con los clones, se produjeron dos grandes explosiones que los tomaron completamente por sorpresa.

Sakura se distrajo un momento de su pelea con Mariko, tratando de distinguir a sus compañeros entre el humo que flotaba sobre la zona, y la kunoichi de la Roca aprovechó esa oportunidad para darle una fuerte patada reforzada con chakra en el estómago que la envió volando hacia un árbol.

-¡Argh!- la espalda de Sakura golpeó de lleno el tronco del árbol, y cayó al suelo con fuerza. Estaba segura de que se había roto algunas costillas por la fuerza de la patada.

-No te distraigas niña- escupió Mariko con desdén, sonriendo burlonamente al ver como Sakura intentaba levantarse en vano.

Sakura le devolvió la sonrisa, y Mariko la observó confundida. En ese momento la pelirrosa estrelló su puño contra el suelo con fuerza, y cientos de escombros volaron por los aires mientras una grieta recorría el suelo peligrosamente. Mariko intentó esquivarla, pero no lo hizo a tiempo y su pie quedó atorado en la grieta.

-¡Perra!- gruñó mientras trataba en vano de desatorar su pie.


Mientras Sasuke y Naruto recuperaban la vista una vez que el humo se había disipado, Kakashi seguía sumido en su combate con Youta. El shinobi había creado un dragón de piedra haciendo unas señas muy complicadas, pero Kakashi tenía su sharingan activado y las había imitado, haciendo que ambas invocaciones se estrellaran la una contra la otra y terminaran en una pila de escombros.

-¡Chidori!


-¿Qué les pareció eso?- Tsukiko sonría con orgullo al ver como los dos shinobis tosían en medio del humo disipante. Sin previo aviso, hizo aparecer cinco clones más, que permanecieron a su lado.

-¿Qué son estas cosas?-gruñó Naruto.

-¿A qué te refieres?-preguntó el shinobi fingiendo ignorancia.

-Esos no son bunshins comunes- intervino Sasuke harto de sus juegos. No era una pregunta, era una afirmación.

-Por supuesto que no lo son- corroboró el otro, aún con esa expresión presumida en su rostro. -Son bunshins de arcilla, la técnica secreta de la Aldea. No importan cuanto lo intenten, no podrán tocarlos sin hacerlos explotar, ya que yo los controlo a mi voluntad por medio de chakra.

-Demonios- Sasuke y Naruto se habían enfrentado en ocasiones previas a otro ninja de la Roca, Deidara de Akatsuki, pero sus técnicas con la arcilla eran totalmente diferentes.

-Naruto- llamó Sasuke dirigiéndole una mirada severa. -Ya se como derrotarlos.

-¿Qué?

-Ya entenderás cuando lo veas- dijo Sasuke sonriendo maliciosamente. Tsukiko lo miró desorientado tratando de seguir con la vista las señas casi imposibles de reconocer.

-¡Katon, Gökakyö no Jutsu!-Sasuke exhaló una gran bola de fuego, y en cuestión de segundos, todo a su alrededor ardía en llamas.

-¿Qué piensas hacer con esto Sasuke?- preguntó Naruto que aún no entendía lo que debía pasar.

-La arcilla a gran temperatura se endurece- respondió Kakashi que había salido de la nada, con algunos rasguños en su cuerpo. -Bien pensado Sasuke.

El aludido asintió, y cuando las llamas se disiparon, observó complacido que los clones estaban petrificados. Ahora solo quedaban dos, Mariko y Tsukiko.


-Puedo enterrarte hasta el cuello de la misma manera- sentenció Sakura aún desde el suelo. Mariko apretó los puños con fuerza, y la miró con todo el odio que podía manejar en sus ojos.

-No te hagas la lista conmigo, esto no está terminado- escupió amenazadoramente, y sacó algo del bolso que cargaba en la espalda. Sakura aún la miraba ferozmente, pero en el fondo sabía que estaba en problemas, después de todo, no podía moverse por el punzante dolor en sus costillas y su espalda.

Mariko colocó un pergamino contra el suelo y presionó una de sus manos en él. Sakura observó con horror como cientos de pequeños escorpiones brotaban del lienzo y se acercaban rápidamente hacia ella. Ninguno de sus jutsus le servirían en este momento. Ella era especialista en combate cuerpo a cuerpo, y no manejaba ataques de amplio rango de distancia.

Los escorpiones comenzaron a lanzar senbons(1) por sus aguijones, y Sakura se resignó a recibir los impactos, pero en una fracción de segundo, Sasuke apareció frente a ella y desvió las agujas con un movimiento de su Kusanagi. Esto tomó por sorpresa a Mariko, que no notó la presencia de Kakashi cuando se acercó por detrás y la noqueó con un golpe en la nuca. Los escorpiones se desvanecieron como polvo, y Sakura soltó el aire que estaba conteniendo involuntariamente.

-¡Ya lo até también!- gritó Naruto del otro lado, mientras reforzaba el nudo en la cuerda que sujetaba a un inconsciente Tsukiko contra un árbol. Kakashi asintió, tomó el cuerpo de Mariko con firmeza, y la llevó junto a sus compañeros de equipo. -Sasuke, ayuda a Sakura a levantarse- ordenó el jounin mientras ataba a la kunoichi junto a Tsukiko.

Sasuke no discutió y caminó hacia donde se encontraba Sakura, que estaba emanando chakra verde sobre su abdomen, con una mueca de dolor en su rostro.

Al ver que Sasuke se acercaba frunciendo el ceño, esbozó rápidamente una sonrisa tranquilizadora.

-¿Estás herido?-preguntó, tratando de ignorar la molesta sensación que le causaban sus costillas rotas. Sasuke negó con la cabeza y esperó en silencio a que Sakura terminara. Cuando el flujo de chakra cesó, el Uchiha estiró su brazo hacia la kunoichi, que lo observó sorprendida por unos instantes pero finalmente tomó la mano agradecida.

-Arigato- dijo una vez que había conseguido levantarse, y caminó hacia Kakashi y Naruto para ver si estaban heridos. En ese momento, y vigilando que nadie lo viera, Sasuke levantó un poco el dobladillo de su pantalón en su pierna derecha, y notó la hinchazón que se estaba formando en el lugar que la aguja había alcanzado. Decidió callarse la boca y seguir como si nada hubiera ocurrido. No necesitaba que nadie se preocupara por él, de cualquier manera iría al hospital una vez que llegaran a Konoha. Además, si Sakura se enteraba intentaría curarlo, y no le quedaría suficiente chakra para curar al resto del equipo si algo ocurría. -Lo que perjudicaría la misión, que es lo más importante- se repitió en su mente, satisfecho con la justificación de su repentina preocupación.

Una vez que Sakura había curado las pequeñas heridas que habían recibido Naruto y Kakashi, se dispusieron a viajar nuevamente por el espeso bosque que delimitaba el País de la Tierra con la Aldea oculta entre la Hierba, avanzando ya sin tanta prisa de rama en rama, y perdiéndose entre las copas negras de los árboles.


Llevaban más de dos horas recorriendo la frontera, y Sasuke ya estaba sintiendo los efectos de su herida. Por suerte los demás no iban tan rápido, por lo que pudo disminuir su velocidad sin que lo notaran. -¿Tanto por una simple infección?-se preguntó mientras trataba de equiparar el ritmo del equipo. Su visión se estaba tornando doble, y sentía un fuerte dolor en el abdomen y en la cabeza. No supo porqué se había empezado a sentir tan mareado de repente cuando perdió el balance en sus piernas.

Satura escuchó un ruido por detrás y volteó para ver a Sasuke apunto de caer de la rama.

-¡Sasuke-kun!-exclamó tomándolo por los hombros y llevándolo con ella al suelo. Naruto y Kakashi descendieron intercambiando miradas de desconcierto y preocupación. Sasuke estaba apoyado sobre sus manos y sus rodillas, y respiraba con agitación, con una mueca de dolor y confusión en su rostro. ¿Qué demonios le estaba sucediendo?

Sakura intentó colocar una mano sobre el hombro del Uchiha, pero Sasuke se la sacó de encima como si le quemara.

-Estoy bien- dijo fríamente, e intentó levantarse, siendo "intentó" la palabra clave.

-Ya lo veo- replicó la pelirrosa sarcásticamente. Viendo que su orgulloso ser le impediría a Sasuke decir una palabra, mandó a Naruto a buscar agua, y Kakashi, entendiendo la indirecta, se ofreció a acompañarlo.

-Sasuke, ahora que estamos solos me puedes decir lo que sabes- intentó Sakura nuevamente.

-No se de que hablas- respondió el Uchiha cortantemente, aunque su tono de voz no era tan duro como lo deseaba. Sakura lo miró con incredulidad. –Sasuke, quizás sea algo grave, debes decirme- insistió preocupada.

Sasuke levantó la cabeza ligeramente, y Sakura notó que su rostro estaba excesivamente pálido y sus labios azules. Repentinamente perdió el equilibrio y la pelirrosa lo sostuvo antes de que cayera de bruces al suelo.

-¡Sasuke-kun!- exclamó recostándolo con cuidado sobre su lado izquierdo. Sasuke aún respiraba con agitación, y el mareo y los labios azules eran claros síntomas de envenenamiento. Debía encontrar la causa rápido. Comenzó a buscar alguna indicación de lo que estaba sucediendo, pero no había nada a la vista. Tomó sus brazos y revisó frenéticamente, sus dedos, su rostro...no había nada.

-Mi pierna derecha- masculló Sasuke, apretando los dientes por el dolor.

Inmediatamente se movió hasta sus pies, y levantó la tela de su pantalón un poco. –Oh, no- murmuró al ver la horrible hinchazón que tenía en su pierna derecha. La piel en la zona estaba casi verdosa, y lucía realmente mal.

En ese momento Naruto y Kakashi regresaron con el agua, pero pararon en seco ante la escena con la que se encontraron.

-¿Qué demonios sucedió?- preguntó Naruto alarmado, corriendo hacia donde se encontraba su amigo. Kakashi también se acercó, y colocó una mano sobre el hombro de Sakura, que estaba temblando ligeramente.

-Envenenamiento- fue todo lo que la kunoichi logró musitar.

-¿Hay algo que podamos hacer?-preguntó Kakashi aparentemente calmado.

-No se de qué tipo de veneno se trata- explicó Sakura. –Hay una planta capaz de neutralizar cualquier tipo de veneno temporalmente. Debería resistir hasta que lleguemos a Konoha.

-¿Dónde la podemos conseguir?- inquirió Naruto impaciente.

-Ese es el problema- comenzó la pelirrosa resignada. –No creo que la podamos encontrar en un lugar como este. Debemos marcharnos a Konoha ya mismo y esperar que...

-¿¡Esperar!?- l interrumpió Naruto indignado. -Yo iré a buscar la maldita planta, solo dime cómo es- Sakura lo observó sorprendida por unos segundos, pero finalmente cedió ante la terquedad de su compañero. No podía decirle que no en ese estado. -Sus hojas son rojizas, tiene apariencia de arbusto y espinas en sus ramas. Crece cerca de ambientes acuáticos.

-De acuerdo Sakura-chan, la buscaré como sea, y si no la encuentro llevaré a Sasuke yo mismo a Konoha.

-Yo lo acompañaré- intervino Kakashi, dejando el agua que traían a un lado. -Sakura, asegúrate de que Sasuke esté bien.

-Hai- respondió Sakura con un nuevo aire de determinación.

Naruto y Kakashi se marcharon enseguida, y Sakura se quedó allí, sintiéndose un poco inservible. Supuso que por lo menos podía ayudar a aliviar el dolor de cabeza, comenzó a concentrar chakra en sus palmas con precisión -Tu respiración está agitada- comentó más para sí misma que para él, recorriendo su mano por el rostro tenso del joven. -Y tienes mucha fiebre...- La pelirrosa colocó su mano su frente, y lo observó con una mezcla de enojo y preocupación. Sasuke frunció el ceño confundido. -Eres un idiota- murmuró finalmente. El Uchiha se habría sentido ofendido por el calificativo, si no hubiera visto las lágrimas que amenazaban con caer de los ojos jade de la pelirrosa. Sintió una presión horrible en su pecho, algo que le sucedía cada vez que la veía llorar, pero lo atribuyó convenientemente al envenenamiento.

-¿Por qué no me lo dijiste antes?- preguntó Sakura con voz ligeramente temblorosa.

-¿Por qué se preocupan tanto?- soltó Sasuke sin pensar, tratando de ignorar las náuseas y el mareo que tenía en ese momento. La pregunta tomó por sorpresa a Sakura, que permaneció en silencio unos segundos.

-Porque somos tus amigos- respondió simplemente. Sasuke estaba apunto de abrir la boca para replicar, pero Sakura lo interrumpió antes de que emitiera sonido alguno. -Y la otra razón te la dije cuando te marchaste a Oto...

-Hmph- Sasuke fingió que no había escuchado eso, y cerró los ojos tratando de apartar esa molesta voz en su cabeza que repetía constantemente la palabra amigos.


Sangre. Sangre que bañaba los cuerpos sin vida de sus compañeros.

Esto no podía estar sucediendo¡no debía estar sucediendo! Escuchó pasos acercándose. Lentamente levantó la vista del suelo. Una figura encapuchada lo observaba con una mueca desdeñosa en su rostro.

-¡No puedes estar aquí!- gruñó Sasuke con un deje de desesperación en su voz. -¡Te maté con mis propias manos!-

-Creo que me estás confundiendo con alguien más- dijo con una expresión divertida en su rostro.

-¿Quién eres?- preguntó el joven, su voz temblando un poco. La figura comenzo a retirar la tela que cubría su rostro.

-Tu nuevo amo.


Se despertó sobresaltado, gotas de sudor frío resbalaban por su frente, y sentía como si un ácido recorriera sus venas y lo quemara por dentro.

-Sasuke-kun ¿estás...?- No tuvo tiempo de terminar la pregunta, cuando Sasuke se apoyó sobre sus manos y rodillas y comenzó a vomitar. Sakura se colocó a su lado y retiró un poco de cabello de su rostro con una mano, mientras con la otra lo sostenía firmemente por los hombros. Una vez que el vomito había cesado, Sakura se dispuso a buscar el agua para limpiar el rostro del joven, pero Sasuke la sujetó con fuerza por la muñeca, impidiéndole moverse.

-No te vayas- murmuró, aún sin soltarla. Sakura lo observó desconcertada, pero finalmente se sentó junto a él, y apoyó su cabeza contra su pecho, acariciando su cabello. Al principió Sasuke estaba muy tenso, no era fanático del contacto físico. Cerró sus ojos, pero sentía demasiado dolor como para conciliar el sueño. Su mente comenzó a reproducir la frase que Sakura le había dicho momentos antes. "Somos amigos"

Desde el día de la masacre de su clan, la vida como la conocía había sido destruida. Nunca hablaba con sus compañeros en la academia, mucho menos jugaba como los demás niños, sólo se alejaba. Había construido una barrera que impedía que la gente se le acercara. No quería tener amigos. Se había prometido no tenerlos, porque eso sólo le significaría más dolor cuando los perdiese como a su familia. Sin embargo, esa barrera se había comenzado a desmoronar, lenta pero eficazmente, desde el momento en que había conocido a Naruto, Sakura y Kakashi. Su promesa se había roto.

Tenía amigos...había fallado miserablemente...


REVIEWS ONEGAI!! Imaginen que el botón "Go" es el timbre de la casa de Sasuke.