Spring
- ¡Kuro-wan! Mira esas flores ¿No son una monada? - Con su tan detallante sonrisa señalaba hacia una florería, la cual poseía unos hermosos adornos primaverales a su alrededor. -
- ¡¿A qué clase de hombre le pueden gustar las flores?! - Refunfuñaba como era habitual en él. - Déjate de estupideces, ya hace tres días que llevamos en este mundo y de lo único que hablas es sobre los absurdos paisajes floreados ¡Que hay en este maldito lugar! en vez de meterte en tu cabeza el asunto de la jodida pluma. - Miraba con rabia el horizonte. - Solo espero llegar cuanto antes al próximo mundo, Japón... - Dejando en un suspiro su última palabra. -
- ¡Nee! Kuro-pín se enojo porque extraña a su princesa Tomoyo. - Lo decía en burla, pero la verdad era que le fascinaba molestarlo. -
¡Tú, mago inútil! ¿Cómo te atreves a-? ¡De esta no te salvas! - Sin pensarlo, su rabia había aumentado hasta el punto de tomar al oji-azul del cuello de su holgada playera blanca, mientras lo acercaba a su rostro. - De la princesa Tomoyo ¡Te prohíbo que! - No pudo continuar por el gran rubor que se presentó en sus mejillas. - ¡Con un demonio! - Soltó en un movimiento brusco al rubio. -
Le era inevitable no reírse con la cara que ponía de asombro el ninja. - Vamos solo te di un beso en la nariz y ya te pones así haha, sabes que respeto mucho a tú Tomoyo. - Haciendo énfasis en las últimas dos palabras. - Solo dije eso porque me gusta verte cabreado. -
- ¡Tú! - Seguía sin poder tranquilizarse. Ni bien fue un simple beso por alguna extraña razón, el mago sacaba del tanto enojo, como vergüenza. - Espera un momento. - Hizo una pausa. -Dijiste ¡¿Tú Tomoyo?! - Más sonrojado aún. -
Se le hacía muy graciosa la situación. - Solo lo dije cariñosamente, como se conocen desde la infancia, no creo que no sientas nada más que aprecio por ella, porque la vives nombrando y queriendo regresar a tu país como de lugar. - Evitaba que en sus palabras se notase un dejo de enfado, celos y tristeza, sentimientos que venía aguantando. -
- ¿Nombrando? será maldiciendo, espera ¿Desde cuando tú? - Pero guardó silencio, mejor no agregar nada más al plato, su paciencia ya estaba al límite. - No siento ninguna clase de aprecio por la apersona que me echó de mi país natal ¿Te quedó claro imbécil? - Su mirada hacia el de zafiros era fulminante. -
- Como gustes Kuro-ñam, pero entonces deja de gritarme me dejaras sordo. - Sobandose los oídos. - Si no sientes aprecio por la princesa Tomoyo. - Reflexionaba. - Entonces la odias, del odio al amor solo hay un paso ¿Me invitaras a la boda? - Canturreaba. -
- Oí tú, deja de interpretar las cosas a tu antojo Tomoyo solo es una amig-. - Se auto preguntaba que hacía dándole explicaciones. - Bah para que me gasto siempre seguirás con tus absurdas ideas. - Bufaba. - No te metas en mis asuntos personales. -
- Entonces sigue tú propio ejemplo y no me preguntes sobre gustos personales, si tanto te molesta oírme hablar puedes irte cuando quieras. - Le miraba enfadado. -
Kurogane estaba sorprendido ¿Fye se había enojado, y con él? esa faceta en el oji-azul le era nueva, si bien mal no le sentaba, ya que demostraba más hombría en sus actos, por algún extraño motivo anhelaba contemplar al mago sonriente.
- Bien, si ya entendiste. - Se asegura de poner una de sus inmaculadas sonrisas, para no despertar sospechas. - Vamos por unas lindas flores ¡Para alegrar a sakura-chan! - Dando pequeños brincos se dirige al lugar mencionado. -
Estático se encontraba ¿Qué había sido ese vuelco en su corazón? el ver por pequeños segundos, que para su persona parecieron eternos, esa mirada fría en el rubio ¿Por qué le afecto? Se quedó pensando en ello. Sin percatarse algo muy suave se deslizaba en un vaivén agradable por su mejilla.
- ¿Qué te sucede Kuro-wan? estas como ido. - Hace a un lado la flor con la cual involuntariamente se frotaba contra el cachete del ninja. - haha. - Reía apenado. - Creo que exagere con el tamaño, pero el vendedor me dijo que al estar en plena primavera no hay mejor oportunidad para comprar una de estas, además solo florecen en esta estación. -
Entonces las flores las quería no para él, sino que eran para la princesa, eso significaba que la "discución" de hace segundos fue una perdida de tiempo y sin sentido.
Las flores eran curiosas al parecer un modelo no conocido para ellos. De varios colores primaverales y un exótico aroma se mecían contra el leve, pero caluroso, viento del lugar.
- Les llaman Spring ¿No te parecen lindas? - Sonreía amablemente. -
Trataba de poner atención a cada palabra que salía de su boca y olvidar sus pensamientos, no obstante solo pudo oír una parte. - ¿Spring? ¿No es el nombre de este mundo? -
- Exacto. - Aplaude un par de veces, algo que deja visible una venita en la cien del de ojos rubí. - Bien supongo que por hoy no encontraremos una pluma, ya está oscureciendo y debemos ir a dormir. -
- Tengo algo mejor en mente, que solo dormir, pero primero dale esas flores a la princesa. - Gira en dirección a la posada.
-¡Sip! Hey espérame Kuro-guau. - Corría detrás del. -
Tal vez salir a algún lado con el mago le ayudaría para evitar peleas futuras, cada una de ellas acaba con la poca paciencia que tenía, varias veces ni se enteraba de las hirientes contestaciones que le daba al de zafiros y menos entendía como este le respondía con una sonrisa, aunque sabía que eran falsas. Solo hoy tuvo una respuesta inesperada donde pudo ver el seño fruncido de aquel al que siempre le pidió que dejara de sonreír cuando no le apetecía, aquel que le dijo que sea el mismo y deje de aparentar lo que no era; y hoy hizo exactamente eso, aunque fuese por un simple instante y luego halla retomando su habitual faceta, ese pequeño instante por algún motivo lo dejo un shock. -
- ¡Fye-san, Kuro-san! Bienvenidos. - Los recibía una atenta Sakura. -
- Llegaron para la cena Sakura se ofreció a hacerla, como Fye no se encontraba le ayude con algunas cosas. - Condimentó Syaoran. -
Con esa noticia la cara de Kurogane no era del todo alegre, a pesar de que los chicos, especialmente Sakura, ponían su mejor esfuerzo al cocinar, su estómago jamás llegaría a agradecérselos ¡Jamás!
- ¡Muchas gracias chicos! Es un gesto muy amable de su parte. - Codazo. - ¿Nee verdad, Kuro-tan? -
- ¿¡Cómo me llamaste!? - Iniciando una nueva pelea con el rubio. -
- ¡Heeeeeeyy! ¡Ustedes dos dejen de jugar, tortolitos! - Mokona aparecía en escena y por nada del mundo se perdió la cara que pusieron los elogiados, cuando dijo intencionalmente "Tortolitos". -
- ¡Que demonios, te voy a despedazar manjuu! - Y persiguió por un buen tiempo a la bolita blanca, hasta cansarse y escuchar por parte de Syaoran la hora de comer. -
Fye se divertía bastante viendo los gestos de Kurogane para no herir a la princesa, cada vez que probaba bocado, aunque Syaoran no se quedaba atrás.
- ¿Esta bueno? -
- S-si. - Se preguntaba ¿Cómo era posible? si el mismo la había ayudado -
- ¿Seguro, pareces retener algo en tu garganta -
- Ahah es solo una espina -
- Pero si solo es arroz lo que haz probado - Le miraba confundida. -
Una gotita fría resbalaba por su cabeza, ¡¿Realmente solo era arroz lo que estaba tragado?! - Etto supongo... que... - Mirando a los demás en busca de ayuda. -
- Será porque no masticaste bien mocoso. - Concluyó el oji-rojo, obligándose a probar del "Manjar" -
- Me alegro que les guste. - Al parecer en el paladar de la joven muchacha algo andaba mal, ¿Cómo era posible que no notase la diferencia entre su comida y la de Fye? por dar un ejemplo de comida común. -
Al pasar unos minutos los chicos inventaban cualquier clase de extraña conversación para mantener sus bocas abiertas y llenarlas lo menos posible, esperando que las manecillas del reloj corrieran sobrenaturalmente rápido.
- Fye-san ¿No vas a dar bocado? - Miraba preocupada la princesa al más flaco de ellos. -
-Haha, perdón me quedé pensando en algo. -
- ¿Se puede saber que es? - Pregunta curiosa Sakura. -
-¡Claro! es solo que con tanta pelea entre kuro-pon y Moko-chan, que se me había olvidado, ¿Ves esas flores que hay en ahí? - Señalaba el cuadro de la posada. -
- ¡Así las flores que te hable hoy a la mañana! ¿Qué pasa con ellas? -
- Bueno, como recordé que me comentaste cuanto te gustaban no pude evitar comprarte un ramillete. -
- ¿De veras, pero donde está? - Interrogaba entisiasmada. -
-Verás como kuro-ton corrió por todo el lugar persiguiendo a Moko-chan en una de esas me empujo. - Viendo al nombrado con enfado. - Pero seguramente ni lo notó y con otra de sus tantas vueltas dejo como resultado. - Señala una parte del piso donde yacían las flores.
- ¡Las flores! - Grita Sakura sorprendida, mientras las contemplaba, eran sin duda alguna hermosas en cada uno de sus ángulos y a pesar de estar desparramadas por el suelo aún permanecía el encanto en ellas. - Lo siento Fye-san.-
- No tienes porque preocuparte, el que debería tomar esa línea es otro. - Decía como si nada. -
- ¿Q-qué? ¿Por qué me miran a mí? - Un silencio general invade en el cuarto. - ¡Bien ya! no soy el único culpable en todo esto, el manjuu blanco fue quien empezó. -
- Pero tú le seguiste el juego, eso te da parte de culpa. -
- ¡Mocoso! eso es exactamente lo que acabo de decir. -
- Kuro-pumpan ya esta de malas. - Revoloteaba mokona ansiosa por los aires. - Jojojo se nota que no está siendo bien atendido por mamá Fye. -
Al escuchar lo dicho por la bola blanca al de ojos celestes le fue imposible que sus mejillas no se tornaran en un color carmesí. - Moko-chan ¿Como es eso? -
- ¿Qué, ahora Fye es el despistado? mamá siempre es él encargado de mantener calmando a papá -
- ¡Deja ya eso, no soy ningún papá y ella no es madre de nadie! ¿Cómo puede llegar hacer tal cosa? ¡Si es un hombre! - Le hecha un vistazo al cuerpo de Fye el cual se asimilaba bastante con el de una mujer. -
- ¡Kuro-ton no entiende, no entiende! ¡No entiende! no necesariamente son así las cosas. -
- Moko-chan por favor no empiecen otra vez. - Trataba de calmar la situación el pequeño. -
- ¡Sí! como dice Syaoran. - Tratando de normalizar el ambiente. - ¡Ya se mejor voy por el postre! - Y así Fye se salvaba de probar bocado al menos del plato principal. -
- Al rato entre que Syaoran evitaba que a Sakura se le cayera algún vidrio y mokona se entretenía limpiando los demás platos en la cocina; Fye y Kurogane se encontraban sentados uno al lado del otro esperando la comida. -
- Vamos Kuro-rín pon una mejor sonrisa que los niños se han esforzado mucho con la cena. -
- Eso es lo que dices pero verte probar algo fue lo que no ví. -
- Ajaja ¡Me haz descubierto! pero tú me dijiste que hoy me ibas a llevar a algún lado, por eso prefiero esperar con el estómago vacío, ya sabes no me gusta comer mucho. -
- Tú, serás - No lograba entender como el inútil del mago se las ingeniaba para tener todas las respuestas y siempre mantener esa sonrisa, que le desesperaba. -
- Llegamos perdón por la tardanza. - Y el postre sin lugar a dudas era del total desagrado para el ninja, que podía ser peor y más empalagoso que una torta de chocolate cubierta por un mousse del mismo sabor y el relleno al parecer era de dulce de leche y nutella con trozos de chocolate y mantecol encubiertos. - Tomen. - Sakura sirvió una gran porción para cada uno, con la grata ayuda del arqueólogo. -
- Por suerte para Fye no fue un gran problema el querer terminar el postre, en cambio para el paladar del ninja eso era lo mismo que estar en el averno. -
- ¿Y que tal esta? - Preguntaba la niña ante tanto silencio. -
- ¡Delicioso! - Exclamaba el mago con su agradable sonrisa. - Syaoran fue tu ayudante ¿No? -
- Sí, que bueno que te halla gustado Fye-san. - Decía mientras probaba otro bocado del dulce. -
Sakura miraba algo triste a Kurogane por no recibir respuesta alguna.
- No me gustan los dulces. - Comentó al sentirse observado. - No pienso comer esto es desagradable. - Viendo con total repulsión el postre. -
- ¡Kuro-tón! - Se molestó Fye. - No digas esas cosas, piensa un poco en el esmero que han hecho en preparar la comida y como se sienten ahora al escuchar eso. -
- ¡Tú eres el menos indicado para hablar de eso! podrás haber comido el postre, pero de la comida ni la oliste - Concluía. -
- Ya, ya. - Quería evitar una futura desagradable situación Syaoran. - Está bien que kurogane-san sea sincero, demo... - Hasta ahi llegaron sus excusas. -
- Perdonen Sakura, Syaoran, Mokona. - Levantándose abruptamente de la silla. - El postre estuvo delicioso.- No pude evitar una sonrisa afligida, no sabía el porque, pero últimamente con el ninja tenían muchas peleas de esa índole, al principio solo eran amistosas, pero recientemente todas las riñas entre ambos le afectaban. - Buen provecho, iré a mi alcoba. -
- ¡Hey tú! ¿Ahora te vas sin nada que decir? al menos se lo suficientemente hombre para admitir tu error - No obstante no pudo terminar de hablar al sentir todo su rostro empapado por agua. - ¡¿Pero qué mierda haces cabrón?! - Contemplando como el rubio subía rápidamente las escaleras y desde el segundo piso se escuchaba un fuerte portazo. -
- Este... perdón por mi intromisión pero sensei, será mejor que valla a hablar con él o se quedará sin cuarto al que dormir. - Argumentaba el arqueólogo. -
Fue ahí cuando Kurogane recordó que compartía la habitación con el esmirriado. - ¡Que se joda solo! -
- Kurogane-san no sea tan duro con él, no me molesta que no halla probado la comida, porque sin darme cuenta lo hicimos con picante y fue algo que se me había pasado por alto, como sabía que a usted lo gusta el picante hicimos platos de ese estilo y el postre fue mas bien pensado en los gustos de Fye. - Explicaba Sakura. -
- ¡Suficiente! defiéndanlo todo lo que quieran pero yo con él no tengo nada que tratar. -
- Pero Kurogane-sensei usted conoce a Fye mejor que nosotros. - Le molesto oír eso en cierta parte tenían razón, él era uno de los pocos que distinguía las falsas de las verdaderas sonrisas del mago, aunque en su principió lo tomó como intuición luego supuso que esa no era la única causa. - Solo hable con el, por favor, no es necesario una disculpa ni nada por el estilo. -
- Bien, lo entiendo, ¡Cállense! - Sabía que su actitud no era la correcta, pero ¿Por qué el siempre era el menos beneficiado? -
- Kurogane-sensei se que no le gustan los dulces pero esa no es la forma de responder, estoy seguro que Fye-san se refería a eso. -
Genial lo único que le faltaba una reprimiendo por parte de un crío. - Grr. - Tratando de calmar sus nervios. - ¡Ya! hablaré con él. - Decía mientras subía las escaleras. -
- Solo espero que su relación mejore, algo habrá pasado entre esos dos. - Hablaba la chica. -
- O algo les falta por hablar, pero mejor acomodemos esto y luego vallamos a dormir todavía nos falta encontrar la pluma que reside en este lugar. -
- Tienes razón, ¿Nos ayudas Moko-chan a limpiar? -
- ¡Claroo! Mokona siempre estará para ayudarles en todo lo que pueda. -
- Haha muchas gracias. - Y a esto quiso levantar el primer plato pero sus manos se toparon con otras. - L-lo siento. - Miraba al joven muchacho avergonzada. -
- ¡Kyaa! Sakura y Syaoran se han ruborizado, ¡Moko-chan esta feliz! - Revoloteaba con euforia por los aires. -
- ¡M-mokona! - Trataba de excusarse el joven y seguir con su labor. -
Sin siquiera llamar a la puerta, entró en la recámara. - ¡Oye tú, mago inútil! ¿Por qué te fuiste sin decir nada? ¡Y encima me tiraste un vaso de agua! y para colmo de males tuve que escuchar un sermón por parte de esos dos. - Se desahogaba lentamente tratando de con su vista localizar al rubio. - ¿donde diablos estas? -
- Aquí. - Luego de unos minutos le contestó, se encontraba apoyado en el barandal de la ventana, la luna entraba suave y serena por el vidrio, acariciando el rostro de Fye, rebelando una amarga sonrisa. Era ya muy tarde, pero el joven mago se negaba a rendirse al sueño. - No estoy de ánimos para seguir jugando hoy. - Dirigiéndole una sonrisa forjada a Kurogane. -
- Pero veo que si estas para poner tus estúpidas sonrisas. - Contestaba fríamente, propio de él. -
- ¿Kuro-pín, algún día entenderá que entre todas las personas que me digan eso solo escucharlo de ti es lo que más me lastima? - Manteniendo la curvatura en sus labios. -
- ¡Tú eres el único que-! - Paro de hablar cualquier cosa que halla querido salir de su boca no llegaría a contestar esa repentina pregunta, porque nunca se hubiese imaginado que tales palabras pudiesen ser pronunciadas por el de piel pálida. - ¿Qué dijiste? -
- Lo que oíste. - Dirigiendo nuevamente su vista al ventanal. -
Para el esto era nuevo, pero muchas dudas se le presentaban, ¿Ese mago inútil tenía dobles intenciones en sus palabras? pues el mismo sabía que la telepatía no funcionaría.
Luego de cerrar la puerta, se sentó en su cama con ambas piernas abiertas inclinando su espalda hacia adelante, apoyando sus codos en sus rodillas y entre lazando ambas manos.
Por parte del joven mago también contribuía al silencio sosteniendo su cabeza con ambas palmas de sus manos y con los brazos apoyados en el barandal, mientras sus delgadas, final y largas piernas se cruzaban una arriba de la otra.
Necesitaba ordenar sus ideas, muchos pensamientos ocultos daban flote, ¿El se sentía culpable por el trato que le daba al oji-azul?, ¿Lamentaba haberlo empujado sin siquiera haberse percatado de tal acto?, ¿Sus sentimientos iban a más que amistad?
La tranquilidad del momento le ayudo a dejar el temor infundado. - Kuro-sama ¿me vas a llevar a ese lugar? - preguntó como el normal Fye haría. -
- ¿Qué? - Era impredecible, esa era la única palabra que podía sacarle sus dudas. - Sí. - No sabía ni porque le contestaba, solo quería dejar a un lado las discusiones. -
- Bien entonces vallamos ahora. - Saltaba de alegría hacía la puerta.
Continuará...
Notas de autora: Holaa! Espero que les haya gustado este primer cap y opinen con reviews para saber que tal esta, como verán este es mi primer fic de trc n.n
¿Ideas, dudas, sugerencia? Todo será muy bien recibido o
KisuMisu! o!