Dulce Noviembre.

I. Dulce Noviembre.

You can change the chapter
You can change the book
But the story remains the same if you'd take a look.
For the times we've had, I don't want to be
A page in your diary babe.
For the good, the bad, I don't want to see
A page in your diary babe.
For the happy, the sad,
I don't want to be another page in your diary.

(Yazoo - Nobody's diary)

Trabajo en equipo, facilita el compañerismo y el trabajar para una meta común... ¡Estupideces!

No puedo creer mi mala suerte, aunque quizás debería estar acostumbrada. El profesor de ciencias quiere que realicemos un proyecto en grupos de cinco personas. Admito que esto no tiene nada de malo, pero...

¿Por qué para todo tiene que haber un "pero"?

Maldito grupo que me tocó. De Phoebe no puedo decir nada, es mi mejor amiga, pero no puedo decir lo mismo de los otros tres que están con nosotros. ¿Por qué siempre me tiene que pasar lo mismo? Estoy segura de no haber dañado tanto a alguien como para que me pasara algo así... quizás son las pagas de mi vida anterior, vaya a saber uno.

Gerald, Arnold y... Lila, su dulce noviecita. ¡Si me da rabia de sólo pensarlo!. Y me da pena por no tener la suerte de Lila, por no haber podido conquistar a Arnold, por siempre tratar de negarlo, aún cuando era tan evidente.

Ahora los cinco vamos a mi casa, para terminar cuanto antes con ese tonto show del trabajo en equipo.

Puedo escuchar que conversar sobre algo mientras caminamos, pero tengo tanto coraje dentro de mí que me impide hablar. Ni siquiera quiero mirarlos para no tener que ver las manos tomadas de Arnold y Lila.

-¡Helga!- Phoebe llamó mi atención afirmándome del brazo.

-¿Qué?

-Te preguntaba si creías que tus padres iban a poner problemas por ir a tu casa a trabajar- me dijo Phoebe, y noté perfectamente el tono con que me lo dijo, era como de advertencia.

-Eh... no, claro que no- contesté, tratando de ordenar mis ideas.

Por supuesto que no les importaba, todo lo que tenía que ver conmigo les daba igual a mis padres, siempre había sido así.

Llegamos a mi casa después de caminar un poco más. Abrí la puerta y me encontré con un grupo de maletas a los pies de las escaleras.

-Pero... ¿qué pasa aquí?- murmuré, entrando. Dejé la puerta abierta para que ellos entraran -¡Bob, Miriam¿dónde están?!

A los pocos minutos apareció mi padre. Lo noté agitado...

-Olga, que bueno que llegaste- me dijo Bob, y extrañamente me sentí avergonzara de que no me llamara por mi nombre, estando los otros cuatro presentes. Ni siquiera quise mirarlos -arregla tus cosas, nos tenemos que ir.

-...- me costó un poco procesar lo que me había dicho -¿irnos¿dónde?

Bob continuó su camino, así que lo seguí. ¡No podía aceptar que me mandoteara así no más! Necesitaba una explicación.

-¡Bob¿a dónde?!- le repetí, cuando me dí cuenta que se le había olvidado que hablaba conmigo.

-Con Olga, iremos a pasar unos días a su casa- me contestó.

En un primer momento, las palabras no salieron de mi boca. Estaba tan sorprendida, que no lograba juntar las ideas.

-Pero...- dije, obligándome a hablar -¡estoy en clases, Bob¿cómo voy a dejar abandonada la escuela por ir con la tonta de Olga?!

-¡Cuidado con tu vocabulario, jovencita!- me retó, escapando olímpicamente de mi pregunta -Y apúrate, ya es un poco tarde.

Pasó en frente mío, ignorándome otra vez. Sentía rabia, otra vez estaba pasando... maldita Olga, ni estando tan lejos dejaba de penarme. Pero no me iba a ganar esta.

Miré a los muchachos... en realidad, a sólo dos de ellos. Phoebe me miraba, sus ojos me daban a entender que me entendía, que me apoyaba. Y Arnold... quizás trataba de entender a mi familia... o quizás ya la entendía, por la forma en que trataba a los demás, podría tratarse como un maldito castigo.

Apreté mis puños, esta vez no.

-¡Bob, no pienso ir!- grité, yendo hacia donde él estaba -¡estás muy equivocado si crees que dejaré todo botado por ustedes!

-Nadie te está preguntando, Olga.

-¡Deja de llamarme Olga!- le grité, en esos momentos no podía controlarme -¡¡¡Soy HELGA¡y no pienso ir con ustedes en su estúpido viaje!

-Y tú estás muy equivocada si crees que te voy a dejar sola en la casa, no después que casi la incendias.

-¡Fue un accidente!- me defendí -vamos, Bob, no puedes obligarme a ir, es tiempo de escuela... soy capaz de dormir en la calle para quedarme.

Estoy segura que Phoebe me hubiera invitado a su casa, pero ya no cabía un alma... estaban de visitas unos familiares, así que...

-Puedes venir a la casa de huéspedes, hay una habitación libre.

Lo admito, mi corazón latió con fuerza al escuchar su voz, y con más fuerza al darme cuenta de lo que dijo... que fuera a su casa, vivir con él, bajo el mismo techo...

-¿Qué cosa?- le pregunté, y noté que mi voz temblaba.

-Que si no quieres ir, puedes quedarte en mi casa, ya que hay una habitación libre- repitió, calmadamente.

Fue en ese momento que noté que estaba solo. ¿Dónde estaban Phoebe, Gerald y Lila?

-Olga- me dijo (creo) mi papá -tienes que elegir, pero no te quedarás sola en la casa.

Miré a Arnold y casi caigo derretida ante la sonrisa tierna que tenía. ¿Por qué siempre tenía que ser así? Ayudarme sin importarle que lo trate mal... eso era lo que siempre me cautivaba de él... eso y su sonrisa...

-Me quedo- dije, sonriéndole a Arnold, agradecida infinitamente.

Big Bob gruñó y continuó arreglando todo para irse, dejándonos solos. Creo que en parte se sentía más tranquilo porque significaba una carga menos en su viaje.

-Miriam- dijo, saliendo del cuarto -Olga no quiere ir.

Suspiré, pensando si en algún momento podría recordar que soy Helga... Sentí que Arnold se acercaba a mí hasta quedar en frente mío.

-¿Dónde están los demás?- le pregunté.

-Bueno, les dije que fueran a casa de Lila... pensé que no sería cómodo para ti si te escuchaban discutir con tu papá...

Ah... (suspiro reprimido) Arnold piensa en todo...

-Ejem... gracias, Cabeza de Balón...

-Oye Helga- me dijo, y en su voz había cierta complicidad -¿qué es eso del incendio?

Sentí que mi cara ardía de la vergüenza. Un poco después que Arnold comenzó su relación con la Señorita Perfección, estaba en el armario pensando qué debía hacer respecto a él, cuando de pronto una vela se dio vuelta y todo comenzó a quemarse. Creo que la pasé a llevar sin querer... en fin, el altar de Arnold se quemó y con Bob a penas logramos controlar el fuego que habí ahí.

En pocas veces me habían retado tanto, y no dije palabra porque en parte le encontré razón a Bob de estar enojado, sin contar que me sentía algo shockeada... es decir, primero Arnold y Lila juntos y después el incendio del altar... lo tomé como una señal.

-Olga, arregla tus cosas, te iremos a dejar antes de irnos- me dijo Bob, asomándose.

-¿Quieres que te ayude?- me preguntó Arnold, sólo asentí como respuesta.

Ambos fuimos a mi cuarto. Arnold, más que ayudarme, se dedicó a curiosear mis cosas, y yo lo dejé hacer, mientras conversábamos. Lo admito, fue agradable, y por milésima vez me dí cuenta que ha pesar que lo he intentado, no puedo olvidarlo... y no podré hacerlo mientras esté cerca mío.

Y ahora... me iré con él a vivir... como amigos, pero estaremos juntos.

Es inútil negar que estoy feliz, aunque obviamente trato de disimularlo, sonriendo ampliamente cuando le estoy dando la espalda a Arnold y suspirando también.

Sólo esperaba que todo saliera bien... y que yo no saliera más herida de lo que ya estaba... era verdad que la idea de vivir unos días con Arnold era de lo más tentativa y me ponía realmente feliz, pero...

-Helga¿llevarás esto?

-Eh, yo creo...- contesté, y eso me sacó de mis pensamientos al menos por un rato.

Le avisamos a Lila que nos demoraríamos en llegar a su casa, que si querían lo dejábamos para otro día, pero se negaron. Al llegar a la casa de huéspedes, los abuelos de Arnold me recibieron algo extrañados, pero no por eso se veían menos... ¿complacidos?

En fin, mientras Bob conversaba con Phil, Arnold me llevó a la habitación que estaba libre.

-Esta es- me dijo, sonriendo -espero te parezca cómoda.

Por lo general, no era muy exigente. Me conformaba con que tuviera una cama y una ventana, y ésta la tenía, así que le agradecí a Arnold.

-Olga, nosotros nos vamos- dijo Bob, llegando a la puerta y dando una rápida mirada al cuarto -pórtate bien.

-Pásenlo bien, Bob- le dije.

¿Qué más podía decir? No me nacía una despedida más calurosa, no puedo hacerlo con ellos.

-Helga- me dijo Arnold, una vez que Bob se fue -vamos donde Lila, aún tenemos que hacer el trabajo de ciencias.

-Sí, vamos.

El camino fue algo silencioso, la conversación entre ambos fue muy forzada, y no se por qué. Como sea...

Le contamos a los muchachos lo ocurrido y pude notar perfectamente el cambio en el rostro de Lila: se puso seria, y por un rato dejó de ser la dulce Lila que todos conocíamos.

Miré a Phoebe, que me miraba con una pequeña sonrisita.

Sí, definitivamente, este sería un dulce noviembre.

Y eres mi ángel de paz
Déjame volar
A tu lado yo por siempre quiero estar
Tus alas me llenan el alma...

(Belinda - Ángel)

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Hola!!!

Aquí algunas notitas sobre el fic.

El título "Dulce Noviembre" es de una película que muero por ver, pero que aún no he tenido la suerte de hacerlo, así que supongo que entre el fic y la película en sí no hay muchas coincidencias (en caso que fuera así, es casualidad¡de verdad!)

Espero que les esté gustando como va la historia, y no se preocupen por la otra que escribo de Arnold, que la actualizaré muy pronto.

Como dice las notitas, esas frases son de canciones. La primera de Yazoo (es de mis favoritas) y la otra de Belinda (no sabía cuál otra poner, jajaja). Mi idea es poner como dos o tres por cada capítulo, según las situaciones que viva la Helga :P

Eso sería... muchos saludos a todos, espero sus comentarios, críticas constructivas y todo lo demás.

Chau!!!!!!!!!!!!