Disclaimer: No me pertenecen. Solo quiero cultivarlo y divertirnos.

Sé que no tengo perdón de Merlín, pero¿qué queréis que haga? me acabo de enamorar, de nuevo... así que no me exijáis cordura, por favor... Todo empezó cuando Zory, esto va para ella, que me pasó un link y descubrí que el hijo mayor de Harry Potter se llama James Sirius Potter... Creo que todos sabréis el porqué de mi amor a primera vista con el chico... y si no, pus... en fin...

Esto va también para Dryadeh, que aun que no nos conozcamos mucho, ni tengamos confis y eso... jous, pos que está de cumple, y le dedico este capi para regalarle algo, que lo que importa es el detalle, aun que no sea ni mitad de bueno de lo que ella se merece. Por dos motivos. Porque es su happy!cumple, y se lo merece, aun que solo sea por ello. Y porque todo lo que escribe, me llega al alma. Felicidades, nena!! Que te regalen muchos sexyy!Cedric!!xD

Ese muchachote tiene la mezcla perfecta. Sangre de Weasley (esos sexy!twins), sangre de Merodeador (sexy!James) y sangre de Evans (ohmala!Lily) a parte, el nombre (Seexy!Sirius) me mató... así que... esto se va a convertir en una serie de drabbles sobre James Sirius Potter (L) (mi nuevo platonismo) sobre su vida, como gamberro irremediable y como digno nieto de un Merodeador.


Impaciencia

Caminaba de un lado a otro del pasillo, sintiendo las constantes miradas de Ron sobre su nuca, mientras, en su impaciencia, no podía parar quieto.

Harry había enfrentado muchas, muchas cosas en su vida. Había estado a punto de morir en incontables ocasiones. Joder. Si incluso ha muerto una vez…

Y pese a todo, Harry no estaba preparado para afrontar la espera que suponía el sentarse ante la puerta, mientras Ginny traía a su primer hijo al mundo.

Un pedacito de ambos. Una cosita pequeña que formaba parte de él. De ella. De ambos. Que llevaba su sangre, que era suyo. Su hijo. Su primer hijo.

Justo en aquellos momentos, en los que, cada vez faltaba menos para convertirse en padre, echaba de menos al suyo. El poder preguntarle todas sus dudas, el tenerlo apoyándolo.

Sabía que James Potter, dondequiera que estuviese, estaría abrazando a Lily, su Lily; y ambos, eternamente jóvenes, sonreirían enternecidos cuando naciese su nieto.

-Harry, cálmate-dijo la voz de Ron.-No vas a lograr nada… solo ponerte más nervioso.

El chico de ojos verdes miró a su mejor amigo. Estaba tanto o más pálido que él. Su hijo no era su primer sobrino, pero, era la primera vez que su hermana pasaba por la sala de partos.

Y él le pedía que se relajase. Él. Que había estropeado dos pajaritas, debido a los nervios antes de su boda con Hermione.

Hermione. Era sorprendente el cambio que había operado en Ron. Ahora, a veces, parecía casi un hombre con todas las de la ley.

Ni ella ni Molly ni Fleur, ni Angelina estaban allí. Estaban en la cafetería del hospital, porque a la señora Weasley le había dado un ataque de ansiedad, al habérsele prohibido ver y asistir a su hija durante el parto.

"Yo traje al mundo a siete niños…¡Siete¡No me puede prohibir ayudar en esto a mi hija, jovencito!

Pero, obviamente, el médico pudo prohibírselo, y se lo prohibió.

Llevaban allí ya unas buenas siete horas, y había pasado la medianoche del 26 al 27 de marzo. Harry ya no sabía qué hacer. Había caminado tanto por aquel pasillo que ya se sabía todos los motivos de las losas del suelo, de memoria. Necesitaba saber que Ginny estaba bien. Que su niño estaba bien.

Se dejó caer en el asiento, derrotado y enterró los dedos en su pelo revuelto y negro. Se preguntaba si su padre había estado nervioso cuando él nació, sin saber que Sirius casi tiene que molerlo a golpes para que se mantuviese quieto en el pasillo y no se colase en la sala de partos para socorrer a su Lily.

-¿Harry Potter?-preguntó una voz femenina, haciendo que casi perdiese el equilibrio del bote que pegó cuando se levantó.

-Soy yo.-dijo acercándose a toda velocidad, notando como Ron, a su espalda, daba dos enormes zancadas y se acercaba también.

-Ha sido un parto complicado. Pero salió todo bien. Su esposa está descansando ahora, pero si quiere pasar a verla…

Harry no esperó a que la enfermera terminase de hablar, la dejó con Ron y la palabra en la boca, y entró en la habitación, donde, pálida y sudorosa, Ginny yacía en la cama, con el pelo rojo como el fuego, desparramado a su alrededor, envuelta en sábanas blancas y verdosas.

Sonrió, como un ángel, cuando lo vio llegar y alzó una mano, que Harry tomó entre las suyas, antes de acercarse a ella y darle un beso en los labios.

-¿Cómo estás?-preguntó con suavidad.

-Como si acabase de jugar un partido de Quidditch con siete bludgers bajo una tormenta-dijo ella con una sonrisa.-Pero sobreviviré.-suspiró.-Tu hijo fue demasiado complicado de traer al mundo, Harry Potter.

Harry sonrió y le apartó un mechón de pelo de la frente.

-¿Dónde está?-preguntó luego, con suavidad.

-Lo están limpiando y poniendo guapo, para que su padre lo conozca-dijo con cansancio.

Aun no había terminado de hablar, cuando una enfermera, distinta a la que Harry había dejado con la palabra en la boca, entró en la estancia, con un pequeño bultito en brazos, envuelto en mantitas blancas y azules, y lo depositó, primorosamente en brazos de Ginny, cuya sonrisa se ensanchó hasta límites insospechados.

-¿A que es precioso?-preguntó luego a Harry, con un hilo de voz.

Harry miró a su hijo, su primer hijo, su hijo, embelesado. Era pequeño, muy pequeño, y tenía una mata de indómito pelo negro, y los ojitos, ya abiertos, oscuros. Era idéntico al bebé que veía en las fotos que había conseguido, de su infancia. Era como él. Y como su padre.

-¿Has pensado en algún nombre?-preguntó a Ginny acariciándole el pelo con suavidad.

-No, prefiero que lo elijas tú.-dijo con dulzura.-Al fin y al cabo, yo ya trabajé bastante por hoy.

Harry esbozó una sonrisa. Aquel bebé era un regalo para él. Y para su padre. Por algo había nacido el día de su cuarenta y cinco aniversario, dondequiera que estuviese.

Miró el cielo, tormentoso aquella noche, y suspiró. Sus padres, en algún cielo, lloraban de emoción. Habían tenido un nieto. Y seguramente Sirius, el que había sido como un padre para él, les llamaría blandengues por llorar como críos por haber tenido un nieto.

-Se llamará James. James Sirius Potter-dijo en voz lenta, solemne.

Ginny esbozó una sonrisa y asintió, conforme.

James. El pequeño James, había dado problemas para nacer. Problemático. Lo llevaba en los genes. Era un Potter. Con una gotita muy pequeña de Black, heredada de su bisabuela paterna. Era la reencarnación de los dos merodeadores más revoltosos.

Digno de su nombre. Digno de su sangre. Digno de su legado.

James Sirius Potter.

Digno nieto de un Merodeador.


Hola a todos!! Como podéis ver, el pequeño Jimmy ha sido complicado hasta para nacer, logrando que su padre (oh!Harry) perdiese la paciencia, incluso (creo que Harry me ha quedado muy James... pero no pude evitarlo. Es la primera vez que uso estos personajes, así que, a ver lo que sale.

En cuanto a la criatura... pues, no sé, pero creo que será una mezcla de James&Sirius (para hacer honor a su nombre) con Fred&George&Ginny (si es que lo valen!!) Y nada, que esto no tendrá ningún tipo de correlación, que serán viñetas independientes, y de diversas longitudes.

Esta, por ser la primera, la más larga que tengo prevista.

Porque hará honor a su nombre. Porque será su digno nieto. James Sirius Potter (L)

Espero que os guste!! Besitos a todos con sabor a Merodeadores!! Se os quiere mucho!! Gracias por leerme!!

.:Thaly:.