¡Hola a todos! Bajo la lluvia es mi nuevo proyecto corto, que será actualizado en semanas venideras. La idea de este fic nació de un reto en los ya desaparecidos Soul Anime N' more Forums, pero como me gusto bastante, decidí subirlo a FF.
Quizás algunos de Uds. siguen la historia de Crawling, quiero informarles que continuaré con ese fic en estos meses de receso escolar (para más información, pueden fijarse en mi blog) Siento mucho la demora en actualizarlo.
Volviendo a Bajo la lluvia, quisiera dejar las siguientes advertencias:
1) Universo Alterno.
2) Vocabulario adulto.
3) Historia recomendada para mayores de trece años.
4) Pareja Ren/Anna.
Sin más que contar, los dejo con el fic:
-Primer Recuerdo.-
-Llovizna.-
Quizás todo fue tu culpa, tu maldita y estúpida culpa. Sin hacer nada más que salvar tu orgullo, lo dejaste morir solo.
Sabías a la perfección que podías curar sus penas, que por ti vivía y que eras capaz de quebrarlo con una mínima mirada. Decías amarlo, quererlo, desearlo pero... ¿Te importó¿Acaso te importó dejarlo herido¿Te importó arrastrar inocentes hacia ese sátiro juego de amor¿Te importó traer a un niño no deseado¿te importó verlo morir de a poco? No, claro que no, porque pensaste que aguantarían quererse en el más profundo silencio.
Eras tan joven e ingenua, que no sabías cuánto podía sufrir una persona y creías tener la razón en los corazones ajenos.
Determinada, egoísta, malhumorada y manipuladora... Supongo que por cosas como esas él te amaba tanto, porque siendo así eras la indicada, la única capaz de enfrentarlo. Y lo sabías ¡Carajo, que lo sabías! Lo supiste en el primer momento que se vieron, cuándo tus nubes negras chocaron con sus estrellas doradas y sólo actuaron indiferentes por la inoportuna presencia de tu prometido. Lo supiste por las miradas, sus movimientos y por los leves sonrojos (muchos de ellos, escondidos bajos falsos ataques de tos) que lo atacaban cada vez que te veía.
Y te lo confesó esa noche, cuándo prometió eso que repetiría en sus otros encuentros. Mientras que yo (su mejor amigo) sólo me enteré por casualidad, porque él siempre fue un hombre respetuoso, de esos que no divulgan sus amoríos. Y me hizo prometer, bajo una dura amenaza de muerte, guardar un eterno silencio.
¿Qué otra cosa podía hacer?
Con el corazón roto en pedazos y el alma encogida en la más áspera agonía, encorvé una falsa sonrisa y asentí.
Mi interior estaba desecho por dentro.
Entonces las mentiras me tragaron vivo y el juego de encubrirlos empezó. Una mentira, otro engaño una dulce calumnia. Todo era posible, todo era válido a la hora de engañar a Yoh. Pero no fue fácil. Sus salidas de media hora (que habían aprendido a mutar en varias horas enteras) fueron más intensas, más realistas, más apasionadas. Aunque ninguno me lo dijera, a veces podía oler tu perfume mezclándose con la excitación de los amantes.
Pasaron así los minutos, las horas, los meses pero no sus ansias de amarse. Y cada vez eran más evidentes los toques, las miradas, los suspiros, las manchas delatoras en el cuerpo del otro, los besos prófugos y la intensa atracción que entre tú y Len se generaba.
A pesar de que todo era tan complicado y de mis fuertes ganas de llorar, desgarrar, odiar, insultar, matar, los cubrí hasta que fue posible. Hasta que cumpliste dieciocho y un cuchillo despiadado desgarro su vida... Por primera vez.
Una voz metálica me arrancó de mis pensamientos, los parlantes clamaban la presencia de alguna enfermera.
Él estaba allí, como siempre, sentado frente a una ventana, ignorando a quienes le molestaban.
Con una sonrisa cubierta de pena, me agaché hasta tomar su estatura.
–Hola Len.– mi voz convertida en susurro, fue mecida por el viento. –Hace dos meses que no nos veíamos¿verdad?– lo busqué con la mirada, pero sus ojos dorados se escaparon al infinito. –¿Ves?, Boro-Boro aún lleva la tintura celeste.–
Esperé una sonrisa o una mísera mueca, pero sabía que nada era posible. Él no contestó, ni se movió. Se quedó allí, sentado, contemplando la garúa en el más cortante de los silencios.
El corazón se me encogió de un golpe.
El día que Anna cumplió años, la llovizna desgarró una eterna promesa.
No es lo mejor que he escrito, pero me agrada bastante. Quizás no llegue a la altura de Crawling, pero es una historia sencilla, fácil de seguir.
Básicamente, toda la trama esta narrada por Horo-Horo quién es el único testigo de un amor que no pudo ser. Los capítulos serán bastante cortos, extendiéndose de tres a cuatro 'recuerdos' diferentes. Para más información sobre esta historia y los demás fics que actualizaré en semanas venideras, los invito a visitar mi blog (su dirección está en mi profile) dónde encontraran una detallada explicación sobre todo.
Sin otra cosa que decir (más que esperar sus críticas) me despido hasta la semana entrante.
.Kizuna Yue.