Esta es una parodia de Sirius Black, es altamente probable que la personalidad de los personajes este modificada, pero trata de mantener lo esencial de cada uno de ellos.

Sirius ya cruzó el velo y cuenta esta historia desde el más allá.


Capitulo Uno: Responsable, Inteligente, Madura y Noble.

Está era la cuarta noche que yo, Sirius Black me despertaba de aquel modo, sudado los hasta huesos, con las frazadas por el suelo, dejando mi bien formado cuerpo semidesnudo al descubierto.

Era la cuarta vez que me despertaba a media noche, impidiéndoles el buen dormir a mis compañeros de cuarto.

"¡No!, Canuto, otra vez no". -Dijo un chico molesto detrás de los doseles de su cama.

"Lo siento, pero es que volvió a ocurrir".

"¿Quién fue está vez?" -Preguntó Remus Lupin mientras encendía las velas de la habitación con un movimiento de su varita.

"Cedrella Black" –Conteste yo, con mi grandiosa voz.

"¿Y quién es ella?"

"Es parte de mi familia, esa a quien borraron del árbol por casarse con un Weasley." -Volví a responder las inquietudes de mis amigos.

"¿Y qué te dijo?"

"Me dijo que aprovechara la oportunidad, que no fuera estúpido, que cambiara mi vida o todos mis temores y las visiones se harán realidad."

"¿Y no te dijo nada más?" –Preguntó James sacando su cabeza tras los doseles y colocándose los lentes.

"Sí, me dijo que un buen modo de cambiar mi futuro era una chica."

"¿Una chica¿cuál chica? "-Preguntó Remus Lupin.

"No me dijo cual, pero me dijo que tenia que ser una chica responsable, madura, inteligente, noble e increíblemente bella".

" ¿Te dijo que tenía que ser bella?"

" No, eso lo puse yo, pero es que no quiero morir así, pero tampoco quiero casarme con un esperpento humano."

"¿Qué tal una amiga mía?" -Dijo la voz de una chica que se asomaba por detrás de la cabeza de James.

Todos nos quedaron automáticamente callados, y por mi cabeza empezaron a pasar las amigas de Tina y las palabras "madura" (no), "inteligente" (no), "responsable" (no), "noble" (no), "bella" (si), en conclusión no había ninguna que los reúna copulativamente.

"Verás cariño, la mujer que necesita Sirius es una mujer muy difícil de encontrar, casi necesita un milagro" –Repuso James mientras le besaba cariñosamente el cuello.

" ¿Y qué vas a hacer Sirius?" -Preguntó Peter. (ya sé que me tendió una trampa, pero en ese instante no lo sabía o le hubiese partido la cara.)

"De momento nada, mañana empezaré a buscar a mi salvación."

Se apagaron las velas y yo, el grandioso Sirius tras acomodar mi cama me acosté "como si pudiera pegar un ojo" pensé, las visiones de mi futuro eran horribles y como bien había dicho James yo necesitaba un milagro.

- ¡No podemos hacer nada porque los chicos aún están despiertos! –Dijo alguien en un susurro.

- ¿Y qué me importa? decía una voz femenina.

- Pero a mi si, así que cállense y quédense dormidos, dijo la voz ronca y sedosa de mi amigo Remus.

En definitiva las amigas de Tina, no eran las adecuadas para ser quien cambie mi destino.

En el desayuno, al que llegue tarde porque me quedé dormido, porque la novia de James hablaba hasta por los codos, y yo no podía conciliar el sueño con semejante parloteo¿parece que los maree un poco? El punto es que llegue tarde al desayuno y vi mi primera señal divina.

Cuando les diga que fue lo que vi, me comprenderán.

Entré con todo mi garbo, con mi túnica que me calzaba perfecto, sin verme gay por supuesto y me senté al lado de mi hermano Cornamenta.

Frente a mi estaba la mesa de Slytherin.Oh, siempre supe que si era una chica la que me salvará de tan nefastas visiones no sería una serpiente. ¡No en vano le rogué a ese sombrero para que me pusiera con los leones y no con los discípulos de Salazar, para eso estaba Regulus, no yo.

Más allá en mi mesa, vi un grupo de chicas que reían entre ellas como enajenadas de lo que ocurría en el exterior.Me di cuenta que unas cuantas me miraban, no sé por qué siempre tenían esa mala costumbre, pero no me importaba lo más mínimo.

Ahí, alguna de ellas tenía que ser la indicada, es que recordé lo que antes de aquella noche se me reveló y se me puso la piel de gallina.

Me vi, a mi mismo escuchando todo el día y toda la noche a mi prima Bellatrix, jurándole amor eterno a no sé quien, pero sólo sé que parecía que yo la tenia que escuchar siempre.

Dos chicas se pararon de nuestra grandiosa mesa, una pelirroja insufrible y la otra una rubia con la cual yo ya había salido y no teníamos mucha compatibilidad. No se quiso acostar conmigo, me dijo que era muy joven sólo tenia 14 años, era una completa exagerada. Yo perdí la virginidad a los… ¡vaya!, creo que fue a los 12…pensándolo bien, no éramos tan grandes¡¿que digo?! Éramos unos críos.

"Nos vamos, nos vemos en el salón."

"¿Por qué se van?"

"Porque somos responsables y queremos llegar a tiempo, no como tú Mary –Dijo aquella pelirroja."

Ante, esa manifestación de ella, yo alcé interesantemente una ceja, pero seguí en mi búsqueda escéptico.

Recorrí con mis ojos grises, la mesa de Hupplepuff en búsqueda de alguien con aquellas cinco cualidades, bellas habían muchas, pero también habían muchas con las que yo ya había salido, y por una extraña razón algo en mi decía que aquella chica era tierra inexplorada.La chica tenía que ser capaz de retenerme a su lado de por vida, si fue capaz de retenerme más de una semana no me podía imaginar casado con ella.

Las Hupplepuff eran increíbles, a mi me gustaban más que las estiradas Ravenclaw, ellas eran sólo esfuerzo, trabajo arduo y ganas. Si, eran unas insaciables, me encantaban, tan dulces, tan mimosas, tan calientes. Siempre dispuestas, pero recordé que tenían que ser responsables y maduras y las Hupplepuff tenían la costumbre de hablarte como bebes, siempre lloraban cuando les criticabas algo y no razonaban siempre del mejor modo.

Mi mirada acerada se posó sobre las Ravenclaw, me gustaban, no tanto como las chicas del tejón, pero tenían unos ejemplares dignos de alabanza.Si hasta para sacarte los calzoncillos tenían una teoría, meticulosas y rigurosas hasta el extremo. Gozaban de una gruesa cubierta que las protegía contra sus emociones.Pero apenas las rasgabas se abrían como una flor y en ese momento pasabas de novio a terapeuta.

No puedo pasarme la vida de terapeuta de una chica, eso se parece mucho a escuchar largo tiempo a mi prima Bellatrix.

Me convencí a mi mismo que aquella chica tenía que ser una leona.