CAPITULO 8

Lo que nunca se vio

Pasaron varios meses, y Milk dio a luz a un pequeño bebé, que para sorpresa de todos, era totalmente idéntico a Goku, al que puso de nombre Goten.

Los años transcurrieron, y la viuda Son volvió a visitar en numerosas ocasiones la casa de su amiga Bulma, hecho por el cual, su pequeño hijo y Trunks, al ser más o menos de la misma edad, se convirtieron en inseparables amigos y, juntos, compartieron los más variados momentos de diversión y travesuras.

Debido a esas visitas, Vegeta y Milk tuvieron la oportunidad de volver a encontrarse frente a frente en muchas ocasiones, pero ninguno de ellos volvió a hacer alusión jamás a esos furtivos encuentros que compartieron durante aquellos días en los que ella convivió en casa de Bulma, haciéndose cargo de Trunks en ausencia de ésta última.

Tanto el príncipe como Milk actuaban como si aquello no hubiera sucedido nunca, y de esa forma, lograron que, durante todos los años transcurridos posteriormente, nadie sospechara nada extraño que pudiera acabar sacándolo a la luz.

La vida familiar de Bulma y Vegeta fue mejorando a medida que iba pasando el tiempo. La peliazul vivía los mejores momentos de su vida, junto a su hijo y el príncipe, el cual se fue amoldando poco a poco a las costumbres humanas, y como consecuencia de todos aquellos años de convivencia junto a la mujer humana y su hijo híbrido, no tuvo más remedio que admitir finalmente los sentimientos que surgían en él hacia los que ahora consideraba su familia.

Bulma asumió y aceptó que Vegeta nunca sería un esposo y un padre como los demás. Pero pese a ello, su vida irradiaba felicidad por todas partes, y daba gracias a Kami todos los días por haberle dado la oportunidad de conocer al príncipe de los saiyajins, el hombre del que se enamoró y que la concedió lo más maravilloso que se le puede dar a una mujer: un hijo, su pequeño Trunks.

Por su parte, Milk se dedicó única y exclusivamente a cuidar y proteger a sus dos hijos. Gohan se convirtió en un excelente estudiante y comenzó a acudir a la famosa escuela Orange High School, donde conoció a Videl, la hija del supuesto salvador de la Tierra, el excéntrico y oportunista Satán.

Después de que Videl descubriera su pequeño secreto de ser el gran Saiyaman, lo obligó a presentarse al próximo torneo de artes marciales, y precisamente ese día se encontraba en casa de Bulma, acompañado por Vegeta y por Trunks, dándoles la noticia de su inscripción a dicho torneo. En ese momento, la voz de su padre resonó desde el más allá, para sorpresa de los allí presentes, y el príncipe no podía creer lo que escuchaba¡Kakarotto regresaría a la Tierra por un día para participar en ese ridículo torneo!. ¡Tendría la oportunidad de luchar contra él y demostrarle quien era el mejor!. ¡Por fin su venganza sería culminada de forma completa!. Aquella era la mejor noticia que había recibido desde ese fatídico día donde el insecto se atrevió a deshonrarle sacrificando su vida por salvarle a él. Por nada del mundo dejaría pasar por alto la ocasión para devolverle todas las humillaciones, todos los agravios que él tuvo que sufrir por su culpa. Nada iba a interponerse en su camino. Esta vez, nada ni nadie lograría evitar que él recuperara su dignidad y su orgullo. Acabaría de una vez por todas con el maldito Kakarotto, y le haría pagar su osadía con cada uno de sus golpes.

El día del torneo llegó y todo el grupo se alegró al ver a Goku de nuevo. Su hijo Goten y él se encontraron por primera vez y Milk se echó a sus brazos nada más verle. Ella, en ese momento, supo que jamás llegó a ser capaz de odiarle, y que siempre lo amaría incondicionalmente, hiciera lo que él hiciera.

Lo que todos pensaron que sería un torneo simple y normal, se convirtió en el comienzo de una nueva amenaza. El mago Babidí se encontraba en la Tierra y pretendía hacer resucitar a un ser terrible y malvado llamado Boo, a base de reunir las energías de los saiyajins.

Después de que Babidí poseyera a Vegeta, los envió a todos de nuevo hasta el escenario del torneo, y allí, Vegeta exigió a Goku su revancha. Este se negó, anteponiendo como su principal objetivo el evitar que el monstruo Boo despertara, y el príncipe, harto de ser siempre relevado a un segundo plano, no dudó en aniquilar a gran parte del público asistente lanzándoles en dos ocasiones dos enormes bolas de energía que lograron destruir gran parte de las gradas, ante la mirada insólita de Bulma, la cual no podía creer lo que sus ojos le mostraban.

Vegeta, completamente consciente de todo lo que hacía, amenazó a Goku con continuar matando a inocentes si éste no aceptaba pelear contra él. Finalmente, y sin ninguna otra opción, el padre de Gohan aceptó, y Babidí les envió de nuevo al desértico y montañoso lugar donde su nave se hallaba.

El principe se encontraba exultante. Jamás pensó que se le presentaría la oportunidad de luchar contra Kakarotto de nuevo y así poder saldar cuentas. Su mayor deseo era humillarle, quería verle arrastrarse ante él, y haría cualquier cosa con tal de lograr sus propósitos.

El terrible enfrentamiento entre los dos supersaiyajins comenzó. Los poderes de ambos se encontraban prácticamente igualados hasta que el príncipe comenzó a adquirir ventaja, y después de golpear a su rival y estrellarlo contra una roca, lo inmovilizó utilizando varios aros de energía, los cuales apresaron su cuello, piernas y brazos.

- ¡Maldito seas, Kakarotto!. No tienes ni idea de lo mucho que te detesto...- Le dijo después de materializarse instantáneamente frente a él.

Goku no era capaz de entender aún el odio que el príncipe guardaba hacia él. Ya había descubierto que Vegeta no estaba completamente poseído por Babidí, y como último recurso, trató de hacerle recapacitar intentando convencerle de que él no era su enemigo.

- Pero..¿por qué, Vegeta?...No creo haberte hecho nada como para...-

- ¡Cállate!. – Le interrumpió a gritos el príncipe mientras le abofeteaba un par de veces. - ¡Tú me humillaste!. ¡Te sacrificaste, manchaste mi honor y me denegaste la oportunidad de vengarme con tu estúpida muerte!..- Le increpó, para justo después comenzar a castigar el cuerpo inmovilizado de Goku a base de duros golpes propinados por sus puños y piernas. Disfrutaba viéndole sufrir y quejarse de dolor. El odio y la ira acumulados durante tanto tiempo en su interior eran de tal magnitud que no sólo tenía pensado torturar su cuerpo. Estaba dispuesto a hundirle a como fuera lugar, no solo física, sino también psicológicamente.

Cesó de golpearle, y clavando su fría y estremecedora mirada sobre él, le dijo:

- Cometiste un error al morir, Kakarotto: Olvidaste quien soy y de lo que sería capaz de hacer con tal de desquitarme...Y ahora, quiero que sufras la misma humillación que me hiciste sentir a mi...Quiero ver tu cara cuando sepas lo que tuve que hacer para intentar recuperar mi orgullo...- Le increpó, impaciente por ver cual sería la reacción de su rival al escucharle.

- ¿De qué estás hablando?. – Contestó Goku sorprendido. No podía imaginar que era a lo que se refería Vegeta con esas palabras.

El príncipe sonrió con malicia. Muchas veces se deleitó imaginándose el rostro de Kakarotto al descubrir lo que él hizo con su mujer y la forma en que la usó para vengarse de él. Y ahora...ese momento había llegado...Pero antes, se regocijaría haciéndole sufrir con la incertidumbre y la impaciencia durante unos minutos más...

- ¡Oh..qué pena!...Es una lástima que en el más allá no pudieras ver lo que sucedía en la Tierra – Dijo, iniciando la particular tortura psicológica a la que estaba dispuesto a someter a Kakarotto. - Pero en fin, ahora estás aquí y puedo contártelo sin reservas. Te aseguro que te encantará saberlo..- Añadió con enorme ironía y sarcasmo.

- ¡Habla de una vez!. – Exclamó Goku alzando la voz.

El príncipe soltó una sonora carcajada. Hacía mucho tiempo que no disfrutaba de esta manera. Todos estos años transcurridos en la Tierra, llenos de paz y tranquilidad, casi le habían hecho olvidar la excitante sensación que su sangre guerrera de saiyajin le otorgaba en mitad de un combate, de un enfrentamiento. El sólo hecho de verse y sentirse superior a cualquiera de sus rivales, siempre le proporcionó tal placer y deleite que supo que jamás podría continuar viviendo sin la oportunidad de sentir de nuevo todo aquello. Recordó fugazmente todos aquellos momentos de su vida en los que torturó y aniquiló sin piedad a miles de seres completamente inferiores a él, y cómo la adrenalina corría y fluía sin descanso a través de sus venas, gozando con ello, disfrutando con enorme satisfacción mientras los escuchaba rogándole y suplicándole clemencia, la cual nunca concedió. Esas mismas sensaciones eran las que estaba experimentando en este preciso instante, al tener a Kakarotto a su merced y a punto de verle derrotado y postrado ante sus pies. Y sin poder contener la espera durante más tiempo, decidió que ya había llegado la hora de revelarle toda la verdad y que empezara cuanto antes a sufrir...

- Después de tu muerte, los entrenamientos y la lucha ya no tenían ningún sentido para mí. – Comenzó a relatar. - Pensé que ya nada podría hacer para recuperar la dignidad que tú me arrebataste, pero entonces, cuando ya casi había perdido toda la esperanza...apareció ella...y ahí fue cuando lo ví, cuando descubrí un nuevo modo de vengarme, el único que dejaste a mi alcance...y esta vez, no lo dejaría escapar...- Añadió, haciendo una pausa, con la clara intención de que fuera el propio Kakarotto el que sacara sus propias conclusiones.

Goku se mantuvo durante unos segundos asimilando las palabras pronunciadas por el príncipe, hasta que un pensamiento fugaz recorrió su mente, consiguiendo que su corazón diera un vuelco ante tal presentimiento.

- ¿Ella?...No estarás...no estarás refiriéndote a ...- Comenzó a decir, esperando que su intuición estuviera completamente equivocada.

- ¿A tu mujer? – Le interrumpió de inmediato el príncipe, terminando él mismo la frase que el otro saiyan no fue capaz de concluir. Volvió a reir con más fuerza que antes, divertido ante el patético gesto de incredulidad que mostraba su rival. - No sólo eres estúpido, Kakarotto. No sólo eres la mayor deshonra que jamás haya existido en nuestra raza, sino que encima, eres completamente inútil y nunca fuiste capaz de demostrar tu hombría como debe ser...- Pronunció con desprecio y mordacidad. - Pero no te preocupes, yo mismo me encargué de corregir tu patética ineficacia...y créeme...deberías estarme agradecido...- Añadió después con socarronería, a modo de burla.

- ¿Qué le hiciste a Milk?...¡Contesta!. – Gritó Goku con furia. Por su mente, comenzaron a circular diversas imágenes de lo que Vegeta hubiera sido capaz de hacerle a su esposa, a la madre de sus dos hijos. Pero no...no podía ser cierto...Había visto a Milk hacía tan sólo unas horas y no pudo apreciar nada extraño en ella...

- ¿Hacerle?. – Rió de nuevo el príncipe. - ¡Solo le demostré lo que es un verdadero macho saiyajin!. ¡Tenías a tu mujer tan necesitada que no me quedó más remedio que concederle el honor de compartir mi lecho!. – Reveló finalmente, alzando aún más la voz, para de ese modo, conseguir hacer más fehacientes y veraces sus argumentos.

- ¡Mientes!...- Exclamó Goku al borde de la desesperación. - .Milk nunca sería capaz de hacer algo así..- El la conocía perfectamente. Estaba seguro de que, por su propia voluntad, su esposa jamás actuaría de esa forma. Si lo que Vegeta decía era cierto, entonces probablemente se debería a que fue obligada, o quizá manipulada por el príncipe, el cual había comenzado de nuevo a reir con enormes carcajadas al observar la reacción del ser que más detestaba en toda su vida. Pese a que la tortura psicológica a la que estaba sometiendo a Kakarotto, estaba logrando el efecto deseado, sintió la terrible necesidad de continuar, de ir incluso más allá...Quería verle sufrir hasta el límite...ansiaba con desesperación verle humillado y mortificado, retorciéndose de dolor e impotencia..

- ¡No imaginas lo mucho que disfruté fornicando una y otra vez con tu hembra!. Escucharla gemir como una perra mientras se retorcía de placer entre mis brazos, era como música celestial para mis oídos. - Exclamó con todo el odio reflejado en su mirada y con una sonrisa estremecedora y cruel, con la que le demostraba lo mucho que estaba disfrutando con ello. – ¿Ves esta técnica que he utilizado contigo?. – Le preguntó refiriéndose a los aros de energía con los que le mantenía atrapado. – Pues precisamente la usé también con ella en una de las ocasiones en las que compartió cama conmigo. Y te aseguro que a ella le encantó. – Rio de nuevo de forma estrepitosa y después, hizo una breve pausa para rápidamente continuar diciendo: - Si no me crees, puedes preguntárselo a ella...pero para eso tendrías que salir victorioso en esta batalla antes de que tu tiempo de estadía aquí finalice...Y eso, jamás sucederá...- Añadió, con la intención de culminar de esta forma su particular charla con Kakarotto y acabar con su maldita presencia de una vez por todas. Levantó su brazo derecho, dispuesto a preparar una de sus poderosas técnicas de combate para así eliminarle cuanto antes, y gritó: - ¡Voy a enviarte al sitio de donde vienes!-

Las palabras del príncipe se repetían una y otra vez por la mente de Goku, consiguiendo que todo el dolor sufrido se fuera tornando en rabia y en cólera. Solo la crueldad y la vileza de los seres más maléficos y despiadados eran capaces de lograr este efecto en él, y Vegeta se estaba convirtiendo en uno de ellos. Enseguida, comenzó a sentir la furia saiyajin apoderarse de su cuerpo logrando renovar de forma inmediata sus energías perdidas. Aumentó su ki, y ante el asombro del príncipe, sus brazos y piernas se fueron liberando de su prisión, llevándose consigo varios trozos de la roca donde los aros de energía lo mantuvieron atrapado durante el largo rato que duró la conversación. Antes de que Vegeta pudiera reaccionar, se abalanzó sobre él, y le asestó un duro golpe con uno de los trozos de piedra que aún mantenía apegado a su brazo derecho.

- ¡Te aprovechaste de ella!...- Le gritó enfurecido, mientras el príncipe se dolía por el embiste sufrido. - ¡Maldito seas, Vegeta!. ¡Lo pagarás!..– Exclamó, a la vez que repetía el mismo golpe anterior con su otro brazo.

Después de eso, las fuerzas de ambos se igualaron de nuevo, y continuaron luchando el uno contra el otro. En un interludio entre el combate, Goku volvió a dirigirse a su rival, y le preguntó sin reservas:

- ¿Como pudiste, Vegeta?. ¿Por qué tuviste que utilizarla a ella?. ¿Qué ganabas tú con eso?. – No podía dejar de pensar en todo aquello que Vegeta le reveló minutos atrás.

- ¿Ganar?. No se trataba de ganar o perder. El hecho de hacer mío algo de tu posesión, lograría calmar algo mi sed de venganza. – Se explicó el príncipe. - Y así fue como lo planeé...y déjame decirte que no sólo logré mis objetivos, sino que encima, disfruté como nunca. - Añadió, esbozando en su rostro nuevamente su media sonrisa de satisfacción.

Goku todavía no podía creer que todo lo que Vegeta le había contado fuera cierto. Desde el momento en que supo que el príncipe tendría un hijo con Bulma, siempre tuvo la certeza de que aquello lograría modificar radicalmente su carácter y que su actitud fría y despiadada desaparecería para siempre.

- ¿Y qué me dices de Bulma?...¿Es que no te importó engañarla de ese modo?. – Preguntó, acordándose en ese mismo instante de su querida amiga, y de lo que aquello podría significar para ella si llegara a enterarse.

Vegeta gruñó de forma furiosa. Rápidamente contestó:

- ¿Por qué habría de importarme?. ¡Mi honor, mi orgullo y mi dignidad son lo más importante para mí!..¡Ahora y siempre! – Le gritó lleno de ira. - ¿Cuándo diablos vas a entenderlo, maldito estúpido?. – Jamás le haría saber a Kakarotto que siempre trató de evitar que Bulma se enterara de todo aquello. Le conocía tan bien, que estaba completamente seguro de que el insecto que tenía delante jamás le contaría nada a ella, por el simple hecho de no hacerla sufrir. Inmediatamente después, comenzó a relatarle a su rival, paso a paso, la forma en que se dejó poseer por Babidí con el único fin de lograr más poder y energía para así lograr derrotarle y culminar su venganza.

La batalla continuó hasta que ambos se percataron de la presencia del monstruo Boo, y Goku intentó convencer a Vegeta de que abandonaran la batalla y unieran sus fuerzas para vencerle. El príncipe, furioso y enojado por ser de nuevo relevado a un segundo plano en las prioridades de Kakarotto, le engañó y le hizo creer que aceptaba, pero en un descuido de su rival, le golpeó por detrás dejándole inconsciente, y se dirigió él sólo a pelear contra el nuevo enemigo, al que no pudo vencer, y terminó por sacrificar su vida de forma inútil, puesto que ni con su autodestrucción logró eliminar a Boo.

Finalmente, y después de que Vegeta regresara por un día al mundo de los vivos, unió sus fuerzas a la de Goku, y después de muchos esfuerzos, lograron derrotarle.

El príncipe logró resucitar de nuevo gracias a las esferas del dragón, concediéndosele así una nueva oportunidad de redimirse por todos los viles actos que cometió durante toda su existencia. Goku supo entonces que la vida de Vegeta cambiaría radicalmente a partir de ese mismo instante y que no tenía ningún sentido guardarle rencor por todo lo que sucedió entre Milk y él. Tampoco vio la necesidad de remover el pasado hablando con su mujer sobre aquél turbio asunto, y decidió callarlo para siempre. Su esposa solo fue una víctima que se dejó arrastrar por las artes de manipulación de Vegeta, e incluso él mismo se sentía responsable, puesto que estaba convencido de que ella había actuado así por su culpa, por haberla abandonado nuevamente.

De esta forma, todos volvieron a reanudar sus vidas, y lo que aconteció durante aquellos días en Capsule Corp. nunca más fue mencionado ni sacado a la luz.

Los dos protagonistas, Vegeta y Milk, llegaron incluso casi a olvidarlo por completo, enterrándolo para siempre en sus mentes como...¿un mal recuerdo?...no...ninguno de los dos lo definiría de esa forma...quizá sí como un error, una equivocación que pudo haberles salido caro, a pesar de que muy en el fondo, en el más profundo rincón de sus pensamientos, jamás encontraron un motivo que les hiciera arrepentirse del todo...

FIN

ACLARACIONES: Cabe destacar que este capítulo narra con exactitud todas y cada una de las escenas y diálogos que fueron completamente censurados durante la pelea que Vegeta y Kakarotto mantuvieron. Se intentó por todos los medios borrar lo que en realidad sucedió, pero nosotras hemos creído conveniente haceros partícipes de la única y fehaciente verdad.

Así mismo, nuestra intención es que no se olvide que nuestra historia es un fanfic, aunque todo lo que se relata en él, podría ser perfectamente factible dentro del anime y del manga, y por lo tanto, nunca debería ser calificado como un universo alternativo.

Finalmente, os damos las gracias por el interés mostrado en nuestra primera historia creada juntas. Esperamos que, si el tiempo lo permite, podamos realizar algunas más, con la enorme esperanza y el deseo de que os agraden al menos de la misma forma que ésta.

Muchos besos y...¡hasta pronto!!..

DioXa y Saiya Elite.