Vicio 20: Animal.

Fandom: Yu-Gi-Oh!

Personajes: Seto Kaiba, Joey Wheeler, Yami Yugi, Yugi Motou. Breve presencia de los hermanos de los dos primeros.

Summary: Se mordían, sentían el aroma del otro y gruñían. Por mucho que les molestase a los dos idiotas, ellos realmente se comportaban como animales, buscándose el uno al otro.


Hay días en los que Yami se pregunta por qué diantres salió de su rompecabezas y cuán cómodo se está allí, en ese laberinto de recuerdos y silencio; y no acá afuera con tanto alboroto. Si escucha nuevamente a esos dos pelear le saldrá el sádico que lleva dentro.

Un faraón no era precisamente un gobernante tolerante y, si bien tiene sus métodos para aparentar decencia y razón, Yami conoce un par de trucos para sacar la lengua de la mandíbula sin que realmente se despegue por completo del cuerpo. No quiere traumatizar a Yugi con tales técnicas pero realmente su paciencia está llegando al límite. Sin quererlo mucho ya está pensando en un modo de disculparse por adelantado con Yugi si es que se amerita que use su cuerpo para realizar tal tortura.

Está terriblemente tentado de echar rienda suelta a los recuerdos no tan escondidos de su pasado con tal de que deje de percibir ese chirrido molesto.

- ¡Aléjate de aquí perro!

- ¿Ah, sí? ¡Pues dime eso a la cara, niño mimado!

- ¡Perro de cuarta!

- ¡Ricachón engreído y perdedor!

Está visualizando un templo egipcio, unas cuchillas ceremoniales y dos altares de sacrificio. Nunca le gustaron mucho las odas en su nombre con sangre, pero cree que si tiene a esos dos de víctimas puede que el hecho no sopese mucho en su conciencia.

- ¡Me dice perdedor el que no es capaz de salir de la sombra de su mejor amigo para ser alguien! ¡Qué chiste!

- ¡Eso se llama amistad, retardado! ¡Algo que tú no tienes, a ver si algún día te compras un amigo!

- ¡No necesito tonterías así! ¡Ya crece, Wheeler, estás bastante mayorcito para creer que un simple lazo fraternal hará milagros con tu burla de persona!

- ¡Y tú eres lo suficientemente idiota para no darte cuenta de lo que necesitas aunque tal cosa te muerda el trasero, engreído de porquería!

¿De qué están peleando?

¡Ah, sí!

Esos dos supuestamente dejaron un par de lado sus diferencias, se habían vuelto grandes amigos (meros conocidos dicen ellos) y ahora comparten un gran tiempo juntos, para calma del grupo. Bueno, hasta que la realidad les dijo que años de rivalidad y mala leche no se pasarían en tres días.

Dios, tres días y Yami siente que la cabeza le estalla. Esta pelea parece contener todas las ganas de matarse de los últimos días de tregua. Brevemente considera si todo ese acto de fraternidad no fue más que eso; un acto.

Siente que sí.

- ¡No me hables en ese tono, Wheeler!

- ¡A mí no me mandas a callar, Kaiba!

Yami ve a Serenity y a Mokuba tratando de tranquilizar a sus respectivos hermanos con algo cercano a la lástima. Bueno, no tanta dado que esta pelea la han iniciado los menores; no que se les pudiese culpar de tanto pero, a quién se le iba a ocurrir que esos dos niñitos vendrían con semejante idea. Mira que ponerse a comparar entre hermanos y los buenos tratos que sus mayores les han dado, y de ahí la cosa escaló hasta donde está.

Dales un tema a estos dos para pelear y tendrás una guerra mundial antes de lo que canta un gallo. Yami lo tenía perfectamente claro y no sabe cómo es que los hermanos de los dos idiotas ahí peleando no se habían dado cuenta.

-Hey.

Hmm?

-Yugi? – Yami dice, sintiendo la presencia de su otro yo al interior del rompecabezas, sonriendo – ¿Y tú que haces tan feliz? – le pregunta al otro mentalmente, sorprendido ante la calma de su otro yo.

-Nada, Yami – y el perla sonríe de nuevo. Yami conoce esa sonrisita y no son precisamente buenas noticias. Es burlona (o lo más burlona que Yugi puede manifestar) y claramente divertida. – Es que es obvio. – Y se larga a reír calladamente.

¿Es obvio qué?!

-¿Qué cosa, Yugi? – pregunta Yami, aún sorprendido porque la situación realmente divierte a Yugi.

Yugi hace que mentalmente se focalice en la pelea, en lo que dicen y en cómo lo hacen. Yami no entiende muy bien qué es lo que el pequeño le quiere decir.

-Mira bien, - dice Yugi – Cuando esos dos pelean, se olvidan de todo y todos, Yami. –Dice lentamente, como si Yami fuese un infante - ¿Crees que se han dado cuenta de que Serenity y Mokuba están allí?

-¡Pero por supuesto- y Yugi lo interrumpe, suspirando cansado.

-Mira de nuevo. Mira los dos de esos dos. – Yami los mira, no sabiendo qué encontrar.

- ¿Y qué se supone que es lo que debo notar? – Y Yami ve como Yugi se rinde y escucha un simple:

- Esos dos no se pueden quitar las manos de encima, Yami. – Y luego repite, calmado – No se pueden quitar las manos de encima. Parecen un par de animales en celo, si me preguntas mi humilde opinión.

Animal-

¿QUÉ?

De pronto Yami ve con otros ojos el semblante de cada uno y sí… Se mordían, sentían el aroma del otro y gruñían. Por mucho que les molestase a los dos idiotas, ellos realmente se comportaban como animales, buscándose el uno al otro.

¡Par de idiotas y sus complejos de inferioridad, esa forma de desconectar la cabeza en el instante en que el otro aparece en el campo de visión y maldito él que no se había dado cuenta! ¡Ve de nuevo a Yugi reír a carcajadas y nuevamente se sorprende en cómo es que no se percató antes!

-Bueno, tendrán que darse cuenta de lo que sienten tarde o temprano, Yami. – Yugi sentencia en esa suave voz que tiene y su presencia parece volver al rompecabezas. Yami está elucubrando una forma de forzar tan realización cuando siente un mental (pero fuerte) golpe de parte de Yugi. – No, Yami, se han de dar cuenta solos.

-Pero ese par de animales no se va a callar pronto – Yami espeta a su contraparte, claramente hastiado.

- ¡Entonces paciencia! – Yugi toma su lugar, dejándole a Yami dentro del rompecabezas – relájate allí, ¿Quieres? Yo lidiaré con ese par por mientras.

Yami asiente parcamente y se retira a sus aposentos en el rompecabezas, alegrándose que ya no está manifestándose físicamente en el cuerpo de Yugi y que ya puede dejar de escuchar a ese par de animales en pleno cortejo.


NA: ¡Lamento mucho mi hiatus! Estar ocupada sencillamente no alcanza a describir mi estado durante estos años, pero ya estoy finalizando mi carrera así que me pondré al día con esta tabla.

¡Sólo quedan 10 temas!

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Relena.