La envidia es causada por ver a otro gozar de lo que deseamos; los celos, por ver a otro poseer lo que quisiéramos poseer nosotros.

Diógenes Laercio

MATANTEI LOKI RAGNAROK

Siete oportunidades de pecar

1 – Envidia

Ya estaba aburrido, Mayura siempre aceptaba los casos más aburridos pues creía que se trataban de eventos paranormales. ¿Cuándo iba a aprender la chica que tal cosa no existía… o al menos, no sucedía a la vista de todos los humanos?

Porque nada podía ser más misterioso que el hecho de que un dios estuviera viviendo entre los humanos –y no sólo uno- y que éste mantuviera voluntariamente el aspecto de un niño mientras su hijo menor cuidaba de él y su hijo mayor fingía ser su mascota. O el hecho que un pequeño fantasmita rosado estuviera posado sobre su cabeza mientras ellos observaban a una chica sentada en una de las bancas del parque.

Odiaba que ella aceptara esos casos pero, en realidad, lo que más odiaba era que él no tuviera el deseo de contradecirla.

Y es que había aceptado hacía mucho tiempo que la compañía de Mayura era algo que él deseaba mucho, quizá demasiado y deseaba pasar más tiempo con ella pero… no detrás de un arbusto.

Finalmente, algo de movimiento. Un hombre de gran atractivo llegó y se sentó junto a la muchacha, saludándola con un apasionado beso en los labios.

—Perdóname por la espera —dijo con voz seductora— mi esposa se vuelve cada vez más paranoica.

—En cambio mi esposo es tan crédulo que ahora debe pensar que soy raptada por extraterrestres todas las tardes y por eso pierdo la memoria de lo que he hecho en la tarde.

«Bingo» pensó Loki y observó cómo Mayura ponía esa adorable expresión de desilusión al haber descubierto que no había tal Fushigi Mistery.

—Te lo dije, Mayura —dijo, pero la chica no le prestaba atención. Se había quedado fija en la pareja que se besaba con gran pasión. Un ligero color escarlata se había adueñado de sus mejillas.

—¿Mayura?

—¿Qué? —dijo ella, volteando hacia el dios del caos— ¡Ah¿Qué decías? —añadió con una risa nerviosa. Loki sonrió maliciosamente.

—Muy entretenido¿no te parece?

Ella se sonrojó completamente y se levantó de inmediato para alejarse de él, pero no salió del parque.

La encontró sentada en una pendiente que daba hacia un canal artificial donde el agua reflejaba los rayos del sol que llegaba a su atardecer. En silencio se sentó junto a ella y así aguardaron unos minutos.

—En parte me da envidia —dijo con rapidez, como quien teme decir una imprudencia. Loki notó que sus mejillas volvían a teñirse de rojo.

—¿Por qué envidia? —preguntó el ojiverde.

Ella dejó caer su espalda hacia atrás y colocó sus manos detrás de su cabeza para quedar recostada cómodamente mientras dirigía su mirada a las nubes que lucían particularmente esponjosas ese día.

—Debe ser hermoso tener a alguien que te bese con esa pasión.

Loki la observó por un instante, un poco sorprendido de ella, de su confesión, pero luego cayó en la cuenta de la oportunidad que se le presentaba.

—Así que te gustaría que alguien te besara así.

Ella giró su cabeza hacia él para contestarle pero lo que vio la dejó sin palabras.

El cuerpo del pequeño detective se iba estirando mientras que sus ojos esmeralda permanecían fijos en ella y cuando su transformación estuvo completa giró todo su cuerpo para abrazarla y sin dejarle reaccionar unió sus labios a los de ella, quien abrió los ojos al máximo y –principalmente por la sorpresa- no respondía al beso pero a él no le parecía incomodarle, masajeaba los labios de su "asistente" con los suyos y los acariciaba con su lengua. La sorpresa de Mayura no duró mucho, lentamente fue cerrando los ojos y entregándose al beso moviendo sus labios al ritmo que él marcaba.

Sus manos se acercaron tímidamente a la cabeza de Loki para enredarse en sus cabellos mientras él delineaba con sus manos la delicada figura de la pelirosada.

Con sutileza logró introducir su lengua dentro de la boca de Mayura que se estremeció cuando la sintió hacer contacto con la suya. Ella tenía un gusto muy dulce, un sabor que nunca antes había probado.

Y ella lo tiraba de los cabellos, invitándolo a profundizar más el beso, a prolongarlo hasta que los dos quedaran sin aliento.

Y no se dieron cuenta del momento en que dos jovencitas que pasaban por allí comentaron: "¡Qué envidia me dan!"


Notas de autora: (¿Otro fic? Pero si no has terminado los demás) Calma Dulce, que este es uno muy especial. Se trata de una comunidad de retos que yo administro (link al final de mi profile), se llama retos a la carta y tiene una gran variedad de tablas como la que yo escogí de los pecados capitales. Así que aún nos faltan seis capítulos (¿Quiere decir que habrá lujuría?) Si... probablemente me estrene en la categoría M de este fandom :P

El próximo será Ira...