Sorpresas

Sorpresas

By: Tommy Hiragizawa

Los personajes no son míos, son de la gran Rumiko Takahashi.

N.a. : Bueno. Ahora sabemos, creo que todos, el final de Inuyasha. Me gusta que se queden juntos, la verdad (Inu y Kagome), pero que Rin no se quedara junto a Sesshoumaru es otra historia. Es que ya me imaginaba a Sesshoumaru de buen padre. Aunque se me hizo de lo mas tierno que en las últimas páginas fuera a dejarle un Kimono y que Kagome le gritara "Onii-chan!!"... jajajaja. Fue lo mejor.

Pero en fin. Siguiendo con el fic que estoy escribiendo. Espero que les guste este que va a ser el penúltimo cap. de la serie.

Sin mas que decirles me despido.

Y que comience el fic!!

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Cap. Anterior.

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No… no es el momento de regresar… es el momento de una elección –

Kikio entró y Kagome descubrió lo que parecía ser una estatua…

soy yo – la sorpresa era evidente en los ojos de Kikio, aquello que pensó seria un monumento era una figura exacta de ella… parecía recién hecha.

Puedes quedarte… pero se necesita un sacrificio de tu parte… -

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Cap. 3... regreso.

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En aquella habitación casi sin luz dos personas esperaban con expectación las palabras finales de la señora de las tierras del Oeste. Kikyo e Inuyasha estaban tomados de la mano, esperando por fin enterarse del modo en que por fin podrían estar juntos. Sesshoumaru estaba al lado de su mujer, con una mano en su hombro apoyando su decisión y dándole la fuerza para hablar al fin.

Kagome dio un largo suspiro ante el silencio abrumador que solo se cortaría con sus palabras.

estás dispuesta a cualquier cosa con tal de estar con Inuyasha, no es así Kikyo?? – le sonrió conociendo de antemano la respuesta de su encarnación.

Si – apretó con mas fuerza la mano que se entrelazaba con la suya.

Y tu Inuyasha, que estás dispuesto a hacer por ella?? –

Lo que sea – y miró a la Miko con todo el amor que sentía hacia ella.

Entonces, no veo ningún impedimento para llevar a cabo el sacrificio. A fin de cuentas, es lo mismo con lo que yo viví por mucho tiempo –

Explícate – pidió con un tono de suplica el Hanyou.

Es un simple conjuro. Sesshoumaru me lo explicó y creo que va a funcionar a la perfección. Crearemos otra Kikyo –

Otro cadáver? - alzó una ceja el menor de los dos hermanos – pero... en aquella época yo podría darme cuenta de que no es Humana –

No, no va a ser otro cadáver – intervino esta vez el Youkai

Esta vez no es necesario barro ni huesos. El cuerpo es completamente humano... o acaso sentiste un olor a cadáver cuando entraste?? –

No... solo... otro olor a... –

A Kikyo – terminó la frase incompleta de su amigo.

Entonces, cual es el sacrificio? – Kikyo cada vez estaba mas nerviosa.

Almas... – terminó al fin – necesita un alma para poder sobrevivir y sobre todo un soplo de vida... –

Colmillo sagrado – mostró su espada

Y la historia se repetirá, ya que como tendrá nuestras almas, vivirá exactamente lo que vivió, sin cambiar una sola parte de la historia original - siguió hablando – te conocerá – miró a Inuyasha – se enamorarán – ahora a Kikyo – y al final, Naraku los separará. Llegaré yo, conoceré a Inuyasha, me enamoraré de él y ante tanto dolor conoceré a Sesshoumaru y lo amaré –

Pero... dijiste nuestras almas –

Creías que sería tan fácil como darle la mitad de tus almas?? – miró a la miko con una ceja alzada. Ante esto Kikyo agachó el rostro. – no es tan fácil. Tienen que ser las almas completas, para que un cuerpo se pueda mantener... recuerda que es un "clon" no tiene poder espiritual, por lo que si regresa a tu época con solo la mitad de sus almas no podrá tomar tu lugar como la protectora de la perla y si eso pasa no se conocerían. Por eso yo te ayudaré. Mi cuerpo es el de una Youkai, pero mis almas están divididas. Es verdad que perderé mis poderes espirituales por un tiempo, pero no me pasará nada por eso. En cambio tu te sentirás mal por una temporada y es probable que seas susceptible a las enfermedades, pero por lo menos estarás aquí, o no? –

Y... entonces, podríamos estar juntos – sonrió Inuyasha ante la idea de pasar el resto de su vida junto a la mujer que siempre amó.

Entonces, en verdad estás lista para darlo todo a Inuyasha?? –

Hai –

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El cuerpo falso de Kikyo estaba suspendido en el aire. En dirección a los cuatro puntos cardenales se encontraban Inuyasha, Sesshoumaru, Kagome y la verdadera Kikyo. Ambas mujeres juntaron sus manos, una frente a la otra y comenzaron un rezo sincronizado y sus cuerpos comenzaron a brillar.

Sentían un inmenso dolor, pero tuvieron que seguir con el conjuro sin importar las ganas que tenían de gritar por aquella tortura. Una a una comenzaron a salir almas de sus cuerpos para introducirse al cuerpo sin vida y al llegar a 5 de ambas soltaron sus manos y detuvieron sus rezos para caer desmayadas al suelo.

Sesshoumaru se acercó y atravesó a la mujer con colmillo sagrado, dándole el don de la vida.

Respiraba. Aquel cuerpo que hace solo unos minutos era un muñeco sin vida ahora respiraba como cualquier ser vivo, mas no abrió los ojos. De inmediato comenzó a desvanecerse, completando así aquel ritual.

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Abrió lentamente los ojos, dejando que sus pestañas hicieran aquel movimiento que al Hanyou pareció hechizarle. Se frotó los ojos cual niña pequeña e hizo un pequeño puchero. Ahora que conocía a aquella Kikyo se dio cuenta de que en verdad siempre trató de encontrar a esa mujer. La que era inocente y amable y no la que era fría y desconfiada. Aquella que en ese momento estaba despertando después de medio día sin parar de dormir. La que en ese momento le sonreía.

Sonrió al verlo frente a ella. Tomando su mano de manera cariñosa y acariciando levemente su piel con el pulgar. Le ofreció una mirada cariñosa y una sonrisa aún mas radiante ante el cariño que notaba en cada toque de su palma sobre la suya.

Aquel cosquilleo nunca antes experimentado que sentía en el estómago.

Aunque estuviera cansada y sin poder espiritual era la primera vez que se sentía completamente viva y feliz.

La vio hacerse a un lado, dejando un hueco en su cama y ofreciéndole ese espacio. Se sonrojó por la petición pero la aceptó. Recostándose a su lado y abrazándola contra su pecho. Solo para dejarla dormir una vez mas en aquella posición.

te amo – le besó la frente y envuelto por el aroma de su cabello se dejó arrastrar a los brazos de Morfeo.

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Le acariciaba el cabello de vez en cuando al mirarla dormir. Porque tal vez no fuera la persona mas sensible de la tierra o el mas expresivo, tal vez sólo en aquellos momentos de tranquilidad fuera capaz de susurrarle cuanto la quería y acariciarla con ternura, pero ante todo... amaba a su mujer. A esa mujer Humana que dejó su humanidad de lado para estar con él, que dejó a su familia, su primer amor y podría decirse que su vida. A esa hembra que encendía sus sentidos e instintos con tal facilidad que le parece fascinante.

Paró sus caricias cuando se movió y su respiración dejó de ser tranquila.

hola – lo saludó abriendo los ojos y sonriéndole.

Hola – regresó el saludo acercándose para besar sus labios. Sin perder la compostura ni el temple de su rostro.

Todo salió bien? –

Hai – la vio estirarse como un felino, llevando sus brazos hacia atrás y moviendo la cabeza de un lado a otro.

Están en su habitación – olfateo el aire y sonrió satisfecha ante la idea de haberle devuelto a Inuyasha un poco de todo lo que había hecho por ella.

Solo espero que no se les ocurra hacer algo en lo que están en palacio –

Algo?? –

Si, "algo" –

Ah... te refieres a este algo?? – se acercó a la silla en donde estaba sentado gateando, bajando de la cama muy lentamente y sentándose en sus piernas para besarlo lenta y sensualmente.

Hablo de algo un poco mas como esto – le mordió el labio inferior y adentró su lengua dentro de ella aprovechando un jadeo de excitación.

O como esto – comenzó a moverse, frotando sus centros aún sobre la ropa.

O esto – tomó sus pechos con mas palmas extendidas y apretando al cerrarlas aún con ellos en ellas.

Que tal si mejor somos nosotros los que hacemos cosas malas mientras ellos están en su habitación?? –

Por mi perfecto – contestó y comenzó a besar su cuello, raspándolo con los colmillos y lamiendo las gotas de sangre que emergían de sus heridas. Ella gimió con fuerza ante la lujuria que despertaba en ella aquel olor a sangre y lívido que despedían sus cuerpos...

Llevó sus garras hasta sus ropas y esta vez las apartó con cuidado. Lamiendo el pecho descubierto de su marido al dejarlas caer al piso, mientras tanto el la tomaba de las caderas y la hacía marcar un ritmo un poco mas acelerado para sus roces.

mío – escribió con su garra sobre la carne blanquecina del youkai y el igual que él lamió los rastros de su herida. Aquel sabor excitaba a ambos... malditos sus instintos de youkai.

Igual tu – dio un lengüetazo donde estaba la marca en su cuello, la que la hacía suya.

Si... tuya... anda cariño... muéstrame quien es el macho alfa – acarició sobre el Hakama el bulto de su miembro y rasgó la ropa para dejarlo salir por el orificio.

Perra – gruñó al sentirla bajar de sus piernas y adentrar la punta de su miembro en su boca. Acariciando con la mano derecha sus testículos y con la izquierda masturbando el nacimiento de su hombría. – bruja – fue un susurró precedido por un jadeo y palabras errantes. Su miembro estaba duro y palpitante. Completamente erecto y comenzaba a ser doloroso todo ese placer, pero odió cuando ella detuvo su caricia.

Abrió los ojos para reclamarle. Pero no pudo hacer nada ante la visión frente a él.

Estaba con los brazos apoyados en la cama, mostrándole su entrada desde atrás, habiendo olvidado su Kimono en el suelo.

vamos cariño, penétrame de una vez – acercó su mano a su entrada y rasgó un poco con la punta de su garra. Haciendo aún más irresistible su invitación al mezclar las dos esencias mas excitantes para un demonio.

Como un felino cazando. No tardó en introducirse al cuerpo de ella y comenzar con el vaivén de sus cuerpos sincronizados. Tomó sus pechos con sus manos, estrujándolos, no acariciándolos, todo producto del placer loco que estaba sintiendo ante los movimientos circulares que hacía ella acompañando sus embestidas.

Gritaban, no gemían. Gruñían y maldecían todo lo que encontraran a su paso. No podían controlar las palabras ni el volumen.

La hizo levantar una pierna, permitiéndose así una mejor penetración. Cada vez mas dentro, mas fuerte y mas rápido.

Otra vez un cambio de posición. Ahora ella estaba recostada completamente, con las piernas envueltas en las caderas de su esposo, mientras él, aún de pie, la tomaba por los muslos y embestía su cuerpo sin clemencia, haciéndola rebotar en el colchón ante la fuerza de sus estocadas.

Cualquiera pensaría que la partiría en dos, mas ambos estaban disfrutando del modo salvaje en que se entregaban.

Ella gruñó con fuerza al sentir los espasmos recorriendo su cuerpo al acercarse al clímax. Las contracciones de su vagina lo apresaron en un torrente de lujuria y deseo y aunque cada vez su entrada era mas estrecha él continuó penetrándola aun con mas fuerza. Sintiéndose el mismo el límite del colapso y al filo del final húmedo y delicioso de su unión.

Ambos explotaron.

Gritaron.

Gruñeron.

Gimieron.

Jadearon.

Y se corrieron.

Salió de ella y con evidente cansancio se recostó en la cama que compartían. Lástima que ella aún estuviera ardiendo.

aún quiero más – ronroneo ella.

Lo besó al revés. Bajando lentamente. Lamiendo su pecho, tu torso. Acercando poco a poco su sexo aún chorreante a la boca de su marido y aproximándose ella misma a su miembro ahora ya semi-erecto.

El lamió su sexo y adentró su lengua en su pequeña entrada. Lamiendo de manera constante los labios vaginales y el clítoris con movimientos circulares. Una de sus manos le ayudó. Su dedo índice se dedicó a acariciar aquel botón que sobresalía entre los pliegues de su entrada y su lengua a simular nuevas penetraciones.

Ella por su parte siguió su ejemplo. Volviendo a tener aquel miembro en su boca, pero esta vez con el sabor de su anterior unión. Aquello la encendía y la dejaba en medio de la hoguera. Ya no solo eran lamidas o deslizamientos dentro de su cavidad bucal, sino también raspadas rápidas con los dientes afilados. Como si fuera a morderlo para comerlo. Lamió su extensión esta vez sin tenerlo dentro de su boca y succionó uno se sus testículos con suavidad, sin intentar lastimarlo esta vez.

Ambos estaban excitados, listos para experimentar una nueva posición.

"nota mental: comprar el kamasutra"

Ella comenzó a bajar otra vez. Llegando a la punta de sus pies y rozando así una vez mas la entrada de su sexo con la punta del miembro erecto de su esposo.

Se sentó sobre el poco a poco, dejándole resbalar dentro de ella.

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Kikyo despertó al escuchar unos ruidos extraños. Pareciera como si los dueños de la casa estuvieran teniendo una pelea o algo por el estilo.

Se revolvió entre los brazos de su novio y levantó la mirada para verlo a la cara. Lo encontró sonrojado y con las orejas caídas tratando de no escuchar.

que sucede?? Están peleándose?? - preguntó ella inocentemente.

"gracias a dios que no se ha dado cuenta" –

Inuyasha... ¿porqué tienes en la cama tu Katana? –

"oh oh" – se puso mas colorado... lo que ella sentía no era precisamente su Katana.

Continuará...

Konichiwa!!... bueno. Espero que les gustara este epi, y como siempre digo, lamento la tardanza.

Pero es que, sin querer que suene a excusa, según yo aquí en México iba a tener más tiempo libre para poder escribir. Pero cuando llegó aquí me doy cuenta de que hago mas cosas aquí de las que hago en vacaciones en España. Pero bueno, ya que me di un tiempo para poder escribir espero de verdad que este epi fuera de su agrado.

Tomando en cuenta de que lo escribí en un ratito.

Sin mas que decirles me despido al fin.

Atte: tommy