Da,da,daaa!

¡Ok! ¡Aki estoy! Harry Potter no me pertenece, por que de ser así, ya estaría bañándome en billetes (babas de codicia).

¡Magnificas personas las que me den una oportunidad! ¡Besos de nariz para todos!

Días Malos

—¡No está! —

—No puede ser. Harry no sabe aparecerse, debe estar cerca—

—Esta bien Dumbledore, eso haremos. ¡Divídanse en grupos de 3! ¡Búsquenlo! —

—¡Síiii! —

Harry escuchaba sonriendo sus tontos intentos en localizarle. Estaba justo bajo sus narices.

Termino de bajar la escalera de la coladera, donde habia entrado cuando la granada de humo estallo. Con sus poderes habia abierto la tapa del drenaje, que estaba tras él a un metro de distancia, sin problemas y entro sagazmente antes de que lo notaran.

Para cuando la cerro, le pareció notar una mano arrugada tratando de encontrarlo.

Harry se guardo su CZ en el fajo del pantalón, justo debajo de su abdomen. Se ajusto la mochila y camino por las cloacas, que apestaban a rayos y a quien sabe que desperdicio de mierda.

Si esos eran magos "Como podrían igual ser locos" pensó sonriendo torcidamente, era obvio que no eran cualquier cosa.

Durante años habia pensado que era el único. Que era especial. Que no habia nadie más como él.

Pero venían ellos, y le mostraban que era tan especial como servilleta en un banquete. De sólo pensarlo los odio. Tenía unas ganas locas por matarlos. Si, matarlos por hacerlo ver como un crío imbecil. Era especial, tenía un talento único, podía crear fuego, crearlo de la nada y consumirlo todo hasta las cenizas.

"Magos estupidos" pensó furioso, pero entre mas caminaba por la inmundicia de las cloacas, más pensaba en la carta que habia recibido. En las lechuzas, en esos hombres apareciendo y desapareciendo… en el anciano salido de la nada…

"La magia es real" pensó después de un rato de estar caminando entre las apestosas aguas negras y las ratas "Yo y ellos somos prueba viviente de eso… pensé que seria un psíquico con cualidad pirómanas… pero si en verdad es magia e incluso hay un colegio para eso… entonces hay más secretos… más conocimiento… más poder…"

Harry sonrío maliciosamente. Ahora tenía un plan.

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3 días depués...

Harry abrió de un portazo las puertas frente a él sin necesidad de tocarlas. Nadie de sus hombres decía nada. Ya lo habían visto hacer esa clase de cosas antes, pero aun así nunca dejaban de sorprenderles.

Después de todo, no todos los días veías a un chico de 11 mover las cosas a su voluntad.

Aun que Harry solía hacerlo cuando estaba de mal humor. Como en ese momento. Tenía una cita en la mansión de su madre. Después de pasar 3 días en el hospital privado de su familia, limpiándose de los gérmenes de la coladera y de pulgas y garrapatas que pudieran enfermarle, sus hombres habían llegado con un aviso.

La familia esta furiosa.

¿Si? Pues él también. Abrió con tanta fuerza la puerta por donde paso, que estas salieron volando del marco.

Todas las mucamas y personal que estaba en la mansión le miraban asustados. Ellos sabían muy lo que se decía de Harry. Lo que de cian de Hi, "El rayo de fuego".

Harry llego al cuarto piso de la mansión, donde estaba el salón de reuniones. Estaba por estallar la puerta cuando esta se abrió de inmediato.

—No tienes por que azotar las malditas puertas— dijo un hombre de gafas cuadradas y pelo negro y liso peinado hacia atrás. Era oriental y Harry le dio una sonrisa burlona al reconocerlo. Era Sheng, el segundo en la línea de sucesión.

El hombre le miro con intenso desagrado, se ajusto las gafas mirándolo con odio destellando en sus ojos, se acomodo con elegancia la corbata roja, que resaltaba drásticamente con su traje de vestir negro.

—Te esperan— dijo con molestia— Ustedes afuera— índico a los seguidores de Harry.

—Cálmate Sheng, no muerden— se río Harry entrando al salón, y Sheng le miro con ganas de matarlo. Sheng serró las puertas tras él, y se giro para ver a la hermandad.

La hermandad, conocida también como la familia, eran quienes manipulaban a toda la mafia china de Inglaterra. Tenían su cede en Londres, en una de las mansiones más hermosas.

La hermandad era compuesta por 3 ancianos y tres ancianas. Y el heredero. Un líder seleccionado por sangre, que significaba que era hijo del antiguo líder ó por selección, cuando el hijo del líder simplemente no era considerado apto ó cuando el líder habia muerto sin descendencia, se hacia una votación entre los ancianos.

Un miembro nuevo era evaluado y aceptado. En esta ocasión, Harry conocía muy bien al líder. Era Weng Xiu-Hang, hijo de un empresario dueño de las fabricas de las zapateras de tennis, donde se armaban las marcas de Pumas, Addidas y Niké en China.

Por 50 dólares la gente conseguía un par de tennis de marca. Y la mano de obra en las fabricas apenas alcanzaba los 50 dólares al mes. Era el mejor de los negocios. Los empleados no tenían seguro y ninguna prestación. Sólo se le pagaba al gobierno para tenerlo contento y a cambio obtenías la mejor mano de obra de esclavos.

Weng habia estudiado leyes en Estados Unidos, fue el primero de su clase en Harward, buen deportista y un genio para ganar los casos cuando trabajo en una famosa banca en New York. Eso decía su currículo…

Pero lo que no decía, era que era un sociopata consumido, buscado por fraude en 13 países diferentes. Mato a su padre 6 años después de recibirse para tomar el control de la empresa. Después de eso se deshizo de sus hermanos, Harry habia escuchado que él mismo los mato en una cena familiar, donde la única superviviente fue su madre, poco se sabe de ella, salvo que ahora esta en una de los mejores hospitales de Londres. Nadie sabe por que le perdono la vida.

Harry h una inclinación respetuosa a la hermandad.

—Ni hao— dijo Harry seriamente.

El líder, Weng, le sonrío fríamente y le indico que se sentara. Harry se arrodillo frente a ellos y los escucho atentamente.

—Hi— dijo Weng sonriendo—Estoy muy molesto, muy molesto— dijo jugando con sus manos— Te doy tu propia pandilla, te encargo que limpies las calles de esos malditos Maguentini y hasta te doy mi respaldo….¿Y como me pagas? — sonrío, y luego su semblante se volvió duro y loco— ¡¡Poniendo a la maldita policía de Londres tras de nosotros!! ¡Te dije que fueras discreto!! ¡Te dije que no quería ninguna de tus muestras de estupidez! ¡Recorriste casi la mitad de la ciudad para nada! ¡Tengo a la maldita mitad de la MI6 tras de ti! — golpeo la mesa furioso, resoplo violentamente paro se calmo, se arreglo la corbata y sonrío de nuevo—Así que dime Hi, ¿Por qué no debo matar a tu madre ahora mismo? —

Harry sonrío y saco la carta de Hogwarts—Por que valió la pena, me entere de algo muy interesante—

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Una semana después n el número 37 de Privet Fleming. Familia Chang.

—Cariño, ya esta lista la cena— llamo una mujer dulcemente a su hija desde la cocina. Era oriental, de pelo negro y lacio hasta la cintura.

—Voy mamá— sonrío su hija bajando por las escaleras, muy parecida a su madre, igualmente con el cabello lacio y negro— Estaba mandando una lechuza a mi amiga Marieta por su cumpleaños—

—Vaya, pronto comenzaras tu segundo año en Hogwarts, aun no me acostumbro a la idea— sonrío su padre desde la mesa de la cocina. Era un hombre de aspecto gentil, tenia un barba corta y estaba medio calvo.

—Eso me recuerda, debemos pasar al callejón Diagón por tus útiles, creo que podríamos ir mañana— sonrío la Sra. Chang.

—Si, voy a necesitar más libros, este año estudiare criaturas mágicas ¿Pueden creerlo? Nunca he visto un unicornio, dicen que en el bosque prohibido hay muchos, pero ni loca me acerco— sonrío la hija.

—Oh, haces bien Cho, quien sabe que cosas habrá ahí, si con lo que tenemos aquí nos basta— dijo su madre seria.

—Si, esa pandilla de matones aun están en las noticias, ¿Sabias que algunos dicen que un niño iba con ellos? ¡Que locura! Ya nadie tiene respeto por los valores— dijo el Sr. Chang molesto.

—Vaya, yo no me entere, hace mucho que no veo la tele— dijo Cho pensativa—Pero he tenido mucha tarea para las vacaciones y quería avanzarle—

—Haces bien hija, lo primero son los estudios— sonrío su padre, y escucharon llamar la puerta.

—Oh, yo voy— dijo el Sr. Chang y fue a la puerta.

—¿Qué comeremos mamá? — sonrío Cho.

—Salmón— dijo su madre sacando el pescado del horno.

—Mm, huele bien mamá—

—Es verdad señora, huele delicioso—

Cho y su madre se giraron bruscamente, y vieron como 8 hombres, vestidos de negor y gafas oscuras entraban a la cocina, con el Sr. Chang amenazado con una pistola automática de 9mm en la cabeza.

—¡Papá! — Cho saco su varita, pero apenas les apunto esta voló de su mano y cayo al piso—¡Que? —

—Oh, no, no. Nada de varitas— dijo una voz juguetona. Cho miro como los hombres habrían paso a un niño vestido con ropas chinas de color negro, usaba unas gafas oscuras y tenia su pelo largo recogido en una coleta.

Una cicatriz en forma de rayo se mostraba en su frente.

o-o-o-o-o-... Dos horas después...o-o-o-o-o-o-o-o-

El baúl de Cho estaba en la sala, 4 de los hombres habían bajado todos sus libros y estaban revisándolos. 3 de ellos estaban rodeando a la familia Chang, que estaba en un sillón abrazándose con temor. La madre de Cho estaba sollozando quedamente, mientras su hija y esposo la abrazaban. Los hombres les rodeaban y a cada uno les apuntaba a la cabeza con sus revólveres de 6 cargas.

El hombre restante, estaba hablando por teléfono en un chino muy rápido, mientras Harry estaba sentado en un sillón examinando la varita de Cho. La sentía particularmente cómoda en sus manos.

—¿Quiénes son ustedes? ¿Qué quieren? Si es dinero, tómenlo, pero déjenos ir— suplico el Sr. Chang.

Los hombres rieron divertidos. Harry le miro sobre sus gafas oscuras con burla—Señor, llevamos casi 3 horas aquí, ¿Y aun piensa que buscamos su dinero? No sea tonto por favor— se río de él.

—¿Por qué quieren mis cosas del Hogwarts? Ustedes no son magos ¿Verdad? Cuando el Ministerios se entere la pagan muy caro— les dijo Cho molesta. Pero sin darse cuenta, ahora los hombres y Harry la miraban atentamente.

—¿El Ministerio? — pregunto Harry serio—¿Es algo así como esos aurores? —

Cho se mostró sorprendida—¿Saben de los aurores? —

Harry no le contesto, desvió su mirada hacia el hombre del teléfono, quien también lo veía atentamente.

—Tienen policías, esos aurores, quizás el Ministerio es su gobierno— dijo Harry jugando con la varita.

—¿Cómo la IM6, el FBI y la CIA? — dijo el hombre serio. Harry miro de nuevo a Cho—Dime, ¿que es eso del Ministerio? ¿Cómo trabajan? —

—No se— dijo Cho. Harry le miro molesto y le hizo una seña a uno de los hombres. Este acerco su revolver a la cabeza del padre de Cho.

—NO! — grito la Sra. Chang aterrada.

—Calma querida, estoy bien, descuida— le sonrío su esposo con calma.

—¡Espere! ¡Se los diré! ¡Les diré todo lo que me pidan, pero no lastimen a mi padre! — suplico Cho asustada.

Harry sonrío—Excelente, habla por favor— pidió con cortesía.

—Jefe, debe ver esto— dijo uno de los hombros que revisaban las cosas de la chica, y le pasó un libro a Harry, titulado Historia de la Magia Moderna.

Harry leyó la hoja y vio como su nombre se mencionaba en la derrota de Quien-No-Debe-Ser-Nombrado.

—Tú, dime ¿Quién es este estupido llamado "Quien-no-debe-ser-nombrado" y "Quien-ustedes-saben" — le espeto ceñudo.

Cho respondió algo asustada—E-es el peor mago de la historia, un mago oscuro que sumió al mundo mágico en una era de oscuridad, fue el más cruel, el peor de todos. Su maldad nunca tuvo comparación con nadie hasta ahora. Su nombre quedo prohibido después de que Harry Potter lo venciera—

—Aquí dice que Harry Potter era sólo un bebé, ¿Cómo un bebé pudo vencer al peor mago de todos los tiempos? — pregunto Harry serio.

Cho negó—Nadie lo sabe, sólo se lo que el libro dice. Harry Potter venció a Quien-Tú-Sabes el 31 de Octubre de 1981…… t-también dice, dice que sus padre murieron tratando de protegerlo… dice… también dice que una cicatriz… en forma de rayo— Cho no continuo. Sus ojos se clavaron en la frente de Harry.

—… entonces no fue por un accidente de auto…— susurro Harry serio, sin prestar atención a Cho.

—¿Potter? — dijo Cho sorprendida. Harry le miro sin expresión—Esa…esa cicatriz en forma de rayo… ¿Eres Harry Potter? — pregunto pasmada, abriendo los ojos desmesuradamente—N-no, no puede ser, Harry Potter desapareció hace un año y…— Cho volvió a callar y miro a todos los hombres que la rodeaban. No podía creerlo. No sabia si creerlo. Miro a los hombres y a Harry una y otra vez. Esperando que alguno dijera algo como "Él no es Harry Potter". Pero ninguno dijo nada.

La imagen de cómo su varita salio volando de su mano le llenaba la cabeza. Sólo los magos podían hacer magia. Harry Potter tenía una cicatriz en forma de Rayo. Harry Potter desapareció hace un año. Sólo los magos hacen magia. Potter tiene una cicatriz en forma de rayo. Potter desaparecio hace un año. Magia. Cicatriz. Desparecio.

Cho miro a Harry más atónita.

—Tú… tú eres Harry Potter—

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Una hora después, Harry (quien se habia cortado el cabello con una navaja para crearse un fleco que le cubriera la cicatriz) Cho y un hombre de su escolta bajaban de un auto negro, frente a una cafetería llamada el Caldero Chorreante.

Entraron, Cho se veía muy nerviosa y Harry le tomaba de la mano como si fueran novios, el hombre iba a un lado de Cho.

—Es aquí— dijo ella en un susurro y les indico la salida trasera, que daba al callejón Diagón.

—Recuerda, no intentes locuras— le dijo Harry al oído. Cho se estremeció del miedo y recordó como sus padres aguardaban en su casa, amenizados por el resto de los hombres de Harry. Aun no entendía nada. ¿Cómo es que Harry Potter, el vencedor de El-Que-No-Debe-Ser-Nombrado fuera un maldito asesino?

La cabeza le daba vueltas y no sabia que hacer. Tenía que pedir ayuda. Hacer algo por sus padres. Pero si lo hacia los matarían. No, no podía arriesgarse. Les abrió el pasaje al callejón Diagón y entraron en él.

Harry y su subordinado miraron todo sorprendidos. Nunca habían visto algo como eso. "Para un set de películas" pensó el joven, mirando con asombro a magos con sus varitas, túnicas, sonidos extraños, las tiendas. Era tan irreal que parecían sacados de una película de fantasía.

Harry salio de sus pensamientos y miro a Cho—¿Dónde cambiamos el dinero? —

Ella los llevo a Gringotts, donde ambos mafiosos casi se mueren cuando vieron a los gnomos acercarse a ellos.

—¿En que puedo servirles? — pregunto el gnomo mirando a los tres.

—Q-que-queremos cambiar dinero muggle por mágico— dijo Cho nerviosa. El gnomo la miro extrañado pero asintió—Síganme por favor— dijo el gnomo y los condujo a un mostrador. Harry le paso un maletín, donde había casi mil dólares (equivalente en libras) en efectivo.

El gnomo de la caja miro todo el dinero sorprendido. Nunca en todo lo que llevaba ahí habia visto tanto dinero muggle. Miro a los tres magos, quizás muggles, aun que a él eso no el importaba, con detenimiento.

—Es mucho dinero— comento como si tal fuera la cosa, mientras lo sacaba del maletín.

—Hemos tenido suerte en el trabajo— sonrío Harry con calma.

El gnomo lo miro detenidamente—¿No gustaría crear una cuenta con nosotros? —

Negocios. Si había algo que Harry ya entendía desde su adopción a la familia, eso eran negocios. No pudo evitar sonreír.

—Quizás luego, ahora estamos un poco ocupados— dijo Harry con calma.

—Muy bien, ¿Cuántos, galeones, sickles y knuts quieren?— dijo el gnomo.

Harry sonrío y le dio un codazo a Cho—¡Ay! Eh, digo, d-dénos la mitad en galeones, y lo demás que sea mitad de Slycles y de Knukct— dijo nerviosa, mientras se sobaba las costillas.

—Ahora esperen, traeré su equivalente— añadió el gnomo y desapareció del mostrador.

Harry aprovecho eso para mirar el lugar. Parecía un banco normal, salvo que en vez de personas eran gnomos los que atendían el lugar.

El gnomo no tardo en regresar y llego con tres bolsas. Una con las denominaciones especificadas.

El hombre de negro metió las monedas en el maletín y Harry vació unas de las bolsas, donde coloco 50 galeones. Luego se pelearía con las demás.

Salieron de Gringotts, aun asombrados por el lugar, y arrastraron a Cho a la librería más cercana.

Ahí, Harry compro los libros de la lista de Hogwarts. Además de varios libros más. El dueño, encantado de la venta tan grande que estaba haciendo, se ofreció a darles un servicio de entrega a domicilio.

Harry sonrío—¿En cerio? Genial, ¿No papá? ¿Hermana? — dijo mirando a su subordinado y a Cho—Claro que nos interesa— dijo Harry con calma y le dio un pisotón a su subordinado.

—¡Gg! Em, n-nos gustaría un libros de cada material que tenga, ya sabe, la educación ante todo— sonrío el hombre con amabilidad.

El dueño sonrío y les dio un formulario. Cho lo lleno y se lo regreso. Eso le agrado a Harry, no tendía que conformarse con los primer año. Se acordó que depositarían el pago en Gringotts. El dueño les dio el número de arca, sea lo que eso fuere, y les dijo que los libros llegarían a su domicilio mañana.

Harry pago por sus libros de la escuela y salieron de ahí.

—¿Que sigue ahora? — le pregunto a Cho, y esta le dijo sobre la tienda de túnicas. Fueron ahí y rápidamente Harry se tomo medidas. Le dieron las del colegio y aparte se llevo varios modelos de gala. Harry necesitaba mucha información sobre la forma de vestir de los magos.

Después de eso fueron a la droguería, y compraron el material de pociones. Cho lleno un nuevo formulario, para recibir ingredientes.

Una voz dentro de su cabeza le decía "Deja la varita al final". Y así lo hizo.

Fueron por las demás tiendas, y Harry sintió curiosidad sobre las mascotas.

—S-son animales como mascotas. Están los gatos, las ratas y sapos… además de las lechuzas, solo que estas ultimas envían cartas y las llevan a donde sea que este el destinatario—

Harry sonrío—Si, me interesa una lechuza— y la arrastro a la tienda de mascotas. Ahí Harry miro entre los animales. Había muchas lechuzas y opto por una negra. "Más discreta" pensó y pago por ella.

Salieron, con su guarura cargando con todo y fueron a su última parada. La tienda de varitas.

Al entrar, el Sr. Ollivander les dio la bienvenida. Tomo las medidas de Harry y empezaron la entrega de varitas. Harry ya estaba pensando cuando sacaría la de punta con estrella.

El joven blandía la varita una y otra vez, mientras destrozaba la mitad del local. Ollivander se veía sorprendido y murmuraba algo de: —Vaya, vaya, un cliente exigente— decía. Pero Harry no le prestaba atención. Su mirada se había vuelto sombría y una sonrisa torcida le inundaba el rostro.

Poder. El poder de las varitas.

Veía como con cada movimiento de una varita diferente como algo se destruía. Chispas. Explosiones diminutas. Cosas rotas. Cosas que estallaban.

Como le gustaba eso.

Como le gustaba ver cosas destruyéndose.

Quemándose.

Consumiéndose hasta las cenizas.

En eso, Ollivander le dio una varita, y de esta no paso nada. El joven sintió una calida sensación en los dedos, la movió un poco y esta sutilmente concedió a sus deseos.

—Interesante— dijo Ollivander mirando a Harry fijamente.

—¿Cuanto es? — le dijo Harry con calma.

Ollivander no pareció escucharlo, por que seguía mirándolo fijamente—Creí que esa varita sería para alguien más… esperaba a alguien más… mmm, 38 centímetros, núcleo de pluma de fénix… interesante… ambas hermanas pero sin un dueño en común— decía el anciano, más para él que para los demás—¿Cómo decías que te llamabas? — pregunto el anciano.

—Sheng Chang— dijo Harry serio—¿Por? —

—Oh, por nada, por nada… ¿Sabes? Esa varita tiene una hermana, y esa, la hermana es decir, perteneció a un gran mago, si, es verdad que hizo cosas terribles, pero grandes al fin— comento como quien habla del clima.

—¿Se refiere a Quien-Usted-sabe? — pregunto Cho sorprendida. Ollivander asintió—Así es señorita Chang, 27 centímetros, roble y núcleo de Unicornio ¿Verdad? — dijo señalando su varita.

Cho asintió nerviosa y miro a Harry, quien miraba la suya detenidamente. Sintió el impulso de hacer algo, de decirle a Ollivander lo que pasaba. "Pero de nada serviría" le dijo una voz en su cabeza.

Si ella no regresaba con Harry… matarían a sus padres. Sintió un estremecimiento recorrerle hasta la medula, y sólo bajo la mirada nerviosa.

No habia nada que hacer. Nada.

"Potter será el nuevo señor Oscuro… así como El-Que-No-Debe-Ser-Nombrado… y no hay nada que pueda hacer…" se dijo con pesar.

Salieron de la tienda de varitas y Harry seguía revisando su varita. Una sonrisa de autosuficiencia le marcaba el rostro. Él habia derrotado al más terrible de lo magos, como fuera que se llamara el imbecil ese. Y ahora… no había nadie que pudiera detenerle.

El marcaría un nuevo punto en la historia. Sería el unico. El mejor. Otro innombrable.

Sonrío para si y ya estaban por irse, cuando Harry noto una tienda en particular. La tienda de escobas voladoras. Una tienda que decía Artículos de Quidditch.

—¿Qué es eso de Quidditch? — le pregunto a Cho sin mirarla.

Ella contesto con pesar, repentinamente habia perdido casi toda esperanza—Es el deporte de los magos. Se juega en escobas voladoras y con pelotas que vuelan por si mismas— dijo, pero Harry ni le paso por la cabeza el estado de humor de ella. Estaba mirando una escoba en el apartador, que decía Nimbus 2000.

Pagaron 450 galeones (algo así como 4,200 dólares) en efectivo por la dichosa escoba. Harry no paraba de mirarla con emoción.

Regresaron al auto y condujeron hacia la casa de Cho. Por un momento Cho espero que le regresaran a casa y ellos se fueran lejos.

Pero estaba equivocada.

—¿A dónde vamos? Por aquí no es mi casa— dijo Cho nerviosa.

Harry le sonrío—Necesito más información, además, quiero que me enseñes a volar—

La chica palideció—¿Y mis padres? —

—Ellos estarán bien, deje instrucciones con mis hombres— sonrío Harry— Ellos recogerán la entrega de los libros y los ingredientes. Mientras tú y yo vamos a ser buenos amigos, si no quieres que deje a tus padres tres metros bajo tierra—

A Cho le brillaron los ojos de las lagrimas que luchaba por reprimir. Pero no entendía, no entendía por que le estaba pasando eso.

—¿Por qué haces eso? — le pregunto al chico de ojos verdes—¿Por qué? Nosotros no te hemos hecho nada, solo soy una estudiante que apenas pasara a segundo en Hogwarts, no se mucho del mundo mágico, por favor, por favor déjanos ir… aunque sea a mis padres, ellos no tienen la culpa de nada, por favor déjalos ir— le suplicaba desesperada.

Pero Harry le sonrío con frialdad y se rió de ella—Serás tonta niña. Necesito sabercomo funciona, además no eres la única a quien estamos buscando—

Cho le miro confundida.

—Así es, tú fuiste la primera a quien localice— sonrío Harry— Pero ahora mismo, mis hombres están buscando a más magos, familias para ser precisos—

—¿Qué planeas? — pregunto Cho asustada.

Harry le miro sobre sus gafas oscuras, y Cho nunca vio tanta crueldad en nadie, como hasta entonces en esas pupilas verdes.

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Continuara…

¡Espero que les guste! Por favor una oportunidad, y sean libres en criticarme!

Y un enorme abrazo de oso para: ReginaRiddle, Ascarza y fANNY (son tan cool! ¡Gracias¡)