Disclaimer: Dragon Ball ni sus personajes me pertenecen...
Los opuestos se atraen
(Opposites Attract)
Un fic por Hella
Traducción por Apolonia.
Bulma estaba sonriéndole a Trunks cuando sintió a Yamcha tensarse como alguien quien estaba siento electrocutado por un cable tras él. Con un asombroso agarre, lo miró, notando que su rostro estaba blanco como fantasma y sus manos agarraban a Trunks demasiado fuerte para su gusto.
"Yamcha, ¿qué sucede?" preguntó preocupadamente. "¿Te sientes bien?" él no respondió. Automáticamente tratando de sacar a su hijo de las ahora no-tan-tensas manos de Yamcha, vio una sombra tras su hombro. Se congeló en su lugar mientras observó a una familiar silueta de una cabellera flameante, y lentamente se volteó sin tomar a Trunks de su ex-novio. ¿Qué- qué estaba haciendo aquí? Cuando sus ojos cayeron en Vegeta, tuvo que tragar un jadeo y limitarse de retroceder un paso.
Kami, él nunca, nunca había parecido tan enojado como lo había estado en ese momento. Nunca. Sus ébanos ojos quemaban fieramente con una posesiva ira que todavía no ocultaba, brillaban como oscuras luces de muerte. Sus facciones se torcían en un esbozo de absoluta ira, y una media asustada Bulma no sabía que pasaba con él. Hasta que se dio cuenta que sus ojos apuntaban a Yamcha y al pequeño paquete que sostenía en sus brazos, y no a ella en lo absoluto.
Yamcha todavía estaba como piedra, mirando a Vegeta como si estuviera mirando a la cara a lo que iba a matarlo. Desde el aspecto de Vegeta, no culpó a Yamcha por su miedo ni un poco. ¿Cuál era el problema de Vegeta? No había tenido mucho interés en Trunks esa noche, ¿por qué estaba aquí ahora, y mirando tan furioso a Yamcha porque lo estaba sosteniendo? Se necesitaba compostura aquí, y entre los temblores de Yamcha y la asesina mirada de Vegeta, estaba en ella resolver cualquiera sea el problema que había aquí.
"¿Vegeta?" dijo alarmada, "¿cuál es el problema? ¿Qué estás haciendo aquí?" Eso no sonó tan mal, pensó para sí misma. No hubo movimiento en lo absoluto. Bien.
Vegeta movió sus ojos en su dirección una vez, pero la mayor parte de su atención estaba enfocada en Yamcha. Ella miró a su alguna vez amante y giró sus ojos. Parecía listo para empaparse, si es que no lo estaba ya. Ella lo codeó una vez.
"Dios, contrólate, Yamcha. Es Vegeta, no el mal encarnado que viene a robar tu alma," dijo tranquilamente, pero la mirada que él le lanzó parecía tener el pensamiento que ellos eran uno y la misma persona. Pero parecía hacer el truco, las palabras de Bulma habían bajado un poco su tensión. Su mente parecía ponerse en marcha de nuevo, y ajustó el agarre sobre su hijo fue un poco más tranquilo. Sus ojos se iluminaron por un segundo, enviándole un mensaje que ella no estaba segura de haber recibido. ¿Qué pasaba con Yamcha?
"Hey, Vegeta, ¿hay algún problema o algo?" dijo amablemente, sí un poco insegura. Los ojos de Vegeta comenzaron a angostarse peligrosamente. Y cuando habló, la mandíbula de Bulma amenazó con golpear el suelo. Seis palabras que ella nunca pensó que escucharía con tanta posesividad.
"Quita. Tus. Manos. De. Mi. Hijo." Lo siseó, mordiendo cada palabra separadamente y casi escupiéndolas en dirección a Yamcha. La garganta de Bulma estaba demasiado llena de palabras como para soltar una. ¿Qué estaba- Esto era- Por qué? Ella sacudió su cabeza y parpadeó a Vegeta.
"¿Qué pasa contigo, Vegeta? Él sólo lo está cargando—" comenzó en confusión, pero fue interrumpido por Yamcha.
"Aquí Bulma, tómalo. No quiero sacar el lado malo de Vegeta por tocar a su hijo, ¿o sí?" dijo fácilmente. Pero ese escondido brillo se encontraba aún en sus ojos, que sólo Bulma podía adivinar. Pero parecía que Yamcha había recuperado su control, así que tomó a Trunks de él con una curiosa mirada a Vegeta. Él todavía miraba fríamente a Yamcha. Ella soltó un sombrío y ahogado suspiro, si tan sólo él se preocupara tanto sobr—
Todos sus pensamientos desapareciendo mientras Yamcha ponía un brazo familiarmente alrededor de sus hombros, acercándola contra él ligeramente, gentilmente.
"¿Quieres irte de aquí ahora?" le preguntó, como si Vegeta no estuviera en ningún lugar alrededor. "Toda esa caminata debe haberte cansado. Podemos ir a mi casa, que está más cerca que la Corporación Cápsula." El shock bloqueó todos sus pensamientos. ¡¡Yamcha estaba loco!! Vegeta bufó y la miró fijamente con quemantes ojos. ¿Qué estaba haciendo Yamcha? ¿Tratando de hacer que lo maten por invadir el territorio de Vegeta o algo?
Oh.
Silenciosamente se relajó. ¿Era esto una manera de tratar de ayudarla? Él podría destruir todo en un momento de descuido. No pensó que pudiera ir con eso, sin importar cuan buenas eran sus habilidades en la actuación.
Vegeta rugió mientras ella parpadeó un par de veces y lo miró sin palabras. ¿Qué debía estar pensando? Yamcha estaba engañándolo aquí, pero no pensó que él lo supiera. ¿Que pensaría cuando se diera cuenta que esta era una gran trampa emocional preparada para él? Y después de lo que había sucedido la última vez... habían hecho progresos, lentamente, pero aún así progresaron. ¿Qué si esto arruinaba todo?
Yamcha bufó a Vegeta. "¿Cuál es tu problema? Le devolví a Trunks a Bulma, no necesitas mirarme como si quisieras arrancarme la garganta ahora. Porque si es Bulma lo que quieres ahora, puedes olvidarlo. Si no eres lo suficientemente hombre como para mantenerla, ¿qué debería importarte si yo lo hago? Quiero decir, si sólo es el niño por lo que estás preocupado, ¿o no?" preguntó, una cargada pregunta si es que alguna vez la hubo. Bulma sentía desvanecerse.
El Príncipe Saiyajin miró de ella a Trunks y a Yamcha, y sus ojos se llenaron con destellantes preguntas y emociones que sólo ella vislumbró en una fracción de segundo. Ella fácilmente podía decir que se sentía acorralado al extremo. Entibió su corazón saber que no quería dejarla ir. De cualquier manera que quisiera tenerla, al menos la quería. Tragó duramente y se alejó de Yamcha, necesitando tomar la acción de alguna manera. Miró a Vegeta firmemente y sacudió su cabeza.
"Cálmate, Vegeta. A Yamcha parece que se le cruzaron los cables en algún lugar." Mejor decir eso por el bien de Yamcha; no quería que lo golpearan por mentirle a Vegeta. "Nadie me 'tiene'. No soy un animal. Y no tienes que decir nada, sé lo que hago." Le sonrió con tristes ojos y acercó a Trunks más hacia ella.
Pero sus palabras, que pretendían ser tranquilizadoras, sólo parecieron aumentar su agitación. Sus puños se apretaron a sus lados, mientras parecía mirar fijamente a su alma. No estaba segura, pero era casi como si él hubiera tomado sus palabras como un insulto. ¿Pero que había dicho ella? Yamcha le estaba dando una mirada de soslayo que decía que ella estaba arruinando todo, pero a ella no le importó. A ella nunca le había gustado realmente el engaño, de ninguna forma.
"¿Entonces que demonios está sucediendo aquí?" dijo Vegeta severamente. "Ese idiota, tocando lo que es mío, ¿jugando como si fuera suyo?" No estaba segura si él quiso decir eso sobre ella o Trunks, y no estaba segura si él mismo lo sabía. La pequeña farsa se había ido, a Yamcha no pareció importarle mucho, pero ahora que había sido insultado, estaba demasiado dispuesto para la sangre también. Bulma sólo esperó que no fuera en un sentido literal.
"¿Estás llamándome idiota? Vegeta, tan fuerte como se te pueda comparar conmigo, tú eres más idiota que cualquier humano que hayas insultado, al ignorarla," dijo en una voz igual de severa. Bulma jadeó. ¿De dónde había sacado Yamcha todo esto? ¿Por qué se estaba enfrentando a Vegeta? Esto no era como él de ninguna manera. Quizá el año lejos de él había cambiado en él más que sólo la percepción de las cosas; tal vez se había vuelto loco. Pero le dio al príncipe una disgustante mirada, mirando al ahora esbozo azul brillante de Vegeta. Los ojos de Bulma miraba a los dos hombres, sin saber bien que hacer. ¿Se ofenderían si ella trataba de evitar la casi-inevitable lucha que iba a suceder? No quería insultar su orgullo o lo que sea, pero no le gustaba actuar de espectadora en una discusión que era sobre ella, tampoco.
Vegeta se relajó y le sonrió a Yamcha. "Que debería importarme cuan inteligente piensas que soy, idiota debilucho. Tengo algo que tú nunca tendrás," señaló, mirando a Bulma sosteniendo a Trunks. Yamcha se irguió terriblemente, y sus labios se curvaron cruelmente.
"Demasiado mal que no fuiste lo suficientemente hombre para hacer algo excepto darle un hijo y huir," bufó él.
Vegeta se movió más rápido de lo que Bulma creyó posible, y la próxima cosa que supo de Yamcha fue verlo patinando en la suciedad, casi como la rueda de un auto por la fuerza de un golpe para detenerse. Pero se puso de pie después de unos momentos, mirando a Vegeta triunfantemente mientras se limpiaba la sangre en la comisura de su boca.
"¿Toqué un delicado punto?" dijo con una consternada y burlona voz. "¿He encontrado algo de lo que el poderoso Príncipe Saiyajin tiene miedo? ¿Sus propios sentimientos?"
Vegeta parecía listo para convertirse en Super-Saiyajin, así de enojado estaba. Aunque seguía de piedra igual que antes, indicando que Yamcha realmente lo había golpeado en donde le dolía. Bulma sacudió su cabello sobre uno de sus hombros y miró a los dos hombres. Esto había llegado lo suficientemente lejos.
"Está bien, ustedes dos. Ya es suficiente—" comenzó, pero fue interrumpida.
"Mantente fuera de esto, mujer," ordenó Vegeta tranquilamente. Ella se enfureció de inmediato, sus ojos se oscurecieron con ira.
"¡No me mantendré fuera de esto! ¡Ambos dos, cállense y mírenme! ¡Háganlo!" Ordenó cuando ellos continuaron mirándose el uno al otro. Pero obedecieron reclutantes después de un minuto, y ella los miró fríamente a ambos dos.
"No sé de donde tuvieron la errónea impresión que soy un objeto por el que pueden pelear con el otro, pero esto tiene que terminar. Ya he tenido suficiente con esta basura," dijo ella, cortando el aire al nivel de los hombros con una rápida mano. "Yamcha, sabes muy bien que sólo somos amigos, así que detente de tratar de comenzar una pelea porque perderás. Y no necesito que te pongas ante esto por mí tampoco, así que no me des esa mirada, maldito."
Se volteó a Vegeta, quien se había enderezado rápidamente de su adoptada posición de pelea y la miraba especulativamente. "Y en cuanto a ti, nunca voy a dejarte hacer esta basura sobre protectora con nuestro hijo, sólo porque Yamcha lo sostuvo. O conmigo tampoco. No lo encuentro justo que no pueda tocar a otro hombre simplemente porque dejaste tus huellas en mí." Yamcha rió tras ella, pero ella viró su cabeza y lo miró lo suficientemente duro como para tragar su risa. Kami, ella estaba furiosa. Pensar que tenía que soportar esta mierda de los dos hombres más cercanos en su vida. La vida no era justa, pero supuso que Kami no podía exactamente hacer nada por sus crecientes niveles de testosterona justo entonces. Su orgullo estaba en juego, ¿entonces por qué estaba deteniendo la pelea? Dejémoslos que se maten el uno al otro, pensó. Había tenido suficiente de esto.
Vegeta estaba casi mirándola fijamente, con sólo una pizca de deslumbramiento en su expresión. Parecía sorprendido. Bulma lo ignoró y soltó una enojada maldición.
"Por qué ustedes dos sólo no se van a matar el uno al otro y terminan con esto, mientras me voy a casa. No podría importarme menos lo que hagan." Se alejó de los dos, sólo para chocarse con Vegeta, que había aparecido ante ella y la estaba agarrando de los hombros.
"Suéltame, Vegeta," dijo irritadamente, retorciéndose en su agarre. "Realmente quiero decirlo, ve y ten tu estúpida pelea, no me importa—"
"¿Te callarías, mujer? No voy a pelear con el idiota," dijo en algo cercano a... ¿diversión? Ella dejó de quejarse y alzó su vista a él curiosamente. ¿Vegeta estaba rechazando una pelea? Acomodó a Trunks entre ellos así no era aplastado y alzó una ceja.
"¿Y por qué no? ¿Qué sucede contigo, de todas formas? Primero apareces con una escena de celos, luego atacas a Yamcha por unas pocas palabras, ¿y ahora estás rechazando pelear con él? ¿Qué estás haciendo aquí, de todas maneras?"
Vegeta la estaba mirando intensamente, tanto como ella era suya, y ambos estaban ignorando a Yamcha, o se habían olvidado que estaba ahí. "Vine a buscarte," dijo simplemente.
Sus ojos se ampliaron. Significaba que... no, Bulma, no vayas buscando esperanzas. Pero después algo la golpeó. Vegeta estaba actuando demasiado posesivamente con ella... justo en frente de Yamcha. ¿Se dio cuenta que lo que estaba haciendo era exactamente lo que trató de no hacer todo este tiempo?
"Bueno, me encontraste," dijo ella suavemente. "¿Qué querías?" Sin quererlo, su mirada cayó sobre la boca de él, antes de estremecerse y volver a poner sus ojos en su lugar otra vez. Estúpida, ¡no hagas eso! La boca de Vegeta se curvó en una esquina, y supo que él la había descubierto de todas maneras.
"Respuestas." Su agarre se suavizó en ella tan levemente, así no la restringía más, pero sólo tocando sus hombros. Bulma sintió un calor dentro de ella, aunque trató de ignorarlo. Había pasado demasiado tiempo desde que Vegeta la sostenía tan cercanamente, mirándola como lo hacía entonces. Trató de pensar. ¿Respuestas? ¿Qué respuestas podía ella posiblemente tener para él?
Su pregunta debió haberse mostrado en sus ojos, porque el inclinó su cabeza levemente y soltó un respiro. "No importa. Creo que las he encontrado de todos modos."
Bulma no entendía, pero entonces no pensó que realmente necesitaba hacerlo. Vegeta había encontrado sus respuestas, cualquiera sean ellas. Acomodó a Trunks nuevamente y se movió un poco más cerca de Vegeta, insegura pero sólo queriendo estar más cerca de él. "¿Entonces que sucede ahora?" le preguntó tranquilamente. "¿Qué ahora, ahora que has encontrado tus respuestas? ¿Vas a irte ahora, como hiciste antes? Probablemente sea lo mejor, si todavía vas a—"
Fue interrumpida con su boca presionando contra la de ella, caliente y deseosa.
Shock se filtró en todos los poros de su cuerpo (¿qué estaba haciendo?) para ser rápidamente alejada de sus propias respuestas hacia él. Sostuvo a Trunks contra ella con un brazo mientras se envolvió con el otro sobre su fuerte cuello, acercándolo más firmemente a ella. Había pasado tanto tiempo... tanto tiempo desde la última vez que fue capaz de hacer esto. Tanto tiempo desde que él había estado presionado contra ella, besándola tan fervientemente y con tanta necesidad encerrada. Tanto tiempo que no había sentido su hambre por ella.
Ella lo besó en respuesta con tanta pasión como él le daba, y su cuerpo estaba temblando con las sensaciones que fluían de su cuerpo en el de ella. Su boca se movía sobre la de ella hambrientamente, y ambos se olvidaron donde estaban y que día era, mientras se acercaban por primera vez en casi un año. Un año lleno de dolor y furia, rechazo y dolor, soledad y tristeza. Bulma estaba sorprendida que un simple beso pudiera hacer tanto en ella, y no pudo evitar más que preguntarse en su aturdido estado que sucedería cuando estuvieran un poco más íntimamente. Quizá más que un poco.
Se separaron lentamente, y Bulma estaba más reclutante de dejarlo ir, pero necesitaba el aire. Lo miró incrédula, incapaz de aceptar lo que había hecho, a pesar de todos los sentimientos que se habían derramado en el beso. ¿Realmente éste era él? ¿Cómo pudo tanto haber cambiado en tres meses que ahora actuaba de esta manera? Y— ¡¿y en frente de Yamcha?!
Ella viró su cabeza a su alrededor a su amigo casi en una culpable conmoción. Si Vegeta no se había dado cuenta que estaba haciendo, Yamcha podría arruinar tranquilamente todo. Pero entonces, tan insensible como Vegeta podía ser, y tan orgulloso, no era estúpido. Muy por el contrario. ¿Entonces qué había cambiado?
Yamcha estaba mirando fijamente a los dos en sorpresa, pero no en shock. Ella supuso que con todo lo que le había dicho, no tenía razón para estarlo. Pero sus ojos estaban pegados a los de Vegeta con una clase de enojada incomprensión. Sabía que él no era exactamente celoso; ya no se sentía de esa manera sobre Bulma, pero él entendió lo que Vegeta había dicho con esa muestra. Bulma y Trunks eran de él. Sólo de él, y de nadie más.
Bulma también entendió lo que estaba diciendo con sus acciones, y después de una molestia inicial sobre su hipótesis que ella podría ser tratada como un pedazo de su propiedad, sin importar cuanto ella era suya en respuesta, vino un sentimiento de alegría mezclado con un confuso shock. Él la estaba llamando suya, ¿a Yamcha? ¿Por su propia voluntad? Estaba actuando algo suave con ella, sin importarle que la gente pudiera verlo.
"¿Vegeta?" dijo ella, capturando su atención lejos de Yamcha. Él bajó su mirada hacia ella, una ceja se levantó levemente. Ella soltó un profundo respiro y parpadeó. "¿Por qué estás— quiero decir, es esto una clase de reclamo de propiedad o cosa tuya? ¿O vas a irte otra vez como la última vez?"
Él pareció furioso por un segundo. "¿Me crees tan bajo como para usarte para tal propósito? Mujer, si no te quisiera no te mantendría, por ninguna razón."
"¿Entonces me quieres?"
"¿Acabo de decir eso?"
"Bueno, en cierta forma... Vegeta, hablas en acertijos a veces, ya no puedo ver lo que quieres decir. Pero no te pediré más de lo que puedes darme. Puedo prometerte eso."
"¿Entonces qué es lo que realmente quieres preguntarme, mujer? Escúpelo," le ordenó. Bulma se acomodó una vez más y suspiró.
"¿Has tomado... tu decisión? ¿Es por eso que estás aquí?"
Los ojos de Vegeta parecían perturbados por un momento, si eso era posible, parecían oscurecerse aún más. Bulma se tensó a la espera de su negación, de su partida una vez más. Bulma escuchó pasos detrás de ella en retirada, viendo a Yamcha hacer su propia partida. Ella no se volteó, pero mantuvo sus ojos en Vegeta. Tuvo una idea de cuan difícil había sido para él mostrar su afecto frente a Yamcha, ahora que probablemente él había decidido que ella no era lo suficiente para él como para mostrar más. ¿Pero qué sobre su hijo? ¿Él lo valía? Después de una pequeña eternidad él habló, sin parecer más pacífico por haber estado en silencio, pensando todo ese tiempo.
"Me he dado cuenta que has cambiado, debido a lo que he hecho. No eres la misma que solías ser. Yo... nunca quise hacer eso," dijo bruscamente. Bulma estaba sorprendida. Él sonaba verdaderamente arrepentido. ¿Cuántas veces Vegeta se había disculpado alguna vez con ella? Nunca, que ella pudiera recordar. No en pocas palabras. ¿Pero porqué él estaba diciendo esto? Ella no había realmente cambiado, no que ella pudiera ver. Había crecido como persona; como no iba a hacerlo, pedazos de su propia conciencia se arrojaban en pensamientos de ella sobre el último año, y supo entonces que él parcialmente tenía razón, de alguna manera. Su frialdad no había sido producto de su paternidad. Aún así...
"Vegeta," dijo ella con una pequeña sonrisa, "si tuviera que tomar algo menos que los deseables rasgos que mostrarte que no eres el frío, bastardo orgulloso que todos los demás piensan que eres, sería un sacrificio que haría un millón de veces más. Honestamente, no estoy tan diferente."
Vegeta la miró cuidadosamente antes de soltar una leve risa. "No, pareces haber vuelto a tu antigua forma de ser. Nunca te vi intimidar al debilucho antes, parece que tienes más fuerza de la que di crédito."
Bulma bufó. "Nunca me diste crédito, hombre-mono. Y he hecho más que intimidar a Yamcha antes, creo que lo dañé físicamente en el pasado." Trató de pensar; lo había cacheteado un par de veces, de seguro, pero incluso antes, años atrás, lo hizo temerle. Ella sonrió ante el recuerdo mientras Vegeta la estudiaba tranquilamente.
"Mujer..." comenzó, solo para indicar algo aunque ya se había olvidado lo que iba a decir. Bulma alzó inquisitivos ojos a los de él mientras él dejaba caer sus manos de sus hombros.
"¿Qué sucede?" Le preguntó tranquilamente. Estaba lo suficientemente cerca como para tocarlo, pero no lo hizo. Él tenía esa disgustante mirada otra vez. ¿Qué estaba tratando de decir? Él maldijo entre dientes mientras sus ojos caían sobre Trunks, quien dormía tan profundamente como siempre. Sus ojos la miraron otra vez.
"Mujer, una vez dije que los sentimientos son una debilidad. Y tú fuiste por lo tanto, una debilidad, por hacérmelos sentir. Creí en un momento que estaba listo para irme y ser mi antiguo yo, pensando que estaría mejor así. Tú... tú me golpeaste con eso, diciéndome que me vaya." Su voz era vacía, muerta con el recuerdo de ese día. Bulma lo miró fijamente. Él continuó tranquilamente. "Me diste la salida que pensé que había querido, dándome la libertad de actuar como tenía que hacerlo. Pero... demasiado tarde aprendí que tú habías cambiado algo dentro de mí, algo que había pensado que podría vivir sin eso sin lugar a dudas. Por un tiempo odié como cambiaste parte de mí."
Bulma hizo un gesto de dolor; ¡¡ella nunca había querido hacer eso!! ¡Nunca! Había tratado de evitar que eso ocurriera... no que fuera a la inversa. Vegeta vio su asolada mirada y se encogió de hombros minuciosamente.
"Pero viéndolo," refiriéndose Vegeta a su hijo, "y testigo de como manejaste al tonto con unas pocas palabras elegidas, sin mencionar el recuerdo de tu fuerza en el rostro de algo más grande que tú, mi percepción también cambió. No odié eso."
"Vegeta... ¿qué estás tratando de decirme?" preguntó rápidamente. Casi sonaba como si estuviera listo para irse otra vez, hasta la última parte. No estaba segura de haber entendido. Él le dio una sesgada mirada.
"Tu percepción parece haber disminuido, mujer," dijo secamente, pero entonces su rostro se ablandó. "Estoy... te veo ahora como algo más que sólo una mujer, quien lleva a mi hijo y sostiene mi mayor debilidad en sus manos. No eres débil para mí, eres más fuerte de lo que nunca me molesté en darme cuenta," admitió, su mirada se envolvía internamente, como si estuviera casi pensando en voz alta en lugar de confesarle esto a ella. El corazón de Bulma se alzó y comenzó a acelerarse; ¿estaba él diciéndole lo que ella pensaba? No podía creer que él le estaba diciendo todo esto a ella, seguramente era la conversación más larga que había tenido alguna vez con él. Pero era importante. Tal vez él también se había dado cuenta. Sus ojos se afilaron repentinamente, como dándose cuenta donde y con quien estaba. Su mirada era insegura, para su sorpresa. ¿Pensaba que era demasiado tarde ahora?
Acarició el costado de su rostro ligeramente, con ojos cálidos.
"Si te preguntase, ¿te quedarías? ¿Ahora?" le preguntó gentilmente, tan insegura como él parecía. Ya no podía ver lo que estaba pensando, estaba lejos de práctica en esa área. Pero no importaba. Los ojos de él brillaron, un ardiente alivio los llenaron, reemplazando la inseguridad. Ella no podía creer que él estuviera dejándola ver tanto de él, pero no lo cuestionó. Su corazón estaba tan lleno como sus ojos mientras veía un fantasma de una real sonrisa cruzar su duro rostro.
La cabeza de él se alzó un poco mientras la mano de ella descansaba contra su pecho. "Mujer, si me lo preguntaras, volvería," dijo, su voz parecía aterciopeladamente áspera.
Sus ojos desbordaban, plateados senderos corrían por sus mejillas. "Eso es bueno," susurró. "Porque estoy preguntándotelo ahora."
Se miraron fijamente por un largo momento, sólo aliviados en la sensación de estar con el otro nuevamente. Había pasado tanto tiempo. Demasiado tiempo. Pero por toda la espera envuelta, este momento era un recuerdo que Bulma no olvidaría prontamente en los muchos años por venir. Su mano se deslizó de su pecho hasta la parte de atrás de su cuello lentamente, para curvarse tras su nuca y acercar su cabeza a la de ella. Vegeta estaba dispuesto a cumplir. Sus bocas se encontraron firmemente una vez más, y con el contacto hubo un conmocionarte recuerdo que Bulma había todo menos olvidado. Sus labios, aún cálidamente suaves contra los suyos, presionando contra ella y buscando su entrada en ella con una suave, barriente exploración de su lengua contra su parcialmente abierta boca. Ella siguió su propia búsqueda con una de ella, recordando el sabor y la textura de él como si hubiera sido en otra vida que ella hubiera hecho esto por última vez. Perdió todo rastro de tiempo una vez más mientras dejó de pensar y no hizo más que sentir. Sus fuertes brazos se envolvían alrededor de ella fuertemente, una mano acariciaba su cabello, jugando con el gentilmente mientras él inconscientemente la acercaba más a él. Su otra mano agarraba su cintura y la amasaba amablemente, hundiéndose bajo el dobladillo de su blusa para bailar figuras en su estómago, sus músculos se apretaban con la sensación de su piel contra la de ella, ahora libre de sus siempre presentes guantes. Pero ambos se congelaron mientras una indignada voz afectó sus conciencias, gimiendo al demasiado cercano contacto. Se alejaron lo suficiente como para mirarse el uno al otro, respirando de manera desigual, con los ojos ardientes. Ambos miraron a Trunks, quien airadamente expresaba su malestar. Los ojos de Vegeta se iluminaron una vez más.
"Él tiene tu voz, mujer," dijo ásperamente. "Y un mal sentido de la oportunidad."
Bulma sonrió levemente mientras alzaba al bebé contra su hombro, acunándolo seguramente. "O un buen sentido de la oportunidad, si lo miras desde una perspectiva diferente. Estamos en un parque público, después de todo."
"Hmph."
Su sonrisa se amplió. Había pasado mucho tiempo que no había escuchado ese gruñido en particular. Luego se transformó en una pensativa sonrisa mientras sus pensamientos se filtraban en una vía más racional. Finalmente, las cosas se habían solucionado. Y no pudo recordar estar más feliz en toda su vida. ¿Cómo había hecho Vegeta para volverse una parte tan importante en su vida? Y ella en la de él. Bulma no tenía idea, pero sabía una cosa, no estaba arrepentida de eso, ni un poco. Aún así, algunas cosas tenían que cambiar.
"Vegeta," comenzó, su voz un poco más seria, "hay algunas cosas que tenemos que corregir. No espero que siempre actúes suave y adorable conmigo alrededor de la gente, y a decir verdad no creo que me guste tanto de todas formas. Pero—"
"Justo como tú no deberías actuar de esa manera tampoco," señaló él. Bulma torció su nariz delicadamente.
"¿Me dejarías terminar? Dios. Lo que te estoy pidiendo es que al menos me des a conocer delante de ellos, sólo para saber que si te asustas por mí, no me sienta completamente perdida."
Vegeta la miró oscuramente. "¿Y qué se supone que tengo que hacer?" dijo él, pareciendo incomodarse con la idea que debería hacer algo para probar lo que ya había dicho.
Bulma mordió su labio pensativamente. "Llamarme por mi nombre," dijo simplemente. "'Mujer' suena tan de segunda clase."
Él angostó sus ojos a ella mientras pensaba en eso. "Eso es... viable. De acuerdo. Pero espero que sepas que no siempre voy a estar tan contemplativo. No esperes que yo—"
"Lo mantenga así todo el tiempo. Lo sé, lo sé. No puedo luchar con tu temperamento."
"Exactamente," dijo, satisfecho. Ella le sonrió.
"Y no lo haré parecer como que estamos unidos, o como que te controlo de alguna manera," dijo ella maliciosamente. Él soltó un ahogado sonido de shock.
"¡Nunca me controlaste, mujer! Soy el Príncipe de todos los Saiy—"
"Oh, aquí vamos," dijo girando sus ojos. "Como extrañaba esto. ¡¡Y ya rompiste tu promesa!! ¡Mujer! Argh, por qué me molesto—"
"Te dije que no la mantendría todo el tiempo—"
"Pero vamos, ¡no pasaron siquiera dos minutos! ¿¿A donde se fue tu control, chico duro??"
"Mujer, yo no soy—"
"¡Ahí! ¡Ahí está de nuevo!"
Vegeta soltó un gruñido de exasperación y la llevó a sus brazos. "¡¿Alguna vez te callarás?!" casi le gritó mientras se alzó en el aire. Bulma se acomodó y reforzó su agarre en Trunks mientras dinamitaban sobre las nubes, asumidamente partiendo hacia la Corporación Cápsula.
"No puedes arrastrarme como una clase de hombre cavernario, Vegeta, tengo derechos, ¡sabes!" dijo molesta, pero aún sonriendo. Esto era familiar, y lo había extrañado.
"¿Parece como que me importa un bledo, Bulma?" dijo con un gruñido, disparándole una mirada. Sus ojos se ampliaron, ignorando el sarcástico énfasis que había puesto en su nombre. ¡Lo había dicho! La había llamado por su nombre antes, pero esta vez lo había hecho por que ella se lo había pedido. Estirando su cuello tanto como pudo, le plantó un beso a lo largo de su pómulo.
"Creo que te importa un bledo, oh poderoso Príncipe de los Saiyajin. Creo que te importa un gran bledo," dijo ella suavemente. Él le disparó una mirada, y sus ojos se ablandaron ligeramente. Ella acercó a Trunks más contra ella, asegurándose que no esté enojado por el viento. Pero estaba despierto, y no parecía importarle demasiado. Su rostro se escondía contra su hombro así el viento no lastimaba sus ojos, pero reía felizmente. Notó que los ojos de Vegeta se dirigieron al infante y se quedaron ahí por un largo momento, pero no dijo nada. Pero sus ojos mantenían una emoción no dicha que no dijo nada de rechazos. Y eso estaba bien con ella.
Volaron por las nubes, sin decir nada, pero no había palabras que se necesitaran. Se habían dicho todo lo que tenían que decirse...
"¿Funciona todavía la cámara de gravedad?" preguntó.
Bulma gruñó. "Sí, todavía funciona. Que forma de arruinar el momento, Vegeta."
Él le dio una confundida mirada que lentamente se transformó en un ceño fruncido. "¿Todavía está tú madre ahí?"
"¡Sí!"
Él maldijo.
"No uses ese lenguaje frente a nuestro hijo," lo regañó. "Y mamá no es mala, sabes." Vegeta entonces le lanzó una divertida mirada.
"Supongo que debo estar agradecido. Tu cocina podría ser usada para envenenar al enemigo en una guerra."
Bulma bufó. "Deberías estar aliviado en saber que he estado tomando lecciones de cocina, Vegeta, y puedo cocinar casi tan bien, o mejor que Chi-chi ahora."
Mirada escéptica.
"¡Puedo!"
Sonrisa.
"Oh lo que sea," dijo irritadamente. "Sólo espera y verás."
"Hmph," fue su única respuesta. Vegeta aumentó un poco más la velocidad, haciendo que su pelo se moviera salvajemente desordenado, por el soplar del viento. Vegeta escupió algo de él.
"Maldición, ¿te cortarías eso o algo?"
Ella sacudió su cabeza. "Lo haré cuando tu lo hagas," dijo suavemente. Él parecía escandalizado, haciéndola reír.
"No importa."
Las nubes estaban densas en donde ellos estaban, y Vegeta bajó la altitud lo suficiente así podían ver toda la ciudad. Hizo una sonrisa por el enorme domo que marcaba en donde estaba la Corporación Cápsula.
Aterrizaron suavemente en el césped que rodeaba la casa, y él la acomodó cuidadosamente mientras miraba a su alrededor. Bulma miró sus ojos en cero en donde la cámara de gravedad estaba, brillando en la luz del sol, pareciendo más de lo que era la última vez que la había visto ahí. Ella hizo una nota mental de actualizarla así podía alcanzar al menos 1200 veces la gravedad. Todavía tenía la capacidad de hacer eso, al menos. Los ojos de Vegeta se hundieron en ella y abrió su boca, pero una fuerte voz flotó en el aire para saludarlos antes que él pueda decir una palabra.
"Oh, Vegeta, ¡es bueno verte otra vez!" dijo la Sra. Briefs, sacando su cabeza por la ventana de la cocina. "Todos te extrañamos, sabes, ¿a donde te fuiste? Estuvo todo tan tranquilo sin..." Vegeta parecía derrotado por un momento, escuchando el parloteo de la mujer en lo que sea que volaba en su vacía cabeza. Una cosa que él exactamente no había extrañado en su tiempo lejos era esa perforante voz. El Dr. Briefs salía de su laboratorio unos segundos después, preguntándose a quien diablos le hablaba su esposa. Sus ojos cayeron en Vegeta y Bulma de pie en el patio y se detuvo, antes de continuar su caminata hacia la casa. Justo a tiempo, pensó.
Bulma suspiró felizmente. Era más que esto. Acarició a Trunks ligeramente, haciéndolo reír y sacudir sus bracitos. La mirada de Vegeta cayó sobre Trunks otra vez y luego voló a ella mientras la Sra. Briefs desapareció supuestamente para preparar el almuerzo.
"Las cosas... ¿salieron bien?" le preguntó tranquilamente, mirando a Trunks con un inequívoco sentido. Ella asintió.
"... Sí." Dijo tranquilamente, agradecida por su preocupación. No le diría que había dado a luz a Trunks sola, ¿cuál era el punto? No necesitaba saber eso, todo salió bien de cualquier modo. Él sacudió su cabeza ligeramente, y sus ojos parecieron desenfocarse por un momento. Bulma se preguntó en que estaba pensando, así se veía de seguro cuando se estaba concentrando mucho. Ella se frotó su cabeza levemente mientras un leve dolor aparecía en ella, e hizo un gesto de dolor cuando se dio cuenta que había usado la última de todas sus aspirinas. Maldición. Ella descansó su cabeza contra el pecho de Vegeta levemente, sonriendo mientras su mano acariciaba su cabeza inconscientemente, como si supiera en donde estaba el dolor. Se sorprendió del acto, pero de cualquier manera lo disfrutó. Alzó su mirada y su sonrisa se congeló con la feroz mirada en su rostro.
"¿Qué?" le preguntó ella preocupadamente. "¿Cuál es el problema?"
Él la presionó contra sí por un momento. "Idiota," le murmuró en el cabello. "Tuviste que hacerlo sola, ¿no?"
¡Mierda! Pensó Bulma. ¡¡Mierdamierdamierdamierdamierdamierdamierda!! ¡¡Él miró sus pensamientos!! ¡Él había entrado en su mente realmente y había leído sus pensamientos! El dolor todavía estaba ahí, entonces Bulma pensó en todas las palabras sucias que su impura mente podía recordar y le las lanzó en su dirección en una ola de violación. Los ojos de Vegeta se ampliaron filosamente, y el dolor desapareció abruptamente de su temple izquierda. Él parpadeó.
"No sabía algunas de esas," dijo meditando. Bulma frunció el ceño.
"No hagas eso otra vez, tú... tú maldito idiota. ¿Cómo te lo tomarías si yo te hiciera lo mismo?"
"Sabía que no me dirías si algo había sucedido—"
"¡No importa! No había ningún punto en decírtelo," discutió. Él gruñó y cruzó sus brazos.
"Merezco saber, Muj—... Bulma," se corrigió con una sonrisa. Las palabras 'eres mía' quedaron sin decir, pero estaban ahí. Bulma soltó un suspiro, nunca iba a sacarlo de esa hipótesis, pero sabía que él no quería decirlo de mala manera. Aún así...
"Imbécil."
"Camarera," le lanzó en respuesta.
"Oh esto trae recuerdos," dijo secamente. Él sonrió.
Sus brazos seguían rodeándola, así que ella se hundió en la curvatura de sus hombros levemente, viendo su preocupación en las palabras que él enmascaraba con eso. Ella sonrió. Esa intuición estaba volviendo, gracias Kami. Notó que sus ojos se dirigían a la cámara de gravedad una vez más, y sonrió.
"Ve, está lista si quieres usarla, Vegeta."
Él interrumpió una divertida mirada en su dirección y se soltó de ella. "Puedo esperar, hay algo más que prefiero hacer en este momento," dijo en un rudo susurro. Calor inundó dentro de Bulma, y tampoco quería esperar para saciarlo.
Ella le dio una pícara mirada. "Si vas a decir 'comer', tendré que matarte."
Él sonrió. "Pon al niño en la cama, mujer."
Bulma estaba más que dispuesta a seguir su instrucción. Después de una mirada llena de calor hacia él, caminó hacia la casa. Finalmente, su vida volvía a ser como debía ser. Las cosas volvían a la normalidad, y Bulma tenía la sensación que aunque los androides fueran una no prometedora sombra que no podía olvidar, si las cosas salían bien en la batalla venidera, él no la dejaría por su propia voluntad. Aunque nunca lo dijo, y ella no estaba segura siquiera que él lo sabía, sus sentimientos se habían vuelto tan profundos por ella como los de ella por él.
Ella podía vivir con eso.