Hola. Y bienvenidos sean a mi primer fanfic que publico aquí, he escrito ya muchísimos, pero por fin me atrevo a publicar, generalmente, antes de eso, solo me dedicaba a escribir reviews. Mi pareja favorita de HP es Harry/Hermione, pero, debo decir que esta pareja de George/Hermione no me parece nada mal, sobre todo porque amo al segundo gemelo.

Esta historia se sitúa un mes después de DH, espero no dar muchos spoilers para quienes no lo han leído aún. Espero este fic les guste para asi seguir escribiendo.

La noche caía en el Londres Mágico, y parecía que iba a llover, las nubes oscuras se acercaban peligrosamente, haciendo que se avecinara una tormenta, un suceso extraño, dado que era un verano particularmente caluroso. Un pelirrojo muy alto y de cuerpo muy torneado por tantos años de Quidditch, pero de ojos llenos de una escondida tristeza y cara completamente demacrada avanzó a través del pasillo, daba la impresión que llevaba días sin comer, pero que esto no le importaba demasiado. Lentamente sus pasos lo llevaron hacia una pequeña mesita en donde a la luz de una vela, comenzó pensar y de pronto, sus ideas, sin quererlo estaban siendo escritas en papel:

Ya ha pasado un mes desde aquel fatídico día. Y pareciera que aun no pudiera olvidarlo. Aún escucho su risa, pensar, pensar que estábamos todos unidos como familia… ¡después de tanto tiempo! Y fue totalmente injusto que de pronto, un rayo verde fulminara a mi más querido compañero de tantos caminos y aventuras. La guerra cesó por fin, pero sin duda, las pérdidas fueron irreparables, sobre todo para mí.

Ciertamente, mi vida ha cambiado, ahora, mi departamento, ciertamente se ve mucho más grande, y, ya no tengo muchas ganas de trabajar, la tienda me trae muchos recuerdos de Fred, pero, sé que sin duda, se sentiría fatal, y… me querría matar si es que no sigo adelante con el que era nuestro sueño; expandir lo más posible a Sortilegios Weasley. Sé que no estoy algo ausente de casa, y de ustedes, pero regresar… todo me recuerda a mi hermano, y siento que necesito mi tiempo de duelo, espero me puedas perdonar mi querida madre, por este capricho…

Apenas terminó de escribir esto George en una carta a su madre, (aunque no estaba terminada del todo) se dio cuenta que ya era de día. ¿Habría pasado toda la noche escribiendo¿O había dormido un poco? Eran muchos los días en que no podía conciliar el sueño correctamente, algo ya normal, considerando su gran grado de angustia que pretendía no demostrar públicamente. Sabía que de alguna manera tenía que distraerse, aunque fuera imposible. Decidió arreglarse y bajó lentamente, las escaleras metálicas de caracol con piso de madera, que eran su pasadizo favorito hacia su tienda y cuanta sería su sorpresa cuando se encontró a su hermano y a sus mejores amigos allí en la tienda, atendiendo a sus clientes, que en este tiempo solían abarrotar el negocio.

-¡Ron, Harry¡Hermione!- exclamó sorprendido y un tanto desconcertado ante la visita de ellos. -¿Qué hacen aquí?-
-¿Qué parece que estamos haciendo?- preguntó Ron con una sonrisa sarcástica.
-Es una lástima que las bromas no te salgan, pequeño Ronnie.- contestó George en un tono más irónico que hizo reir a Harry y Hermione.
-De todas maneras, lo que te queríamos decir es otra cosa.- contestó Ron, antes de que su hermano pudiera salir con otra de sus bromas, aunque esto era algo improbable.

-Es que llegamos a la conclusión de que necesitarías una mano.- comenzó Harry.

-O algo más que una mano.- corrigió Ron y continuó: -Por eso decidimos ayudarte un poco con la tienda, por lo menos hasta entrar a Hogwarts el próximo año y terminar nuestro último año. Si es que claro, no te molesta.- dijo Ron contento. Y agregó: -Eso si, no le pidas a Harry que cocine porque sería fatal.- dijo apuntando a su amigo que le dirigió una sonrisa muy sarcástica.
-Para nada, el departamento es bastante grande ahora. – dijo muy seguro y con un dejo de alegría. -Y supongo entonces, que vivirán por aquí conmigo¿me equivoco?- preguntó George en un tono medio mecánico. Y en eso recordó: -Pero Harry¿Qué pasará con el número 12 de Grimmuald Place?-
-Ah, si preguntas por mi casa. Si, bueno, Kreacher se hará cargo por un tiempo de la casa, y de paso, podrá tener un poco de vacaciones.- contestó Harry.
-Yo vine, porque es mucho el tiempo que no te veo George.- dijo Ron.
-Y por mi parte yo quiero pasar unos días con Ron.- dijo Hermione sonriéndole cálidamente a Ron y a George le dio algo asi como un intenso en el estómago.
Y entonces Harry agregó; –Entonces¿no hay problema?-
-Pues claro que no, quédense.- repuso George, haciendo caso omiso al dolor momentáneo que había sentido.
-Si es que nos estás invitando…- comenzó a decir Ron y fue interrumpido por Hermione en ese momento.
-Algo asi, no queremos dejarte solo. Sabemos que ha pasado un mes solamente, pero, de todas maneras, sabemos que no la has pasado nada bien- dijo Hermione dándole unas palmadas cariñosas en el hombro, y controlando sus ganas de tocar el tema. Hizo una pausa y continuó; –Sabemos como te sientes.- dijo de inmediato de todo corazón, con un rostro completamente sonriente.

En eso, George se sonrojó un poco. Últimamente había adquirido la mala costumbre de no querer mostrar debilidades, (aunque, siempre había tenido esa maña) no después de que el único compañero, al que sentía que le podría demostrar cualquier cosa se había ido. Y de alguna manera, no se sentía aún en toda confianza, pese a que conocía primero que nada, a su hermano desde que nació, y a Harry y Hermione, los conocía ya de años, pero no los quería preocupar, no después de todo lo que ellos habían sufrido. La guerra no solo se había llevado a Fred, sino que a muchas otras personas que eran queridas para todos, eran muchas las familias que tendrían que comenzar con un duelo, como el mismo George lo estaba haciendo en ese momento. Ahora si sabía lo que eran los costos de una guerra tan cruda como la de hace un mes.

La mirada de George se desvió de Harry y Ron, pero por un momento no pudo evitar la mirada de Hermione, y se dio cuenta que algo le comenzaba a doler en el estómago; extrañamente, siempre con la castaña que lo miraba inquisitivamente, le sucedían cosas extrañas. Mantuvo su mirada perdida hasta que Ron captó su atención.

-¿Te sientes bien?- preguntó Ron.
-Si, si, estoy bien.- contestó en tono monótono. –Creo, que estoy algo cansado.-
-Creo que necesitas descansar un poco.- dijo su hermano en tono decidido, y visiblemente preocupado por su hermano que llevaba evidentes muestras de no haber dormido.
-Tranquilo Ron, tengo que atender la tienda, no creo que necesite dormir.- contestó George evadiendo la mirada de su hermano.
-George, llevas días sin dormir y es evidente.- dijo Hermione en su tono autoritario que erizó los pelos del aludido. Y agregó; -Ron tiene razón, es mejor que descanses.-
-Exacto. Asi que, por ahora lo mejor que puedes hacer es dormir.- insistió Ron.
-Si, Ron y yo nos encargaremos de la tienda, anda a descansar un poco.- terció Harry y este, hizo un ademán de acompañarlo a las escaleras, pero George se mantuvo reticente, y ambos amigos, entonces miraron a Hermione en busca de apoyo, quizá se dejaría ser acompañado por la joven.
-¿Necesitas que te acompañe?- preguntó entonces Hermione.
-Gracias, pero no.- Repuso George con un dejo de nerviosismo que pasó para todos inadvertido y subió rápidamente las escaleras, dejando a los amigos un tanto perplejos.
-¿Estará bien que lo hayamos dejado ir asi?- preguntó Harry.
-Creo que no se puede hacer nada más.- contestó Ron con voz preocupada. –Papá dijo que hay que dejarlo ser.-
-Lo sé, pero, es muy triste no verlo sonreír más.- agregó Hermione apesadumbrada.

No podía permitirse el ser acompañado por Hermione, la sola idea de que la señorita prefecta sabelotodo estaría cerca de su vivienda ya le alteraba un poco su sistema nervioso, y que lo acompañara durante un buen rato en su apartamento sin duda lo alteraba mucho más. ¿Cómo podía ser que sentimientos que el creía olvidados de pronto salían a la luz¡Se supone que el la había olvidado¿Por qué estaba pasando esto de nuevo?

-Porque de hecho, nunca la pudiste olvidar¿eh George?- sentía la voz de Fred retumbar en su oído.

-Si, asi parece.- contestó George a la nada. Cayó pesadamente en un sillón, y de inmediato, comenzó a recordar cuando comenzó este secreto sentimiento por Hermione.

¿Cuándo comenzó todo? ¿Desde el momento en que la conoció? Cerró los ojos y de a poco las imágenes comenzaban a llegar a su mente.