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Bienvenidos al último capítulo

o.o Espero toda su atención al final.


VII.Senkei: Urame!

Un momento…

¿Cómo sabía exactamente que Uchiha Hideo-senseile abriría?

Él podría estar viviendo con otras personas. Un "lo siento, él no se encuentra, ¿Desea dejar algún mensaje?" Le destrozaría el corazón (por no decir el ego) a Itachi.

Se hincó mentalmente y pidió a Jashin-sama…

Mala idea.

Jashin-sama era un dios sádico. Si de ese tipo dependiera, quien habría abierto la puerta, sería el mismísimo Sasuke. Afortunadamente su fe era ilegítima.

Demonios.

Una pose Uchiha arruinada por un dios inexistente y un mal momento para ser un Itachi.

No. Nuncaera un mal día para ser Itachi.

Ser Itachi era genial.

A excepción de tener que estar todo el día con Kisame y que el líder te haga romper la actitud Yo-no-doy-explicaciones. Fuera de eso…

—Hacía mucho que no escuchaba ese nombre…

Yupi.

Itachi recordó que, por ser quien era, todo lo hacía por gracia del destino y nunca había fallos.

—T-Tú… eres…

Portazo en la nariz.

Itachi se dio cuenta que simplemente ese día, era una errada situación para estar vivo.

"Tranquilo, todo mejorará en la tarde."

Bien. Iniciando el Arte de la Negociación Itachista.

—Hinata-kun, espérame en el recibidor de Hideo-sensei cuando entremos, por favor.

—Si.

El Uchiha buscó a tientas alguna cosa que delatara una perilla. La tomó del cuello y jaló bruscamente; la madera crujió, tronó y se cayó. Itachi se hizo a un lado e invitó a su acompañante a entrar primero.

—Pasa.

Hinata cubrió su boca con las mangas de su ropa, tratando de ahuyentar el polvo que navegaba en el aire. También intentó evadir el olor a humedad que intoxicaba el lugar, hasta hacerle inhabitable. Muy a su pesar se quitó las sandalias y los acomodó en la entrada. Mientras; Itachi encaramó los restos de la puerta al marco, en actitud de no querer testigos.

—Itachi-san, ¿Quieres que te ayude a quitar tus sandalias?

El sólo hecho de escuchar animalejos chillando y royendo las esquinas de las paredes le hacían desear usar calcetines por primera vez. ¿Cómo es que se iba a quitar sus preciadas sandalias azules? Sin embargo, lo poco que había intentado inculcarle a Hinata, tácitamente, era la educación…

Y, al parecer, lo había logrado con repercusiones un tanto molestas.

Una mezcla entre podredumbre y aserrín le entró de golpe en la boca. Quería toser, pero de ninguna forma iba a permitirse hacer algo así. Sintiendo la garganta arder, aunado a un cosquilleo anatómicamente protectivo, Itachi accedió a quitárselas. Pensó que no fue tan mala idea como había pensado: obtuvo la agradable experiencia de sentir el roce de las manos de su compañero, aunque le provocó un escalofrío. No por una sensación de un nuevo encuentro del tercer tipo, más bien porque estaban frías.

—Gracias. Ahora, quédate aquí. Tardaré lo necesario.

Tanta suciedad y él era quien pensaba dos veces en quitarse los zapatos; ¿Quién era el ciego?

Ella asintió silenciosamente. Tal vez, a estas alturas, Hinata ya aceptaba la amigable prepotencia del Uchiha.

Itachi tanteo los pasillos, sin buscar nada aparentemente. Sólo de vez en cuando escuchaba pasos empolvados en un intento mediocre de huir. Analizando el área de trabajo, Itachi comenzó a pensar dónde estaba su querido médico.

Veamos…

Si yo fuera uno de los pocos Uchiha que quedan y estuviera exiliado de Konoha porque un demente mató a todo el clan, y de pura casualidad yo estaba trabajando en el extranjero (por mero ejemplo: Kumogakure) cuando eso pasó, y ahora ese mismo demente está en mi casa, tal vez buscando matarme... ¿Dónde me escondería?

No. Itachi no era un demente insensible. El hecho de que pocas personas sabían y entendían la razón de su masacre, no significaba que estaba loco.

….

Quizá un día explicara esa situación, siquiera recordársela a sí mismo, para que no se perdiera en su memoria: La verdad sobre el exterminio de su clan era…

—¿Qué quieres aquí?.—preguntó una voz relativamente distante, sonaba obstruida por una puerta.

Hideo-sensei era una buena persona. Generalmente los Uchiha no eran muy listos, pero tampoco eran estúpidos. Era en o superior al promedio. Aunque tenía las características psicológicas adecuadas para ser tachad como el eslabón débil de la familia, Uchiha Hideo tenía un talento comúnmente estudiado, pero poco nacían como parte de esa ciencia.

Itachi suspiró. Sí, era un cobarde; pero él tenía esperanza de que aún fuese un genio de la medicina.

—No vengo con intenciones de matarte.

Hideo miró desconfiado, con la escasa luz que se filtraba en la habitación, el médico pudo darse cuenta inmediatamente del mal que aquejaba a Itachi.

—¿Matarme?, ¿Tú?, ¿Cómo? Estas más ciego que un topo.

Después de un breve momento, sintió un hilito rojo colgando de su mejilla. Ardía peor que una quemazón. Se mordió la lengua para no gritar, volteando miró un kunai enterrado profundamente en la pared. Gracias al gen Uchiha, Hideo no entró en pánico, no comenzó a correr en círculos. Sólo pensó que desmayarse no sería una mala opción. Sus pupilas se volvieron solo un puntito negro en un fondo muy blanco.

—Bien, ahora que ya entendiste que aún puedo matarte, negociemos.—explicó Itachi, percibiendo el miedo de su víctima en toda la habitación.—y no más analogías con topos.

Hideo le miró largo rato sin interponer ninguna emoción. Después se cruzó de brazos.

—Tal vez puedas matarme, pero mientras estés ciego tengo más oportunidad de escapar.

—Puede…. No sé si lo notaste pero no vengo solo.

—Ya veo...

Afortunadamente, Hideo no sabía que Hinata no mataba ni a tipitos de relleno.

—Dame una sola razón para ayudarte, Itachi.—Hideo arrastró la última palabra en un tono despectivo.

¿Cuántas veces más repetirían el inicio de la conversación?

Volviendo a los viejos tiempos. Itachi no recordaba cuanto odiaba a su querido médico. No era culpa de Itachi llamarse Itachi. La culpa era de él, de ese tipo al que debía pedirle ayuda. "Parece una comadreja", "Entonces pongámosle Itachi." Más bien, Hideo debía darle una buena razón para no matarlo.

—Pongámoslo de una manera muy sencilla: Si no me ayudas, te mataré.

—Es… Bastante razonable.

—Y si tienes otro ataque de valentía, entonces te torturaré.

—Muy bien, entendido. Pero pro el resto de mi vida, ¿Me dejaras en paz?

—No tengo otra razón para asesinarte más que por mera amenaza. Podrías volver a Konoha si quieres.

Al Uchiha se le iluminaron los ojos.

— ¿Hablas en serio?

—Ajá.

—Entonces trato hecho.

Lo invitó a la habitación menos sucia de la casa: La recamara donde Hideo dormía. Las vigas no estaban tan débiles y el futonenrollado en la esquina hasta olía a limpio. Había una ventana abierta en una esquina, el aire seco ventilaba cómodamente la atmósfera. Pero con todo y eso a Itachi le pareció un lugar desagradable, caluroso y poco apropiado para estar descalzo.

—Siéntate cerca de la ventana, por favor.

Itachi obedeció. Se desmontó en la esquina y se sentó recargando su espalda en la pared. Hideo se acercó despreocupado, tratando de no alentar el espíritu asesino de su congénere.

—…Sigues pareciendo una comadreja.—soltó Hideo mientras se acercaba a la cara de su apreciado paciente. Como respuesta obtuvo un gruñido, interpretado como un "cállate" –Tal como Fugaku-sama… Tú un poco menos que él.

—¿Qué tiene que ver mi padre en todo esto?—preguntó, en un intento sutil de cerrarle la boca.

—Ya veo.—pido a Itachi abrir los ojos y comenzó a examinar quisquillosamente cada centímetro de su pupila.—Seguramente no te molestaría hablar de ellos si no los hubieras matado… es lógico. Mmm… Itachi, ¿Estuviste bebiendo?

….no.

—….yo… es que… fue… un… pequeño… accidente.

¡¡Hinata lo hizo!!

—¡El sake es dañino! ¿Nunca te lo dijeron tus padres? Sí, se siente muy lindo cuando estás del otro lado pero no dura la sensación, Itachi. Y como estas, si no lo hubieras tomado no estarías tan ciego como un…

Mirada maldita de parte de Itachi.

—...¿Sabes?, si te hubieras parecido más a tu madre, como tu hermano menor, seguramente no te llamarías Itachi. ¡Ah! Mikoto-san era tan linda y…--sintió una punzada en las costillas y una mirada pesadamente horrible sobre su alma.

Hideo estaba haciendo una lista de "Como hacer que Uchiha Itachi te mate en menos de dos minutos."

—No tienes derecho a hablar de mi madre.

—¿Y tú sí?

—Sí, por la simple razón de que era mía.

— No tenía idea de que las comadrejas eran tan posesivas.

¡Mátalo!

Hideo hablaba de él como si fuese un mamífero peludo parado en dos patas… ¿Mm?

Más le valía que lo dejara como nuevo.

—El Mangeyou Sharingan te dejo hecho pedacitos el iris. La única solución es…

—La sé. En la noche comenzaremos. Sólo necesito despedirme.

.-.-.

Itachi sacó a Hinata de la casa sin decir nada. Ella no se atrevió a preguntar. Para entonces, la pupila del cielo ya se contraía en el horizonte, bajo las montañas.

"Te acompañaré hasta la puerta principal, seguiremos hasta el claro y de ahí regresaras a Konoha." Le había dicho, tan serio y carente de emociones reales; táctiles al corazón. En todo el camino no se dirigieron la palabra. Ya no era un silencio incómodo, era uno pesado. No faltaban frases, era simplemente que no debían decirse. Debían guardarse, perderse y olvidarse. Quizá luego arrepentirse.

¿No detectaba él la tristeza de ella…?

¿La incomodidad de separarse…?

No. Si no esquivaba una piedra en el camino, mucho menos se esperaba algo más complejo como era la sensibilidad. Hinata ensayaba su adiós, enfatizando no humillarse en la presentación.

Llegaron a destino como amenaza de nieve, el lago se conservaba imperturbable; el espejismo de cara de luna estaba en el agua, cristalinos pedazos de plata cortada.

Itachi mantuvo los ojos abiertos, para fingir verla. Ella pareció el gesto, aunque mantenía la vista milímetros desconcertados de su nariz. Se miraron y se mantenía un nerviosismo mutuo, como el final de una cita divertida, despidiéndose en la puerta de su casa.

—I-Itachi-san… Después de aquí, ¿A dónde iras?

—Regreso a Akatsuki.

—E-Entiendo…

Tenía que decir algo. Lo que fuera… Claro, algo que no la alejara. ¿Qué sería? Pedirle acompañarlo de nuevo quedaba descartado, no tendría sentido y destrozaría los débiles cimientos de su frágil relación….por llamarla de alguna manera.

No terminó de pensar lo último, cuando alzó la mirada y él estaba parado frente a ella, únicamente separados por un hueco que no llegaba a las pulgadas.

—Hinata.—la tomó del mentón sin torpeza.—hay algo que no hice esa noche y deseo hacer ahora, ante de que tengas que irte.—dijo con voz queda, agachándose lo suficiente.

Él evocó la imagen de ese instante, su cabello recién cortado que alcanzó a ver, sus labios tan lindos y menudos que no tomó en ese entonces, y sus ojitos destellantes de un placer desconocido; un poco de miedo. Una inocente seducción en sus ojos; combinación entre blanco y violeta.

La primera vez que Hyuuga Hinata recibió un beso, le fue extraño y pensó que su vida había comenzado al revés. Pero al igual que raro, se sentía bien, cómodo, ¿húmedo?, tibio y por ser de parte de Itachi, un poco tosco. Era de esperarse de la forma menos querida.

Se sentía lindo de una manera casi dolorosa.

Primero una picazón profunda en la espalda, después algo cálido que subía presurosamente por la garganta y se extendió como un charco amargo en su boca. Se separaron abruptamente. Ella lo miró a él, y encones descubrió el kunai en su espalda y la mueca sin expresión.

—Hina-chan, no tienes idea de cómo deseo esos ojos. Esos lindos ojos que tienes…—profirió, mirando la agonía con enfermiza satisfacción, en un tono casi obsesivo; sosegado.

Tosió más. Llegó a inundarse los pies, tratando de alejarse de sí misma porque le daba un profundo asco lo que estaba sintiendo y por lo que llegó a sentir. En un intento de parar la sangre; la derramó sobre sus manos y miró a Itachi, sin querer pedir ayuda.

Por su parte, él la tomó de sus hombros y la acomodó en el suelo, boca a arriba.

—Si la dejas mucho tiempo así, se va a ahogar. —escuchó Hinata lejanamente, y observando unos pies que se acercaban horizontalmente. —Y no me gusta trabajar con mucha sangre.

—Es una ironía, viniendo de un médico. —Itachi volteó ligeramente la cabeza de Hinata, y dejó que la tierra se manchara delicadamente de un carmesí obscuro, lamiendo las comisuras de la desembocadura.

—...Terminemos con esto de una buena vez. —dijo Hideo, apartando los cabellitos azules que se pegaban secamente a los labios de Hinata.

Hinata miró al cielo y alcanzó a ver la noche, el polvo estrellado esparciéndose hasta la mañana; los sonidos tranquilos de la noche que entorpecían su ritmo cardíaco. Suspiró a borbotones, intentó proferir unas palabras, pero lo más que pudo hacer fue despegar la mandíbula. Para el Uchiha, aquello se formalizó como un surco en el aire.

Sintió las frías manos de Hideo acercando los instrumentos para dejarle las cuencas vacías, drenarle el alma para Itachi.

Más allá de la ropa, más allá de la piel, le dolía; agolpándose para salir.

¡Por fin!... iba a conformar parte de todo aquello a lo que había admirado.

Ahora todas esas frases bonitas cobraban un sentido lícito; verdadero. Esas pupilas eran lindas para él, por qué las necesitaba; por qué era la justificación moral de un amorío adictivo.

Pero, ¿En realidad era indispensable arrancárselas de esa forma?

¿Le habría regalado sus ojos?

Ella sonrió mientras se desplomaba.

Sí, se los habría dado.

El gesto no le duró mucho, no porque no quería, más bien por él. Porque uno de los deleites de los asesinos es ver el dolor de sus víctimas: Así que, para darle gusto, lloró y se aseguró de fingir en su rostro mucha agonía.

Itachi sabía cómo se sentía Hinata en aquellos momentos y no era nada agradable. Los síntomas de la muerte no se degustaban de un solo trago.

—D-Detente un momento, por favor, Hideo-sensei. Ponle anestesia.

—Pero… Itachi…

—Pónsela.

.-.-.

Después de la operación, Hideo se lavó las manos y se despidió definitivamente de Itachi. Quería olvidar todo lo que había pasado. No quería volver a ver la escena del crimen. Seguramente se torturaría los años que le quedaban preguntándose "¿Por qué lo hice?"

No importaba.

Lo había hecho.

Era culpable.

Y aun así tendría el cinismo de volver a Konoha…. No importaba, solo tenía que aparentar ser inocente. Y si ese don existía, Hideo era uno de los pocos que lo poseía. Si alguien preguntaba por las coincidencias, sólo respondería que todo se había confabulado.

Kisame recogió a Itachi, en la aldea independiente de Kumogakure y su vecina.

—Te vez extraño, Itachi-san.

—… no lo sé, tal vez sea porque me acaban de operar. —contestó, sabiendo que no era necesario hacerlo.

—No… es otra cosa.

Fue cuando Itachi volteó atrás. Y le dedicó una de sus sonrisas medias al pasado.

—Nada. No importa. —contestó para sí, con un deje molesto. —estaba feliz.


FIN

……

……

………

…………

…………………

o.o? Ya pasó? o.o bueno, ante todo no suelo mostrar tendencias suicidas pero… solo pediré que no me maten… a mi también.

¡¡¡MUCHAS GRACIAS POR SUS REVIWES!!!

Y.. espero no haberlo decepcionado con el final.

AOS-chan (Muchas gracias, de no ser por ti no sé hasta cuando lo habría publicado! Domou!) hyuuga-hikari-chan to… inner-chan? XD (Domou!!) Taia-chan (owo gracias por la info. de Donald en el país de las matemáticas! Y ya no se te ve, a ver cuando hablamos ;o;) helenhr-chan to… David-kun. (o//o gracias XD) Alexia-chan (TT a mi me fascinan los mensaje largos… en fin… yo por eso siempre los copio XD Muchas gracias) Danna-sama-chan (O.o yo ando loca por conseguirlo!!! . que envidia ojalá pueda encontrarlo… pero aún no termino el uno xD a ver si me cuentas que novedades tiene, muchas gracias!) omtatelo-senpai (Nee, muchas gracias!! ... muero por que continúes con tu historia, ojalá sea pronto!) Envy-Hikari-chan (Domou Adigatou!)Kamikazeh-chan (Muchas gracias!! XD) magda black-chan (XD ya tienes síndrome de Kakashi-sensei XD no importa, la cosa es que si llegó tu review. Muchas gracias por tus bendiciones… ateísta favorita?? mm… XD domou)

Diccionario:

Notas sobre el titulo:

Senkei (Senkee): literalmente se traduce como "masacre", pero otras traducciones la usan como "escena final". En mi caso, yo lo pongo como "Escena final" pero con ese rasgo implícito que arrastra la palabra masacre XD en otras palabras, no me pude decidir.

Urame: Viene en la letanía que Itachi le dice a su hermanito menor estúpido cuando se va. "Orokanaru otouto yo. Kono ore wo koroshitakuba, urame! Nikume! soshite…" (Hermano estúpido, si quieres matarme ¡Maldíceme!, ¡odiame! Y…) En síntesis, significa "Maldíceme"

Es decir:

Escena Final: Maldíceme.

….o.o creo que me lo pensé demasiado XD

¡¡¡ATENCIÓN!!!

Ha sido un largo y tortuoso camino… pero creo que nos divertimos XD Y tengo pensado hacer una… lo que llaman secuela. Aún no es muy seguro pero sí se esta escabullendo en mi imaginación la idea. Dicen que las segundas partes no suele ser buenas.. XD intentaré romper eso. En fin, pueden votar por su si o no a la propuesta 24 XD o sea, si quieren secuela o no. Eso me ayudará mucho a definir que ondiferas marcianas.

Bueno, fue un placer! Ojalá y si nos veamos en la continuación.

Jaa nee!

P.D.: o.o para lo que leyeron el manga… ya saben… Itachi… Sasuke… …. Es en serio, esto lo inventé antes de que saliera esa parte…. Me traumé cuando le leí o.o