EPILOGO
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Remus estaba caminando nerviosamente por el largo y blanco pasillo del hospital. Llevaba demasiado tiempo esperando a que le dieran noticias de Lonna y de su bebe. El tiempo pasaba tan despacio que estaba a punto de explotar de impaciencia.
De pronto tuvo la sensación que eso ya lo había vivido antes y recordó. Hace cinco años, el estaba en ese mismo pasillo, recorriéndolo nerviosamente, como ahora, preocupado por Hermione y su hijo, solo que en ese momento estaba siendo muy diferente, aquel día ellos estaban a punto de morir y ahora su mujer estaba de parto un par de semanas antes de salir de cuentas.
¿Por qué nadie salía a darles noticias de lo que estaba pasando con Lonna y el bebe?
"Tranquilo amigo. Acuérdate que cuando nació Violet, Lily estuvo de parto siete horas. Lonna solo lleva una." le dijo James pasando su brazo izquierdo por los hombros de Remus para darle ánimos.
Violet Lily Potter, la segunda hija de James y Lily, nació nueve meses después de la boda de Remus y Hermione. Era una niña preciosa, igual que su madre, incluso en el carácter, lo único que pareció haber heredado de James era el pelo, negro y alborotado. La niña tenía una adoración especial por su tío Remus y su tía Lonna y a ellos se les caía la baba con la pequeña Violet. Sin embargo Harry cada vez se parecía más a su padre y a Sirius, al que idolatraba.
Lupin resopló sonoramente "No me estás ayudando mucho ¿lo sabes?"
"Piensa que es ella la que se está llevando la peor parte" le dijo Sirius que acababa de llegar con su novia. Era una preciosa mejicana llamada Kathy que había conseguido que Sirius sentara la cabeza.
Habían pasado cuatro horas, cuando una enfermera se asomó a la puerta "Parientes de Lonna Lupin, por favor"
"Si" contestó muy nervioso.
"Sígame, por favor" La enfermera le hizo pasar a una habitación muy pequeña y sentarse. James le acompañó y se sentó a su lado.
"¿Usted es?" le preguntó.
"Su marido"
"Enhorabuena, Señor Lupin. Ha sido padre de una preciosa niña y tanto la pequeña como la madre están en perfecto estado."
Oleadas de mil emociones diferentes le recorrían por todo el cuerpo. Quería reír, gritar, llorar, cantar, saltar y ni se sabe cuantas cosas más a la vez. "¿Puedo verlas?" preguntó, intentando controlarse.
"Todavía no. Ahora va a venir el sanador que las ha atendido, para hablar con usted sobre los detalles del parto."
En cuanto la enfermera se marchó, los dos amigos se estrecharon en un fuerte abrazo.
"Enhorabuena hermano" le felicitó James dándole palmaditas en la espalda.
Unos minutos más tarde apareció el sanador y le explicó a Lupin que el parto había sido por medios naturales y que tanto la madre como la niña estaban bien. El bebé había pesado tres kilos ochocientos gramos y medía cuarenta y nueve centímetros. También le comentó que al ser portadora de la licantropía, tendría que hacerse chequeos médicos más habituales que los demás niños, para controlar que sus niveles de hierro en sangre no fueran demasiado bajos, cosa que solía pasar muy a menudo en este tipo de niños, y en el caso de que eso ocurriese, tendría que tomar una poción, una vez al día, para regulárselo, pero que por lo demás la niña estaba perfectamente sana y era preciosa.
En cuanto el sanador le dijo en la habitación que estaba su mujer, Remus salió corriendo a verla.
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Al abrir la puerta, Lupin vio a su mujer en la cama, estaba dormida y tenía cara de estar agotada, el pelo muy revuelto, la piel pálida, labios amoratados y enorme ojeras. Aún así, él seguía pensando que parecía un ángel.
Remus se acercó a ella muy lentamente, sin hacer apenas ruido, y se sentó en una silla que había a un lado de la cama. No pudo evitar acariciarla el pelo y en ese momento, Hermione abrió los ojos.
"Hola" le dijo débilmente y le sonrió.
"Hola, mi amor" la respondió y se incorporó para darla un dulce beso en la mejilla.
"¿Has visto a la niña, Remus? Es preciosa…" le dijo emocionándose.
"Todavía no, pero me han dicho que enseguida nos la traen para poder estar un ratito con ella."
"Si, por favor. Quiero verla otra vez. Ya verás que bonita es, tan pequeñita… tiene unos deditos tan chiquititos…se los he contado y los tiene todos…menos mal… y su naricita es perfecta, cariño. Ya veras que bonita es…" le contaba emocionada.
Remus, que estaba muy emocionado también, se sentó al borde de la cama de su esposa y la abrazó.
"¿Y tu como te encuentras?" la preguntó sin parar de acariciarla el pelo y la cara.
"Hmm, cansada. Me duele todo, pero no me importa. Ha merecido la pena pasar por todo, solo por…" Hermione no pudo seguir hablando, porque su marido la besó dulcemente en los labios.
"Te quiero" la dijo.
En ese momento sintieron como alguien abría la puerta, era la enfermera y traía un carrito con ella. Se acercó a Hermione y la dijo "Señora Lupin, aquí la traigo su bebe. Hoy solo podrán estar con ella media hora, pero mañana la prometo que se la dejaré todo el día" dicho esto, la mujer sacó a la niña del carrito y la colocó con mucho cuidado sobre los brazos de su madre.
En cuanto Hermione sintió a la pequeña en sus brazos, agachó la cabeza y la beso tiernamente sobre su fina capa de pelo de color castaño oscuro. "Hola de nuevo, chiquitina. Mira, este es tu papá" dijo emocionada, incorporando un poco a la niña para que Remus pudiera verla bien.
Lupin estaba con la boca ligeramente abierta y los ojos llenos de lágrimas. Hermione, que también tenía los ojos aguados, cogió una de las pequeñas manitas de la niña y la movió suavemente, haciendo como si la niña estuviera saludando a su padre. "Hola papá" dijo sonriendo.
Remus no podía hablar, la emoción se lo impedía, así que se agachó y al igual que Hermione, le dio un dulce beso en su cabecita y acarició delicadamente su pequeña carita, mientras un par de lágrimas rodaban por sus mejillas y Hermione acariciaba el pelo de su marido y se lo besaba.
Lupin se incorporó y miró a su mujer, era la sensación más increíble que había sentido nunca, era como si…como si…no podía describirse con palabras, ese pequeño ser, tan indefenso, tan inocente, tan maravilloso, era suyo, suyo y de su mujer, de la mujer más valiente, fuerte y admirable que había conocido en su vida y esa pequeña había sido fruto de su amor. ¿Que más podía pedirle a la vida?
Ella le sonreía, a pesar de estar tan cansada y dolorida. "¿A que es preciosa?" preguntó a su marido y este asintió. La niña era igual que su madre.
Remus estaba tan desbordado por la emociones que no sabía que hacer, así que primero acariciaba a su hija y después a su mujer mirándolas a las dos con todo su amor.
"Remus, cógela" Por unos instantes a Lupin le dio un ataque de pánico, la niña era tan pequeña que ¿y si la hacía daño?, pero cuando quiso reaccionar, Hermione ya se la había colocado en los brazos.
Lupin miró al pequeño ser que sujetaba con torpeza y comenzó a temblar ligeramente.
Haciendo un gran esfuerzo, Hermione consiguió moverse un poco y abrazó a su marido. En esa posición estaban cuando la puerta volvió a abrirse, esta vez era Lily con Sirius, que habían ido a verles.
"¿Se puede?" preguntó Lily con una gran sonrisa.
"Claro, adelante" respondió Hermione.
"¿No me digas que esta cosita tan preciosa es mi sobrina?" la respondió Lily acercándose a ella para darla un beso y mirando a la niña. Hermione solo pudo sonreír y se volvió a recostar en la cama, acariciando uno de los brazos de su marido, que seguía absorto mirando a su bebe.
Solo cuando Sirius se acercó por detrás y le dio un golpecito en la espalda para felicitarle se dio cuenta que tenían visita.
"Has tenido suerte, Lunático, la niña se parece muchísimo a su madre" le dijo su amigo. Remus sonrió. Era una sonrisa enorme y llena de felicidad.
Volvió a besar a su pequeña y se la devolvió a su madre, para poder abrazar a Sirius, mientras Lily le hacía carantoñas.
"¿Habéis decidido el nombre ya?" preguntó Lily
En ese momento, Lupin se percató de la presencia de la mujer "Cielos, Lily. No me había dado cuenta que estabas aquí, perdona." la dijo y se acercó a darla un beso y un abrazo y ya de paso, otro a su mujer y a su pequeña hija.
"Pues, hemos decidido que se llame Gracie, bueno, Grace, Grace Anne Lupin" dijo Hermione.
"Es un nombre precioso" respondió Lily.
"¿Dónde está el padrino de mi hija?" preguntó Remus con orgullo al pronunciar las dos últimas palabras.
"Se ha quedado abajo con las fierecillas y con Kathy" dijo Sirius.
"Los niños no paran de preguntar cuando van a conocer a su primita. Violet la está haciendo un dibujo, pero no la digáis nada, es una sorpresa para vosotros y Harry está como loco, diciendo que se la quiere llevar a dar una vuelta por el jardín con la escoba que le regaló Sirius" les contó Lily y todos rieron.
Muy inoportunamente entró la enfermera para interrumpirles "Señora Lupin, me tengo que llevar a la niña"
"No, por favor, déjeme un minutito más."
"No puedo, ya la he dejado casi tres cuartos de hora. Me la tengo que llevar" Hermione arrugó un poco el ceño "Está bien" dijo, la dio un beso a la niña.
Remus resopló, no le hacía ninguna gracia que se la llevarán, pero accedió. Se acercó a su hija y la beso. "Me voy con la enfermera, para ver donde se la llevan" la dijo a Hermione y la dio un apasionado beso.
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Era el segundo cumpleaños de Gracie y la casa estaba lista para recibir a todos los invitados. El jardín estaba lleno de globos, guirnaldas de llamativos colores, y todo tipo de entretenimientos varios para niños de todas la edades. El lago estaba vallado por si a alguno se le ocurría acercarse y había una enorme mesa llena de comida y bebida.
Hermione estaba terminando de vestir a la niña antes de que apareciesen los invitados (James y Lily con Harry y Violet, Arthur y Molly con todos sus hijos, Frank y Alice Longbottom con Neville y Daniel, Melvina, Aubrie y Dobby con sus cuatro niños y Sirius con su esposa Kathy, recién casados apenas un par de meses antes)
Parecía mentira lo muchisimo que Gracie había crecido y lo deprisa que había pasado el tiempo. Todo el mundo lo decía, la pequeña era físicamente igual que su madre, excepto por el pelo y los ojos, que era del mismo color que los de Remus.
Por suerte, su salud estaba siendo muy buena y era una niña muy despierta para su edad, además tenía una conexión increíble con su padre. Las noches de luna llena, la pequeña se ponía muy nerviosa, pero a la mañana siguiente, en cuanto Remus llegaba a la casa y Hermione la acostaba junto a él, la niña se relajaba y dormían los dos de un tirón. Era como si sintiese que a su papá le pasaba algo malo y el tenerle cerca la relajase.
Era maravilloso verla interactuar con Remus, los primeros meses se quedaba muy quietecita y acurrucada a su lado y según iba creciendo, comenzaba a acariciarle la cara y darle suaves besos. Ahora que ya había aprendido a hablar le preguntaba "¿Papa pupa?" Remus la contestaba que si y ella le respondía "Nena cura" y le besaba y le abrazaba.
Ni que decir tiene, que Gracie era el ojito derecho de Lupin y a su madre la encantaba ver como ellos dos disfrutaban de sus momentos. Después de bañarla y de que hubiera cenado, Remus se la sentaba en sus piernas para leerla algún cuento, hasta que se quedaba dormida y después la acostaba y se quedaba un buen rato viéndola dormir.
Cuando Hermione intentaba ponerle los zapatos a Gracie, Remus entró.
"¿Ya estáis listas?"
"¡¡Papi!!" gritó Gracie ilusionada al ver a su padre y levantó los brazos hacia él para que se acercara y la cogiera.
"Casi. No hay manera de ponerla a tu hija los zapatos" le respondió Hermione comenzando a enfadarse.
"Tu no, papi" le dijo la niña a su madre, quitándole uno de los zapatos y entregándoselos a su padre.
Remus se acercó sonriendo y cogió el zapato. "Ala, ala, ponle el zapato a la niña" dijo Hermione.
Lupin se acercó a su mujer y la dio un suave beso en la mejilla y después, mientras Hermione salía de la habitación, para recibir a los invitados, él se encargaba de su pequeña.
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La fiesta había terminado y los invitados se habían marchado. Mientras Hermione recogía una par de cosas, Remus se encargaba de acostar a Gracie.
Al subir a dar las buenas noches a su pequeña, Hermione vio a su marido en el marco de la puerta, apoyado, contemplando como dormía su hija.
"¿Ya se ha dormido?" le susurró al mismo tiempo que se abrazaba a él.
"Si, estaba rendida" la respondió y a continuación la dio un beso en la cabeza.
Los dos se quedaron unos instantes más mirando a la niña, dormida en su cama.
"He estado pensando" la dijo Lupin y después de hacer una pausa, añadió "Creo que tienes razón, Gracie necesita un hermanito"
Hermione le miró con asombro "¿A que se debe ese cambio?"
Lupin sonrió "Esta mañana, cuando estaba poniéndola los zapatos me lo ha pedido como regalo de cumpleaños"
"Claro. Ya veo" le respondió "La estas malcriando Lupin"
"¿Y eso a que viene ahora? ¿Acaso no eras tu la que llevaba tres meses persiguiéndome para que tuviéramos otro hijo?"
"Si, y tu eres el que lleva tres meses esquivándome y diciéndome que no quieres arriesgarte otra vez a que el niño salga como tú" le contestó Hermione apartándose de él.
"Ven, vamos a hablar" Lupin la agarró de una mano y la llevo hasta su habitación, allí se sentaron en la cama y él la sujeto las manos "Mira, no te lo estoy pidiendo porque quiera darla un capricho a la niña, si no porque de verdad quiero tener otro hijo contigo."
"¿Y porque ahora, porque no el mes pasado, porque no hace dos meses?" preguntó confundida.
"Porque ha sido hoy cuando me he dado cuenta, viendo a la niña jugar con los otros niños, que aunque tengamos otro hijo y sea como yo, va a poder tener una vida maravillosa, una familia que le quiere y amigos. Si yo he podido conseguirlo, ellos también van a poder, y ha sido todo gracias a ti" la contestó y la acarició la cara.
"Desde que tu estás aquí todo ha cambiado, el mundo es mejor. Voldemort ha muerto. A los hombres lobo ya no nos tratan como antes, poco a poco estamos consiguiendo que se nos acepte en la sociedad, incluso se han creado asociaciones para ayudar a gente como yo a encontrar trabajo y a los que no puedan pagar la poción matalobos todos lo meses, se la dan gratuitamente. Bueno, eso ya lo sabes, tu has tenido mucho que ver en ello." añadió e hizo una pausa, en la que los dos se quedaron mirando, pensando en como había cambiado todo en los últimos años.
"¿Sabes Lonna? nunca hubiera podido imaginar todo esto, ni siquiera en el mejor de mis sueños. Yo con un trabajo fijo, donde gano un sueldo bastante bueno y donde la gente con la que trabajo me respeta, un hogar, una mujer maravillosa de la que estoy increíble y profundamente enamorado…" la dijo y la acarició la cara de nuevo "…y una preciosa hija que me llena de amor y que me quiere con locura" añadió sonriendo, al acordarse de cómo su pequeña se alegraba cada vez que él volvía de trabajar o la bañaba o de cualquiera de los momentos que pasaban juntos.
"Eso no lo dudes nunca" le respondió sonriendo.
"Y ha sido todo gracias a ti, mi preciosa Lonna." La besó las manos, la miró fijamente a los ojos y se puso de rodillas "¿Me concedería el honor, mi bella esposa, de tener otro hijo conmigo?"
Hermione rió. "Que payaso eres" le dijo mientras le ayudaba a ponerse de pie y le sentaba en la cama. "Espera aquí un momento ¿vale?"
La mujer se dirigió al armario, de donde sacó algo que Lupin no consiguió ver y se encerró en el baño. Un par de minutos después, salió vestida con un sugerente conjunto de lencería, compuesto por un sujetador, unas mini braguitas, unas finas medias, todo ello de color rojo y unos zapatos de tacón del mismo tono que el resto del conjunto y se acercó lentamente a él, moviendo las caderas provocativamente "¿Esto responde a tu pregunta?" le dijo con voz sensual.
"Cielo santo, mujer ¿De donde has sacado eso?" preguntó Lupin respirando agitadamente.
"¿Te gusta?" le preguntó y se acarició lentamente el cuerpo. Remus solo fue capaz de gemir antes de ponerse en pie y besarla apasionadamente.
Unos minutos después, cuando Lupin dejó libre su boca para atacar otros puntos de su anatomía, Hermione dijo sonriendo "Definitivamente, eso es un si"
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Ahora si que hemos llegado hasta el final. De nuevo, muchísimas gracias a todas aquellas personas que han seguido mi historia durante todos estos meses y me han dejado sus comentarios, bueno, a las que han sido tímidas y no se han atrevido también. Espero que nos volvamos a leer muy pronto. Besos y abrazos.