Disclaimer: Todos los personajes involucrados en este humilde fic son creación de J. K. Rowling.

Warnings: Slash (relación entre chicos)

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Sirius Black versus Peeves

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Amanecía apenas, y el largo y semi-oscuro pasillo que conducía hacia la enfermería estaba desierto. Sirius Black lo recorría con paso lento pero seguro mirando constantemente a su alrededor pues, como tampoco esta vez había podido tomar la capa de invisibilidad de James, debía mantenerse alerta para evitar toparse con Filch y su gata, o peor aun, con Peeves. Al pensar en él, Sirius maldijo por lo bajo y apresuró el paso. No deseaba que, de nueva cuenta, el poltergeist lo sorprendiera entrando a hurtadillas a la enfermería; el mes anterior Sirius había tenido que sobornarlo prometiéndole una gran caja de artículos de broma para evitar que despertara al castillo entero.

Estaba ya a unos cuantos pasos de alcanzar la enfermería cuando le pareció escuchar un ligero silbido por encima de su cabeza, y al levantar la mirada pudo ver que Peeves estaba colgando despreocupadamente de lo alto del candil que se hallaba cerca de la puerta.

¡Maldita sea mi suerte! masculló Sirius al verlo.

- Sabía que la oveja descarriada vendría -dijo Peeves balanceándose sobre el candil mientras una sonrisa de triunfo se instalaba en su rostro al mirar a Sirius- Siempre ronda por aquí cuando Lupin cae enfermo.

Sirius lo vio saltar del candil y dirigirse hacia él con una expresión que denotaba una seguridad espeluznante. Era como si Peeves pensara que lo tenía a su merced, y en cierto modo era así. Sirius sabía que no eran horas para andar merodeando por los pasillos, sabía que en cualquier momento Peeves podía llamar a Filch o armar alboroto para que lo castigaran; pero él necesitaba ver a Remus, tenía que asegurarse de que estaba bien, así que no iba a permitir que el poltergeist se interpusiera en su camino.

- Esta vez no vas a jugar conmigo, Peeves -aseguró el chico de ojos grises apretando su varita por debajo de su túnica- No vas a chantajearme de nuevo.

- Claro que jugaremos, Blacky, a menos que no quieras entrar a ver a tu amiguito Lupin. Tuvo una noche bastante mala ¿sabes? -lo picó el poltergeist- Vi a Madame Pomfrey llegar con él hace un rato y el chico no lucía nada bien.

Al escucharlo, Sirius se lanzó hacia la puerta. Pero Peeves se interpuso hábilmente en su camino, se quedó pensando un instante y luego añadió con malicia:

- Lupin venía cubierto de vendas de pies a cabeza. Debe tener alguna afección extraña en la piel que lo afecta cada mes. Tal vez sean furúnculos -rió Peeves.

Sirius no dijo nada, pero no pudo evitar un gesto de molestia al escuchar a Peeves burlarse así de Remus. Sin embargo, mientras lo miraba sujetarse el estomago, respiró aliviado porque ahora estaba seguro de que Peeves no tenía ni idea acerca de la licantropía de Remus. Justo cuando la palabra licantropía cruzó su mente, Sirius pensó Tengo que ver a Remus como sea e hizo un ademán desesperado para quitar a Peeves de en medio, pero el poltergeist no cedió ni un milímetro. Mas bien, al ver la desesperación que reflejaba el rostro del chico de ojos grises, sonrió feliz y propuso:

- Si quieres atravesar esta puerta, Blacky, te costará un par de cajas de bombas fétidas y un paquete de diablillos negros de pimienta. Y será mejor que te decidas a cooperar si no quieres que ese par de cajas se convierta en cinco y ese paquete de diablillos se convierta en una caja.

Sirius resopló molesto.

- No me subestimes, Peeves. Seré solo un alumno de tercer curso pero no soy estúpido. Accedí la primera vez, pero ahora…

- Ahora no será diferente, Blacky -lo atajó Peeves; una mueca malvada le cruzaba el rostro y después sonrió como un niño bueno- Si quieres ver a Lupin tendrás que pagar o atenerte a las consecuencias.

Se miraron fijamente durante un momento. Sirius temblaba de furia; estaba desesperado pero no parecía dispuesto a ceder, así que Peeves dijo:

- Vaya, vaya… veo que no te decides. Bueno, tú lo has querido.

Ante la mirada de desconcierto de Black, el poltergeist aspiró aire llenando sus pulmones con él. Estaba a punto de comenzar a gritar a voz en cuello cuando Sirius, comprendiendo en el último momento lo que Peeves estaba por hacer, abríó los ojos con horror y se apresuró a sujetarlo con fuerza tapandole la boca con la palma de la mano derecha.

- De acuerdo... ¡Está bien! Calmate ya -murmuró Sirius, dandose cuenta de que Peeves no se lo estaba poniendo nada fácil- Lo haremos a tu manera. Dentro de dos días habrá una salida a Hogsmeade. Tendrás lo que pides.

Peeves sonrió feliz cuando Sirius lo soltó al fin, y se apartó de la puerta para hacer una burlesca reverencia ante ella cediendole así el paso. Fue entonces cuando Sirius pudo tomar el pomo de la misma.

Antes de entrar, oyó que Peeves decía:

- Voy a divertirme mucho gastando esas cinco cajas de bombas fétidas y esa caja de diablillos negros de pimienta, Blacky.

Después de dirigirle una mirada cargada de enojo, Sirius entró a la enfermería cerrando la puerta ante la sonrisa de triunfo del poltergeist. Éste se giró para marcharse a armar alboroto en la Torre de Astronomía pero, al oír que Sirius echaba el pestillo a la puerta, se lo pensó mejor y decidió quedarse ahí y espiar al chico de ojos grises.

Después de todo, parecía que Peeves había encontrado que la debilidad de Sirius Black se llamaba Remus J. Lupin, y él estaba dispuesto a sacarle provecho a eso. Era probable que pudiera conseguir más que unos cuantos artículos de broma y dulces de efectos especiales.

Muerto de curiosidad, el poltergeist se inclinó sobre el pomo de la puerta y enfocó uno de sus pequeños ojillos para observar a través del diminuto orificio que había en la cerradura.

Continuará…

N/A: ¿Qué les parece?... Ese Peeves es tremendo ¿verdad?... ¿Qué creen que descubrirá al espiar a Sirius? Dejénme saberlo con sus reviews ;)