ADVERTENCIA: ESTO ES POST DEATHLY HALLOWS!!!!

N.A: Esta es mi versión del romance entre Lily Evans y James Potter...una pareja que, confieso, nunca antes me había interesado...

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"¡¡Corre, Lily!!" gritó con desesperación la voz de un hombre. "¡Corre!".

Con el más profundo miedo invadiendo su corazón, Lily corrió a lo largo de un pasillo oscuro, tratando de alcanzar una puerta que estaba cada vez más lejos... más lejos...

Lily Evans abrió asustada los ojos, y su cerebro, a medio camino de despertarse, tardó varios segundos en registrar que todo había sido un sueño espantoso, y que ella estaba durmiendo cómodamente en su cama del dormitorio de chicas de quinto año de Gryffindor, en Hogwarts.

A pesar de la feliz realización de que todo era un sueño, la angustia no abandonó su mente. Tal vez el mal sueño se debía a que el día anterior había finalmente terminado de rendir los OWLS, liberando toneladas de estrés, y a que horas más tarde se había peleado para siempre con su mejor amigo.

El recuerdo no contribuyó a alejar la angustia. ¡Severus¿Cómo se había dejado enredar por las patrañas de la magia oscura¿Y creer las promesas de ese mago oscuro, que se hacía llamar Lord Voldermort?

A Lily le había llevado varias semanas tomar la decisión. Severus Snape había sido su apoyo y su amigo durante más de seis años, pero ella no estaba dispuesta a tolerar sus inclinaciones por las artes oscuras. Eso era macabro. Lo habían charlado numerosas veces. Él siempre se excusaba, y ella decidía darle otra oportunidad. Cada vez con menos ganas. Y ayer, con una simple y maldita palabra, por fin había llegado el momento que ella temía: se había dado por vencida.

Durante el desayuno, no se unió a sus compañeros en el repaso ansioso de las respuestas al examen del día anterior. Eso pareció llamar la atención de muchos, después de todo Lily era la alumna más aplicada de su clase, además de prefecta, y su falta de interés por un evento de la magnitud de los OWLS sentaba un hecho sin precedentes.

"Sin duda la parte de hombres-lobo fue la más fácil", decía el otro prefecto de Gryffindor, Remus Lupin, a su lado. "Pero... ¿qué pusiste sobre...?"

Pero Lupin no terminó de formular la pregunta, porque James Potter se sentó frente a él e inició un monólogo sobre la escoba super-ultra-rápida que sus padres le comprarían cuando obtuviera los resultados de sus OWLS.

Sin decir nada, Lily se levantó de su asiento y salió del Salón.

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Sentada en su compartimento del Expreso de Hogwarts, Lily sonrió cuando colocó a su reina en un lugar imbatible del tablero. Su contrincante, Jane Stewart, la buscadora del equipo de Quidditch de Gryffindor, lanzó un grito de protesta. "Sólo porque es ajedrez mágico... si fuera Quidditch..."

"Oh.. mira", dijo Lola a su lado, en un susurro. Un muchacho estaba parado frente a la puerta entreabierta, su cabello oscuro y de aspecto grasoso ocultando parte de su rostro.

Cuando Lily lo miró, él abrió la boca para hablar, pero ella dijo "Hasta luego, Severus", y cerró la puerta sin volver a mirarlo.

Cuando el tren llegó a destino, y Lily salió al andén muggle de la estación, se encontró con su padre, que la abrazó durante un largo rato, mientras la lechuza de Lily, que reclamaba ruidosamente por su encierro, llamaba la atención de los viajeros.

Lily caminó junto a su padre hasta el auto, narrando entusiasmada todas las cosas nuevas que había aprendido sobre el mundo mágico. Su padre acomodó sus pertenencias en el baúl, y antes de arrancar el auto le preguntó:

"Como...¿no llevamos a Severus Snape?".

Lily dio un pequeño respingo ante el recuerdo. Siempre que volvían de Hogwarts, el padre de Lily llevaba a Severus hasta su casa, a pocas cuadras de la de ella. Con amargura pensó que Severus debía haber despreciado aquellos viajes en un medio de transporte muggle.

"Severus se vuelve con otros amigos", se limitó a responder, y ante su expresión adusta, su padre renunció a formular nuevas preguntas.

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El verano fue particularmente aburrido para Lily. Su hermana, Petunia, hacía todo el esfuerzo posible para minimizar sus diálogos con ella, algo a lo que Lily se había acostumbrado desde su admisión a Hogwarts. También se había encargado de decirle a las chicas de la cuadra que Lily iba a una institución para enfermos psiquiátricos, por lo cual todas se cruzaban de vereda cuando la veían venir. A pesar de todo eso, antes Lily tenía con quien compartir la discriminación: su amigo Severus Snape. Solían dar largas caminatas fantaseando cómo sería usar magia fuera de la escuela. Pero ahora estaba sola. Severus había pasado varias veces por su casa, preguntando por ella, pero Lily había indicado a sus padres que no quería verlo. A su madre esto le preocupó mucho, porque sabía que él era el único ser vivo en las cercanías con quien su hija menor podía interactuar libremente.

"Severus está abajo...¿no vas a recibirlo?"

"Dile que fui al cine", contestó Lily.

"Pero Lily..."

"Mamá... ya te lo dije", refunfuñó Lily. "No quiero verlo".

Su madre soltó un largo suspiro, y volvió a bajar sin agregar nada.

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En opinión de Lily, el primero de septiembre tardó en llegar varios días más que otros años. Cuando por fin estuvo sentada en el carro de prefectos, disfrutando el aroma a pergamino y plumas nuevas, no pudo evitar que una sonrisa boba se dibujara en su cara cuando el nuevo Premio Anual se presentó a si mismo. Claro que no hacía falta. Todas las chicas lo miraban con la misma sonrisa embobada: Dionisio Walters. Portero y Capitán del equipo de Ranvenclaw. Obtuvo 12 O en sus OWLS. Elegido como representante Junior en la Cámara de los Magos. Era el rostro que todas las chicas imaginaban junto a ellas al soñar con sus fotos de casamiento.

La alegría de Lily aumentó pocas horas más tarde, cuando en el banquete de bienvenida, se enteró que Dionisio ya no estaba de novio con Aurora Hawkins, su compañera de año y buscadora de Ravenclaw. Aurora Hawkins había sido sin duda la chica más envidiada y admirada durante el curso pasado... con su larga melena azabache y sus ojos color cielo, vuelta a la soltería despertaba también miradas esperanzadas por parte de observadores masculinos. Pero Lily no pensaba en ella... al menos por ahora.

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Las clases de nivel NEWT eran para Lily de lo más emocionantes. La cantidad de alumnos se había reducido por las mayores exigencias de los profesores, y los temas se cubrían ahora con mayor rapidez. Con cierta molestia subconsciente, notó que Severus Snape y James Potter compartían con ella la mayoría de los cursos: eran las dos últimas personas que tenía ganas de ver. Si bien James Potter siempre la había parecido un estúpido engreído que no merecía mayores cavilaciones, desde aquel incidente junto al lago, después de los OWLS, asociaba con él la misma sensación de enojo que le provocaba ver a Severus Snape.

"Y la respuesta es...", inquirió el profesor Slughorn sin moverse del pizarrón.

"Mandrágora", contestó con seguridad Severus Snape.

"Muy bien... muy bien", sonrió Slughorn. "Cinco puntos para Slytherin. A ver ahora...¿cuál es el principal uso de la esencia de díctamo?"

James Potter levantó la mano con la misma velocidad que solía atrapar la Quaffle en el campo de Quidditch. Slughorn lo miró un tanto sorprendido. "Digame, Sr. Potter".

"Curar las espinillas".

Lily se llevó una mano a la frente, al mismo tiempo que se escuchó una risa poco disimulada del lado de los Slytherins.

"Pues, no... no. ¿Alguien en Gryffindor que salve al Sr. Potter de perder puntos para su casa?"

Slughorn miró a Lily con entusiasmo...después de todo, era su segunda alumna favorita. "Cura heridas sangrantes", contestó Lily levantando la mano. Slughorn señaló el acierto, mientras Lily vio a un levemente sonrojado James Potter murmurarle "gracias".

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Lily salió de la clase de Encantamientos, su materia favorita, un tanto molesta. Por primera vez en mucho tiempo, no había sido ella quien ganara el mayor puntaje para Gryffindor. A pesar de que Lily había contestado correctamente a todas las preguntas del Profesor Flitwick, éste había dado 5 puntos más a Potter que a ella... Sin duda James Potter había estado practicando encantamientos...Lily reconocía que él había avanzado bastante desde aquellas explosiones que solía provocar con su imprudencia en el uso de la varita, cuando estaban en primer año.

Distraída con sus pensamientos, tropezó con un escalón falso y su libro de Encantamientos Avanzados cayó al piso. Lily se inclinó para levantarlo, pero alguien fue más rápido que ella... y al levantar la cabeza sus mejillas enrojecieron al ver a Dionisio Walters parado frente a ella...sonriendo.

"Tu libro", le dijo después de unos segundos, en los que Lily lo miraba olvidada de todo.

Ella tardó más de lo necesario en responder.

"Eh...gracias".

Si él se daba cuenta del efecto que producía en ella, lo disimulaba muy bien. O tal vez estaba acostumbrado a que todas las chicas lo miraran así, y ya no notaba la diferencia.

"Antes de la cena hay una reunión de prefectos", dijo él, cambiando su mochila de hombro.

Lily siguió maravillada los movimientos de sus mechones castaños durante el proceso, que concluyeron tan bien posicionados como estaban al principio. Dionisio Walters nunca se veía despeinado... aunque lo estuviera.

"Lily", dijo él, y ella pensó que su nombre sonaba muy bien pronunciado por aquella voz grave. "Nos vemos luego¿no?".

"Sí, claro", fue todo lo que pudo decir Lily.

"Oye, Evans", oyó como desde otro mundo, porque ella aún estaba viendo a Dionisio alejarse.

"¿Qué?", preguntó al ver a Sirius Black junto a ella. Algunas de sus compañeras de cuarto discutirían durante horas que él era el chico más apuesto de la escuela. En cuestiones de rasgos, Lily coincidía en que tenía razón...pero en cuanto a la actitud... para Lily pocas cosas eran tan poco atractivas en un muchacho como que éste supiera lo atractivo que es.

"Te dejabas tus pergaminos con apuntes...tienes suerte que James se dio cuenta". Le entregó varios rollos garabateados (Lily se tomaba muy en serio eso de tomar nota en clase) y se despidió con un gesto de su mano.

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N.A: Gracias por leer!!