CAPITULO 2
Podía notar el cálido aliento de Dean sobre su boca. Solo unos cuantos centímetros mas y podría saborear aquella piel curtida por el sol. Una pequeña vocecita dentro de su cabeza ordeno que parara, que no estaba bien pero enseguida quedo suprimida por la pregunta de cómo seria la piel de su hermano. ¿Seria suave? O por el contrario ruda. Opto por la segunda. Su hermano no era el típico hombre que utilizaba cremas, es mas le daba igual afeitarse a lo vivo si alguna vez se quedaba sin espuma de afeitar.
Sonrio divertido al recodar como una vez salió con toda la cara llena de pequeños papelitos que cubrían los cortes. De repente acariciarle la mejilla a su hermano no parecía una idea tan mala. Alargo la mano dispuesto a acariciar la mejilla de su hermano mayor pero esta no llego a tocarlo. Se imagino que pasaría si Dean se despertaba en ese momento. Caviló sobre lo que podría decirle pero su mente no estaba muy por la labor por que ...No se le ocurría nada. Poco después decidió que no le importaba lo que el pensara, que si el abría los ojos y se le quedaba mirando con cara de espanto siempre podría decirle que se movió en sueños y lo asusto o que creyó ver algo. De seguro que Dean no replicaría. Le obligaría a escanear toda la habitación por si había algún ente pero por lo demás...Nada de nada.
El mayor de los Winchester se removió inquieto y en el movimiento su camiseta quedo levantada dejando la suficiente piel expuesta para que todo raciocinio quedara expulsado de la mente de Sam. Un gruñido se formo en el fondo de su estomago, parecía que Dean quería que lo tocara por que en ese mismo instante la punta de su lengua acaricio los labios.
En otras circunstancias Sam se habría controlado. Si...de verdad. Se abría metido en el baño (como aquella incansable vocecita le decía) y se abría masturbado hasta que se le cayera la mano pero ver como Dean fruncía los labios junto con tanta piel al descubierto...
Sam se movió despacio como buen cazador que era e hizo que su mano descendiera hasta aquellos sugerentes abdominales. La yema de sus dedos acaricio la dura piel y pudo notar como los músculos se tensaron ante aquel leve contacto obligándole a morderse el labio para evitar que un gemido se le escapara. Los dedos siguieron explorando cada trozo de piel y dibujando todas sus formas, deleitándose en como se contraían. La reacción del mayor de los Winchester no se hizo esperara y su espalda se arqueo contra los dedos haciendo que toda la palma de la mano quedara contra su pecho.
Sam cerro los ojos y se recordó a si mismo que pasara lo que pasara tenia que ser muy silencioso pero sabia que iba a ser una tarea bastante difícil ya que sus pantalones empezaron a resultarle demasiado incómodos. Intentando no hacer ruido empezó a quitarse el cinturón y a desabrocharse la cremallera, no aparto los ojos de su hermano por que sabia que como hiciera un ruido, por muy leve que fuera Dean lo detectaría y saltaría de la cama pistola en mano preguntando que demonios pasaba.
-No quiero ni pensar que pasaría si me ve con los pantalones desabrochados y al lado de su cama...- advirtió aquella pequeña vocecita por ultima vez pero ya era demasiado tarde. Tenia la bragueta abierta, a su hermano tumbado en la cama, medio desnudo y medio vestido y una erección de mil demonios.- No ahí vuelta atrás.-
-Dios...eso si que era un sueño.- Pensó Dean arqueando la espalda para aumentar el contacto con aquellos cálidos dedos.
El mayor de los Winchester sonrió con los ojos cerrados, en su larga vida de cazador había tenido muchos sueños eróticos, tantos que ya ni siquiera le excitaban. Siempre eran lo mismo. Una rubia...o morena...o pelirroja...bueno una tía con tetas grandes y muy dispuesta a que se la follaran. Nada de conversación, ni de juegos amorosos, ni nada. Eso estaba muy bien ...al principio. Pero ahora...ahora aquellos largos dedos solo lo tocaban como si el fuera de cristal, dibujando formas en su vientre que no tenian sentidos pero eso le dio igual era una caricia tan intima y sensual que consiguió que le dolieran los testículos.
Suspiro con fuerza cuando se arqueo consiguiendo aumentar el contacto con aquellos dedos convirtiéndolos en una gran palma que le subió la camiseta. Era una mano grande, casi le ocupaba todo el pecho y una pequeña parte de su mente le susurro que se parecia mucho a la de su hermano.
Dean intento horrorizarse, se concentro tanto en hacerlo que ni siquiera noto que la mano se retiraba. Rebusco en su mente alguna excusa para abrir los ojos y confirmar que todo era un sueño, que su hermano dormía en la cama de al lado o peor aun que estaba solo en la habitación ya que Sam habia vuelto a salir para buscar compañía femenina (el muy imbecil se creía que no se había dado cuenta) y que aquella mano era imaginaria pero por alguna extraña razón no lo hizo. Y en parte fue por que los dedos volvieron a acariciarle, borrándole aquel pensamiento.
Subió desde su ombligo en línea recta hasta el hueco de su cuello para luego descender hasta el pezón izquierdo acariciándolo con la yema hasta conseguir que se pusiera erecto, luego continuo con su gemelo. Dean noto como una sonrisa se formaba en su rostro. Esa caricia en cualquiera otra ocasión no le abría gustado, es mas, de seguro que le abria parecido ofensivo. Era una caricia demasiado delicada. Y el no era una mujer, maldita sea. Pero en ese momento no le importo por que era una caricia de Sam. No sabia por que pero su mente ya había decidido que aquella mano era de su hermano y no entendía por que no encontraba ninguna razón para desarticular aquel racionamiento. Y si era de Sam...nada mas importaba.
Los largos dedos de su hermano siguieron acariciándole, marcándole a fuego lento y casi haciéndole sollozar por que dejo de tocarlo. Quiso abrir los ojos y exigirle que continuara, gritarle que quien demonios se creía para meterse en su sueño,, ponerlo como una moto y luego desaparecer pero solo un gañido lastimero escapo de sus labios. Apretó los ojos con fuerza pero le fue imposibles mantenerlos cerrados cuando noto una enorme mano dentro de sus pantalones, acariciándolo en toda su extensión.
-Gasp...-Tuvo que incorporarse para toser y no morir ahogado con su propia saliva. De repente se encontró mirando a los ojos de su hermano que parecía aterrorizado.
Vale...ya era un echo. Samuel Winchester podía darse por muerto.
Dean le miraba con los ojos desorbitados y una expresión de pura sorpresa en el rostro. Vio como su hermano bajaba la mirada y la clavaba en su mano (la cual aun estaba dentro de sus pantalones) para luego alzar la vista hasta sus ojos avellana.
Sam trago saliva ruidosamente y pudo notar como el liquido le rasgaba la garganta. Deseo con todas sus ganas que aquella oscura sensación que lo llevaba torturando semanas apareciera para si tener una excusa ante su hermano, pero la muy maldita estaba desaparecida en combate. De echo desapareció en el mismo momento en que puso sus manos sobre Dean. Maldita.
Abrió la boca para intentar explicarse, a pesar de no tener ni puta idea de que decir pero no conseguía articular palabra. ¿Qué demonios se supone que le tienes que decir a tu hermano cuando te ha cogido metiendole mano?. La boca de Sam se cerro con un chasquido de sus dientes que resonó en toda la habitación. Estaba seguro de que pronto Dean empezaría a golpearlo. Seguro. Lo haría. Pronto. ¿Verdad?
El hermano mayor de los Winchester si que hizo algo pero ni por asomo lo que el menor pensaba. Nada de golpes, ni gritos. Nada. Solo cerro ambas manos alrededor de su cabeza y lo beso en los labios con una pasión que por un momento dudo que el que lo besaba era Dean, el fuerte e insensible Dean.
Una pequeña sensación de antigravedad le sobrevino, le costo un poco darse cuenta de que su hermano había utilizado el peso de su cuerpo para acostarlo en la cama.
Y ahí estaba el, con la espalda apoyada contra el colchón y recibiendo el mejor beso de toda la historia. Notaba los largos dedos de Dean cerrándose sobre su cabello con una fuerza que casi lo lastimaba, su lengua dentro de la boca robándole el aliento en una perfecta imitación del acto sexual, ahora entendía por que las chicas simplemente caían medio desmayadas cuando su hermano las besaba. Era el y no podía hacer otra cosa que medio derretirse entre sus brazos. Dean cambio de posición, bajándose un poco los pantalones y haciéndole notar toda su hombría rozándose contra la de él, a lo cual el solo pudo responder con un sonoro gemido.
Los botones de la camisa de Sam saltaron y cayeron sobre la cama como si fueran trozos de metralla. El frió aire de la noche hizo que un escalofrió le recorriera en pecho por culpa del cambio brusco de temperatura pero fue una sensación que no duro mucho ya que enseguida noto la boca de su hermano sobre el pecho. Dean le mordía el cuello, el pecho, los abdominales. Le pasaba la lengua por el abdomen increíblemente cerca de su erección y el lo único que podía hacer era gemir como una chica.
-No, si al final va a tener razón con eso de que soy igual que una mujer.- pensó muy de pasada.
Pero el pensamiento murió en alguna parte de su cerebro cuando noto como una lengua húmeda le recorría de arriba abajo.
-¡¡DEAN¡¡- chillo arqueando la espalda y arañando el aire. Solo obtuvo una risa ronca por respuesta pero no le importo. Dean era así, nada de sentimentalismos, nada de hablar.
El aire araño sus pulmones en cuanto la boca de su hermano se cerro sobre la punta de su miembro y aspiro con fuerza haciéndole poner los ojos en blanco. Sam podía ver como la cabeza de su hermano subía y bajaba, haciendo con eso que el desapareciera dentro de su boca. Sus pulmones se llenaban con rapidez, lastimándole. Noto la mano de Dean sobre su torso, avanzando. Dibujando su pecho y cerrándose sobre su cuello durante un microsegundo para después seguir su camino hacia su boca e introducir un dedo dentro. Sam lo chupo como si en realidad no fuera un simple falange. Le paso la lengua por la palma de la mano para luego volver a introducirlo dentro de su boca.
Los labios de Dean se cerraron con mas fuerza sobre su miembro y por un momento Sam pensó que se derramaría en la boca de su hermano pero no fue asi...por que el muy maldito dejo lo que estaba haciendo, incorporándose para poder besarlo en la boca. Por primera vez Sam Winchester se probo a si mismo en la boca de su hermano y deseo en silencio que no fuera la ultima.
-Continua con lo que hacías.- gimoteo golpeándole en el hombro.
-Sammy...Sammy...Mi sueño...mis ordenes.- Fue lo único que dijo. Ahí fue cuando todo tomo forma. Dean pensaba que eso era un sueño...bien...el no era quien para sacarlo de su error.
Dean se dedico a besarlo durante lo que le parecieron horas mientras se contorsionaba para bajarle un poco mas los pantalones, el no hizo nada para ayudarlo. ¿no decía que era su sueño? Pues que se lo trabajara.
Oyó como los pantalones caían al suelo con un juramento, los vellos de las piernas se le pusieron de punta al notar la recia tela de los vaqueros de su hermano que al parecer estaba demasiado ocupado con el como para siquiera quitarse los pantalones. Sonrió divertido al imaginarse semejante estampa.
El con la camisa abierta y sin pantalones, con Dean entre sus piernas y los vaqueros por las rodillas. Muy divertido. Pero toda diversión murió cuando noto un dolor intenso entre las piernas.
-Dios, Sammy...-mascullo Dean mordiéndole el hombro.- ...que apretado estas.-
Las lagrimas se le saltaron cuando su hermano empujo otro poco dentro de el. Sus manos se cerraron sobre las caderas de su amante con tanta fuerza que los dedos se le pusieron en blanco. Dean no lo había preparado y lo mas duro es que no podía culparle. El pensaba que todo esto era un sueño. Sam se removió en la cama, intentando encontrar una postura pudiera facilitarle el acceso a su hermano que ahogo un gruñido.
-No te muevas así...- Sonó a suplica
-¿Por qué?-ese tono de voz en la boca de su hermano fue suficiente para que todo dolor desapareciese..
-Por que sino...- vio como Dean apretaba los dientes y entraba otro poco dentro de el. Sam abrió la boca y un quejido camuflado en forma de gemido se escapo de ella. –Sammy...Sammy...Sammy...-
Repetía Dean mientras entraba lentamente dentro de su hermano. Algo dentro de el le decía que esto no estaba bien. No por el simple echo de estar follandose a su hermano. No. Era otra cosa...pero...¿Qué?.
Sam le beso el cuello y se volvió a mover apretándolo sin querer con sus músculos internos. Obligándole a recurrir a trucos que utilizaba cuando solo era un chaval para no correrse antes de tiempo: Pensar en la próxima cacería. ¿Eran vampiros, no?. Repasar el armamento que había en el maletero del Impala, que se pediría para desayunar.
Por fin se enfundo dentro de su hermano con un sonoro gemido y permaneció dentro de el durante un rato. Intentando averiguar que era lo que estaba mal en aquel sueño. A parte de que su pareja era un hombre además de su hermano, claro.
-Muévete...muévete...- suplico Sam entre sollozos y como siempre el no podía negarle nada a su hermano.
Así que obedeció y con empujones lentos se dedico a penetrarlo con suavidad, dándole besos de boca abierta y de dientes chocando. Sam lo apretaba con fuerza contra su cuerpo, encontrando asi satisfacción a su propia necesidad, haciendo que notara su miembro contra su estomago.
Dean estaba en el cielo, el ritmo fue subiendo rápidamente. La habitación que hasta hacia tan solo unos minutos estaba en silencio se lleno de ruidos: Gemidos, susurros, llantos pero el que mas le gustaba a Dean era el de los dos cuerpos al chocar. No sabia por que, no podía explicarlo pero...Lo excitaba de sobremanera oír como su cuerpo chocaba con el de su hermano, saber que cada vez que lo hacia estaba dentro de el, formando un vinculo igual que el que los unía: La sangre.
Sam se corrió sobre el estomago de Dean al mismo tiempo que el lo hizo dentro de su hermano. Hundió la cabeza en el hueco que unía el hombro con el cuello e inspiro el aroma de Sam. Se lleno los pulmones con el olor a sudor, semen y sangre. ¿Sangre?.
Espera un momento...aquello era un sueño y...Se incorporo y miro a su hermano que tenia la cara surcada de lagrimas.
-No era un sueño.- pensó con horror.- Oh...Dios Mío...Sammy ¿Qué he hecho?
¿Continuara?