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El acuerdo

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Disclaimer: Los personajes de esta historia son propiedad de J.K. Rowling y la Warner Bros. Esto es puro entretenimiento y no me reporta beneficio económico alguno.

Sumario: Harry ha cumplido con la profecía. Voldemort fue derrotado, pero eso solo trajo más desgracias para el moreno. Cuando Harry se encuentra totalmente depresivo, un hermoso Sly decide rescatarlo y reformarlo. ¡¡¡Vean actuar a Harry Potter como un perfecto Slytherin!!!

Parejas: principal Harry/Blaise, un poco Ron/Lavender y el futuro mi primer trío… Blaise/Harry/Neville XD ¡¡Habrá parejas secretas!!

Aclaraciones: Este fic se me ocurrió hacerlo ya que siempre me molesto que en la mayoría de los fics que leo Harry sufre mucho por la arrogancia, maldad y frivolidad de Draco. En este fic se revierten los hechos. No recomendado para las amantes del rubio. XD Habrá tambien embarazo masculino y palabras totalmente hirientes.

Advertencias: futuro Mpreg y debo aclarar que este no es como los fics míos que están acostumbrados a leer es un poco oscuro y angst ù.u

Aclaraciones de lectura:

-Letra normal: dialogo, relato.

-Letra en cursiva: pensamientos de los personajes.

-N/A: notas de autora.

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Capitulo 1: Mi salvador.

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Hoy se levantó decidido, lo había postergado demasiado… ya era hora de poner en práctica esa idea que le rondaba por la cabeza desde hacía dos años atrás. La verdad, no tenía nada que perder, pero si funcionaba, tenía mucho que ganar.

-¿Pasa algo, Blaise?

-Nop, ¿porqué?- Sonrió.

-Estás raro…- Draco entrecerró sus preciosos ojos plateados.- No me gusta nada el brillo en tus ojos.

-Pues este brillo ha vuelto loco a más de uno, Draco. Incluyéndote.- Guiñó un ojo.

Draco enrojeció.

-¡¿Cuantas veces quieres que te diga que estaba bebido ese día?! ¡Maldición! ¡Eres mi amigo, como mi hermano!

-Pero ese beso que me diste y la toqueteada a la que me sometiste no era nada que un hermano me haría.- sonrió socarrón.

-Nunca vas a dejar de molestarme con lo mismo, ¿cierto?- siseó rencoroso.

-No… Draquito. Deberías saberlo.- y tras guiñarle un ojo nuevamente, abandonó la habitación que compartían.

Caminó con su particular aire majestuoso. Como si fuera dueño de todo lo que le rodeaba. Es que hoy se había levantado con un buen presentimiento. Ese presentimiento de que todo lo que llevaba años preparando meticulosamente podría realizarse. Si solo no lo necesitara a él para hacerlo… Suspiró. De nada valía lamentarse, lo necesitaba con todas sus fuerzas y esa era la verdad.

Y allí estaba. Nuevamente sentado junto al lago, perdido en sus pensamientos. Se veía tan tierno, era hermoso sin duda y no entendía como es que nadie notaba su preciosa presencia más que por su fama. Aunque en eso tenía suerte. Porque al estar solo, podía acercarse a él sin miedo a tomar algo que no era suyo. Pero que pronto lo sería.

-Harry Potter.- llamó en un susurro para no perturbar la paz que rodeaba al chico.

Sintió su corazón encogerse cuando vio esos tristes y vacíos ojos verdes posarse en su figura. Se veía tan desvalido. Desde que derrotara al Señor Oscuro (gracias a Merlín) a finales del quinto año, el chico se había vuelto taciturno, encerrado en sí mismo, tanto que casi no lo veía abrir la boca para nada. Escuchaba que sus amigos leones intentaban por todos lo medios sacarlo de ese estado, pero nada lograban. Lo enfurecía que se hayan dado por vencidos. Es que sabía que solamente no entendían al chico. Algo que él sí hacía.

-¿Necesitas algo?

-Sí… hablar contigo de algo muy importante.

-¿Tú eres…?

-Blaise Zabini.- extendió una mano.

Harry miró esa mano sin saber qué hacer. No sabía por qué ese Slytherin le hablaba tan amablemente. Desde que derrotara a Voldemort, los de esa Casa lo despreciaban más que antes. Hasta lo habían intentado atacar en venganza al encarcelamiento o muerte de sus progenitores o mismos compañeros de curso. Al principio se había dejado, porque se sentía culpable, pero luego entendió que él no llevó a esa gente a decidir ponerse del lado del Lord. Harry solo hizo lo que todos esperaban. Convertirse en un asesino, y no por eso iba a dejar golpearse por los errores de los demás.

-No voy a hacerte nada malo… solo quiero conocerte.- sonrió con esa sonrisa amable que solo tenía reservada para sus seres queridos.

Harry no supo por qué, pero confió en ese chico. Algo le decía que no iba a pasarle nada malo. Estrechó la mano del castaño con algo que pareció ser una sonrisa.

-Harry Potter, un gusto conocerte.

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Llegó la hora del almuerzo y un sonriente Blaise entraba al Gran Comedor. Caminó con su característico andar hasta la mesa de Slytherin, consciente de las miradas admiradas que atraía. No eran tantas como las de su amigo Draco, pero a él le bastaban. Se sentó junto a Theodore Nott, sin poder evitar hacer una mueca al ver como la amante de la semana del rubio Malfoy estaba colgada de su brazo, mirándolo embelesada.

-¿Es necesario que comparta nuestra mesa, Draco?- dijo con desdén- No voy a poder comer si la comida está llena de babas.

El rubio lo fulminó con la mirada.

-Si te molesta vete a comer a otro lado.- espetó. Normalmente hubiese echado a patadas a la chica ante el pedido implícito de Blaise. Pero hoy estaba enfadado por el recordatorio de la única vez que perdió el control con la bebida y terminó actuando de una manera muy bochornosa.

-Tal vez pronto lo haga.- dijo misteriosamente, mirando hacia la entrada.

Justo en ese momento entraba Harry Potter, luciendo pensativo. Eso era normal en él últimamente, abstraerse en su propio mundo. Aunque hoy estaba más pensativo que de costumbre. Se sentó en la mesa en ningún lugar en particular. Ron y Hermione no le hacían mucho caso desde que se dieron por vencidos en tratar de sacar a Harry de su burbuja. Esto les dolía, pero no podían hacer nada si el moreno no colaboraba.

Levantó la cabeza y conectó miradas con Zabini. El castaño contuvo la respiración a la expectativa. Y allí estaba… un ligero asentimiento con la cabeza. Se abstuvo de gritar y brincar alegre, ya que esa no sería una actitud muy Slytherin que digamos. Pero es que estaba tan contento, no esperaba que el chico le respondiera tan rápido y ahora ya estaba, la primera parte de su plan estaba hecha.

Blaise le sonrió radiante y también asintió.

Al terminar el almuerzo vio que Harry salía apresuradamente y esperaba junto a la puerta ignorando a sus amigos. Sintió su corazón encogerse cuando el moreno desvió la mirada al pasar Draco Malfoy junto a él. Eso era algo que jamás iba a perdonarle a su amigo. Draco se propuso conquistar a Potter a inicio de año como venganza por las humillaciones recibidas cuando su padre fue encarcelado. Él nunca se enteró, o sino lo hubiese detenido.

Fue muy tarde cuando lo supo, hace cuatro meses atrás, cuando ya todo estaba hecho. Draco había conquistado a Harry, lo enamoró, lo poseyó y lo dejó como si de un asqueroso trapo sucio se tratara. Humillándolo ante todo el Colegio al saberse que él había sido otro de los que Draco Malfoy conquistó solo por diversión. Si no hubiese estado de por medio su plan, Blaise habría buscado venganza hacia ese que decía llamarse su amigo por haber lastimado a ese pequeño ángel llamado Harry Potter. Todos esos sucesos habían hundido aún más, si es que eso era posible, al chico Gryffindor en su mundo.

Sacudió su cabeza, ahora él iba a buscar sanar ese corazón, demostrándoles a todos que Harry Potter no era un objeto que se pudiera usar para resolver sus problemas. El chico era una persona y merecía ser tratado como una.

-¿Conoces algún buen lugar donde podamos hablar sin ser vistos ni oídos?- preguntó Blaise al acercarse a Harry.

El chico frunció el ceño mordiéndose el labio inferior. Una acción adorable a criterio del castaño.

-Sígueme.- murmuró Harry.

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-.Sala de los Menesteres.-

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-Vaya, ¿lo tienes todo planeado, verdad?- murmuró un tanto sorprendido.

-Aja.- asintió sonriente.

-¿Por qué yo?

El castaño suspiró y miró tiernamente al otro chico.

-¿Por qué tu no?

-Yo no soy alguien al que alguno pudiera necesitar. Desde que hice lo que tenía que hacer nadie me considera ni siquiera para una conversación de Quidditch. Pareciera que una vez liberados de la peste, como ya no hay necesidad de pensar en ella, tampoco deben pensar en quien la destruyó.

-Tenía entendido que odiabas tu fama.

-Y lo hago, solo que…

-¿Solo que…?

-Me siento solo.- musitó.

Potter permanecía mirando la pared obstinadamente y Blaise lo entendía, probablemente está haciendo lo mismo que él… tratando de que las lágrimas no abandonaran sus ojos. Su figura parecía tan frágil y descuidada. Estaba muy flaco y sus ropas, que de por sí ya eran enormes, le quedaban más enormes ahora. Su pelo era el mismo desastre de antes y no brillaba como uno saludable. Sus horrorosas gafas se notaban viejas, casi parecía un indigente.

-Harry, mírame. Ahora me tienes a mí, y yo jamás voy a abandonarte.

El chico lo miró por largos momentos hasta que finalmente le sonrió de manera insegura y asintió.

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-¿Es Navidad y yo no me enteré?- comentó Pansy Parkinson al ver entrar al chico.

-¿Perdón…?

-Tienes una sonrisa radiante y tus ojos brillan más de lo normal, Blay querido. ¿Qué pasó? ¿Nueva conquista?

-Puede ser… pero no es una conquista solamente. Esta es definitiva. Tengo novio, Pansy.

La boca de la más chismosa de las serpientes se abrió todo lo que podía olvidando que con ese gesto no se veía bonita. Pero es que la noticia era una bomba. El famosísimo por nunca tener una relación de más de una semana, soltero codiciado de Hogwarts, sex-symbol y uno de los más gays le estaba diciendo que estaba de novio, y que era definitivo.

-¿Estás bromeando, verdad?- musitó.

-Nop.

-¿Quién es?- preguntó ansiosa, ese chico debería ser alguien muy especial como para hacer decir a Blaise de que era su novio.

-Pronto lo sabrás, Pansy querida. Muy pronto.- tras guiñarle un ojo, dejó a la chica muy intrigada en la Sala Común.

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-Severus…

-¿Qué?- gruñó.

-¿Crees que estoy más gordo?

Severus Snape contó hasta diez mientras se masajeaba el puente de la nariz. Miró a Remus Lupin.

-No, Remus, no estás más gordo.

-Pero si ya tengo cinco meses de embarazo. ¿Por qué me mientes? ¬¬

La irritación de Severus se incrementó aún más. Rogó mentalmente a Merlín para que el período de gestación del licántropo se apresurara antes de que cometiera asesinato… triple, ya que Lupin esperaba gemelos.

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-Por Salazar, Blaise. ¿Quieres dejar de sonreír de esa manera? Me das miedo.- espetó Draco.

-No puedo evitarlo.

-Nunca pensé poder vivir para ver a Blaise Zabini sonriendo enamorado. En realidad debe ser alguien especial.- dijo Theodore mirándolo divertido.

-¿Ya lo sabes?

-Se lo dijiste a Pansy, Blaise. Sabes como es… así que si lo hiciste era porque querías que todo el mundo se enterara.- siseó Draco.

Zabini solo sonrió, encogiéndose de hombros.

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-.Gran comedor.-

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Los Gryffindor miraban extrañados al héroe del Mundo Mágico, ya que éste estaba sentado junto a sus compañeros de sexto, no hablaba, pero sí se podía notar que una semi-sonrisa adornaba su demacrado rostro.

Los suspiros soñadores habituales se escucharon en el lugar, delatando la llegada de los dos más hermosos integrantes de la Casa de las Serpientes. Draco Malfoy, el Príncipe de ésta y Blaise Zabini, un chico un tanto extraño, de carácter demasiado alegre como para ser considerado un Slytherin. Pertenecía al grupo de Malfoy, pero no parecía vivir bajo su yugo. Era evidente que el rubio dominaba a todas las serpientes, pero no se notaba que Zabini (ni el chico Nott) estuvieran bajo las órdenes de ese muchacho. Ellos hacían su propia vida y eran tan respetados como el mismo Draco.

Mas ese día el castaño tenía reservada una sorpresa para todos los habitantes de Hogwarts.

Los ojos de Albus Dumbledore brillaron divertidos al ver como Zabini se desviaba hacia le mesa de los leones. Era un misterio hasta para el mismo Merlín el saber como era que ese hombre se enteraba de todo lo que ocurría en el colegio. (N/A: Yo principalmente creo que son los cuadros los que le llevan el chisme… ¬¬).

Los Slytherin enarcaron una ceja al ver como uno de sus integrantes se desviaba del camino, más precisamente hacia territorio Gryffindor y hasta llegar a… ¿Harry Potter?

-Hola, Harry.

El moreno sonrió antes de darse la vuelta y mirar a los ojos a Zabini. Se levantó lentamente (como si estuviera preparado) hasta que su cara quedó a pocos centímetros del castaño. Harry era ligeramente más alto que Blaise, así que descendió la mirada y sonrió de lado.

-Hola, Blaise.

El Slytherin sonrió de oreja a oreja y prácticamente se tiró hacia el cuerpo del otro. Rodeó el cuello con sus brazos y lo besó con pasión.

Ron Weasley escupió el jugo de calabaza que estaba bebiendo en esos momentos, bañando a Colin Creevey, que ni se inmutó. Estaba demasiado ¿extasiado? con lo que sus ojos veían.

Hermione Granger abrió la boca y dejó caer el libro que tenía en las manos.

Neville Longbottom sonrió complacido. Notaba que Harry necesitaba ese tipo de distracciones y si esa serpiente se la podía dar, él estaba de acuerdo.

Theodore Nott enarcó una ceja.

Pansy Parkinson casi se desmaya.

Draco Malfoy hizo una mueca de desdén y siguió con su desayuno. Nadie notó que quizás sostenía con demasiada fuerza su taza de café.

Albus Dumbledore sonrió mientras asentía con la cabeza.

Al fin el beso terminó mientras los protagonistas se sonreían, aparentemente ajenos a las reacciones que su acto había provocado.

-Te extrañé.- susurró mimoso Blaise mientras era guiado por su novio para sentarse junto a él en la mesa rival.

-No hace ni veinticuatro horas que nos vimos, Blay.- murmuró. No era porque no quisiera ser escuchado, sino porque hacía mucho que no usaba su voz más que para recitar hechizos en clase, y ese era su tono de voz últimamente. Que por cierto, era bastante sensual.

-Ya sé… solo que anoche no tuve suficiente de ti.

Harry lo miró sonriente mientras servía leche en la taza de su novio.

-Si quieres esta noche puedes venirte a dormir conmigo.

Los chicos de sexto de Gryffindor fruncieron el ceño.

-¿Para dormir abrazadito a ti, poder percibir tu aroma y dejar que veles mi sueño?- Harry solo asintió sin perder su sonrisa- ¡Acepto!- besó la mejilla del moreno antes de agarrar unas tostadas.

Evidentemente, toda la conversación fue escuchada por los alumnos de todas la Casas y estos no daban créditos a sus oídos.

-Pasaré a buscarte después de tu última clase si quieres.

-Awww, eso sería muy romántico de tu parte, mi heroico caballero.- Arrulló.

-¿Sí? Entonces también voy a llevar tu mochila y voy a tomarte del brazo para escoltarte a mi Sala Común.

Ambos se sonrieron y compartieron un casto beso en los labios antes de iniciar con su desayuno.

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-Espérame unos minutos, voy por algunas cosas y nos vamos.

Draco enarcó una ceja y miró hacia la entrada. Blaise corría escaleras arriba mientras Harry Potter se cruzaba de brazos y se apoyaba contra la pared. Potter, dentro de la Sala Común de Slytherin y solo, era algo demasiado tentador para que él lo dejara así como así. Se levantó decidido y las serpientes que formaban su grupo sonrieron.

-En verdad que no puedo creerlo.- dijo con su típico arrastrar de palabras- Pensé que mi amigo tenía mejor gusto. Pero mira… resulta que le gusta jugar con los desperdicios de otros. Tendré que hablar seriamente con Blaise.

Se pudieron escuchar risitas por parte de los que allí estaban.

Harry levantó la mirada y clavó sus intensos ojos verde esmeralda en los de Draco.

-En verdad no entiendo…- murmuró.- ¿Cuál es el morboso gusto que encuentras en denigrar así a la gente?

-Tú no eres gente, Potter. Eres solo un bicho al que todo mundo ignora. Y no es morbo, es diversión.- sonrió con desdén.

Le sorprendió ver que el moreno no reaccionaba de la manera debida a sus palabras. No parecía furioso o dolido, más bien aburrido.

-No sé porqué te crees la gran cosa, hurón. Tú no eres mejor que yo, todo lo contrario. Eres peor.- lo miró con desprecio.- Sólo eres un pobre diablo que busca la atención de los idiotas que te idolatran por algo que ya no eres. Porque yo sé muy bien que ahora eres tan pobre como un Weasley, tu madre fue asesinada por su propio Señor, y tú padre se está pudriendo en Azkaban. Lo único que te queda es tu orgullo, pero… ¿hasta cuando? Cuando salgas de aquí el orgullo no te va a alimentar, ni mucho menos pagarte los estudios.

-Cállate, Potter…- siseó, conteniendo su furia.

-Y eso no es todo…- sonrió.- ¿Dices que soy un desperdicio? Yo no lo creo… si el mismo Blay me lo ha dicho: "Draco es un buen polvo, es alguien con quien debes sacarte el gusto antes de encontrar el verdadero amor. Solo sirve para obtener experiencia."

Todos en la Sala Común contuvieron el aliento. Draco palideció.

-¿Eso te dijo?

-Así es. La verdad es que no me arrepiento de haberte tenido en mi cama. Gracias a eso comprendí que los Slytherin sí son buenos para otra cosa que no sea convertirse en Mortífago.- Lo miró de arriba a abajo, sonrió- No pongas esa cara, Malfoy. Tú mismo te has ganado que tu amigo piense eso de ti. Porque no eres más que la puta de Hogwarts, muy por el contrario de lo que quieres creer.

-La puta eres tú, que gemías en mi cama cada vez que te penetraba.- espetó.

Harry rió y lo aplaudió.

-Que inteligente respuesta.- negó con la cabeza.- ¿Acaso no dije que eras bueno en lo que hacías? El gemido es un sonido que uno hace cuando obtiene placer, ¿no? Y eso no puedo negarte, disfruté. Como sé que más de la mitad del colegio lo ha hecho. ¿Y sabes por qué lo sé…?- Sonrió maliciosamente- Porque se dice por ahí que si quieres tener un polvo, Draco Malfoy siempre está dispuesto… solo tienes que hacerte el difícil para que él crea que te está conquistando, y no al revés.

Draco estaba helado y no atinaba a decir nada, solo miraba incrédulamente a Harry Potter, quien no podía estar más satisfecho por la expresión en el rostro de su rival.

-Ya estoy aquí, bebé.- vio como toda la Sala Común estaba muda y miraban sorprendidos a su novio- ¿Está todo bien?

-Claro, Blaise.- sonrió y agarró su mochila.- Solo estaba comentando algunas cosas con tus amigos.

-¿Seguro…?- preguntó ceñudo.

-Seguro, Blay. ¿Nos vamos? Quiero ducharme antes de acostarme.

-Oh… ¿una ducha?- los ojos de Blaise brillaron.- De acuerdo, vamos, vamos.- Apremió.

Segundos después de que la pareja abandonara la Sala Común, Draco gruñó fuertemente, agarró uno de los sillones verdes que estaba a su alcance y lo estrelló contra la pared. Los más pequeños corrieron asustados ante el despliegue de furia y solo Crabbe, Goyle, Nott y Parkinson quedaron.

-¡Maldito seas, Potter!- Rugió.

-Sinceramente, no sé porqué te enojas tanto.- dijo Theodore mirándolo cansadamente- Mucho de lo que dijo es verdad.

-¡¿QUÉ?!

-Tú te buscaste todo lo que te dijo, Draco.- siseó mientras se levantaba-. Te advertí que esa estúpida venganza en contra del chico de oro no te traería nada bueno. Y ahí lo tienes… se ha vuelto un ser despiadado que no teme en usar las más crueles palabras en tu contra, y por si eso no fuera poco, ahora sabes que es novio de nuestro mejor amigo. Así que cualquier agravio que intentes en su contra, no solo será para él, sino también para Blaise.

-Me importa un cuerno. Ya va a ver ese Potter.- espetó.

-No te lo recomiendo. Tú sabes que Blaise puede ser un perfecto Slytherin cuando quiere, y si está del lado de su novio, el único que va a sufrir aquí eres tú.

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-¿En qué piensas, Ronnie?

Ron miró forzando una sonrisa a su novia Lavender. La verdad era que no sabía porqué seguía con ella, pero mejor eso que nada.

-En Harry y su novio… serpiente.

-¿Extraño, no?- dijo Seamus, uniéndose a la conversación- Yo nunca lo he visto ni siquiera hablar con Zabini, y de buenas a primeras sale con que son novios.

-Tal vez lo hacía a escondidas.- aportó Dean.

-No lo creo, ¿en qué momento? Todo este tiempo hemos estado detrás de él.- dijo Ron.

-Si querían verse a escondidas, habrán encontrado el momento.- murmuró Neville.

-¿Y por qué decidieron exponerse justo ahora?

-A lo mejor pensaban que era muy pronto.- comentó Seamus- Ustedes saben… que lo de Harry y Malfoy no terminó nada bien. Y ahora que está de nuevo con una Serpiente…

-Esto no me gusta nada.- gruñó Ron.- Ese seguro que quiere lo mismo que el hurón. Si Harry vuelve a sufrir por otra serpiente, lo mato.

-Tienes razón, Ron.- masculló Dean.

-¿Quieren callarse? Eso es la vida de Harry. Él decide qué hace y como lo hace.- Espetó Ginny.

-Ella tiene razón.- dijo Hermione dejando de lado su libro.- Sinceramente, hace mucho que no veía sonreír a Harry, y desde ayer que lo ha hecho muchas veces, y si eso es gracias a Zabini, yo voy a apoyarlos. Eso sí… controlando que el chico no quiera jugar con nuestro amigo.

Justo en ese momento, la puerta de la Sala Común de Gryffindor se abría dejando paso a la pareja del día. Venían riendo y agarrados de la mano.

-Hola, chicos. Quiero presentarles a mi novio, Blaise Zabini.

-Hola.- saludó sonriente el castaño.

Recibió asentimientos con la cabeza por los chicos y saludos más corteses por parte de las chicas y Neville Longbottom.

-¿No les molesta que duerma en nuestra habitación por esta noche, verdad?

-Claro que no, Harry.- se apresuró a decir Neville.

La pareja le sonrió y dejaron el lugar, rumbo a la habitación de los chicos de Sexto.

Continuará…

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Notas finalesDesde ahora les aviso que, ante un aviso no hay reclamo XD Este fic no es lo que están acostumbrados de leer de mí, ya que es algo darky y angst. Pero, como siempre… todo se resolverá al final XD

Y sip… como la advertencia dice… en el futuro habrá un trío XD

Este fic ya está terminado y cuenta con 8 chaps en total.

¡¡¡Gracias a Angelipor betear este fic!!!

¡¡¡Nos leemos!!!

Atte: Uko-chan!

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