Este es el último capítulo, espero que os haya gustado el fic y que me dejeis algun review con vuestra opinión si os es posible.


Se acabo, la guerra ya finalizo, el niño que vivió, el elegido a vencido al que no debe ser nombrado, el mundo mágico vuelve a ser libre.


El titular del profeta no daba lugar a dudas, después de años de sufrimiento y perdidas que dolían profundamente en el alma, muchas muertes injustas y de demasiados inocentes, todo terminaba.

Era extraño que esa noticia no le diera la liberación que ella pensaba, era más un sentimiento de vació, siempre había creído que cuando la guerra se acabara, se sentiría feliz, pletórica. Pero no era así, se sentía sola y no era para menos, todo lo que había conocido y amado había desaparecido, no le quedaba nada más que sus recuerdos, sus recuerdos y a…. – un par de golpes la sacaron de su ensimismamiento, se limpio las lágrimas, que no sabía que habían empezado a caer de sus ojos y abrió la puerta sin preguntar nada, hacía años que no abría la puerta, sin pensar que tal vez venían a por ella, que en el momento en que la abriera, moriría y se arrepintió según puso sus ojos sobre los suyos, de no haber preguntado.

- Hola – saludo nervioso – soy…

- ¿Crees que ahí alguien en todo el mundo mágico que no sabe quien eres?

- Supongo que no… - contesto incomodo.

- ¿Podemos pasar? – pregunto una castaña junto a él.

- Mama – llamo una voz detrás de ella, que cerro los ojos suspirando, al ver la cara de sorpresa de los otros dos.

- Dime – contesto mirándolo.

- Por Merlín es Harry Potter. Mama, es Harry Potter. Eres Harry Potter.

- Cariño, creo que el ya lo sabe. ¿Que querías?- pregunto intentando salir de la situación.

- Puedo ir al callejón Diagón. Me dijiste que me darías permiso, tengo muchas cosas que comprar.

- Si es buena idea – contesto ella alegre, al menos se libraría de la situación en la que se encontraba – vete. No vengas tarde y por lo que mas quieras Sirius, no te metas en líos.

- Mama me ofendes, yo no me meto en líos – contesto con dramatismo.

- Oye Harry estarás aquí luego, me gustaría hablar contigo, podrías quedarte a cena.

- Yo… no sé…- el otro estaba demasiado impresionado para contestar nada.

- ¿Si verdad que si mama?

- Ya veremos Sirius, venga vete ya o se te hará tarde.

- Intenta que se quede ¿vale?- siguió insistiendo mientras se introducía en la chimenea. Ella respiro e inspiro antes de dirigir la mirada otra vez a los otros dos.

- Es muy impetuoso e insistente. Seria mejor que entrarais – la siguieron hasta el salón, donde les señalo un sofá para que se sentaran al mismo tiempo que ella lo hacía en una butaca enfrente – ¿Que os ha traído aquí?

- ¿Ese chico? – comenzó Harry – se llama Sirius ¿Es hijo de…?

- Su nombre- le corto ella - es Sirius Regulus Black. Repito ¿que hacéis aquí?

- No estoy muy seguro – entabló – la vi. en el entierro de Dumbledore y estuvo en la batalla de Hogwarts, sé que fue usted quien mato a Beatrix Lestrange y no la señora Weasley.

- Vale, muy bien – indico ella encogiéndose de hombro – sabes mucho ¿Y?

- No se tanto – continuo él –porque no puedo entender porque, pero algo me decía que debía hablar con usted.

- Y parece que no se equivocaba – siguió Hermione, Susan la miro fijamente, después desvío la mirada de nuevo al chico.

- Si has venido hasta aquí, supongo que tendrás alguna pregunta. ¿Que quieres saber?

- Estaría bien para empezar saber ¿Quien es usted?

- Susan Black, aunque nunca he utilizado ese apellido, después de entrar Sirius en Azkaban, no era buena idea, así que utilice mi apellido de soltera Tanrof.

- Sirius era mi padrino – dijo el chico como si estuviera ofendido – y jamás me hablo de usted.

- Después de la muerte de tus padres, el solo tenía una prioridad en la vida, tu. El resto, era secundario, no importaba.

- Sirius jamás hubiese renegado de su hijo- grito Harry – porque no puede negar que es su hijo, es idéntico a él.

- Estoy de acuerdo contigo, no, no lo hubiera echo, pero nunca tuve la oportunidad de hablarle de él.

- No lo sabía –susurro Hermione- murió sin saber que tenía un hijo.

- La noche que tus padres murieron yo lo sospechaba y quise decírselo, pero no pude.

- Lo siento- dijo Harry bajando la mirada.

- ¿El que? – pregunto ella confusa.

- Si no hubiese sido por mi, el estaría vivo- ella lo miro desconcertada.

- Si la noche que todo ocurrió, yo le hubiese impedido salir o si hubiese ido con él, si esa noche le hubiera contado que estaba embarazada, quizás le podía haber rogado que se quedara a mí lado y tal vez ahora el… estaría vivo.

- Eso no lo sabe – contesto él.

- Ni tu tampoco, Sirius murió protegiéndote, peleando, haciendo lo que deseaba. Estoy segura que tenía su habitual chulería mientras lanzaba sus hechizos - Harry dejo salir una sonrisa.

- La verdad es que un poco- ella negó con la cabeza.

- Siempre fue un chulo, eso le metía en muchos líos.

- ¿Puedo preguntarle porque el segundo nombre de su hijo es Regulus?- indico Hermione.

- Puedes- comenzó Susan – dejar de llamarme de usted, ya me siento bastante vieja sin ayuda de nadie. Y si puedes preguntar. Regulus era el hermano de Sirius.

- Lo sabemos – revelo Harry- ellos no se llevaban muy bien.

- Durante un tiempo tuvieron ideas muy diferentes, Regulus era todo lo contrario que Sirius, no solo sobre su opinión sobre la pureza de la sangre, si no con su familia, Regulus entro en slytherin feliz y emocionado, haría feliz a su familia, Sirius decidió que prefería ir a Gryffindor, aun sabiendo que sería una decepción para su familia, es más, creo que eso le ayudo a decidirse. Sabía que le castigarían, pero no le importaba. Con el paso del tiempo, cada vez le importaba aun menos, pensaba en la mejor manera de provocar a sus padres.

- Sus padres tampoco eran unos santos – espeto Harry.

- No, desde luego que no, pero a Regulus jamás le pusieron una mano encima, era cariñoso con sus padres, por increíble que os parezca cuando el desapareció, su madre, le pidió ayuda a Sirius para encontrarlo.

- ¿En serio?-pregunto la chica sorprendida.

- Regulus era un gran chico, con las ideas equivocadas, pero con un gran corazón.

- ¿Sirius lo busco? - pregunto Harry.

- Si, el y Remus, pero jamás encontraron rastro de él, creo que en el fondo Sirius se culpo por ello, era su hermano pequeño, le quería y su madre, se quedo destrozada, nunca volvió a ser la misma. Nunca llegaron a saber que fue exactamente lo que le ocurrió.

- Nosotros sabemos que le paso- dijo Hermione. Y entre ella y Harry se lo contaron todo.

- A Sirius le hubiese gustado saberlo.-se hizo un incomodo silencio.

- El me dejo como su heredero, pero ahora que se que tiene un hijo, tal vez debiera ser él.

- No, no quiero nada de eso.

- Es la casa de Sirius – insistió Harry - Grimauld Place, si el hubiese sabido que tenía un hijo, se lo hubiese dejado a él - ella río.

- Esa no es la casa de Sirius, es la casa de sus padres, él odiaba esa casa. Esta – indico mirando a su alrededor – es su casa, tu abuela la escogió para él en su séptimo año, y yo llevo viviendo aquí, desde que cumplí mi mayoría de edad, aquí fuimos muy felices los cuatro años que vivimos juntos. ¿Como me encontrasteis?

- Neville logbotoom, el nos contó que usted esta intentando curar a sus padres – indico Hermione.

- No, no es cierto, ellos nunca volverán a ser los mismo, se lo he dicho muchas veces a Neville, pero a veces sus madre tiene ciertas mejorías y el piensa que son adelantos, pero nunca son duraderas, nunca nadie ha vuelto a la normalidad después de haber estado durante horas sometidos a la maldición cruacius, espera un imposible, nunca volverán a ser los que eran.

- Creemos – comenzó la chica – que tu no querías que te encontráramos, quiero decir, eras la mujer de Sirius y nunca has querido relación con Harry o al menos eso…

- Hermione- le corto el chico.

- No importa – siguió Susan- ella tiene razón, me duele verte, tu parecido con tu padre y tus ojos me hacen ver a tu madre, era demasiado doloroso.

- Yo lo lamento-respondió contrariado él.

- Supongo que me tendré que acostumbrar, ame y amare a Sirius durante el resto de mi vida y no puedo impedir que su hijo no conozca a su ahijado, no sería justo. Porque si no te resulta un problema, me gustaría que Sirius y tu mantuvierais una amistad, no…

- Me encantaría – corto él alegre.

- A él también. Tengo unas cuantas fotografías de tus padres, Sirius, Remus y por desgracia de Peter, tal vez… quieras verlas.

- Me agradaría – contesto él feliz.

Esa noche se quedaron a cenar con ella y su hijo, muchas noche más cenaron juntos y formaron una pequeña familia con los resquicios de una guerra que les había quitado partes importantes de su vida y de su corazón.


- Mama abre los ojos- los azules de ella se posaron en los grises de él sentado en el borde su cama, le acariciaba suavemente su pelo, antes negro, ahora era de un color blanco y varias arrugas surcaban su rostro- Harry esta aquí.

- Hola Harry cariño ¿como estas?

- Susan – se sentó en el otro lado de la cama cogiéndole la mano – ¿Como te encuentras?

- Cansada, muy cansada- susurro al mismo tiempo que sus ojos se volvían a cerrar. Harry miro a Sirius que negó con la cabeza.

- Mama – volvió a llamar, de nuevo abrió los ojos, pero esta vez su vista se dirigió a la puerta.

- Sirius amor - llamo estirando su mano en el aire, su hijo y Harry se giraron hacía la puerta.

- Mama estoy aquí – indico su hijo.

- Te he extrañado muchísimo – siguió ella- no sabes lo difícil que a sido seguir sin ti.

- Lo has hecho muy bien, no sabes lo orgulloso que estoy de ti – beso su frente mirándola con ternura.

- ¿Me vas a llevar contigo?

- Mama ¿Con quien hablas? – inquirió nervioso su hijo.

- Es un buen chico – dijo Susan siguiendo la mirada de su marido.

- Lo sé -contesto el con una sonrisa – y muy atractivo - dijo guiñándole un ojo.

- Sigues siendo imposible – rió ella.

- Es hora de irnos - le cogió la mano y tiro de ella al mismo tiempo que dejaba escapar una carcajada.

- Mama – llamo su hijo moviéndola.

- Susan – Harry coloco una mano en su cuello, miro con tristeza al otro- lo siento.

- Piensas que veía a mi padre-el otro se encogió de hombros.

- Lo único que creo, es que en estos últimos momentos a sido muy feliz – contesto mirando la sonrisa, que había quedado grabada en el rostro inerte de ella.

- Sirius – grito ella riendo, mientras el la elevaba en el aire sujetándola por la cintura, su pelo negro se movía en el aire mientras el no dejaba de darle vueltas, la dejo en el suelo y la beso- no sabes como añoraba tus besos- suspiro ella aun contra sus labios.

- Creeme que si lo sé -contesto él besándola salvajemente.

- Susan – llamo otra persona detrás de ella, se giro y la vio con su pelo rojo al viento corriendo hacía ella, que la recibió con un abrazo, mientras las lágrimas caían por sus ojos.

- Aquí no se llora- miro por encima del hombro para ver a James con una sonrisa, se soltó de la chica, para abrazarle a él, pudo ver a Remus junto a él con su mujer de la mano.

- Juntos de nuevo.- le dijo el licántropo besando su mejilla. Sirius la giro para volver a besarla.

- ¿Nos vamos a volver a separar?

- Nunca – contesto el con una gran sonrisa mientras le pasaba un brazo por encima de los hombros y comenzaban a andar abrigados por sus amigos.


Hasta siempre.

Jill.