1-Chocolate

Remus no recuerda haberse sentido tan desdichado nunca, excepto quizás aquella vez que se le acabó el chocolate en plena crisis mundial sobre cerdos voladores de historia de la magia. Realmente quiere llorar, porque no queda. No queda una sola gota de chocolate en todo Hogwarts "Un puto colegio de magia sin chocolate, hay que joderse"

Y, realmente, se jode. Se aguanta. Se pasa dos horas en vela, porque tiene hambre y mañana tiene examen de Runas Antiguas, James ronca, Peter sueña con algo que parece morderle el culo y Sirius, bueno, Sirius parece dormido. Espera, malo. Eso es malo.

-Estaba pensando, Lunático, si tendrías hambre

Remus se queda callado y ve como el animago se acerca a su cama y se sienta.

-¿Qué quieres decir?

"Ya no sé ni de que tengo hambre, Sirius. Ahora mismo no tengo la menor idea"

Sirius lo mira, sabe que lo está mirando aunque no hay demasiada luz en la habitación, sabe que lo ha sentido, sabe que le ha sentido temblar cuando ha dicho hambre y tiene esa sensación, la que sale siempre que tiene a Sirius tan cerca.

-Hambre, chocolate, pastel ¿Quieres, Lupin? Si te quedas con hambre siempre puedes comérmela- Ahí esta la broma, siempre bromea, Eso es Remus, sólo es una broma.

-Creo que me conformaré con el Pastel, para comértela ya tienes a James.

-Que aburrido eres, Lunático- Pero le sonríe, le da el último pastelito de chocolate y Remus duerme.

Duerme con la tripa llena y el corazón acelerado.