Buenoo... aquí triago mi primer fic de esta pareja. Espero que os guste.

Disclaimer¿cómo puedo decirlo de forma que no duela? Eso es imposible... bien... allá voy...ejem ejem... NARUTO no es mío...Buahhhhh... duele igual...¡qué depresión!


NOCHES

Capítulo 1

"Hoy también ha venido", pensaba con una pequeña sonrisa en el rostro.

Hacía diez días que tenía un acompañante silencioso en su entrenamiento nocturno. La verdad es que poco le importaba su presencia, aunque sin saber por qué la animaba a entrenar más duro todavía, quería superarse a sí misma, y, en cierto modo, la hacía feliz.

Él tampoco entendía por que acudía todas las noches a esa "cita" sin concertar. En más de una ocasión tenía que dormir a su compañero con su técnica de línea sucesoria, para que le dejara marchar sin hacer preguntas extrañas.

El verla bailar de esa forma angelical lo hipnotizaba y hacía que todos sus males se desvanecieran por unas horas. Era lo más relajante que había descubierto hasta el momento. Por eso decidía volver un día tras otro. Era la única forma de escapar temporalmente.

Por un rato se sentía libre de toda carga y simplemente hacía eso: observarla.

Ella, como todas las noches, se deshizo de sus ropas anchas, bajo la atenta mirada del chico, que no perdía detalle de sus movimientos, para quedarse con un mini short y un top negros, y se adentró caminando al lago para iniciar con su danza acuática diaria, mientras recordaba su primer encuentro, en el que, la verdad, no hablaron mucho.

FLASH BACK-------

El estaba sentado en la rama de un gran árbol que había cerca del lago. Y ella se apareció ante él como si nada, mas éste no se sorprendió, ya sabía que estaba ahí.

-¿Qué haces aquí¿Has venido a por Naruto?- Preguntó con desinterés.

- No.- Le respondió secamente el desconocido.

- Entonces… ¿Por qué estás en Konoha? Si te encuentran te querrán detener. Eres un criminal de rango S.- Habló como si la cosa no fuera con ella.

- Si sabes quien soy¿por qué no me tienes miedo?- Cuestionó con prepotencia.

-¿Es que debería tenerlo?- Y lo miró fijamente

-…- Silencio. La observó de arriba a bajo.- No tengo ningún interés en ti.- Dio a entender que no tenía porque hacerle nada.- ¿Y tú¿Qué haces aquí tan tarde?

- Vengo aquí a entrenar todas las noches.- Y le dedicó una bonita y sincera sonrisa que lo hizo estremecer.- Si me disculpas, voy a seguir con lo mío. Sayonara.- Hizo una corta pero respetuosa reverencia y se marchó.

El extraño la siguió con la mirada, contemplando como se quitaba la ropa para entrenarse en el lago.

FIN FLASH BACK----

Rió para sí al recordar la actitud que tuvo aquel día.

Si bien es cierto, muchos pensarían que no era ella, pero esa tímida chica murió el día que se enteró de la relación que mantenía el amor de su vida con cierta pelirrosa, hace ya más de seis meses.

Ella sabía que ninguno de ellos tenía la culpa, sino ella por enamorarse de quien no debía. Aún así, no podía evitar sentirse traicionada por el rubio.

Después de derramar muchas lágrimas por la tristeza que la embargaba, se prometió así misma que nunca más caería.

Entrenó más duro que nunca sin que nadie lo supiera, dejó de afectarle lo que los demás pensaran de ella y se volvió más abierta y decidida. Con todo y con eso, no dejó que nadie ocupara su corazón cubriéndolo de una invisible capa de hielo.

Se puede decir que dejó de sentir. Aunque seguía comportándose dulcemente con los demás, solo que ahora su preocupación ya no era real, sino fingida. A nadie le importó que le rompieran el corazón, ni que su padre la subestimara constantemente humillándola ante el clan, así que decidió que nunca más se preocuparía por alguien que no fuera ella o una misión a cumplir, ésta última solo por el tema monetario, no quería depender de su padre, ella era más que autosuficiente, aunque nadie quisiera verlo.

A sus 18 añitos, ya había sufrido, lo que otros nunca en su vida.

Y allí estaba una noche más, esforzándose al máximo para volverse más fuerte y poderosa y no tener que estar a la sombra de nadie. Estaba decidida a forjar su propio destino y no el que le asignaran, así tuviera que revelarse y marcharse de ese patético, según ella, lugar.

De repente se detuvo, miró para el lugar desde donde su acompañante la escrutaba con su rojiza mirada y decidió acercarse. Él se mantuvo impasible, siguiéndola con la mirada mientras llegaba a su destino.

-¡Ne! Itachi-san… Ya que estás aquí… ¿por qué no haces algo útil y me ayudas a entrenar?- Preguntó con simpatía.

-…- Su pregunta lo sorprendió, nunca había recibido una propuesta similar, desde que su hermano era pequeño.- ¿Por qué debería ayudarte?- Frunció el ceño.- Ya lo haces bastante bien sola.

-Vamos…onegai…Itachi-san- Rogaba la Hyuuga.- Sé que eres mil veces mejor que yo, solo te pido que me ayudes un poco…- Pero ante el silencio del chico se resignó.- ¡Bah! Está bien, no te molesto más.- Y se dio media vuelta.

Desde esa posición no logró advertir que al Uchiha le había nacido un brillo extraño en su penetrante mirada y algo le rondaba la mente.

"Pensándolo mejor…", y una sonrisa pícara se dibujó discretamente en sus labios.

Se disponía a andar cuando notó como su muñeca era agarrada con delicadeza por el muchacho. Sin quererlo, una sonrisa burlona escapó de sus labios, había conseguido que cediera.

Él junto su pecho a la espalda de la chica y llevó sus labios al oído derecho de ella, apoyando a su vez, la barbilla en el delicado hombro.

-¿Qué me darás a cambio?- Susurró de forma muy sensual, demasiado para el gusto de ella que se estremeció, entrecerrando levemente los blancos ojos.

-¿Qué es lo que quieres…- Preguntó en un hilo de voz, que sonó más provocativo de lo que ella pretendía, ni siquiera se había dado cuenta de cómo lo había dicho.-… Itachi-san?

- A ti.

Y posó sus labios en el fino y blanquecino cuello en un cálido beso.

Hinata sentía como las rodillas le fallaron ante el íntimo contacto. Nunca había estado tan cerca de un hombre, aunque también es verdad, que nunca lo había deseado, hasta ahora, con él, el que se supone que es el ser más peligroso de toda Konoha y parte del país del fuego. El genio Uchiha Itachi.

- E-esta bien…- Habló con la voz entrecortada por los nervios que le producía la cercanía de este.- Itahi-san…Pero primero me tienes que ayudar.- Prosiguió, aún con él pegado a su espalda.- Sino… no hay trato.

- Por supuesto…Si te entreno todas las noches, después… ¿podré tenerte sólo para mí?

- ¡Hai!- Asintió muy segura.

Sabía que se estaba metiendo en la boca del lobo, Itachi era terreno peligroso, pero eso la estimulaba más, quería provocarlo, deseaba ponerse a prueba y lo deseaba a él.

"¿Hasta dónde podré llegar?", se retó mentalmente, sin temor alguno, solamente, determinación. "Sino sobrevivo a esto, no merecerá la pena seguir con esta vida de mierda."

CONTINUARÁ...