Aquí estoy de nuevo con otro capítulo. Siento el retraso, pero este año comencé en la universidad y con el nuevo plan de enseñanza no he tenido tiempo para nada . pero ahora estoy empezando las vacaciones de verano, así que espero poder actualizar más a menudo ;-).

Gracias por todos los review!

16. UNA PAREJA PARA EL BAILE.

Los meses pasaron, y muy pronto Teddy descubrió que tenía cosas mucho más importantes de las que preocuparse que un estúpido baile conmemorativo.

El metamorfomago se encontraba en su quinto años en Hogwarts, lo que implicaba que al final del curso se tendría que presentar a los TIMOs, como le recordaban todos sus profesores a cada momento.

Sin embargo, una noche justo después de las vacaciones de Navidad, el baile volvió a la memoria de Ted de forma inesperada.

Se encontraba en la Sala Común de Gryffindor terminando un trabajo sobre pociones reductoras con la ayuda de Brian y Francis cuando Ethan entró arrolladoramente para acabar sentado en la butaca justo a la derecha de Teddy. Sus tres amigos, inmersos en sus trabajos, ni lo miraron.

-Eh – resopló Ethan - ¡Eh! – Los demás levantaron la cabeza para observar a su iracundo amigo – adivinad: Sean le ha pedido a mi hermana que sea su pareja en el baile.

El estómago de Ted dio un brinco, Francis alzó una ceja y Brian contuvo una sonrisa.

-Bueno, se veía venir desde bastante lejos, Ethan.

El guardian miró a Brian como si pretendiera abalanzarse sobre él.

-¡Es mi hermana! – Gritó - ¡mi hermana pequeña! Sean ya debería saber que no le estaba permitida…

-Bueno, Ethan, en realidad es tu hermana melliza…

-¡Nació cinco minutos después que yo! ¡Es mi obligación protegerla!

Francis rió entre dientes. Ted, por su parte, intentaba mostrarse tan apaciguador como sus amigos, pero su impulso más inmediato era acompañar a Ethan a la caza de Sean y hacerle tragarse su escoba.

-Bueno, de todos modos, no tienes de qué preocuparte – finalizó Brian volviendo a su trabajo – el baile no es hasta dentro de tres meses. En ese tiempo, Sean habrá cambiado de pareja unas… siete veces.

-Lo que me extraña es que se haya preocupado de buscarse una pareja tan pronto – intervino Teddy.

Los demás lo miraron como si estuviera loco.

-Ted, es la primera celebración de este tipo en Hogwarts en más de una década – explicó Brian – todo el mundo está emocionadísimo. Los de cuarto curso hacia abajo están buscando desesperadamente una pareja de un curso superior para poder asistir, y los demás… bueno, supongo que nadie quiere quedarse con la más… más… en fin, que esto es un sálvese quien pueda.

Ted estaba anonadado.

-¡Pero si ninguno de vosotros tiene pensado siquiera a quién va a pedírselo!

Ethan y Brian cruzaron una mirada y ambos sonrieron.

-Bueno – repuso Ethan – lo cierto es que estoy barajando varias posibilidades. Está Verónica Innell, de Ravenclaw, ¿has visto qué cuerpazo tiene? Y también Sophia Jackson, de Hufflepuff, o Sarah Burton, de Ravenclaw, y Monica Michigan, esa cazadora de Ravenclaw de Sexto curso…

-¿Y has barajado la posibilidad de que ninguna de ellas quiera ir contigo? – rió Brian. Ethan lo fulminó con la mirada, pero el prefecto continuó: - Que yo sepa, Sarah Burton ya tiene pareja, va con John Sanders, de Ravenclaw.

-¿Y eso cómo lo sabes? – preguntó Francis con malicia.

-Porque la semana pasada en pociones le pregunté si quería ir conmigo – contestó Brian sin alterarse.

-¿En serio? – Los ojos de Ethan se abrieron como platos - ¿a quién vas a pedírselo entonces?

-A Alicia – contestó Brian distraidamente.

-¿¡A Alicia!

-¿Qué pasa con ella?

-Que es tu amiga, así que es demasiado raro.

Brian rió.

-Alicia y yo pasamos mucho tiempo juntos ahora que los dos somos prefectos. No creo que le importe venir conmigo al baile, aunque sea como amigos.

Teddy sacudió la cabeza y miró a Francis.

-¿Y tú, se lo has pedido a alguien ya?

Francis se sonrojó y desvió la mirada.

-No. No tengo a nadie en mente…

Pero en ese momento su conversación se vio interrumpida por la aparición de Sean en la Sala Común. Ted percibió que Ethan se ponía tenso. Casi se había olvidado de lo de Sean con Alex.

-¡Eh, tú! – Exclamó Ethan acercándose a él peligrosamente - ¡si, tú! ¿Qué es lo tuyo con mi hermana, eh?

Sean se paró en seco y miró a sus amigos en busca de apoyo o ayuda, pero todos desviaron la mirada. Nervioso, tragó saliva y se pasó la mano por el pelo rubio, desordenándoselo.

-Eh… si, bueno, Ethan, la cosa es… que a mí me gusta tu hermana y… bueno… en realidad pensaba comentártelo antes, pero no encontré la ocasión y…

Ethan lo fulminó con la mirada. Teddy observaba la escena divertido. Sabía de Ethan al final no encontraría un motivo claro para enfadarse con Sean, y sabía también que el arrepentimiento y el nerviosismo de Sean eran fingidos. Había visto demasiadas veces a su amigo en acción con diversas chicas.

Finalmente, Ethan resopló y se dirigió hacia la escalera de caracol. Antes de marcharse, se volvió y apuntó a Sean con un dedo acusador.

-Esto no se va a quedar así, Lovegood.

Cuando su amigo hubo desaparecido escaleras arriba, Sean volvió a mirar a Brian, Francis y Ted y soltó una carcajada.

-Vaya, pues si que se ha mosqueado…

Francis le lanzó una mirada reprobatoria.

-Has sido poco disimulado, Sean.

-Bueno, ¿y qué? – repuso este sentándose en la butaca que Ethan había dejado libre y reposando relajadamente los pies sobre la mesa – Alex no se iba a quedar sin ir al baile sólo por Ethan, ¿quién mejor para acompañarla que yo mismo?

Ted miró fijamente a Sean unos segundos. Se le ocurría una buena respuesta a la pregunta de su amigo, pero prefirió no confesarla en voz alta.

Finalmente, Francis se levantó.

-Bueno, yo me voy a la cama también. ¿Vienes, Ted?

El metamorfomago asintió y siguió a Francis hacia la escalera de caracol. Pero mientras subían, el chico se volvió y miró al joven Lupin fijamente.

-¿Qué? – preguntó Ted confuso.

-Oye Ted, no te habrás… no sé, molestado con Sean ni nada por el estilo, ¿verdad?

-¿Qué? No, en la vida, ¿por qué iba a molestarme con Sean? ¿Acaso me ha hecho algo? – Ted se dio cuenta de que quizás había hablado muy atropelladamente. Francis levantó una ceja y esbozó una media sonrisa.

-Está bien, de todos modos no te preocupes. Ya sabes como es Sean: de aquí al baile habrá cambiado de pareja unas diez veces.

-¿Y por qué habría de preocuparme? – inquirió Teddy preocupadamente intentando sonar lo más despreocupado del mundo. Un par de escalones por delante, Francis lo ignoró.

Pronto, Teddy descubrió que tenía algo mucho más importante de lo que preocuparse que la repentina unión entre Alex y Sean. Como sus amigos habían dicho, todo el castillo parecía estar preocupándose de buscar una pareja para el baile, y él ni siquiera se lo había planteado. ¿A qué chica podía pedírselo?

-¡Ted!

El joven Lupin se sobresaltó y miró a su alrededor. Se encontraba en la biblioteca del colegio, y Victoire sonreía a su lado.

-¿Qué pasa?

-Te estaba preguntando si estabas bien – respondió la chica con una sonrisa – por un momento me asusté ante la idea de que estuvieras realmente estudiando.

Teddy bajó la mirada, sorprendido de encontrar un libro de encantamientos abierto ante él sobre la mesa.

-Ah, ya, bueno… supongo que me he distraído un poco, si…

La hija de Bill y Fleur se acercó más a él para susurrar cuando la Sra. Magpie pasó a su lado.

-He oído que Alex y Sean van a ir juntos al baile del aniversario.

-Si, ¿y qué?

Victoire parpadeó, confusa.

-Bueno, quería saber si estabas bien. Ya sabes, llevas detrás de esa chica desde primer curso.

-¡Y tú qué sabes! – protestó Ted. La Sra. Magpie se volvió para mirarlo con censura, y el chico hizo un gesto de disculpa. – Alex y yo somos amigos – añadió bajando la voz.

Victoire alzó una ceja, con gesto escéptico.

-He visto cómo la miras. Te gusta.

-¿Y qué hacías tú espiándome? – preguntó Ted con malicia.

Victoire enrojeció levemente.

-No te espiaba, es que soy muy observadora.

Teddy sonrió y volvió la vista a su libro de nuevo. Casi creía que Victoire se habría marchado cuando ella volvió a hablar.

-Y… ¿con quién vas a ir?

El chico suspiró con exasperación se volvió hacia ella.

-No lo sé. Ni siquiera había pensado en pedírselo a Alex hasta que Sean lo hizó. Supongo que cuando todas las demás estén cogidas podré pedírselo a alguna desesperada de tercero o segundo que no tenga con quién ir.

Victoire sonrió y le dio un pequeño codazo.

-Si al final no encuentras pareja… yo puedo ir contigo.

Esta vez fue Ted el que adoptó una expresión escéptica.

-Vic, no te ofendas, pero la noche del baile yo estaré en la fiesta, probablemente solo, y tú acostada en tu cama con dosel.

Victoire abrió mucho los ojos, ofendida, se levantó y se marchó apresuradamente sin mirar atrás.

-Vic, no… ¡Vic!

-Es suficiente, jovencito – dijo la voz de la Sra. Magpie junto a Ted – para cortejar a las alumnas y la charla está el resto del colegio, no la biblioteca.

Pese a sus protestas, el metamorfomago se vio expulsado de la biblioteca en unos instantes.

Una vez en el pasillo, y sin ánimos de seguir estudiando, echó a andar hacia las escaleras, pensando que tal vez podría practicar un poco en el campo de quidditch antes de la cena.

Sin embargo, mientras cruzaba el pasillo del tercer piso de camino a un atajo que le llevaría a la sala común, se encontró cara a cara con Lewis, Petersen y Zabini, que le propinó un golpe con el hombro al pasar por su lado.

-Mira por donde andas, licántropo.

-Si vuelves a tocarme, Zabini, tendré que echar esta túnica a la chimenea… ¡y tú irás detrás!

Angelus se dio la vuelta llevándose la mano al bolsillo de la túnica en el que seguramente guardaba la varita.

-¿Ah, si? Me gustaría ver cómo lo intentas…

Leopold Lewis agarró a su amigo por un brazo y le susurró algo mirando a Ted. Zabini y Petersen se echaron a reír y se alejaron de nuevo por el pasillo.

-No te molestes en buscarte una chica para el baile, Lupin, ¡esa noche hay luna llena!

La chirriante risa de Chris Petersen lo acompañó hasta el retrato de la Señora Gorda

-Garra de dragón – gruñó con desgana mientras el retrato giraba sobre sus goznes para dejarlo pasar.

Al entrar en la sala, Ted tuvo tiempo de escuchar un grito ahogado antes de alzar la vista y descubrir a Alex levantándose atropelladamente del sillón en el que Sean estaba sentado cómodamente.

-¡Ted! Qué susto… por un momento pensé que podrías ser mi hermano.

Teddy sintió que la sangre le hervía, no sabía si de ira o de vergüenza.

-Yo… yo… siento interrumpir. Sólo… sólo venía a por mi escoba para entrenar un poco y eso… pero ya la recogeré en otro momento. – Musitó mientras se daba la vuelta y salía apresuradamente de la Sala Común.

Alejándose de nuevo por el pasillo, Teddy sacudió la cabeza y se detuvo, mirando a su alrededor.

-Vaya mierda… - susurró para si. - ¡Vaya mierda!

Algunas alumnas de primero de Ravenclaw que pasaban por allí se volvieron para mirarlo, sobresaltadas y riéndose de él.

Ted se volvió, frustrado y observó su aspecto en un desgastado espejo de pared. Lentamente, su pelo castaño claro y caído sobre los ojos fue tornándose de un indefinido color entre negro y castaño, mientras que sus ojos pasaron del dorado al marrón ordinario. Su estatura aumentó considerablemente, y su rostro mutó al azar. Teddy Remus Lupin se convirtió en un chico cualquiera de quince años, que reemprendió su camino cabizbajo.

Definitivamente, el día no podía ir peor, o eso pensaba Teddy hasta que creyó ver el perfil de Victoire hablando con alguien al final de un pasillo lateral. Recordando su conversación anterior, se acercó a ella para disculparse, pero a medio camino comprendió que había cambiado su aspecto y que ella no lo reconocería. Ted aminoró el paso y giró la esquina para ver con quién estaba hablando su amiga.

Era Leopold Lewis.

Si, definitivamente, aquel día Ted Remus Lupin aprendió que cuando las cosas parecen ir mal, pueden ir incluso peor.

Y hasta aquí el capítulo 16 del fic. Por favor, no me matéis por tardar tantísimo en actualizar, ¡prometo subir un capítulo más como mínimo antes de que acabe Septiembre!

Espero que os haya gustado, y nos vemos en el próximo cap.

Un saludo!