Disclaimer: Todos los personajes y/o cosas que reconozcan, no me pertenecen. Pertenecen a la inteligente y admirada J.K.Rowling (: Lo demás es puro producto de mi querida imaginación n.n xD
Holaaa ! Soy yo otra vez! n.n (cri cri... se oyen grillos en el público)
¬¬' Vamos, no se acuerdan de mí? Elii Evans, la autora del fic Sweet Seventeen de los merodeadores (se oyen grillos más fuertes) oh! de acuerdo, si no lo han leido pueden hacerlo, me harían muy feliz (:
Para desgracia de ustedes, he vuelto al mundo FanFiction xD aunq mucho más loca q la última vez o.O (q desgracia T.T ; tendré q consultar a mi médico x unas buenas pastillas calmantes...) Ehh... por donde iba? ah, si! les decía q he vuelto n.n con una nueva historia merodeadora :O q espero q les guste :D ojalá tenga tanto éxito como la otra historia... pueden creer q recibí 100 RR? o.O pues yo tampoco! xD jajaja.
En fin, ya me voi y les dejo el primer cap de esta historia (:
No se olviden de opinar mandándome un bonito review n.n sólo tienen q apretar el GO! de abajo de todo cuando terminen de leer y comentar su opinión :) VAMOS NO CUESTA NADA ! Acepto cualquier tipo de crítica, desde con felicitaciones hasta con malas palabras xD
Nos vemos al final (: DISFRUTEN n.n
TAL VEZ ESTA SEA OTRA TONTA HISTORIA DE AMOR
Capítulo 1: Tal vez este sea el principio del comienzo
Trac, trac, trac, trac. Las rueditas del baúl chocaban contra el irregular suelo de la estación. Trac, trac, trac, trac; hacían mientras rodaban y rodaban infinitamente. Trac, trac, bum, bum, trac, trac. Ahora el sonido de las rueditas iba acompañado por las fuertes pisadas de una muchacha alta y seria que arrastraba el baúl. Trac, trac, bum, bum, trac, trac. La joven tenía una cabellera color rojo fuego recogida en una coleta alta de lo más común, mientras que unos brillantes ojos color verde esmeralda resaltaban de su tez pálida y bañada en pecas. Trac, trac, bum, bum, trac, trac. Llevaba una holgada camiseta manga corta blanca con unos estampados junto con unos simples vaqueros gastados y zapatillas deportivas. Trac, trac, bum… tractractractractractractrac; ahora la muchacha, arrastraba al baúl por las escaleras del expreso que la llevaría a su colegio. Al terminar el último escalón, suspiró exhausta, pues el equipaje pesaba mucho, y siguió arrastrándolo por el pasillo del tren en busca de un compartimiento para ocupar. La mayoría de ellos estaban ocupados, ya fuera por sus respectivos habitantes o por bolsos que habían dejado para que no les robasen los lugares. La chica continuó caminando hasta el final del tren, y abrió la puerta del último compartimiento con una pequeña sonrisa en los labios al ver a una joven sentada en un asiento totalmente concentrada en lo que parecía ser un gran libro de Defensa.
- Lo siento, srta. Greys, pero el tren va lleno, así que si me disculpa¿podría sentarme con usted el resto del viaje?
La muchacha levantó desconcertada la vista del aburrido volumen de Defensa antes de hacerlo a un lado y abalanzarse sobre su amiga como una fiera hambrienta. Lily, sonriendo, le devolvió el abrazo y al separarse exclamó:
- ¡Vaya cambio, chica¡Luces increíble!
Amber Greys, mejor conocida como "la sabia Amber", era una joven de cabello castaño claro, ahora corto hasta por arriba de los hombros y desflecado con unos ligeros reflejos rubios que combinaba perfectamente con sus ojos color chocolate tapados por unos lentes de marco cuadrado negros. Era media cabeza más baja que Lily, y apenas un poco más rellena; pero después de todo¿quién podía ser más delgada que Lily? Vestía una camisa de mujer color blanco junto a unos pantalones negros y al final unas sandalias del mismo color que la prenda inferior. Sonrió a Lily con una sonrisa sincera y extremadamente feliz, antes de dirigirse nuevamente hacia su asiento.
- Lily, te mueres cuando te enteres de lo valioso que es este libro –le informó mostrándole el pesado volumen que estaba leyendo antes-. Es de hace más de trescientos años, y habla sobre las antiguas defensas que utilizaban los romanos… ¡es realmente increíble! Me lo dio mi padre la semana pasada, y desde entonces no he dejado de leerlo –terminó entusiasmada, posando en las manos de su amiga el libro-.
Lily lo observó atentamente. Realmente parecía viejo. El forro negro que lo protegía, estaba rasgado en varios lados y las letras que rezaban el título del libro en un idioma extraño que Lily no podía comprender estaban borroneadas y apenas podían verse al ojo humano. Para ella no parecía nada más que un libro viejo y aburrido que no servía para nada, pero sabía que para Amber significaba un gran tesoro, de modo que con una sonrisa murmuró:
- Tienes razón, es genial
Amber pareció satisfecha con la respuesta de su compañera, de modo que tomó el libro nuevamente entre sus manos y lo guardó en su baúl tan delicadamente como si fuera de cristal. En aquel momento, en la puerta del compartimiento apareció una nueva muchacha de aspecto cansado arrastrando los pies y bufando malhumoradamente. Tenía una gran mata de cabello negro oscuro con ondas y unos preciosos ojos azul marino que en aquel momento no parecían ser tan hermosos, pues tenía unas ojeras tremendas. Vestía una musculosa azulada con una falda de jean desflecada y unas zapatillas a juego con la musculosa en los pies. Arrojó sin ninguna preocupación su equipaje y se dejó caer junto a Lily largando un gran suspiro, como si hubiese corrido una larga maratón.
- Hola, chicas… -jadeó mientras cerraba los ojos y se colocaba una mano en el pecho-. Lamento no saludarlas adecuadamente, pero… es que… estoy agotada…
- Pero¿qué te ocurrió?- inquirió la pelirroja frunciendo el entrecejo hacia su amiga-.
- ¿Qué crees que pudo ocurrir?- le espetó la morocha con impaciencia-. Mi idiota hermano mayor me cambió la alarma de mi despertador para que sonara a las tres y media de la madrugada y yo como una tonta, me desperté pensando que era la hora de partir y luego de cambiarme y tener todo listo ¡me doy cuenta de que eran las cuatro y media de la mañana! Entonces, maldiciendo a mí querido hermano y a todo lo que tuviera relación con él, me senté malhumorada en mi cama dispuesta a esperar a que se hiciera la hora en la que supuestamente tenía que levantarme; pero entonces me quedé dormida, y para cuando desperté, era tardísimo, de modo que no pude tomar mi delicioso desayuno y tuve que salir a las corridas de mi casa hasta aquí –tomó aire y suspiró-. Esa es toda la historia. Lástima que no haya tenido un minuto para matar a mi hermano –se lamentó negando con la cabeza-.
Sus amigas rieron ignorando la furia de la chica.
- Desde que te conozco, nunca te has llevado bien con tu hermano, Sally –comentó Amber con una pequeña sonrisa-.
- Prueba tener un hermano tan insoportablemente insoportable como él y luego me cuentas –respondió la morena de mal modo cruzándose de brazos-.
Lily y Amber intercambiaron una mirada y una risita para frustración de Sally; pero desgraciadamente, su frustración se hizo mil veces mayor al escuchar las voces que se aproximaban hacia el compartimiento.
- Te digo que este va a ser el mejor año de nuestras vidas, Prongs –decía una voz masculina-. Va a ser tan genial, que no lo vamos a poder… -se calló al toparse contra el compartimiento de las chicas, y dibujó una sonrisa llena de arrogancia en su rostro al verlas-. Buenos días, muchachas ¿qué tal las vacaciones?
Rápidamente, Amber sacó de su baúl un libro al azar y se tapó con él. Era totalmente predecible que se estaba por armar una de las batallas de sus amigas contra los seres más arrogantes de la Tierra; y ella no tenía ningunas ganas de participar. Como su mente estaba preparada a escuchar, la voz de Sally sonó en el compartimiento como un cuchillo atravesando el aire:
- ¿Quieres que te mande a unas nuevas vacaciones de una buena patada, Black?
- ¡Hey¿Por qué la agresión desde temprano, Collins?- dijo el muchacho con cierta tranquilidad y sin apartar aquella sonrisa arrogante. Tenía facciones muy atractivas y su cabello negro azulado perfectamente peinado junto a sus bellos ojos grises no le desfavorecía para nada-. ¿Este año también nos llevaremos mal?
- Para tu información, Black, nosotros siempre nos llevamos mal y este año no va a ser la excepción –le espetó la morena con frialdad-.
- ¿Pueden parar de pelear?- dijo otro muchacho que había aparecido junto a Black. Era tan alto como su amigo, de pelo negro azabache y muy revuelto, con unos ojos brillantes color avellana detrás de unos lentes de marco redondo-. Buenos días, Evans –añadió inmediatamente al ver que Lily estaba allí ignorando completamente a las demás-. ¿Cómo pasaste las vacaciones¿Bien? Supongo que me extrañaste tanto como yo a ti, primor
- Primero que nada, no se te ocurra volver a llamarme "primor" si quieres conservar tus partes –le espetó Lily-. Segundo, si te hubiese extrañado aunque fuera un segundo, ya estaría consultando por un turno a San Mungo y tercero… bueno, pues, no hay tercero pero se me acaba de ocurrir¡LÁRGATE!
- ¿Qué son esos gritos?
Otro joven había aparecido en el marco de la puerta, abriéndose paso entre los otros dos chicos. Tenía el cabello color naranja largo hasta los hombros, recogido en una pequeña coleta desprolija y unos ojos castaños con un brillo travieso. Atravesó fugazmente el compartimiento y arrojó su equipaje a un asiento antes de voltearse con los brazos cruzados a los demás.
- El día que dejen de pelearse, les juro que haré todas sus tareas de pociones –dijo amargamente-. Chicas¿tienen que ponerse de esta manera cada vez que los chicos aparecen?
- ¡No te atrevas a defenderlos, Aaron!- exclamó Sally con furia señalando con el dedo índice a James y Sirius-.
- No los defiendo, Sally, por favor tranquilízate…
- ¡Ellos siempre son los que molestan¡Aún no entiendo como puedes juntarte con estos sacos de patatas descuidadas!
Aaron no pudo evitar amagar una sonrisa antes de contestar. Los insultos de Sally eran tan graciosos, que le costaba disimular la gravedad de la escena.
- Sally, baja los humos –indicó levantando una mano para que se callara-. James, Sirius, los veo luego¿vale? Porque si nos juntamos todos a disfrutar el viaje creo que terminaremos con unas cuantas partes de nuestro cuerpo dañadas.
Los muchachos se limitaron a sonreír divertidamente, antes de saludarlo con unas palmadas en la espalda, y caminar por el pasillo en busca de otro compartimiento. Aaron cerró la puerta y se dejó caer junto a Amber, quien seguía fingiendo leer y mirándola le sonrió.
- Chica, ya puedes dejar tu escondite. La batalla ha concluido.
La castaña asomó sus ojos con lentes por encima del libro para asegurarse. Luego lo cerró y lo volvió a guardar mientras murmuraba:
- No creo poder seguir aguantando estas peleas tan absurdas. ¿Es que no pueden contenerse y ya?
- ¡Es imposible contenerse!- exclamó Sally-. ¡Sólo hay que verles sus caras de bodoques para intentar controlar el genio!
- No tienen cara de bodoques, Sally –la corrigió Lily-. Son guapos ¿quién lo niega? Pero son terriblemente insoportables –suspiró-. Es una lástima, ya que tienen mucho cerebro…
Sally la miró con ojos como platos mientras Aaron y Amber se limitaban a intercambiar una mirada llena de misterio.
- No te atrevas a poner una palabra más a favor de ellos, Lily o tendré que dejar de dirigirte la palabra por el resto de mi vida
La pelirroja sonrió divertida y dirigió la vista hacia sus otros dos amigos quienes intentan contener la risa. La puerta del compartimiento volvió a abrirse y en ella apareció un joven de cara alargada y pálida con una cortina de pelo negro grasiento cayendo a ambos lados de su rostro. Al ver a Lily, se ruborizó ligeramente y balbuceó:
- H-hola, Li-lily… te estaba b-buscando…
Ella sonrió alegremente.
- ¡Hola, Sev¿Qué tal andas?
- Bien…
Snape se sintió un poco observado, pues todas las miradas de los amigos de Lily se dirigían hacia él y no de manera muy amigable, sinceramente.
- Eh… s-sólo ve-venía a ver có-cómo estabas…eh… nos vemos luego. A-adiós –y dicho eso se escabulló de allí rápidamente-.
Sally y Aaron soltaron una carcajada estridente que resonó en toda la habitación. Lily frunció el entrecejo.
- ¿Cómo es posible que alguien sea tan idiota para hablar?- soltó la morocha limpiándose las lágrimas de risa de los ojos-.
- No lo sé –sonrió Aaron-. P-pero re-resulta tan pa-patético… -añadió imitándolo a lo que ambos volvieron a reír-.
- ¿Quieren dejar de humillarlo?- les espetó la pelirroja claramente enfadada-. Si se comporta de esa forma es porque sabe que ustedes se burlan de él. En cambio conmigo es mucho más amistoso y agradable.
Sus amigos se miraron y volvieron a reír, esta vez, más fuerte.
- ¿Amigable?- repitió Sally con incredulidad-. ¡Vamos, Lily! Seguramente cuando tú te das media vuelta anda diciendo junto a sus amiguitos cosas horrendas sobre ti.
- No es cierto –negó la pelirroja-. Él es mi amigo.
- Querrás decir que finge serlo –la corrigió la morena-.
- ¿Por qué fingiría?
- Mmm… déjame pensar… -murmuró la joven frotándose la barbilla-. ¿Tal vez para ponerte en ridículo?
Lily se limitó a ignorarla y se dirigió hacia la puerta para cerrarla, pero un pie envuelto en una alta bota rosa chillón la frenó. La pelirroja levantó la mirada para encontrarse nada más y nada menos que con la insufrible muñeca barbie hueca de Bridget Samuels. La muchacha poseía un extenso cabello rubio sedoso y brillante hasta la cintura y un cuerpo nada desproporcionado. Iba cubierta en un pequeño vestido a juego con las botas que, a decir verdad, sólo le tapaba lo necesario. Al ver a Lily, bajó un poco sus lentes de sol rosados con su mano de uñas cuidadosamente pintadas dejando a relucir sus ojos castaños bien maquillados.
- ¿Has visto a Jimmy?- inquirió con voz autoritaria-.
- Disculpa, no sé a quién te refieres –respondió Lily desafiante-.
La rubia soltó una risita infantil y se volteó a sus dos amigas de atrás.
- ¿Han oído eso, chicas¡Esta niña no sabe quién es Jimmy!
Se oyeron risas tontas muy parecidas a la de la rubia y otra muchacha apareció en el umbral de la puerta con aire de superioridad. Tenía el cabello tan largo y cuidado como el de Bridget, con la diferencia de que era castaño claro. Parpadeó abriendo y cerrando sus ojos celestes y preguntó:
- ¿De modo que tampoco sabes quién es Siri?
- Lamento decirte que no –le espetó la pelirroja con enfado-. Tal vez, si fueran más explícitas podría saber a quienes se refieren
- Lily, buscan a James y Sirius –le informó Aaron mientras se ponía de pie-.
- ¡Hola, Aaru!- saludaron las chicas con una sonrisa tonta-.
- Hola, Bridget, Barbie… Brittany –añadió él dirigiéndose por último a una muchacha de cabello largo y negro de atrás-. Si buscan a los chicos, lamento comunicarles que no están aquí
- Oh, desde luego que sabemos que no están aquí –rió Bridget con una sonrisita-. Sería imposible que estuvieran con ustedes, sacándote a ti, por supuesto, Aaru –dibujó una mueca-. Sólo queríamos saber si los habían visto
- No, no los hemos visto –le espetó Lily de mal modo. Realmente esas tontas niñitas la estaban cansando-. Así que pueden retirarse
Las chicas se mostraron enfadadas por el tono de voz que había empleado Lily.
- Bueno si no los vieron… -dijo la rubia y haciendo una seña a sus amigas dieron media vuelta y se marcharon-.
La pelirroja bufó y se dejó caer en su asiento, mientras Aaron la observaba divertido.
- ¿Qué sucede, Lily?
- Lo que sucede es que no puedo creer que exista gente tan descerebrada
Sus amigos sonrieron.
- Pues siéntete orgullosa de no ser una de ellas –dijo Amber-.
- Pero es… -suspiró furiosamente-. Me da tanta bronca; ¿ustedes las oyeron? Son tan patéticas. No puedo creer que Black sea el novio de esa Barbara Williams y que Potter haga lo que quiera Samuels –su voz sonó disgustada-.
- ¿No lo puedes creer o no lo quieres creer?- preguntó Amber tanteando terreno-.
- ¿A qué te refieres?- le espetó Lily rápidamente-.
- No sé, amiga, pero… siempre me ha parecido que algo te atrae de Potter y te molesta que haga cosas que no quieres que haga
La cara de Lily ya de por sí era pálida, pero al escuchar "algo te atrae de Potter" se tornó tan blanca que parecía probable poder ver a través de ella.
- ¿Estás sugiriendo que me gusta Potter?
- No, Lily… -negó rápidamente la castaña al ver el tono amenazante en su voz-.
- Porque si eso es lo que quieres decir, desde ya te advierto que no vuelvas a pensar semejante estupidez porque pensaré que has perdido tu cerebro –respondió fríamente-.
Se produjo un silencio tenso. Nadie había escuchado jamás a Lily contestar de esa forma a Amber. Se notaba que la pelirroja no tomaba por broma aquel tema. Fue un milagro que la señora regordeta con el carrito de dulces llegara en aquel momento.
- ¿Desean algo, queridos?
- Todo lo que sea grasoso, engordante y extremadamente delicioso –respondió Aaron rápidamente con una sonrisa tratando de aliviar el ambiente-.
Pasaron unas cuantas horas después de engullir todos los dulces que pudieron y llegar a la estación de Hogsmeade en donde los esperaban los típicos carruajes grandes y majestuosos que eran tirados por fuerzas invisibles. Realmente fue un caos organizarse para bajar del tren, pues había un gran grupo de niños de primer año demasiado ansiosos que bloqueaban el camino. Finalmente, pudieron caminar hacia los carros y Lily, Sally y Amber ocuparon el primero que vieron libre. Sin embargo, Aaron decidió irse con James, Sirius, Remus y Peter quienes los llamaban de uno de los carruajes cercanos.
- Lo siento –se excusó Aaron antes de salir tras de ellos-.
- A veces pienso que Aaron los prefiere a ellos –comentó Sally amargamente mientras el carruaje empezaba a avanzar-.
- No es cierto –negó Amber-. Nos quiere por igual. Es que a veces necesita estar con compañía de su mismo sexo, hombres ¿sabes?
- Ah, pero ¿Potter y Black son hombres?- preguntó la morocha fingiendo sorpresa-. Y yo que creía que eran bestias…
Lily sonrió mientras la castaña negaba con la cabeza y observó el castillo por la ventanilla. ¡Cuántas ganas tenía de volver a ver aquellos elegantes y antiguos corredores llenos de retratos! Y pensar que aquel sería su último año… qué angustia le daba aquello…
Después de unos cuantos minutos, el carruaje se detuvo indicando que el viaje había concluido, de modo que las tres jóvenes se bajaron para encaminarse hacia el colegio. Por el camino, se encontraron a varios compañeros a quienes saludaron con un alegre "¡hola!" o un simple gesto con la mano. Las enormes puertas de roble se abrieron ante ellos, y Lily pudo ver cómo la profesora McGonagall se ocupaba de los de primer año un poco más a la derecha. Atravesaron una especie de pasillo hasta llegar al Gran Salón, el cual estaba típicamente decorado con sus flotantes y luminosas velas, y ocuparon sus asientos en la mesa de Gryffindor. Pero, para desgracia de Lily y Sally, los merodeadores se sentaron cerca de ellas, y tras ellos los siguieron Bridget, Barbara y Brittany, mejor conocidas como las "Babies B".
- ¡Hola, chicas!- las saludó Remus sonriente. Tenía el cabello castaño más largo que la última ocasión, y sus ojos color miel resplandecían bajo la luz de las velas también destacando una cuantas cicatrices en su rostro-.
Las tres lo saludaron alegremente, mientras la ceremonia de selección comenzaba. El sombrero seleccionador cantó una pequeña canción que fue aplaudida estrepitosamente e inmediatamente, los alumnos más pequeños fueron llamados por la profesora de Transformaciones:
- Carter, Devon
- ¡Ravenclaw!
- McDonald, Zacharie
- ¡Gryffindor!
La mesa de Gryffindor estalló en aplausos. James pudo ver como Lily sonreía al ver al muchacho sentarse cerca de ella. No pudo evitar sentir un cosquilleo en el estómago; realmente era muy hermosa. La selección pareció durar siglos; incluso parecía que la lista de alumnos era más larga que de costumbre. Sirius no paraba de protestar por su comida y Peter no era la excepción.
- Encima aún falta el discurso de Dumbledore –comentó Sirius con angustia-.
Efectivamente, al terminar la ceremonia, el director se puso de pie con una sonrisa.
- ¡Muy buenas noches, damas y caballeros!...
- Le faltó "y animales", señor director… -susurró Sally por lo bajo refiriéndose a James y Sirius-.
Amber le dio un codazo.
- … ¡Bienvenidos a un nuevo año en Hogwarts! Antes que nada, quería aclararles un par de cositas…
El "par de cositas" resultó ser una extensa lista de prohibiciones y consejos que no parecían terminar. Sirius llegó a tal nivel de desnutrición que ya empezaba a gemir. Remus trataba de calmarlo, pero parecía imposible que el moreno dejara de quejarse por la falta de comida. Después de lo que parecieron noches eternas, el director carraspeó. Pareció divertirse al ver las caras de sufrimiento de la mayoría de sus alumnos.
- Disculpen por el discurso tan largo, se me fue un poco de las manos… -admitió Dumbledore-.
- ¿Un poco?- gimió Sirius-. ¡Yo creo que se le fue de las manos, de los pies, de la cabeza…¡Ouch!- exclamó frotándose la costilla, pues Remus le había dado un codazo para callarlo-.
- Pero ahora pasemos a la última cosa importante que queda: el nombramiento de los dos premio anuales –varios alumnos se sentaron derechos con mirada expectante-. Para darles más pistas, ambos son de Gryffindor –las demás casas parecieron decepcionadas- Ambos alumnos excepcionalmente inteligentes –cada vez había más miradas curiosas que observaban a la mesa de Gryffindor-. Ambos muy valientes y atentos –Lily temblaba bajo su asiento-. De distintos sexos –cruzó los dedos-. Y la señorita premio anual es… -la pelirroja se estremeció bruscamente-. ¡Lily Evans!
Lily saltó de su asiento con una sonrisa de oreja a oreja, mientras la aplaudían. Sintió que Amber y Sally la abrazaban fuertemente y que Aaron le daba unas palmaditas en la espalda. Caminó a gran velocidad radiantemente feliz hacia la mesa de profesores en donde Dumbledore la esperaba con una cálida sonrisa y una medalla dorada. Al cabo de unos segundos, la medalla resplandecía en su pecho. Miró hacia la mesa de su casa con alegría. No podía creerlo¡era premio anual! Se preguntó quién sería el talentoso caballero que sería su pareja. Estaba segura de que sería Remus… pero entonces, Dumbledore dijo:
- Y el premio anual masculino es, nada más y nada menos que… ¡James Potter!
Lily vio como todos se abalanzaban sobre James como fieras hambrientas. Sintió como si un balde de agua fría le cayera sobre la cabeza, congelándole todos los sentidos. ¿James Potter, el rey de romper las normas, el presumido, el idiota, premio anual? Vio como James se dirigía hacia donde estaba ella, sonriente. No pudo evitar admitir que era muy guapo… pero¿qué tenía que ver aquello con ser premio anual¡Era tan injusto! Abrió la boca para protestar, pero James quien tenía la medalla de oro ya puesta en su pecho le susurró:
- Felicidades, Evans. Te lo merecías
Ella no pudo responderle el "y tú no" que tanto quería decir; después de todo James era un buen alumno. Sonrió al verlo tan feliz pensando que después de todo, tal vez, sólo tal vez se lo merecía.
Qué les pareció? ojalá les haya gustado n.n
Espero sus críticas (: ; no lo olviden ; así me animarán a seguir escribiendo, si eso es lo q quieren claro xD
Besotes para todos! n.n
Elii ♥
PD: Sin reviews no continúo la historia u.u