Advertencia: En el futuro, este fic contendrá no sólo shonen-ai y/o yaoi, sino que, además, relaciones sexuales explícitas y actitudes moralmente reprobadas por la sociedad en general.

O en otras palabras, aquí no sólo va a haber YAOI y LEMON, sino que también un TRÍO.


1

Horokeu's POV

Ya había corrido al menos una cuadra y Tamao seguía chillando desde el portón. Claro que yo la entendía: desde pequeña, siempre le había tenido fobia al quebrantamiento de todo lo que representara algún tipo de autoridad. Yo, por el contrario, seguía muy bien el consejo de ir a la escuela… pero nadie me había dicho que debía quedarme en ella¿cierto?

Una de las pocas cosas que me agradaban, por entonces, era escaparme del edificio justo a esa hora, cuando, a pesar de ser sólo las seis o siete de la tarde, comenzaba a oscurecer y me daba la sensación de que las noches eran infinitas. Aunque, claro, a los dieciséis años, parecía ser que todo era infinito: las clases, las horas, las risas, el llanto, los besos… nunca, nada daba la impresión de estar a punto de terminar y por ello, la mayor parte de las veces, cuando algo cambiaba, era como chocar contra una pared, de frentón.

Durante un par de minutos, me pasó por la mente la idea de, una vez más, ir al norte del centro a hojear libros o a curiosear en el Sex Shop (me impresionaba al ver qué tipo de cosas llegaba cada semana), sin embargo, terminé, por un impulso que nunca llegaría a descifrar, doblando hacia la izquierda.

Durante todo ese tiempo

Ren's POV

Y mientras el inepto de Hao se entretenía mirándole el trasero a la mesera, tuve que encargarme de revisar no sólo mis apuntes sino que, además, los suyos. ¡No hay problema, Hao, para eso están los amigos…! Amigos mis bolas, éramos socios, nada más y que nos conociéramos desde la secundaria no significaba nada, para ninguno de los dos.

Ambos siempre estuvimos al tanto de lo canalla que podía llegar a ser el otro y eso, aunque ninguno lo mencionara nunca, imposibilitó, desde un inicio, la existencia de cualquier tipo de lazo importante. El trabajo era el trabajo; éramos unos hijos de puta millonarios que engañaban a la gente y no confiábamos ni en nosotros mismos ni mucho menos, por ende, en las demás personas.

- Me desea.- sentenció cuando dejó de correrle la baba, como si a mí me hubiese importado un pepino.

- Bien por ella. Trabaja, holgazán.

- Contrata a una zorra¿quieres? Me da la impresión de estar trabajando con mi mamá…

- Los parásitos no tienen mamá.

- Já. ¬¬

Hao's POV

Como Ren, aparentemente, andaba de un humor peor del usual, sólo por esa vez, cogí una de las hojas y me dediqué a calcular y todo ese lío que nos obligaban a hacer. En mi opinión, no era demasiado importante cuánto habíamos gastado en un acuerdo; después de todo, siempre ganábamos más del triple y al final, seguíamos siendo ricos. Lo que sí me preocupaba, era a dónde leches se había ido esa muñeca…

Era curioso recordar cómo habíamos llegado hasta allí. En un minuto, éramos dos chicos de diecisiete y dieciocho años y al siguiente, por entrar, casualmente, a un casino que ya ni siquiera existía, nos habíamos convertido en estafadores expertos y nadábamos en fajos de dinero. Casi una década había pasado y no habíamos cometido, jamás, el más ínfimo error.

Juntos, éramos el engaño perfecto.

Entonces

Horokeu's POV

- Pero si teng…

- Me da igual si tienes diecisiete y tres octavos; si no eres mayor de edad, te largas y punto.

- Jódete.

Siempre el mismo prejuicio ridículo, como si por tener dieciocho hubiese sido más maduro o inteligente. Ni siquiera le había dicho mi edad real y me había creído; pero, por desgracia, para que me dejara pasar, necesitaba documentos y Manta aún no me había fabricado la identificación falsa que me había ofrecido. Bueno, después de todo, no era llegar y copiar una original; entendía su demora…

- ¡Eso! - … además, no existía bar en la ciudad cuyo baño tuviera la ventana superior cerrada. Afortunadamente, la de aquel era suficientemente ancha para cualquiera.

-

Ren's POV

- ¡Deja de hacer estupideces, maldición! – le grité, literalmente, harto. Uno de los muchos defectos de Hao era su manía de ser irresponsable, una desesperación casi patética por comportarse como un chico de quince años, aunque ya no fuésemos adolescentes y se suponía que nos portáramos como profesionales serios. A Hao le dolía crecer, le costaba demasiado madurar y no quería, bajo ninguna circunstancia, envejecer y mi único gran problema con eso era que su estúpida decisión nos involucraba, directamente, tanto a mí como a nuestro trabajo. ¿Cuántos chicos de quince años se preocupaban por ser profesionales?

- ¡Ya, relájate!

- ¡Llevo HORAS tratando de hacerlo, lo malo es que tú no cooperas para nada y ya me estoy cans…!

- Sssssssssht… ¡Sht! Shalom, Ren, shalom

- ¡¡Cierra la boca!!

- Oye, oye, mira; yo sé que estás deprimido por lo de…

- ¡No estoy deprimido!

- Bueno, bueno, no la nombraré. En fin, yo sé que te rompieron el corazón y toda esa lata, pero no te desquites conmigo¿vale? Yo no la mandé a que te engañ…

- ¡Mierda, haz lo te dé la maldita gana, pero en silencio!

Hao's POV

Casi sentí lástima por él, es decir, si no hubiese sido porque no me agradaba del todo su constante mal temperamento. Por otro lado, todo lo que le dije fue enserio: entendía muy bien que estuviese dolido porque la ramera con la que había ligado durante más de un año le había jugado chueco; mas yo no tenía por qué aguantarme sus pataletas de solterón amargado.

Iba a replicarle, pero justo entonces, lo vi, saliendo del baño.

- …

- Genial... Aunque me sorprende que haya sido tan fácil…- oí a Ren diciendo algunas de sus fanfarronadas, sin embargo, me encontraba demasiado ocupado mirando al enano más apetecible que había visto en mucho tiempo.

¿No lo mencioné antes? Siempre fui de buen conformar y qué mejor manera de probarlo que la bisexualidad. No diferenciaba la belleza masculina de la femenina; me gustaba alguien o no, quería con alguien o no, jodía con alguien o no, así de simple. La gente conservadora sólo se guardaba de la mitad de sus posibilidades de tener un buen acostón de vez en cuando, no de las enfermedades sexuales ni nada por el estilo. ¿Las apariencias? Yo no conocía aquel término.

El chico no tenía más de veinte y su sonrisa estaba como incrustada en su cara, tal y como la que a mí me había hecho famoso en la escuela, sólo que con algo más. Algo que me agradó.

Horokeu's POV

A parte del hecho de aterrizar sobre el excusado, todo había resultado bien fácil. Dentro del local ya no fastidiaban con lo de la edad, supongo que por el control que tenían en la entrada.

Pasé unos cuantos minutos dentro del baño y cuando salí, ya me estaba preguntando qué demonios pretendía hacer para divertirme en aquel sitio. Antes de que mi cerebro hallara respuesta alguna, mis ojos chocaron con otros, castaños, que estaban fijos en mí. Pertenecían a un tipo que no podía ser mucho mayor que yo, de aire confiado, seguro y una sonrisa que no supe qué rayos tenía para impedirme quitar la vista de ella. Inconscientemente, me acerqué hasta donde estaba sentado, sin percatarme de que, uno: no estaba solo; dos: no lo conocía; tres: me había infiltrado en un bar prohibido a menores de edad y yo era uno de esos. Cuatro: de cerca, me di cuenta de que era extremadamente atractivo…

- Qué hay.- me saludó como si hubiese estado aguardando a que me aproximara, sonriéndome de tal modo que no pude evitar mirar hacia cualquier otro lado. Como resultado, mi vista quedó incrustada en un montón de papeles desparramados sobre su mesa.

- H-hola…

Ren's POV

Recién entonces, noté que detrás de mí había alguien y lo primero que se me ocurrió, fue que Hao había invitado a alguna de sus amigas a (estorbar en) nuestra mesa y eso era el maldito colmo. Me volteé, irritado.

- Lo siento, pero… - sin embargo, me encontré frente a alguien completamente distinto a las chicas que solía ver con Hao.

- … - el niño, que estaba mirando a Hao, posó sus ojos en mí y gracias a ese gesto, descubrí que no era mucho menor que nosotros o al menos, mucho menos maduro. Mas tenía una expresión curiosa, entre tímido y decidido y aunque no quise aceptarlo en aquel momento, pensé de él algo que hacía mucho que no pensaba de nadie: "es lindo".

- ¿Nos acompañas? – detecté en la voz de mi socio el timbre de alerta, que significaba que aparentemente, había pensado lo mismo que yo. Y aunque no supe admitírmelo, eso me desagradó.

- Eh… Bueno.- cuando el chico sonrió aún más, sentí como si me derritiera y esto sólo consiguió alarmarme. No estaba dispuesto a fijarme en nadie, de momento. Decidí ignorarlo y dejar que Hao hiciera con él lo que quisiera.

- Hao, por cierto.- pronunció la presentación de siempre, con esa amabilidad falsa que utilizaba para llevar a quien fuera a la cama, que me hacía preguntarme por qué demonios, de escolares, me había agradado un infeliz como él.

Posiblemente, porque yo también lo era.

- Gracias.- murmuró el recién llegado, lo que me hizo deducir que Hao le había acercado una silla.- Soy Horo-horo.- su voz me llegó desde lejos y sin querer mirar (porque, según yo, no me interesaba mayormente), supuse que el infeliz en cuestión lo había situado bien cerca suyo.

- Un gusto, Horo.- Asco, me dije internamente, oyendo el tono que claramente declaraba que iba a seducir al nombrado, sí o sí.- Él es Ren.

Genial, me había presentado. Levanté la vista, con la intención de decirle al muy tonto, con los ojos, que no me metiera en su calentura y se fuera a coger lejos de mí.

- Qué tal… - pero, por algún motivo, antes de llegar a Hao, mi mirada topó con la de Horo-horo, que me estaba sonriendo de costado, como intimidado y aquella sencilla mueca fue mi ruina.

- Hoto-hoto…- Mierda. Malditos nervios.

Hao's POV

Sorprendido, miré a Ren, pero sólo durante un instante y sin alcanzar a hacer comentarios, ya que Horo-horo se me adelantó.

- ¡Es Horo-horo! ¬¬

- Como sea.- el chino volvió a concentrarse en las hojas. O al menos, eso le hizo creer al chico. Mas yo lo conocía y mucho: le había gustado.

- ¿¡Acaso quieres pelear!? – me resultó bastante tierno verlo fruncir el ceño. Horo-horo era adorable y algo dentro de esa cualidad me atraía mucho. Mientras Ren replicaba con una risita fría, para luego volver al trabajo, decidí no perder el tiempo.

- ¿Cuántos años tienes?

- … - su silencio me hizo, brevemente, sospechar que era menor de edad.- Veinte.- me volví hacia Ren, que a su vez, me había mirado.

"Menos de diecinueve", se decían nuestras miradas. Dios, hasta mintiendo, ese enano podía hacerte derretir.

- ¿Estudias, trabajas?

Ren's POV

Mientras Hao seguía con su interrogatorio, me percaté de que Hoto (como se me había tatuado su nombre en la mente) tenía agallas. Podía tener, fácilmente, dieciocho recién cumplidos, pero nunca veinte y el hecho de mentirle a un par de extraños y de atreverse a discutirme por lo de su nombre sólo denotaba su valor. Y eso era contradictorio, porque algo en su voz, en sus ojos y en sus facciones le brindaba un aire infantil.

- Estudio, pero… siempre tengo tiempo libre.- aquello me hizo entender que estaba de vacaciones y secretamente, lo envidié. Mis últimas vacaciones habían sido las de la escuela, hacía mucho.- ¿Y ustedes?

Sin saber por qué, el que dijera "ustedes" y no "tú" me gratificó lo suficiente como para volver la vista hacia ellos, contrariamente a lo que había determinado hacer al inicio.

- Nada del otro mundo. Poca acción, mucho dinero.

- ¿Enserio?

- ¿Qué, no estás acostumbrado a tener para comer? – me maldije, mentalmente.

Horokeu's POV

Sentí mucha rabia con su comentario, pero no encontré qué decirle a cambio. Además, mi enojo no se debió a lo que había dicho en sí… sino al hecho de que me hubiese dolido.

- ¡Oye, Ren! – Hao, que (entonces me di cuenta) era el más agradable de los dos, le reclamó el ser tan antipático y luego se dirigió a mí.- Discúlpalo, es tímido.

- ¿¡Cómo que tímido!? – tanto el comentario de Hao como la reacción de Ren fueron demasiado.

- ¡JAJAJAJAJA¡¡Con que un niño tímido!!

Eso le pasaba por portarse de aquel modo tan desagradable; podía no ser nada feo y tener millones en el bolsillo, pero yo no iba a dejarme insultar sólo por eso. Aunque, ignorando la razón, me dije que, si bien el pelilargo era el más amable, los dos terminaban siendo igual de interesantes, sin importar que el otro fuese un Grinch de pelo azul oscuro.

Todo lo que pasó después, fue excesivamente rápido. Recuerdo a Hao ordenando algunos tragos, el sabor amargo de la bebida y la sonrisa burlona de Ren al decirme que si no estaba acostumbrado, podía pedir una Coca-cola. Recuerdo que Hao me dijo algo, aunque ignoro qué fue exactamente, que me sonrojé y los ojos de Ren, fríos nuevamente. No recuerdo el tiempo pasando, ni cómo terminé subiéndome en el auto de Hao, que (eso lo sé) era inmenso, ni por qué sentí tanto miedo cuando Ren ya no estaba.

Hao's POV

Quería tirarlo sobre el sofá de una vez y hacerlo gemir hasta quedar afónico, pero al mismo tiempo, la idea de ser brusco con él (como cierto amargado que había desaparecido de repente) me hacía doler el estómago. Quizá por tratarse de alguien más joven o porque era hombre y en cierto modo, veía en él algunas de mis cualidades, la cosa era que, aunque no había mucha diferencia en el trato con mis demás conquistas, no conseguía olvidar que él era "Horo-horo" ni que aunque lo hubiese conocido esa tarde,poseía algo especial y dulce que, por algún motivo, temí arruinar.

- ¿Estás bien?- no pude evitar preguntarle, al verlo tomarse la cabeza con ambas manos. Sonreí al recordar su disputa con el chino sobre su resistencia para el alcohol. No supe si creer que poseía un orgullo de adulto o un afán de discutir de niño. Talvez, tenía un poco de ambos.

- Sí, sí, gracias.- volvió a mirarme y noté que le habían aparecido esas ojeras rojas típicas de la inexperiencia con la bebida. Aunque yo pensaba que era imposible, Horo se veía aún más irresistible…

- Y… ¿Tienes novia?

- Jeje, seguro.- su risita no fue del todo sincera y hasta detecté en su mirada algo de desánimo. De hecho, su expresión en entero me recordó a mi hermano.

- ¿Qué es tan gracioso? – quise saber, al tiempo que le acomodaba un mechón de cabello, casi por inercia. Él ni se inmutó, como si hubiese estado habituado a ello y este hecho ensanchó mi sonrisa.

- Nada…

- ¿Acaso te divierte la idea de tener una novia? – insistí, más que nada para cerciorarme de que mis sospechas eran ciertas. Horo se recostó en el sofá, súbitamente tenso y supe que yo estaba en lo correcto: mi nuevo amiguito tenía una pésima autoestima.

- Quizá… - bajo los efectos de la bebida, comenzó a atrapar moscas imaginarias en el aire y de un momento a otro, yo me estaba acercando.

- Y¿Por qué? – mis labios rozaron los suyos y en vez de alejarse, como temí, durante un breve instante, que lo haría, sonrió contra ellos y me miró.

- Nadie se fijaría en mí, Hao.

Fue su manera de decir mi nombre o incluso, el hecho de que era la primera vez que lo pronunciaba desde que nos conocimos; no lo sé. Lo que sí puedo confirmar, es que al segundo más tarde, mis manos sostenían su cabeza y mi lengua se abría paso dentro de su boca.

En esos momentos…

Ren's POV

Maldición. Yo sabía muy bien lo que iba a suceder donde Hao y tenía una idea de lo que seguiría después: Horo iba a esperar a volver a saber de él y mi socio, que ya lo habría llevado a la cama, se olvidaría del chico. Siempre ocurría lo mismo y nunca me afectó… hasta aquella noche.

Cuando quise reaccionar, estaba fuera del departamento de Hao, aterrado por mis acciones tan poco premeditadas y preguntándome por qué motivo no podía permitir que todo pasara sin mirar, desde lejos, como acostumbraba. Mas no encontré la respuesta, pero sí la llave oculta tras la maceta más grande, junto a la puerta y en menos de tres segundos, ya estaba dentro.

Hao estaba, literalmente, encima de Horo y el último, sobre el sillón, ya respiraba agitadamente y al verme llegar, lo vi. Vi que sonreía, aún si sus ojos reflejaban algo similar al temor. Pensé que, rayos, no entendía a ese chico, pero sí entendía a Hao y no lo respetaba y Horo-horo, muy a mi pesar, no podía pasar desapercibido ante mi persona.

Horokeu's POV

Justo luego de mi primer beso, obsequio de Hao, Ren apareció, como por magia. Lo miré y dudé, dudé acerca de por qué, si Hao me gustaba y me trataba como nunca nadie lo había hecho, me alegraba verlo, por qué sentía que el vernos de aquella manera lo alejaría de mi vida, como si yo lo hubiese conocido o él hubiese estado siempre allí. Era cruel y despiadado y Hao, aunque desde un inicio comprendí que no salía con una sola persona a la vez, cálido y en cierto modo, atento y de todos modos, la llegada de Ren, quizá por que yo estaba ebrio y por lo tanto todo se confundía, había sido una de las mejores cosas de aquella noche.

Por alguna razón extraña, Hao le sonrió y ninguno de nosotros dijo nada. Aunque nada era nítido, supe que, enseguida, quien me besaba era Ren y que sus labios eran completamente diferentes a sus palabras y acciones y que seguramente, alguien ya había sido víctima de ellos.

Ren's POV

Quise odiar a alguien. A Hao, por ser un caliente y por haber llevado a ese niño a nuestras vidas. A Hoto, por ser como era y por no poder abandonar sus labios. A mí mismo, por no haberme quedado en casa cuando podía. O quizá, a los tres.

Fue la primera vez que participé en relaciones de aquel tipo, no sólo homosexuales si no que, además, de a tres personas. Probablemente, uno de nosotros, es decir, Hao o yo, sobraba; nunca sabríamos quién, ni siquiera Hoto-hoto. Sin embargo, al oírlo gemir, cerrando los ojos y al tocar su piel, sintiéndolo temblar, al percibir lo acelerado que se había tornado su pulso y al conocer, repetidamente, la suavidad de sus labios y cuerpo en general, deseé, interna e involuntariamente, detestándome por ello, que quien sobrara fuese Hao. Por primera vez, de veras necesité que no estuviera ahí.

Hao's POV

Si hacer rabiar a Ren era rutina, esto merecía una medalla. El chino nunca admitía lo que realmente le molestaba y lo que podía dejar pasar, lo convertía en totales polémicas; no obstante, yo había visto a Horo-horo primero y por mucho que a mi compañero parecía atraerle, a mí me gustaba más y no pensaba dejarlo ir.

Además, Ren era de esos tipos que, aunque lo negaran, creían en el amor de verdad y en las parejas de toda la vida. Él quería volver con su ex y yo, sólo una buena noche. No iba a cederle a Horo con un contra-argumento como ése.


¡¡ Feliz cumpleaños atrasadísimo a Deftonsita, una amiga muy simpática y talentosa escritora, que comparte mi gusto por Horo como uke oficial!! (babea)

Espero que te guste la historia; traté de seguir tus indicaciones y salió ésto O.O

Si quieres más o menos de algo (ej: menos diálogo, más lemon xDDDD), tú dime no más; recuerda que éste fic es tuyo y para tí (duh!) y tiene que gustarte pueh:3

Felices 19 (?) :D nos vemos!

Y sigue con Hermosa Fantasía TOT