Para Kiriahtan, también te verán a ti...

Disclaimer: Los personajes de Naruto no me pertenecen

Aclaración: para mayor comodidad situar el texto tras la extracción del shukaku

Mirando las estrellas

Gaara se sentó sobre la fina capa de arena mientras un viento helado le arañaba las mejillas, no tenía sueño, no podía dormir después de todo lo que había pasado.

-¡¡¡Hola Gaara-kun!!!

Sobresaltándose, Gaara levantó un kunai, pero se tranquilizo al ver al kitsune sonreírle tranquilamente.

-Hola, Naruto-Kun

-¿No deberías estar descansando? –preguntó el rubio preocupado, mientras se recostaba en la arena junto al pelirrojo.

-Ya descansé lo suficiente, además, tengo cosas que hacer.

-Lo imagino, ser Kage es un trabajo muy duro…

-Pero obtienes tu recompensa – Naruto notó como a Gaara le brillaban los ojos de satisfacción – toda esta gente merece ser protegida, aunque hay momentos en los que desearía tener una botella de queroseno para poder quemar todos los informes.

-Jajajajaja – Naruto soltó una carcajada, divertido, pero de repente se calló -¡Mira!

-¿Qué pasa?

-He visto una estrella fugaz, hay que pedir un deseo.

-¿Y eso?

-Bueno, siempre me explicaron que las estrellas fugaces eran las encargadas de enviar los deseos de las personas a Dios, que nos observa desde el cielo.

-A mi me contaban otra historia…

-¿Cuál? - preguntó interesado Naruto.

- Me decían que, en realidad, las estrellas fugaces no son más que sonrisas, guiños o muestras de afecto que nos lanzan nuestros seres queridos que ya han fallecido desde el firmamento. Por eso, siempre me enfadaba cuando había tormenta, porque no me dejaba otear el cielo y buscar alguna señal, por pequeña que fuera, de que mi madre estaba allí arriba, mirándome.

-Esa es una historia todavía más bonita que la mia

-Llegó un momento en que pensé que era mentira… pero tú me has devuelto las esperanzas – Gaara esbozó una pequeña sonrisa.

Y ambos continuaron mirando el cielo, buscando estrellas fugaces…