Capitulo 29: Penumbra eterna
"Bajo la penumbra os mando, mis fieles mortifagos, arrasad con nuestros enemigos y los impuros, que la noche sea testigo del horror; horror que durara por siempre, al igual que esta noche…"
El silencio de la oscura penumbra era interrumpido por el sonido de cientos de pies marchando, las túnicas de las siniestras figuras ondeaban por el viento, las mascaras con facies grotescas y terroríficas ocultaban el rostro de los mortifagos. Los soldados del ejercito oscuro buscaban entre las calles a las personas que hubieran tenido la suerte, o tal vez no, de escapar de las criaturas invocadas por el Dark Lord
"…Salid serpientes, desgarrad a los enemigos de su amo, inoculen el veneno que es tan mortífero como el poder de la oscuridad…"
Serpientes de distintos tamaños se deslizaban por las calles de Hogsmeade olfateando el aire, buscando una presa a la que devorar, tenían el camino libre para eliminar a los enemigos de su amo,
"…Mis mortifagos, Gran Bretaña es nuestra, nada puede detenernos, solo queda eliminar a los magos que se nos oponen, son tan débiles que aun no han aparecido para enfrentársenos…"
Hermione observaba, desde la ventana de un pasillo, como en las afueras de Hogwarts se aglomeraban gran cantidad de criaturas oscuras, todas intentando destruir los escudos del castillo y así poder acabar de una vez con la poca resistencia que el ejército de Voldemort encontró. Serpientes enormes golpeaban las protecciones mientras gigantes azotaban el ahora visible escudo con mazas del tamaño de árboles, quimeras lanzaban fuego de sus fauces en distintas zonas tratando de encontrar alguna debilidad.
Hermione le había visto realizar las mismas acciones durante media hora, ella sabia que las protecciones del castillo eran lo suficientemente fuertes para protegerlos, pero estaban prácticamente atrapados, además no dudaba que Voldemort estaría próximo a llegar con sus mortifagos a terminar el trabajo que las criaturas no lograban conseguir. Miro a su izquierda donde el profesor Flitwick invocaba poderosos encantamientos sobre las paredes del castillo, unos metros más allá McGonagall transfiguraba unos calderos donde Snape colocaba grandes cantidades de lo que parecían ser pociones muy peligrosas e ilegales.
Miro hacia los terrenos donde un grupo de aurors transfiguraba e invocaba barricadas, vio al profesor Dumbledore en el tejado de la torre de astronomía creando grandes gárgolas de piedra que volaban alrededor de la torre.
Suspiro
No veía la manera en que pudieran aguantar si llegaba Voldemort, no si no tenias más ayuda, aunque era cierto que toda la resistencia mágica estaba conglomerada en Hogwarts estaban en desventaja numérica con respecto a el ejercito del Lord, Dumbledore era la única razón por la que nadie había entrado en desesperación, el poderoso mago podía destruir gran cantidad de mortifagos con un movimiento de su varita o incluso enfrentarse a Lord Voldemort, ese era el verdadero problema, si el director se ocupaba solo de Voldemort serian aplastados por los mortifagos y las criaturas mágicas.
Si tan solo Harry estuviera aquí…
"…La era oscura no solo se quedara en Gran Bretaña, se expandirá por Europa y luego por el mundo"
Lord Voldemort observaba la reacción de sus mortifagos ante lo que acababa de ser el último de sus discursos antes de que lanzara su ataque a Hogwarts, estaban todos excitados, sedientos de la sangre de sangre sucias y traidores a la sangre.
Era hora de actuar, de destruir a Dumbledore y a Hogwarts.
-Sigo pensando que esto no es lo correcto-
-Deja de quejarte, no morirás- Comentó despreocupadamente mientras revisaba que todo estuviera en orden.
-Eso es lo que crees tú, estoy seguro que ahora cualquier mortifago desea entregar mi cabeza al Lord- siguió reclamando el rubio.
-No eres tan valioso como yo-
-No seas engreído-
-No lo soy, solo digo la verdad Voldemort no ira por ti precisamente-
-Es un alivio…- murmuró enojado.
-Pero de todas maneras irán muchos mortifagos a por ti, te tienes que encargar de proteger a Hermione, Luna y Neville- dijo como si recién se acordara de algo.
Draco tenía una expresión como si acabase de tomarse un purgante excesivamente asqueroso
-¿Esperas que me maten?
-No exageres, eres bueno, además tendrás el apoyo de ellos, no creo que te cueste tanto- comentó tratando de quitarle importancia.
-Eres un maldito –murmuró el Rubio.
-Te oí, ahora para de hacer el tonto y tómame el brazo, ten lista tu varita apareceremos en Hogsmeade-
En cuanto Draco estuvo listo un remolino de fuego empezó a rodearlos, luego de unos segundos el fuego desapareció, y en vez de la cegadora vista anaranjada, apareció ante ellos una oscura como la noche.
Cientos de serpientes de todos los tamaños estaban rodeándolos, estáticas, sorprendidas.
-Apártense-
Cientos de voces, si así podemos llamarles empezaron a susurrar, en parsel, y aunque solo Harry podía entender el idioma le costó entender lo que decían, hasta que súbitamente se detuvieron y una de entre todas se adelantó unos metros.
-Eres el otro hablante del que el amo nos habló, lo siento pero debemos matarte-
Todas al mismo tiempo se lanzaron sobre ellos.
-¡Protego!- las serpientes chocaron contra el escudo invisible pero no dejaron de arremeter.
-Haz algo Draco, no quiero gastar mi magia aquí-
-Claro a mí me sobra la magia… ¡Bombarda!-
-¿Todo listo?
-Si mi Lord, los trasladores están preparados, en cuanto lo desee sus mortifagos aparecerán en Hogwarts-
-Excelente, comiencen a invadir-
-¿Y la barrera mi Lord?-
-Caerá apenas la toque, solo reúnanse llegare allí luego-
-Si mi Lord-
-Ah se me olvidaba… nunca me cuestiones ¡Crucio!-
Ciertamente si te encuentras con una criatura oscura, nadie diría que es una buena experiencia, cientos de criaturas sedientas de sangre no es lo que tu llamarías una manada de gatitos amistosos, y si le agregas a eso un centenar de mortifagos…
Pues el panorama no es muy alentador
Atrás habían dejado un rastro de sangre y restos de serpientes, era imposible para Draco lograrlo el solo, pero bajo la protección de un escudo solo fue cosa de tiempo para destruir a todas las serpientes.
Draco visiblemente agotado miro donde todas las criaturas y mortifagos parecían no haberse dade cuenta de la presencia de ambos magos.
-¿Y ahora qué?
Buena pregunta…
¿Atacar directamente?
¿Esperar?
Estaban claramente en desventaja, se sentía algo ¿excitante? Sabía que era muy peligroso, pero también sabía que podía enfrentarlos, ya no estaba esa cuota increíble de miedo cuando se enfrentaba a Voldemort o a los mortifagos.
No
Estaba emocionado, necesitaba pelear, liberar energía, su magia le pedía a gritos que la usara.
Recordó cuando Sirius se enfrentó a Bellatrix, como parecía estarlo pasando bien.
Sintió un calor enorme, era hora de actuar, no podía esperar más
Concentro su magia en su varita y apunto, necesitaba más que eso, trato de reunir el poder que había recibido, sintió el poder fluir, mil veces más poderoso que su magia.
Unas chispas saltaron de la varita y las bestias y los mortifagos se dieron cuenta de la ´presencia de los jóvenes magos.
-Eso no es bueno- murmuro Draco, mientras se colocaba en posición defensiva.
-¡Es Potter!- gritaron algunos mortifagos estúpidos.
Una sonrisa se curvo en el rostro del aludido.
-Es un placer pero deben desaparecer-
-¡Avada Ke…!- grito un mortifago pero se petrifico a mitad de la maldición debido a una intensa ventisca que arremolino una gran cantidad de lo que parecía ser humo alrededor del niño-que-vivió.
-¡Custos Caliginosus!
El humo formo remolinos que se dirigieron a gran velocidad en contra del grupo de mortifagos, haciendo que estos tuvieran que protegerse, muchos atónitos no alcanzaron a hacerlo y fueron arrastrados por el viento mortal, las criaturas algunas por su fuerte naturaleza mágica no fueron afectadas, pero una cantidad importante fue derribada.
Los remolinos aumentaron su velocidad y se unieron giro de forma tan rápida que no se distinguía la discontinuidad de la materia, parecía una sola gran masa moviéndose que poco a poco empezó a tomar la forma de un descomunal lobo de al menos tres pisos de altura, completamente negro y los ojos rojos como la sangre.
Un dragón tratando de demostrar su superioridad lanzo una gran lengua de fuego la cual impacto directamente en el lobo, pero no le causo ningún daño.
-Es mi turno ahora-
El lobo se movió a una velocidad increíble a pesar de su tamaño llegando inmediatamente al lado del dragón, aplastando a mortifagos a su paso, y con el poder de sus fauces separo la cabeza de la criatura al cortar su cuello.
Los mortifagos estaban atónitos y las criaturas no parecían estar en mejor condición mental, el mundo para todos comenzó a moverse a cámara lenta.
Mientras la cabeza del dragón caía lentamente un extraño humo negro se presentó en medio de todo, al disiparse el maligno rostro de Voldemort miraba fijamente a los ojos de Harry.
Un dolor en la cicatriz como hacía tiempo no sentía le nublo la vista, no podía ser… se suponía que ya no podía afectarlo de esta manera.
Estaban en verdaderos aprietos, debían moverse de allí.
La enorme cabeza finalmente se desplomo en el suelo y el tiempo volvió a su normalidad.
-Potter- La fría voz del Lord estremeció el cuerpo de la mayoría de los presentes,
No había tiempo para jugar, si se quedaban estaba seguro de que los matarían, hizo un complicado pero rápido movimiento con la varita y el lobo deshizo su forma y se comprimió condensándose en una esfera no más grande que una pelota de basquetbol, realizo otro movimiento como azotando un látigo y la "pelota" salió disparada hacia Voldemort.
El Dark Lord la desvió sin problemas y se estrelló contra la barrera de Hogwarts.
-Piensas… ¿acaso piensas que con eso podrías hacerme algo?
-No- contesto simplemente.
-¡Por supuesto que no! Ya soy el mago más grandioso de todos los tiempos-
-Y el más tonto – Tomo el brazo de Draco e inmediatamente un remolino de fuego comenzó a rodearlos.
-¡NO! ¡Avada Kedarvra!- lanzo la maldición asesina tratando de alcanzarlos.
Pero ya era demasiado tarde.
El fuego había desparecido y con el los dos magos.
-¿Qué esperan? ¡Ataquen el maldito castillo! –le grito a los mortifagos que junto a las criaturas comenzaron a atravesar el agujero en la barrera que había dejado el hechizo de Harry.
Aparecieron en las puertas de Hogwarts, en la lejanía de los terrenos se podía observar como el ejército oscuro entraba en los terrenos y se preparaba para atacar.
-Esto es absolutamente mucho mejor de lo que pensé- comento sarcásticamente Draco.
-Lo es realmente Malfoy-
Ambos jóvenes se giraron al reconocer la voz.
Las puertas estaban abiertas y la cara de Hermione estaba completamente seria.
-Hermione- dijo a modo de saludo el niño que vivió.
La chica se apresuró a correr hacia el y darle uno de esos abrazos que trataban de hacerle competencia a los de la señora Weasley.
-Me vas a matar- expiró ya sin aire en los pulmones.
-Oh lo siento, es que es bueno verte,aun en esta situación-
-Si claro y a mí que me parta un rayo- dijo fingiendo celos el Rubio.
La castaña rodo los ojos.
-Pero que infantil-
-No es tiempo para eso, ya vienen- dijo Harry señalando al ejercito del Lord que ya estaba moviéndose.
-Bien –dijo Hermione- Es hora de patear traseros mortifagos-
*Esquiva millones de maldiciones*
¡No me maten!
Enserio, si me dan un poco de tiempo para explicar…. Como ya puse en mi eprfil, no tengo tiempo, de verdad, estoy estudiando medicina y la verdad es que no tengo tiempo, menos ahora que se acercan los últimos exámenes.
Pero terminare esto, lo juro.
Se que la calidad va empeorando y el tamaño de los capítulos también, pero es que ya no es lo mismo, no tengo la práctica ni la agilidad de antes, uno se hace viejo ~_~
El fin de esta historia se acerca por si no lo han notado, espero poder hacerlo lo mejor posible y que le agrade a todos ustedes.
Gracias a los que me han expresado su apoyo a pesar de no continuar desde hace tiempo, sepan todos que leo todos los reviews y cada vez que alguien pone en alerta el fic o lo pone en sus favoritos me hace pensar que todavía no esta olvidado, me da animo y logro hacer tiempo y escribir un par de líneas, las ideas están, pero el tiempo es el que falta.
Gracias a todos una vez más, disculpen la demora y los errores.
Nos vemos!
Amoz