1 CAPITULO: LA NUEVA MISIÓN DE NARUTO. LA DECISIÓN DEL CONSEJO HYUGA

Bueno muchos ya me conocéis por mi fic "En busca de una antigua espada". Dos lectores comunes de mi fic pedían una continuación y aquí les traigo su petición. Espero que mis lectores comunes y no tan comunes me leáis también y espero no decepcionarlos, sobre todo a los que ya me conocen. Bueno he de decir que saldrán personajes que ya salieron en mi anterior fic, por lo que la gente que los vea aquí no se extrañe porque es una continuación unos tres años después de la historia que yo escribí.

Habían pasado ya un año desde que Akatsuki había sido eliminado y de que Orochimaru fuera derrotado totalmente. Sasuke había vuelto a la aldea y se había disculpado ante toda ella por su comportamiento. Parecían tiempo de paz para Konoha, pero el consejo especial de Konoha estaba reunido en una reunión extraordinaria.

Tsunade observaba a los miembros del consejo de reojo. La situación podía ser critica si no se hablaba a tiempo, por lo que había que actuar de inmediato.

- Bueno, ahora pasaré a daros los datos sobre lo que ocurre - dijo un miembro del consejo y los demás solo asintieron - . Como sabrán, se ha estado hablando mucho de la formación de un grupo de ninjas renegados y que desean obtener el control de todas las aldeas. No se conocen todos los datos, pero se dice que varios de ellos son mucho más fuertes que los miembros que formaban Akatsuki.

- He oído que han atacado ya la aldea de la niebla – comentó otro miembro del consejo.

- Así es – respondió el primero - . La aldea de la niebla tiene fama por sus técnicas de sigilo a la hora de combatir, sin embargo, no han podido resistir el ataque de ese grupo ninja. No se sabe con exactitud cuantos ninjas forman el grupo pero si se conoce que los líderes forman un grupo de cinco ninjas que sepamos.

- ¿Se conocen sus identidades? – Preguntó Tsunade cruzando los brazos.

- No se conoce ninguna de sus identidades. La aldea de la niebla fue derrotada por una serie de ninjas que por lo visto pertenecen al rango medio de la categoría.

- Eso quiere decir que los más fuertes no se dieron a mostrar – comentó Tsunade.

- Que sepamos no. No tenemos información de tal cosa. Lo que sabemos es que debemos prepararnos para una guerra inmediata, que puede que no ocurra dentro de mucho.

- Tenemos la ventaja de saber que el grupo está formado por varios grupos de distintas aldeas, por lo que podremos prepararnos para los ataques de las distintas aldeas – dijo otro miembro.

- Hemos pensado en eso y se están llevando los preparativos. De todas formas Tsunade-sama, en lo que corresponde a las misiones de los ninjas, hemos decidido que deberíamos reducirlas. Solo aceptaremos misiones importantes de verdad.

- Ya veo… en eso tenéis razón. Estamos en peligro de ataque y no podemos mandar a nuestros guerreros fuera. Aún así me gustaría mandar un grupo para pedir ayuda de las demás aldeas.

- ¿Va a mandar a alguien Tsunade-sama?

- De todos los ninjas de la aldea, hay dos que me gustaría encargarles este trabajo. Se ausentaran por bastante tiempo y no les mentiré, son dos de nuestros mejores guerreros, pero también son los que más contactos tienen con las otras aldeas.

- Sí así ha de ser no tenemos otra opción.

Al acabar la reunión, Tsunade regresó a su despacho. Shizune le trajo un té que Tsunade agradeció.

- La situación es crítica, ¿verdad Tsunade-sama? – Preguntó Shizune preocupada.

- Si, de eso no hay duda. No sé que podremos hacer en caso de una guerra. Nos ha costado mucho salir de los daños de las batallas contra Akatsuki y Orochimaru, y ahora esto.

- Seguro que saldremos adelante.

- Eso espero Shizune. Busca a los dos que te dije por favor.

- En seguida.

Hinata se encontraba esperando sentada en un banco del parque. Había quedado con Naruto para poder estar los dos solos, pues desde que había terminado la batalla con Akatsuki hacía un año casi no podía estar con el porque estaba muy solicitado. No recordaba haber podido estar en una cita normal con el desde el festival de Konoha tres años atrás. Al fin lo vio llegar.

- ¡Ey Hinata!

Naruto llegó corriendo y Hinata se levantó para recibirle con una sonrisa en su rostro.

- Siento si llego tarde – se disculpó Naruto con una pequeña reverencia.

- No tranquilo – dijo Hinata con una sonrisa.

- Y bueno… ¿a dónde quieres ir?

- ¿Qué tal si damos un paseo? – Preguntó Hinata con una sonrisa que a Naruto le encantó y le hizo poner feliz.

- Si eso es lo que quieres vale.

Caminaron por el parque durante un buen rato y finalmente se sentaron en un banco tras media hora de caminar. Los niños jugaban en los columpios con sus padres y las flores transmitían su dulce aroma al lugar.

- Hinata, hace mucho calor, ¿quieres un helado?

- Sí, estaría bien.

- Espérame aquí y ahora vuelvo.

Naruto se marcho y Hinata se quedó mirando a los niños jugar. Le encantaba ver como los niños jugaban en los columpios con sus padres. De repente le vino a la cabeza la imagen de Naruto y ella jugando con un niño en uno de los columpios y se sonroja, borrando en seguida ese pensamiento de su cabeza. Naruto regresó al poco con dos helados de vainilla, uno en cada mano.

Hinata se fue tomando el helado poco a poco, mientras que Naruto se lo tomaba con más energía. Cuando terminó su helado, Hinata miro de reojo a Naruto quien estaba mirando el cielo con una sonrisa en su rostro.

- Sabes Hinata – dijo Naruto de pronto - . Me encanta poder estar a solas contigo.

- ¿D… de verdad?

- Sí. Cuando nos separamos por el entrenamiento con Ero-senin me sentí muy triste por no poder estar a tu lado y además me molestó bastante no poder pasar este último año mucho contigo.

- Naruto-kun… - pensó Hinata.

- Hinata, te amo – dijo Naruto mientras miraba a Hinata y luego la besó.

Hinata correspondió el beso de muy buen grado, no recordaba la última vez que había recibido uno de Naruto. Para ella el tiempo es como si se hubiera detenido, los segundos parecían minutos y los minutos horas, deseaba quedarse así para siempre.

- ¡Ey Naruto escucha!

Naruto y Hinata se llevaron un gran susto y separaron sus labios de golpe. Miraron a quién los había asustado y era Sasuke. A su lado estaba Sakura sosteniendo en sus brazos a niño pequeño de cabello negro.

- Sasuke… no me asustes así.

- Necesito hablar contigo un momento Naruto. ¿Te importa?

- No para nada.

Naruto y Sasuke se marcharon de allí y Sakura se sentó al lado de Hinata. Hubo un pequeño silencio entre las dos, que pronto fue roto por Sakura.

- Dime Hinata, ¿cómo van las cosas con Naruto?

- Pues… bien… más o menos bien…

- Me alegro – dijo Sakura con una sonrisa y movió en sus brazos al bebé.

- Como ha crecido…. – comentó Hinata mirando al pequeño.

- Sí – afirmo Sakura - . Crece muy deprisa y se parece mucho a su padre, no para quieto.

- Entonces es igual que Sasuke, ¿no?

- Más o menos.

- ¿Y las cosas entre Sasuke y tú como van?

- Bastante bien. Pero creo que se marcha hoy a una misión que le llevará mucho tiempo.

- ¿Ah sí?

- Si, creo que también irá Naruto con el.

- ¿¡Cómo!? – Fue lo único que Hinata pudo decir al oír la noticia.

Un poco más lejos se encontraban Sasuke y Naruto hablando, en un lugar donde las chicas no los oían.

- ¿Es cierto eso que dices Sasuke?

- Si. Shizune me ha dicho que Tsunade-sama quiere que hagamos eso.

- Es decir, que tenemos que ir en busca de ayuda a distintas aldeas.

- Así es. Tú tienes muchos conocidos en aldeas vecinas y en lugar más remotos, quiere que busquemos a la máxima ayuda posible tú y yo con nuestros contactos.

- Ya veo… - Naruto se sintió un poco apenado. Parece que pasara lo que pasara jamás podría estar mucho tiempo con Hinata como el deseara.

Sasuke y Naruto regresaron donde Naruto y Hinata en seguida y les dijeron que se tenían que ir.

- Lo siento Hinata, ¿nos vemos luego vale? – Dijo Naruto con una sonrisa que mostraba su tristeza

- Si… - respondió Hinata.

Tras la marcha de Naruto y Sasuke, Hinata se quedó un poco más con Sakura y luego se marchó. Por el camino caminaba con la cabeza agachada. Parecía que jamás podría estar a solas con Naruto por mucho tiempo. Ya hacía tres años que le había confesado sus auténticos sentimientos y aún no había podido pasar más de dos días con el.

Hinata no miraba por donde iba y de pronto chocó contra alguien y cayó al suelo.

- Ay… ay… lo siento mucho y… - Hinata se calló al ver con quien había chocado.

- ¿Estás bien Hinata? – Preguntó Shiro que estaba de pie delante de Hinata y la ayudó a levantarse.

- Gracias…

- ¿Qué te pasa? Te noto un poco deprimida.

- Pues…

- Bueno… veamos… - Shiro miró a su alrededor - . Mira, vayamos a ese restaurante de allí y me lo cuentas, ¿vale? – Hinata solo asintió.

En el restaurante Hinata le contó todo a Shiro. Shiro solo escuchaba con atención y asentía mientras comía los onigiris.

- No me puedo creer… que no pueda estar mucho tiempo con Naruto… estando los dos tan cerca… - dijo Hinata con cabeza agachada, sin probar bocado.

- Bueno… se ha hecho un ninja muy importante y famoso por derrotar a los de Akatsuki Hinata. Es normal que este muy liado.

- Lo sé pero… pensar que ahora… se ira a esa misión… y no se cuando lo volveré a ver… - Hinata se puso las manos en la cara para que Shiro no la viera llorar.

Shiro se quedó bastante apenado al verla llorar y se levantó de la mesa y fue a su lado. Se arrodillo a su lado y puso la cabeza de Hinata en su pecho que comenzó a soltar lágrimas de una manera descontrolada.

- Ya he oído lo de la misión Hinata… pero no te preocupes…. Naruto es rápido y no creo que está misión le tome mucho tiempo… ya verás como volverá en una semana o dos…

Hinata alzó la cabeza y Shiro pudo ver que por su rostro aún caían lágrimas.

- ¿De verdad?

- Claro que sí – le contestó Shiro con una sonrisa y le limpió con un dedo las lágrimas de sus ojos.

Tras un poco más de rato, Shiro y Hinata se despidieron y Hinata se fue a su casa a dormir. Al día siguiente, Naruto y Sasuke ya estaban listos para partir. Hinata acompañó a Naruto hasta la puerta para despedirle. En la puerta lo abrazó con todas sus fuerzas deseando que no se fuera, que al agarrarlo el se negará a ir en la misión.

- No te preocupes Hinata… volveré dentro de poco ya lo veras – dijo Naruto para calmar a Hinata mientras le acariciaba su cabeza.

- ¿De verdad?

- Claro – contestó Naruto con una sonrisa y lo beso.

Por otra parte, Sasuke estaba abrazando a su hijo pequeño y besando a su vez a Sakura. Cuando separaron sus labios, Sasuke devolvió el bebé a Sakura.

- Ten cuidado, ¿quieres? – le dijo Sakura a Sasuke.

- Claro. No te preocupes.

Finalmente Sasuke y Naruto se fueron y pronto Sakura y Hinata los perdieron de vista. Hinata regresó a su casa y estuvo todo el día encerrada en su habitación, sin saber que no muy lejos de allí se estaba celebrando una reunión entre los miembros más importantes del clan Hyuga.

Hiashi estaba sentado escuchando lo que decían los miembros del consejo del clan Hyuga.

- Hinata-sama ya tiene 16 años y sigue saliendo con ese chico bestia de Naruto Uzumaki y sabéis que no podemos seguir consintiéndolo – dijo uno de los miembros.

- Es cierto. Un Hyuga solo puede contraer matrimonio con otro Hyuga.

- Hiashi. Tú has roto algunas normas de los Hyuga entrenando a Neji Hyuga el hijo de tu hermano pequeño, pero en estas circunstancias esperemos que no te niegues a aceptar que cuando tu hija tenga 18 años deberá prepararse para el matrimonio con un miembro del clan verdad.

Hiashi guardó silencio por un momento y finalmente contestó.

- No, no voy a negarme. Es una ley que hay que respetar y yo lo haré.

- Entonces nos gustaría que se lo comunicaras a tu hija cuanto antes.

- Pero se negará – dijo Hiashi - . La conozco bien y se que se negará, no querrá olvidar a Naruto Uzumaki fácilmente.

- Habíamos pensado en eso y hemos decidido que lo mejor será borrarle la memoria de todo lo relacionado con Naruto Uzumaki y cuando él vuelva haremos lo mismo.

- Entiendo… - asintió Hiashi.

Al día siguiente Hinata no salió de su habitación para nada y tampoco comió mucho. Est preocupo mucho a los sirvientes de la casa principal e informaron a Hiashi que tan solo dijo que no se preocuparan que el se encargaría...

Al caer la noche, Hinata salió de su habitación para mirar las estrellas. Fue al patio, en donde se sentó en uno de los bancos y alzó su vista para mirarlas. Recordaba mucho cuando las veía con Naruto y deseaba que pudiera volver ser así, pero nada había que hacer ya. Naruto se había ido a una misión y no sabía cuando volvería. Hinata oyó los pasos de alguien que se acercaba y al alzar la vista vio que era su padre. La mirada de su padre estaba más seria de lo habitual, lo que asustó a Hinata, que se levantó del banco y fue hacía el.

- Padre, ¿qué es lo que ocurre?

Hubo un silencio y finalmente Hiashi habló.

- Hinata, debes olvidar a Naruto Uzumaki.

- ¿Eh?

- Cómo bien sabrás, en el clan Hyuga el matrimonio con gente de fuera del clan está prohibido. El consejo principal del clan ha acordado que debes dejar de ver a Naruto Uzumaki.

- ¿¡Cómo!? ¿Por qué? – Preguntó Hinata alterada y sorprendida por lo que acaba de oír.

- Tienes ahora mismo 16 años y sabes bien que cuando cumplas los 18 debes prepararte para el matrimonio y no podemos permitir que sea con alguien ajeno a nuestro clan.

Hinata agacho la cabeza incapaz de decir nada. No podía creer lo que estaba oyendo. Querían que olvidara a Naruto, a la persona que ella amaba más que la vida misma.

- El consejo ha decidido borrarte la memoria para que te olvides por completo de Naruto Uzumaki y lo mismo haremos con el cuando vuelva.

Hinata miró a su padre sorprendida sin poder creerse lo que estaba oyendo.

- ¡No padre! ¡Yo amo a Naruto con todo mi corazón! ¡No quiero a nadie más que…! – Pero la voz firme de su padre le hizo callarse.

- ¡Escúchame Hinata! ¡Vas a ser la heredera del clan Hyuga y no podemos consentir que contraigas matrimonio con alguien ajeno a nuestro clan!

Hinata guardó silencio. Apretaba con fuerza sus manos las cuales las tenía unidas.

- Espero que lo hayas entendido.

Hiashi dio la vuelta a Hinata y comenzó a caminar pero la voz de su hija le hizo detenerse.

- No pienso… no quiero olvidar a Naruto… el lo es todo para mí… ¡No pienso olvidar a Naruto! – Gritó Hinata entre lágrimas.

Hiashi se giró y miró a su hija con firmeza. Lo que había dicho lo había dicho con firmeza pero en ese momento estaba temblando. Hiashi se acercó hacía ella. No podía contener más la ira que Hinata había acabado de desatar y alzó la mano y vio como Hinata cerró los ojos con fuerza y con miedo. Hiashi no pudo contenerse más y bajo la mano con fuerza y furia.

Hinata esperaba que padre le pegara al menos una buena bofetada. Quisiera o no, le había contradicho y había renunciado a aceptar una decisión del conejo de la familia. Durante unos segundos no pasó nada y Hinata pensó que quizás su padre estaba esperando a que ella le mirara para golpearla. Hinata habría los ojos y la imagen que vio no era la que esperaba ver. Shiro estaba delante de ella sosteniendo con firmeza la mano de su padre.

- ¿Qué es lo que ibas ha hacer Hiashi? – Preguntó Shiro con un tono muy serio, un tono que Hinata jamás había visto en el.

- Este es un tema familiar Shiro, no te incumbe para nada.

- Te recuerdo que aunque Hinata tenga 16 años sigue estando bajo mi protección, por lo que también debo protegerla de ti.

Shiro soltó del brazo de Hiashi de muy mala gana y se giro hacía Hinata. Hinata tenía la cara agachada y por sus mejillas las lágrimas caían como un río.

- Hinata… ¿estás bien?

Shiro posó sus manos sobre los hombros de Hinata y notó como está estaba temblando. Hinata lo separó y salió corriendo. Shiro corrió tras de ella pero se paró al poco y la perdió de vista en segundos.

- ¡Hinata!

La voz de Shiro hizo un pequeño eco que pronto fue tragado por la oscuridad. Tras unos segundos, Shiro se giró y camino hacía Hiashi hasta colocarse delante suya.

- Dime ahora mismo lo que está pasando Hiashi.

- Los asuntos de la familia Hyuga no te incumben Shiro. Así que márchate – dijo Hiashi mientras empezaba a caminar hacía su habitación.

- Soy el cuidador de Hinata, así que si que me incumbe todo lo que tenga que ver con ella. ¡Así que explícame ahora mismo que está pasando!

Hiashi se detuvo pero no se giró.

- El consejo del clan ha decidido que borraran la memoria de Hinata para que se olvide Naruto Uzumaki.

Shiro quedó impactado al oír eso.

- ¿¡Y se puede saber por qué?

- Ya sabes que cuando un Hyuga cumple los 18 años debe prepararse para el matrimonio, ¿verdad? El matrimonio de un Hyuga solo puede ser con otro Hyuga, así que no podemos permitir que Hinata se case con alguien ajena a la familia.

- ¿¡Pero tú te estas oyendo lo que estás diciendo Hiashi!? ¡Estás hablando de tú hija como si fuera un objeto! ¡No tenéis ningún derecho de privarla de lo que ella desea!

- La decisión ha sido tomada Shiro, márchate.

Hiashi se marchó del patio y Shiro se quedó solo. Apretó sus puños con fuerza y estuvo maldiciendo a los miembros del clan Hyuga por su decisión.

- Esto no es lo que importa ahora, lo importante es encontrar a Hinata – pensó Shiro y salió de la casa principal del clan Hyuga en busca de Hinata.

Shiro estuvo buscando por un buen rato pero al final dio con Hinata. Ella estaba sentada en un columpio balanceándose lentamente y con la cabeza agachada. Shiro se acercó lentamente a ella.

- Hinata… - dijo Shiro al colocarse a su lado pero Hinata no levantó la vista.

- Ya… has hablado con mi padre… ¿verdad?

- Sí…. – contestó Shiro con tristeza al notar la tristeza en la voz de Hinata.

- Entonces… ya lo sabes…

- Sí.

- Dime Shiro-sensei… porque no… porque no puedo ser feliz con Naruto… porque no puedo estar a su lado como deseo… - las lágrimas comenzaron a caer al suelo mientras Hinata hablaba y Shiro notaba como cada palabra de Hinata mostraba signos de una profunda tristeza - . Yo lo único que deseo es estar con el…

Shiro no dijo nada.

- A Naruto-kun lo conocí aquí… en este columpió… yo me caí de aquí y el me tendió su mano para ayudarme a levantarme… aún recuerdo lo cálida que estaba su mano… yo era pequeña…

- Sí, me acuerdo de ese día, yo había ido a comprarte un helado y te deje sola un momento y cuando te oí llorar volví corriendo y cuando te vi ya estabas con el.

- Sí… el me tranquilizó… - Hinata apretó con sus dos manos, con fuerza, las cadenas del columpio y guardó silencio.

Shiro no fue capaz de decir nada.

- Yo no… yo no quiero… yo no quiero… ¡yo no quiero olvidarme de Naruto! ¡Ni quiero tener que estar con otra persona que no sea Naruto! – Hinata uso sus manos para ocultar su cara y comenzó a llorar desconsoladamente.

Shiro sonrió levemente y se arrodilló delante de ella.

- No te borraran la memoria Hinata.

Al oír esto Hinata apartó las manos de su rostro y miró a Shiro que estaba arrodillado delante de ella.

- Yo no permitiré que te borren la memoria. Si intentan hacerlo se los impediré aunque tenga que enfrentarme a todo el clan Hyuga.

- Shiro-sensei…

- Naruto es una persona maravillosa y no puedo imaginarme a otra persona mejor que el para que este a tú lado. Así que no te preocupes. Yo me ocuparé de que podáis estar juntos para siempre.

- Shiro-sensei… ¡Shiro-sensei! – Hinata se lanzó sobre Shiro rodeándolo con sus brazos y comenzó a llorar sobre su hombro.

- No te preocupes Hinata, todo irá bien – le dijo Shiro a Hinata mientras con su mano acariciaba la cabeza de Hinata y la dejaba llorar en su hombro.

Desde la entrada del parque, Hiashi observaba la escena. Sentía dolor por ver a su hija así pero sabía que las cosas debían ser como estaba decidido.

- Lo siento Hinata… pero las cosas son así… cuando te borremos la memoria no recordaras nada de esto… - pensó Hiashi mientras apretaba con sus dos manos el bastón de madera. Hiashi miró al cielo y observo como las estrellas brillaban con una fuerte intensidad y se sintió enormemente culpable por lo que estaba haciendo.