Kentarô sirvió el desayuno mientras Takeshi leía el diario. Esto ya era costumbre desde que se habían mudado juntos, todas las mañanas, a la misma hora. Los domingos eran la excepción, ya que al no tener que ir a trabajar dormían hasta más tarde o bien almorzaban directamente; todo dependía de la hora.

Y esa mañana, como siempre, el duklyon rojo besó la mejilla de su marido después de que éste le agradeciera el desayuno. Más tarde, luego de arrasar con todos los suculentos platos mañaneros y de beberse el café, los recién casados lavaban y secaban los platos.

- Nee, Kentarô - esto fue lo que produciría un pequeño cambio después de tanta monotonía. Por fin.

- ¿Qué sucede, Takepon? - le sonrió después de guardar el último plato.

- ¿Por qué en vez de "esposo" te autodenominas "esposa"? - dijo con mucha curiosidad mientras le desanudaba el delantal. Kentarô todavía no podía creer lo cariñoso que se había vuelto el defensor azul.

- Pues, desde que era pequeño estoy acostumbrado a ver a las mujeres nada más hacer todo lo que a mi me gustaba: cocinar, lavar, limpiar… - mientras el que hablaba pensaba si había algo más que le gustase hacer, Takeshi se preguntaba cómo le podían agradar esas tareas - ¿Y por qué la pregunta?

- Porque es algo que siempre me había llamado la atención - Kentarô se le acercó y le sonrió; él posó una de sus manos sobre la mejilla de éste -. Además es raro, porque eres hombre… - eso era algo que Takeshi sabía muy bien, dadas sus circunstancias - Y por eso… es raro

- Dijiste "raro" dos veces - lo corrigió.

- Lo sé, es que no tengo otra forma de definirlo - se miraron a los ojos -. La verdad me gustaría más presentarte como mi esposo que como mi esposa - esta vez Takeshi esperaba alguna respuesta como "otra vez tu obsesión" con lo normal o algo así, pero en cambio Kentarô le respondió con voz suave:

- Mientras me presentes como tuyo, yo no tengo problema en ser lo que quieras.

Luego de compartir sonrisas, sólo se dieron un beso o dos.


N/A: todavía les debo el Omake del otro fic. Creo que lo haré navideño. Pero no prometo nada!