LA PRIMERA SALIDA

Al fin era sábado, y con él venía la primera salida de su último año en ese colegio al pueblo de Hogsmade. A las nueve de la mañana ya se podía ver como a través de las grandes puertas de madera iban saliendo pequeños grupos de alumnos en dirección al pueblo. Entre esos alumnos se encontraba el conocido trío dorado de Grifindor, ahora todavía más conocido después de haber vencido al mago Oscuro, o simplemente a Voldemort, con quien estuvieron luchando durante el final de su sexto año y el verano anterior. Finalmente Harry Potter había vencido, y en todos los medios de comunicación había salido la noticia con grandes vitoreas de felicidad, convirtiéndole todavía en un personaje más famoso, pero junto a él arrastro a sus dos amigos, por un lado a su inseparable y fiel amigo Ron Weasley, y por otro lado a la inteligente y audaz Hermione Granger.

Pero ahora estaban en el colegio de nuevo, volvían a su rutina de clases, a excepción de esos sábados en los que les daban permiso para ir a pasar el día en el pueblo, para poder relajarse y evadirse un poco del curso.

-¿Qué os parece si vamos a visitar a mis hermanos?- preguntó un entusiasmado Ron mientras entraban en el pueblo.

-Buena idea, este año pienso seguir los pasos de mi padre en el colegio y pienso divertirme al máximo- sentenció un orgullos Harry por querer ser como su padre- y esos dos pueden darme muchas ideas, por algo fueron los sucesores de los Merodeadores en cuanto a bromas se conoce.

-Como queráis, pero Harry- dijo una algo picada Hermione por las intenciones de sus amigos- no os paséis, o por lo menos avisad- y esta vez sonriendo un poco más- recordad que soy premio anual y…bueno, supongo que algún privilegio podré otorgaros.

Así pasaron un rato los chicos paseando por las tiendas, tomando algo en el bar de las Tres escobas, hasta que finalmente, a las 3 de la tarde, cuando calcularon que los gemelos tendrían menos trabajo se dirigieron a su tienda.

-Buenas!- saludaron los tres a coro en cuanto entraron el lugar.

-Buenas tardes chicos- saludo un pelirrojo que estaba detrás del mostrados, aparentemente trabajando- ¿Qué tal os va todo?

-Muy bien George- contestó Ron, sabiendo que sus amigos todavía tenían ciertos problemas en lo que significaba diferenciar a sus hermanos- ¿Y Fred, por donde anda?

-Esta arriba, ahora le llamo.

-Deja- saltó Hermione- ya subo yo y le aviso, que de paso voy un segundo al baño

Sin más la chica subió al piso que había encima de la tienda, y que los gemelos habían habilitado como su residencia. En cuanto llegó a la puerta llamó, pero al no recibir ninguna contestación decidió intentar entrar, al encontrar la puerta abierta se adentró poco a poco intentando llamar al supuesto chico que debería estar allí.

-¿Fred?, ¿estas aquí?- la chica iba adentrándose poco a poco en el piso, observando como lo tenían decorado. Pasó por un pequeño recibidor donde había una mesita donde dejar las llaves y un perchero, ahora estaba en el salón, donde había un sofá de tres plazas y uno de dos encarados a una chimenea y una televisión, pudo observar como a un lado de la sala, en una pared habían unas cuantas estanterías repletas de libros y algunas fotos enmarcadas como decoración. Se puso la chica a ojear los libros que había cuando de golpe una voz la sorprendió.

-Es tuyo a cambio de tu nombre- dijo un pelirrojo detrás de la chica.

-Pues me va a salir realmente barato- le contestó la chica girándose divertida por el echo de que no la reconociese.

-¿Hermione?

-Así es- dijo la chica sonriendo al principio por la cara se sorpresa y luego sonrojándose un poco al ver como el chico solamente vestía uno pantalones tejanos, que por cierto le quedaban de miedo.

-Joder menudo cambio, estas preciosa.

-Gracias. Estamos todos abajo, baja en cuanto te cambies, queríamos ir a tomar unas cervezas de mantequilla.

-Claro, dame diez minutos.

La chica bajo de nuevo con los otros tres chicos, esperaron dos minutos, y una vez estuvieron todos los dos gemelos cerraron la tienda y salieron los cinco a tomar algo. Mientras iban por la calle Hermione iba charlando con los chicos, pero en cuanto estos se ponían a hablar sobre deporte ella desconectaba un poco, y fue en uno de esos momentos en los que se dio cuenta de que muchas de las chicas que había por la calle los miraban, muchas con envidia hacia ella, muchas otras embobadas con los cuatro chicos que había a su alrededor. Y es que a causa de la guerra tanto Harry como Ron habían conseguido un cuerpo de ensueño, y lo que representa a los gemelos, bueno todavía mantenían un buen cuerpo gracias al deporte, el único punto que la chica consiguió encontrarle al deporte.

Después de estar paseando un rato por las calles los chicos decidieron entrar a un bar del pueblo, uno que no estuviera exageradamente lleno de manera que pudiesen conversar tranquilamente sin verse obligados a gritar. Y una vez instalados en una cafetería.

-Y bueno ¿Cómo van los asuntos del corazón?- empezó con una sonrisa pícara en los labios George- sabemos que Harry está con nuestra hermana pequeña, pero con vosotros don que pasa, ¿Algo especial?

-La verdad es que yo si- contestó un sonrojado Ron- estoy saliendo des de hace poco con una chica del colegio, no se si la conoceréis, se llama Luna Lovegood.

-¿Con Lunita?- saltó un sorprendido Fred- ya era hora de que te dieras cuenta!

-¿Cómo?, ¿qué sabéis vosotros de esto?-preguntó un muy sorprendido Ron.

-El año pasado nos hicimos buenos amigos de la chica, pasaba mucho por la tienda, y nos ayudó un par de veces en algunos asuntos, y bueno, con el tiempo, nos confeso que le gustabas mucho, sólo era cuestión de tiempo- relató esta vez George.

-Ya ves Ron, lo sabían todos menos tú, y luego intentas convencerme de que no eres un despiste con patas- se rió Hermione de su amigo.

-¿Y tu Hermione? ¿Estas con alguien?

-No- contestó secamente la chica desviando la vista y endureciendo un poco la vista. Ante esto los gemelos miraron curiosos a los dos chicos que en seguida hicieron gestos para que cambiasen rápido de tema.

-¿Qué os parecería quedaros esta noche en nuestra casa?, podríamos enviarle una lechuza a Dumbledor, seguro que os deja, después de todo sois los salvadores del mundo mágico, no hay de que temer- propuso rápidamente George, ya que su hermano se había quedado observando a la castaña sin importarle nada.

-Chicos quedaos vosotros- dijo Hermione levantándose de la mesa e intentando sonreír un poco- yo debo volver, esta noche tengo ronda, y mañana tengo que dar unas clases de repaso a unos chavales de primero y segundo, ya nos veremos, y tranquilos yo aviso al director- y sin dejar decir nada a los chicos salió disparada del lugar hacia el colegio, o eso suponían sus amigos.

-¿Qué le pasa?- preguntó un Fred bastante serio, algo muy extraño en él.

-La verdad es que ni nosotros lo sabemos- contestó Ron, ignorando la mirada de Harry- des de hace un tiempo que está así.

-Harry.

-Yo no tengo nada que decir- se defendió el moreno.

-claro, y nosotros fuimos alumnos modelos en el colegio, anda, empieza a cantar.

-No es una buena idea chicos…-pero ante la mirada de los tres pelirrojos el muchacho no vio otra escapatoria que decir la verdad.

-Está bien, está bien. Supongo que sabéis la historia con Krum y todo ese rollo. Pues bueno, ella se lo pensó mucho antes de aceptar la propuesta de chico por que en realidad ella estaba enamorada de otro, pero como este no le hacía ningún caso decidió darle una oportunidad, y así intentar olvidarse del otro. Parecía que las cosas iban bien, pero a finales del verano se enteró de que Víctor la había engañado durante el tiempo que estuvo con nosotros luchando, la engaño con una animadora, y ella se enteró por los periódicos. Eso la afectó bastante, pero la bomba gorda estalló cuando el chico del que estaba enamorada empezó a salir con otra. Des de entonces se dedica solo a sonreírle, aceptar su decisión, e incluso apoyarle en algo, pero no lo acepta, y todavía le duele, o por lo menos eso deduzco yo por las veces que la escuche llorar- finalizó el chico mirando hacía el horizonte, con la mirada perdida y pensando en que su amiga lo mataría en cuanto se enterase de lo que había contado esa tarde, y sobretodo a quien se lo había contado.

-¿Y se puede saber quién es ese idota?- saltó enfadado Ron, sobretodo al saber que su amiga no había confiado en él para eso que tanto le dolía.

-Todos sabemos que eres un completo idiota Ron- contestó George mirándolo significativamente.

-No te pa…-pero el chico no finalizó la frase al darse cuenta de lo que eso significaba- seré idiota.

-Nadie lo niega.

-¿Y tú no podías decírmelo antes burro?- le gritó el joven de los pelirrojos a Harry.

-¡EI!, a mi no me culpes, ella no quería decirte nada y yo no era quien debía hablar, era su opción.

-Joder- se quejó el chico- como odio hacerle daño, justamente a ella.

-¿Lo dices por algo especial?- preguntó esta vez Fred, tenía un mal presentimiento.

-Durante la guerra, Voldemort descubrió quien eran sus padres, los mató.- dijo Harry con cierto odio y rencor, y es que en cuanto Voldemort descubrió el origen exacto de Hermione fue a la que más martirizó, matando tanto a sus padres como a todo familiar que hubiese en Inglaterra, dejándola completamente desamparada.