El reinado Heylin.

Un aviso pequeño e insignificante: Es un fanfic Slash, será medio oscuro, tendrá una relación romántica M/M, que probablemente será un Chack, y las insinuaciones de un Bean/Jack. Probablemente otra pareja también pero no sabemos si ponerla o no.

Varios años en el futuro...

La fortaleza que le perteneciera a Chase Young en estos momentos no era otra cosa mas que ruinas, los guerreros habían muerto, Chase había desaparecido por varias décadas, nadie conocía cual era su paradero. Probablemente la única cosa que lo sabría, era Hannibal Roy Bean, el ahora amo todopoderoso del mundo, emperador Heylin y gobernante temido de las fuerzas del mal. Sin embargo, quien seria tan tonto como para preguntárselo en persona.

Su fortaleza fue construida sobre las ruinas del templo Xiaolin, del que solo quedaban algunos remanentes calcinados de la ultima gran batalla. Maquinas de guerra construidas por Jack Spicer, el ahora genio maligno, patrullan las inmediaciones, tratando de encontrar a cualquiera lo suficientemente estúpido como para intentar internarse en los territorios de Bean.

Wuya fue encarcelada en la caja que la encerrara por mil quinientos años, después de intentar, inútilmente recuperar sus poderes traicionando a Bean cuando estaba desprevenido. Sin Chase Young siendo el amo todopoderoso del mal, el futuro fue mucho peor de lo que hubiera sido, Chase a su manera, era un guerrero justo, cumplía su palabra y no le interesaba gobernar el mundo, solo vivir tranquilo en su ciudadela en la tierra de ninguna parte.

De los cuatro guerreros Xiaolin, solo quedaba vivo, muy a su pesar el Gran Maestro Dragón Omi, quien sobrevivía encerrado en la celda mas profunda de los dominios de Bean, recordando los tiempos pasados, cuando en compañía de sus amigos intentaban contener las fuerzas del mal unidas, esclavizadas debajo del yugo opresor del tirano Hannibal Roy Bean.

Sus fuerzas se negaban abandonar el escultural cuerpo creado bajo décadas de entrenamiento y enfrentamientos contra el mal, no por nada logro convertirse en un Gran Maestro Dragón, si tan siquiera su poder hubiera servido para detener a Bean, todo hubiera sido diferente.

Primero pereció Clay, el amable tejano, después Raimundo, el líder que por años los condujo por el camino de la victoria, después Kimiko, ella murió en sus brazos, exhalando su ultimo aliento pensando en su querido esposo, Raimundo Pedrosa. A Omi le negaron la bondad de una muerte piadosa, Spicer lo impidió, encarcelándolo en una celda irrompible.

Jack Spicer a pesar de sus pocas habilidades combativas, debajo de la tutela de Bean, quien decidió enseñarle sus conocimientos a cambio de su lealtad, se convirtió en un guerrero poderoso, un digno contrincante con quien enfrentarse, su genio también creo muchas formas no mágicas que siempre funcionaban para proteger a su señor, su fortaleza y los Shen Gong Wu que se robaron.

Con el tiempo se gano a pulso el titulo de genio del mal, era el futuro que deseaba y probablemente para torturarlo, le permitía seguir con vida, alimentándolo, brindándole medicamentos cuando enfermaba, permitiendo que el orbe de Tornami estuviera en su posesión.

Omi estaba cansado de luchar y solo esperaba que la muerte llegara para poder así estar a lado de sus amigos cuando muriera. Aunque Jack Spicer hiciera todo lo posible por mantenerlo con vida.

Pero dejemos a Omi encerrado en su calabozo y pasemos a buscar al ahora genio maligno Jack Spicer.

Jack Spicer no era la misma persona del pasado, era un hombre atractivo, en realidad su exótica belleza era deslumbrante, su rostro al madurar había encontrado un equilibrio, sus cejas no eran tan grandes, sus ojos no parecían ocupar la mayor parte de sus facciones y los tatuajes oscuros le daban un cierto atractivo extra. Su cuerpo, con apenas los inicios de musculatura era alto, delgado y extremadamente hermoso.

Pero eso no era lo único que había cambiado en él, de la misma forma su mente había madurado, olvidándose de los sueños de su niñez, los cuales ahora se habían vuelto su peor pesadilla.

Durante muchos años, trato de encontrar una forma para remediar el futuro, para eso necesitaba por lo menos a uno de los monjes Xiaolin con vida, intento comunicarse con Raimundo, pero el necio no quiso escucharlo después de la muerte de Clay, aun recordaba la sangre derramada del cuerpo sin vida del tejano y por varios años no pudo mirarse en el espejo, se sentía sucio.

Poco después le siguió la persona que no quiso escucharlo, Raimundo Pedrosa, le siguió su esposa Kimiko, ella murió bajo las manos de Wuya, la bruja que después recibió el mismo castigo cuando intento traicionar a Bean, cuando este se distrajo por unos momentos.

Wuya era realmente estúpida o muy avariciosa, no lo sabía, y cuando Bean estuvo a punto de asesinar a Omi, tuvo que evitarlo, le suplico por la vida del monje Xiaolin, diciéndole que era mucho peor que viviera con el conocimiento de que sus amigos murieron y no pudo hacer nada, que muriera piadosamente en sus manos, aunque debería decir tentáculos.

Bean lo escucho, pero se cobro muy cara su bondad, aun ahora recordaba las sucias manos de la forma humana que utilizo para apoderarse de su cuerpo, como se apodero de su libertad, de haber comprendido lo que Hannibal Roy Bean se proponía obtener cuando se volviera su discípulo, hubiera corrido en dirección de la ciudadela, rogándole a Chase ayuda, quien seguramente lo hubiera lanzado de ella pronunciando alguna palabra despectiva.

Chase Young le odiaba, pero era la única oportunidad para que su futuro no fuera la pesadilla que era en esos momentos. Si evitaban que tuviera lugar lo que fuera que le ocurrió a Chase Young antes de que desapareciera, entonces, podrían evitar todo eso y probablemente él, Jack Spicer muriera siendo un anciano decrepito, arruinado, enloquecido y rencoroso.

Repentinamente se carcajeó desconsolado, sin duda alguna jamás tendría suerte, o era esclavo, o era un demente, o era golpeado cada dia de su vida. Sin embargo, ser un viejo chiflado era mejor que tener la dudosa suerte de compartir el lecho con el amo todopoderoso del mal. Sí, ser humillado cada duelo Xiaolin, no era una vida tan mala.

Con esos pensamientos y las llaves de la celda del gran maestro dragón Omi descendió las profundidades oscuras de los calabozos, aun temía a la oscuridad, pero no era como en el pasado, sin saber por que, ahora le temía por que en cualquier momento podría aparecer Bean con su sonrisa asquerosa y sus ojos penetrantes.

Cada uno de los pasos lo acercaban a la posible muerte bajo las manos de Bean si se daba cuenta o a la libertad. Era extraño, él, Jack Spicer a base de golpes se había formado una espina dorsal, había madurado y lo único que quedaba en su corazón era el dolor.

Al posarse enfrente de la puerta Omi no se molesto en mirarlo, el pequeño monje ya no era pequeño y si muy alto y musculoso, seguía estando igual de calvo, con esa cabeza redonda que era sin duda un poco grande, sus facciones, por otro lado eran iguales, a pesar del dolor, aun conservaba un poco de su inocencia infantil tan característica – Gran Maestro Dragón Omi –

- ¿Qué quieres Jack Spicer? – le respondió sentado en la celda, sin mirarlo.

- Tu ayuda para cambiar todo este mundo... la muerte de tus amigos –

- ¡No hables de ellos! – pronuncio, saltando en dirección de los barrotes de la celda, pescándolo por el cuello de su gabardina.

Jack intento soltarse de las manos de Omi, era imposible y lo único que pudo hacer fue responderle, mostrándole las llaves y las arenas del tiempo. Lo que tranquilizo e impacto al maestro dragón, tanto así que permitió que su enemigo de piel blanca se apartara un poco de los barrotes – ¿hablas en serio? ¿Por qué querrías ayudarme? –

- no te estoy ayudando a ti, bola de queso, me estoy ayudando a mí y si Pedrosa me hubiera escuchado a él también le hubiera dicho esto –

- ¿Rai? – pregunto un confundido Omi.

- Si, Pedrosa... intente hablar con él antes de que muriera, tengo un plan para volver las cosas a como debieron ser... si quieres escucharme – termino con un suspiro el albino, abriendo la puerta de la celda para que Omi pudiera salir de ella.

- ¿Qué plan? –

Jack Spicer sabía que era cuestión de tiempo para que Bean se diera cuenta de su traición, sino era que ya lo sabía para ese momento. Así que entregándole a Omi las arenas del tiempo y tomando para él su báculo de mono, le respondió – debemos evitar que Chase Young desaparezca... así Hannibal Roy Bean será impotente para tomar el control del mundo, solo él podía mantenerlo a raya –

Una risa maligna se escuchó a sus espaldas y en ese momento los dos supieron que Bean había llegado. Sus ojos amarillos brillaban en la oscuridad y su sonrisa diabólica mostraba sus dientes amarillentos.

Hannibal Roy Bean estaba realmente furioso, después de todo lo que le dio al mocoso incompetente, lo volvió un guerrero, un digno representante de las fuerzas Heylin, y ahora, sin pudor alguno lo traicionaba de la misma forma que la bruja lo hizo – vaya, vaya, vaya... no pensé que fueras tan estúpido muchacho, pero, como estoy de buen humor te perdonare si me entregas los Shen Gong Wu que me robaste –

Jack retrocedió terriblemente asustado, conocía muy bien de lo que Bean era capaz y era cuestión de tiempo, segundos para que yaciera muerto en el suelo. Omi reconociendo el miedo en los orbes rojizos utilizo las arenas del tiempo para viajar al pasado e intentar arreglarlo todo.

Hannibal Roy Bean grito furioso y estuvo a punto de alcanzarlos con sus tentáculos, provocando que Jack gritara de su típica forma, un grito parecido al de una niña, saltando a los brazos de Omi.

Todo sucedió en un momento, al siguiente se encontraban en el pasado, en un lugar que desconocían pero Omi pensaba estaba cerca del templo Xiaolin. Jack aun permanecía en los brazos de Omi, quien carraspeando lo dejó caer al suelo. Jack guardó el báculo de mono detrás de su espalda, en donde se encontraba su Helibot y le pregunto – ¿dónde estamos cabezón? –

- Estamos cerca del templo Xiaolin, Jack Spicer –

- Mejor vayamos a la ciudadela, debemos impedir que Chase desaparezca –

- ¿Y que le dirás? –

- Venimos del futuro para... que no... no te vayas de... ¿vacaciones? – termino arqueando una ceja, frunciendo el ceño, aun para Jack esas palabras sonaban estúpidas.

- Además, deseo ver a mis amigos por lo menos una vez – pronuncio Omi caminando en dirección del templo, para advertirles del futuro a sus amigos y poder verlos con vida, como en el pasado sin Hannibal Roy Bean gobernando el mundo.

- ¿Quieres hacer una visita social cuando el futuro depende de nosotros? – pregunto Jack, estirando los brazos como si fuera la idea mas estúpida que hubiera escuchado, siendo ignorando por el monje Xiaolin.

- Sí, y estoy seguro que nos ayudaran con nuestros problemas –

- Lo que tu digas, calvito – termino por decir, al darse cuenta de que no lo escucharían.

Los dos comenzaron a caminar en dirección del templo y después de un tiempo Jack comenzó a volar utilizando su Helibot, cruzando los brazos delante de su pecho, maldiciendo en voz baja al monje Xiaolin, si él deseaba ver a sus amigos, Jack deseaba ver a Chase Young con vida. Aunque solo se ganara una tunda o una mueca de disgusto.

Después podría detenerse a si mismo de aceptar el trato que le hiciera Hannibal Roy Bean, pensaba que algunos meses en el futuro tendría que aparecer en su casa, a la media noche con todas las armas que poseyera para alejar al guisante de su yo mas joven.

No permitiría que su piel fuera mancillada por una segunda ocasión, aunque, el propio Jack fuera quien lo entrenara o le diera una tunda por ser tan estúpido e ingenuo.

Su llegada no obstante no fue desapercibida, un ave los miraba de lejos, surcando el cielo, preguntándose que harían los dos viajeros juntos y cual era su misión.

Por que a pesar de lo diferentes que eran a sus yo del pasado, seguían teniendo los remanente que claramente los identificaban como Jack Spicer y Omi.

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