Danza prohibida.
Capítulo uno.
A solas, con la oscuridad de testiga, nos entregamos a esta danza prohibida.
Sé que te domina el miedo, pero no te quiero asustado, quiero que te relajes y te entregues completamente a mi.
Que no te preocupen las consecuencias, que no te preocupe más el destino. Ya no me veas como a la persona que debes proteger, ni como un estorbo, o como a alguien a quien le haces un favor por despecho.
Solo veme a mi, mientras realizamos nuestra danza.
-Hinata-sama... -no quiero que hables, no quiero tu lástima, o peor aún, tu desprecio.
-Sh... -le callo tiernamente- Por favor Neji...
Estoy conciente de lo que arriesgo haciendo esto, pero ya no me importa. Al diablo mi padre, el clan y los demás. Si hay consecuencias, Neji será inocente, no le permitiré protegerme. Si hay consecuencias y mi padre decide despreciarme, lo aceptaré, aceptaré cuanta condición se me imponga, pero no por deber o responsabilidad, sino por que ahora YO quiero hacer lo que considero lo más correcto para mi, aunque no lo sea.
Mis lágrimas me traicionan ahora, por que sé que aún en una situación así, no te atreverás a dejarme. Pero ya no quiero lastimarte, ya bastante peso cargas contigo como agregarte problemas que lleguen a tener lugar al culminar nuestra danza...
-Hinata-sama, no puedo hacerle esto.
Lo abrazo con fuerza. El miedo le detiene. Neji siempre ha sido un chico correcto, y esto será un episodio oscuro, tan oscuro como la noche que nos rodea, que lo marcará de por vida si continuamos adelante.
Me atrevo a pensar que, años antes, de haberlo pedido, Neji no solo se hubiera negado, sino además, hubiera utilizado esta situación para torturarme y dejarme aún más en ridículo frente a mi padre, volviéndome más "deshonrosa" de lo que ya soy, pero¿quién en Konoha no posee un pasado, un deseo o un destino oscuro contra el cual ya no puede hacer nada?
-Si Hiashi-sama se entera...
-Deja que diga lo que quiera, yo seré la única culpable, te lo prometo.
Ignoro si lo convencí, ignoro si su cara manifiesta dolor, incomodidad, lástima o repulsión. Ya no me importa. Solo quiero entregarme a él, ser suya completamente aunque solo sea por esta noche, nada más me importa, nada más me interesa, él parece saberlo, y comienza a despojarme de mis ropas lentamente, acariciando mi cuerpo como si fuera más frágil de lo que ya es, besándome tiernamente, repartiendo caricias que arden como el fuego ante el contacto de pieles...
-¿Estás segura que es lo que deseas?
Ya no quiero hablar, ya no quiero que te detengas, Neji, dirijo mi mirada suplicante hacia tí, dándote el permiso de llevarte mi única dignidad, lo único que me reconocía mi padre. Si tan poca estima me tenía ya¿por qué me iba a importar perder mi dignidad?
Pero, ahora tú me preocupas, Neji. Es muy poco lo que te conozco, pero sé que de haber consecuencias, responderás, te harás responsable, te arriesgarás a todo por mi, casi puedo verte frente a mi padre, y es lo que menos deseo.
Comenzamos entonces la danza al momento en que nuestras últimas prendas tocan el suelo. Te confieso que eres el primer hombre que veo desnudo, por eso me turbo, pero no te detengas, por favor...
-Onegai, Neji-kun...
Nos volvemos uno en poco tiempo, y al ver el rostro de Neji, descubro lágrimas de culpa en su tez¿por que te torturas a tí mismo?
La única culpable en esta danza soy yo, la única que pierde, seré yo. Solo deja atrás todo, y sé para mi, te lo suplico.
Al menos, hasta que termine nuestra danza, trata de amarme, aunque no sea verdad, trata de dar los pasos, aunque te cuesten en el alma, y ya no me desprecies, por que yo jamás te he despreciado.
Nuestra danza se vuelve agresiva, y comienzas a responder a mis movimientos¿acaso he pensado mal de tí y realmente deseabas tomar este baile conmigo?
-¡Hi...Hinata-sama!
Nuestra danza terminará pronto, por que sé que culminando, te irás, me dejarás y tratarás de convencerte de que esto jamás sucedio.
Y mientras tratas de recobrar la normalidad en tu vida, haré la desición más importante de mi vida: Ir contra mi destino, desafiar a mi padre, y defenderte.
Me arriesgaré a perderlo todo por tí. Así me cueste la vida, moriré de ser necesario, pero ya no me quiero aferrar al destino.
La danza prohibida que ejecutamos llega a su punto máximo, y una parte de mi mente vuela directo a un recuerdo en especial, cuando nos conocimos, te ví, y escuché cuando dijiste a tu padre que yo era bonita, ese ha sido el recuerdo más dulce que he tenido contigo, y no me he arrepentido de conservarlo, al contrario, soñaba con que ese recuerdo perdurara hasta la eternidad, y cada día me lo dijeras.
-¡Ne... Neji-Kun!
Evito que te alejes de mi, sé que te arriesgo demasiado, pero nuestra danza prohibida debe terminar bien, ejecutando todos los pasos. Si te vas ahora de mí, si no culminas como se debe, tu evidencia permanecerá en el cuarto, y mi problema será tuyo, y es lo que menos deseo.
Me miras con una mezcla de sentimientos, culpa, tristeza, vergüenza, entre otros, pero me limito a acariciar tu rostro y darte un beso cálido y sincero.
-No te preocupes más por mi. Sé por qué lo hago.
Te veo incorporarte, tomar tus ropas y salir, como un ladrón que acaba de hurtar algo importante, supongo que es así como te sientes, pero no te preocupes.
De mi boca no saldrá tu nombre.
Solo diré la verdad.
Y las consecuencias de nuestra danza prohibida no se dieron a esperar, al día siguiente, mi padre ya lo sabía. Mi padre estaba furioso¿Era posible mayor vergüenza?
Hanabi no ocultaba su sonrisa de superioridad. Sabía lo que pasó, sabía cuando y con quien, incluso me había amenazado con decir todos los detalles que llegara a ocultar a menos que obedeciera sus condiciones, y mi respuesta fue una patada en su vientre. No me importó, de hecho, le dije que le dijera lo que le viniera en gana, al fin que no podría comprobarlo.
Lo que siguio, fueron amenzas de todo tipo, pero no respondí.
Sus intentos de dominarme, de intimidarme, ya me daban igual. Pero quería más.
-No soy ninguna muñeca con la que se juega a lo que se le pegue su gana, padre. No diré ni una palabra, y aunque Hanabi diga lo que quiera, no permitiré que se cumpla su completa voluntad.
¡Que fuerte me sentí al ver la expresión de su rostro! Pero ese valor se esfumó al ver a Neji y al tiempo, la mirada de Hanabi.
Neji no quería que nada me pasara. Se veía en su rostro, en sus ojos, en su respiración. Y yo no quería lastimarlo aún más.
-Hiashi-sama...
¿Olvidaste lo que te pedí mientras realizabamos nuestra danza prohibida? Neji, no te involucres, esto es solo para mi. Entiéndelo.
-Neji tiene mucho que ver en lo que ocurrió anoche¿no es verdad, hermana?
No bajé mi mirada, ni lloré como de costumbre, aunque las lágrimas amenazaban con salir de mi rostro. Parece ser que la simple presencia de Neji arruinaron mis planes, por que padre invocó el poder del sello y Neji comenzó a retorcerse de dolor en el piso.
-Deja en paz a Neji, padre, o alguien más sufrirá las consecuencias.
Las caras de mi padre y mi hermana me dieron a entender que no esperaban dicha respuesta de mi parte. Pero estaba decidido, ya no suplicaría, ya no me rebajaría ante ellos. Y mucho menos, permitiría que me quitaran a mi más pura devoción.
Saqué unas kunai's, y las arrojé en dirección a Hanabi, tomándola de sorpresa al punto de causarle varias heridas.
-¡Hinata! -mi padre dejó en paz a Neji y avanzó de forma amenazante hacia mi- O te detienes ahora mismo, o sufrirás las consecuencias.
Cerré mis ojos como respuesta, no sin antes ver el rostro contraído de dolor de Neji, quien observó cómo mi padre ponía su mano en mi frente, y murmuraba en perfectamente audible voz...
-Ya no eres mi hija...
¿Continuará?