*Ésta es una reedición del fict original. Si ya lo habías leído antes, te encontrarás conque lo estoy corrigiendo en cuestión de ortografía y de argumento. Gracias por empezar a leerme o por haberme leído alguna vez.


DISCLAIMER: Los personajes de ésta historia le pertenecen a JK Rowling TM y a WB TM, la canción de "te besé" (de presente capítulo) la cantaba el grupo Ragazzi (de México) pero no tengo idea de quien la escribió. Aun así, que quede claro que no es mía y que tampoco estoy haciendo dinero con ella.


OOS: Bienvenidos a mi más nuevo proyecto "Sin daños a terceros". Más información al respecto la colgaré en mi homepage, como siempre. Sin embargo, hay algunas cosillas que tengo que explicarles antes de que sigan. Ésta es mi Opera fict. Y si alguien aún se pregunta lo ke es ese término, diré que técnicamente lo inventé para este fict ¿Han visto los song-ficts? Weno, ésta es una compilación de song-ficts capítulo a capítulo hasta formar todo el FF. Por eso Opera fict. Mi recomendación para que disfruten más del chap es ke pongan las canciones en el player mientras leen el capítulo. Verán que adhiere otro ritmo. Pero si no les es posible pues está bien. Que lo disfruten de cualquier modo!


Dedico este Fict a todos los dellusionals que se niegan a creer que todo haya sido su imaginación y que ahí termina todo. Los acompaño en su protesta.


Disc 1: Track 1

SIN DAÑOS A TERCEROS

CAPÍTULO UNO

"Te Besé"

POR: TlalGalaxia

"Y te besé, te besé, te besé…"

Éramos amigos de la juventud. Situaciones extrañas nos habían puesto en el mismo camino y nosotros no habíamos hecho más que dejar que la inercia hiciera su trabajo. Con el tiempo nuestro círculo se volvió uno de los más cotizados, Muchas personas soñaban y añoraban formar parte de nuestro pequeño grupo selecto, pero no había nadie más en este mundo que pudiera pertenecer con nosotros. No es que fuéramos elitistas o esnobs de ningún tipo, era simplemente que juntos habíamos enfrentado calamidades y suertes que muy pocos podrían siquiera soñar y habíamos sobrevivido.

Para el mundo éramos héroes y para nosotros mismos no éramos más que amigos. Amigos de los buenos, eso sí. De esos que se llaman en la madrugada cuando uno está en aprietos y todos están levantados por muy tarde que sea para ayudar al otro. De esos que se conocen los secretos más íntimos y se ríen de las estupideces que no dejan de cometer pero que también saben llorar contigo cuando estás deprimido. Con la manía de no dejar de verse por miedo a que el mundo terminara con ello y con la prudencia de vivir tan apartados los unos de los otros como era posible para no asfixiarnos.

El grupo estaba compuesto por dos parejas y tres solteros, algo no muy común pero que para nosotros funcionaba más que bien. Ron y Hermione se habían casado casi al salir de la escuela. Una pareja demasiado joven para el gusto de muchos, familiares incluidos, pero que para nosotros, los amigos, era algo lo más natural a suceder dado que todos sabían, menos ellos, que se gustaban casi desde el momento en que se habían visto. A pesar de tener ya casi cinco años de casados habían decidido no formar familia a idea de Ron. Habiendo crecido en una familia tan numerosa decía que quería ser el único para Hermione al menos por unos años. Y dado que eran tan jóvenes y Hermione aún tenía muchas aspiraciones que llenar, ella había aceptado el trato gustosa. Ron era Auror, Hermione era legisladora en el parlamento de la comunidad mágica. Ambos trabajaban para el ministerio.

La otra pareja éramos Ginny y yo. Habíamos decidido esperar a conocernos más antes de decidir a casarnos. Yo sabía que Ginny me había amado toda la vida, pero yo quería darme tiempo para llegar a amarla tanto o más de lo que ella lo había hecho. Llevábamos un año de casados y aún no planeábamos formar familia. Yo me moría por ello, pero Ginny quería esperar a sentirse lista para ello y yo estaba dispuesto a esperar. Ella confeccionaba ropa en su tienda del callejón Diagón y era muy exitosa en ese negocio, como la mayoría de los Weasley lo eran. Yo, por mi parte, había logrado cumplir mi sueño de la juventud de volverme auror y era compañero de trabajo de Ron.

De los solteros en el grupo estaba Draco Malfoy. Mi antítesis de toda la vida y ahora mi amigo a causa de diversas circunstancias que seguramente serán abordadas más adelante. Su amistad me enseñó que extender la mano a tiempo siempre era mejor que un rechazo por rencor. Él era el play boy del grupo. Heredero de la fortuna Malfoy se podía dar el lujo de vivir de sus riquezas son molestarse por trabajar. Sin embargo nuestra influencia había logrado que incursionara en el negocio de la educación como benefactor anónimo para magos sin recursos y en el financiamiento de talentos de los cuales, por supuesto, obtenía ciertas ganancias a cambio de su ayuda. Asediado por las mujeres por su atractivo físico no parecía nunca querer encontrar una pareja que lo atara a un hogar. Cambiaba de novia como cambiaba de guardarropa pero encontraba la estabilidad emocional en la amistad que nosotros le brindábamos de buena gana.

El otro soltero del grupo era Neville. Refugiado siempre en su trabajo de investigación de plantas se había convertido en el nerd que todos habíamos pronosticado para Hermione. No tenía novia porque rara vez salía, salvo cuando era para vernos a nosotros. Aunque todos sabíamos que estaba secretamente enamorado de su discípula y compañera de investigaciones cinco años menor que él. Seguía siendo casi tan inocente y cobarde como cuando estudiábamos en Hogwarts aunque físicamente había mejorado bastante. Toda la grasa pueril había desaparecido de su rostro y esa expresión sombría, casi meditativa que normalmente lo acompañaba había logrado enganchar a una que otra chica. Pero Neville no quería otra chica que no fuera su asistente.

Y la séptima de la suerte era Luna Lovegood. Aquella que cualquiera diría que no encajaba pero que nosotros sabíamos que era la que le daba cohesión al tan extraño grupo que éramos nosotros. Aunque algunos pensaban que su falta de pareja era por su personalidad extravagante y soñadora, la verdad era que era la más madura emocionalmente y al mismo tiempo la más práctica. No podía decirse que hubiera tenido más parejas que Draco, pero sin lugar a dudas sus conquistas habían sido igual o más torrenciales que las de este casanova. Dedicada a la edición y publicación de la revista heredada por su padre, había logrado que se convirtiera en la más vendida de todo el mundo mágico con la mezcla de reportajes fantásticos y columnas de actualidad y enfoque político. Eso sin contar que era un as de la mercadotecnia. Luna era de mente sagaz, como buena Ravenclaw, pero su visión abierta al mundo la hacía una persona única y emocionante de tratar.

Estábamos reunidos en la sala de la casa de Ron y Hermione para llevar a cabo la noche de juegos de mesa. Como era nuestra costumbre hacer todos los viernes en esa casa. Una de las actividades que habíamos creado para no perder el contacto. Aparte de las comidas de los domingos en mi casa y el café de los miércoles por la noche en el callejón Diagón.

-Es tu turno, pecas,- le dijo Hermione a Ron cuando la partida de "rescate en Gringotts" se detuvo de pronto.

-Éste juego no me gusta…- dijo tirando el dado casi sin ganas.

-Siempre dices eso porque siempre pierdes,- le atajó Draco burlonamente.

-¡Silencio, Malfoy! O le diré a mi esposa que te convierta en un hurón ¿Te gustaría que te hiciera rebotar por las paredes de mi casa?

Draco le dio una mirada amenazadora casi listo para brincarle a golpes, aunque era obvio que no lo haría. Draco y Ron amaban discutir como cuando lo hacían en sus años de Hogwarts, aunque ésta vez no lo hicieran en serio. Incluso yo, a veces, me unía a ese juego porque era divertido.

Ron cayó en una casilla y Luna se apresuró a leer una de las cartas consecuentes.

-Te ha encontrado uno de los guardias, regresa a tu punto de partida.

-¡Mejor juguemos a otra cosa!- renegó Ron como niño pequeño.

-No seas tan mal perdedor, pecas,- le dijo Hermione con cariño recibiéndolo en su regazo.

-Sí, pecas. Eres un quejica,- rió Draco tirando el dado puesto que era su turno.

Luna tomó la carta correspondiente a su casilla y leyó.

-Has encontrado cien galeones. Puedes guardarlos o comprar una pista para descifrar la combinación de la caja fuerte.

-Quiero la pista,- dijo Draco viendo que ya tenía dos pistas en su haber.

Luna leyó la pista.

-¡Felicidades! Has logrado descifrar la combinación.

-Entonces usaré mi carta del pasadizo secreto una vez más para salir de Gringotts ¡JA! ¡Gané!

-Sigue sin gustarme este juego,- se quejó Ron cruzándose de brazos aún con la cabeza en el regazo de su esposa. Ron era el más alto del grupo, con melena que casi le cubría los ojos y un cuerpo atlético y era por eso que era tan cómico verlo hacer ese tipo de comentarios.

-¡Quejica!- volvió a reír Malfoy cantando el triunfo en su cara. Lo divertido de esas noches de juegos era precisamente eso. A veces Ron ganaba y era Draco el que hacía berrinches.

-Tal vez sí deberíamos intentar jugar a cosas diferentes como dice Ron,- dijo Luna ordenando las piezas del tablero en su caja correspondiente.

-Estoy de acuerdo,- dijo Neville dejando su cuerpo caer en el sofá grande que compartía con Ginny y conmigo (Ron y Hermione estaban en el sillón mediano, Luna en el individual y Draco había jalado una silla del comedor para unirse al juego).

Neville se veía más enfadado que de costumbre. Ni siquiera la discusión Malfoy-Weasley había logrado sacarlo de su antipatía natural. Luna lo miró y le sonrió, luego nos miró a los demás sin esconder una risa pícara.

-No se si quiero saber tu idea, Luna.- declaró Ginny al reconocer en su mejor amiga la expresión que normalmente hacía cuando iba a empezar a contarle de su reciente aventura.

Luego de haber hablado, la atraje hacia mí acariciando su cabello y robándole un pequeño beso en lo que Luna se preparaba para hablar. El tiempo había hecho de Luna una acaparadora de atención. Hermione decía que una vez que la había conseguido le había costado trabajo dejarla ir. Posiblemente porque durante toda su juventud no la había conseguida.

-Yo conozco un juego…- dijo por fin.

En ese momento todos presentimos que no se trataba de algo bueno.

-Di,- dijo Ron sintiéndose maravillado ante la novedad y de hecho reincorporándose en el sofá al lado de Hermione.

-Muy bien,- dijo ella bajándose del sillón y sentándose en el suelo,- primero necesitamos mover esa mesilla del centro y sentarnos en un círculo.

-Me suena familiar,- dijo Hermione sentándose en el suelo mientras que Draco y Ron movían la mesa a un lado.

-A mí también,- dije yo no muy seguro de lo que Luna tramaba.

-Claro, porque me lo enseñó uno de mis amantes muggles.

Era raro escuchar la palabra "amante" viniendo de ella, pero ya nos habíamos acostumbrado al término. Sin embargo, que se lo haya enseñado precisamente una persona que respondiera a ese término ponía las cosas en sumo peligro. Aún así, todos nos sentamos en círculo como lo había señalado ella. Luego sacó su varita y la colocó en el centro.

-Haremos unas variaciones dado que no somos muggles. Sin embargo, la secuencia es la misma.

-¿Y en qué consiste?- quiso saber Neville intrigado.

-Bueno, Albert y yo jugábamos de prendas. Lo cual no me molestaría pero podría sugerir una versión más ligera.

-Preferiría la ligera,- dijo Neville sonrojándose.

-A mí me da igual,- dijo Draco descaradamente.- ¿Qué dices tú, Weasley? Seguro te aterraría la idea ¿No es así?

-Ron no tiene nada de qué avergonzarse,- se apresuró a decir Hermione sonrojándose al momento de decirlo y logrando que su marido tuviera la misma reacción.

Draco Malfoy explotó en una carcajada. Era verdad que por fin era nuestro amigo, pero a veces me parecía que esa personalidad tan Malfoy nunca se iría de él. No porque lo quisiera fuera del grupo, Draco había sido una pieza clave para la destrucción de Lord Voldemort después de todo, pero era innegable que a pesar de haber hecho nuestras pases con él y él con nosotros, su hostilidad no siempre era bienvenida por mucho que intentáramos ignorarla la mayoría de las veces.

-En fin,- dijo Luna continuando con su explicación,- la versión ligera del juego se llama "verdad o castigo". Yo pongo a girar la varita y aquel a quien apunte deberá decir una verdad o recibir un castigo.

-Suena divertido,- dijo Ginny no pudiendo ocultar su emoción.

-Pero hemos sido amigos por mucho tiempo,- contradijo Hermione,- no hay ninguna verdad que no sepamos ya los unos de los otros.

El silencio en la sala dijo lo contrario. Luna encontró una solución para eso de inmediato.

-Entonces juguemos una versión extrema,- dijo buscando algo rápidamente en su bolso,- ¿Qué tal si jugamos con unas gotitas de veritaserum?

Luna mostró el frasco y todos nos quedamos perplejos.

-Luna… ¿Por qué cargas un frasco con veritaserum en tu bolso?- pregunté yo por fin. Y era claramente la pregunta que todos se hacían en ese momento.

-Bueno… a veces es necesario tener un poco de esto cuando vas a las entrevistas. Nunca se sabe cuándo te dicen la verdad o no ¿Creías que el éxito de mi revista era pura suerte? Una gota o dos en la bebida cuando no te ven en el momento adecuado es suficiente para conseguir la exclusiva que nadie más puede.

Así era Luna. Toda una caja de sorpresas. Hasta ese punto no se por qué todavía nos sorprendíamos.

-Me aseguraré de no beber nada que no prepare yo cuando estoy contigo…- declaró Ron sintiéndose intimidado por la personalidad siempre cambiante de Luna.

-¿entonces qué dicen?- insistió ella sacudiendo el frasquillo tentadoramente frente a sí.

Vimos el líquido mecerse de un lado a otro dentro del diminuto frasquito de vidrio transparente y, como gente precavida que éramos, no supimos qué contestar.

-¡Oh! ¡Vamos! ¿Somos amigos o no? ¿Qué podríamos decirnos entre nosotros que no podamos soportar? Soportamos juntos la peor de las guerras y sobrevivimos. Un par de verdades no matan a nadie ¿O sí?

Ahora quedaba claro por qué Luna siempre conseguía sus exclusivas. No era solamente el frasco de veritaserum en su bolso. La mujer también era buena para persuadir a las personas. Y digo esto para que no quepa duda que todos aceptamos un poco intimidados y un poco chantajeados en el nombre de la amistad. Cuando menos lo pensamos, ya todos habíamos probado unas cuantas gotas del contenido y nos encontrábamos listos para jugar "verdades o castigos"

-¡Gira!- dijo Luna señalando su varita con el dedo índice.

La varita obedeció a su dueña girando rápidamente sobre su eje primero rápidamente y luego se fue deteniendo lentamente. Mi instinto de supervivencia me decía que no quería que la punta me señalara. Para mi suerte, señaló justo frente a Neville. Todos esperamos a la pregunta.

-Tú preguntas, Hermione- dijo Luna bastante divertida,- tú estás del otro lado de la varita.

Hermione desvió la mirada un poco hacia su derecha mientras que se mordía el labio inferior intentando pensar en algo que no afectara al pobre de Neville.

-¿Te gusta tu asistenta?

-Sí,- contestó Neville sin pensárselo y poniéndose rojo hasta las orejas al darse cuenta que lo había dicho así como así.

-¡Oh, vamos!- se quejó Luna,- esa ya todos lo sabíamos,- Neville se puso aún más rojo (si es que eso era posible)- pregunten cosas más arriesgadas ¿Vale? ¡Gira!

Por un momento, la mirada de todos, menos la de Luna quien estaba divertida con la actividad, parecía más bien de horror. La varita se detuvo lentamente hasta detenerse frente a Ginny y era Ron quien iba a hablar.

-Es tu turno de preguntar, pecas,- le ordenó Luna sacando la primera risa del grupo desde que había iniciado el juego. Normalmente era solo Hermione quien lo llamaba así, pero todos los demás lo había hecho en algún momento solo por molestar.

-Veamos…

-Y asegúrate que sea algo que no sepamos ya.

Ron se sintió más presionado. Pero dado que era su hermana, también tenía cosas que quería saber. Y la malicia a veces se enciende mejor con unas gotas de veritaserum y una varita de la que no te puedes escapar.

-¿Estuviste con alguien antes de estar con Harry?

-¡Ron!- le reprendió Hermione.

-Sí,- dijo Ginny.

-¡Ginny!- dije yo.

-Nunca te he mentido, Harry,- dijo ella intentando disculparse,- te dije que había salido con alguien aquella vez que nos dimos ese espacio.

-Dijiste salir, no que habían hecho algo más.

-Bueno pues porque en realidad no llegamos a hacerlo. Lo intentamos, sí, pero no pude. Yo aún te amaba. Aún te amo ¿Necesitas que me beba una frasco de veritaserum para saberlo?

-No…- dije aún dolido pero aliviado de saber la segunda parte de la historia.

-Esto se pone bueno,- sonrió Luna divertida mientras que ponía la varita a girar una vez más.

Esta vez la punta se detuvo frente a Luna. Era mi oportunidad de vengarme.

-¿Te sientes atraída por alguien en ésta habitación?

-Bueno, si no estuvieras casado con mi amiga, ya te habría saltado encima. Y si Draco no fuera un promiscuo y usara menos gel en el cabello, tal vez le daría una oportunidad de conocer de lo que se está perdiendo.

-¡Luna!- volvió a reprender Hermione.

-Mira quién habla de promiscuidad…- se quejó Draco.

-¡Hermione!- le reprendió Luna de regreso,- ¿Podrías dejar de estarte quejando de las respuestas que damos? La verdad no peca pero incomoda. Además, no podemos evitarlo. Así que deja de hacerlo ¿Quieres?

Hermione la miró de una manera reprobatoria pero decidió continuar con el juego. La varita giró hacia Draco, quien estaba al lado de Ginny, Ron preguntó.

-¿Alguna vez se te ha resistido alguna de tus conquistas?

Ya alguna vez Ron le había hecho esa pregunta a Draco y había recibido esa respuesta amarga de "no es asunto tuyo, Weasley. Y no, ninguna se me escapa". Ron no se había quedado satisfecho con la respuesta, así que esa era su oportunidad para saberlo.

-Una vez.

Draco se llevó las manos a la boca como si acabara de decir una blasfemia y Ron rió complacido por una nueva excusa para burlarse de Draco.

La varita dio vueltas varias veces más logrando que Hermione confesara que el lugar más extraño en el que ella y Ron habían hecho el amor había sido en el buró de la recámara. Luna había bostezado intencionalmente, lo que puso a Hermione casi tan roja como a Ron. Luego Ron confesó que le excitaba que Hermione le hiciera piojito y las cosas se pusieron cada vez más vergonzosas. Cuando la varita me apuntó por fin a mí y vi que era Luna quien lanzaría la pregunta, supe que lo mejor era cambiar la estrategia.

-Prefiero un castigo,- dije creyendo ilusamente que eso era mejor que una pregunta lanzada por la nueva Rita Skeeter.

-¿Estás seguro?- me advirtió y yo creí que estaba alardeando.

-Sí,- dije yo sin saber en los aprietos que me metía.

-Muy bien, pues el castigo es un beso.

Me giré para ver a Ginny y me acerqué lentamente.

-No, no,- me interrumpió ella,- eso es bastante fácil y sencillo para ser un castigo. Y dado que ya he declarado mi atracción hacia ti y no quiero meterme en problemas con tu esposa, hagámoslo más interesante. Bésala a ella.

El dedo de Luna apuntaba a Hermione. Me quedé estupefacto, miré a Ginny y luego miré a Ron.

-¡Pero si son como hermanos!- declaró Ron aún así divertido,- ¡Es como si yo besara a Ginny!

-¡Puaj!- dijo Ginny sin poder contener el escalofrío.

-Lo mismo digo,- rió Ron.

Miré a Hermione a mi derecha, parecía tan desconcertada como yo. Por primera vez en mucho tiempo no pude leer en su rostro lo que estaba pensando ¿Estaba asqueada como Ron y Ginny? ¿Estaba interesada pues era un experimento que nunca había realizado? Personalmente yo nunca lo había considerado, para mí Hermione era mi mejor amiga, mi consejera de cabecera, la persona a la que siempre le confiaba mis secretos y aspiraciones y una amistad que nunca deseaba perder. Pero nunca había pensado en ella de esa forma en que Luna pretendía hacernos experimentar.

-Corrección,- interrumpió Luna,- tú y Ginny sí son Hermanos. Harry y Hermione no lo son. Así que no hay comparación.

-Lunita tiene razón,- dijo Draco igual o más emocionado que la mujer en cuestión,- ¿Es que acaso ambos tienen miedo de sus respectivas parejas?

Incluso Neville parecía bastante divertido con todo eso.

-El público los aclama,- nos alentó Luna una vez más.

Yo miré a Ginny una vez más buscando por su aprobación y asintió. Aunque desvió la mirada un poco para no ver. Ron hizo una expresión rara con la mano incitándonos a que lo hiciéramos rápidamente. Tal vez para que fuera menos doloroso.

Me acerqué a Hermione temerosamente y la besé en la mejilla. Luna protestó.

-¿Llamas a eso un beso? ¡Debe ser un beso verdadero!

-¿Quién dice?- protesté.

-Digo yo y así debe ser como que es mi castigo.

Miré a Hermione una vez más. Parecía tan nerviosa o más que yo. Sin embargo su mirada me urgía a que lo hiciera de una vez. Seguramente estaba ansiosa porque todo eso terminara y yo estaba de acuerdo. Me acerqué lentamente a ella temeroso de adentrarme en un terreno que no creí pisar jamás. Hermione cerró los ojos cuando mi proximidad fue demasiada e hice lo mismo aguantando la respiración.

"Solo una vez he vencido la distancia entre tus labios, y Yo
Solo una vez he sentido el incendio de tu piel."

Mis labios tocaron los suyos levemente y pude sentir su calor corporal. Abrí un poco la boca y deslicé mi lengua para probar la comisura de sus labios. No sé si podría explicarlo propiamente, solo sé que sabía bien. Era un sabor como a miel y canela. Mi lengua me traicionó, se me olvidó por un momento en dónde estaba y lo que estaba haciendo y la introduje deseoso de probar la fuente de ese sabor. Para mi sorpresa, y mi bendición, Hermione accedió.

"solo una vez he sentido el calor entre mis manos y te besé, te besé, te besé…"

No sabía por qué, ni siquiera me di a la tarea de pensarlo. Nuestras lenguas se encontraron en ese beso intensificando el sabor. Me moví un poco para me mis labios rozaran los suyos un poco más. Era un sabor adictivo, algo que nunca antes había probado y que no podía dejar de saborear.

De pronto la magia se acabó. Sentí un jalón en el cuello de mi túnica que me apartó de mi nuevo descubrimiento mientras veía que Ron hacía lo propio con Hermione. Busqué su mirada en busca de una explicación pero ella seguía confundida y parecía aún apenada con lo que había ocurrido.

-Así no se besan los hermanos,- señaló Luna orgullosa de haber probado su punto.

Neville y Draco aún estaban estupefactos mientras que Ginny y Ron no parecían contentos en lo absoluto.

-Espero que ahora estés feliz,- dijo Ginny a Luna sin soltarme aún. Como si creyera que en cualquier momento le fuera a saltar encima a mi amiga.

Y la verdad era que prefería que me sujetara porque no podía estar cien por ciento seguro. El sabor de ese beso aún se sentía en mi paladar y no podía dejar de degustarlo ¿Qué demonios había pasado? Me preocupaba que todos hubieran visto lo que yo había visto o percibido lo que yo había percibido. Era un tabú, algo que no debía ser nombrado. Miré a Ginny y parecía más molesta con Luna que conmigo o Hermione.

-¡Cálmense y vamos a seguir jugando!- nos invitó Luna nuevamente, pero cuatro de nosotros ya estábamos de pie y nadie parecía estar dispuesto a regresar a ello.

Al menos ellos no. Yo, por mi parte, no podía estar totalmente seguro.

-¿Cómo se te ocurre que vamos a seguir jugando a eso?- la reprendió Ron abrazando a Hermione como si fuera un dulce que no quisiera que le quitaran. Por primera vez comprendí que le sobraban razones para hacerlo.

-¡Oh, vamos! ¡Nos estamos divirtiendo! ¿No?

-No es gracioso, Luna,- Volvió a decir Ginny,- hacernos beber veritaserum para que digamos cosas que no queremos. Y poner a Harry y a Hermione a hacer esto solo para saciar tus perversiones incestuosas.

Luna la miró como si le acabara de dar una cachetada.

-En primer lugar, lo que les di no era otra cosa más que un placebo. El veritaserum no era otra cosa más que agua con azúcar que tomo por gusto propio. Así que si dijeron verdades fue por su propia voluntad,- ahora era Ginny quien parecía haber recibido la cachetada,- y en segundo lugar, Harry y Hermione no son hermanos así que no hay nada incestuoso en ello. Además, yo no tengo ninguna especie de perversión con ellos. Si ambos son buenos besando y les dio la impresión equivocada no es mi culpa. Estoy seguros que para ellos no fue nada más que un simple beso ¿Verdad, Harry?

Luna me miró a mí y luego todos los demás lo hicieron. Me sentí entre la espada y la pared, pero ahora que sabía que podía mentir, me dispuse a utilizar esa arma como si mi vida dependiera de ello. Y a juzgar por la manera en que me miraba Ron, lo más probable era que así fuera.

-Por supuesto,- dije intentando olvidar ese sabor que aún vivía en mi boca,- solo… un simple beso ¿verdad, Hermione?

Hermione parecía despertar recién de un shock, pero se apresuró a respaldarme.

-¡Por supuesto! ¡No pasa nada! ¿Vamos a pelearnos por esa tontería?

Ginny y Ron parecieron satisfechos con nuestras declaraciones, pero por supuesto que aún estaban molestos con Luna.

-Eso no quita que nos hayas engañado con lo del veritaserum,- renegó Ginny seguramente aun lamentando haber revelado lo de su novio pasajero.

-Creo que lo mejor es dar por terminada la noche de juegos.- sugirió Neville poniéndose de pie.

-Sí, eso es lo mejor, supongo,- contestó Luna,- esperemos que para la comida del domingo ya se les hayan bajados los humos y puedan reírse por fin de lo divertido de ésta situación.

-Está bien- suspiró Ginny intentando entrar en sus cabales,- será mejor que nos vayamos. Harry y yo los esperamos el domingo.

-Perfecto,- dijeron Draco y Neville sacando sus varitas para desaparecerse.

Luna se inclinó a recoger la suya y luego miró a Ron y Hermione de manera conciliatoria.

-No se vayan a pelear por esto,- les pidió acercándose a ellos,- ya se reconciliarán en el buró de la cómoda ¿Verdad, Pecas?- dicho esto le rascó la cabeza con la punta de los dedos,- ¡Lo siento! ¿Te excité?

Dicho eso, Luna desapareció dejando tras de sí el eco de su risa y a un Ron más rojo que la salsa de tomate.

-Nosotros también nos vamos,- Dijo Ginny sin soltarme la mano aún.

Mi mirada evadía la de Hermione todo el rato hasta que sacamos las varitas para desaparecernos. Fue en esa fracción de segundo que no pude resistir la tentación y busqué su mirada antes de haberme ido. Creí por unos instantes que ella había hecho lo mismo pero no tuve mucho tiempo para comprobar mi suposición.

"solo una vez y ya no hay nada más que ese mágico momento en que te besé, te besé, te besé…"

PUES AKI TERMINA EL PRIMER CHAP DE LA OPERA FICT. PUEDEN IR GUARDANDO LAS CANCIONES DE CADA CHAP Y AL FINAL HACER EL SOUNDTRACK DEL FICT. ESPERO KE LES HAYA GUSTADO Y KE NO SE OLVIDEN DEL REVIEW (DIGO, PARA MOTIVAR A LA ESCRITORA). CADA VEZ KE COMENTAN HACEN A UNA MARIPOSA GALAXIA FELIZ! nn

SILLA EN EL SIGUIENTE CHAP O EN EEDH MUCHO ANTES SI ES KE SON LECTORES DE ESE FF. GRAX POR LEERME!

TLAL