Todos los personajes de las series Inuyasha y Ranma ½ pertenecen a Rumiko Takahashi, menos todos aquellos que nacieron de nuestra imaginación enferma y que ustedes ya saben cuales son xp
Algunas flores tienen espinas
por
Freya & Sakura.
Hola a todos, muchísimas gracias por seguir
acompañandonos en esta historia que partió a mediados
del año pasado cuando comenzamos a escribir Ai wa yasei
da!
Como dijimos desde un principio esta historia nació
gracias a todos los comentarios que nos hicieron en el último
capítulo de Ai wa sobre los hijos de los protagonistas, por
esa razón el papel principal en esta pequeña
continuación lo tenían Keishii y Hanako, de hecho el
titulo está inspirado en el nombre de Hanako, cuyo significado
es "niña de las flores".
Si estaban esperando más
Inu/Kag o Ran/Aka o escenas lemon lo siento mucho, pero no
consideramos que eso fuera necesario en una historia donde ellos no
eran los protagonistas directos ;) por algo el rating T de esta
historia.
Nos vemos abajo
Tercera Parte
Simbología:
"blablabla" Lo que piensa el personaje.
- …. –
Lo que dice el personaje.
Cambio de escena --------------------
- Nee anata...nunca pensé que dejarías que tu pequeña princesa saliera con un chico con solo diez años...- rió divertida Akane refiriéndose al hecho de que Ranma le pidiera a Shinichi que cuidara de Ranko.
- Pero es de confianza, lo conocemos desde que era un bebé y creo que es mucho más responsable que su hermano, además es grande, y nuestra niñita es pequeña para él, siempre la mira como hermana menor - respondió Ranma totalmente seguro que él nunca pondría los ojos en su pequeña.
- Además Shinichi no piensa aún en tonterías como las chicas, sólo le interesa estudiar y entrenar...- agregó Inuyasha.- ¡Keh! y mientras Kagome siga considerándolos como sus bebés...va a ser difícil que alguna chica logré acercárseles...-
- Esto es verdad..- comentó entre risas Akane- tus bebés ya son más altos que tú amiga...-
– Pero ellos todavía no saben el significado del amor… creo que todavía faltan varios años para que se enamoren… - frunció el ceño Kagome disgustada con la idea de que sus pequeños se fijaran en otra mujer que no fuera ella.
- ¿No es ese Mamoru con Ryo-chan? – preguntó Akane indicando hacia el puesto de tiro al blanco.- Gomen ne amiga pero no creo que esos animalitos de peluche sean para ti ...-
Inuyasha miró la escena con los ojos desmesuradamente abiertos, hasta ese minuto siempre había considerado a Mamoru como el menos maduro de sus dos hijos – Vaya, siempre creí que Shinichi sería el primero...demo...- el hanyou rodeó con uno de sus brazos los hombros de su mujer.- no te preocupes koishii, no creo que piense abandonarte aún..-
- Mi… bebé… - alcanzó a balbucear mirando como la hija mayor de Ryoga y Ukyo iba de su brazo muy sonriente y sonrosada. - ¡No puede ser! No.. no es cierto… - murmuró escondiendo su cara en el haori de su esposo.
Inuyasha abrazó a su mujer tratando de consolarla.- Nee...Kagome resígnate, al menos no fue cuando tenía cuatro años...-
- Mou, Kagome...tranquila, no te pongas como si Mamoru estuviera pensando en huir con Ryo-chan y no volver nunca más- comentó Akane sin comprender demasiado la postura de madre posesiva de su amiga.
- Supongo que tienen razón… - soltó el haori de su esposo suspirando con resignación para luego mirar con cierto recelo a su nueva "enemiga".
----------------
Keishii y Hanako sonrieron triunfantes, habían logrado atrapar cada uno cincuenta peces, a sus costados habían varias peceras con flamantes peces dorados, ya no quedaban más en la pecera mayor. El dueño del puesto los observó con una especie de tic nervioso. Recordaba que hace muchos años atrás una pelirroja muy habilidosa había hecho lo mismo.
- Rayos ¿ahora qué haremos? Salimos empatados… - murmuró con decepción Keishii. - ¿Dónde quieres ir? – preguntó observando a su compañera de juegos.
- No te gané sólo porque tuviste suerte.- sonrió Hanako mirándolo juguetonamente.- Si quieres podemos desempatar en cualquier juego, demo ¿qué haremos con ellos?...- preguntó indicando las peceras.- No creo que a mamá le haga mucha gracia si me llevo todos los míos a casa y si papá los ve pensará que pueden convertirse en cena...-
- ¡Je! yo también te di ventaja… sólo por el día que es… - respondió Keishii sonriendo malicioso. – Creo que lo mejor es dejárselos al pobre hombre… está pálido¡jeje! después de todo arruinamos su negocio - rió divertido. – Puedes elegir tú el juego ¡esta vez no tendré piedad! – sonrió retador.
Hanako miró con curiosidad al chico – Etto...hai...es mejor dejarlos aquí... "me dio ventaja por el día ¿qué...qué quiso decirme con eso...?" –balbuceó algo sonrojada y bastante nerviosa. Sin articular ni una palabra indicó con su mano el puesto de tiro al blanco.
El ojiazul arqueó una ceja extrañado. - ¿Qué pasó? – preguntó sin entender mucho el nerviosismo repentino de la chica.
- Nandemonai...nandemonai... – respondió rápidamente tomándolo de la mano y arrastrándolo hacia el puesto de tiro al blanco.
- O... oe… - alcanzó a balbucear el jovencito de la coleta bastante sonrojado al observar la pequeña mano de la muchachita tomar la suya. Nunca se había dado cuenta que era tan pequeña, blanca y suave. "¿En qué diablos estoy pensando?... ¡Rayos!... somos amigos desde que éramos bebés… y ahora… nos llevamos muy mal… demo… es la única persona a quien puedo confiar mis secretos… ella es mi amiga… ¡solo eso!".
Una vez que llegaron al puesto el muchacho se soltó disimuladamente y fue por una escopeta para empezar. – Para ganarme en esto vas a necesitar mucha suerte - espetó burlón tratando de esfumar los pensamientos anteriores.
- No necesito suerte...- sonrió Hanako mirándolo con una media sonrisa.- ¿ya olvidaste la puntería que tengo con el arco y la flecha?...puedo con todas estas cosas...sólo dime que animalito de felpa te gusta más...-
- Eso es para niñas… mejor dime cual prefieres tú... – guiñó un ojo sonriendo divertido. El jovencito miró fijo el blanco, apuntó y acertó justo en el medio. - ¿Y bien? Elige el que más te guste – sonrió triunfal.
- No me importa lo que digas, si gano tendrás que escoger uno.- sonrió la chica, luego observó por unos segundos los animalitos de felpa hasta que su mirada se cruzo con un gatito de color negro y brillantes ojos azules.- Me gusta ese, tiene la expresión de un animalito muy consentido por sus dueños...- habló indicando el juguete.- se parece a ti...- rió sacándole la lengua.
- ¡No es cierto! Yo no soy consentido ni mimado por nadie y además no me parezco a esa cosa… soy mucho más apuesto... – sonrió engreído Keishii.
- Mou, te conozco desde que nací, siempre te han consentido por ser el "heredero de la escuela de combate libre Saotome-Tendo" – replicó la muchachita pasándole el animalito de peluche.- ¿Cuál te gusta más?...- preguntó tomando la escopeta.
- Qué tiernos ¿tu novio Keishii te regaló ese gatito? – apareció Shinichi observando el peluche que tenía el muchacho ojiazul. – Creo que vamos a ser familia muy pronto Ranko-chan... – le guiñó un ojo en complicidad a la niña de cabellos azules.
Hanako volteó apuntando ahora hacia su hermano.- Él me lo dio, pero no es mi novio.- gruñó mirando de forma asesina a Shinichi.
- Mou...Hanako-chan no te enojes, Shinichi-kun sólo bromeaba.- habló Ranko acercándose a su hermano para observar el peluche. Su mirada se paseo entre el animalito y su hermano. Luego comenzó a reir abiertamente.
- ¿De qué te ríes¿qué te hace tanta gracia? – preguntó el muchacho frunciendo el ceño presintiendo que no era nada bueno por la manera que lo miraba.
Ranko le arrebató a su hermano el peluche de las manos.- Cuando pones esa cara de niño regañado...te ves así...- rió indicando el rostro del muñequito de felpa.
Antes de que Keishii pudiese responderle a su hermana, Hanako habló:- Nee Shinichi, nunca te separas de Mamoru¿dónde se metió? – preguntó curiosa.
Keishii se limitó a fruncir el ceño.
Shinichi volteó y extrañado frunció el ceño. - ¿Uh? Pensé que estaba detrás de nosotros… le dijimos que vendríamos a buscarlos, pero desde ese momento que no aparece… quizás se entretuvo en algún otro puesto… - respondió un poco dudoso el pelinegro. "Pero eso es muy extraño… generalmente competimos en todos los juegos… no es de quedarse solo… ¿qué le habrá pasado?".
- ¿Estas seguro que no se quedo pegado en algún puesto de comida? – preguntó Hanako volviendo a voltear para apuntar nuevamente al blanco.- ya sabes como es...- murmuró antes de disparar y dar perfectamente en el blanco.- Esto es muy fácil...- alardeó mirando a los muchachos.- ¿Cuál te gusta, Keishii?...- preguntó con una media sonrisa - Antes de que digan algo no se lo voy a regalar porque sea mi novio...es sólo porque... "¿Por qué quiero que tenga algo para que me recuerde si nos vemos casi todos los días?"...etto para demostrarle que también puedo ganar algo así para quien yo desee dárselo...- espetó tratando de fingir indiferencia.
- No tenías que dar tantas explicaciones hermanita… que no les de pena admitirlo... – guiñó un ojo Shinichi.
- Rayos… ¿estuviste practicando, na? – preguntó el chico de la coleta frunciendo el ceño sin prestar atención a la confusión de Hanako. – Por cierto, yo no me parezco a esa cosa… diablos… - murmuró bastante irritado mirando a su hermana menor. – No sé, escoge el que quieras darme tú… no me interesan mucho esas cosas… son cursis… - espetó fingiendo indiferencia.
- No necesito practicar mucho...soy buena en eso...- afirmó la muchachita sonriendo de forma triunfal.- Mou...tienes que elegirlo tú, no seas tan aburrido...-
- Kuso… está bien… esa de allí no se ve tan espantosa… - sonrió señalando una gatita con un moño azul en el cuello, era de color blanca y negra y ojos cafés. – Hasta diría que se ve tierna… - rió divertido.
- Se parece mucho a imouto… - comentó Shinichi cuando su hermana se la dio al otro muchacho.
Hanako recuperó su peluche de las manos de Ranko, mirando a su hermano con el ceño totalmente fruncido agregó: - ¿Por qué tendría que parecerme a esa cosa? – refunfuñó levantando el mentón y mirando luego hacia otro lado.- Por su pelaje es casi una mezcla extraña entre tú y Mamoru...-
- Pero tiene los ojos del mismo color que tú...- opinó Ranko.- ¿Por eso la elegiste, Keishii?- preguntó mirando bastante divertida a su algo sonrojado hermano.
- No.. ¡no es cierto! – balbuceó Keishii furiosamente sonrojado dándose la vuelta. - ¿Por qué no van a buscar a Mamoru? – intentó cambiar de tema.
En ese minuto y cargando varios peluches, Mamoru, pasó por el lado de ellos, sin prestarles en absoluto atención, toda esta era para la chica que en ese minuto era su pareja en la feria.
Hanako contempló la escena con los ojos abiertos de par en par.- ¿Qué demonios fue eso?...-
- ¿Ryoko? – observó Keishii. - ¿Desde cuándo son novios? – preguntó extrañado.
- ¿NO… NOVIOS? – exclamó escandalizado Shinichi. – Esto no puede ser… a Mamoru jamás le interesaron las niñas… es más habíamos hecho un pacto, jamás nos casaríamos y entrenaríamos juntos… - protestó infantilmente. - ¡Debió ser poseído por algún espíritu maligno!... ¡Tengo que ir a ayudarlo! – espetó girando para ir a buscar a su hermano.
- Te dije que era muy fácil...si hubieses querido podría haberlos ganado todos para ti...- admitió Mamoru con una sonrisa egocéntrica.
- Arigato… ya son muchos... ¿Dónde me llevaras ahora, Mamoru?– sonrió coqueta Ryoko. – ¿Te quedaras para ver los fuegos artificiales conmigo? – preguntó levemente sonrojada.
- Donde tú quieras... ¿quieres que me quede contigo?- preguntó mirándola a los ojos - ...etto para ver los fuegos...- aclaró bastante sonrojado.
El pelinegro se acercó por detrás de la pareja con un bokken que había conseguido en el camino. "Perdóname hermano… pero esto lo hago por tu bien…", luego de reflexionar unos segundos asestó un golpe en la cabeza de su gemelo haciendo que se partiera a la mitad. – ¡Despierta, hermano! Soy Shinichi… tu hermano gemelo y ¡te protegeré de cualquier espíritu maligno! – exclamó esperando con curiosidad la respuesta de su hermano.
- ¿Shinichi? – se dio vuelta Ryoko. - ¿Qué es eso de los espíritus malignos?... ¡Jeje! eres muy gracioso… - rió divertida la muchacha.
Mamoru volteó para mirar con curiosidad a su hermano- ¿Despierta?... ¡kuso! Sé que eres mi hermano baka...te conozco desde que nací...- rió mirando bastante divertido la cara de preocupación que tenía Shinichi.- ¿De dónde sacaste ese bokken partido a la mitad?..¿no estas algo viejo para jugar con espaditas de juguete?...porque tiene que ser de juguete para que esté rota ¿o te pusiste a golpear algo muy duro? –
- Tú… ¿entonces no estás poseído por ningún espíritu maligno?... ¿por… por qué estas con Ryo-chan? – preguntó bastante traumado el pelinegro.
- Nos encontramos en la feria hace media hora… y como estábamos solos decidimos pasear… - sonrió levemente sonrojada la castaña.
- ¡Keh! no sé de qué espíritu maligno hablas...estas sonando igual de paranoico que oyaji... ¿Quieres un helado, Ryo-chan? – le sonrió a la muchacha.
- Ha...¡hai! – asintió levemente sonrosada tomando de nuevo el brazo del muchacho de cabellos plateados.
Shinichi se quedó de piedra al observar como se alejaban sin invitarlo. – Genial… ¿y ahora quién será mi compañero de bromas?... ¡Maldito traidor! Me cambia por una niña… pero ya hablaremos cuando vuelva… - frunció el ceño el muchacho de cabellos negros amenazando al viento. Con los hombros caídos comenzó a caminar en dirección desconocida bastante deprimido.
----------------------
Mientras tanto Izayoi y Shigeru sentados en el césped debajo de numerosas lámparas de papel rojo recargados en un árbol disfrutaban de la hermosa noche. Mientras se reflejaban deleitados en los ojos del otro, esperaban el momento de los fuegos artificiales con ansias.
- Es demasiado bueno para creerlo… creo que nunca habíamos tenido un tiempo a solas… generalmente los mocosos del demonio vigilan para contarle todo a otou-chan… pero parece que ahora están muy entretenidos… deberían existir más días como estos.. – comentó risueña la jovencita de ojos dorados apoyando su cabeza en el pecho de su novio.
- A veces creo que es divertido… creo que si ellos dejaran de cuidarte lo sentiría como extraño… así son ellos, no te preocupes… en cierta forma quiero mucho a mis cuñados.. – rió abiertamente. – Supongo que lo de Inuyasha es normal… a ningún padre le gusta dejar a su niña en brazos de otro hombre… - sonrió acariciando las mejillas de la chica.
- Supongo que sí… también estoy aprendiendo a entenderlos… - respondió la chica alzando la cabeza para darle un beso en la mejilla del muchacho. – Te amo… - susurró acariciando sus cabellos castaños.
- Y yo a ti hermosa… desde hace muchos años… - sonrió pícaramente mientras rodeaba la cintura de la chica con sus brazos. – Desde que eras una bebé… me parecías muy bonita.. – respondió algo sonrojado.
- Siempre estuvimos juntos… desde pequeños… yo también me enamoré de ti siendo niña.. – sonrió acariciando su nariz con la del muchacho.
Shigeru tomó suavemente a su novia de la nuca para besarla lentamente. Ambos disfrutaron del momento como si fuera eterno. Sus labios rozaron una y otra vez. Se probaron, deseando perpetrar el sabor de uno en el otro.
Luego de un par de minutos se separaron levemente sonrojados. Shigeru tomó la mano de la chica y la miró fijamente. – Iza… Izayoi… - murmuró.
- ¿Qué sucede anata? – sonrió la joven mirando atenta a su novio.
- Después que termines la escuela… ¿te casas conmigo? – preguntó decidido.
Izayoi un poco sorprendida pero sonriendo ampliamente acercó su otra mano y acarició la del muchacho. – Claro que sí… - respondió rebosante de alegría.
Ambos jóvenes se abrazaron, anhelando que su deseo de estar juntos se hiciera realidad por siempre, la luz de la luna, testigo de los enamorados, los iluminó, perpetrando aquel mágico momento.
----------------------------
Luego de algunos minutos, Keishii, Ranko y Hanako se encontraron con Shinichi; el muchacho miraba con el ceño fruncido hacia la dirección por la cual su traidor hermano se había perdido.
- ¿Nee, Shinichi?... ¿por qué tienes esa cara?- preguntó Hanako mirando con curiosidad a su hermano.
- ¿Te peleaste con Mamoru, Shinichi-Kun? – preguntó Ranko acercándose también al muchacho.
- No lo creo, ellos son uña y mugre...nunca pelean ni se separan...- afirmó la menor de los hijos de Inuyasha.
- Yo creo que sí… parece enojado.. – comentó Keishii.
- Maldita sea… cambiarme por una niña… - pensó en voz alta el pelinegro.
- ¿Niña? Entonces no puede ser Mamoru, el día en que a él le interese una niña sería capaz de abrazar a Kei-baka...eso es imposible...aún es muy inmaduro – afirmó la niña totalmente convencida.
- No hagas promesas sin asegurarte de las cosas… me parece que le debes un abrazo a Keishii ¡jeje!... ya los verás pasar… o quizás si en un rato vamos a ver los fuegos artificiales los encuentres tomados de la mano o abrazados… chikuso… - murmuró lo último por lo bajo.
- ¡Oye¡como si fuera un sacrificio hacer eso! – gruñó el muchacho de la coleta bastante ofendido por lo que había dicho la niña.
Una media sonrisa se formó en el rostro de Ranko – Entonces... ¿Tú quieres que ella te abrace? – preguntó la niña acercándose a su hermano, su mirada se fijó en la del chico por algunos segundos- ¡Lo sabía!- exclamó sonriente al mirar a su muy sonrojado hermano.
Hanako miró por uno segundos al muchacho, cuando sus miradas se encontraron ella inevitablemente su sonrojó.- ¡Ranko-chan!...a mi no me metas en esas cosas... – espetó volteando rápidamente para dirigirse hacia el lugar por donde se había ido Mamoru.
- ¡Kuso¿No puedes cerrar un poco tu bocota, na? – exclamó irritado Keishii a su hermana menor antes de seguir rápidamente a la niña de las flores. - ¡Oe¡Acuérdate de nuestra apuesta… el perdedor pagará los otros juegos! – trató de excusarse para evitar ser el blanco de molestias para el resto de la semana en su casa. "Baka… hoy no habíamos peleado en todo el día… ¡pero qué importa! Nosotros siempre peleamos… es normal…"
- Son tan evidentes… - comentó Shinichi sonriente para Ranko mientras veía alejarse al par.
- Hai, lo son...etto...si tú quieres puedo acompañarte a ver los fuegos artificiales...así no extrañarás a Mamoru...- sonrió dulcemente la niña mirándolo algo sonrosada.- siempre los veo con Keishii, pero creo que ahora quiere matarme...- comentó de forma traviesa.
- ¡Será un honor, pequeña dama! – sonrió Shinichi acariciando la cabeza de la pequeña. – Ya que no tienes a Keishii o a tu padre… me encargaré de ahuyentar a cualquier mocoso que te esté mirando… - comentó entre risas.
- Arigato...- sonrió la niña alegremente.- será un honor ser escoltada toda la noche por usted caballero...- agregó tomándose del brazo del muchacho.
--------------------------
Mientras tanto, la pareja de Nerima y Kagome e Inuyasha esperaban los fuegos artificiales sentados en el césped. Afortunadamente Izayoi y Shigeru se encontraban bastante alejados para no ser vistos por el celoso padre medio demonio.
Ranma acarició el cabello sedoso de su esposa, se habían alejado algunos metros de la otra pareja, para disfrutar mejor el momento romántico. La noche de Tanabata era hermosa, las estrellas brillaban con especial intensidad, el clima era cálido. Perfecto para estar horas disfrutando del aroma dulce de los cerezos en flor.
- ¿Te acuerdas de ese día de Tanabata? Cuando teníamos dieciséis años… - sonrió Ranma observando tiernamente a su esposa.
Akane sonrió, delicadamente apoyó su cabeza sobre el hombro de su esposo.- Claro que lo recuerdo, a pesar de que dijimos que no creíamos en las hojas de bambú especiales...hicimos de todo cuando creímos que si no uníamos nuestros nombres estaríamos separados para siempre... je,je recuerdo que te peleaste con los fuegos artificiales por recuperarla la que tenía mi nombre, mi amor...- sonrió traviesamente entrelazando una de sus manos con las de Ranma.- pero finalmente resultó...aunque siempre estuvimos destinados a estar juntos.-
- Es cierto… pero éramos unos niños, creíamos en esas supersticiones je je… - sonrió divertido el hombre de la trenza. – De todas formas aunque hubiese tenido que enfrentar miles de obstáculos lo habría hecho para estar junto a ti… amor… - susurró suavemente mientras besaba la frente de su mujer. – Es una estupenda noche… ¿no crees? – afirmó mientras se recostaba en el pasto de espaldas atrayendo a la chica hacia su pecho. – ..te amo… - suspiró entrelazando su mano con la de su esposa.
- Yo a ti...-sonrió con dulzura la mujer acomodándose entre sus brazos.- Es una hermosa noche y...recién está empezando anata...- comentó con algo de coquetería.
- Es cierto… promete mucho.. – sonrió guiñándole un ojo. – Solo espera que llevemos a los niños a dormir.. – comentó divertido clavando sus azules ojos en ella.
- Pervertido... ¿Quién dijo que estaba pensando en eso?...- preguntó Akane mirándolo de forma juguetona.
- Um… ¿es que acaso no lo quieres tanto como yo?.. – respondió Ranma con una cara parecida a la de un cachorro abandonado.
- ¿Qué cosa?- preguntó Akane mirando con fingida inocencia.
- Sabes perfectamente a qué me refiero koishii… - respondió natural el joven mientras miraba intensamente a su esposa. – Quiero hacerte el amor, quiero escucharte gemir mi nombre una y otra vez… toda la noche… - susurró ronco.
- Ranma...- murmuró Akane con las mejillas totalmente sonrojadas.- Te van a escuchar...- sonrió mirándolo algo avergonzada, pero realmente encantada por la expectativa que su esposo estaba dándole sobre lo que podría ocurrir aquella noche.- suena increíble...no sabes como me agrada la idea de hacer todo lo que desee contigo esta noche...-
- ¿Y qué deseas hacer conmigo koishii? – preguntó sensual Ranma.
Akane lo miró regalándole una pícara sonrisa, suavemente deslizó su rostro hasta llegar cerca de su oreja.- Quiero hacer el amor contigo...besar cada centímetro de cuerpo...quiero escucharte suspirar y gemir mi nombre mientras te vuelves loco con mis caricias...- susurró sensualmente.
- Eso suena muy bien… - suspiró totalmente deleitado con la voz que utilizaba su esposa. – No puedo esperar para que ya estemos en casa… - sonrió para luego estrechar entre sus brazos a la chica.
Por otro lado, Inuyasha contemplaba con adoración a su mujer, quien aún parecía algo preocupada por el repentino interés de uno de sus hijos en una mujer que no fuera su propia madre.
- Oe, Kagome...- habló el hanyou rodeando con uno de sus brazos la cintura de su mujer para atraerla aún más hacia su cuerpo.- si sigues con esa cara voy a pensar que no me estás prestando atención...- sonrió de medio lado.- tranquila mujer, él aún no se irá de nuestro lado...y a mi siempre me tendrás... –
- Demo… - respondió Kagome todavía un poco sentida al recordar a su bebé con otra mujer de su brazo. Pero los intensos ojos de su esposo le hicieron olvidar todo. Solamente estaban ellos dos. Y aquella hermosa noche. – Mm… ¿no te presto atención?... gomen… prometo que a partir de ahora lo haré.. – sonrió pícaramente rodeando con sus brazos el cuello del muchacho.
- Desde que viste a nuestro hijo con esa niña...te olvidaste de mi...-habló el hanyou fingiéndose perfectamente dolido por la situación.- ¿Qué harás para demostrarme que me estás prestando atención?- preguntó acariciando posesivamente su cintura.
- Todo lo que tú desees… - respondió la mujer de cabellos azabaches pegando sus senos contra el fuerte pecho de su esposo. – Si quieres prepararé crema… y ese fondue de chocolate que tanto te gusta… ¿recuerdas?... creo que ahora es tu favorito antes que el ramen… - sonrió divertida. - …o podríamos ir a ese manantial en el bosque… no sé… ¿qué te gustaría a ti? – preguntó mordiéndose levemente los labios.
- Me gustaría todo eso...- susurró enronquecido cerca de su oído.- Y mucho más...tenemos mucho tiempo por delante...ya no son los bebés que no nos dejaban hacer nada...¿Recuerdas?- sonrió al recordar lo difícil que era conseguir algo de intimidad en esa época.
- Sí… teníamos que dejarlos con Sango y Miroku ¡jeje!... - sonrió divertida Kagome. – Pero ahora tenemos todo el tiempo del mundo… quiero que me demuestres tu máxima energía Inuyasha… - suspiró besando la comisura de los labios de su compañero. Con una sonrisa traviesa se sentó sobre sus piernas. Delicadamente quitó la gorra de la cabeza del medio demonio y besó suavemente su oreja derecha. – Te amo… - susurró cerca de sus labios.
- Siempre te la he demostrado mujer...- susurró en respuesta el hanyou penetrándola con la mirada. Buscando seducirla, apenas rozó sus labios sobre los de ella.- Sabes que te amo...Kagome...- murmuró bastante acalorado atrayéndola con suavidad hacia su cuerpo.
La joven rozó de igual forma los labios de su esposo. Con lentitud y especial maestría acarició con sus dedos la nuca del medio demonio. Podía sentir el calor del cuerpo de su compañero. Sus labios se unieron en un apasionado beso.
Ryoga carraspeó con fuerza.- Cada día hay gente más inmoral en este mundo ¿na, koishii? – preguntó mirando con una media sonrisa a su esposa que estaba tomada de su brazo.- Esto es un lugar público par de degenerados...no quiero que mi pobre hijo menor tenga que traumarse con escenas de este tipo.- espetó fingiendo seriedad, aunque tenía más que claro que su hijo estaba más interesado tratando de localizar donde estaban los puestos de juegos.
Ukyo rió divertida al observar como la pareja aludida se separaba rápidamente y se sentaban correctamente bastante sonrojados. – Es cierto… por suerte Ryota no alcanzó a verlos… ¡y nosotros que hacemos lo posible por contenernos y ustedes en un parque¡par de desvergonzados! Ja, ja, ja… - comentó viendo como el niño intentaba ir a los puestos. - ¡Espera un poco! Cuando regrese Ryoko irás con ella… hay demasiada gente… no quiero perderte de vista… - espetó tomando al muchachito de la mano. Desafortunadamente había heredado el mal de su padre.
- Mou...onee-chan se fue hace rato...estoy aburrido...- protestó el pequeño de diez años. Él era la viva imagen de su madre, salvo por el cabello, cuyo color había heredado de su padre.
- ¡Que gusto verlos! – saludó sonriente Akane, ella y Ranma habían recuperado la compostura mucho antes de que Ryoga llegase.- Si quieres puedes decirle a Ranko que te acompañe cuando vuelva, también a Keishii, pero solo si no se ponen a armar escándalo como siempre...- comentó la mujer mirando divertida con el ceño del hijo del Ryoga se fruncía.
- Go…gomen… ¡Konbanwa! – sonrió Kagome aun un poco sonrojada bajando la cabeza a modo de saludo. - ¡Qué grande estás Ryota! – comentó poniéndose de pie para acercarse a la pareja que recién llegaba.
- Konbanwa Ucchan, P-ch.. digo Ryoga – sonrió burlón Ranma. - ¿Cómo estás Ryota? – saludó al niño palmeándole la espalda.
- Espero que Ryoko regrese pronto… dijo que iría a buscar algún conocido y hace más de una hora que no vuelve… ¿ustedes la vieron? – preguntó la castaña.
Akane y Ranma sintieron un leve escalofrío al notar como el aura de batalla de la mujer de cabellos azabaches comenzaba a aumentar levemente. Inuyasha, no se percato de ese pequeño detalle, parecía envuelto en el cegador manto del orgullo paterno.
- ¡Keh!...-sonrió de medio lado cruzando sus brazos sobre su pecho- a su mocosa siempre le ha llamado la atención mi familia...aún recuerdo lo bien que se llevaba conmigo cuando era bebé...- recordó Inuyasha mientras su sonrisa orgullosa aumentaba a cada palabra.- No pudo resistirse a mi muchacho, él es muy fuerte, valiente y tiene el mismo carisma que su padre...ella está con Mamoru...-
- ¿Ryoko y Mamoru?... ¡jeje! ya lo sospechaba… siempre que regresaba de clases me hablaba lo bueno que es para los deportes y su simpatía con ella… - comentó Ukyo sonriente. – Si es así me alegro… les doy mi autorización – dijo mientras hacía con sus dos dedos la señal de amor y paz.
- Por mi no hay problema...demo..si tu mocoso hace llorar a mi hija...lo mato...- espetó Ryoga totalmente serio.
En ese momento una pareja tomada de las manos apareció sonriente. Eran Izayoi y Shigeru.
- Gomen ne… nos distrajimos en los puestos… - mintió la ojidorada mirando con complicidad a su novio. – ¡Konbanwa! Ryoga-san, Ukyo-san, Ryota! – sonrió acercándose a ellos. -¿Y Ryoko¿no vino? – preguntó extrañada.
- ¡Hola! – sonrió Ryoga saludando a la pareja.- Ella está en algún lugar de la feria con Mamoru...-
Inuyasha miró con seriedad a su hija.- Traten de no distraerse mucho o voy a arrepentirme de haber aceptado esto...-
- Nee, Inuyasha...no seas tan estricto, después de todo son novios hace muchos años.- comentó Akane bastante divertida por la expresión del hanyou, quien parecía a punto de armar un berrinche por la falta de atención de su hija.
- Tú no te metas...ya te quiero ver cuando Ranko o Keishii estén saliendo con alguien.- protestó el hanyou sin dejar de mirar a su hija.
Ranma frunció el ceño. – Ranko es muy pequeña todavía, además ya le dije que no tendrá cita… hasta… bueno, había dicho dieciséis… pero creo que mejor sería hasta los… veinticinco creo que es una buena edad, para ese entonces ya habrá estudiado en la universidad y estará lo bastante madura para elegir a un joven… - respondió Ranma todavía dudando de su respuesta. "Quizás debí haber dicho hasta los treinta… y que lo seleccionaría solo si yo lo aceptara…". – ¡Je! y por Keishii no me preocupo… a él solo le interesa entrenar… además estoy seguro que él elegiría una mujer muy fuerte y que guste del arte... le llevará mucho tiempo encontrarla… -
Kagome miró a Akane, y ésta le devolvió la mirada, evidentemente ambas pensaban en que lo más probable era que el heredero de la escuela de combate libre Saotome-Tendo ya estaba muy cerca de esa persona.
- Ranma...- Akane pronunció el nombre de su esposo con cierta dificultad, estaba a punto de reírse a carcajadas.- anata a los veinticinco nosotros ya éramos padres...-
- Pero es diferente… nuestros padres se conocían de jóvenes, antes que mi hija se case con un hombre debo conocer a toda su familia, su pasado, trabajo o estudios… no quiero dejarla en manos de cualquier criminal… - se excusó Ranma bastante alterado. Su pequeñita solamente tenía diez años y ya querían hablarle de ese tema.
- ¿Y por qué no intentas buscarle un novio tú, oji-san?- sonrió divertida Izayoi. - ¡Eres tan anticuado como otou-chan! – comentó entre risas.
- Tienes toda la razón Iza-chan.- Ryoga apoyó el comentario de la muchacha con una sonrisa bastante burlesca.- Ranma, te has convertido en un viejo anticuado.-
Justo en ese minuto, Mamoru y Ryoko se acercaban al grupo de adultos.- ¿Estas segura que quieres estar aquí? – preguntó por lo bajo el muchacho.
No consiguió una respuesta ya que en ese instante era mirado con bastante curiosidad por todos, mejor dicho la mano de Ryoko entrelazada con la suya era el objeto de atención.
- H..hijo… Ryo.. Ryo-chan… ¿cómo están? – sonrió Kagome apretando los dientes. A mil leguas se podía notar que la sonrisa de la joven madre no era para nada alegre, más que nada parecía psicópata.
- Ho… hola Kagome-san… - respondió la muchachita notando la mirada asesina de la mujer de cabellos azabaches.
- Oka...oka..oka-chan..¡bien!...¡Muy bien!- sonrió Mamoru mirando de reojo a Ryoko.
Rápidamente Inuyasha colocó una de sus manos sobre el hombro de su mujer.- ¿Estás bien?...recuerda que es hija de Ryoga y Ukyo...- murmuró por lo bajo.
- Sí… sí… ya sé.. – respondió para su esposo sonriendo igual que antes apretando el brazo del medio demonio para alivianarse de la tensión que le provocaba ver a su hijo con otra mujer. – Me alegro que estén bien… - comentó tratando de parecer natural. - ¿Y Shinichi? – preguntó temiendo lo peor. No podía ser que sus dos bebés se habían alejado de su lado para siempre el mismo día.
- ¡Keh! Está muy raro, andaba jugando con una espada de madera rota, creo que antes estaba con Ranko...- habló Mamoru algo extrañado por la rara actitud de su hermano.
- A mi lo que gustaría saber es ¿que rayos hacen de la mano con mi hija? Porque si estas pensando en ser su novio, te advierto desde ya que si la haces llorar te voy a hacer pedazos sin importarme hijo de quien seas...- espetó Ryoga mirando con seriedad al muchacho.
- Y yo voy a ayudarlo...nadie hará llorar a onee-chan..- habló Ryota imitando perfectamente la seria postura de su padre.
- ¡Papá! – exclamó la castaña totalmente sonrojada soltándose de la mano del muchacho que había quedado de piedra. – Mejor vamos acompañar a Ryota a los juegos… ¡después hablamos! – se excusó la muchachita tomando nuevamente la mano del joven para luego arrastrar a su hermano a los puestos de juegos.
- Los jóvenes de ahora se enamoran muy rápido… - comentó divertido Ranma. – Quien lo diría… ya te quitaron a tu hija P-chan.. – comentó entre risas. – Nunca me imaginé que Mamoru o Shinichi se enamorarían tan pronto… -
- Ya son grandes… es la manía de oka-chan de hacerlos parecer bebés… - agregó Izayoi riendo. – Quería que trajeran una gorra con sus nombres y algo que bordó abajo… creo que decía "Yo amo a oka-chan…" -
- ¿Realmente? Kagome-chan… eres increíble… - rió divertida Ukyo.
- Pero si en casa las usan… no sé porque no quisieron ponérselas para esta ocasión… -comentó desilusionada la mujer que aún trataba de espiar a su hijo con la muchachita y a un Ryota distraído jugando.
- Mou...Kagome-chan estoy segura de que ellos solo las usan para no herir tus sentimientos, Keishii me hizo prometerle que nunca le compraría una gorra con su nombre y mi hijo es menor que los tuyos amiga...- comentó Akane con una sonrisa nerviosa.
- Oigan...si ellos no actuaran como niños, Kagome no los seguiría tratando como tales...-apoyó Inuyasha a su mujer a pesar de que no estaba muy convencido del argumento.
- Pues espero por la salud de su "bebé" que no se le ocurra portarse como hombre con mi hija antes de tiempo...- masculló Ryoga.
En ese minuto una sonriente Ranko corrió hasta llegar donde sus padres.-¡Hola tíos! – sonrió saludando a Ukyo y Ryoga.- ¡Mira mamá, Shinichi-kun lo ganó para mi!- exclamó entusiasmada mostrándole el pequeño conejo de felpa a Akane.
- Está muy bonito, preciosa.- respondió sonriente Akane.- ¿Estas contenta?- preguntó guiñándole un ojo a su hija.
La niña se sonrojó levemente.- Etto hai... no tenía uno de estos...- balbuceó tratando de ignorar la mirada de su madre.
Inuyasha contuvo una carcajada.- Oe, Kagome... ¿no estarás pensando que ya perdiste a nuestro otro bebé?-
Kagome rió divertida. – Qué cosas dices… - comentó relajada. Era tan solo una niña. Además Ranma no la soltaría tan fácilmente. "Puedo considerarme afortunada… él dijo que hasta los veinticinco no permitiría que alguien saliera con su hija…"
- ¡Estás loco!… deja de decir estupideces… kuso… - espetó Ranma lanzándole una mirada asesina al hanyou. "No puede ser… ella es muy pequeña… casi le lleva cinco años… y no me importa lo que digan, hasta los veinticinco no se lo permitiré.. ¡chikuso!.. aunque dudo que Shinichi piense como ese idiota… el muchacho solo la ve como su hermanita…¡eso es! No tengo por qué preocuparme…"
Una pequeña discusión entre Hanako y Keishii, quienes se acercaban al lugar llamó la atención de todos.
- Shimatta... ¡Qué terco eres niño!...asúmelo, empatamos en todos los juegos.- ¿Por qué no admites que además de bonita, soy lista y buena para todos los juegos?- habló Hanako mirando con una sonrisa presumida a Keishii.
- ¡Eso lo admitiré el día que tú admitas lo apuesto, inteligente, fuerte y valiente que soy! – respondió sonriente el muchacho sin notar que ambos eran el objeto de atracción de las tres familias.
- Engreído, sigue soñando...- sonrió traviesamente la niña dándole un leve golpe con su gatito de felpa.- además a mi nunca va a gustarme un niño tan engreído como tú, Kei-baka.-
- Eso lo dices porque te da pena… - sonrió egocéntrico Keishii acercándose a la niña. – No creas que no te vi… hoy en dos ocasiones cuando me acerqué a ti te sonrojaste… ¡estas muerta conmigo¡admítelo! –
- ¿Crees que no vi tu cara cuando me miraste al llegar a la feria? El que está muerto por mí eres tú...- respondió Hanako sonriendo de igual forma.
- ¡Entonces por fin de dieron cuenta! – comentó Kagome sin poder evitarlo. – Yo lo sabía… ¡ambos se gustan! – espetó con una enorme sonrisa.
- ¡Keh! No digas esas cosas mujer...que no ves que los mocosos solo jugaban.- el hanyou ser acercó a los niños.- ¿Por qué estaban jugando, no?..- preguntó con un leve tic nervioso en el ojo.
- ¡Por supuesto que sí tío! A mi no me interesan las niñas… - respondió el muchacho de la coleta fingiendo superioridad.
- Jeje… lo sospechaba… al muchacho solo le gusta entrenar… no creo que le interesen esos temas hasta unos cinco años más... – sonrió Ranma. – Es igual de terco que su padre.. ¡je! –
Akane sonrió, prefirió no decir nada.-¿Desde cuándo te gustan los animalitos de felpa?- preguntó tomando el juguete que su hijo tenía en sus manos.- ¡qué linda gatita! –
Ranko miró traviesamente a su hermano, antes de que éste pudiera abrir la boca, le respondió a su madre:- Hanako la ganó para Keishii...-
- ¡Eso fue porque no podía soportar que yo ganara uno para ella¡ella también tiene un gatito mírenlo! – espetó el ojiazul bastante sonrojado.
- Se parece mucho a ti… - comentó divertida Kagome. - ¿Lo elegiste tú Hanako? – preguntó guiñándole un ojo.
- ¡Hai, pero no es por nada de lo que están pensando!...-exclamó Hanako bastante alterada.- Kuso... ¿tenías que abrir la boca no?...cobarde...-masculló la muchacha mirando con el ceño fruncido a Keishii.
Akane miró a su hijo y luego al animalito de felpa que tenía la muchacha entre sus brazos- ¡Hey!...mi hijo es mucho más guapo que eso...- rió alegremente acariciando el cabello del muchacho.
- Creo que allí viene Shinichi, Kagome… - comentó sonriente Ukyo al observar al pelinegro con un enorme perro de peluche color blanco.
El muchacho se acercó a su madre. – Konbanwa a todos… - saludó. – Traje esto para ti, oka-chan.. – sonrió entregándole el peluche.
- ¿Para mi¡Oh! gracias, es muy lindo… le pondré Inu-chan… - comentó sonriente abrazando efusivamente al muchacho que reía avergonzado.
- ¿Inu-chan?...¿por qué rayos le vas a colocar mi nombre? – preguntó Inuyasha mirando con el ceño fruncido a Kagome.- ¿Por que demonios tenías que traerle un perro?- reiteró dirigiéndose ahora a su hijo.
- ¡Porque se parecen! – comentó divertida la mujer soltando al muchacho del abrazo para luego acercarse a su esposo. – Se ven igual de tiernos… - comentó solo para él tomándolo de un brazo mientras guiñaba un ojo
- No se parece a mi...es más tiene la misma expresión que Mamoru cuando apareció de la mano con la hija de Ryoga...- comentó el hanyou sin poder evitar sonreír al recordar a su hijo.
- ¿Ya apareció el traidor? – preguntó Shinichi frunciendo el ceño. - ¿Y se volvió a escapar? Shimatta… - gruñó por lo bajo.
-¿Traidor? – preguntó Akane mirando con curiosidad al muchacho.
- ¿Venía de la mano con Ryoko?- preguntó Hanako bastante sonrojada al recordar lo que había dicho que sería capaz de hacer si Mamoru se interesara por las chicas.
- Sí… ¿por qué lo preguntas hermanita? – preguntó Izayoi interesada por saber el motivo del repentino rubor en la cara de la niña.
- Um...porque...porque... ¡Porque Mamoru no haría nunca algo así! – protestó Hanako.-¡Eso es imposible!-
- Me temo que sí… - respondió resignada Kagome. – Perdimos a nuestro Mamoru… - espetó mirando a su otro bebé.
- ¿Perderme?... ¿Por qué iba a perderme?...¡keh! mi sentido de la orientación es único.- habló Mamoru llegando al lugar acompañado de los hijos de Ryoga.- ¿Nee, Shinichi ya dejaste de jugar con tu espadita?- preguntó con una media sonrisa.
- Traidor.. – protestó Shinichi mirándolo con resentimiento. – Prometiste que estaríamos juntos para todo… -
Inuyasha suspiró con resignación, definitivamente ese lado dramático su hijo lo había heredado de Kagome.
- Parece que sus hijos crecen rápido oji-san… - comentó sonriente Shigeru acercándose al medio demonio. De alguna forma esto lo beneficiaba, un guardaespaldas menos.
Inuyasha fulminó con la mirada al muchacho- Sí...demasiado rápido y eso no es siempre bueno...-
- ¿Traidor?...- preguntó algo confundido Mamoru.- ¿¡De qué demonios estas hablando!?..Nunca he roto esa promesa...baka..- masculló Mamoru bastante ofendido.
- ¿Y qué dices sobre lo que pasó hace unas horas¿te olvidaste que existía? – reclamó bastante enfadado el pelinegro.
- Disculpen… no quise entrometerme.. – intervino Ryoko bastante apenada acercándose a Mamoru.
- Iie...iie, tú no tienes la culpa de nada..-sonrió estúpidamente Mamoru.- Shinichi no sabe lo que dice, además él estaba entretenido acompañando a Ranko-chan, no entiendo porque está haciendo escándalo.- agregó mirando con el ceño levemente fruncido a su hermano.
- Chikuso… jamás lo entenderías… sólo si te pusieras en mi lugar… - gruñó Shinichi volteando el rostro decidido a no seguir más con aquella conversación.
Hanako se acercó decidida hacia Mamoru, bruscamente lo jaló por sus cabellos hasta dejarlo casi a su altura.-¿Ella te gusta?...-murmuró para ser escuchada sólo por su hermano.
- Etto...yo...yo...no te importa- balbuceó totalmente rojo Mamoru.
La niña lo miró a los ojos, inmediatamente su rostro se sonrojó "Kuso...no pienso abrazar a Keishii...me da vergüenza...maldición por qué abrí la boca..." pensó haciendo todo lo posible por ignorar que estaba siendo observada por toda su familia y amigos.
En ese momento se vislumbraron dos figuras en el horizonte. Las luz de las farolas permitió divisar el par de siluetas recortadas en la oscuridad. A paso lento y ceremonioso, las sombras caminaron.
-------------------------------
Media hora después…
- Como les decía… - habló Kuno parsimoniosamente sentado en el césped captando la atención de todos los presentes. – Desde que mi pequeño orgullo está en la escuela Furinkan su nombre está en boca de todos… ¡jeje! tenía que ser mi hijo… la perfección parece ser genética en mi familia… - comentó peinándose el cabello. – Es el rayo azul segundo de la escuela… - rió fingiéndose superior. Una gotita se asomo en la frente de los presentes. – Nabiki no pudo venir desafortunadamente… dijo que necesitaba tomar unas vacaciones de nosotros… no sé a qué se refería exactamente… pero todo sea por ver a mi diosa feliz… - agregó contento despeinando el cabello de la pequeña réplica de él que tenía a su lado.
- Es cierto… todas las chicas me persiguen… yo soy el más fuerte y valiente de todos aquellos plebeyos.. soy Kuno Tatewaki II y tengo diez años… – comentó haciendo gestos idénticos a su padre. – Por cierto… otou-sama… necesito cincuenta mil yenes… - inquirió el niño de ojos azules y cabello castaño.
- Por supuesto… aquí tienes hijo.. – asintió con naturalidad el ex rayo azul sacando de su bolsillo un fajo de billetes para luego entregárselos al niño.
Sonriendo nerviosamente, Akane habló:- A veces te pareces tanto a mi hermana, Tacchi...realmente no sabes cuanto.- tratando de contener una carcajada agregó.- pero también te pareces mucho a tu padre.-
- Sacó lo peor de los dos...- murmuró por lo bajó Inuyasha.
- Es entendible que tía Nabiki necesite vacaciones...- agregó Ranko en el mismo tono.
- Al menos tú no tienes que soportar su acoso...- frunció el ceño Hanako.
- No deberías hacerle caso… tan solo ignóralo.. – comentó divertida Izayoi.
- ¿Hablaban de mi…? Jeje… ya estoy acostumbrado… casi siempre suelo ser el tema de conversación de todas las personas que me rodean… - comentó egocéntricamente la réplica de Kuno acercándose a las chicas. – Iza-chan… Hanako-chan… Las invito a una cita… mañana al amanecer a las 5.39… les prometo que será el mejor día de su vida.. – rió tontamente colocando una de sus manos en el hombro de la más pequeña.
Inuyasha miró de reojo a sus hijos.- ¿Qué demonios están esperando para defender a su hermana?-
- ¡Keh¿Defenderla?...hablas como si no conocieras a tu hija, oyaji..- respondió Mamoru totalmente relajado.
- Es cierto… Hanako puede perfectamente contra él… y creo que contra otros tres más a la vez.. – comentó entre risas Shinichi.
Keishii se limitó a mirar con el ceño fruncido a su primo. Detestaba que se tomara ese tipo de confianzas con ella.
Hanako miró enfurecida a Tatewaki, con un brusco movimiento lo tomó por el brazo, acercándolo luego para aplicarle una llave que lo proyecto algunos metros lejos de ella.
- Temee...vuelve a acercarte a mi y te parto la cara...- gruñó mientras arreglaba su cabello, el cual se había desarreglado un poco luego de deshacerse de la molestia.
Kagome se acercó para ayudar a su hija. Complacida acarició los pequeños rulos que se formaban en las puntas del cabello azabache de la niña. – No tienes que enojarte tanto… ya sabes como es Tacchi-chan… o en todo caso hubieras dejado que Keishii lo hiciera por ti.. – comentó guiñándole un ojo mientras arreglaba su yukata.
Ranma se acercó a su primogénito que todavía miraba con odio a su primo. – ¿Qué pasó Keishii¿te molestó Tacchi otra vez? – comentó divertido sin entender la situación. – Tú sabes que eres mucho más fuerte… lo vencerías con los ojos cerrados.. –
Hanako miró a su madre con el ceño totalmente fruncido.- Sé defenderme sola...- pronunció casi arrastrando las palabras.- Nunca voy a pedirle ayuda, luego no pararía de burlarse de mi...- murmuró mirando hacia otro lado.
Akane se acercó junto con Ranko hacia donde estaban Kagome y su hija menor.
- Nee, Hana-chan buen golpe...- comentó Ranko riendo traviesamente.
- Tu hija tiene razón Kagome, una mujer es perfectamente capaz de defenderse de cualquier peligro sola – afirmó Akane apoyando a Hanako.
- Lo sé, ella es muy fuerte… pero está tan bonita… no quiero que se ensucie la yukata.. – comentó Kagome totalmente aprehensiva todavía peinando los cabellos de la niña.
Keishii y Ranma estaban casi a un lado de ellas escuchando la conversación. Ranma se dirigió a ellas para conversar.
El muchachito de la coleta caminó algunos pasos y fijó su mirada en la jovencita. "Yo podría defenderte de él y de otros que intenten acercarse a ti sin burlarme… después de todo somos... amigos… desde hace mucho tiempo… además… detesto que se acerquen a ti de esa forma… no sé por qué… pero aunque no quieras estaré a tu lado para evitarlo…"
Ranma rió divertido con la conversación de las mujeres. – Es cierto lo que dice Akane… cuando íbamos a la preparatoria podía enfrentarse a casi todos los hombres de la Furinkan sin mi ayuda... –
Akane sonrió al recordar esa época.- Cierto, eso fue hasta que Ranma derrotó a Kuno, y era complicado pedirle ayuda al niño más engreído del mundo sin hacerlo sentirse superior...- afirmó mirando con una media sonrisa a su esposo.- Está bien que te defiendas sola Hanako-chan, pero estoy segura que Keishii estaría feliz de ayudarte...-
- Cierto porque tú le...- Ranko fue interrumpida por la mano de su madre que delicadamente se posó sobre sus labios para hacerla callar.
La niña entendió el mensaje y guardo silencio, mirando aún algo molesta a su madre a pesar que esta ya había dejado de taparle la boca.
Mientras tanto Kuno trataba de levantar a su hijo que deliraba soñando que tenía su cita tan deseada con el par de diosas de cabello negro. Izayoi riendo divertida por las boberías que decía el chiquillo tomó la mano de su novio que sonreía divertido por las ocurrencias del pequeño monstruito.
Ryoga y Ukyo junto con Ryota conversaban entretenidos observando la misma escena.
Mamoru tomó la mano de Ryoko sonriendo levemente sonrojado. La chica entrecruzó sus dedos con los de él sonrosada mientras apoyaba su cabeza en el hombro de él. Ante esta acción Shinichi con el ceño bastante fruncido optó por alejarse de ellos y caminar hacia donde estaba su madre y los demás. Inuyasha hizo lo mismo sonriendo orgulloso por su hijo.
Se acercó hasta Kagome, delicadamente la tomó de la mano.- Oe, onna...ya deja en paz a nuestra hija...¿vamos a ver los fuegos?- preguntó regalándole una seductora sonrisa.
- Está bien… - sonrió abiertamente la mujer de cabellos azabaches apretando levemente la mano de su compañero. – Vamos… - agregó lanzándole una mirada coqueta a su esposo mientras se alejaban un poco de las parejas.
En ese momento fuegos artificiales de diversos colores y formas comenzaron a inundar la templada noche en Tokyo.
Shinichi tomó la mano de Ranko y sonrió. - ¿Vienes conmigo a verlos?... creo que tus papás quieren estar a solas.. – mencionó lo último en el oído de la niña sonriendo divertido.
Ranko sonrió levemente sonrosada- Hai, y creo que Hana-chan y mi hermano quieren hablar...- respondió alegremente alejándose con el muchacho.
- ¿Te vas a quedar ahí?...deberías invitar a tu esposa a ver los fuegos artificiales alejados de los demás...- sugirió Akane sonriéndole seductoramente a su esposo.
- Solo esperaba el momento más adecuado.. – sonrió Ranma tomando la mano de su esposa besándola levemente. - ¿Vamos a ver los fuegos? – propuso abriendo su antebrazo para que ella lo tomara.
Complacida tomó el brazo de su esposo.- Vamos...- respondió con dulzura la mujer dejándose llevar por su esposo.
Todos estaban en parejas observando el espectáculo que ofrecía la feria. Tatewaki II se acercó a Ryota para comentarle de sus hazañas y el otro muchachito se limitó a mirarlo de reojo con indiferencia.
Hanako y Keishii un poco incómodos se miraron de reojo. La situación que habían creado sus padres era un tanto tensa, pero no deseaban pelear, al menos no ese día. Disimuladamente y con lentitud ambos se acercaron entre sí.
Keishii se rascó la cabeza y miró a la chica. - Aunque no te guste vas a tener que verlos conmigo…¡ jeje! – comentó sonriente tratando de alivianar un poco la tensión. "Tengo que decirle lo de Tatewaki… y que la ayudaré con cualquier otro que intente propasarse… pero no sé cómo… kuso…"
- Sí...no tengo otra opción...- respondió Hanako mirándolo de reojo.- te gusta estar conmigo ¿ne?...- preguntó apoyando su espalda contra un gran árbol que estaba cerca de ellos.- realmente no me molesta...- murmuró algo sonrojada.
- Lo sé, porque te encanta estar conmigo.. – respondió el muchacho sacándole la lengua. Sonriendo complacido se sentó a un lado de la niña acomodando su espalda contra el tronco del cerezo. – Son muy bonitos.. – espetó contemplando el amplio cielo. - ¿Te gustan? –
La mirada de la chica se fijó en los destellos multicolores que invadían el cielo luego de cada estallido.- Hai...son bonitos...- respondió sonriente. Luego de unos segundos su mirada se desvió hacia el muchacho.- No contestaste mi pregunta...cobarde...-
- ¿Qué pregunta? – respondió fingiéndose distraído. La muchachita lo fulminó con la mirada. El jovencito tosió levemente nervioso. – etto.. tanto como me gusta practicar artes marciales… esa es mi respuesta – respondió Keishii levemente sonrojado. – Fue muy buena la llave que le aplicaste a Tacchi… - comentó entre risas tratando de desviar el tema.
Hanako se sonrojó notoriamente.- Um...a mi también...-murmuró casi para ella misma.- él se lo buscó, nunca he sido su amiga para que se tome esas confianzas...-
- Es cierto… pero él no entiende… es un bobo... – rió relajándose un poco. – Etto… si quieres puedo ayudarte con él… no me molestaría.. – agregó tratando de fingir naturalidad. Juntando valor miró de reojo a la chica. – Oe… ¿entonces no te interesa mi primo? – preguntó observándola atento.
La niña lo miró bastante sorprendida.- ¿Luego no me dirás que no puedo defenderme sola? – preguntó mirándolo a los ojos bastante seria.- Por supuesto que no me interesa, pensé que me conocías...demo ¿por qué me preguntas algo así?-
- No… para nada… so.. ¿somos amigos, verdad? A pesar de que peleemos tanto.. – respondió Keishii. – Y podría ayudarte con cualquiera que intentara propasarse contigo… - agregó mirándola fijamente. – Etto.. y lo otro.. solo preguntaba por curiosidad ¡je!... es que no te imaginaba a ti con mi primo… son muy diferentes.. – sentenció.
Hanako hizo una evidente muestra de asco.- No tengo tan mal gusto...¿con quién me imaginas?...¿Contigo?...- comentó entre risas la muchachita ignorando el rubor que cubría el rostro de su amigo.
Keishii se sonrojó furiosamente. – No.. NO..no.. no lo decía por eso… a.. además.. ¡tú te imaginaste eso! debe ser porque lo quieres… - respondió notablemente nervioso. Su corazón latía tan apresurado que parecía querer huir de su pecho.
Hanako rió abiertamente.- Por eso me gusta estar contigo, me haces reir cuando te pones nervioso.- tímida y rápidamente depositó un pequeño beso en la mejilla del chico.- etto...es...eso...fue por lo que dije que haría si Mamoru...se interesaba...ya sabes...eso...- balbuceó totalmente roja.
El muchacho cayó hacia el otro costado totalmente en shock. Supuestamente solo debía abrazarlo por eso. Sus mejillas estaban furiosamente arreboladas y su cuerpo parecía no responder. – Ha.. Ha.. Hanako… - balbuceó apoyando un brazo en el suelo para no caer del todo. "no… no me lo esperaba…demo… rayos.. parezco un tonto así… tengo que hacer algo…". Sentándose nuevamente la miró divertido, acercó su mano a la frente de la niña para tocarla. – ¿Tienes fiebre? – preguntó.
- ¿Nani? – preguntó la chica tocando sus mejillas.-¿de qué hablas?-
- Etto… es que tú… es decir… no es parte de tu carácter actuar así…¿estas enferma? – preguntó sonriendo burlón.
- ¡Qué estás tratando de insinuar! – gritó Hanako apartándose del muchacho.- Idiota...ya ves como no se puede ser amable contigo...kuso...-
- ¡Qué quieres que haga si actúas de una forma y después cambias!...¡estas loca! – gruñó Keishii mirándola desafiante. - ¡No sé para que me ofrecí en ayudarte! Si ni pareces niña… ¡puedes defenderte sola¡Chikuso! –
- Claro que sé y ahora mismo te voy a demostrar que tan bien lo hago...- masculló Hanako mirándolo de forma amenazante.
La "pequeña" discusión atrajo la atención de Akane quien disimuladamente miró hacia donde estaban los niños.
- Nuestro hijo se parece mucho a ti...en todo...- comentó sin dejar de mirar la escena.
- Es cierto… y Hanako es una copia de Inuyasha en femenino… por cierto muy parecida a ti… - respondió divertido Ranma. - ¿Crees que acabarán como nosotros? – preguntó.
- ¿Estas insinuando que mi carácter es igual de agresivo que el de Inuyasha, Ranma? – preguntó la mujer ignorando totalmente la segunda pregunta de su esposo.- Piensa bien lo que vas a responder, de eso dependen ciertas cosas...ya sabes...- añadió mirándolo maliciosamente.
- Etto… solo bromeaba koishii… - respondió Ranma tomándola de la mano. – Sabes que a veces digo idioteces.. – agregó tratando de arreglar la situación.
Akane sonrió- Vas a tener que enseñarle a nuestro hijo que hay veces en que es mejor no hacer ciertos comentarios...o Hanako lo matará antes de que acaben como nosotros.- respondió rodeando con sus brazos el cuello de Ranma.
- Supongo que sí… pero es parte de la edad.. cuando sea adolescente será peor.. espero que Hanako tenga paciencia…– sonrió Ranma tomando la cintura de su mujer. – Te amo… - susurró besándola cerca de sus labios.
- Yo a ti...- respondió con un dulce tono de voz Akane. Se disponía a besar a su esposo cuando Inuyasha los interrumpió "educadamente".
- Oe...par de hentais, dejen eso para después o ¿no se han dado cuenta que mi princesa va a asesinar a su hijo? – preguntó el hanyou mirando bastante divertido como Keishii intentaba esquivar los furiosos ataques de su pequeñita.
Kagome apareció tras el sonriendo divertida. – Se llevan tan bien… a leguas se nota que se gustan… - comentó tomando el brazo de su compañero.
Inuyasha prefirió ignorar el comentario de su mujer. Estaba seguro que Keishii no sería capaz de acercarse a su princesa hasta dentro de muchos años más.
- Es probable, pero no voy a permitir que tu hija se robe a mi bebé aún...- habló Akane claramente bromeando e imitando la reacción que su amiga había tenido cuando vio a Mamoru con una chica.
- ¡Je! si nuestro hijo escuchara como lo llamaste se pondría furioso.. – comentó entre risas Ranma. – No creo que Keishii intente robarte a Hanako Inuyasha… vas a esperar mucho tiempo antes que eso suceda… lo conozco.. - intentó calmar al hanyou que gruñía con el ceño bastante fruncido por los comentarios de las mujeres.
- No se preocupen… de alguna forma u otra nuestras familias acabarán unidas.. – sonrió Kagome observando a lo lejos a Keishii con Hanako y después a Ranko con Shinichi. Luego de unos segundos frunció el ceño y prestó atención a Mamoru y Ryoko que estaban tomados de las manos. Exhaló un suspiro con bastante resignación.
- Mou...cambia esa cara Kagome-chan, no podemos quedarnos con ellos para siempre, piensa en lo feliz que serás cuando te den nietos.- afirmó una sonriente Akane.
Kagome frunció levemente el ceño. – Sí… y si es que nuestros hijos terminan juntos compartiremos los nietos… – respondió guiñándole un ojo a una Akane bastante deprimida con la idea. - Supongo que tendré que aceptar que mis bebés se irán algún día… - concluyó sonriendo un poco más animada.
Las dos parejas tomadas de las manos observaron sonriendo satisfechos a sus futuros sucesores.
Fin
Notas de las autoras
No tengo muchas cosas que decir xp, veamos el Tanabata del cual hablan Ranma y Akane es aquel capítulo del manga al que me referí la última vez que me tocó dejar a mi la nota.
Ah y no puedo olvidarlo ;) , la reacción de Shinichi al
"abandono" de su hermano, es normal si consideras lo
apegados que pueden llegar a ser dos gemelos y más aún
dos tan especiales como ellos ;). Sobre Kagome prefiero no decir
nada, "oka-chan" me da miedo xp aunque en cierta forma
enferma entiendo su adoración por sus "pequeños"
cachorritos xp.
Hana-chan y Kei-baka (no es que no piense que es
baka xp solo que me acostumbré a llamarlo así por culpa
de Hanako xp, tanto tiempo metiendome en su cabeza provocó que
se me pegara ese apodo para Keishii) creo que dejaron más que
claro lo que les pasa cada vez que están cerca ;) es del tipo
de relaciones en que pasas tanto tiempo con un amigo que finalmente
no te das ni cuenta cuando comienza a convertirse en otra cosa ;)
Bueno, no me resta más que despedirme y agradecerles a nombre mío y de Sakura por acompañarnos nuevamente. Pronto comenzaremos a escribir otra serie de Inuyasha, y supongo que también de Ranma, definitivamente no queremos separarnos de ni uno de los dos ;)
Apreciamos sus comentarios y cada uno de ellos será respondido como siempre :) ¿saben donde tienen que apretar para enviar reviews no xp?
Besos
Freya
Palabras:
Nee: Hey!
Anata: Significa tú, pero también es la
forma de dirigirse de una mujer a su esposo, es algo asi como
querido.
Gomen ne: Lo siento, discúlpame
Demo:
Pero
Koishii: Amada, mi amor
Haori: Los kimonos para los
hombres están compuestos por 2 piezas, el Hakama (pantalón
holgado,) y el Haori (saco amplio con un cordón)
Etto:
interjección de duda Uh, Um, ah xp
Hai: Sí
Nandemonai:
No tiene importancia, no te preocupes, no es nada
Oe: Oye,
hey
Mou: expresión de frustración algo Oh xp
Na/ne:
partícula utilizada para respuestas que requieren una
afirmación, na para los hombres, ne para las mujeres
Imouto:
Hermana menor
Arigato: gracias
Kuso:mierda
Baka:
idiota
Oyaji: Papá, pero dicho de manera algo irrespetuosa,
casi como decir viejo xp
Onee-chan: Hermana mayor
Konbanwa:
buenas noches
Oji-san: tío
Otou-chan: Papá
Oka-chan:
Mamá
Shimatta: Maldición
Iie: No
Temee: es tú
pero con un sentido despectivo y casi grosero xp
Onna: mujer
nani¿qué?
hentai: Pervertido