Todos los personajes de las series Inuyasha y Ranma ½ pertenecen a Rumiko Takahashi, menos todos aquellos que nacieron de nuestra imaginación enferma y que ustedes ya saben cuales son xp

Algunas flores tienen espinas

por

Freya & Sakura.

Hooola! Y finalmente como les avisamos a sus respectivos mails aquí volvimos con nuestra tan esperada secuela… :-P le decía a Freya que estoy deprimida porque no quiero que acabe Ai wa… ésta historia se convirtió en una especie de obsesión para nosotras… por eso escribimos una secuela… además por motivos de algunas personitas que deseaban ver a los hijos de nuestros personajes principales más grandes.. : ) pues aquí los tienen… esperamos que se diviertan y lo disfruten tanto como nosotras… estoy enamorada de los niños :P (Y Freya también, su predilecto es Mamoru xDD)
Antes de dejarlos con el fanfic, una nota aclaratoria importante: desde la anterior historia pasaron doce años… por lo tanto: Izayoi tiene 16, los gemelos Mamoru y Shinichi 14 (Casi quince), los gemelos de Miroku y Sango: Kenji y Shigeru 19, Keishii 12 (hijo de Ranma y Akane) y Hanako 12 (la última hija de Inuyasha y Kagome), Kaoru 15 (hija menor de Miroku y Sango),
hay dos personajes nuevos: Ranko 10 (es la hija menor de Ranma y Akane) y Ryota 10 (hijo de Ryoga y Ukyo) y Ryoko 13 (casi catorce) hija mayor de la misma pareja que apareció en Ai wa yasei da!
Esperemos que no se hayan hecho muchos líos… o.o como ven, es necesario haber leído Ai wa yasei da! para seguir mejor esta secuela… : )
Esperemos que disfruten de esta secuela… decidimos dividirla en tres partes por su extensión... : )… muchas gracias por leernos

Besos

Sakura

Simbología:

"blablabla" Lo que piensa el personaje.
- …. – Lo que dice el personaje.
Cambio de escena --------------------


Esta vez las cosas no serían como siempre, estaba segura que ganaría, la situación pronto estaría a su favor y nada ni nadie podría detenerla.

Protegiendo férreamente su guardia miró a contrincante, la arrogancia de la mirada de éste sólo aumentaban sus deseos de hacerlo morder polvo. Ella no sería derrotada, era superior a él...después de todo algo de sangre youkai debería correr por sus venas...

Velozmente arremetió contra el muchacho, con un ágil salto intentó propinarle una patada alta, pero él la evadió retrocediendo con una serie de perfectos giros exhibiendo su capacidad.

Recuperando la estabilidad, le dirigió una enfurecida mirada.- ¡Temee!... ¡Deja de huir como una niña!...-

El chico miró despectivo a la jovencita de coleta alta. - ¡No puedo golpear a una niña débil como tú! Soy demasiado fuerte para ti... – sonrió egocéntrico.

- ¡Ja! Si claro... ¿Ya olvidaste lo que paso hace algunos años?...Aún recuerdo cuando logré ganarte...te faltó poco para ir a llorar en los brazos de tu mamá – Hanako miró desafiante a su oponente.- ¿Qué esperas para atacarme Keishii?... ¿te da miedo, baka?...-

El jovencito apretó los puños furioso. – ¡Eso fue cuando teníamos cinco años! Ahora ya tenemos doce… ¡y hace mucho tiempo que no puedes vencerme en nada! – espetó irritado lanzando algunos golpes que la niña fácilmente esquivó. – No puedo usar todo mi poder contra ti o luego correrías con tu papi a llorar… ¿o no? Hanako-chan… – sonrió mordaz acercándose a la chica.

La niña lo fulminó con la mirada.- Yo...no...hago...eso...- masculló arrastrando las palabras- ¡No soy una niña pequeña!...- gritó enfureciéndose aún más al notar como Keishii comenzaba a carcajearse.- ¡Siempre te ganó!...¡Gané en los videojuegos, en las carreras de la escuela del otro día, saqué mejores calificaciones que tú!...¡PUEDO GANARTE EN LO QUE SEA!...¡Y NO ME DIGAS HANAKO-CHAN SABES QUE ODIO ESO! – gritó tomando rápidamente una de las espadas de madera que había en el lugar para luego correr tras Keishii con todas las intenciones de darle su merecido por burlarse de ella.

Ranma espió con mucho cuidado por detrás de una de las puertas del dojo. "Vaya… creo que esa niña es peor que Akane… realmente da miedo… tan pequeña y tan mal carácter… aunque mi hijo es un Saotome ¡je! seguramente se las ingeniará para que no lo golpee…" sonrió divertido observando a la pequeña que lo perseguía por todo el dojo para golpearlo. – Oe… creo que tu hija es un poco violenta... ¿no crees?.. se parece a Akane cuando nos conocimos – susurró observando al medio demonio.

- ¡Kuso!...Ni me lo recuerdes...ya no sé que hacer con ella...solo piensa en entrenar y pelear...ni uno de sus hermanos salió así...quién lo diría... – respondió con cierta resignación el hanyou.- ¡Keh! pero no se puede negar que tiene espíritu ¿Quieres apostar a que es capaz de golpear a tu mocoso? –sonrió de medio lado.

- ¡Je! no creo que lo alcance… él es muy rápido… - sonrió con orgullo el muchacho de la trenza observando al par de niños.

El muchacho creyó oír algunas voces y se distrajo mirando hacia la entrada. La pequeña aprovechó para asestarle un golpe con todas sus fuerzas en su espalda haciendo que éste cayera. – ¡Oe! – espetó cuando la pequeña trataba de darle otro golpe. Rápidamente la esquivó y tomó una de sus piernas para tumbarla, dejándola sentada junto a él. – ¡Je! deberías fijarte mejor en los movimientos de tu oponente... – sonrió observándola.

Ignorando el dolor que le había provocado la caída la chica se puso nuevamente de pie. - Aún no hemos terminado... ¿o te das por vencido? - preguntó colocándose en guardia.

- Te lo dije baka, ella tiene espíritu ¿viste como lo golpeó? – preguntó Inuyasha sin poder esconder su orgullo paterno.

- Eso fue porque creo que nos escuchó… miró hacia aquí antes que ella lo golpeara... ¿no viste?... baka... – murmuró Ranma frunciendo el ceño.

Una pequeña de aproximadamente diez años miraba a los dos hombres con curiosidad.- ¿Papá?... ¿Tío?... ¿qué están mirando? – sonrió preguntando con un elevado tono de voz

Ranma volteó para observar con adoración a su pequeñita. La niña era la más mimada de los Saotome, su aspecto era sumamente tierno, tenía unos grandes ojos azules, cabello azulado hasta mitad de la espalda, ese día por una razón particular había elegido dejarlo suelto y estaba usando un vestido color blanco sin mangas muy femenino.

Ranma tosió tratando de disimular - Etto… no mirábamos nada… sólo conversábamos… ¿verdad Inuyasha? – miró a su interlocutor que asintió fingiendo demencia. - ¿Qué pasó preciosa? - preguntó observando a la chiquilla.

La niña observó a su padre, él era un fracaso cuando trataba de mentir, de reojo miró a su tío quien hacia todo lo posible por evitar su mirada. – Cuando tenía cuatro años me dijiste que mentir era malo papi...que no era algo honorable...la abuelita también dice lo mismo...- comentó la niña utilizando su tono de voz mas dulce.- ¿quién está en el dojo?- preguntó

Inuyasha se carcajeó al observar el nerviosismo del progenitor Saotome con su pequeña heredera.

- Keishii y Hanako… están entrenando… bueno, eso parece... – rió Ranma un poco nervioso por lo que la niña le había dicho.

- ¡Qué bien! Imaginé que estarían aquí...Mamá y tía Kagome me enviaron a buscarlos, ya van a servir el pastel...- comentó Ranko pasando entre los dos hombres para abrir las puertas de Dojo.- y es mejor que nos demos prisa...mamá tenía ganas de cocinar y ya saben lo creativa que puede ser...-agregó sintiendo como un escalofrío recorría su espina.

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- Mou...Kagome-chan...los huevos se cocerían más rápido si los metemos al microondas... ¿qué tiene de malo? – preguntó con inocencia Akane mirando a su amiga.- Ustedes no confían en mi...- agregó al ver como la miraban su suegra e Izayoi.

- Mejor ve a ver que están haciendo Keishii, Hanako y Ranko que no vienen… - espetó Kagome tratando de alejar a Akane del microondas.

- Ranko fue a buscarlos no te preocupes...- sonrió Akane acercándose peligrosamente hacia la cocina.- con curiosidad miró la mezcla que estaba en el fuego. - ¿No deberíamos ponerle algo de esto para el sabor? – preguntó tomando de la mesada una botella con vinagre.

- No te preocupes Akane-chan, ya pusimos todos los ingredientes… solo falta esperar que se cocine... – rió Nodoka tomando a la chica de los hombros para alejarla de la cocina. – Mejor siéntate… debes estar cansada… ¿estuviste entrenando hace un rato no? – sonrió tratando de parecer convincente.

- Es cierto oba-san… te ves cansada… deja que oka-chan y ba-chan terminen con la cena… ¿quieres un poco de pastel? – sonrió Izayoi tratando de ayudar al par de mujeres.

- Tienes razón, tú y yo podemos comer un poco de pastel mientras me cuentas cómo te va con tu novio...- sonrió Akane mirando divertida como la muchacha se sonrojaba furiosamente.

- Iie… ya comí cuando estaba sirviéndole a oka-chan… gracias… - sonrió la adolescente bastante sonrojada. – Mejor voy a llamar a Mamoru y Shinichi también¿ne? – espetó nerviosa más como afirmación que como pregunta dirigiéndose a la sala.

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- No puedo creer que luego de tantos años ese baka siga cayendo en las mismas trampas...- comentó entre risas Mamoru.- ¡Keh! aunque tal vez con los años nos hemos vuelto más geniales ¿no Shinichi?-

- Es cierto hermano, y lo mejor de todo es que nadie lo notó ¡jeje!... cuando se lo digamos a oyaji va a estar muy contento por nuestro trabajo. – sonrió Shinichi

- Tienes razón...el viejo va a estar orgulloso...y lo mejor de todo es que fue tan fácil.- Mamoru arqueó una de sus cejas.- sólo él podría creer que onee-chan se quedaría en la actualidad para Tanabata...-

- ¡Es un idiota!... lo peor de todo es que creyó que le avisaríamos a Iza-chan que él la había estado buscando… como si nosotros los hubiéramos ayudado en algo.. – rió divertido Shinichi

Un pequeño escalofrío recorrió la espina de Mamoru.- No es por ser agua fiestas...pero si Izayoi lo descubre va a matarnos...-

- No te preocupes… cuando ella se entere estaremos lejos entrenando con oyaji… - rió relajado Shinichi.

Izayoi había estado en el pasillo escuchando toda la conversación. Al ver que el par de muchachos estaba conversando sobre alguien en particular prefirió detenerse y oír lo que decían. La jovencita estaba totalmente furiosa, apretó con fuerza sus puños. - ¡¿Qué le dijeron a Shigeru, par de demonios?! – exclamó apareciendo súbitamente en la sala.

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Ranko miró a su hermano bastante molesta, era la segunda vez que le repetía la orden de su madre, pero el muchacho no le prestaba atención. – Keishii ¿no escuchaste lo que te dije?...shimatta...voy a contarle todo a mamá...-

- ¡Ahora voy! Espera que quiero demostrarle a esta niña tonta quien es el mejor.. – sonrió poniéndose en guardia mirando atento a la otra jovencita. - ¿Qué esperas?... ¡Ataca tú ahora¿o tienes miedo de que te tire al suelo de nuevo? – sacó la lengua Keishii.

- ¿Miedo yo?... ¡JA!...- exclamó antes de lanzarse a toda velocidad hacia él, pero antes de alcanzar su objetivo se detuvo bruscamente al ver como sus dos hermanos entraban velozmente al dojo.

- ¡Kuso!... ¡¿Qué demonios les pasa mocosos?!...- frunció el ceño Inuyasha al ver la expresión de pánico de sus hijos.- ¿Por qué tienen esa cara?...que no saben que los hijos del gran Inuyasha no le temen a nada...-

- ¡Es cierto! ...¡No le tememos a nada!… a nada a excepción de Iza-chan furiosa – exclamó Shinichi tratando de encontrar un lugar para esconderse.

- Konnichiwa...Shinichi-kun...-balbuceó levemente sonrosada Ranko observando al muchacho de largos cabellos negros, vestido con una camiseta y pantalones negros. - ¿quieres ayuda?...- preguntó con un dulce tono de voz.

- ¡Konnichiwa Ranko-chan! gomen… no te había visto... – sonrió acercándose a la niña para acariciar con una de sus manos la cabeza de la muchachita. – No te preocupes pequeña… ya encontraré una manera de escapar de la fiera – rió divertido.

- Buena suerte... "kuso...ni siquiera se fijo en mi... hasta me peiné de otra forma hoy... ¿qué hay que hacer para que tu amor platónico se fije en ti? shimatta" - murmuró la niña bastante frustrada por como la había tratado.

- No te habíamos contado oyaji...- Mamoru miró hacia atrás esperando en cualquier momento el ataque de su hermana mayor.- Shigeru cayó en otra de nuestras geniales trampas...- comentó buscando la aprobación de su padre quien comenzaba a sonreír complacido.

- Si sus ideas fueran tan geniales, oneechan no los hubiese descubierto...- comentó Hanako con una media sonrisa.

- ¡No sabíamos que estaba espiándonos! – gruñó Shinichi.

Izayoi cruzó el jardín y se encaminó hacia el dojo - ¿¡Par de mocosos, están aquí?!... ¡No se me escaparan esta vez! –

Un sudor frío recorrió la espina del pelinegro de los gemelos. – ¡Ranko-chan!.. ¿podrías servirme de escudo?... ¡por favor! Después haré lo que tú quieras – suplicó con la mirada observando a la niña. "Iza-chan adora a Ranko-chan… no se atrevería a hacerme nada si estoy detrás de ella.."

- Hai...- sonrió totalmente feliz Ranko, se sentía casi en el cielo.

Mamoru se colocó detrás de su padre, Inuyasha volteó para mirarlo a los ojos, ambos se miraron por unos segundos, hasta que el muchacho habló – O...oe oyaji...todo lo que hicimos fue para cumplir tus órdenes.-

Ranma soltó una carcajada. – A veces las mujeres dan miedo… yo también puedo ayudarlos... – sonrió divertido.

- ¡Keh! Iza-chan es un ángel...ella no asusta a nadie...- afirmó Inuyasha mirando de reojo a sus hijos.

La adolescente entró rápidamente al Dojo y lanzó una mirada asesina a sus hermanos. – Shinichi… ¡esconderte detrás de Ranko-chan¿acaso no te da vergüenza? La pequeña pensará que eres un cobarde. Y tú también Mamoru… ¿detrás de otou-chan¿qué clase de honor es ese que tienes? – espetó enojada acercándose a ellos.

- ¡Keh! Ya sabes que ellos son aún unos niños preciosa...- sonrió Inuyasha acercándose a la muchacha, suavemente pasó uno de sus brazos alrededor de sus hombros. – Ellos no lo hicieron a propósito...además cuando te enojas mi princesa no se ve tan linda como realmente es...-

- Nee Iza-chan...si peleas con ellos arruinaras tu vestido y te ves muy linda así...- sonrió nerviosamente Ranko.

- Es cierto lo que dice Inuyasha... a este par de mocosos les falta entrenamiento… - sonrió Ranma acercándose a los muchachos tratando de evitar que la jovencita tratara de golpearlos. – Además… no creo que hayan hecho algo tan malo… seguro lo hicieron para protegerte... – agregó tratando de parecer convincente.

- ¡Es cierto! Para eso estamos los hermanos… - agregó Keishii.

- No todos los hermanos...- comentó Ranko mirando de forma burlesca a Keishii.- pero este no es el caso...-

- Yo creo que deberías darles su merecido onee-chan... ¿quieres ayuda?- preguntó Hanako acercándose a la muchacha.

Izayoi suspiró resignada. – No te preocupes Hana-chan… a fin de cuentas es cierto, solo son unos mocosos... – espetó haciendo especial énfasis a las ultimas dos palabras. - ¿Vamos a comer pastel?... después iré a ver a Shigeru a avisarle que pasaré Tanabata en su época… -

Inuyasha soltó a la muchacha, fingiendo indiferencia preguntó:- ¿No vas a ir con todos nosotros al templo? "Kuso...maldito mocoso...ahora ella pasa más tiempo con él que conmigo..." -

Izayoi rió divertida. – ¡Otou-chan, eres tan anticuado!… cuando entenderás que ya soy mayor… Shigeru es mi novio y en festividades como estas debo estar con él… ¿tú no hacías eso con oka-chan? – preguntó guiñándole un ojo.

Un leve sonrojo cubrió el rostro del hanyou, movió bruscamente su cabeza para exorcizar los recuerdos de todo lo que él y Kagome hacían en festividades como esa.- ¡Keh! anticuado es tu bisabuelo...y lo que hacíamos con tu madre no es algo que tú debas saber...- espetó Inuyasha alejándose rápidamente del Dojo.

Luego de unos minutos Ranko se acercó a su padre: - Mm... ¿Papi?... ¿crees que tía Kagome y la abuelita logren que mamá no quiera cocinar? – preguntó bastante insegura.

Ranma tragó nervioso. – Tienes razón princesa… creo que voy a tener que sacrificarme... – respondió riendo nervioso dirigiéndose a la salida del dojo.

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Con las manos sobre sus caderas Akane miró bastante molesta a su amiga y a su suegra: - ¿Qué pasa con ustedes?...No soy tan inútil en la cocina, he mejorado bastante y realmente creo que improvisar es bueno para darle un mejor sabor a las cosas...- agregó acercándose ahora a las ensaladas que estaban sobre la mesada.

Ranma apareció por atrás de su esposa. – Oe koishii… mejor vamos a la sala¿na? Quiero hablar contigo... – susurró ronco en su oído.

Un agradable escalofrío recorrió el cuerpo de la mujer.- Anata...ahora estoy ocupada, después de comer podemos hablar todo lo que tú quieras...- sonrió levemente sonrojada.

El joven tomó delicadamente a su mujer de la cintura posesivamente. – Pero es urgente mujer… mejor vamos… ¿o prefieres cocinar?... lo que tengo que decirte es bueno... – susurró utilizando su tono de voz más sensual.

- Hai...etto...no, no prefiero eso...vamos...- sonrió tomando de la mano a su esposo.-Kagome-chan, oba-san vuelvo en seguida..- se disculpó antes de dirigirse hacia la sala.

Una vez ahí, Akane miró preocupada a Ranma. -¿paso algo con los niños?... ¿Keishii de nuevo estaba peleando con Hanako? –

- No te preocupes… creo que después del escándalo de Iza-chan con los gemelos se olvidaron de su pelea ¡je! – rió divertido Ranma.

-¿Entonces qué querías Ranma?...si fue solo una excusa para sacarme de la cocina...vas a tener problemas...- afirmó mirándolo con el ceño levemente fruncido.

- No… quería decirte que te extraño mucho... – sonrió tratando de parecer convincente, nuevamente tomó a su esposa de la cintura. – Quiero un beso para sentirme mejor... – agregó clavando sus ojos azules en la mirada castaña de la mujer.

Akane miró con cierta suspicacia a su esposo.- Llevamos más de quince años casados... ¿crees que no conozco todas tus técnicas para tratar de apartarme de la cocina? "aunque no puedo negar que me encanta caer en ellas una y otra vez..."- preguntó apartándose suavemente de él.

- Eso no importa… yo sólo quiero estar contigo ahora… ¿para qué quieres ir a la cocina?... ¿no quieres lo mismo que yo? – susurró ronco acariciando con su aliento la oreja derecha de la chica. – Quiero besarte… abrazarte… -. Las tibias manos del joven recorrieron con suavidad la espalda de la chica. - ¿Qué dices? –

- Digo que parece que ya olvidaste que tenemos invitados...- las manos de la mujer se deslizaron lentamente por el torso de Ranma.- podrían vernos ya sabes... ¿qué pasaría si nos ven los niños?...- susurró mirándolo de una forma que contradecía notablemente cada una de sus palabras.- tenemos que comportarnos anata...-

- Ahora no hay nadie aquí… aprovechemos la ocasión¿na? – sonrió seductor rozando su nariz contra el cuello de la chica depositando algunos besos en éste. – Solo un beso… un beso no es un pecado… no creo que sea malo que los niños nos vean besándonos… ya ha sucedido antes... – susurró acariciando con sus labios las mejillas de su esposa.

- No...no...lo es...no...- balbuceó Akane arrimándose más su cuerpo al de Ranma.- ¿Mmm Ranma?...- suspiró con sus labios casi pegados a los de él - ¿qué demonios estas esperando, baka?..Bésame...anata...- susurró rozando sensualmente sus labios con los de su esposo.

Ranma sonrió complacido. Rápidamente acorraló a su esposa contra una pared de la sala acercándola a su pecho, no conforme con la cercanía de la chica tomó una de sus piernas sujetándola a su cintura. Segundos después tomó suavemente la quijada de la mujer y rozó con deseo sus labios, seguido de esto tomó posesión de su boca con un impetuoso deseo, la joven correspondió con el mismo ardor, el hombre de la trenza profundizó el beso, sus lenguas rozaron con especial sensualidad una y otra vez en un apasionado y febril baile. Sus dedos se deslizaron deseosos por la suave piel de uno de los muslos de la chica. Realmente el sacrificio había valido la pena.

Sus fuertes manos rozando traviesamente cada centímetro de sus muslos, el delicioso sabor de su boca envolviéndola en un cautivamente hechizo de besos y caricias, comenzaban a enloquecerla...él había dicho que un beso no era pecado...pero ella estaba segura de que con esos besos ella ya estaba pecando...especialmente en sus acalorados pensamientos.

Con desesperación la mujer enredo sus dedos entre los cabellos de su esposo, con decisión lo atrajo más hacia ella, deseosa de hacer aún más íntimo el beso, deseosa de saborear cada centímetro de sus deliciosos labios.

- ¡Te dije que yo soy más veloz que tú! Si quieres después de comer hacemos una carrera en la calle... ¿qué dices, Hanako-chan? – rió divertido Keishii cruzando el jardín para entrar a la sala.

- No me gusta que tú me digas Hanako-chan...Keishii-chan...- refunfuñó la chica mirando hacia otro lado.- Me da lo mismo el lugar, puedo ganarte donde sea y cuantas veces sea...- espetó siguiendo al chico.

- Seguro… ¡en tus sueños solamente! – rió divertido el niño volteando para sacarle la lengua y rápidamente entrar en la sala. Sus ojos se abrieron como platos, había visto a sus papás besarse, pero jamás de esa manera. Se detuvo petrificado como una piedra sin ser capaz de articular ni una sola palabra.

- Ya verás que no solo en mis...- Hanako se detuvo abruptamente al chocar con fuerza contra Keishii- Itte... ¡Qué te pasa idio...- la niña quedó en las mismas condiciones que el chico.- que asco...-musitó con un hilo de voz.

Seguido del par de muchachitos, entraron los gemelos. La pareja de Nerima aún seguía ida besándose. Shinichi se carcajeó divertido. - ¡Así se hace, sensei! – exclamó riendo.

- Ellos llevan casi nuestra edad practicando hermano... ¿qué esperabas?- comentó Mamoru con una media sonrisa.- aunque el viejo también tiene su estilo...no se queda atrás...-

- Shimatta¡por qué no avisan cuando van a entrar! – exclamó Ranma totalmente escarlata separándose sin muchas ganas de su esposa. – Gomen… Hanako, no sabíamos que estaban cerca… - espetó un poco avergonzado observando de reojo a los presentes.

En ese minuto Ranko entró a la sala, miró con curiosidad el cuadro, su hermano y Hanako se veían bastante asustados, su papá estaba muy despeinado y con las mejillas de un color rojo intenso, el color del rostro de su mamá no se quedaba atrás, además su falda se veía algo desarreglada.

La niña se acercó a sus padres, una vez más volvió a recorrerlos con la mirada.- ¿Quién los atacó?...Están muy rojos ¿tienen fiebre?...- preguntó mirándolos algo asustada.

- No... no… princesa, hace un poco de calor.. es eso… estamos bien, no te preocupes… no.. no nos atacó nadie.. – respondió Ranma además de acalorado sumamente nervioso. Segundos después trató de arreglar su cabello.

- Tu papá tiene razón...na...nada nos pasó...- sonrió nerviosamente Akane acercándose a la pequeña para acaricia tiernamente una de sus mejillas

- Entonces...¿por qué Keishii tiene esa cara? – preguntó mirando con interés a su hermano mayor.

- No es nada, no seas curiosa niña – exclamó el jovencito de ojos azules tratando de parecer indiferente. – Voy con ba-chan a comer pastel… - agregó dirigiéndose a la cocina.

- Yo también voy... ¡espérame! – corrió Hanako tras Keishii aún algo traumatizada por la visión anterior.

- ¿Vamos también, Ranko-chan?... estoy ansioso por probar el pastel de la señora Nodoka – sonrió Shinichi colocando un brazo detrás de la espalda de la niña para tratar de distraerla y que olvidara la imagen anterior.

- Hai...hai...- sonrió la niña olvidándose por completo de lo sospechosos que se veían sus padres y su hermano.

Ella y los dos gemelos fueron los últimos en dirigirse hacia la cocina.

Akane miró con el ceño fruncido a su esposo. –¡Baka! – gruño acomodándose bastante molesta la ropa y arreglando sus cabellos.- ¿Te das cuenta de las cosas que pasan cuando te pones pervertido?...-

- ¿Cuándo me puse pervertido?... pero si no he hecho nada… puedo ser peor si quieres... – sonrió malicioso Ranma acercándose nuevamente a su esposa. – Mucho peor... – susurró tomándola de la cintura.

- Al besarme...yo sólo te dije bésame...nunca te dije que me...bueno ya sabes que...- protestó Akane mirándolo algo molesta, colocando sus manos sobre su pecho intentó separarse de él.- ¿Mucho peor? – preguntó mirando hacia otro lado para ocultar su leve sonrojo.

- ¿Quieres que te lo demuestre?.. Está bien… - susurró ronco Ranma. Lentamente bajó sus manos hasta posesionarse en el trasero de su esposa. Con una sonrisa maliciosa lo acarició con sus dedos para luego presionar con un poco más de fuerza con una de sus manos. Sus labios rozaron una y otra vez el cuello de la mujer. – Akane… ¿quieres que siga? - clavó sus azules ojos en la chica. – Porque si lo hago no podría parar.. – susurró sensualmente.

Los brazos de Akane rodearon el cuello de Ranma.- Mmm...me encantaría seguir...- susurró pegando más sus pechos contra el sólido pecho de su esposo. – Pero esta noche y toda la noche... ¿crees resistir? – preguntó susurrante en su oído.

- Me parece muy bien… toda la noche... – jadeó mordiendo levemente el labio inferior de la mujer.

- Mmm...entonces tal vez deberías quitar tus manos de ahí...- susurró deslizando sus labios lentamente sobre los de su esposo.- es peligroso...- agregó en un sensual suspiro.

- Esta bien… por la noche tendremos tiempo para eso... – suspiró deslizando sus manos hacia la cintura de la chica nuevamente. Con delicadeza besó los labios de su esposa.

Una pequeña risita que inmediato reconocieron como la de su pequeñita los hizo separarse. – Tía Nabiki tenía razón...ella siempre dice que ustedes nunca se cansan de eso...-

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Minutos después Kagome salió de la cocina en búsqueda de Inuyasha, ya todos se encontraban allí comiendo del pastel de Nodoka y el hanyou no se había aparecido. Iza-chan parecía enojada, no había respondido cuando ella le preguntó por su padre.

Una vez afuera, encontró a Inuyasha con cara de querer asesinar a alguien, se había apoyado sobre el único árbol del jardín de los Tendo.

Extrañada se dirigió hacia él. - ¿Qué ocurrió koibito?... ¿Peleaste con nuestra hija? – adivinó la joven de cabellos azabaches colocándose a un lado del medio demonio.

- ¡Keh! Yo no he peleado con nadie...ella es la obstinada que insiste en ir a ver a ese mocoso todo el tiempo en vez de estar con su familia.- gruñó Inuyasha mirando hacia otro lado.

- Tienes que comprenderla… mañana es Tanabata y es normal que quiera estar con su novio… ¿no crees?... ¿o es que yo iba a pasar Tanabata o alguna otra festividad con mi familia desde que fui tu mujer? – sonrió traviesamente Kagome.

- ¿Eso qué demonios tiene que ver?...Eres mi mujer, era normal que pasaras esas fechas conmigo... ¿ese mocoso es sólo su novio, no? – preguntó mirando inquisidoramente a su mujer.

- Mou… Inuyasha… son novios, también tienen derecho…- refunfuñó la chica. – Diablos… ¡y lo qué preguntas! claro que sólo son novios… no creo que Shigeru le haya propuesto algo más… sabe que ella es aún niña para eso, aunque te cueste admitirlo él es un muchacho sensato, igual que su madre… - respondió Kagome.

- Te lo he dicho más de mil veces...aún es una niña no debería tener novio...pero parece que tú quieres que él se la lleve ¿no?...- Inuyasha suspiró con resignación comenzando a recordar...

Flash back

Sengoku-Jidai, un año atrás.

Inuyasha había pasado gran parte del día ayudando a la anciana Kaede y a las personas de la villa. Sonrió al llegar a la cabaña, rápidamente entró encontrándose a Mamoru y Shinichi devorando un enorme pastel de chocolate, Kagome los miraba complacida y Hanako entrenaba con unas pequeñas mancuernas que le había regalado Akane.

Rápidamente se acercó a su mujer para tomarla por la cintura y luego besarla suavemente en los labios.- Te extrañé...- murmuró para ser escuchado solo por ella.

- Yo también koibito… preparé pastel de chocolate para los niños y especialmente para ti, sé lo mucho que te gusta... – guiñó el ojo la muchacha colocando sus manos en el pecho musculoso del hanyou.

- El chocolate me gusta mujer...pero tú sabes como...- sonrió de medio lado penetrándola con su dorada mirada..

- Lo sé… por eso dejé reservado un poco para la noche… - respondió risueña la pelinegra.

El hanyou se separó rápidamente de su mujer bastante sonrojado al sentirse observado por sus tres hijos. Sin pensarlo mucho prefirió cambiar de tema.

- ¡Keh!...Pensé que tendrían la decencia de esperarme a comer mocosos...- protestó el hanyou fingiéndose ofendido.

- ¡No podíamos esperar!... ¡El pastel de oka-chan es el mejor que existe! – sonrió Shinichi tragando su tercera porción. - ¿Verdad, hermano? –

-¡Hai!..¡Oka-chan es increíble!...hasta nos olvidamos del baka de Shigeru y onee-chan- respondió el muchacho antes de tomar otra porción y empezar a comer velozmente.

- ¡¿NANI?!...¡Ya van a ver luego mocosos! – exclamó antes de salir corriendo a toda velocidad de la cabaña, rápidamente detectó el aroma de su princesa junto al del mocoso. Fue en ese instante cuando vio la imagen que había ocupado de forma recurrente todas sus pesadillas desde que su bebé nació, el mocoso y su hija se estaban besando. Su instinto y su cabeza le decían que acabara con el infeliz, pero su cuerpo no lograba reaccionar.

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Izayoi se separó lentamente del muchacho. – Shigeru… - susurró observándolo sonrojada. – Disculpa si fui muy impulsiva… siempre quise hacer esto… - murmuró apenada bajando el rostro.

El muchacho sonrió enternecido y alzó delicadamente el rostro de la jovencita. – No tienes por qué disculparte… ¿somos novios, no?... desde hace muchos años… yo también quería besarte… hace tiempo… - susurró estrechándola entre sus brazos.

- ¿Hontou?... ¿entonces ahora nos besaremos como adultos? – respondió inocentemente.

El muchacho rió. – Ya somos grandes… supongo que sí… - asintió acariciando el cabello de la chica.

- Hai… pero, esto no lo tiene que saber otou-chan… o te mataría… - contestó sinceramente la joven.

Un escalofrío recorrió el cuerpo del muchacho. – Bueno, siempre tendremos el apoyo de oba-san… ella se encargará de calmarlo... – rió.

- Es cierto… - sonrió Izayoi colgándose del cuello del joven. – ¡Ai shiteru! – exclamó.

Shigeru le dio un beso corto en los labios y acarició su mejilla. – Lo sé… yo también Iza-chan, yo también… - susurró observándola completamente embobado.

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Kagome preocupada por lo que Inuyasha pudiera hacer con el jovencito, se dirigió hacia el lugar con los gemelos y Hanako. Lo que vio fue a su hija felizmente abrazada de Shigeru y a un Inuyasha de piedra que no se movía, completamente de piedra.

- Inuyasha… ¿estás bien? – preguntó acercándose.

Mamoru miró detenidamente a su padre.- Oka-chan...creo que perdimos a oyaji...- comentó moviendo su mano delante el rostro de su padre para hacerlo reaccionar, pero nada pasaba.

- Ya sé… - espetó Shinichi acercándose a su padre. - Oyaji… ¡oka-chan hizo ramen para cenar! Si no vas a casa lo comeremos todo y no te dejaremos… – exclamó el joven tratando de hacerlo reaccionar. Pero nada sucedió.

Un silencio aterrador, a excepción de las risas de la pareja, invadió el lugar.

- ¡¡Inuyasha!!... ¡no puedes morir ahora!... ¿Quién me ayudará a criar a este par de pequeños? – exclamó Kagome dramática señalando al par ya crecido de gemelos. – ¡¿Quién me acompañará en la soledad cuando nuestros bebés nos abandonen?! –

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El joven asintió y obedientemente se quedó en el lugar para esperarla, la muchachita se dirigió hacia los arbustos y encontró a toda su familia allí. - ¿Qu.. qué le sucedió a otou-chan? – preguntó preocupada al observar su expresión.

A lo lejos, Inuyasha escuchó a Kagome decir algo sobre sus bebés que los abandonarían, y esas palabras sólo lograron aumentar el trauma del hanyou.

- Nee Oka-chan...otou-san no es tan débil...- comentó Hanako tironeando con fuerza el haori de su padre.

Mamoru miró con el ceño fruncido a su hermana mayor. – Mataste al viejo... ¿Qué demonios estabas haciendo?- preguntó.

- Yo.. yo.. no.. ¡no hice nada!.. bueno… nada malo.. – trató de justificarse totalmente sonrojada. – Solo estaba conversando con Shigeru y… bueno, yo… tal vez le di un besito… - susurró lo último en un tono casi inteligible de escuchar.

Un aterrador gruñido invadió el lugar aterrorizando hasta a la última criatura viviente a varios metros a la redonda.- BAKAYARO...MOCOSO DEL DEMONIO...¡¡VOY A MATARLO!! –

Fin flash back

Kagome observó la expresión del hanyou, parecía perdido entre sus peores pesadillas. Sonrió pícaramente y le sopló la cara. – Un beso por lo que piensas... – rió divertida tratando de sacarlo de sus pensamientos.

El hanyou la tomó por la cintura acercándola hacia él – Solo recordaba aquel día en que ayudaste a tu hija a distraer a sus hermanos para que pudiera tener una cita con ese mocoso...- pegándola aún más contra su torso agregó.- incluso trataste de distraerme también con tu comida...eso fue muy feo Kagome...creo que aún no te he perdonado del todo...- finalizó mirándola con intensidad a los ojos.

Kagome sonrió complacida entre los brazos de su compañero. Con especial sensualidad se acercó a este y lo miró coquetamente – Nee… pero también debes recordar que ese día tuviste toda una noche de consuelo… creo que al otro día ni recordabas el asunto¿ne?... – susurró mirándolo sugerentemente.

- Hai, pero de nuevo lo volví a recordar...- respondió Inuyasha mirando de igual forma a la mujer.- tal vez deberías pensar en consolarme esta noche...y en este momento creo que me debes un beso por mis pensamientos...- susurró enronquecido muy cerca de sus labios.

Kagome rodeó con sus brazos el cuello de Inuyasha. – Tienes que aprender que algún día nuestra pequeñita se enamorará como nosotros lo hicimos, y lo mejor de todo es que eligió al hijo de nuestros amigos… no debes preocuparte, tampoco dejaría a nuestra niña en manos de cualquiera... – susurró. – Relájate… ¿sí?. – sonrió rozando con sus labios los del muchacho. – Te amo Inuyasha... – musitó para luego darle un corto beso en los labios.

Una de las manos de Inuyasha subió por la espalda de Kagome, hasta posesionarse delicadamente en la nuca de la mujer.- Te amo Kagome...- murmuró casi pegado a sus labios antes de atraparlos entre los suyos en una larga y apasionada caricia. La deliciosa sensación que le hacían sentir sus suaves labios, lo seducía, deseaba alargar lo máximo posible el beso.

Los labios de su mujer respondieron de inmediato a su seductora presión, invitándolo a saborear una vez más cada centímetro de su boca. Su lengua se movió con sensualidad dentro de la boca de ella, explorándola, llenándola de dulces sensaciones, haciéndola vibrar una vez más entre sus brazos.

Luego de unos segundos las caricias se hicieron más suaves y lentas, con mucho esfuerzo la joven de cabellos azabaches se separó de su esposo. – Koibito… mejor vamos con los demás… o no seré capaz de resistir… - sonrió traviesa Kagome para luego guiñarle un ojo.

- Está bien...vamos...pero quiero ser consolado esta noche...- sonrió de igual forma Inuyasha sin dejar de mirar intensamente a su ahora sonrojada mujer.

- Ya sabré como hacerlo… pensaré en algo especial... – susurró Kagome dedicándole una sonrisa insinuante mientras tomaba del brazo a su compañero para dirigirse a la sala.

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3 horas después, sala de la casa Tendo

Luego de haber cenado abundantemente la comida preparada por Nodoka y Kagome todos se dispusieron de sobremesa a tomar té y charlar animadamente sobre distintos temas.

Ranma observó detenidamente a sus niños, Ranko conversaba animadamente con Izayoi, Keishii conversaba amigablemente con la hija menor de Inuyasha y Kagome, lo cual resultaba bastante extraño por un suceso ocurrido algunos años atrás.

"Crecieron muy rápido… son tan parecidos a nosotros, Keishii es una copia exacta a mi cuando era adolescente, aunque creo que aún más terco y orgulloso… también heredó lo gruñón de Akane ¡je!.., a veces es demasiado egocéntrico… ¿lo habrá sacado de mi?.. no… ¡creo que es diez veces peor!... y que puedo decir de Ranko, es un angelito… a veces se enoja y demuestra el mal carácter de su dulce madre… pero eso no pasa muy seguido, creo que es muy parecida a ella… es kawaii, aunque su cocina es muy buena. Ha ayudado muchas veces a ofukuro y creo que cocina mejor que su madre… ¡je!... sólo espero que ningún idiota se acerque a mi pequeñita… aunque para eso falta mucho… A ella no parecen interesarle los niños…"

Akane dejó su taza de té con delicadeza sobre la mesa, de reojo miró a su esposo quien sonreía dulcemente mirando a sus niños, no pudo evitar sonreír, él y sus hijos eran lo más importante de su vida y no existía nada en este mundo que ella pudiera negarles cada vez que la miraban con esos grandes y profundos ojos azules. Discretamente entrelazó una de sus manos con las de Ranma.- Me alegra ver que no estés discutiendo con Hanako-chan, Keishii...- sonrió mirando divertida como ambos niños dejaban de lado su conversación para mirarse levemente sonrosados.

- Te ves muy linda así, Hana-chan... – sonrió Kagome acercándose a la niña para quitarle la cinta que usaba en el cabello para amarrarse la coleta. Su cabello azabache cayó graciosamente en sus hombros formándose algunas ondas en las puntas, con ese simple cambio se veía de lo más femenina y adorable.

Keishii primero observó a su madre con el ceño fruncido producto de su intromisión. Luego, casi sin darse cuenta de ello, miró detenidamente a Hanako. Nunca la había visto con el cabello suelto. Tonterías. ¿Y eso por qué tenía que importarle? Seguido de esto volteó fingiendo indiferencia.

Hanako fulminó a su madre con la mirada, rápidamente le arrebató de la manos su cinta volviendo a atar su cabello en una coleta:- ¡Mamá!..¡No me gusta que hagas eso!...no soy una niña pequeña...- protestó bastante indignada.

Shinichi se acercó a su hermanita menor y colocó sus manos sobre los hombros de la jovencita. – No seas así de ruda con oka-chan, ella tiene razón… te ves muy linda así, solo falta que uses vestido… pero creo que eso solo sería parte de los sueños de nuestra madre¿na Mamoru? – rió divertido.

Mamoru se acercó colocándose al otro lado de la niña que se veía a estas alturas bastante furiosa – Shinichi tiene razón hermanita...eres igual de bonita que oka-chan, si te pones vestido hasta se notaría que eres una chica.-

Los gemelos comenzaron a carcajearse con ganas, Hanako los miró con el ceño totalmente fruncido – Cierren la boca...- gruñó antes de darle a cada uno un fuerte codazo en el estomago.

- ¡Demonios!... ¡Dejen en paz a su hermana! - Inuyasha dirigió una severa mirada a los gemelos.- Tú siempre eres bonita princesa...- agregó dedicándole una sonrisa a su hija menor.

La niña rápidamente se puso de pie dirigiéndose hasta donde él estaba para sentarse a su lado. Desde allí miró con el ceño fruncido a Keishii, quien parecía decirle con la mirada que ella siempre corría donde su papi cuando la molestaban.

- Otou-chan tiene razón, no la molesten… ¡parecen chiquillos!... nuestra hermanita es hermosa.. – asintió Izayoi sonriente poniéndose al otro lado de su padre.

El primogénito de Ranma y Akane sonrió desdeñoso. - ¡Jeje! pero si Hanako nunca ha usado ropa de niña… a ella solo le gusta entrenar… pero lo peor de todo es que ni siquiera sabe defenderse… cuando la molestan va a refugiarse a los brazos de su papá… ¡cobarde! – se burló haciendo muecas.

- Keishii...- Akane miró con seriedad a su hijo.- Cuando tenía la edad de Hanako también sólo me gustaba entrenar y aunque te cueste creerlo una niña es muy capaz de defenderse... ¿o piensas que alguien es cobarde cuando de vez en cuando pide ayuda? Porque si es así todos lo seriamos...-

- Ha.. hai.. oka-san.. – asintió Keishii, algo le decía que mejor debía obedecer a lo que ella dijera, con su padre era totalmente diferente, más que padre e hijo parecían amigos, nunca tomaba en serio sus regaños. "Dudo que oka-san fuera tan ruda como Hanako…"

- Lo que dice tu madre es cierto, además es bueno que quiera aprender a pelear para defenderse, más siendo chica… - agregó Ranma. Luego miró divertido a su esposa y al jovencito. – Además… ¡tu madre era mucho peor que Hanako-chan!... con decirte que era el mejor cliente del Doctor Tofú por su culpa.. ¡je! –

- ¿Quieres volver a serlo? – preguntó Akane dándole un fuerte codazo en el estomago a Ranma.- De todos modos no entiendo por qué no pueden volver a llevarse tan bien como cuando eran pequeños.- comentó Akane dirigiéndose a ambos niños.

- ¡Ouch! Pero si solo decía la verdad… - se quejó Ranma frotando su abdomen con una de sus manos.

- Hanako es muy agradable...- sonrió Ranko mirando a su amiga.- el problema es cuando Kei-chan se pone odioso y engreído...ya saben...- agregó mirando de forma burlesca a su hermano.

El muchacho lanzó una mirada asesina a su hermana menor. - ¡No me digas así! Además… ¡yo no soy engreído!... la culpa es de Hanako que siempre compite conmigo en todo y siempre la venzo… no es mi culpa ser el mejor… - respondió tratando de desmentir sus palabras, pero logrando un efecto contrario.

- Te pareces tanto a tu papá...- rió divertida Akane mirando la expresión de autosuficiencia que tenía su hijo en ese minuto.

- ¡Je! Tienes razón, es igual de modesto que el baka de Ranma...- sonrió de medio lado Inuyasha.

- Pobre muchachito… sólo heredó algunos defectos de mi hijo… - comentó Genma desde un lado de la sala mientras jugaba shogi con Soun.

- No lo molesten¡mi nieto es hermoso! Igual que Ranma... – rió Nodoka jugando con la coleta del niño.

- ¿Mami?...Si papá era igual de odioso que Keishii ¿Cómo te enamoraste de él? – preguntó Ranko mirando curiosa a sus padres.

Antes que Akane pudiera responder, Ranma se adelantó: - Yo te diré… papá es muy fuerte, valiente y el más popular entre las mujeres… mamá no pudo resistir a mis encantos... – sonrió totalmente egocéntrico.

- ¿Quién podría resistirse al magnetismo seductor de los Saotome¿ne anata? – sonrió de medio lado Akane.- Me enamoré de tu papá cuando me di cuanta que debajo de su disfraz de niño engreído había un hombre increíble...- agregó sonriente.

Soun Tendo había escuchado atentamente toda la conversación, miró a su nieto y luego a la hija de Inuyasha, dejando de lado el juego de shogi se acercó:- Ya que el compromiso entre ustedes dos resultó tan bien...y hace tantos años que ustedes son amigos... ¿no han pensando que sería buena idea comprometer a Keishii y Hanako-chan? – preguntó mirando al grupo bastante entusiasmado con la idea.

- ¿Na... nani?.. ¿Compromiso?.. ¿De qué estás hablando ji-san? – exclamó Keishii comenzando a recordar el peor suceso de su vida.

Flash back

Templo Higurashi, cuatro años atrás

Luego de cortar el pastel para el cumpleaños de Keishii y Hanako, toda la familia Higurashi y Saotome se sentó en la gran mesa para conversar. La pequeña Ranko estaba sentada en la falda de su madre comiendo lentamente su porción.

Hanako y Keishii jugaban amistosamente. Los gemelos se divertían con los videojuegos. Souta conversaba animadamente con Inuyasha tomado de la mano con Hitomi, su esposa hace dos años.

- Han crecido tanto...parece que fue ayer cuando lo llevábamos al parque a jugar... ¿ne Ranma? – suspiró Akane mirando a su esposo.

- Es cierto… nuestra pequeñita ya es toda una señorita... – sonrió Ranma acariciando la cabecita de la chiquilla. – Y Keishii aprende muy bien mis clases de combate… será un digno heredero de los Saotome… -

- No sabes como me voy a divertir cuando tu pequeñita encuentre novio...- comentó mordazmente Inuyasha.

- No voy a tener nunca novio...los niños son aburridos oji-san – respondió la pequeña.

- ¡Esa es mi pequeña! – sonrió Ranma tomando de los brazos de Akane a la niñita para tenerla en su regazo. – No escuches las tonterías que dice… es un envidioso… porque sabe que perdió a su hija mayor hace muchos años... – rió divertido devolviéndole el ataque al medio demonio.

- ¡Keh! te recuerdo que aún tengo a Hanako...a ella nadie va a quitármela – respondió el hanyou mirando desafiante a Ranma.- ¡Hanako! – gritó llamando la atención de la niña quien inmediatamente se acercó – Preciosa...dile a tu tío Ranma lo que piensas de los novios...-

Hanako miró con curiosidad a su padre – No pienso tener nunca un novio, los niños son una verdadera molestia, solo hay que ver a los gemelos...-

Los gemelos e Izayoi se acercaron, Keishii los siguió.

- ¡Oe!... ¡nosotros no somos una molestia, pequeña! Además… ¿por qué dices eso de los hombres si siempre vives al lado de Keishii?... en la escuela no tienes amigas, solo te veo conversar o pelear a veces con él... – comentó Shinichi sonriendo burlón.

- Eso es cierto...- afirmó Mamoru mirando a la pequeña quien lucía algo sonrojada.- desde que nacieron siempre han estado juntos...en la escuela dicen que son novios...- sonrió nerviosamente al ver la expresión de su padre.- eso es lo que dicen oyaji...-

- ¿Quién dijo eso?... ¡Nosotros solo somos amigos! – exclamó Keishii un poco sonrojado.

- Creo que no es mala idea… - sonrió Kagome tomando las manos de ambos niños y acercándolos entre sí. – Desde que eran bebés pensé en eso… sería perfecto que ellos se casasen algún día¿ne?... se ven muy lindos como novios… los dos gustan de las artes marciales, se divierten con las mismas películas, los mismos videojuegos, a los dos les gusta el helado de menta, son persistentes cuando desean algo, son valientes, les gusta ayudarse y cuidarse… ¿y si más adelante los comprometemos? – propuso Kagome con una amplia sonrisa.

- Hanako-chan es mi amiga...quiero que sea la novio de Keishii...- sonrió entusiasmada Ranko.

- Excelente idea...los compromisos siempre dan resultado...solo miren a Ranma y Akane...- comentó con emoción Soun Tendo comenzando a llorar con todas sus fuerzas.

- ¡Keh! Pobre Keishii...no le hagan algo así...tener que soportar el mal humor de Hanako toda la vida...- comentó entre risas Mamoru.

- ¡Sería perfecto! – exclamó la siempre sonriente madre de Kagome.- ¡el hijo de Akane-chan es tan guapo! Tal vez algún día tendré bisnietos con ojos azules –

- Keishii, si vas a cometer el error de casarte con mi hermanita mejor vete preparando… ¡cuando se enoja realmente da miedo! – carcajeó Shinichi.

- ¡No escuchen a este par de niños! Yo creo lo mismo que oka-chan y Ranko… mi hermanita debería estar con Keishii… gustan de lo mismo y se ven tiernos juntos… - sonrió Izayoi. – ¡Mi hermanita con un chico!...¡kawaii¡solo falta este par! Aunque si fuera por Kaoru… creo que uno de ellos ya estaría comprometido… - comentó risueña.

- Mi nieto al ser heredero de los Saotome tiene que elegir una mujer que guste de lo mismo… y Hanako-chan es perfecta. ¡¡Estoy completamente de acuerdo!! – asintió Genma.

- Hanako-chan es preciosa… ¡tienen mi bendición! – exclamó Nodoka sonriente.

- ¡¿Te volviste loca mujer?!...¿qué demonios te pasa?...No voy a comprometer a mi pequeñita con nadie...- protestó Inuyasha tomando la mano de Hanako para atraerla hacia él.

- ¡Estás loca, Kagome-chan!...adoro a tu hija, pero no voy a permitir que mi bebé pase por lo mismo que pasamos Ranma y yo...- respondió Akane bastante alterada tomando de la mano a su hijo para atraerlo hacia ella.- Eso es algo que él decidirá algún día y si le gusta Hanako-chan seré muy feliz...pero no voy a comprometerlos...-

- ¡Akane tiene razón, Kagome! No podemos hacer lo mismo, no quiero entrometerme en la vida de mi hijo como lo hicieron oyaji y tío Soun cuando éramos adolescentes… si Keishii se enamora de Hanako-chan cuando sean más grandes no tendré ninguna objeción, es más, la niña es encantadora… ¡pero nada de esos estupidos compromisos! – exclamó Ranma bastante exaltado.

Kagome asintió bastante asustada por las caras de sus amigos y especialmente por la de su esposo. "¡Pero si solo estaba haciendo un comentario! ...¡Qué exagerados…!... no importa… algo me dice que ellos acabarán juntos…". Una sonrisa traviesa se formó en el rostro de Kagome.

Fin Flash back

El muchacho salió de sus pensamientos al sentir que sus abuelos comenzaban a confabular una vez más con la idea del compromiso que había comenzado de la boca de tía Kagome. Enfurecido se lanzó sobre ellos para darles su merecido. – ¡Yo no me casaré nunca con esa niña tonta! – exclamó antes de comenzar a atacarlos.

Acostumbrada a ver a su hijo "entrenando" con sus abuelos, Akane se acercó hacia su amiga.- Creo que desde que mencionaste hace algunos años lo del compromiso la relación entre ellos cambió...- murmuró por lo bajo para ser escuchada solo por su amiga.- aunque algo me dice que de algún modo u otro terminaremos en la misma familia...- sonrió mirando disimuladamente a su hija.

- ¿A qué te refieres? – preguntó con curiosidad Kagome.

Akane sonrió divertida.- No vayas a asustarte, pero creo que a Ranko-chan le gusta uno de tus hijos – respondió relajada.- me recuerda todo lo que yo hacía cuando me gustaba el doctor Tofu.-

- ¿Na… NANI? – exclamó Kagome totalmente traumatizada. No podía ser. Si sus hijitos solo eran un par de bebés. A ellos no debería gustarles ni una chica, para nada. Ellos sólo la adoraban a ella, sí, solo aman a su mamá. Mentalmente se repitió las ultimas palabras para olvidarse de la imagen de uno de sus hijos saliendo con otra mujer, dejándola abandonada. - ¿Qu… qué gemelo¿quién le gusta a Ranko-chan?... ¿ella te lo dijo? – preguntó un tanto nerviosa.

- Shinichi...-respondió Akane bastante divertida por la reacción de su amiga- demo no te preocupes, estoy segura de que es sólo algo platónico, además ella es aún muy niña...-

- Gomen ne, Akane-chan… soy demasiado sobre protectora con ellos… pero si de alguna forma ellos se gustaran en el futuro me encantaría que Shinichi se casara con ella… la conozco desde que era un bebé y es una hermosa niña… jeje… los gemelos tienen casi quince años… a veces no me doy cuenta de eso y solo los quiero para mi… - rió divertida relajándose.

- De todos modos creo que tendría problemas con Ranma, ya sabes él adora a su princesita...- sonrió mirando con ternura a su esposo quien en ese minuto intentaba separar a su hijo de unos maltrechos Soun y Genma.

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Luego que Inuyasha y familia se habían retirado para regresar al templo Higurashi y posteriormente al Sengoku, la Familia Saotome-Tendo disfrutaba de la cálida y hermosa noche de verano. Soun y Genma se encontraban totalmente concentrados en su partida de shogi. Nodoka ya estaba en su cuarto durmiendo. Ranma y Akane tomados de la mano conversando bastante acaramelados en la sala.

Keishii observó levemente asqueado a sus padres. "¡Qué asco! No sé porque los adultos son tan pegajosos cuando se casan… ¡yo nunca me casaré! eso del compromiso con Hanako que inventó tía Kagome o abuelito Soun… ¡no pienso hacerles caso!... yo solamente entrenaré y seré el más fuerte de todos… incluso más que mi padre.. ¡jeje! no tengo tiempo para las niñas… y menos para una tan… molesta como es ella".

El muchachito de la coleta sonrió al ver que el televisor estaba desocupado, rápidamente lo prendió para ver su animé favorito. Cambió de canal y encontró a sus adorados ninjas y expertos en artes marciales que hacían competencias en todo el mundo. "¡Algún día seré como Hiroshi-sama! Es el mejor…" pensó el niño sentándose cómodamente en un zabuton.

Ranko bajaba rápidamente las escaleras, había dejado de lado su vestido blanco y ahora vestía shorts y una camiseta sin mangas, también había decidido atar su cabello en una trenza la cual caía sobre uno de sus hombros. Al llegar al primer piso corrió hacia la sala, pronto comenzaría su programa de televisión favorito Card Captor Sakura, le encantaba verlo, mejor dicho le encantaba ver al hermano de Sakura.

Su pícara sonrisa se desvaneció al ver que su hermano estaba viendo ese aburrido programa que tanto le gustaba, fingiendo inocencia se sentó a su lado.

- ¿Qué estas haciendo Kei-kun? – preguntó sonriéndole.

- ¡Guarda silencio! Estoy viendo mi programa favorito… si quieres quédate pero no me hables – espetó el jovencito sin prestar atención de la zalamería de su hermana menor.

La niña lo jaló de la coleta obligándolo a mirarla.- Soy tu única hermana...pero tú eres malo conmigo...- musitó mirándolo con los ojos vidriosos.- Te importa más esa tonta serie que yo...-

- ¡Sí! y ¡no me molestes! Ya sé lo que quieres… mirar a la tonta de Sakura… ¡esa niñita miedosa que no sabe hacer nada! Siempre necesita la ayuda de Li o ese muñeco de peluche feo... – espetó burlón Keishii.

- Y si así fuera ¿QUÉ? Es mucho mejor que esa tonta serie que ves, todos los movimientos del tal Hiroshi están mal...eso dice papá y si dices lo contrario te voy a acusar...- gritó la pequeña mirándolo bastante enfurecida.

- ¡Cállate!... ¡vete a jugar con tus muñecas! El televisor es mío ahora porque llegué primero… - protestó el pequeño adueñándose del control remoto.

- Eso es lo que tú crees...- refunfuñó la niña antes de lanzarse sobre su hermano para intentar quitarle el control remoto.

- ¡Oe!.. ¡Sabes que nunca podrás vencerme! – sonrió el niño sosteniendo con todas sus fuerzas el aparato. Ambos niños rodaron y el muchachito hábilmente la dejó abajo. – ¡Je! ahora puedes rogar por piedad… si te comportas bien te dejaré salir e iras a tu habitación… ¿de acuerdo? – rió triunfal Keishii.

Ranko lo miró con una expresión bastante cercana al berrinche.- Si no me dejas tranquila... voy a llorar y le voy a decir a papá que estabas molestándome... y que dijiste que esa serie era más importante que tu única hermana.-

El jovencito de la coleta siguió en la misma posición y sonrió relajado - Si tú dices eso, yo le diré a mamá que dices que tu cocina es mejor que la de ella… o peor aún… le diré a oyaji que te gusta Shinichi… ¡je! te vi cuando hoy por la tarde lo observabas cuando estaba leyendo… - rió burlón el chico.

- Hanako tiene razón eres ¡odioso! – gritó la chica jalándolo por fuerza de la coleta- si no me sueltas ahora voy a seguir tirando hasta dejarte como el abuelito Genma...- amenazó mirándolo decidida.

- Hanako, Hanako, Hanako… ¡por qué todos tienen que hablar de ella!... – exclamó el muchachito enfadado tirando de la trenza de la pequeña. – ¡Si tú me sueltas yo te suelto!... ah, por cierto… no creas que no noté que con Shinichi te comportas como una dama… ¡ahora pareces un niñita pequeña! – rió divertido. - ¿Acaso quieres parecer más grande de lo que eres? – le sacó la lengua burlón.

- CIERRA LA BOCA...- gritó la niña tirando con más fuerza.- no voy a soltarte, no voy a soltarte, no voy a soltarte.-

Akane suspiró con resignación, estaba con su cabeza cómodamente apoyada sobre uno de los hombros de su esposo.- ¿Anata?...- habló llamando la atención del hombre.

- Mmm... ¿qué sucede koishii? – preguntó Ranma totalmente ido abrazando la cintura de su esposa.

- Los niños están discutiendo desde hace un rato... ¿no vamos a hacer nada?- preguntó Akane sin muchas ganas de separarse de su esposo.

- Déjalos que entrenen un poco… no les viene mal… - susurró Ranma acariciando la espalda de su esposa.

Akane dio un leve golpe en el pecho a su esposo:- ¿Quieres que se maten?...porque así como van creo que nos va a costar separarlos...- comentó con un leve tono de diversión.

- Está bien… está bien… - respondió Ranma sin muchas ganas riendo divertido por la mini pelea entre sus dos muchachitos.

Rápidamente se acercó a ellos. Como no vio una manera mejor de separarlos tomó el control que el muchachito había soltado unos minutos atrás y apagó el televisor.

Los dos niños dejaron de jalarse el cabello y miraron con el ceño levemente fruncido al padre.

Ranko utilizó la mejor técnica que podía emplear contra su padre: - Papi... ¿por qué la apagaste?...- preguntó mirándolo bastante despeinada y con los ojos vidriosos.

- Preciosa, no deberías pelear con tu hermano… eres toda una señorita… ¡Keishii! Podrías dejar a tu hermana que mire un poco de lo que ella quiere y luego tú… no seas abusivo... – espetó Ranma tratando de parecer serio. Realmente regañar no era una tarea que desempeñaba muy bien que digamos.

- Yo llegué primero oyaji, por lo tanto yo tenía derecho... – respondió el muchacho sin prestar mucha atención al regaño de su padre. Rápidamente tomó el control que su padre había dejado en la mesita y encendió el televisor.

Ranko se puso de pie y se acercó al televisor para cambiarla desde el aparato. – Ya escuchaste a papá, ahora es mi turno.- afirmó mirando desafiante a su hermano.

- ¡No importa lo que diga oyaji!... ¡ahora vete a jugar con tus muñecas y déjame terminar de ver a Hiroshi-sama! – exclamó el niño cambiando el canal con el control remoto.

- ¡¡No quiero!!- respondió la niña volviendo a cambiar el canal.

Antes de que Keishii respondiera, Akane se acercó a la televisión para desconectarla de la electricidad.- ¿Por qué discutían? – preguntó mirándolos con una media sonrisa.

- Ma...mamá ¿Por qué la apagaste?...- gimoteó Ranko mirándola al borde de las lagrimas.

- Porque ya es algo tarde y no es bueno que vean tanta televisión...- sonrió volviendo a trenzar el cabello de su hija quien la miraba bastante frustrada al ver que sus técnicas no resultaban con su madre.

- ¡Pero mamá! Ya casi terminaba… por favor… un poquito más¿sí? – la miró Keishii con ojos de cachorrito tierno.

- ¡Je! las técnicas Saotome no funcionan cuando su madre está enfadada… - sonrió Ranma relajado con el control que ejercía su esposa sobre los niños.

- No estoy enfadada...- sonrió Akane mirando a su esposo, luego dirigiéndose a su hijo agregó – No deberían pelear por algo así...- afirmó acercándose hacia Keishii para arreglar también su cabello.- Ahora si te ves guapo...-

- Bueno niños… ya es tarde, ahora vayan a dormir que mañana temprano vamos a correr 30 vueltas por Nerima… ¿recuerdan? y en la tarde tienen que estar listos para Tanabata… - ordenó Ranma besando la frente de la pequeña y acariciando la cabeza del muchachito.

Los niños obedecieron a Ranma, despidiéndose de su madre antes de subir rápidamente a dormir. Soun y Genma se habían ido a dormir en medio de la pelea de los muchachos así que Ranma y Akane estaban solos en la sala.

Akane miró sensualmente a su esposo.- Pensé que tenía un compromiso conmigo esta noche Señor Saotome...compromiso que duraría toda la noche... ¿Cómo hará para salir a correr temprano? -

- Eso no importa… Ranma Saotome tiene toda la energía para cumplir los compromisos con su esposa y para también correr si es necesario 50 veces Nerima con sus hijos... – sonrió seductor acercándose a su esposa. – Deberías saberlo… nunca fallé en ninguna de mis tareas... – susurró ronco.

- Mmm, creo que me gusta que me lo pruebes constantemente...una y otra vez...- sonrió mirándolo de forma sugerente.

- Entonces te lo demostraré una vez más, koishii… - murmuró roncamente el joven. De un rápido movimiento la tomó en brazos. – Ahora vamos a nuestro cuarto… espero que mañana para Tanabata tengas energía, onna… - susurró subiendo las escaleras.

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Sengoku-Jidai

Hanako miraba bastante frustrada al resto de su familia, todos se veían bastante divertidos; Iza-chan se veía algo sonrojada mientras escribía lo que al parecer era una tonta carta de amor para Shigeru, Shinichi estaba bastante entretenido leyendo un libro que parecía uno de los de la escuela, Mamoru también leía, pero uno de sus adorados mangas, de la colección que el muy egoísta nunca quería prestarle.

Su mirada se dirigió hacia el otro extremo de la cabaña donde su madre se veía radiante preparando la ropa que usarían en Tanabata, el único que no estaba ahí era su padre a quién no había visto desde hace casi una hora, y lo más seguro era que estuviera sobre un árbol fuera de la casa para evitar discutir con su hermana.

Al parecer la única aburrida era ella - ¿Por qué teníamos que volver?...- refunfuñó sin dirigirse a nadie en particular.- Me estoy perdiendo las aventuras de Hiroshi-sama "amo a Hiroshi-sama quería verlo..." – protestó al borde del berrinche.

- No te preocupes linda, mañana iremos a la actualidad y podrás verlo… además podrás preguntarle a Keishii lo que sucedió en el capítulo de hoy... – trató de consolar Kagome a la pequeña sonriendo ampliamente. – Te verás muy linda con esta yukata… - comentó exhibiendo la prenda, era de un color azul intenso con algunas flores de cerezo bordadas en éste, el obi, al igual que las flores, era de color rosa. Todo obra de ella.

- Es bonito oka-chan...demo...yo no uso vestidos...- respondió mirando hacia otro lado con el ceño algo fruncido.- y Kei-baka no va a contarme nada...además Ranko quería ver Sakura...seguro tampoco pudo verlo...-

- Lo hice especialmente para ti… aunque sea para Tanabata lo usarás¿ne? – sonrió Kagome sin hacer caso de la expresión de la pequeña. – Se nota que quieres mucho a Keishii… hasta le pones apodos... – rió divertida. – Harán una muy linda pareja… - guiñó un ojo mientras doblaba la yukata para guardarla en una caja.

- ¿Quieres dejar de quejarte?...no te preocupes...seguro tu novio logró verlo...- sonrió de forma burlesca Mamoru dejando por un segundo su lectura.- y hablando de tu novio, le gustará verte disfrazada de niña...-

Shinichi sonrió divertido con el comentario de su hermano y bajando el libro para ver la expresión furiosa de su hermanita menor agregó: - Seguramente Keishii querrá poner su nombre junto al tuyo… y quien sabe ¡hasta puede cumplir el sueño de Soun-san y darte un anillo de compromiso! – comentó entre risas.

Izayoi con el ceño fruncido se acercó por atrás de los gemelos y tomó con cada uno de sus brazos las cabezas de los muchachos. – Par de demonios… ¡ustedes nunca cambian! ...¡Pídanle ya mismo disculpas a nuestra hermana…! – espetó en un tono amenazante. Luego dirigió su mirada hacia la pequeña, sonriendo dulcemente. – No les hagas caso, tienen mentalidad de un niño de cinco años… no necesitas ponerte una yukata para parecer niña, eres hermosa… ¡y a ninguno de ustedes dos se les ocurra contradecirme! – gruñó dirigiéndose nuevamente a los gemelos.

- Solo estamos bromeando...onee-chan...antes no eras tan amargada...te estas volviendo vieja...- afirmó Mamoru totalmente convencido de sus palabras.

Izayoi se limitó a mirar asesinamente al muchacho.

Inuyasha estaba bastante relajado recostado sobre un árbol cercano a la cabaña, hasta que escuchó fuertes ruidos provenientes de esta, parecía casi como si se estuviese desarrollando una batalla dentro de su casa. Rápidamente bajó y en menos de un segundo estuvo ahí- ¿¡Qué demonios pasa!? – gritó entrando bastante asustado. No fue necesario que le respondieran, solo necesitó observar la escena, Iza-chan estaba sentada a horcajadas sobre Mamoru intentando ahorcarlo, mientras que Shinichi y Kagome hacían inútiles esfuerzos por separarlos, Hanako por su parte miraba todo bastante divertida.

- ¡Inuyasha! ...¡ayúdanos antes que Izayoi asesine a Mamoru!- exclamó Kagome. El muchacho se estaba poniendo del mismo color que la yukata de la pequeña Hanako.

- ¡Iza-chan, el mocoso idiota está aquí!... ¡quiere verte!...- gritó Inuyasha. Al ver como la muchacha soltaba a su hermano y se ponía de pie, sonrió complacido.

- ¡Mi bebé! – exclamó Kagome al ver como el muchacho comenzaba a respirar nuevamente y recuperar su color normal. Efusivamente lo abrazó haciendo que el muchacho comenzara a tener problemas para respirar nuevamente. – Mi pequeñito… dile a oka-chan como estas ¿te duele algo?.. – preguntó sin soltarlo.

Izayoi que ya había ido fuera de la cabaña para buscar a Shigeru regresó con el ceño fruncido. – ¡Otou-chan!... ¡me engañaste! – exclamó mirándolo bastante enojada.

- ¡Keh! No podía dejarte matar a tu hermano...- respondió tratando de contener la risa.- ¡Oe, Kagome!... ¿Quieres matar al muchacho?...- agregó observando con una media sonrisa como Mamoru intentaba librarse del apretado abrazo de su madre.

- Wow...pensé que las personas sólo se ponían así de azules en el anime...- comentó Hanako mirando con curiosidad hacia donde estaban su madre y hermano.

Kagome soltó al adolescente el cual cayó pesadamente al suelo. Inmediatamente comenzó a zamarrearlo para intentar reanimarlo. - ¿Mi bebé, estas vivo?... ¡Perdóname, te prometo que haré muchos pasteles de chocolate para ti y ramen para mañana! – exclamó exageradamente derramando algunas lágrimas. El muchacho sonriente se hizo el dolido para obtener más de su madre mientras la mujer se desviviría por reconfortarlo.

Izayoi se fue hacia su cuarto con el ceño fruncido. Realmente quería ver a Shigeru para avisarle lo del asunto de Tanabata.

Un par de minutos después Inuyasha siguió a su hija. La chica se encontraba recostada sobre el futon, el hanyou se acercó para sentarse luego al lado de la muchacha. - ¿Estas enojada? – preguntó sintiéndose algo culpable por haber engañado a su hija minutos atrás.

- ¿Tú que crees? – espetó la muchacha dirigiéndole una mirada recriminadora a su padre.

Kagome entró en la habitación. Los gemelos y Hanako se habían instalado detrás de la puerta para escuchar la conversación.

- Si quieres mañana vamos a casa de Miroku-sama y conversas con él¿ne? – sonrió Kagome.

Inuyasha fulminó con la mirada a su mujer, luego dirigiéndose a su hija habló: - Si supiera por qué estas enojada no te estaría preguntando...-

- Acabas de hacerme creer que Shigeru estaba aquí, y además siempre estas planeando como evitar que nos podamos ver… por ejemplo con el asunto de Tanabata que inventaron los gemelos… ¡él es un buen chico! ...¿Cuándo entenderás eso otou-chan? – exclamó la jovencita.

Inuyasha miró hacia otro lado tratando de fingir indiferencia, realmente él consideraba que el mocoso no era tan malo, pero nunca le había gustado la idea de perder a su preciosa bebé.- Eso no fue mi idea...no tengo la culpa de las cosas que se les ocurren a tus hermanos...además ¿de qué tanto te quejas? Aún puedes verlo antes de la dichosa fiesta...-

- Eso ya lo sé, pero tú siempre estas pidiéndoles que actúen como guardaespaldas o espías… - refunfuñó Izayoi. – Me quejo porque yo quiero quedarme en Tanabata en ésta época con Shigeru… es mi novio… - espetó la chica.

- Entonces yo te doy mi autorización… - sonrió Kagome para la muchacha. Inuyasha estaba a punto de explotar. – ¡Es solo por una tarde! no seas tan cruel con nuestra hija… - intentó justificarla.

- ¡Están locas si piensan que voy a dejarla quedarse sola!...Sabes bien que no vamos a pasar la noche aquí Kagome...- respondió bastante alterado Inuyasha.

Al otro lado de la puerta...

- Kuso...no escucho nada...- refunfuñó Hanako, de reojo observo a sus hermanos quienes parecían bastante concentrados en la discusión que escuchaban a la perfección.

– Si no me dicen qué demonios está pasando voy a gritar...y se darán cuentan que los están espiando...-

- Oka-chan quiere dejar que Iza-chan se quede en Tanabata aquí junto con Shigeru y oyaji está enfurecido… yo digo que ganará oka-chan… - sonrió el pelinegro.

- Oka-chan puede convencer a oyaji de cualquier cosa...ella da más miedo que Iza-chan cuando se enoja...- comentó Mamoru.

- Van a perder...papá no va a dejar que onee-chan se quede aquí sola...- sonrió Hanako.- que poco lo conocen...-

En la habitación de Izayoi...

- ¡YA SE QUE NO ESTAREMOS EN CASA!... ¡PERO SOLO ES UNA MALDITA TARDE Y CONFIO EN AMBOS!... ¿Acaso no puedes dar el brazo a torcer solo una vez Inuyasha? diablos… - espetó Kagome bastante alterada.

Inuyasha retrocedió un poco de forma instintiva.- EN ELLA SI CONFÍO, PERO ÉL TIENE LOS GENES DE MIROKU...- gritó el hanyou igual de alterado.- No hay forma en que la deje quedarse sola, shimatta... ¿qué no la extrañas cuando no está con nosotros, mujer? –

Kagome estaba por refutar lo que había dicho acerca del hijo de Miroku cuando una idea cruzó su mente. – Espera… ¿y si traemos a Shigeru a la actualidad?... de esa forma podríamos estar todos juntos e Iza-chan con su novio como lo desea… - sonrió radiante.

- ¡Sí, oka-chan! prometería estar junto a ustedes siempre que Shigeru esté a mi lado… - sonrió levemente sonrojada.

Inuyasha frunció el ceño, iba a negarse rotundamente hasta que se fijo en la forma en que lo miraban su mujer y su hija. Ambas le estaban dedicando su más tierna mirada, el hanyou suspiró con resignación.- ¡Keh! está bien...iremos por el mocoso antes de irnos...- informó antes de salir de la habitación algo molesto para dirigirse a la que compartía con Kagome.

Los gemelos y Hanako por una fracción de segundo no fueron descubiertos por su padre, rápidamente corrieron antes que éste saliera hacia la sala. Respirando más relajados bromearon entre sí hablando del gran poder de convencimiento de su madre. De la habitación de Izayoi se escucharon algunos grititos de felicidad y por algunos minutos algunos murmullos, ambas conversaron entusiasmadas lo que harían en Tanabata.

Media hora después Kagome salió de la habitación de la muchacha que ya casi estaba dormida, suavemente besó su frente. Luego fue al cuarto de los gemelos, sonriendo divertida vio como ambos roncaban totalmente destapados. Luego de taparlos besó la frente de ambos y visitó el cuarto de la pequeñita que también estaba profundamente dormida. Había soltado sus cabellos para dormir. La muchacha de cabellos azabaches sonrió, era un calco exacto de cuando tenía su edad. "Se ve tan dócil así…"– Oyasumi nasai preciosa… - susurró acariciando sus cabellos para luego darle un beso de buenas noches.

Antes de entrar a su habitación Kagome se cepilló el cabello repetidas veces y se quitó la ropa para ponerse una camisola que apenas tapaba sus nalgas, color rojo.

Entreabriendo la puerta divisó al hanyou que parecía dormido. Ya se había quitado el hakama y el haori, luciendo uno de los boxers que ella había insistido en acostumbrarlo a usar. "No creo que esté durmiendo… debe estar enfadado por lo de hace un rato… ¡jeje! ya sabré como "despertarlo"…" sonrió pícaramente la muchacha acercándose al medio demonio.

Una vez a su lado se sentó en el futón y sopló el flequillo del joven. Ni una sola respuesta. Maliciosa, observó sus labios y sopló sobre ellos. – Koibito… recuerda que esta noche debía consolarte… mm – susurró sensual colocando ambos brazos a los costados del hanyou para servir de apoyo. Sus pechos rozaron levemente el torso del hombre, casi como una cosquilla. – Tu gatita prometió que haría lo que tú desearas… - gimió casi en un ronroneo acariciando con sus labios el cuello del medio demonio.

Inuyasha nunca había estado dormido, solo tenía los ojos cerrados, recordaba perfectamente lo que habían conversado en el Dojo durante en la tarde y por muy enojado que estuviera con ella, él no renunciaría a algo tan tentador.

Sabia que no podría fingir demasiado tiempo, una parte de su cuerpo, desde el minuto en que Kagome había comenzando a rozarse contra él, estaba dando evidencias de estar muy pero muy despierta. - Antes de que acepte que me consueles...tienes que lograr que te perdone onna...- susurró con su tono de voz más seductor aún con los ojos cerrados y sin tocarla.

La joven se colocó a horcajadas sobre el medio demonio. - ¿Y qué tendría que hacer para que me perdones koibito?.. – susurró mordiéndose los labios fingiendo inocencia. – Dímelo y haré lo que tú quieras… - sonrió acariciando el musculoso pecho de su compañero.

Inuyasha abrió los ojos para dedicarle una ardiente mirada a su mujer.- Mmm usa tu imaginación Kagome...- susurró enronquecido deslizando con mucho cuidado sus garras sobre sus tersos muslos.

La joven de cabellos azabaches sonrió levemente sonrojada ante la mirada penetrante de su esposo. Moviéndose sobre este hizo un recorrido de besos sobre sus pectorales hasta llegar a su abdomen. Segundos después acomodándose recostada sobre él acercó sus labios a su boca y comenzó a mordisquearla lentamente, disfrutando de la calidez que sólo él podía brindarle. - ¿Todavía no me perdonas? – susurró sensual lamiendo el labio inferior del hanyou.

Inuyasha sonrió seductoramente antes de abrazar a su mujer y rodar sobre el futon dejándola debajo de él. – Estoy empezando a hacerlo...- susurró mirándola intensamente. Sus fuertes manos delinearon con ardor las caderas de Kagome.- Hay algo que quiero hacer contigo esta noche...gatita...-

- ¿Qué es lo que quieres hacer, Inuyasha? – musitó Kagome totalmente entregada observando fijamente a los ojos de su esposo.

Con una media sonrisa, Inuyasha estiro uno de sus brazos para alcanzar una pequeña botella de salsa de chocolate que estaba oculta debajo de sus ropas.- Siempre me ha gustado como sabes con chocolate...- murmuró casi guturalmente, en el brillo de sus ojos estaba claramente escrito que esa seria una noche muy dulce.

Continuará

Notas de las autoras:

Hola :) ¿Les gustó? Esperamos que sí, originalmente esto sería solo un oneshot, pero como nos salió de más de sesenta páginas será publicado en tres partes, no quiero extenderme mucho, les prometo que seré breve.

La idea de hacer esto nació de todos los comentarios que nos dejaron en el último capítulo de nuestro fic, al principio le dije muchas veces a Sakura que ni enferma lo haría xp pero cuando ella estuvo de vacaciones, pense la idea mejor y aquí estamos ;)
¿Hanako les pareció un poquito agresiva? Bueno ella es parecida a Inuyasha y por el hecho de no heredar nada de él creo que tal vez busca ser la mejor de una u otra forma, por eso sus constantes peleas con Kei-baka...digo Keishii xp sorry Keishii.

En aquella escena donde Akane opina que es bueno improvisar en la cocina, esa es una frase totalmente mía y todo lo he cocinado con improvisación me ha salido bien ;) cosa que no todos pueden decir cof cof (indirecta para Sakura xp). Ah antes que lo olvide, en algún punto Shinichi creo que menciona algo sobre las unión de las hojas, esta idea se refleja en un tomo del manga de Ranma (si pueden leenlo, es genial) , se supone que hay unas hojas de bambu especiales, y si ponen sobre estas ramas sus nombres un hombre y mujer unirán para siempre sus vidas, es decir su destino será casarse.

El heroe favorito de anime de Keishii y Hanako, tiene ese nombre porque fue el primero que se me vino a la mente xp

Ya saben que valoramos todos sus comentarios, y si van a dejarlos por favor pongan su mail para que podamos responderles ;)

Nos vemos pronto
Besos

Freya.

pd: Kagome como madre da miedo ¿no? xp


Palabras en japonés

Youkai: demonio
Temee: pronombre utilizado para llamar a alguien, sería un "tú" pero despectivo
Baka: idiota
Oe: hey, oye.. una forma de llamar la atención
Kuso: mierda
Keh: expresión utilizada por Inuyasha :p no tiene un significado concreto
Etto: expresión de duda
Mou: oh (es una expresión que demuestra enfado o frustración)
Oba-san: tia
ba-chan: abuela, abuelita
oka-chan: mamá de forma extremadamente dulce xp, algo como mamita xD (sip, los gemelos son mamones xD)
Iie: no
Ne/na: partícula utilizada para respuestas que requieren una afirmación, na para los hombres, ne para las mujeres
Oyaji: padre (de forma muy informal) sería algo como 'viejo'
Onee-chan: hermana mayor
Konnichiwa: Buenas Tardes, hola
Gomen: lo siento
shimatta: maldición, mierda
Nee: hey, oye..
Otou-chan: lo mismo que oka-chan... es padre de forma muy cariñosa, algo como 'papito' (Iza-chan es la consentida de Inuyasha xD)
Koishii: amada, mi amor
anata: Significa tú , pero suele ser utilizado por las mujeres para dirigirse a su esposo, significa algo así como querido
Hai: sí
itte: expresión de dolor, algo como 'ouch'
sensei: maestro
hanyou: mitad demonio
Koibito: persona amada, es utilizado entre esposos
Nani¿qué?
Hontou¿en verdad¿es cierto?
Ai shiteru: te amo
haori: parte de arriba de la vestimenta que usa Inuyasha
bakayaro: Estupido idiota, estupido cretino.
kawaii: lindo, tierno
ofukuro: mamá dicho de manera informal
ji-san: abuelo
oji-san: tío
demo: pero
zabuton: almohadas que utilizan los japoneses para sentarse
onna: mujer
yukata: vestimenta tradicional unisex, es más liviana que un kimono, se utilizan generalmente en festividades
obi: cinturón, se utiliza en los kimonos

tanabata: La fiesta de las estrellas (Esto es casi nota cultural xp)

El 7 de julio se celebra el tanabata, la cuarta de las cinco festividades estacionales (gosekku). Se trata de una tradición importada de China que empezó a celebrarse conjuntamente con otra festividad japonesa, tanabatatsume, a partir del período Nara (710-794) y se popularizó durante el período Edo (1600-1868).
En China, para festejar la reunión de los amantes, se celebra el Qi Xi, (la noche de los sietes), que puede considerarse como el día de los enamorados de aquel país. Esta festividad fue importada a Japón durante el período Nara (710-784) y pasó a llamarse tanabata. Una de las formas primitivas de celebrarla consistía en atar tiras de papel (tanzaku) de cinco colores (rojo, verde, amarillo, blanco y negro) que representan los 5 elementos (fuego, madera, tierra, metal y agua, respectivamente) con poemas de alabanza a los amantes a cañas de bambú recién cortadas y colocarlas en los tejados de las casas; una vez acabada la fiesta se recogían y se arrojaban al río o corriente más cercano. En la versión moderna de esta celebración, se cuelgan papeles en los que se han escrito deseos con la esperanza de que se cumplan.

Existen varias canciones relacionadas con el tanabata, alguna de las cuales datan del siglo XVI. En la actualidad, una de las más conocidas es:

Sasa no ha sara-sara
nokiba ni yureru.
Ohoshi-sama kirakira,
kingin sunago.
Goshiki no tanzaku,
watashi ga kaita.
Ohoshi-sama kirakira,
sora kara miteru.

(Fuente h t t p / j a p o n i s m o . c o m / )