Love Hurts

Summary: Como Auror, Harry Potter tiene muchos planes. En el día de San Valentín, ninguno de ellos incluye estar involucrado en el tráfico ilegal de Pociones de Amor. Draco Malfoy se encarga del caso. HD Slash.

Disclaimer: Harry Potter y Cía. le pertenecen a JK Rowling y no a este pechito. Me rompe el corazón, pero una demanda me rompería el bolsillo y no sé nada de economía. Gracias.


Draco se levanta de la cama únicamente porque su cabeza lo está matando y las pastillas para solucionarlo están sobre el mesón de la cocina.

Con los ojos entrecerrados por la hiper sensibilidad a la luz de la mañana y abriéndose paso entre el desastre que es su living-comedor, Draco logra llenar un vaso con agua de la llave y tragar dos analgésicos que raspan su garganta al pasar.

Sintiéndose más recuperado, se pasa una mano por el pelo para sacárselo de la frente y mira a su alrededor.

"Una fiesta es justo lo que necesitas.", había prometido Pansy. "Verás como te sube el ánimo y dejas de ser tan amargo."

Esta es la última vez que confía en una mujer, decide terminante.

Platos y vasos de plástico cubren la madera del suelo y Draco tiene que frotarse el tabique de la nariz porque las manchas sobre el piso serán imposibles de sacar.

Una de las cortinas del balcón ha sido rasgada y la mesa para café tendrá marcas de vasos por toda la eternidad.

Draco considera seriamente prenderle fuego a todo el lugar en cuanto nota la tapicería del sofá, pero tocan a la puerta en ese instante.

Es como si cada golpe fuera contra sus sienes.

Draco se arrastra miserable para correr el cerrojo y Harry Potter lo mira irritado a través de sus gafas.

"No tienes idea de qué día ni hora es, no es cierto.", acusa a continuación. "No puedo estar recordándote cada mañana que tienes un trabajo al que asist- Dios Santo- ¿qué le has hecho a tu apartamento?"

El rostro de Harry refleja asombro y Draco recuerda el estado de su hogar. Su propia cara se oscurece rápidamente.

"Pansy.", contesta en un tono terrible. Potter tiene el descaro de reírse.

"Caes cada vez.", sonríe malicioso, pero luego nota la expresión de Malfoy y se ablanda. "Date una ducha mientras te preparo un café. Así no puedes salir a ningún lugar."

Draco se relaja contra la pared del vestíbulo y baja los párpados.

"Gracias.", murmura agradecido.

Harry lo mira como si quisiera decirle algo, los ojos oscuros.

"No hay de qué, Malfoy.", dice por fin. "Sólo recuerda que no soy tu secretaria."

"Serías una linda secretaria en todo caso.", dice Draco arrastrando los pies por entre las latas de cerveza y los trozos de limón en el piso. No tiene recuerdos concretos de la noche anterior, pero sospecha que el tequila involucrado fue lo que terminó por destruir su conciencia.

"No te demores mucho.", grita Potter desde la cocina. Draco se quita los pantalones impregnados a humo en el baño. "Shacklebolt fijó una reunión a primera hora."

Draco gruñe en respuesta y agacha la cabeza bajo el agua que cae.

Diez minutos más tarde, Draco emerge vestido de su habitación para encontrar que toda evidencia de la fiesta ha desaparecido. Potter bebe su té en perfecta tranquilidad.

"Potter.", dice Draco, alzando las cejas en apreciación. Su sofá ha vuelto a ser blanco y su piso marrón. La cortina revolotea entera agitada por una brisa ligera. "Se me olvida que en tu tiempo libre te dedicas a lo doméstico."

"Una palabra al respecto y puedo hacer que Pansy parezca el Paraíso en comparación.", advierte ligero. Draco le sonríe.

"No te merezco, Potter, en serio.", dice rodeando con ambas manos su tazón de café, negro con cuatro de azúcar como Potter sabe que le gusta. No nota la expresión en el rostro de Harry, quien arruga el entrecejo y hunde la mirada en las profundidades de su taza.

"No hay de qué.", murmura.

Falta un día para San Valentín.


"La situación es esta.", el rostro de Shacklebolt se ve severo. "Ha ingresado en el mercado negro una sustancia de prueba que actúa en forma altamente inestable. Aparentemente todavía no está a la venta, pero la publicidad es bastante… elocuente."

La oficina de Shacklebolt tiene una mesa alargada sobre la cual el Auror se inclina hacia adelante para entregarles la evidencia.

"El producto tiene el nombre de 'El Amor Duele' y permitiría al usuario vengarse de amantes pasados mediante drásticas consecuencias físicas.", continúa. "No sería distinto de otros productos que han tenido la misma premisa si no fuera porque actúa a nivel cutáneo, sin ser necesaria su ingesta y lo variable de sus resultados."

"El primer afectado conocido presentó fuertes jaquecas seguidas de alucinaciones.", Tonks les enseña la ficha. "Está internado en San Mungo porque acaba de entrar en un coma profundo."

Draco voltea las hojas con la boca apretada.

"El segundo también se encuentra internado, con ampollas por toda la piel. Lo curioso es, estas tienen forma de", Tonks se aclara la garganta. "Corazones."

"Se ha desatado furor por adquirirlo; cientos de magos y brujas despechados por fin tienen la oportunidad perfecta para vengarse, todavía más con la proximidad de San Valentín.", prosigue Kingsley. "Supongo comprenden la gravedad del caso."

"Por supuesto.", habla Harry. "¿Qué pistas tenemos en la investigación? - ¿Puntos de venta, posibles fabricantes?"

"Patrones de víctimas.", agrega Draco mirándolo como si lo viera por primera vez. Harry se colorea incómodo.

"Creemos que es un grupo, quizás aficionado. Nadie más haría eso de los corazones. Y el ritmo cardíaco del hombre en coma.", Tonks sonríe torcido. "No me vas a creer pero es Mariah Carey."

Harry sacude la cabeza.

"¿Todos hombres jóvenes?", pregunta y Tonks deja caer unos documentos al piso.

Draco vuelve a hojear la ficha.

Shacklebolt lo mira fijo con sus ojos oscuros y asiente.

"No solamente jóvenes, sino que todos con cabello oscuro y ojos de tonalidades claras.", la pausa es tensa y Draco a su lado se muerde el interior de la boca. "Todos con gafas. Todos parecidos a Harry Potter."

Harry esboza una sonrisa apretada.

"¿Qué?", dice observando a su supervisor. "No significa que sea un patrón, con tan sólo dos casos, no creo que-"

"Siete, Potter, siete casos. Mira la carpeta.", Harry hace ademán de tomarla pero Malfoy no la suelta. "Por eso la situación es grave y debe ser regularizada. Los tres últimos individuos han aparecido muertos."

Shacklebolt suaviza más su voz ante la súbita palidez de Harry.

"Estamos deliberando todavía sobre si deberías participar en esta investigación."

"¡¿Qué?!- ¡Por supuesto que debo!", exclama Harry indignado. "Quizás es sólo por publicidad, o tal vez podría actuar de señuelo o-"

"Potter, no seas idiota- ¿has visto las fotos?", Draco lo golpea en la cabeza con la carpeta de fichas. "Laceraciones con forma de flechas en el pecho, estómagos con úlceras del porte de mariposas¿quieres que te pase a ti?"

Draco respira hondo para calmarse y Shacklebolt juega con su aro de oro por un segundo.

"Existe la posibilidad de que no salga a la venta y todo sea un plan elaborado para acabar contigo, Potter.", dice luego. "Usarte como señuelo sería arriesgarnos demasiado a ayudarlos a conseguir lo que quieren. De cualquier forma, no es recomendable."

"Solicito permiso para encargarme de este caso junto a mi equipo.", Draco se voltea a hablarle directamente a Kingsley. "Quiero empezar por definir el perímetro de infección."

"Concedido. Potter, tú tómate estos días hasta que el riesgo haya pasado."

Las orejas de Harry arden de impotencia.

"Señor, realmente creo que-", empieza a decir.

Draco toma los papeles de parte de Tonks y lo mira.

"Órdenes son órdenes, Potter, ya oíste.", dice áspero.

Harry se enfurece pero guarda silencio, dos amonestaciones por comportamiento en su expediente a la fecha.

"Si no quieres la licencia, puedes unirte a Archivos.", Shacklebolt claramente no estará en la lista de Navidad de Harry. "Estoy seguro de que allí tienen mucho papeleo que organizar."

"Tomo la licencia, gracias.", murmura Potter y abandona la oficina antes de que su día pueda irse por completo a la basura.


"¿Motivos?", Draco observa con impaciencia como la chica empuja sus gafas más arriba. "Por supuesto que los hay."

"De verdad me ayudarías si pudieses decírmelos. Ahora.", la sonrisa del rubio es poco natural y ella bate las pestañas complacida.

"Lo que estoy a punto de decirte no tiene nada que ver con el Ojo Interno Que Todo Lo Ve.", le cuchichea poniéndose una mano cerca de la boca. "Es sólo que me gusta ser una mujer informada y leo muchas revistas de moda y actualidad."

"Eso es", Draco tose ligeramente. "Fantástico, Lavender, en serio."

Lavender Brown se cubre la cara para lanzar una risita nerviosa. Draco la recordaba mejor en el plano mental, pero los años, supone, nos cambian a todos.

"Es que Harry Potter es tan guapo.", suspira ella por fin.

Draco Malfoy mira a ambos lados para cerciorarse de estar escuchando bien.

"¿Cómo dices?", pregunta. Lavender se pasa un mechón de pelo tras la oreja, súbitamente seria.

"Mira, Malfoy, la gente bonita genera reacciones. Nunca dejan al resto indiferente, tiene que ver con cosas básicas como el instinto. Es una de las gracias de la belleza y por eso la gente que la posee tiene que tener tanto cuidado.", dice tocando la madera de la mesa con una uña afilada. "La atracción sobre el resto es poder sobre el resto. La gente linda es poderosa por lo tanto, y Harry Potter lo expele por los poros."

"Todo el mundo sabe que Potter es un gran mago.", dice Draco frunciendo el ceño y Lavender mueve la cabeza de un lado para otro.

"Guapo, atractivo, poderoso.", enumera lentamente. "Toda bruja quisiera un príncipe así. Es una cosa social."

"¿Y?", Draco comienza a impacientarse.

"Todos queremos lo que no podemos adquirir. Es humano. A la larga se despierta el resentimiento.", Lavender abre mucho los ojos y son castaños tras las gafas que no necesita. "Potter siempre ha sido un símbolo."

"Es estúpido que alguien quiera matar a Potter porque no puede tenerlo."

Lavender sonríe satisfecha y bebe de su copa.

"¿Lo es?", su sonrisa es despectiva. "Hay hasta libros al respecto. La gente es rara, Malfoy."

Draco Malfoy se pone de pie y sacude la mano anillada que ella le ofrece.

"En realidad no sé si me has sido de mucha ayuda, Brown, pero ciertamente hablas bonito.", le dice con la boca torcida.

Lavender pincha la oliva que nada en su martini y la muerde.

"Si no le dices a nadie que bebo en horario de trabajo.", propone risueña. "Te diría que Harry Potter tiene un fan club y que contactes a su presidenta."

"¿Era eso tan difícil?", resopla él, y ella hace un mohín.

"Aquí nadie me permite ser psicoanalista.", la escucha quejarse mientras abre la puerta y sale. "Sólo me usan por mis visiones- ¡hombres!"


"Creo que no me estás entendiendo.", dice Draco lentamente. "Cuando digo que quiero hablar con la Presidenta, es porque quiero hablar con la Presidenta."

Colin Creevey, con los pies sobre su escritorio y expresión indiferente, se lima las uñas.

"No se encuentra disponible.", repite por tercera vez con voz monótona.

El tic nervioso bajo el ojo izquierdo de Draco se activa.

"¿Cuándo puedo encontrarla?", pregunta por entre medio de los dientes.

"Oh, no lo sé. Ella nunca dice.", Creevey sopla sobre sus cutículas.

Draco siente la jaqueca de la mañana levantar la cabeza y olisquear el aire.

"Y pensar que Potter quería estar aquí.", murmura bajo el aliento.

Funciona como magia.

"¿Potter, como en el Harry Potter?", pregunta Creevey arrojando la lima lejos. "¿Aquí?"

Draco se cruza de brazos y alza una ceja.

"Si tan sólo pudiera fijar una cita con la P-"

"Qué muchacho tan encantador, buenas tardes, hola, soy Romilda Vane- ¿qué puedo hacer por ti?", la puerta previamente cerrada ahora está abierta de par en par y una mujer en violeta lo besa en ambas mejillas aprovechando el impacto. "Eres Draco Malfoy, por supuesto que te conozco."

Lo examina de arriba abajo con sus ojos oscuros y Draco se estremece.

"El compañero de Harry ahora que es Auror.", ronronea. "¿Lo conoces bien, dijiste? - ¿Tienes alguna información importante que puedas compartir?"

Las manos de Colin Creevey tiemblan de tanto sujetar la pluma con la que se apresta a escribir las palabras que Draco quiera emitir.

"Bueno", empieza lentamente. "Estoy llevando a cabo una investigación."

El mentón prominente de Romilda se sacude con violencia y grandes lágrimas comienzan a correr por sus mejillas.

"Juro que no he hecho nada que pudiera dañarlo.", dice entre sollozos. "Yo no quería."

Colin la mira asombrado.

"¿Estás hablando de eso, Romilda, de nuevo?", se agita. "Prometiste no hacerlo más, te dije que esos fondos eran reservados. ¿Qué pasará ahora con el catálogo de Primavera, hm?"

Malfoy respira profundo, sintiéndose miserable.

"Señorita Vane, creo que tendrá que acompañarme.", explica cansado.

Romilda deja de llorar para dar pequeños saltitos en su lugar.

"¿Al Ministerio?", pregunta ansiosa. "¿Dónde está Harry?"

"Al Ministerio.", promete él y ella chilla y abraza a Colin, quien exige ir como su representante artístico o algo similar.


Draco toca el timbre en el departamento de Potter a la mañana siguiente y espera a que este abra la puerta.

"Potter, sé que estás ahí.", dice cuando la espera se vuelve molesta. "Tengo algo importante que decirte."

Harry abre lo suficiente para poder mirarlo, sin descorrer la cadena.

"Estoy de vacaciones, Malfoy.", le comunica sin alegría. "¿Qué es lo que quieres?"

"Primero, que me dejes entrar y segundo- ¿has estado bebiendo?", Draco se escandaliza: de los dos, él es el del alcohol. Potter debería buscarse mujeres de dudosa reputación.

Harry abre la puerta y camina descalzo hacia su enorme sofá, donde se arroja sobre su estómago. Hay una botella de brandy en el piso, vacía.

"No.", contesta con la cara enterrada en un almohadón.

Draco está agotado y decide no esperar a que su compañero se recupere para informarlo. Alguna vez tenía que ser al reves.

"Romilda Vane contrató a los rusos para que fabricaran una poción de amor tan fuerte como para derribar a un elefante. El asunto se salió de las manos y terminó convirtiéndose en la especie de arma biológica con la que las víctimas habían sido infectadas.", Draco se pasa las manos por la cara. "Todo eso de los corazones era para que fuera más festivo. Pensaban que así se vendería mejor."

"Uh huh.", dice Harry apoyando la cabeza en sus manos. Draco le sonríe con la boca apretada cuando nota la mirada del moreno.

"Ya los atrapamos a todos; era un grupo desorganizado o nosotros somos más efectivos de lo que pensábamos.", prosigue Draco y Harry se lame los labios. "Te querían como su emblema publicitario."

Harry sonríe y su boca se ve roja.

"No me gusta no hacer nada mientras otros se ocupan de mi trabajo.", dice acariciando la tela del sofá.

Malfoy recuerda la guerra y puede entender el sentimiento.

"Romilda es buena chica.", sigue Harry. "Ella me regaló este brandy para Navidad. A que no adivinas."

La mirada de Harry es verde e intensa, Draco traga ante la revelación.

"Sabía a chocolate."

Malfoy abre los ojos y brinca a recoger la botella del suelo.

"¡Potter-!", alcanza a decir, pero Harry le salta encima con agilidad.

"Sí, Draco, ese es mi nombre.", habla contra su cuello. "Yo también me sé el tuyo."

"Potter, esto no está bien, estás bajo el influjo de un afrodisíaco.", jadea Draco mientras Harry muerde su hombro con un gemido. "Esto no es lo que quieres."

"Pero sí lo quiero, no sabes cuánto lo quiero.", la boca de Potter deja una marca bajo su oreja y la cabeza de Draco golpea el piso cuando se rinde ante ella.


Notas del autor:

Esta historia quería estar terminada antes de San Valentín justamente porque estaba destinada para esta fecha, pero no lo logró y eso me hace un poquito infeliz.

Esta es sólo la primera parte, hay una segunda que estará lista mañana o pasado en la tarde. Tenía tantos planes ajaja ¡tanto contenido!, pero al final llegó Romilda junto a Colin y toda mi idea de mafia rusa se deformó en unas pocas líneas. Ojalá no signifique eso que esté mal.

Me encantan los comentarios! Mucho mucho demasiado!

Me inspiran a hacer cosas locas como terminar de escribir Careless (estoy en la última escena, entonces, de esta semana no pasa) y seguir con este hobby.

Cariños para todo el mundo, y Feliz San Valentín. Espero de todo corazón que la segunda parte les parezca mejor que esta primera. El cielo está lleno de buenas intenciones.