El Octavo Día
En el Principio…
1 El día primero
Recordaba perfectamente recorrer las calles de la ciudad del oeste en compañía de su mejor amigo, Goten, eran cerca de las 4:00 AM, borrachos ambos, salían de una fiesta a la que habían invitado a Trunks, una de esas fiestas salvajes donde hubo todo lo imaginado y por imaginar. Goten aun cargaba una botella de vodka, era la primera vez que bebía hasta llegar a la embriaguez y también la primera vez que no llegaba a dormir a casa, para Trunks comenzaba a hacérsele costumbre, tenía 18 años y ya estaba a punto de terminar la universidad, se rodeaba de gente mayor a él que lo invitaban a fiestas y algunos abusaban de su generosidad con el dinero, comenzó a involucrarse en el mundo de las fiestas, del alcohol, de las mujeres y de vicios tales como el tabaco y el alcohol ese día invito a su amigo para que "socializara" y conociera un poco de ese mundo del que ahora él ya era parte. Acabaron ebrios caminando en las calles porque ninguno podía conducir ni mucho menos volar . Goten se mofaba de su madre y su fiero carácter
-Mañana…mañana va a matarme…ja, ja, ja- se reía reciamente como si no le importara- soy saiyajin, no puede hacerme nada ja, ja, ja,- la realidad era que moría de miedo ante su reacción, seguía bebiendo porque el vodka le quitaba la ansiedad que se generaba al imaginar la ira de su madre, sus gritos y sus reproches, diría que era un rebelde mal hijo, ya escuchaba los gritos en sus oídos
-Mi madre se va a molestar, seguro me dirá algo- le contesto Trunks con una sonrisa
-¿y tu padre?
-Mi padre…- le arrebato de las manos la botella a Goten, tomo un cuarto del litro que todavía tenía y se lo devolvió, sentía como si lumbre pasara por su garganta – ¡Va a estar demasiado ocupado con su pequeñita como para decirme algo!- grito efusivamente, le quito de nuevo la botella y se termino lo que faltaba y la arrojo contra el callejón, rompiéndose en mil pedazos contra el suelo
-Idiota- le dijo Goten molesto- ¿Qué culpa tenía la botella de tus celos? Ahora ¿Dónde vamos a conseguir otra a esta hora?- Trunks le dio una fuerte palmada en la nuca, estaba furioso por lo que acaba de escuchar
-Yo…yo no estoy celoso…no estoy celoso- le contesto con la lengua enredada cuatropeándose en cada oración- …a Bra la quiero mucho, mucho, tú no tienes idea de cuanto Así que no hables si no sabes…y la botella ya estaba vacía, animal
-Estas celoso, muy celoso…- le cantaba en tono burlón. Si lo estaba pero no lo reconocía, después de todo Bra no se tenía ninguna culpa, toda era suya, de su padre, de su madre, de quien fuera, con las neuronas ebrias no quería pensar en culpas y penas
-Cállate ya- continuaron caminando, la calles eran iluminadas por los rústicos faroles del décimo parque de ciudad del oeste que se encontraba en el centro de la ciudad, se sentaron en una de las bancas, Goten se durmió inmediatamente, la noche le había robado las fuerzas, Trunks se tardo unos minutos en dormir, pensaba en la estúpida cancioncita de Goten "Esta celoso, muy celoso"
Sintió como le sacudían el hombro y la luz que le traspasaba los ojos, a duras penas pudo ver a un oficial de policía, era un hombre anciano, pequeño y delgado que no dejaba de mirarlo con severidad
-¿Usted es hijo de Bulma Brief?- Trunks solo asintió, mientras que al mismo tiempo trataba de incorporarse, veía a Goten dormir placidamente a su lado, que envidia le tenía-¿Dormía usted aquí?
-S…
-yo pensaría bien lo que voy a decir…hay una multa por dormir en los parques y tendría que sancionarlo en la estación de policía, la prensa podría enterarse. Podría ser que tan solo se sentó a descansar
-…solo me senté a descansar- le contesto sorprendido por la actitud que aquel hombre estaba tomando, usualmente cuando un policía se daba cuenta que era un Brief siempre trataba de aprovecharse de la situación.
-Es mejor que se vayan a sus casas
-Esta bien…solo debo de despertar a mi amigo- el policía le miraba esperando que lo hiciera, pero Trunks estaba fuera de sí, en parte por la resaca, en parte por la actitud de ese hombre que al parecer quería protegerlo, se preguntaba las razones mientras trataba de despertar a Goten
-Tiene su amigo el sueño muy pesado…
-Si
-Es mejor que lo despierte lo más pronto posible…
-Oiga… ¿Por qué hace esto? Yo si estaba dur…
-Hace años, antes de que usted naciera lleve a un amigo de su madre a la corporación cápsula y cuando conocí a su abuelo le pedí el favor de que arreglara mi motocicleta…le dije que se lo pagaría de alguna manera…talvez esta sea la manera de hacerlo…despierte a su amigo y váyanse.
Trunks estaba sentado en la cocina, su cabeza sobre la mesa. Eran las 7 de la mañana de un sábado, era seguro que nadie estaría levantado; para su desgracia no tenía sueño. El beber toda la noche ya había comenzado a hacerle estragos, la cabeza le dolía y tenía una sed que nada parecía saciar. Apoyo su espalda sobre la silla, iban a regañarlo como se había vuelto costumbre desde los últimos 4 meses, deseaba tanto que le importara. Si no lo dejaban salir buscaba la manera de escapar, si no le daban dinero cualquier "amigo" le prestaba, si le negaban los autos podía volar y si su padre le exigía una extenuante sesión de entrenamiento la haría, solo serian unas horas. ¿Era ser joven el que lo hiciera querer estar fuera todo el tiempo, el que tuviera dinero que quisiera gastarlo, era el ser hombre lo que hacia que estuviera con la mujer que quisiera cuando quisiera?
Estaba tan aturdido por la resaca y tan concentrado en sus pensamientos que no se percato de que su padre entro a la cocina, le miro detenidamente y después se fue hacia el refrigerador
-¿Ebrio?- le pregunto con enfado- ya se esta siendo costumbre… ¿acabas de llegar?- Cada palabra de Vegeta era un taladro en la cabeza del joven saiyajin, se inclino sobre si mismo por obra del malestar, las nauseas que sintió de repente, mal dijo al alcohol, sabia amargo y luego le hacia sentir pésimo; pero lo seguía bebiendo –Tu madre se esta hartando de esta situación
-Solo ella se preocupa por mi- reprocho el muchacho, Vegeta hizo caso omiso del comentario, se limito a levantarse de la mesa y retirarse, no quería empezar el día con un pelea- que raro que te vayas- le dijo con ironía, si, estaba celoso ¿y que? Su padre nunca le puso la atención que le daba a Bra, a su manera de verlo la consentían demasiado, la hacían caprichosa y orgullosa…le toco la parte fácil.
-No voy a discutir contigo- le contesto Vegeta determinante, harto de sus reproches y de esa situación.
Trunks de nuevo se quedo a solas, hundido en sus pensamientos, hasta que el sueño llego sobre esa mesa, con la luz del sol pegándole directamente en la cara.
-Hijo ¿Otra vez?- y escucho esa voz, la que a pesar de ser mayor aun le temía- tenemos que hablar- con trabajo alzó la cara, ahí estaba su madre fumando un cigarrillo mirándolo con severidad- ¿Cuánto más va a durar esto? Trunks, se esta volviendo un problema
-Necesito descansar- dijo finalmente, Bulma se sentó frente a él
-Ya me estoy cansado de esta situación. Estas perjudicando a todos sobre todo a ti- pero Trunks no creyó en esas palabras, estaba seguro de que había alguien a quien no le interesaba del todo, que tampoco le odiaba más no era su centro de atención a menos que quisiera entrenar al lado de un ser vivo capaz de darle batalla, ese alguien alguna vez fue su héroe admirado, el hombre más fuerte del mundo- Ve a darte un baño y luego baja a desayunar
Salía de la cocina cuando se encontró con su padre, hizo ese gesto de desprecio que Trunks tanto detestaba, metió las manos en sus bolsillos y comenzó a subir las escaleras
-¿Ya desayunaste?- pregunto Vegeta
-No
-Pues en cuanto lo hagas, te espero en la cámara de gravedad, vas a entrenar conmigo
-¿Qué?- aquello era inaudito- necesito dormir- le replico mientras caminaba a donde él estaba- No he dormido desde hace dos días
-Ese no es mi problema- le respondió casi a gritos, a tal grado que Bulma se asomo al pasillo atraída por el escándalo- Tú te lo buscaste- quiso reprocharle tantas cosas que se le venían a la mente; pero no pudo hacerlo frente a su madre, se dio la media vuelta tragando su ira y subió a su habitación
-Vegeta- le llamó con esa voz que a pesar de los años aun le fascinaba escuchar- no deberías de ser tan duro con él, esta en una etapa muy difícil.
-Tiene 18 años, no debería de estar comportándose de esa manera… no puedo felicitarlo por su comportamiento…voy a entrenar- y salio de ahí, aun pensando en su hijo, había crecido demasiado rápido. Se preguntaba si en realidad le daba más preferencia a Bra.
A la pequeña le toco vivir cuando Vegeta era otro hombre, inclusive ya se consideraba terrícola, además era una niña no podía tratarla igual que a él.
Seguía meditando mientras se ejercitaba en la cámara de gravedad. No quería que su hijo fuera como cualquier muchacho terrícola, en otras circunstancias hubiera sido el rey de Vegeta. Aunque no lo era ni nunca lo sería debía de comportarse como tal, tener la fuerza y habilidad dignas del mejor guerrero saiyajin. No podía consentirle su conducta como el joven derrochador y desenfrenado en el que lo veía convertirse, verlo así le daba coraje, verlo llegar borracho era aun peor…su hijo, su heredero en ese estado; pero había algo que le dolía más: ver a su mujer sufrir.
Bulma no entendía el comportamiento del muchacho, se le salían las lagrimas hablando de lo que le estaba pasando ¿algo había hecho mal? ¿Se había equivocado en la forma en que lo creció? Después de todo, ella lo hizo prácticamente sola por 8 años antes de que él asumiera que tanto Bulma como Trunks formaban parte de su vida. Era él el culpable de todo lo que pasaba, así se sentía
-Ya estoy aquí- escucho la desganada voz del joven por el intercomunicador. El príncipe se detuvo, bajo la gravedad a una unidad y abrió la puerta. Su hijo estaba parado frente a él, cabizbajo, ojeroso, indiferente tan distinto al niñito que se acercaba a la cámara de gravedad a rogarle que le dejara entrenar a su lado
-Pasa- le ordeno con su fría voz y el así lo hizo deseando estar en otra parte. Era el momento perfecto para decirle a su padre todo lo que pensaba; pero prefirió guardar sus energías para el entrenamiento era inevitable que lo hiciera y mejor hacerlo con las pocas fuerzas que tenía en ese momento
-¿Qué hago primero?- pregunto el joven
-Calentamiento… hoy lo necesitas más que nunca- y sin decir palabra, Trunks comenzó a estirar las piernas mientras su padre hacia lagartijas, viendo de cuando en cuando la expresión de su hijo, esa mirada vacía y con cierto odio implícito, parecida a la que él alguna vez tuviera cuando el único objetivo en su vida era derrocar aquel tirano a quien servía y ser aun mas cruel que él.
Trunks pensaba que su vida se tornaba difícil, a pesar de que su futuro como presidente de la empresa estaba asegurada él no se sentía seguro de querer serlo, quería ser libre, como su padre; pero al mismo tiempo que quería ser como él en cierto aspecto a veces lo odiaba, él le ignoro por mucho tiempo, aunque después de la pelea con Majin Boo había cambiado bastante; pero no tanto como cuando llego Bra, en verdad la pequeña le había cambiado por completo, incluso le abrazo siendo una bebé; de buena fuente sabía que su padre apenas le dirigía la mirada siendo bebé, mucho menos iba a abrazarlo. En ese momento, mientras entrenaba, lo odiaba, ni siquiera le tenía consideración…le vio desvelado y mareado y no le intereso, le ordeno ir a la cámara de gravedad para entrenar con él a pesar de sus pésimas condiciones cuando era más que evidente que lo que necesitaba era dormir…que buen padre tenía. Sin importar como estuviera surgió un deseo en él…quería acabar con su padre, derrumbarlo…derrotarlo tal como Gokú lo había hecho, quería que desapareciera…no solo a él, quería desaparecerlo todo, para que estuviera en realidad solo y no únicamente se sintiera solo y rodeado por todos… hoy odiaba todo y a todos y su padre les representaba, era todo el centro de su odio encarnado.
-Trunks…Vas a atacarme tan fuerte como puedas- Abrió bien los ojos al escuchar aquella disposición. Como había deseado eso- veo que te agrado la idea- le dijo Vegeta. Trunks se dio cuenta de que estaba sonriendo, dejo de hacerlo, se suponía que un hijo debía de respetar a su padre, al menos eso le habían enseñado, no podía alegrarse porque iba a atacarlo- Voy a subir la gravedad a 250 unidades, prepárate…tienes que tratar de golpearme y esquivar mis ataques al mismo tiempo
-Es fácil
-En tu estado…lo dudo mucho- sus palabras le enfurecieron, que raro que lo humillara en un entrenamiento- Vamos- y tomo una pose de defensa- atácame- no lo dudó ni un segundo se abalanzo contra él olvidando cualquier técnica de combate. Para Vegeta le era fácil esquivar sus golpes, a cada uno comprobaba que su hijo se guiaba por el coraje que traía desde hacia quien sabe cuanto tiempo
-¡Trunks no es el momento de usar tu ira!...peleas peor que un niño- sus palabras en vez de hacerle recapacitar y pelear mejor solo lograron enfurecerlo más, lanzaba cada golpe con toda la fuerza que podía mas ninguno lograba alcanzar a su padre. Vegeta se hastiaba de la patética situación de su hijo
-Si quieres golpearme tienes que pensar… ¡Vamos!- Trunks seguía intentando, más furioso que nunca, tenía que demostrarle quien era él, desmayarlo de un solo golpe- Si no puedes golpearme…entonces yo te enseñare como debes de hacerlo
-Puedo esquivarte
-Por tu bien…eso espero…prepárate, no tendré miramiento alguno
-No hace falta- Trunks se puso a la defensiva atento a cualquier movimiento de su padre, de repente todo su cuerpo tambaleo, todo se oscureció…como si un telón negro lo hubiera cubierto todo
-¡Trunks!- escucho que le llamaban, era su padre- ¡Trunks! – y su padre estaba…desesperado ¿por él? ¿Por qué? - ¡Trunks reacciona!- cayo en la cuenta de que lo había golpeado, talvez demasiado fuerte- ¡Trunks, despierta! – quería hablar decirle que estaba despierto, que lo estaba escuchando, quería preguntar a que se debía su desesperación y saber que sucedió; pero no podía hablar, su voz no obedecía a su cerebro ¿estaba muriendo? No quería morir aun… la voz de su padre se hizo inentendible, se hacia mas lejana y él se sentía flotar, sin ver, sin escuchar, sin sentir, poco a poco se perdió de si mismo, no supo más.
Abrió los ojos y solo había oscuridad, una densa penumbra. A ciencia cierta no sabía donde estaba, ni siquiera podía distinguirse a si mismo. El golpe lo había aturdido demasiado, su padre había puesto demasiada fuerza en ese puño.
Se sentó en aquello que parecía ser su cama, el colchón le era familiar era por eso que asumía estar en su habitación. Repaso su mirada a la oscuridad, no veía nada ¿estaba ciego?
Habían pasado varios minutos; pero aun no veía nada quizá el golpe fue tan brutal que lo había dejado ciego…no podía creerlo ¡ciego! Pedía a Kami Sama no estarlo o que fuera pasajero.
Nada le tranquilizaba, finalmente se recostó, su respiración se agito, todo él temblaba, no veía y escuchaba ruidos vagos, como de pasos que se arrastraban fuera de la casa, truenos que se alejaban, fuera de eso no había nada ¿Dónde estaban sus padres? ¿Dónde estaba su hermanita?
Los ruidos se alejaban más, un frió glacial le tomo por sorpresa, abrazo sus piernas con fuerza. Sin poder controlarlo, su cuerpo comenzó a tiritar en busca de calor.
Todo aquello duro un par de minutos aunque para él fue eterno.
Abruptamente ceso el frió; no solo eso, poco a poco la oscuridad se hacia menos densa, distinguía sombras y formas. Se sentó nuevamente, ahora había claridad. Desde su ventana distinguía un sol naciente en un cielo color vainilla ocultando por grandes edificios, ante tal escena solo pudo pensar en una cosa: no estaba ciego…agradeció a Kami Sama, aun no aceptaba la idea de que jamás volvería a ver.
Un rayo de sol le pego directamente a los ojos, le lastimaba, se llevo la mano para taparlos, entreabrió los espacios entre sus dedos, al fin se había acostumbrado, bajo su mano recorriendo su cara cuando sintió algo distinto, sintió pelo, pelo largo, paso su mano por debajo de su nariz y en sus mejillas ¿Barba y bigote? Cuando lo golpearon se acababa de rasurar. Se levanto y entro al baño para verse en el espejo, sus ojos recorrieron su reflejo ¿en verdad era él? Desde la última vez que se vio tenía una imagen distinta, su cabello estaba ligeramente más largo, era más flaco y traía barba y bigote ¿Cuánto tiempo había estado durmiendo?
Salio del baño, no comprendía que pasaba, se abrocho la camisa rayada de su pijama, pensaba que tan fuerte había sido ese golpe
-¡Mamá!...- Nadie respondió-¡Papá!- se fijo en el reloj eléctrico, no funcionaba, apretó una y otra vez el interruptor de la luz mas nada pasaba, comenzó a desesperarse-¡Bra!... ¿Que sucede?- Camino con desesperación por toda su casa, tomo uno de los teléfonos; la línea estaba muerta.
La desesperación se apodero de él, no había nadie en casa.
Salio de su hogar, en pijama, no le interesaba, camino unos pasos y lo único que vio fue calles desiertas, los autos que siempre pasaban por ahí no parecían estar. El mundo talvez se hubiera detenido.
Volteo a ambos lados sin ver nada. Claro, podía volar ¿Cómo no lo había recordado antes? Incremento su ki; pero al intentar emprender el vuelo simplemente sus pies no se despegaban del suelo.
-¿Qué esta pasando?- lo intento frenéticamente; pero ya no podía volar, talvez necesitaba fuerza.
Entro de nuevo a su casa y se sentó en el sofá….podría estar en coma y esto no era más que una pesadilla.
Dio un fuerte suspiro, todo le daba vueltas, pensaba en la razón por la cual no podía volar, quizás no estaba recuperado del todo.
Durmió un rato mas no soñó nada, todo era negro y vació, despertó apesadumbrado temiendo que todo siguiera igual. Se levanto, se sentía mejor, camino al espejo de la sala y se miro, alzo su cabello buscando la huella del golpe que su padre le había propinado, ahí estaba un pequeño circulo irregular de color verde amarillento a la izquierda de sus sienes, sin duda fue un golpe fuerte y fácilmente evitable lo sabía por el lugar donde estaba aquella huella, era cuestión de moverse un par de centímetros y nada hubiera pasado.
-¿Qué esta sucediendo?- miraba a todas partes buscando alguna pista que le diera indicio de lo que sucedía- la televisión- dijo entusiasmado. A pesar de que no parecía haber electricidad Trunks tenía un pequeño televisor que usaba pilas, se sentó en la cama con el pequeño televisor en las manos y lo encendió. Se irrito con lo que veía: estática, estática, estática, todos los canales transmitían estática, a punto estaba de arrojarla por la ventana, pero se limito a sacudirla ligeramente. Albergaba la esperanza de que estuviera fallando, se rindió, nada de lo que le hiciera a ese televisor daba resultado, opto por apagarla. Alzo la vista, en un portarretrato de su escritorio estaba la fotografía reciente de su familia donde lo singular era que aparecía su padre, aunque en esta ocasión había algo más extraño. La tomo entre sus manos; el rostro de su padre estaba rasgado como si un animal lo hubiera hecho, aunque el cristal estaba intacto, la dejo sobre el escritorio. Corrió a la sala para buscar las escasas fotografías donde aparecía su padre, en todas ellas su rostro estaba rasgado y el cristal siempre estaba intacto.
Nada parecía tener sentido; pero esto era aun más inexplicable, una serie de preguntas se sucedieron en su mente ¿Por qué precisamente su padre era el único cuya rostro aparecía rasgada? ¿Dónde estaba él? ¿Dónde estaba su familia? ¿Dónde estaban todos?
Decidió salir a explorar por las calles, se vistió con una pantalón negro una playera blanca y una chamarra negra con el logo de su empresa en el hombro, fue cuando se fijo de algo de lo cual no se había percatado: un reloj plateado en su muñeca izquierda, era digital e iba hacia atrás, en aquel momento marcaba las 160 horas, 11 minutos, cero segundos…No, nunca había tenido un reloj de ese estilo ¿Su madre se lo había puesto o talvez…su padre?
Quiso quitárselo; pero no era sencillo, en realidad era difícil de quitar, al final lo dejo, de todo lo que sucedía el tener o no ese reloj era lo que menos le importaba.
Salio de la corporación, tomo la cápsula que contenía su auto; pero al querer desencapsular nada pasaba, tampoco las cápsulas funcionaban
-Perfecto- lo intento varias veces sin éxito hasta que finalmente desistió. No necesitaba el auto, aunque no podía volar podía caminar. Dirigió una mirada al horizonte…no había nadie, únicamente edificios grises y amarillos que ocultaban los cielos
-¿Qué sucede?- o por que sucedía, ambas preguntas rondaban su mente mientras que caminaba calle tras calle viendo el mismo espectáculo un vació total de cualquier ser vivo, no sentía ningún ki. Camino hasta el centro de la ciudad, todo estaba limpio, no había nada que le dijera que hubo una batalla, una huida o una invasión, como si todos hubieran desaparecido de repente. Se sentó al pie de la estatua del rey del mundo, se fijo de que no había aves o algún otro animal, solo veía pasar las hojas muertas llevadas por el caprichoso viento.
-No puede ser- se levanto y corrió calle tras calle buscando algún indicio de vida-¿Hay alguien aquí?- grito a todo pulmón, mas su eco fue la única respuesta.
De nuevo quiso intentar volar pero nada resultaba. Estaba cansado y le invadió una terrible sensación de derrota, se apoyo sobre la pared de un pequeño supermercado, se cruzo de brazos y dejo caer su barbilla sobre su pecho-¿No hay nadie?- pensó, luego inhalo todo el aire que pudo- ¿Dónde están todos?- grito de nuevo y de nuevo su eco le respondió.
Se quedo ahí un rato, únicamente pensaba en que estaba solo, nunca en la vida había tenido tan plena sensación de abandono. Aun estaba débil y tenía hambre. Decidió entrar al súper mercado y comprar cualquier cosa que le quitara el hambre.
-Hola- saludo al entrar, con la esperanza de que alguien le contestara-¿Hay alguien aquí?- camino por los pasillos buscando comida, lo primero comestible que vio fueron galletas, sin perder tiempo abrió una caja de galletas tras otra, comía frituras, panes, todo lo que fuera comestible- Agua- busco algún refrigerador y al encontrarlo tomo una botella de agua tras otra, sin importar que las cámaras le grabaran. Después de saciar su hambre y su sed recorrió los pasillos en que había estado y se percato de que lo había comido no era ni la mitad de lo que usualmente podía comer cuando estaba muriendo de hambre como era su caso. A pesar de todo se sentía satisfecho; tenía ganas de volver a casa, de su billetera saco varios billetes que esperaba cubrieran todo lo que había consumido y los dejo cerca de una caja registradora, si talvez volvía todo a la normalidad de un momento a otro al menos ya había pagado.
Miro el reloj marcaba las 155 horas, 2 minutos, 27 segundos, no se dio cuenta de que se habían ido esas 5 horas.
Caminaba de regreso a casa, aun si ver a nadie, pensaba en todo lo que sucedió antes del golpe que su padre le había dado en la cámara de gravedad.
Recordaba la pelea con su padre, la adrenalina que sintió correr por sus venas cuando le dijo que lo golpeara y después ese golpe seco en su cabeza y después no supo nada.
Caminaba en dirección a casa cuando vio, en la banca de un parque, un periódico, lo tomo con desesperación buscando alguna respuesta
"Ofrece el rey reformas…" recorrió cada parte del periódico buscando algo que le dijera lo que había sucedido; pero no había nada, únicamente la fecha: martes 23 de marzo, y lo ultimo que supo fue en un sábado 6 de marzo
-Maldición- y arrojo el periódico al pavimento. Maldecía a su padre por golpearlo y dejarlo en coma; talvez de estar despierto hubiera podido hacer algo para… ¿para qué? Ni siquiera sabía que paso- ¡Estúpido!- grito con todas sus fuerzas al punto de que casi se quedaba sin voz, sus piernas comenzaron a temblar , de repente estaba más cansado que nunca, su respiración era agitada y sudaba excesivamente, casi caía al suelo de no ser porque se sentó en aquel banco donde estuviera el periódico
-¿Qué esta pasando?- El aire que comenzaba a faltarle poco a poco regresaba a él sin ningún problema. A su malestar físico se le unió la realidad que estaba evitando pensar en aquellos momentos, la realidad de que estaba solo, abandonado, era posible que fuera una broma; pero no creía que toda una ciudad se uniera para jugarle una broma.
Se quedo sentado ahí cerca de una hora mientras se recuperaba del todo. Alzo la vista hacia una calle inclinada, se levanto de inmediato, como esperaba no estar soñando o volviéndose loco.
Una figura humana venía caminado con dificultad, el calor de la tarde le hacia ver esa figura borrosa, como si la viera a través de un vidrio
-Ho… ¡Hola!- grito desesperado, la figura no le respondió, seguía avanzando, Trunks se esforzó para verle desde el lugar donde estaba-¡Hola!- estaba a un poco más de 500 metros, el dolor y todas sus molestias se fueron a un segundo plano, comenzó a correr, tropezando de cuando en cuando -¡Hola!- la figura se detuvo, Trunks continuo corriendo aun sin distinguirlo del todo, no importaba que le doliera respirar mientras corría quizás valdría la pena porque esa persona podría tener las respuestas a lo que pasaba
-¡Trunks!- se paralizo al escuchar su nombre, creía reconocer la voz; pero no podía distinguirlo- ¡Trunks!- le llamó de nuevo aquella persona mientras reanudaba su dificultosa marcha.