primero, y ante nada, esta historia no es mia. pertenece a viperflamer, un escritor anglosajon, q a publicado esta historia en esta pagina. la lei y me gusto, asi que contacte con el y obtuve su permiso para poder traducirla. segundo, ninguno de los personajes es mio, si no de su autor. espero que dsifruten de la historia tanto como la disfrute yo al leerla en version original, y que la traduccion sea lo suficientemente buena para hacerla justicia. dejen sus comentarios por favor, para poder psarselos al autor . recomiendo asi mismo que pasen por otras de las obras de este chico, todas son de una calidad envidiable. sin mas les dejo el capitulo


En la villa de Kohona, un chiquillo rubio de 6 años de edad estaba recibiendo una soberana paliza de una multitud. Esa no era la primera vez que sucedía, y el chiquillo sabía que no sería la última. Pero, a diferencia de la mayoria, el no veía porque debía simplemente aceptarlo. Sin embargo, esta vez estaba recibiendo una realmente dura. Había mas gente que la que habitualmente, y estaban usando mas que sus puños para golpearlo.

El dolor era insoportable, por lo que hizo lo único que podía hacer: comenzó a desmayarse. La visión volvió lentamente a el, y lo único que pudo ver era un pasillo oscuro, con caminos a ambos lados. El agua le llegaba a los tobillos y un olor a enfermedad llenaba el ambiente. Observo largo tiempo dirección hacia abajo el inundado pasillo, antes de, finalmente, comenzar a ir en esa dirección. Le pareció haberlo imaginado, pero tenia la sensación que había una siniestra risa abajo del pasillo.

El chico se paro sobre sus pasos y observó una gigantesca celda. Unos gigantescos ojos rojos se le quedaron observando.

-¿Qu…quien eres?-pregunto el chico. La criatura, que tenia el aspecto de un gigantesco zorro rojo, comenzó a empequeñecer. Se convirtió en una niña de su edad. Tenia el pelo corto, del color del fuego, orejas de zorro y los ojos rojos como sangre.

-Hola Naruto-dijo la niña.-Yo soy Kyuubi.

-¿Por qué estas aquí?- pregunto, bastante sorprendido.

-Estoy aquí porque el Cuarto Hokage me sello aquí. Te he traído aquí con el propósito de hacerte una propuesta.-dijo.

Naruto la observo con una curiosa idea acerca de ella.

-Tú eres la razón por la que me pegan¿verdad?-pregunto en voz baja.

-Esa gente es idiota, Naruto. Todos ellos se merecen morir, hasta el último de ellos.-dijo Kyuubi.

-Si tu estas dentro de mi¿Qué me hace eso?- pregunto-¿Soy humano?

-No-dijo Kyuubi instantáneamente-Naruto, tú eres un sacrificio humano. Ellos vendieron tu alma en el momento en que yo fui sellada. Por ese crimen, todos ellos merecen morir.

-¿Morir?-pregunto Naruto.

-Si. Yo puedo ayudarte en tu venganza.-dijo la chiquilla-Todo lo que debes hacer es usar mi poder. Yo puedo hacerte grande, Naruto, tu puedes hacerles todo el daño y sufrimiento por haber sellado tu alma. ¿Aceptas?

Naruto bajo la vista, y sus ojos fueron tapados por su pelos. Una sonrisa surgió de sus labios.

Kyuubi observo la sonrisa del chico, y una mueca maligna apareció en su propia cara.

"Parece que gane. Fuiste un idiota sellándome en tu propio hijo, Arashi. Haré que destruya todo lo que fue precioso para ti. Todo lo que debe hacer es decir s-"

-No- dijo el chico rubio, interrumpiendo los pensamientos del zorro. Naruto miro a los ojos del zorro con una sonrisa infantil.

-P…Pero¿Por qué?-pregunto la chica de cabello rojo.

-Porque no confío en tus ojos.- dijo Naruto con voz inocente. Kyuubi cargó contra la jaula, volviendo a su forma original.

-Insolente mequetrefe, te voy a… – una vez mas Kyuubi callo al ver aparecer una gigantesca barrera luminosa enfrente suyo, después de golpear la jaula. Retrocedió, en shock. Observo al muchacho, que resplandecía con un aura azulada. Su sonrisa inocente seguía plasmada en su cara, y sus ojos resplandecían como cristal azulado. Daba una presencia de fulgor puro, lo que dejo más en shock a Kyuubi.- Defensa mental… ¿Cómo?

-Por fin lo entiendo- dijo Naruto, con su voz infantil. Sin embargo, mantenía en él un tono de madurez.- Si se supone que debo ser tu carcelero entonces eso seré. Incluso si eso significa no ser considerado nunca mas humano, los seguiré protegiendo, porque…- Kyuubi le miraba, escuchando absorta- eso se supone que es lo que debo hacer.

Entonces, Naruto dio media vuelta y comenzó a salir de la oscura habitación. Kyuubi gritaba con toda la potencia de sus pulmones desde detrás de la barrera, mientras intentaba atravesar el muro de luz.

-Pagaras por esto, renacuajo. ¡PAGARAS POR ESTO!- gritaba Kyuubi, sin que pudiese oírse a través de la barrera.


Poco a poco Naruto volvió a la consciencia entre la multitud. Todos continuaban cercándolo, gritándole insultos y palabras desagradables. Lentamente comenzó a levantarse, haciendo callar a toda la multitud asombrados de que se pudiese mover considerando toda la sangre que había perdido. Su huesos estaban rotos, la carne desgarrada, y su cuerpo estaba lleno de moretones, pero, incluso así, se levantaba. El miro a todos con sus cristalinos ojos azules y, por primera vez, vio todo el dolor que había tras su ira.

"Yo debo ser un recuerdo de todo lo que perdieron" pensó Naruto.

El gentío di varios pasos atrás de miedo cuando Naruto trastabilló hacia delante. Se agarro a la manga de un aldeano, quien instantáneamente se quedo rígido. Naruto se le quedo mirando, y este emitió un entrecortado jadeo. Los ojos de Naruto brillaron con tremenda tristeza, pero no con autocompasión, estaba dirigida hacia la villa.

-Yo...Yo lo siento… por todo lo que ella hizo.-dijo Naruto, y dejo marchar al aldeano. Camino a través de la multitud. Estos se apartaron para no estar cerca de él. Sin embargo, algunos notaron que, a diferencia de otras veces, las heridas del chico no se curaban solas.


Sarutobi miraba a través de su bola de cristal con una expresión neutral en su cara. Él sabia donde iría el chico a continuación: Naruto vendría allí pidiendo respuestas y, mas probablemente, le preguntaría que es lo que había echo. El anciano di la orden de dejar entrar al muchacho.

El Hokage vio entrar a Naruto tambaleando en la habitación con una pierna al parecer rota; Sarutobi se pregunto porque el Kyuubi no le había curado todavía las heridas. Se estremeció levemente al ver el estado del niño, pero espero a que el mismo soltase sus palabras de odio. Sin embargo, el anciano se sorprendió más allá de lo posible cuando el muchacho le miro. No había ni odio ni rabia guardadas en la mirada del chico; todo lo que podía ver era determinación y comprensión.

Naruto hinco una rodilla y se inclino.

-Hokage-sama, por favor, ayúdeme a convertirme en un ninja capacitado.

-N-Na-Naruto-yo-fue cortado cunado Naruto hablo de nuevo.

-Quiero ir a la academia, pero se que nadie me ayudara allí.-dijo Naruto.- Busco ser fuerte para proteger esta tierra como hizo el Cuarto.

Sarutobi contemplo al chico, mientras silenciosamente una lágrima visible recorrió su cara, seguidas pronto por varias más.

-No pido que me entrene usted personalmente, eso puede ser inseguro teniendo una villa que proteger. Yo… solo busco su guía… un tutor personal, algún pergamino que pueda practicar. Por favor,… déme la oportunidad de proteger esta villa.- dijo Naruto, con lágrimas en los ojos.-Por favor.

El Hokage le miro a los ojos y notaron que estos brillaban. Sus propios ojos se estaban poniendo húmedos por esto, y entonces sonrió. Giro la silla y observo la villa desde su ventana.

-Naruto, si te parece bien te pasare tres sets de pergaminos- dijo Sarutobi- En estos están las bases, desde los sellos hasta el chackra. Tómalos y estúdialos, y crece fuerte. Espero que los estudies toda esta noche y estés aquí por la mañana para mostrarme cualquier progreso que hayas hecho. Entonces te explicare que es lo que necesitas para mejorar y darte un plan de trabajo.

El anciano se giro y le lanzo unas bandas y otro pergamino a Naruto.

-Un regalo de tu padre, deberías leerlo después de haber aprendido las bases- dijo el Hokage.

Naruto solo le observo, con un aspecto de dicha completa, sin saber que alrededor suyo le había rodeado y sus heridas estaban todas curadas. Sarutobi lo había notado, pero no le sorprendía del todo. Naruto dejo la oficina y el anciano giro bruscamente su sillón en dirección hacia la ventana.

Volvió a sonreír para sus adentros.

"La línea de sangre Fulgor ha sido despertada. Arashi, estarías orgulloso."


Naruto corrió todo el camino hasta su apartamento sin siquiera notar el hecho de que su pierna no seguía rota. Según entro en su piso, abrió inmediatamente el primer pergamino. Este hablaba del chackra y todos sus principios. Tardo las dos siguientes horas en memorizar cada aspecto y teoría hasta que lo comprendió por completo. Entonces leyó completamente el siguiente pergamino. Aprendió sobre ninjutsu, taijutsi y genjutsu. No conocía ninguno de ellos, pero los pergaminos explicaban que eran y sus bases.

A continuación leyó el pergamino de los sellos. Mostraba como debían ejecutarse y para que se usaban. Entonces el tomo una decisión conscientemente: no leería el pergamino de su padre hasta haber perfeccionado todos los sellos en cualquier orden con la suficiente velocidad. Practico todos ellos toda la noche probándose a si mismo por si había olvidado algo.

No lo hizo.

Naruto corrió a la torre del Hokage lo más rápido que pudo. Inmediatamente irrumpió en la oficina del anciano y le vio esperándole expectante.

-Bien, comencemos-dijo el Hokage- Me he tomado el día libre para mostrarte tu entrenamiento y mas cosas, pero no esperes que lo haga frecuentemente.

Y comenzaron a entrenar. Sarutobi le enseño la manera correcta de lanzar un kunai o shuriken. El anciano estaba sorprendido de cuan rápido hacia sellos en ese momento, además de su comprensión del chackra.

-Ahora asegúrate de leer el pergamino de tu padre cuando llegues a casa.-dijo Sarutobi.- Tienes más que comprender las bases.

Naruto regreso a casa y abrió el pergamino de su padre.

Querido Naruto:

Fulgor. Ese es el nombre de nuestra línea de sangre, hijo mío. Tiempo atrás, cuando nuestro clan era joven nosotros solíamos decir que habíamos sido bendecidos por algún dios. Nuestro poder reside en que, en realidad, nuestros cuerpos son únicos. Una vez tu línea de sangre despierte, tus huesos se volverán casi irrompibles. Podrías caer de una altura tres veces el tamaño del monumento del Hokage y no tendrías nada mas grave que una dislocación. Esto es bueno, teniendo en cuenta que una de nuestras habilidades es volar.

Si puedes despertar tus alas, hijo mío, serás capaz de surcar encima de las nubes. Nuestro Chackra es tan milagroso que constantemente nos cura a una velocidad milagrosa. Por supuesto, puede llevarte bastante tiempo antes de que tus heridas se puedan curar instantáneamente. Deberás ser capaz de forzar a tu cuerpo a pasar límites conocidos por los mortales. Pregúntale al Tercero sobre ello, el te enseñara a que me refiero. Tus ojos refulgirán con el poder de tu Chackra, y, aunque no están cerca del poder del Sharingan, te permitirán ver las cosas en una…luz lenta.

Entrena duro y vive mucho, hijo mío, cualquier otro aspecto de tu línea de sangre tendrás que descubrirlo por ti mismo.

Te quiere.

Tu padre Arashi, Cuarto Hokage.

Naruto atravesó la puerta corriendo hacia la oficina del Tercero tan rápido como podía. Todo en aquella carta fue revelador, necesitaba saber más. Cuando llego, el Hokage estaba esperando allí expectante otra vez. Naruto estaba jadeando pesadamente y el anciano sonrió. Naruto, por alguna razón, se sintió obligado a sonreírle.

-¿Tienes las bandas que te di junto con el pergamino?- pregunto. Naruto busco en su bolsillo y saco las pesas negras con joyas rojas.- Bien. Pontelas alrededor de ambos pies y te enseñare a que se refería tu padre con pasar los límites conocidos por los mortales.

Naruto se puso las bandas alrededor de los tobillos y espero. El Tercero cogio algo de tinta y un cuchillo.

-¿Para que son?- pregunto Naruto.

-Voy a ponerte unos sellos en ti que incrementaran la cantidad de gravedad puesta en ti.- Dijo el Hokage.- Necesito el cuchillo porque requiere algo de tu sangre para hacer de tinta.

-¿Y para que son las bandas entonces?-dijo Naruto.

-Son para evitar que el suelo se rompa alrededor tuyo.-dijo el Hokage.-De modo que para los demás les parecerá que esa gravedad te afecta normalmente.- Naruto asintió en confirmación. El Tercero le corto con el cuchillo, pero Naruto no mostró ninguna reacción de dolo por el pequeño pinchazo. El anciano coloco los sellos en él en un parpadeo; haciendo que todo lo diese vueltas alrededor. Un gran diamante apareció encima de su hombro derecho.

Los efectos fueron inmediatos, ya que Naruto fue de golpe contra el suelo. No podía moverse nada en absoluto, y tenia problemas para respirar. Todos sus músculos estaban gritando por ayuda.

-Esto es lo que significa ir mas allá de los limites humanos.-dijo el Hokage.- Veras, yo podría haber empezado poniendo dos o tres veces la gravedad normal, pero a causa de que tu cuerpo se adapta y mejora en las condiciones mas duras, te he puesto bajo quince veces la gravedad normal. Normalmente, los músculos de las personas se quiebran bajo tanta presión si empiezan con ella inmediatamente, pero tus músculos solo se pueden beneficiar.

Naruto estaba sorprendido de la tremenda fuerza a la que estaba sometido. No podía creer que se suponía que podía con ello. Puso sus manos en el suelo y empujo con todas sus fuerzas. Para su inmensa sorpresa, se comenzó a levantar. Era un pequeño paso, pero supo que podría hacerlo. Y fue entonces cuando las palabras de ambos, del Tercero y su padre, se cumplieron. No seria fácil pero seria todavía capaz de hacerlo donde otros se herirían a si mismos.

Continúo cada paso empujando con todo lo que tenía para levantarse, y, finalmente, lo hizo. El anciano sonrió.

-Bien, ahora te llevare a tu lugar de entrenamiento- dijo el anciano. Cogio a Naruto y los dos desaparecieron. Antes de que Naruto se diera cuenta estaba en mitad del bosque con el anciano.

-Naruto, escúchame atentamente. Vas a estar aquí por los siguientes meses. No podrás volver a la aldea y deberás entrenar de acuerdo con tu plan de entrenamiento.-dijo el Hokage. -En las siguientes dos semanas vendré cada noche a traerte comida. Al final de estas dos semanas incrementare tu gravedad por cinco y dejare que tú te consigas tu propia comida a partir de ese momento. Esto continuara durante algún tiempo y cada dos semanas después de las primeras volveré a incrementar tu gravedad por cinco de nuevo.

Naruto le miro sin creérselo, pero pronto sonrió. "Esto me hará mas fuerte, me dará lo que necesito para proteger a todos."Pensó Naruto. Sarutobi lanzo su plan de entrenamiento a Naruto. Todo lo que decía para hacer ese día eran veinte flexiones. Naruto recordó el esfuerzo que costo simplemente levantarse una vez con aquel peso.

-Naruto no será fácil pero para ti esto es muy posible.-dijo Sarutobi.

Y continuo similar a eso. Al día siguiente, Naruto tuvo que hacer veinticinco sentadillas seguidas de veinticinco vueltas alrededor de su área de entrenamiento. Cada día nuevos ejercicios, y pronto fue capaz de hacer múltiples de ellos el mismo día. Sarutobi uso varios días lanzándole kunais que el debía esquivar. Cualquiera que le impactaba, se lo quitaba y dejaba que su chackra le curase. De ese modo, se forzaba a aprender sobre su habilidad curativa.


Pasaron dos meses y estaba en ese momento con cuarenta veces la gravedad normal. Solamente se podía decir una cosa de ello…asesino. Apenas podía moverse con ella. Estaba tumbado jadeando fuertemente.

-Lo haré, no importa como. – se dijo a si mismo y se levanto, tembloroso. Entonces ocurrió: un enorme dolor surgió de su espalda. Fue tan agudo y preciso como un corte en su espalda. Dos angelicales alas blancas surgieron repentinamente de la parte superior de su espalda. Permanecieron completamente inmóviles mientras plumas caían alrededor de Naruto. Se oyeron aplausos y, cuando se giro a ver quien era, vio la cara del Hokage.

-Bien hecho, Naruto. Las has conseguido mucho antes de lo que había pensado.- dijo el anciano.- Ahora que has las despertado todo lo que debes hacer para convocarlas es poner chackra en tu espalda.

Naruto sonrío al anciano.

-Gracias… por todo- dijo Naruto. Sarutobi lucho por retener una lágrima.

-Es lo mínimo que podía hacer… especialmente desde tu plan de usar ese poder para proteger mi aldea.-dijo Sarutobi. Naruto asintió.- Vamos a incrementar la gravedad un poco mas. Finalmente te dejare usar un ajuste para cambiarla cuando se vuelva ligeramente fácil.

Naruto se levanto y intento volver sus alas dentro de el. Con una pequeña punzada de dolor volvieron dentro de el. Naruto comenzó a correr vueltas cuando el anciano levantó su mano.

-Naruto¿de que sirve tener alas si no las usas? Sácalas- dijo Sarutobi.

Naruto convoco chackra en su espalda y, una vez mas, sintió una pequeña punzada de dolor. Se inclino ligeramente y surgieron. Agito sus alas y despego del suelo. Sin embargo se sintió decepcionado al ver que solo se había levantado poco más de un metro. Estaba aleteando con todas sus fuerzas pero no podía subir más. Callo, jadeando levemente por el esfuerzo.

-¿Por qué no puedo volar?- pregunto.

-A causa de tus pesas.- dijo Sarutobi.- Los músculos de tus alas son solo tan fuertes como cualquier otro. Por eso han surgido ahora, a causa del entrenamiento de peso has conseguido la fuerza necesaria para volar. Si te quitases el sello de gravedad podrías volar fácilmente.

Naruto asintió, y estaba a punto de quitar el sello cuando Sarutobi negó con la cabeza.

-Pero¿Por qué?

-Por los dos días siguientes quisiera que permanecieras de esta manera: volando lo mas alto que puedas sin descanso.-dijo el Hokage.- No duermas, no comas, debes estar en el aire incluso si es solo unos centímetros del suelo.

Naruto le miro asustado de lo que tenía que hacer. Pero pensó sobre ello, lo lejos que había estado constantemente puesto en ese entrenamiento que nadie podría hacer en el plazo que lo había hecho. Seguramente seria extremadamente duro pero podría hacerlo. Y Naruto podía leer en los ojos del anciano que tenia completa confianza en él.

-Naruto, puedes usar tu chacra especial para mantenerte fuerte.-dijo Sarutobi. Naruto asintió y un aura de chackra blanco-azulado surgió alrededor suyo. Su cuerpo comenzó a brillar, incluso sus alas parecían pulsaban de energía, y sus ojos refulgían con un azul eléctrico. Con ello se alzo más de tres metros.
Sarutobi sonrió.

"Fulgor, cuando se usa con su potencial real incrementa las características corporales sobre el cuerpo ya ilimitado sus usuarios. De este modo, crea casi un súper poder en si mismo. Realmente es la línea de sangre más fuerte en el País del Fuego, si no lo es de todos los países." Pensó Sarutobi, y desapareció.


En la oscura alcantarilla que era la mente de Naruto una chica joven andaba arriba y abajo en su jaula.

-Estoy aburrida.-dijo. Kyuubi miro fuera de su celda a través de la barrera. Podía ver el entrenamiento de Naruto como si él estuviese en televisión.- ¿Por qué hará eso? Nadie va a aceptarlo, es un idiota.

-Y cuando llegue el momento de que se muestre el error de sus acciones, estaré allí para restregárselo por la cara.-dijo Kyuubi con una mueca maligna.- Lamentara no usar mi poder y haber puesto esta barrera para prevenir que se la de… en el caso de que quisiera dárselo en ese momento.

Kyuubi continúo haciendo planes consigo misma e imaginando que debería hacer.


Naruto había estado volando en el mismo punto casi todo el día. Era más duro que nada que hubiese podido imaginar y sin embargo aun continuo añadiendo dificultad. Rememoro de nuevo todos los sellos y los ejecuto. A causa de hacerlos, apenas podía estar por encima de unos treinta centímetros del suelo, pero el Hokage dijo incluso unos centímetro del suelo era suficiente.

Para el pensaba que su velocidad con los sellos era increíble, pero tenia la sensación que comparada con otros ninjas seria probablemente algo lenta. Dejo de ejecutar los sellos para poder concentrarse en el vuelo. Le costo, pero finalmente surgió de entre los árboles. Naruto estaba sorprendido de cuan lejos estaba de la villa, el apenas podía ver el Monumento a los Hokages en la lejanía.

El joven contenedor demoníaco se pregunto cuanto tiempo iba estar ahí o cuando el Hokage aparecería. Gracias a dios era una persona paciente, porque estuvo allí varias horas. Finalmente, Sarutobi apareció en frente de Naruto. Le asintió con la cabeza y Naruto dejo de aletear sus alas. Cayó al suelo con estruendo, respirando pesadamente, jadeando por aire mientras intentaba relajarse.

-Bien hecho, Naruto, bien hecho.-dijo el anciano Sarutobi.- Volvamos a casa, podrás descansar un rato. Te lo has ganado.

El Hokage y Naruto se teleportaron de vuelta a la villa, afuera del apartamento de Naruto. Este entro dentro e inmediatamente se desplomo en su cama.

Naruto estuvo durmiendo un día completo, de hecho, probablemente hubiese dormido mas si no fuera por que el Hokage vino y le despertó.

-Despierta, Naruto. Debo discutir unas cuantas cosas contigo ahora.-dijo el Hokage.

Naruto se despertó medio grogui sin saber que estaba pasando.

-Viejo¿Qué haces aquí?- pregunto Naruto, cansado.

El anciano sonrió. Entonces saco algo de su bolsillo y se lo puso en la mano a Naruto. Miro a la mano y vio unas gafas de sol negro oscuro.

- Tus ojos brillantes no son exactamente naturales, Naruto.- dijo el anciano Hokage.- Arashi siempre mantuvo su línea de sangre en secreto, y tu deberías guardar lo mejor que puedas el secreto.

Naruto se puso las gafas de sol y miro al anciano con una sonrisa.

-Hey, Hokage-sama¿cuando empezare en la academia?-pregunto Naruto.

-Naruto, normalmente los niños no comienzan hasta que tienen siete años, y estoy pensando en meterte mas tarde de lo usual.-dijo el Hokage. Naruto frunció el ceño.

– Naruto, has demostrado ya que eres más fuerte con tu línea de sangre de lo que fue tu padre. Tus ojos son una prueba de ello. (nota del autor: el brillo de los ojos no para de ser cada vez más brillante cuando más lo controla)

-Solamente busco seguir entrenándote en aspectos mas adecuados a tus habilidades. Todavía podrás ir a la academia a hacer amigos.-dijo Sarutobi.

-¿Amigos?-pregunto Naruto. Entonces bajo la mirada con una sonrisa triste.- Los tendré solo si soy muy afortunado.- El Hokage se sorprendió de la madurez de su comentario.

-Realmente no merezco tener amigos… pero intentare hacer a cuanta gente pueda lo mas feliz posible.-dijo, con una sonrisa de verdadera felicidad en la ultima parte.

-Si, seguro que lo harás.-dijo el Hokage.

-¿Me graduare cuando se supone que debo hacerlo?

-Suponiendo que no falles, si-dijo Sarutobi, sonriendo.- Y, Naruto, mira si puedes hacerte con un arma. Se que es extremadamente complicado hacer ataques efectivos con tus puños mientras vuelas a las velocidades a las que iras.

Naruto asintió.

-Un gran espada.-dijo Naruto. El Hokage le miro algo sorprendido.

-Naruto, hay otras armas además de…

-Una gran espada.- le corto Naruto- He visto una realmente chula en la tienda de armas cuando pase por allí. ¿Crees que quizás podría cogerla contigo?- Sarutobi miro a los brillantes ojos del chico.

-Muy bien, pero solo si tú entrenas seria y diligentemente con ella casi todos los días.-dijo el anciano.-No quisiera que fueras uno de esos que agita una enorme barra de acero por ahí.

Los dos tomaron el camino hacia la tienda donde Naruto quería comprarlo. Naruto paro fuera de la tienda y señalo el espadon desde la ventana. Cuando el Hokage la vio, se sintió algo más que un poco sorprendido: cuando Naruto decía una gran espada se refería a que era realmente enorme. (N/a: La espada de Cloud en Final Fantasy 7: Advent Children).

Pero cuando Sarutobi la observo más de cerca, su tamaño y peso eran perfectos considerando que Naruto era capaz de blandirla. Podría definitivamente ayudarle en su entrenamiento. El Hokage entro y compro la espada, que el tendero estaba también contento de vender. Volvió con Naruto a su casa y le entrego un pergamino mientras el sostenía la espada.

-Ahora, Naruto, esta es realmente seis espadas en una, de modo que este pergamino es específicamente para ella.-dijo el Hokage. Naruto cogio la espada y la alzo fácilmente.

-Entrénate bien con ella.


-¡Te llaman el inútil apasionado!-gritaron un grupo de niños. Un niño con unas largas cejas cubrió sus orejas y huyo de allí.

-¡Lee, vuelve aquí!-grito el instructor. Lee no lo escucho con sus oídos tapados y continuo corriendo. Corrió atravesando toda la villa al borde de las lágrimas.

"Se lo demostrare a todos, seré un gran ninja." Pensaba Lee mientras corría en dirección a uno de los campos de entrenamiento. Cuando llego se detuvo: en mitad del campo de entrenamiento estaba un chico con una camiseta blanca y unos pantalones cortos negros. Eso no seria nada extraordinario si no fuese por el enorme objeto que estaba blandiendo. Tenía por lo menos un metro setenta de longitud por casi cuarenta centímetros de anchura. Estaba completamente cubierta por vendas, haciendo imposible identificar que era.

-Perdone pero¿le parecería bien si entreno aquí? Solo voy a usar es tronco de allí.-dijo Lee. El chico se giro, portando unas gafas de sol oscuras, y sonrió.

-Claro, sin problemas, ve.-dijo el chico rubio.

-Gracias. Me llamo Rock Lee.- dijo Lee.

-Encantado de conocerte, Lee, yo soy Uzumaki Naruto.-Dijo Naruto. Lee ando hasta el tronco mientras Naruto continuo blandiendo el objeto cubierto por vendajes.- Bueno, Lee¿Qué haces aquí?

-Intentar ser más fuerte.-dijo Lee golpeando el tronco con el puño.

-¿Fuerte¿Por qué?-pregunto Naruto.

-Me… me llaman inútil en la academia.-dijo Lee.- No puedo usar ninjutsu o genjutsu y solo tengo un mediocre taijutsu.- Naruto le miro pensativo- Por eso es porque debo conseguir ser mas fuerte: para mostrarles que el trabajo duro puede hacer a un ninja fuerte, que puedo ser bueno solo con taijutsu. Ese es mi sueño.

Lee miro hacia Naruto esperando que este se reiría.

-Ese es un bonito sueño, Lee.- dijo Naruto. Lee le miro un poco sorprendido pero sonrió.

-¿Y por que estas aquí¿Por qué quieres ser mas fuerte?-pregunto Naruto.

-Busco proteger a todo el mundo.-dijo Naruto. Lee le miro curioso.-Soy el recuerdo de algo terrible, algo que causa daño a la gente. Busco detener eso, busco hacer que el dolor desaparezca para hacerlos sentir seguros.

Lee le miro completamente asombrado pero sonrió con una gran sonrisa.

-Entonces trabajemos duro, Naruto-kun.- dijo Lee. Naruto le miro y sonrió a su vez.- Hey, Naruto…- Naruto volvió a mirarle- ¿Crees que quizás podríamos ser amigos?

Naruto se quedo completamente estático. "Alguien como yo no se merece amigos" pensó.

-Veras, tu has sido el único que no se a reído con mi sueño, y, bueno, yo no tengo ningún amigo.

-Lee, me encantaría, pero… tu familia no estaría de acuerdo.- dijo Naruto. Lee le miro con una gigantesca sonrisa.

-Eso no es problema, Naruto-kun. Soy huérfano.-dijo Lee.- En este momento estoy viviendo por mi mismo por petición propia, por lo que nunca tendré padres.

Naruto le miro una vez más. "¿Puedo… tener un amigo?" pensó Naruto. A pesar de lo que la gente podría decir, Naruto quería un amigo, incluso si Lee por alguna razón le abandonase el continuaría saber que era.

-Si, seré tu amigo, Lee- dijo Naruto, sin saber que caían lagrimas de sus ojos.

-Genial, entonces continuemos.-dijo Lee, golpeando el tronco mas rápido. Los dos estuvieron allí hasta bien entrada la noche entrenando. Naruto observo que los ejercicios de Lee podrían hacerle mejorar. Y Lee miraba conseguir su velocidad.

-Hey, Naruto, no tengo clases mañana. ¿Quieres entrenar?- pregunto Lee. Naruto asintió feliz.

-Pero antes¿podrías ayudarme con algo?-pregunto Naruto.

-Claro, cualquier cosa.

-Veras, se me ha ocurrido…


-Se acabo, Uzumaki.- dijo el miembro del Anbu.- ¿Por qué tú y tu amigo destrozáis este monumento?

El Monumento a los Hokages estaba completamente cambiado. Una chica desnuda cubriendo sus partes íntimas con humo, había sido pintada enfrente de sus caras. Además, las caras habían sido pintadas para tener diferentes reacciones. El Primero miraba furioso con el entrecejo fruncido; El Segundo estaba sudoroso y miraba hacia otra parte; El Tercero la miraba con ojos desorbitados y teniendo un pervertido sonrojo y sonrisa en sus labios; y El Cuarto sangraba de la nariz.

El Tercer Hokage se asomo al balcón y miro al monumento. Una pequeña sonrisa surgió de sus labios, y se transformo en una carcajada.

-Os lo voy a preguntar de nuevo. ¿Por qué habéis…?- el Anbu callo por un sonido que atravesaba el aire. Escucharon atentamente y pronto reconocieron unas risas. Primero empezó una sola, pero poco a poco aumentaron en número, como si muchas personas se hubiesen unido. La patrulla Anbu miro hacia la villa y vio a cientos de personas en las calles… riéndose. Incluso podían ver al Hokage en su balcón riéndose. Miraron de nuevo al contenedor demoníaco y, en apariencia, su nuevo amigo. Ambos chicos miraban a la villa con una pequeña sonrisa en los labios.

-OK, ahora lo limpiaremos.-dijo Naruto sin dejar de mirar a la villa y sus ciudadanos riéndose.