Bueno... vengo, dejo capítulo y me voy! ;D

Muchas gracias a:PoLlO-yAsHa, DitaHiwatariKon666-KxR, Nikky Hatake, NakusaChan, lilou-chan, abraxas-b, mabeling, Akiko Maxwell, Inuzuka00 y a Noriko Elric!!

;w; Así tipo de que les amo mil ochomil!! -fresa-


º·.Beautiful Wish.·º
LitheX

··Capitulo 4º- Accidente

La noche pasó sin mayores eventos, además de la incomodidad de Edward por tener a Envy prácticamente trepado en él.

Le abrazaba sin demasiada fuerza, pero la suficiente como para que Edward no pudiera escapar, y su pierna, en opinión del rubio, se movía demasiado, y no quería pensar que fuera intencional porque las caricias que esta le hacia eran un tanto…

Atreviditas

Y sin embargo no le pedía que se alejara.

Bueno, una razón era que Envy estaba profundamente dormido, y otra era, aunque doliera admitirlo, que hasta cierto punto le gustaba la proximidad del menudo cuerpo de Envy. Le encantaba sentir su aliento en su cabello y ¿para qué mentir? No podía parar de decirse lo bien que se sentía aquella pierna moviéndose furtivamente por su entrepierna.

Suspiró contrariado.

Talvez tantos años sin pareja, sin acción más específicamente, comenzaban a tener un efecto negativo en él. Jamás se había imaginado a sí mismo en una situación así, aunque claro que tampoco había imaginado que de pronto un muñequito cualquiera se trasformaría en una persona, y que esa persona llegaría a ser tan desgraciadamente tierno y algo ingenuo… además de bien parecido y…

La conversación de salía de rumbo apropiado…

-Edo…- susurró Envy en su sueño… y después… un tiernísimo beso en su cuello que hizo a Edward derretirse por completo.

La hora en la que se logró dormirse no es importante.

--

Más importante sería lo que ocurrió al despertar y abrir los ojos…

Casi se cae de la cama del susto…

-¡Oh, por Jesucristo!

Por supuesto, eso no sucedió… pues un cuerpo sobre él se lo impedía. Bueno, eso tenía que agradecérselo, al menos le salvó de un mañanero dolor de trasero.

-¡Buenos días!- le dijo Envy emocionadísimo, con una enorme sonrisa en la boca, tan cerca de Edward que éste último no se atrevía a moverse por miedo a contactos… inapropiados

-¿Qué estas haciendo?- susurró el rubio, respirando con dificultad.

-Tenías los pies fríos… y según lo que he podido ver, no te gusta el frío, así que pensé que sería bueno calentarlos.

-¿Y para eso tenías que subirte en mí?

Envy rodó los ojos, dándole más espacio a Edward al alzarse un poco.

-No, pero así lo haces tú… eres mi maestro. ¿Qué pretendes que haga?

-¿Huh?- profirió Edward -¿Tu maestro?

Envy asintió con una sonrisa.

-Exacto… estoy aquí por tu culpa, ¿no? Eso te hace mi teacher, en mi opinión.

-Es posible… ¿ya te quitas?- Edward comenzaba a ponerse nervioso… y su cuerpo no estaba cooperando.

-No tan rápido, señor- dijo Envy, apuntándolo con un dedo delgado y una mirada que le decía a Edward que estaba a punto de enterarse de algo que no le gustaría.

-¿Estabas soñando conmigo?- Le preguntó después, con los ojos abiertos de par en par y tan brillositos que Edward pensó que se quedaría ciego. Luego le dio un ataque por la pregunta…

-No me acuerdo- dijo Edward con la verdad, cabía la posibilidad de que lo hubiera recordado al despertar, pero con la sorpresita y el gran susto se le había olvidado todo.
Incluso que llevaba dos días sin bañarse.

-Ewww…- se dijo a sí mismo, y Envy, pensando que algo tenía que ver con su otra pregunta se quedó sin saber qué pensar.

-¡Tengo que bañarme!- anunció el rubio de pronto, y el otro casi se desmaya. ¿Qué clase de porquerías había estado soñando ese rubio depravado?
Éste pareció luego recapacitar algo y señaló al monito sobre él.

-Tú también tienes que bañarte…

-¿Por qué? ¡Yo no estuve soñando nada raro con nadie!- chilló Envy agitando las manos frente a él.

'Eso es lo que tú crees, desgraciado' pensó Edward con los ojos entrecerrados, acordándose de lo de la noche anterior.

-¡No por eso, menzo!- arguyó Edward empujando los hombros de Envy, intentando quitárselo de encima… o podría pasar algo malo…

-¿Entonces?

-Cómo que '¿entonces?' ¡Envy, cielos, llevamos dos días en nuestro jugo!-aclaró mirándolo a los ojos, con las cejas enarcadas, después pareció recapacitar algo –De hecho, jovenzuelo… creo que tú llevas años sin tomar una ducha, ¿verdad?
-Mmmm…-meditó el de cabello negro con un dedo en la boca –Es posible… no lo recuerdo…

-¡Entonces necesitas bañarte!

-¡No quiero!- rezongó cruzando los brazos y frunciendo las cejas.

-ya no te dejaré dormir en mi cama…- amenazó el rubio con ojos entrecerrados.

Y pareció no haber peor amenaza, pues inmediatamente Envy aceptó que le urgía tomar una ducha.

--

Edward acababa de sentarse en su cama, para dormirse otro rato, cuando escuchó un grito llamando su nombre. Rodó los ojos antes de levantarse, caminar hasta la entrada de su cuarto, cruzado de brazos, y ver a Envy con las mejillas coloreadas, jugueteando con sus dedos, asomándose desde el baño.

-¿Se te ofrece algo?

-Estoooo… Edward, hay un pequeño inconveniente con tu grandiosa idea…-dijo inseguro.

-¿Y eso sería…?

-Pues… que… mira, sé que un baño es para quitarte la mugre, células muertas y el sebo del cabello, además de refrescarte y… en fin… la cosa es que… hay situaciones que requieren experiencia para poder ser realizadas, tú sabes… y siendo que nunca me he bañado— creo—, pueeees…

Edward parpadeó perplejo un par de segundos antes de que le entrara bien en la cabeza la explicación de Envy, y después… suspiró.

-¿Te explico, entonces?- preguntó con una diminuta sonrisa en la boca.

Envy asintió, preocupado, con las cejas fruncidas.

Edward entró en el baño y abrió la puerta corrediza.

-¿Ves eso?… Son las llaves, les das vuelta y de acá- dijo señalando la regadera –sale agüita, mhh, ésta llave es del agua caliente, y esta de la fría… la pones tibia y…

Envy se había perdido la mitad de la conversación mirándose en el espejo, delineando las partes de su rostro con su dedo y haciéndole gestos a su reflejo.

-¿Envy?

-¿Mandu? Ahhh, lo lamento…- se disculpó con una gran sonrisa.

-Vale… ¿Entendiste?

Envy negó con su cabeza, divirtiéndose con como su cabello se movía al mismo ritmo, ondeando libremente.

-Bueno, yo pongo el agua a temperatura… ¿de acuerdo?- ofreció el rubio con un suspiro resignado, dándose vuelta para hacerlo.

-Se mojara mi ropa…- dijo Envy asomándose a un lado de Edward, para aprender de su maestro.

-No… para eso te la quitas, ¡duh!

Envy asintió, formando con su boca una pequeña 'o', pensando en lo dicho.

-Bueno, listo, ya está… cuando termines, cierras las llaves, tomas esta toalla y… ¿Q-qué haces, E-envy?

-Me quito la ropa… si no es obvio…- dijo Envy rodando los ojos, su saco estaba ya en una bolita en el suelo, y luchaba contra los botones de su camisa. Apenas podía verse el principio de su pecho y Edward ya estaba todo rojo y a punto de estallar.

-Sí, bueno, adiós- se apresuró en decir para escapar luego, pero la voz de Envy le hizo parase en seco.

-¿me ayudas a desvestirme?

Le tomó unos segundos recuperarse del mareo que casi le causa un desmayo, respirar era complicado en ese instante, y no supo que fuerza le impulsó a asentir y acercarse lentamente al otro.

-Odio los botones- se quejó Envy casi rompiendo las costuras. Edward tomó sus manos para detenerlo y prosiguió a hacer él mismo la labor de desabotonar la camisa. Le costó algo de trabajo, pues sus manos estaban temblando bastante.

Finalmente concluyó con la tarea a mano, y no pudo evitar recorrer con su mirada ansiosa la piel blanca de ese cuerpo tan bello. Observó casi en cámara lenta a la prenda resbalarse por los hombros de Envy y caer al suelo como si de una nube se tratase. Pasó saliva nervioso, y de esa misma manera dirigió sus manos al pantalón...

-Así esta bien… ayer me enseñaste a quitarme esto y usar el retrete- aclaró Envy, divirtiéndose con la expresión de vergüenza del rubio –Gracias.

-No…- dijo Edward sin saber por qué, apartando los dedos de Envy con una palmada, le miró a los ojos y sin detenerse a ver lo que hacía desabrochó el botón y deslizó los pantalones fuera de las caderas del muchacho, quien parpadeaba confundido, contagiándose el sonrojo en su rostro también.

El rubio cerró los ojos con fuerza después de mirar hacía abajo y notar que… no había ropa interior…

Ba-bum…

Él esta desnudo… completamente desnudo…

Ba-bum…

Debería de… debería de… él no sabría, ¿verdad? Es muy ingenuo para darse cuenta. Puedo decirle que sólo reviso su cuerpo… en busca de más curiosidades, como sus orejas…

Ba-bum…

Y decirle que encontré una muy cómica, y que debería investigar, por el bien de la ciencia, lo que pasa si la toco, y la pruebo, y la estrecho y la…

Ba-bum…

Soy un enfermo, pervertido, depravado, asqueroso, sucio y ruin animalejo que no puedo creer que le este haciendo caso a su 'primer cerebro'…

Ba-bum…

Pero eso Envy no lo sabe…

-Se saldrá tu corazón, Ed. Cálmate- dijo Envy riendo, después terminó de sacarse los pantalones y los dejó igual tirados por ahí, deteniéndose a mirar los dedos de sus pies moverse.

El rubio hizo lo mismo, aprovechando en mirar las piernas del otro como si no fuera nada, aunque muy en el fondo quisiera comérselo, pero desconcertado se detuvo en un punto en el muslo de Envy.

Frunció el entrecejo, girando un poco al tipo para ver mejor.

Ahí estaba aquel mismo dibujo extraño que antes había estado en su diminuto zapatito, el de la serpiente devorando su cola, pero ahora marcado en la nívea piel de Envy en un tono rojo brillante.

-¿Qué es eso?- dijo como ausente, estirando un dedo para tocarlo.

-Ouroboro- respondió Envy observando el mismo punto que Edward, después de unos segundos.

'¿Qué será?' pensó Edward, sus yemas tan cerca de la piel que podía sentir el calor emanando de esta.

Hizo ademán de tocarle, pero Envy detuvo sus dedos en un movimiento rápido.

-¿Sabes lo que sucederá si lo tocas?-dijo en tono misterioso, mostrando sus anormalmente largos colmillos al sonreírle.

Edward tragó saliva y negó.

-Lo mismo que sucedió la primera vez que tocaste mi piel…

Una ola eléctrica de placer… ¿Qué había de malo en eso? Sólo hacía que Edward tuviera más ansias de tocarlo.

-Pero me siento extraño cuando sucede esto… y pasa algo con mi cuerpo que no estoy seguro si me gusta… hazlo después… ¿sí?

'Debe ser excitación… hagámosle saber que si le gusta' pensó el lado perve del rubio.
Edward se quedó quieto por unos segundos, contrariado, luego asintió comprendiendo. Dejó escapar todo el aire de sus pulmones que había estado reteniendo sin saberlo.

Comenzó a quitarse su propia camisa rápidamente.

-¿Qué haces, Edo?

-A este paso el agua me costara un ojo de la cara…- mintió, intentando controlar su sonrojo, con el corazón aún tan acelerado que lo sentía en la garganta.

'Esto no es normal… ¡me estoy bañando con un tipo!' pensaba Edward mientras se alzaba para tomar el pomo de champú nuevo.
'De pequeño me bañaba con Al, pero no es lo mismo… éramos unos niños, y hermanos… eso es normal… esto… no lo es'

Un escalofrío le recorrió al momento que sintió las manos de Envy en su espalda; y con rastros de aquella sensación aún en su piel, se dio la vuelta para encontrarse con el vivo reflejo de Samara Morgan mirándole a través de cortinas de pesado cabello negro, pero no se veían malévolas aquellas orbes violetas, de hecho se veían bastante confundidas.

-He descubierto que no me gusta el agua, Edward…- dijo, las palabras ahogadas por el ruido del líquido golpeteando las baldozas del suelo – Rayooooos ¡no veoooo!

Edward puso los ojos en blanco, aún cuestionándose por dentro el qué le había impulsado a de pronto decidir bañarse con Envy.

Abrió la capa de cabello oscuro desde el centro de su cara, sonriéndole a Envy burlescamente, muy entretenido, y él correspondió a su sonrisa, al parecer sin darse cuenta de la gracia.

-No sabía que fueras tan inútil –le dijo Edward pasándole el cabello detrás de las orejas puntiagudas, apenas acariciándolas al retirarse… eran un par de orejas muy simpáticas que le encantaban; y no quería pensar que pudiera moverlas, ¡porque se pudría de ternura y risa!

Envy resopló, intentando quitarse el agua de los ojos.

-A que tú eras mas inútil cuando llegaste al mundo- retó, desesperándose por tener que pasarse los dedos por los parpados cada cinco segundos, odiando el agua dentro de sus ojos.

Edward no pudo negarlo y se encogió de hombros, y en vez de buscar un comentario inteligente la pasó el pomo de champú al pobre Envy, quien estaba ya casi histérico.

-¿Qué hago con esto?

-Ponlo en tu cabeza… y luego le tallas… pero primero quítate de aquí, porque se me hace que te va a dar un ataque…

El rubio empujó al otro un poco fuera del chorro directo del agua, y Envy suspiró agradecido, mirando el bote de champú con una mirada dubitativa, como queriendo que el desgraciado le dijera qué exactamente tenía que ponerse en la cabeza… ¿El bote?

¿Y tallarle?

Envy a veces toma las cosas demasiado literales…

No veía en que ayudaba… de hecho sólo parecía estar enredándole el cabello, a menos que tuviera un complicado sistema del cual aún no se había enterado que absorbiera mugre o algo así, de otra manera era tan fructífero como regar una semilla con ácido y esperar cosecha sin radiación.

A Edward se le cayó el jabón de las manos al atisbar a Envy haciendo estupideces con el bote de shampoo y con cara de fastidio… y casi se ahoga cuando empezó a reír…

'¡Idiota!' quiso gritarle y señalarlo… pero creyó que eso sería un poquitín maleducado de su parte, así que se contentó con intentar volver a respirar como lo hace una persona normal al tomar una ducha.

-Así no, sujetito… abres la tapa del bote, lo exprimes tantito y el relleno que sale, te lo embarras en el pelo y luego frotas hasta que se haga espuma… ¿Uh-hu, captas?- explicó Edward gesticulando con las manos.

Samara Morgan wannabe enarcó una ceja, mirando alternadamente entre el famoso shampoo y el rubio idiota frente a él. Se encogió de hombros finalmente y después de investigar unos segundos la tapadera del bote logró abrirla y, al apretar, que saliera el limpiador a borbotones…

Y dejó que siguiera derramándose… porque se quedó con la cara en blanco y la boca en el suelo.

El rubio se apresuró en quitarle el objeto de las manos, para evitar que el dinero se fuera por la coladera…

-No pienso verter este menjurje viscoso de procedencia desconocida sobre mi genial cabello, ¿sabes…? Ed, estás muy fumado…- dijo Envy con un tic en el ojo.

El sonido de un golpe resonó en las paredes del baño y Envy, asustado, decidió que en definitiva no le gustaban los baños, en especial si en algún momento comenzaría, como Edward, a golpearse la frente sin razón aparente.

-Ven acá, y cierra el pico- ordenó destapando su ahora medio vacío bote de abusado shampoo.

Exprimió un poco sobre su mano y la llevó a la cabeza de Envy, quien simplemente hizo un gesto de asco… y comenzó a masajear con algo de fuerza, fastidiado.

-Cierra los ojos, porque si les cae de esto se salen- advirtió Edward, divirtiéndose de ver la expresión de susto de Envy y cerrar los ojos con demasiada fuerza, como si fuera un niño pequeñito.

'Y ahora le lavo el cabello… ¿Qué sigue… lavarle la espalda?… ¿Y luego qué… tallarle el…' pensó, y después gruñó preocupado por estar pensando esas cosas… ¿qué andaba mal con él…? No debía de estar pensando tales patrañas, estaba mal y ¡Era asqueroso!

¿Entonces por qué su cuerpo dictaba lo contrario?

-¿También tienes que arrancarme el pelo, Edward?- se quejó Envy, alzando sus manos hasta donde las de Edward, tomándolas con las suyas, intentando detener el que el rubio decidiera que Envy necesitaba un urgente corte de cabello… o… arranque de cabello, mejor dicho.

-Ahh, lo siento- 'Sí, lo siento… siento que me estoy… me estoy… ¿prendiendo?' pensó con horror.

Ahora hagamos una lista de los factores que hacen que Edward Elric en este momento se sienta prendido.

Uno: Esta (y ha estado) teniendo pensamientos raros.

Dos: Esta completamente desnudo.

Tres: Tiene a otro sexy tipo desnudo frente a él.

Cuatro: Se esta bañando con el susodicho.

Cinco: Tiene la libertad de observar el muy bien proporcionado cuerpo del monito a voluntad.

Seis: Se le presenta la oportunidad perfecta para intimar con alguien.

Siete: Esta tocando a ese alguien.

Ocho: Ese tipo posee las manos más perfectas que Edward ha visto en un buen tiempo.

Nueve: Edward tiene una debilidad fetichista por las manos.

Diez: Edward esta urgido…

Conclusión: Edward ya debería haberse orgasmeado solito hacía un buen rato…

-C-cielos- tartamudeó el rubio, sintiendo que de pronto se le iría el control que había logrado ganar en los pasados años de adolescente… pero era como jugar empujones con un toro.

Era peligroso y de todas todas acabaría perdiendo.

Y ahora que lo recordaba, había algo que tenía que hacer, algo que había olvidado… y que era de suma importancia pues de lo contrario algo malo sucedería, ¿verdad?
Verdad…
La cosa estaba en acordarse de qué exactamente tenía que…

Dio un paso hacia atrás, para traer a Envy bajo el agua y enjuagar bien su largo cabello…

Envy seguía sujetando sus manos… aún sentía que se le saldría el cabello en cualquier momento.

El agua no era suficiente, por lo tanto Edward dio otro paso hacía atrás, y entonces recordó eso tan vital que había olvidado…

-Ahhh, neta, el jab--

Pero bendita suerte la suya, al dichoso jabón se le había ocurrido escurrirse justamente hasta detrás de su pie, por lo tanto el destino decidió que Edward debía pisarlo y que tuviera que resbalarse… hacía atrás… pero que intentara detener la inminente caída inclinándose al frente, y que Envy al tratar de evitar que siguieran tirando salvajemente de su cabello cooperara para perder por completo el equilibrio cambiando el rumbo de la caída de Edward hacia adelante.

E irse de bruces junto con Envy al suelo empapado de su baño.

Estos accidentes suelen ser muy peligrosos y acabar muy mal, pero ese no era el plan del destino en lo absoluto…

Dos pares de manos aún sobre la cabeza de Envy impidieron contusiones graves, y los golpes en rodillas, cadera y codos fueron insignificantes después de abrir los ojos, cerrados por la impresión y notar… la curiosa posición que el destino había elegido para ellos.

Hagamos una imagen mental de la situación actual: Está Envy, completamente desnudo, embarrado a pleno suelo, respirando con dificultad y las mejillas coloreadas, con Edward encima de él a cuatro patas, también sin ropa alguna cubriéndole el cuerpo, deteniendo la parte superior de su cuerpo con sus codos, entrechocando mejillas con Envy, también rojísimo y jadeando asustado en el sensible oído del pelinegro.

Envy retiró una de sus manos enlazada con la de Edward, quien la apretaba fuerte en su sorpresa, para apartar un poco de cabello rubio, opacado por el agua, de su rostro ya que le hacía cosquillas, y acariciarle el cuello tiernamente después.

-Caray...- dijo con voz suave. Afortunadamente el agua no le caía directa en el rostro, quedando fuera de su rango de alcance por apenas unos centímetros, aunque brisa sí le llegaba.

Edward dio un suspiro final y se alzó un poco, tratando de calmar su corazón y a su excitación, que no había hecho más que empeorar de la caída… así era la adrenalina, una maldita desgraciada.

Aunque ver a Envy con los ojos entrecerrados, las mejillas rojas y cabello mojado rodeándole no era la mejor solución a su problema…

Bueno, talvez sí, si quería deshacerse del problema de manera activa.

Pero si era la pasiva la que buscaba, entonces la buscaba en un lugar equivocado.

Una parte de su cabeza, la racional, le gritaba levantarse de inmediato, disculparse, tomar una toalla y correr por su vida hasta la azotea, donde seguramente nadie sospecharía un par de manchas extrañas, pero la otra parte, la emocional, mandaba… simple y sencillamente… besar a Envy…

Está científicamente comprobado que un hombre responde racionalmente frente a hechos imprevistos en un porcentaje menor del que lo hace emocionalmente, y Edward aún menos, y tenía mucho que agradecer de eso a su altura, frecuente blanco de burlas hirientes.

No es extraño el desenlace de todo este pequeño asuntillo, y tampoco sorpresivo lo que siguió después…

Envy tenía la vista clavada en los ojos dorados el sujeto sobre sí, con una sonrisa diminuta formándose en la comisura de sus labios, fruto de la tormenta de pensamientos y debates dentro de la cabeza del rubio, reflejados en sus expresiones.

Deslizó su mano húmeda por sobre la piel mojada de su mejilla, con cabello pegado en su mandíbula y apenas una sensación de escozor.

-¿Y tú qué, eres lampiño o que rollo?- preguntó Envy procurando no atacarse de risa, pero Edward no le prestó mucha atención, se mordía los labios, tratando de controlar su impulso.

-Nada, el lampiño aquí eres tú, sujeto… no hay ni un pelo en tus piernas.

- ¿Y qué haces tú viéndome las piernas?

¿Acaso estaba jugando con él… lo estaba incitando, retando, quería…?

Pero… no sabía ¿o sí?

Edward recargó su frente caliente contra la de Envy, cansado ya de su pose en cuatro patas… pero si se dejaba caer, entonces Envy notaría una cosa que seguro no le gustaría…

O tal vez sí

Sus entrañas se comprimieron al sentir un dedo furtivo tocarle los labios, y dejó de respirar del todo, un dolor fastidioso incrementándose en su entrepierna.

-Hee hee…

Maldito…

Edward se mordió los labios unos segundos antes de que su mente hiciera corto y fuera él quien dejara de darle órdenes a su cuerpo, su otro cerebro se hacía cargo de todo ahora…

Envy apenas pudo registrar lo siguiente en microfracciones de segundo. El tibio aliento de Edward bañándole la boca… y después no supo bien…

Al momento en que las dos partes hicieron contacto de nuevo hubo una sensación abrumadora y electrizante, que hacía levantarse hasta el último vello en el cuerpo de ambos y que les hacía tener que cerrar los ojos sin poder soportarlo, una sensación que producía todo lo contrario a sufrimiento y que parecía llenar y complementar su ser.

Se perdieron en un torbellino de muchas diferentes emociones y sensaciones, vieron puntos blancos detrás de sus parpados cerrados, suficiente para hacerlos explotar y antes de llegar al límite Edward se separó de súbito, apenas evitando terminar… luchando fervientemente por recuperar su aliento, creyendo imposible estar sudando, a pesar del agua fresca y ahora fría que le bañaba la espalda.

Envy mantenía los ojos apretados, jadeando, un bello tinte carmesí en su rostro y en su boca y la piel erizada en los brazos.

El rubio no le dio tiempo siquiera de abrir los ojos antes de volver a reclamar sus labios como suyos en un feroz beso que parecía querer recuperar todos esos años de funcionar para nada mas que hablar.

No era abrumador, ni tan fuerte, era sólo lo que recordaba, un cosquilleo en su pecho y más abajo, y la boca mas despierta que cualquier otra cosa, pero quería seguir imaginando que era como la primera vez, que seguía sintiendo aquella fuerte descarga.

No tuvo que esperar mucho para sentir a Envy corresponder al gesto, apenas retorciéndose debajo de él, la mano que seguía enredada con la suya apretándose un poco más y la que descansaba en su mejilla se movió a su cuello para obligarlo a estar cerca.

¿Qué… estoy haciendo?

-¡Aaaahhhhh! Rayos, rayos, rayos…

-¿E-edo?

-¡Nada! No me veas, ya estas limpio, ¡sal de inmediato!

-pero si estam--

- No, no estamos, ¡NO ESTAMOS! ¡YA VETE!

-Lo siento, Edward… ¡De verdad lo siento mucho!

El rubio le ignoró rebuscando entre los cajones de su cómoda por ropa limpia que usar… y prestarle algo al sujeto que gimoteaba sin descanso a su lado, con una toalla delicadamente enredada alrededor de su cuerpo.

-Es en serio… lo siento… ¡no me ignores, Edo!- insistió Envy, goteando en la alfombra. Apenas hizo ademán de tocar a Edward, éste salto fuera de su alcance con expresión de pánico y aguantando la respiración.

-No me toques… ¡nooooo!

Envy hizo un puchero y sus pestañas mojadas parecieron empaparse más, atrajo las manos que ayudaban a mantener la toalla en su lugar hasta debajo de su barbilla y permitió que su cabello empapado le cubriera los ojos.

-Lamento que… haya sucedido eso… yo sólo quería complacerte y--

La garganta de Edward se hizo un nudo.

-Ni lo menciones… sólo… haz de cuenta que esto nunca sucedió, ¿sí? Fue un accidente, nada de nada pasó… nada- terminó intentando convencerse a sí mismo.

Envy asintió, sus hombros encogidos, y ¿era la imaginación de Edward o parecía al borde del llanto...?

-¿E-envy?

En menos de dos segundos, aprovechando el desconcierto del rubio, el tipo con pinta de duendecillo se arrojó contra el otro, abrazándolo con fuerza y escondiendo su cabeza en la curvatura de su cuello, su figura temblando un poco por la frustración y la pena que sentía.

-P-perdóname…

Edward suspiró y se rindió, pasando sus brazos alrededor de la gelatina ambulante en que se había convertido el muchacho prensado a él.

Sacudió su cabeza lentamente, una pequeña sonrisa asomándose en la comisura de sus labios…

Y se relamió casi inconscientemente…


Obviamente no me excedi con la longitud de este capitulo, quien dice? e-e xDDD No pude evitarlo, me estaba divirtiendo tanto, pero así tanto como no lo hacia en un buen rato!
Y justamente en mi momento más inspirado, kapoot se mata mi com-puta… y se me cortó el rollo al día siguiente que la volví a prender… e-e peeeero me apliqué y lo escribi y me gustó, yahoooo… y si quieren saber por qué se medio electrocutan cuandoooo… emh… sucede que… es algo complicado y cuando se revelen los secretos de la existencia de Envy, entonces todos diremos: oooooooooh! O.O ahora todo tiene sentido xDD

De mientras moriremos de curiosidad xD

¿Comentarios x3?


Mi explicación para la personalidad Fuera de Personaje de Envy:

Envy es sentimental y tierno aquí. Eso es considerado Fuera de Personaje pues en las series lo vemos con una personalidad totalmente contraria, pero es sólo que en ellas su mente ya esta demasiado corrompida por la ingestión de piedras rojas; como dijo Hohenheim: puede comenzar siendo un niño inocente, pero esas cosas acaban por hacerlo cruel y malvado.

Esto es demostrado por Wrath, quien era un niño inocente y bueno antes de comer las piedras y si lo pensamos, es posible que Envy también lo fuera. Sí, tiene mayor edad de lo que Wrath tenía, pero eso no significa que no pueda ser igual de sensible, en especial si tiene una idea casi nula de lo que pasa a su alrededor, si no esta muy enterado de los roles de género y se permite actuar como él es en realidad, no cómo se supone que debería actuar. Si siente pena y frustración lo deja ver llorando, igual si estuviera triste, si esta feliz ríe sin ataduras, porque se es sincero consigo mismo.

No se sabe la edad que tenía al morir, ni la edad que suponía al ser recreado, por lo que tampoco puedo deducir cuantos problemas y semillas contra el mundo tenía para calcular su nivel de crueldad, y puedo pensar que se hizo como acabó por culpa de las piedras, además creo recordar que los homúnculos no tienen memorias de su vida pasada hasta después de un tiempo y éstas son remotas y difusas. Esto me hace pensar que al 'nacer', ellos son tan blancos como lo sería un bebé.

Espero que estas explicaciones excusen mi atrevimiento.