Un ángel enamorado

Capítulo 1: Vivir después de muerto

Aquel gris día de enero, Sakura se levantó muy tarde y se bañó, aunque realmente sentía ganas de morir.

Se vistió de negro y cerca de las 3 de la tarde, se fue al velorio de su ser amado. ¿Cómo era posible?... ¿Por qué?... Bueno... Ahora ya qué importaba. Había pasado y ya. No podía creerlo pero iba a tener que aceptarlo.

Al llegar al velatorio, sus amigos la abrazaron y ya no pudo contenerse más, las lágrimas salieron solas y no podía pararlas. Era tan doloroso todo eso...

Sakura... Lo siento mucho... –Dijo Naruto, mirándola con los ojos brillosos y llenos de lágrimas-

Gracias Naruto...

Fue hasta donde se encontraba el ataúd y lo vio. Se veía tan tranquilo, tan pacífico. Se veía completamente opuesto a lo que había sido en vida, no parecía el mismo Sasuke, pero era él... Sakura acarició la fría mejilla del cadáver y se largó a llorar. Le bajó la presión y se cayó de bruces al suelo. No podía parar de llorar y gritaba como loca. Naruto y Kakashi se acercaron hasta ella y la tomaron en brazos, tratando de calmarla. Se la llevaron afuera, para que tomara un poco de aire y se tranquilizara. Sakura, al salir, comenzó a temblar de frío, pero respiró hondo y se calmó lo más que pudo, aunque las lágrimas seguían saliendo de sus ojos contra su voluntad. Kakashi la abrazó. Ella lo abrazó también. Naruto miraba la escena mientras fumaba un cigarro apoyado contra la pared. Pero... Había otro observador. ¿Quién era?...

Sakura... –Murmuró el muchacho—

¿Qué?... ¿Quién dijo mi nombre?... –Dijo Sakura entre sollozos, mirando hacia todos lados—

Nadie. ¿Por qué lo preguntas?. –Preguntó Kakashi, mirándola con aire curioso—

Es que... –Miró hacia todos lados, no había nadie más que ellos tres ahí afuera— No fue nada...

¿Segura?

Sí...

Naruto exhaló el humo de su cigarro, lo apagó y volvieron a entrar. El único que se quedó afuera, fue él. Él... ¿Pero quién era "él"?... Era Sasuke...

Tristemente miró hacia la sala donde estaban velándolo. Había unas 10 personas... Nadie que le interesara demasiado. Estaban TenTen, Kakashi, Naruto, Sakura y algunas personas más del pueblo que ni siquiera conocía, pero parecían estar apenados... O bien habían ido para que no fueran solo 4 o 5 gatos locos en el velatorio y en el funeral. Todos fingían estar muy apenados, pero Sasuke sabía que en realidad no era así, o por lo menos, así lo creía él. Suspiró profundamente y cerró los ojos.

Sasuke, fue una estupidez venir a ver tu velatorio... –Se dijo a sí mismo—

¿Eso crees? –Preguntó un chico alto, rubio, de unos hermosísimos ojos azules—

Sí... –Sasuke lo miró— ¿Quién eres?

Tu guía.

¿Guía?... –Preguntó confundido—

Exactamente... Vamos a dar un pequeño paseo y te lo explicaré todo. –Puso sus manos en los bolsillos y comenzaron a caminar—

¿Y bien?... –Preguntó impaciente, Sasuke—

Mi nombre es Ichigo Konogawa. Yo seré tu guía durante algún tiempo, hasta que decidas qué hacer...

¿Qué hacer con qué? ¡¡Hola!! Estoy muerto...

Eso se puede cambiar... –Sasuke lo miró con su mejor cara de "estás loco" y siguió caminando—

Sí... Claro.

Sí... Es que, te lo explicaré... A ti te han asesinado... Fue una negligencia en realidad, tú no tenías que morir... El que estaba destinado a morir de los Uchiha era tu hermano, pero por algún estúpido error del secretario, escribió tu nombre y bueno... Te dio un leve ataque cardíaco. Entonces... Al ser una negligencia de nuestra parte, decidimos que te daríamos otra oportunidad. Yo te guiaré durante un tiempo para que veas lo que debas ver y para así poder decidir si quieres volver a vivir o no... ¿Entiendes?... Podemos hacer que revivas.

No entiendo... –Sasuke se quedó parado frente al río, pensando—

Te lo explicaré nuevamente. –Ichigo suspiró— Podemos hacer...

No no... Entendí lo de volver a la vida... Pero eso es imposible... No hay ninguna poción, hechizo, maniobra ni nada que pueda revivir a alguien de la muerte.

Te equivocas. Cuando son errores así, sí se puede. Son reglas...

Ya veo...

Ichigo habló un rato más con Sasuke sobre lo que harían durante los próximos tres meses. Sasuke aceptó a regañadientes la ayuda y guía "espiritual" de Ichigo. Cuando dijo que sí, finalmente se retiró. Iba a dejarlo solo un rato para que fuera a su funeral.

En el cementerio, el cajón ya cerrado estaba dentro del pozo de 3 metros. Sakura lloraba desconsoladamente entre los brazos de Kakashi. Naruto estaba fumando y TenTen tenía la mirada triste, estaba junto a Naruto. Los demás, todos tenían la mirada perdida y sus pensamientos eran todos distintos. A nadie de los presentes que no fueran TenTen, Kakashi, Naruto y Sakura, les interesaba realmente la muerte del Uchiha, solo estaban ahí porque se sentían obligados a ir.

Malditos infelices... –Murmuró Sasuke—

Cuando todo finalizó, todos se marcharon, excepto Sakura. Ella fue la única que quiso quedarse un rato más.

¿Estás segura de esto, Sakura?... –Preguntó Kakashi preocupado—

Sí... Puedo hacerlo...

Si necesitas algo, sabes que puedes contar con nosotros. –Naruto la abrazó—

Gracias Naru... Hasta luego...

Los tres se despidieron y los dos hombres se marcharon, dejándola sola frente a una tumba que poco a poco se cubría de una fina capa de nieve. Los árboles eran mecidos por el frío viento de invierno y cada vez nevaba con más intensidad. Sakura estaba allí, parada frente a la tumba del único hombre que había amado toda su vida, desde que tenía uso de razón. Había disfrutado tan poco... Luchó tantos años por derretir esa dura armazón de hielo que cubría el corazón de Sasuke, y cuando por fin lo había logrado, lo asesinaban. Era tan... Injusto.

De repente, Sakura sintió un escalofrío y una fría mano que se apoyaba en su hombro. Se dio vuelta, pero no había nadie allí... Nadie excepto ella y el espectro de Sasuke, que la estaba "tocando" por así decirlo... Sakura volvió su vista nuevamente a la tumba, y después de secarse las lágrimas, depositó una carta entre los montones de flores que había sobre la tierra húmeda.

Adiós Sasuke... Te amo... –Suspiró profundamente y comenzó a caminar despacio y sin ganas hacia la salida del cementerio—

¡Sakura!... –Sasuke la llamó. Ésta escuchó su nombre y miró hacia atrás... Esa voz... Pero no había nadie, así que continuó caminando, hasta salir del cementerio— Me escuchó... –Dijo Sasuke mirándola—

Claro que te escuchó, bobo. –Dijo Ichigo—

¿Qué haces aquí?

Te salvo de que cometas alguna estupidez... No puedes hablar con ella...

¿Por qué no?... Me escucha, la escucho, podemos hablas.

Poder, puedes, deber, no debes.

¿Por qué?

Leyes de la naturaleza y la muerte... Si ella sabe que estás presente en algún modo posible, puede volverse loca... Y tú perderías tu oportunidad de volver a vivir.

Entiendo...

Sasuke miró su tumba... Tantas flores... Tantos rosarios... Todos sobre una bellísima cruz de mármol negro que se levantaba imponente frente a su tumba. Dirigió su mirada a la carta... ¡La carta! ¿Qué diría?... Se agachó y la tomó entre sus frías y muertas manos. Rompió el sobre y la leyó...

Es tan... –Murmuró Sasuke—

Meloso... ¡Qué horror! ¿Tú salías con esa chica?... De verdad está loca ya la pobre...

Ya cállate. –Sasuke lo miró fulminantemente— Es muy dulce...

¿Tú crees?... Bien...

Sasuke volvió a meter la carta en el maltrecho sobre y la guardó en su bolsillo. Luego, se fue con Ichigo.