Hola Naruko vuelve para despedir a esta historia, ahora sí, definitivamente a tocado su fin. Ha sido más de medio año escribiéndola casi todas las semanas, y me siento realmente feliz de haber podido compartir mis locuras con vosotras/os xD pido disculpas si traumé a alguien con mis desvaríos :P

He intentado aclarar en este último capítulo todo lo que me había dejado pendiente por toda la historia pero… uff son tantas cosas xD que bueno, yo lo he intentado. Entre otras cosas el trío Itachi, Sasuke y Naruto… que bueno, espero que me perdonen.

Miles de millones de gracias a todas/os las que me han animado a escribir, se los agradezco de corazón, me ayudaron mucho cuando mi animo caía en picado. Y sobretodo por darle una oportunidad al fic y terminar de leerlo. Besos de aquí a la aldea oculta de la Hoja, esté donde esté esa maravillosa villa.

oO oO oO Oo Oo Oo

Epílogo. Una vida juntos.

Habían pasado dos meses desde que lograron derrotar a los Akatsukis y recuperar a su hija, dos agradables y tranquilos meses. Afortunadamente tras el suceso, todo volvió a la normalidad en la aldea oculta de la Hoja.

Sasuke de nuevo volvía a realizar misiones ninjas como su condición jounin indicaba. Pero no aquellas que le hacían estar mucho tiempo ni espacio lejos de su familia, no por ahora. Aún no se fiaba el dejarlos solos ni una sola noche. Así se lo explicó a Tsunade, que no tuvo más remedio que aceptar. Entre la alternativa de tener a uno de los mejores ninjas en plantilla o dejar que se retirara de las misiones, eligió la primera. Fuera con las condiciones que fueran.

Naruto seguía entrenando en el tiempo libre que le dejaban los cuidados de su pequeña hija, según él estaba perdiendo la figura y por su carácter impulsivo no podía estarse quieto por mucho tiempo. Además, el día menos pensado quería retomar su condición ninja y mientras eso llegaba a su fin no quería oxidarse como solía argumentar.

Itachi recién salía totalmente curado del hospital y libre de toda pena de reinserción social impuesta por la Hokage. Al arriesgar su vida por Konoha se había ganado con creces readmitirlo como uno más en al aldea, bueno, como cualquiera no, ahora ocupaba de nuevo su antiguo puesto como capitán del anbu.

Y en ese momento los tres se encontraban en la gran puerta de entrada a Konoha, envueltos por un incomodo silencio que cada vez se hacía más y más tenso. Y es que en situaciones como esa ninguno sabía bien que decir ¿Qué os valla bien? ¿Venir cuando queráis? ¿Podéis contar con nosotros para lo que sea? La despedida de seres queridos nunca había sido una situación fácil de sobrellevar.

Gaara y Sai eran los que se marchaban junto con sus dos bebes protegidos en unas mantas a la espalda de cada uno. Según el kazekage ya habían abusado lo suficiente de la hospitalidad de la familia Uchiha y tras una animada charla ambos habían decidido ir a vivir a Suna. Las funciones de Gaara como el cargo superior de la arena no podían retrasarse más en comenzar a ejercerse.

De ahí ese incomodo silencio en el grupo a la hora de la despedida. Visto que ninguno ponía especial atención en comenzar la conversación decidió hacerlo él, Gaara se disculpaba ante Naruto.

-Queremos pediros disculpas por todas las molestias que os hemos causado… - lo miraba consternado.- Hubiera sido mejor hospedarnos en un hostal hasta que pudiéramos volver a Suna.

-¡Bah! Tonterías, no a sido ninguna molestia, podéis volver cuando queráis y el tiempo que queráis, las puertas de la mansión Uchiha siempre os recibirán abiertas… ¿A que sí Sasuke? – preguntaba desviando la atención hacia la derecha donde se encontraba su koi haciéndose el que no sabe, evadiéndole la mirada, no había mejor sordo que el que no quería oír.

-Mhhg – un pequeño gruñido de disconformidad se le escapó.

-He dicho… – volvió a preguntar pero esta vez con un tono de imposición y una de sus manos cogiéndolo literalmente por huevos fuertemente. - ¡A que sí Sasuke!!... - Ante el dolor el moreno comenzó a mover frenético la cabeza afirmativamente mientras se llevaba las dos manos a su entrepierna intentando aflojar el doloroso agarre de su novio.- Así me gusta, que siempre coincidamos en todo – con una sonrisa de oreja a oreja decidió soltarlo para que pudiera respirar. – Lo dicho, espero que volváis pronto por aquí, se os va a echar de menos…

-Bueno… si me lo pides así, por ti sería capaz de quedarme – ronroneó Sai seductor haciendo amago de acercarse al rubio. Pero las partículas de arena rodeando su cuello peligrosamente le hizo desistir y suspirar en un lamento - pero va a ser que no…

-Te digo una cosa… yo te debo de querer un huevo o algo… porque no me explico que hago saliendo contigo… – incriminaba Gaara un tanto celoso.

-No lo puedo evitar, es por culpa del gen Uchiha… - se justificaba - todavía no se me pasan los efectos de la sangre de Itachi.

El aludido sonreía divertido moviéndose con cuidado de un lado para otro con su sobrina en brazos – No justifiques tu perversión ante un gen. Los pervertidos seguirán siendo pervertidos hasta el fin de sus días y sus hijos lo heredarán…

-No por dios…. – se alarmaba el pelirrojo – espero que por lo menos en eso me salgan a mi… sino me los veo castrados antes de que puedan inseminar a la humanidad…

-¡Ehhh! Mira quien habla, como si tu no fueras un pervertido… - incriminaba Sai mirando a su novio. – ¿Acaso quieres que te recuerde lo de la otra nochecita? Tú, yo y un vibrador en mano… mientras me lamías en…

-¡Calla!!! – le tapaba la boca abochornado.

-Déjalo Gaara, le estas cortando su libre expresión, que lo cuente, que lo cuente – una sonrisa impúdica adornaba los labios de Itachi.

Sasuke y Naruto tan solo agachaban la cabeza con un suspiro. No comprendían como hasta una despedida acababa tocando al tema sexual.

El ruido de maleza revolviéndose a sus espaldas detuvo la conversación y centró toda la atención de los sibonis. Y no era para menos. Un bulto peludo, marrón, de cuatro patas y dos graciosos cuernos sobre su cabeza aparecía ante ellos. La tan conocida cabra que ya acostumbraba a entrar en sus vidas sin premeditación salía de un arbusto cruzándose en su camino.

La boca de Gaara quedó abierta de la impresión casi rozando el suelo, petrificado al instante por la escena, no por el animal, ya había superado ese trauma, sino por lo que venía detrás de ella. Dos pequeñas cabritas marrones que parecían ser sus crías.

En facciones de segundo toda la atención se centró en Itachi que se puso a la defensiva siendo acribillado por cuatro miradas inquisidoras que no dudaban en atribuirle los hechos, había dejado preñada a la cabra, aunque ninguno lo dijera en voz alta. Una gran vena palpitante apareció sobre su tersa frente al comprender por donde andarían los pensamientos de todos mirándolo fijamente con aprensión en sus rostros.

-Yo no he sido… - apresuró a esclarecer. Pero parecía que ninguno le creía. Claro, después de mantener relaciones incestuosas con el animal, a ver quien se tragaba que las cabritas no eran de una noche desenfrenada con Itachi.

-Claro, así también renazco yo un clan… a base de cabras… - acusaba Sai.

-Ahora dirá que él no quería, pero la cabra insistió tanto… - incriminaba el rubio.

-Responsabilízate de lo que has hecho, ponles tu apellido a las cabras… - indicaba el pelirrojo.

-Que bajo has caído Nii-san…

-¡Que yo no he sido!! ¡Lo digo en serio!! – se defendía el aludido - Mirarles a los ojos… las cabras no tienen Sharingan…

Y por una vez se lo tuvieron que creer, no por sus palabras, justificación, o que las cabras realmente no tuvieran Sharingan en los ojos, sino por la cabra macho que apareció segundos después tras la ya conocida. Era su compañero sentimental.

-Lo veis… - encrespó indignado por que no le hubieran creído.

Miles de gotitas resbalaron por las cabezas de los sinobis unidas a varios suspiros de alivio. La idea de que el clan renaciera en animales daba bastante miedo.

Gaara carraspeó un poco para disolver la tensión que se había vuelto a formar en el ambiente -Mejor nos vamos ya…

-Que tengáis un buen viaje, y no olvidéis venir a visitarnos… - recordaba el rubio.

-Eso esta hecho – finalizó Sai con una sincera sonrisa.

Tras volver a despedirse de sus compañeros y de la pequeña Naoko emprendieron camino hacia donde sería su hogar por muchos años. En el fondo les daba pena alejarse de sus amigos, pero cada uno debía retomar sus vidas.

Cuando perdieron de vista a sus compañeros en el horizonte comenzaron a caminar ellos también hacia su casa un tanto apenados. Debían reconocer que se echaría de menos no escuchar sus voces de buena mañana discutiendo, el cambio de pañales para tres, desayunos, comidas y cenas para cuatro o sus efusivos jadeos nocturnos de contactos carnales. Realmente se les iba a echar de menos.

Pero durante esa lenta caminata en silencio, la atención de uno de ellos se desvió hacia otra persona a su alrededor caminando por la villa. Itachi se detuvo en seco con un brillo liviano despertando en sus pupilas carmesíes. Sakura pasaba cerca con varias bolsas de plantas medicinales entre sus manos.

-¿Qué ocurre? – la pareja se detuvo al repentino comportamiento del mayor. Pero tras descubrir que era lo que Itachi miraba con especial atención lo comprendieron.

Para ser exactos ya lo sabían desde hace mucho, justo cuando algo comenzó a surgir entre ellos en los días en que Sakura, ninja médica especialista, se encargó de tratar las graves heridas que le provocó la batalla al mayor de los Uchihas. Muchos decían que el roce hace el cariño, aunque no se lo esperaban venir de Itachi, ya que siempre habían pensado que era un homosexual declarado, pero resultaba ser… que le iba tanto la carne como el pescado, en otras palabras, su condición era bisexual.

-Sasuke, coge a la niña… - le indicó traspasando a la pequeña de brazos – he recordado que tengo algo importante que hacer… - y sin más desapareció siguiendo los pasos de la joven.

Los dos chicos se quedaron algo confusos ante la reacción.

-Todavía no me creo que Sakura-chan esté interesada en tu hermano y viceversa…

-Qué más da… - resoplaba Sasuke – como si quiere volver con la cabra… con tal de que se olvide del trío…

-Sí, tienes razón… aunque no será porque no nos lo ha recordado incontables veces durante las visitas que le hicimos al hospital… - Naruto se aclaró la garganta intentando poner el tono de voz de Itachi mientras entrecerraba sus ojos imitando su expresión indecente – Ototo-kun, Naruto-kun… prepararos, porque el día que salga de aquí os la meto y os la saco hasta que la niña pida tabaco…

Un vistoso escalofrío recorrió por entero el cuerpo de Sasuke, notando como el estomago se le revolvía al recordar la sarta de frases degeneradas que les decía que iba a hacer con ellos dos y una espumadera en mano… ¿Una espumadera? Se había tirado semanas intentando eliminar ese pensamiento de su mente y las distintas cosas que podía hacer con ese objeto. Un poco de espuma comenzó a asomar por su boca asqueado.

-Y no creáis que se me ha olvidado vuestra deuda…- ronroneó Itachi por la espalda a sus oídos con una voz extremadamente sensual. ¿Pero no se había ido tras Sakura?

Ambos dieron un brinco del susto. No habían notado su presencia a la espalda. Giraron con tensión en el cuello hacia él, no pudiendo ocultar su congoja.

-Esta noche… - indicaba con las pupilas totalmente dilatadas por la excitación – Espero que no gastéis vuestras fuerzas porque me bajaré la bragueta para que saludéis al semental…. y en un momento de arrebato me la saco y os remato… os lo haría ahora mismo, pero me he hecho cuatro esta mañana…. y ando en reservas de soldaditos. Pero esta noche…. – profundizó la voz ronca - Esta noche no os salváis del repaso, juro que no os vais a poder sentar en años.

Acto seguido alargó las dos manos hasta atrapar los traseros de ambos chicos, apretando con deleite esas nalgas firmes y duras que tanto le calentaban, dejando escapar entre dientes un rugido de lo más tentador.

Fue la gota que colmó el vaso. La cara de Naruto se desencajó en una mueca de horror y perdió el color de su cuerpo, ya era raro que su tono moreno se convirtiera en pálido, pero el peor parado era Sasuke que estaba verde del asco y arrojando el desayuno por la boca en un rincón.

Con una de sus sonrisas más obscenas, Itachi se alejó hasta alcanzar a Sakura, que le esperaba en mitad de la calle.

-Se… será mejor que volvamos a casa… y la reformemos hasta convertirla en un bunquer anti Itachis… -dijo el rubio intentando recomponerse el hígado.

-De eso nada – murmuró ido de mente tras recuperarse – Yo me voy con Gaara y Sai a Suna… a la cueva de Akatsuki o al final del mundo con tal de no ver más a mi hermano…

oO oO oO Oo Oo Oo

Varios meses después de aquella vivencia que les llevó a pagar un precio desorbitado de psicólogos para borrar el trauma y las pesadillas, la rutina se instaló en sus vidas.

Recibieron una carta de Suna. La había escrito Sai contándoles que todo por ahí iba bien. Bueno, bien dentro de lo que cabía. En los primeros meses no había visto mucho a Gaara por su trabajo acumulado, de hecho, una vez fue a buscarlo a su despacho y lo encontró aplastado por una gigantesca columna de papeles a revisar. Se llevó el susto de su vida, pensaba que se había muerto y con el subidon emocional se lo tiró allí mismo, por lo menos que se llevara algo bueno al otro mundo. Al poco, cuando Gaara despertó de la inconsciencia se alegró tanto de que estuviera bien que se lo volvió a tirar en ese mismo suelo. Había que festejar su resurrección.

Los mellizos Saito y Kei cada vez crecían más guapos y más fuertes. Aunque cuidar a dos bebés les traía mucha faena, sobretodo cuando se ponían a llorar y no entendían por qué. Hasta llegar a encontrar alguna cosa que les entretuvieran del llanto pasaron muchas noches en vela.

Pero dentro de las extravagancias descubrieron que Kei se quedaba absorto con el televisor cuando le ponían un capítulo de Gravitation y sus ojos dentelleaban al ver a Yuki. Sin embargo a su hermano mayor, Saito, lo entretenías dejándolo completamente desnudo, ya que se podía pasar horas y horas mirándose y tocándose la entrepierna. Sai solía decir que de mayor saldría doctor, en concreto en la rama de urología. Pero Gaara no estaba tan convencido, más bien le daba la impresión de que había salido pervertido en potencia.

Muchos habían sido los rezos del pelirrojo porque en carácter sus bebés hubieran salido a él, pero no, como una vez les dijo Itachi, un pervertido será por siempre un pervertido y tus hijos lo heredarán. Si ahora constaban de cuatro meses y ya eran así, no quería imaginarse cuando cumplieran la mayoría de edad.

Pero en definitiva su vida en Suna les iba bien y eso era lo importante. Naruto les reportó otra carta contándole que ellos también disfrutaban de tranquilidad y bienestar y hasta alguna pequeña anécdota sobre Naoko que ya constaba de ocho meses y sus primeras palabras comenzaban a florecer tras esa dulce voz angelical….

Diez de la noche, residencia Uchiha.

-Sasukeeeee, ven corre, corre, Naoko ha dicho su primera palabra… - gritaba ilusionado Naruto sin apartarse de la niña.

El moreno salía del baño en ese preciso momento con una toalla anudada a la cintura que poco dejaba a la imaginación. Pero ese no era el centro de atención sino su pequeña hija.

-¿Qué a dicho? – se acercaba a ellos expectante.

-Dilo otra vez Naoko-chan…

Tras unos segundos la pequeña lo volvió a pronunciar…

-Mami…

Los brillantes ojos azules de Naruto hacía chiribitas de la ilusión – A dicho mami… ¿No es adorable?

Pero lejos de entusiasmarse, a Sasuke más bien le caía una gota por la sien…

-Sería formidable que dijera mama si alguno de los dos fuera mujer… - aclaró – Lo normal es que su primera palabra hubiera sido papá…pero claro, te compara con una madre, por eso te llama así…

La cara de ilusión se esfumó. Sasuke tenía razón, la primera palabra debía haber sido papá y no mamá…

Arrugó el entrecejo comprendiendo la situación. No podía dejar que su hija le viera como una persona femenina, como una madre. Debía cambiar esa impresión que tenía su hija de él, cuanto más tarde sería peor.

-Mami no… - Naruto negaba con la cabeza en dirección a su hija – Y soy papá… repite conmigo Naoko-chan… pa-pa…

Pero la niña parecía no entender… - Mami… - repitió con su dulce vocecita.

-¡Arggg!! ¡Mama no!! Tienes que decir papa… PA-PA… - insistía el rubio.

-Jajaja, dobe no lo intentes, la niña te llama según su sentido de la percepción, y como yo soy más masculino asocia que tú eres la madre y yo el padre… ¿A que sí Naoko? – le hacía carantoñas cerca de su cara – Dile a mama Naruto quién es el papa aquí… repite conmigo… Sasuke papa… Pa-pa…

Tras varios segundos en que la niña parecía más confundida que Jiraiya en una manifestación de orgullo gay, respondió inocente - … Uke…

Un alarmante tic nervioso se formó en su ojo derecho y la palpitante vena de su frente comenzó a latir con fuerza – Uke no… yo soy papa seme… Sasuke-seme…. – aclaraba molesto.

-Uke… - volvió a repetir de nuevo la niña.

-¡Arrrggg!! Esta niña no sabe lo que dice…

Molesto por el concepto que tenía su hija de él cogió a Naruto y lo tumbó de un movimiento a cuatro patas sobre la cama de matrimonio, agarrándolo de las caderas con el trasero bien alzado en posición erótico festiva. Le dio varios golpecitos por detrás con la entrepierna simulando una penetración – Papa seme… SE-ME….

Pero su hija parecía no querer entenderlo puesto que sus ojos negros destellaban un brillo liviano y no paraba de aplaudir con la baba colgando ante los gestos lascivos de sus padres.

-Jajaja… ¿No decías que la niña llamaba por su sentido de la percepción?... SasUKE – Naruto se descojonaba de la risa palmeando con una mano la cama.

-¡Urusai dobe!! – y visiblemente con un mosqueo de narices, Sasuke se fue a ponerse el pijama.

Limpiándose las lagrimillas de risa que le habían despertado la situación, Naruto se incorporó y cogió a Naoko entre sus brazos. Tumbándose posteriormente en la cama de matrimonio boca arriba con la pequeña sobre su pecho desnudo, arropada en su regazo – Y ahora a dormir… - le susurró calidamente besándole la frente.

Al poco regresaba Sasuke vistiendo como pijama tan solo unos ajustados boxers negros. Apagó las luces de dormitorio y se recostó a su lado. Ambos sabían que ninguno dormía y los largos minutos de silencio hicieron que al moreno le entrara la curiosidad.

-¿En qué piensas?

Naruto lo contemplo en la oscuridad durante unos segundos hasta desviar la mirada hacia su pecho donde dormía Naoko tranquilamente – En nada… - respondió en un tono desconcertante.

-Vamos dímelo… se que algo ronda en esa cabecita dorada – Sasuke se acercó más a él hasta apoyar la cabeza en la de su novio desplazando una mano sobre los cabellos rubios de su hija, acariciándolos con ternura.

-Estaba pensando… - hizo una pausa. Lo que rondaba por la cabeza era una tontería y le daba hasta vergüenza contarla. Pero sabía que una vez comenzada la conversación su novio haría lo que fuera necesario hasta que se lo contara todo – Estaba pensando en lo divertida que es esta situación.

-¿Nh?

-Me refiero a estar los tres en la cama. Tú, yo y Naoko-chan. – Sasuke lo miró como diciendo ¿qué tiene esto de gracioso? – Tal vez ya no lo recuerdes pero… todo esto comenzó también en una cama con tres personas.

-Como olvidarlo… hubiera sido perfecto si Sai no hubiera estado allí - arrugó el entrecejo molesto al recordar como el anbu se atrevió besar a su novio e intentó ponerlo a cuatro patas a él.

-Ahora, casi un año después, las consecuencias de aquella noche han derivado en esto…

Sasuke no supo como tomarse las palabras y lo miró interrogante - ¿Te arrepientes?

-No digas tonterías, claro que no… - se molestó por la pregunta – Esto es lo mejor que me a podido pasar en la vida… - acarició la mano de Sasuke sobre los cabellos de la niña– Es lo que siempre desee… tener una familia junto a ti.

Sasuke entrelazó la mano que tenía debajo de la de Naruto y la apretó en un contacto de mutuo sentimiento. Él también había deseado febrilmente rehacer aquella familia que un día perdió. Pero ahora, al lado de Naruto y de su linda hija, sus sueños se habían hecho realidad.

Inclinó un poco la cabeza hasta cazar los labios del rubio, en un dulce beso – Te quiero… - susurró a milímetros de sus labios. No eran muchas las veces en las que él daba el primer paso a pronunciar algo que de sobra se conocía, pero tan solo por ver la radiante sonrisa que le dedicaba el kitsune tras esas palabras sería capaz de gritarlas al mundo todos los días de su vida. Él era su mundo, su vida, su felicidad. Rozaba la locura, pero no lo era, tan solo algo que se llama querer y le pertenecía, un sentimiento que le domina y le hacía vibrar en cara beso, a cada caricia, a cada mirada, a cada palabra.

Pasó un brazo por los hombros de Naruto y este se apoyó en su hombro moviendo a la pequeña para que quedara en una buena posición entre ellos dos. Así, en calma y en silencio el sueño comenzó a invadirles. Hasta que el rubio ronroneó medio dormido.

-Sasuke…

-¿Nh?

-Yo también te quiero.- susurró.

Sasuke sonrió de medio lado satisfecho por completo en la vida. Le besó suavemente sobre el cabello dorado y cerró los ojos, apretando un poco el brazo que envolvían el amor de su vida, acariciando con la otra mano la retoña sobre su pecho. Oyendo esas palabras que salían con ternura, sintiendo las caricias que regalaban sus manos generosas, amándolo como nadie lo amaría jamás… sintiendo que sería por siempre feliz… plenamente feliz.

oO oO oO Oo Oo Oo

N/A: Ahora sí tengo que decirlo…, el fic se ha acabado. He querido terminarlo más o menos igual que comenzó, con un trío sobre la cama. Solo que las circunstancias ya no son las mismas, pero si las consecuencias de aquél día en sus vidas. Una familia.

Que me perdonen todas aquellas que querían un trío ItaSasuNaru, no he visto oportuno contarlo aquí, ¡Sumimasen!!! Quería aclarar y cerrar todo lo que tenía pendiente. Finalizar el fic con un lemon que no fuera una de las parejas principales como SasuNaru o SaiGaara me parecía algo fuera de lugar. Quizás algún día lo escriba como un bonus especial o una ova independiente a la historia, que no lo descarto, pero por ahora me retiraré un tiempo.

Agradecería que me dejaran un último comentario de resumen, si algo de mi escritura no ha gustado o cosas a mejorar, de los errores se aprende y ante todo quiero seguir mejorando. Y nada más, espero que hayan disfrutado de la lectura tanto como yo de la escritura y ojala tengamos ocasión de coincidir en otro fic. Gracias a todas/os. Besos Naruko.