Disclaimer: Ningún personaje de HP me pertenece, todos son de JK. Rowling, que aunque destruyó mi ilusión de ver plasmado en sus libros la pareja Harry y Hermione, la admiro.
Capitulo 22: El último brillo de una estrella – El final del sueño.
"Conspiración V", en el momento que aquella frase salió de los labios del príncipe Harry, un silencio sepulcral se hizo presente en aquel salón, la mirada de más de uno de los miembros de la corte cambió de arrogante a espantada, sintieron como la sangre se les helaba y la voz no les salía, el príncipe Harry observó por unos minutos a cada uno de los miembros y una leve sonrisa apareció en su rostro, pero sus ojos color esmeralda taladraban con ira al principal autor de sus desgracias, miraba con ira contenida a Lord Snape que a diferencia de los demás no mostraba ninguna expresión aunque internamente estaba maquinando como salir de eso, matar al príncipe y que pareciera un triste accidente era una buena opción, aunque también tuviera que matar a los entrometidos de Black y Lupin, realmente se estaba arrepintiendo en no haberlos mandado asesinar cuando tuvo tanto tiempo, estaba cien por ciento seguro que ellos habían averiguado todo sin que nadie de la conspiración se diera cuenta.
- Y bien Lord Snape, ¿tiene algo que decirme? – preguntó Harry mirando al susodicho.
Lord Snape sonrió con arrogancia y mirando al príncipe respondió.
- Realmente no sé de lo que estás hablando mocoso – contestó cínicamente.
Harry ya no pudo aguantar más el rencor e ira que estaba sintiendo desde que se enteró quienes fueron los autores de el plan para matar a sus padres, y por ello se puso de pie y golpeando la mesa con un puño gritó.
- ¡Que no sabe de lo que estoy hablando, ustedes son los culpables de la muerte de mis padres y van a pagar lo que hicieron!
- Harry tranquilízate – trató de calmar Remus.
- Si mocoso cálmate – añadió con burla Lord Snape.
- ¡Habla con más respeto al príncipe, Snape! – exclamó Sirius.
Los miembros de la corte no sabían que es lo que estaba tramando Lord Snape, pero igual lo apoyarían si es que así podían evitar que el príncipe Harry tomara represarías por todo lo que habían hecho.
- Sinceramente no sé de que nos estás acusando mocoso, desde siempre supe que no eras alguien muy inteligente, pero con un simple folder lleno de papeles que tú y este par de ineptos llaman pruebas no van a poder probar nada – dijo Snape con su sonrisa sarcástica.
Harry quien ya estaba al borde de su paciencia, trató de calmarse y antes de seguir hablando cerró los ojos recordando todo lo que sus padres le había contado sobre el plan que la corte y Lord Snape planearon para matarlos.
Una mujer muy bonita de cabello rojo y unos impresionantes ojos verdes color esmeralda se encontraba sentada en el interior de una sala privada que el aeropuerto de Washington (Usa) tenía, su esposo estaba frente a ella y se encontraba hablando con en el embajador del Reino Unido en ese país.
- Su alteza fue un gusto haberlo tenido aquí, su presencia en la asamblea con los altos mandos de la casa blanca resultó acertada para estrechar más los lazos con el Reino Unido.
- Bill, ya te he dicho que me llames James, nos conocemos desde que tengo uso de razón y somos amigos ¿verdad?
- Por supuesto que somos amigos, alteza – respondió aquel hombre de cabello marrón claro y ojos azules, con una sonrisa un poco extraña en el rostro.
- Lily querida, tú eres testigo de que soy yo quien siempre le pide que me llame por mi nombre y es él que se rehúsa hacerlo, ahora así Sirius no me va a estar molestando con que yo soy el que quiere ser llamado "alteza"
- Está bien, yo le diré a Sirius que tú quieres que Bill te llame por tú nombre, no te preocupes – contestó Lily Potter sonriendo a su esposo con ternura.
- Mi estimada reina, también fue un placer tenerla aquí, su belleza, amabilidad, inteligencia y sencillez agradó a todos, espero poder verla nuevamente aquí y que puedan traer al príncipe, desde que es un bebe no tengo el honor de verlo.
Lily y James asintieron y antes de que dijeran algo más el jefe de la seguridad del aeropuerto junto a dos integrantes de la seguridad real ingresaron a la sala informando que el jet de la familia real estaba listo y que ya era hora de abordar.
- Bien Bill, llegó la hora de despedirnos – dándole la mano – espero que pronto nos puedas visitar.
- Por supuesto que sí.
- Bill, cuídate mucho y ten por seguro que Harry recibirá el regalo que le estás enviando – añadió Lily brindándole una bonita sonrisa.
- Si estoy seguro que le llegará – sonriendo – Muy seguro.
Dicho esto ambos salieron de aquella sala escoltados por la guardia real y policías de Estados Unidos, hacia el jet de la familia real.
- Ellos ya están a bordo – habló Bill por su celular – Todo está listo, yo cumplí con mi parte ahora es el turno de ustedes
Dicho esto el embajador sonrió con malicia viendo por el ventanal del aeropuerto como el rey y la reina subían felices al avión.
- Por supuesto que somos amigos, James – susurró para si mismo – Recibirás de mi parte un gran adorno fúnebre.
Sin más el embajador junto a su escolta se retiraban del aeropuerto donde el avión de la familia real se elevaba rumbo a Inglaterra.
Mientras tanto en una embarcación un hombre con expresión preocupada, ordenaba a diestra y siniestra que se apresuraran.
- Maldita sea, Charles aún el avión está en el aire ¿verdad?
- Así es Sirius, aún está en el aire, el rumbo no ha cambiado nada – mirando una pantalla con un radar – No te preocupes mi embarcación está yendo lo más rápido posible, no los vamos a perder, los vamos a salvar.
Sirius Black tan solo asintió, se sentía bastante mareado, pero confiaba que llegarían a tiempo y que James, su mejor amigo hubiera encendido su celular y que recibiría su mensaje antes de que aquel plan que fraguaron contra ellos se llevara acabo.
- James, Lily – susurró asustado – No pueden morir, no pueden.
El conde se acercó hacia el radar y vio que el avión aún seguía su curso normal, se maldijo internamente por no haber leído con premura aquel sobre que le llegó hace dos días, si tan solo hubiera tomado más en serio sus obligaciones y hubiera visto que el remitente de dicho sobre era su fallecido amigo Amos Diggory, habría evitado que sus dos mejores amigos estuvieran abordo de ese maldito avión.
- Maldito seas Snape, pagarás por esto – se dijo así mismo.
Recordó que al abrir el sobre hace unas horas pensó que era una broma de mal gusto, ya que Amos Diggory estaba muerto desde hacia tres meses, pero al ver el contenido de aquellos papeles y aquella carta en la cuál su amigo le decía que se había asegurado de que si algo le pasaba, una copia de toda la información que había recopilado en su última investigación a la corte que estaba liderada por Lord Snape, le llegaría. Los papeles originales estaban en su casa y solo su único hijo, Cedric Diggory podría abrir aquella caja fuerte en la cuál todo estaba guardado, ya que la clave era una combinación de números que solo su pequeño hijo sabía.
En los papeles daba a conocer el plan que había sido ideado, el embajador del Reino Unido en Estados Unidos, convocaría a los Reyes para que asistan a la asamblea con los altos mandos de la casa Blanca y cuando estuvieran regresando a Inglaterra el avión real sería estrellado en el mar para que así los soberanos murieran.
En resumen era todo lo que recordaba Sirius en esos momentos, su corazón se comprimió cuando la luz que indicaba que el avión aún estaba en curso desapareció del radar y una explosión cerca de donde la embarcación había estado siguiendo al avión se dejaba escuchar.
Sirius salió corriendo y lo primero que pudo hacer fue gritar.
- ¡James!
&&& Minutos antes dentro del avión de la familia real &&&
- Vamos a llegar justo cuando el sol este filtrándose en la ventana de mi pequeño Harry – comentó Lily a su esposo que la miraba sonriendo.
- Si, espero que le guste los regalos que le estamos llevando, ya me lo imagino feliz enseñándonos como juega con cada uno de ellos – sonriendo con ternura – Amo tanto a mi hijo, gracias mi querida Lily por darme un hijo como Harry.
Lily tan solo le sonrió y le dio un pequeño beso en la mejilla.
- Sabes desde hace unos minutos no escucho a la azafata – comentó Lily – Voy a ir a ver que hace, quizás la pueda ayudar.
James tan solo asintió y vio como su esposa se ponía de pie de su asiento y salía por la puerta que conectaba con el pasillo del jet.
- Estás tan ansiosa por ver a Harry que buscas distraerte, mi querida Lily – se dijo para si mismo.
Él miró para la ventana y lo único que vio fueron nubes, durante un momento se quedó viendo al vacío, hasta que recordó algo.
- Es cierto llamaré a Sirius y a Remus para levantarlos, allá deben ser las tres de la mañana aún.
Con una sonrisa juguetona rebuscó en su saco su celular y cuando ya estaba por llamar a Lily para preguntarle si lo había visto, lo encontró en el bolsillo interno de su abrigo.
- OH, no me había percatado que estaba apagado – encendiéndolo – Ya está, ahora sí - sonriendo – ¡A despertarse amigos!
James estaba por buscar el número de Sirius, cuando vio que en su pantalla aparecía un aviso de mensaje de voz, con curiosidad marco el número del buzón de voz y luego de colocar su clave, la contestadota le decía: "Usted tiene 20 mensajes"
- Vaya, ¿quien será? – se preguntó, escuchando como la contestadota decía: "Primer Mensaje de voz".
"¡Por un demonio James, cuantas veces tengo que decirte que mantengas tú celular encendido, acaso no sabes que hay cosas urgentes que pueden suceder, realmente te pasas, pero como eres como mi hermano te lo perdono y…!"
- Sirius – rió James – Te llamaré entonces.
Él estaba por cortar el mensaje y llamar a su amigo, pero una frase y la voz preocupada de su mejor amigo lo detuvieron.
"¡…James, por favor no subas a ese avión, no subas, no es una broma, Lily y tú deben…!"
El mensaje se cortó y James pensó que era una broma, pero el segundo mensaje le confirmó que no era así.
"¡… Por favor James, no suban, hay una conspiración, quieren matarlos, van a estrellar el avión en el mar, se que aún faltan muchas horas para que aborden pero confío que tú encenderás ese puto celular que tienes dentro de unos momentos, ¿verdad que sí?, te llamo dentro de media hora!
El rostro de James perdió todo el color que tenía, y cuando escuchó el tercer mensaje fue peor.
"¡Por un carajo James, tienes que encender ese celular, hermano no tengo otra manera de comunicarme contigo, he llamado a la embajada y me dijeron que no estaban, Lily tampoco ha llevado su celular lo ha dejado en el palacio, James no suban, yo estoy yendo para allá, dentro de unas dos horas estaré llegando, No suban entiendes!
Así los mensajes fueron agravándose hasta que James escuchó el último.
"¡Demonios y mil demonios, James, Lily, cuando los vea…!"
La voz de Sirius se había quebrado.
"Se que subieron, pero no se preocupen yo los voy a salvar, así estén a miles de pies del suelo yo los voy a salvar, James tienen que ver la manera de salir de ese avión, debe de haber paracaídas o lo que sea, pero tienen que salir de ahí, James, Lily, por favor, hermano no los puedo perder, Harry, Harry estará en peligro…yo los salvaré…lo haré."
Aquel fue el último mensaje y James soltó su celular, sin más salió de ahí y buscó a Lily.
- Lily, ¡Lily donde estás! – exclamó desesperado.
James buscó en la pequeña cocina que había en el jet pero no encontró a su esposa, desesperado buscó en cada lugar del avión, pero ella no estaba, hasta que escuchó un sollozo en la cabina de mando del avión. Sin miramientos abrió la puerta y se quedó de piedra al ver la escena.
- OH, vaya hasta que su alteza hace su aparición.
La azafata del avión estaba apuntando con un arma a Lily, quien estaba sollozando, miró hacia el piloto pero vio que este tenía un disparo en la sien.
- ¡Aléjate de mi esposa!
Aquella mujer lo miró con desdén y sin dejar de apuntar a Lily le dijo:
- ¡Tú no estás en condiciones de dar ordenes, así que colócate junto a ella! – viendo que él la desafiaba - ¡Ahora!
Dicho esto James se acercó hasta su esposa, quien se aferró a su brazo asustada por lo que estaba pasando.
- Saben – habló la azafata – La recompensa por deshacerme de ustedes es muy sustanciosa y estoy tan feliz de saber que estoy a punto de ganarme ese dinero.
- ¡Quien te ha pagado para que hagas esto! – exclamó James.
- Sinceramente no lo sé, pero lo único de lo que si estoy segura es que cuando yo quite el piloto automático de este avión, ustedes dos junto al difunto piloto, van a explotar en mil pedazos al colisionar con el avión.
- No lo hagas por favor – pidió Lily sollozando – Te pagaremos más, pero no nos hagas esto, por favor.
Ambos vieron como la mirada de aquella azafata brilló de codicia al escuchar que le pagarían más, James miró a su esposa y Lily entendió lo que estaba por hacer.
- Dime quien te ha ordenado que nos hagas esto y no solo te pagaremos sino que no diremos que fuiste tú, pero no lo hagas – agregó James.
La azafata bajó el arma un poco y James supo que era ahora o nunca.
- Me tienen que triplicar lo que me han ofrecido y…
Pero aquella mujer no terminó de hacer su petición porque James se había lanzado contra ella y ahora ambos forcejeaban por el arma.
- ¡James cuidado, cuidado! – gritó Lily asustada.
- ¡Suéltame idiota! – gritó la mujer.
James y la azafata forcejeaban, hasta que un disparo se escuchó, ambos se quedaron mirando fijamente.
- ¡James! – se acercó Lily hasta su esposo.
La azafata cayó al suelo y James se alejó con el arma en la mano, en el forcejeo un disparo se liberó y la bala se alojo en el pecho de la mujer.
- Yo…Lily – habló entrecortadamente James, bastante asustado.
Ambos se abrazaron, pero dejaron de hacerlo cuando aquella mujer que estaba en el suelo ensangrentada los miró con malicia y les dijo:
- Ustedes morirán – sacando un aparato pequeño que tenía un solo botón – Morirán.
Dicho esto ella presionó aquel botón y el avión salió de su estado automático a manual, precipitándose al mar.
- ¡James! – gritó Lily en pánico.
James aferrando a Lily a él, recordó lo que Sirius le había dicho en su mensaje: "…debe de haber paracaídas…".
- Lily, no tengas miedo, ven.
El avión caía a una gran velocidad, solo era cuestión de un momento para que colisionara, pero James llevó como pudo a Lily hacia la puerta del jet, vio que tan solo había un solo paracaídas que de seguro aquella azafata iba a usar para escapar y tomó su decisión.
- Lily – cogiendo el paracaídas y poniéndoselo a Lily que estaba muy nerviosa y asustada – Voy a abrir la puerta y el aire que ingrese va hacer que el avión caiga más rápido y tú vas a saltar, tienes que jalar esto cuando estés fuera, entendiste.
- James, tú… - llorando - ¡Y tú!
James tan solo le sonrió a Lily y sin perder tiempo abrió la puerta, el avión aún estaba a una altura considerable, pero el aire hizo lo que James acababa de decirle a su esposa, este empezó a caer a más velocidad, haciendo que ambos perdieran el equilibrio.
- ¡James! – gritó Lily aforrándose a uno de los asientos.
James quien había abierto la puerta salió disparado hasta el otro extremo del avión y se golpeó fuertemente la cabeza desestabilizándose.
- ¡Salta...Lily! – gritó James aún en el suelo.
- ¡No!
Lily había logrado ponerse de pie y aferrándose todo lo que podía trataba de llegar a James, la presión en el avión era insoportable y estaba por caer al mar.
- No saltaré sin ti – añadió Lily agarrándose de la esquina de un asiento y estirando su mano hacia James que estaba sosteniéndose apenas.
Los segundos no perdonaron nada y sin más cuando Lily había tomado la mano de James, el avión a gran velocidad se estrelló en el mar.
&&&&&&&&& * &&&&&&&&&
- ¡James! – Gritó Sirius al ver la explosión - ¡Lily!
Los tripulantes de la embarcación vieron como el avión había caído y se había partido en la mitad cuando tocó el agua, segundos después la parte delantera había explotado.
- ¡Sirius cálmate! – gritó Charles viendo como Sirius derramaba lágrimas de dolor.
- James…Lily… - susurraba una y otra vez.
-¡Marineros, acerquémonos rápido!
Dicho esto la embarcación con cautela se acercó lo más que pudo hasta los restos del avión que ardían en llamas por la explosión.
- Ellos deben estar vivos – se reanimó Sirius – James si debe de haber escuchado mi mensaje, lo sé.
Charles ayudó a Sirius a subir al primer bote que estaba acercándose hacia los restos, durante varios minutos buscaron y se alejaron muchas veces ya que las llamas en los restos eran muy peligrosas.
Los minutos pasaban, pero no los encontraban, cada marinero en los tres botes destacados a la búsqueda revisaba el mar, pero varios de ellos ya se estaban resignando, posiblemente los reyes de Inglaterra ya estarían muertos.
- Sirius… - llamó Charles – Sirius talvez…
- ¡No te atrevas a decirlo Charles, yo juré salvarlos y lo haré!
Charles miró comprensivo a su amigo y cuando estaba por decir a los otros dos botes que regresaran a la embarcación, uno de sus marineros exclamó.
- ¡Los encontré, aquí están!
El corazón de Sirius se sobresaltó de alegría y sin más ordenó que lo acercaran, dos minutos después el conde Black saltó hacia el bote que estaba más cerca y preguntó azorado.
- ¡Pero por qué no saltan a sacarlos del mar!
Los marineros se miraron y uno de ellos se atrevió a contestar.
- Señor, lamentablemente parecen que están…
Pero Sirius no terminó de escuchar lo que le estaban diciendo y haciendo paso capto la imagen que los marineros no se atrevían a mencionar.
James se encontraba flotando sobre lo que parecía una parte del avión, su cuerpo estaba totalmente ensangrentado y al parecer con quemaduras, no se movía, Sirius vio que tenía aferrado algo en la mano y vio que estaba aferrado a la mano de Lily que estaba flotando al lado del cuerpo de su mejor amigo, la sangre y las quemaduras eran tan atroces como las de James, con la diferencia de que su rostro estaba intacto y sus orbes esmeraldas miraban a la nada.
- ¡James, Lily!
Sirius no aguantó más y sin esperar a nadie se lanzó al mar, los marineros miraron a su jefe y Charles esperó un momento para dar la orden de ayudar al conde a subir a bordo los cadáveres. El conde Black nadó hasta que llegó a James quien tenía el rostro ensangrentado, no le importó nada y comenzó a gritarle.
-¡James carajo, estás horrible! – Evitando llorar – Se que estás vivo, verdad hermano, ¡verdad!
Sirius no pudo más y comenzó a llorar apoyándose en ese pedazo de avión que sostenía a James y a Lily de hundirse en el mar, todos los marineros que miraban la escena bajaron la mirada en señal de respeto, pero ninguno estuvo preparado para lo que estaba por ocurrir.
- Si...si sigues…apoyándote, me hundiré.
Sirius Black abrió los ojos intempestivamente al sentir como los lastimados dedos de James tocaban una de sus manos. Charles y los marineros se asombraron y antes de esperar cualquier orden se acercaron con el bote para poder ayudar a subir al sobreviviente.
- James, lo sabía – secándose las lágrimas – Lo sabía.
Sin más que decir, los marineros estaban por ayudar a Sirius a mover a James, pero al querer hacer que suelte la mano de Lily, se quejó.
- Lily...
Los marineros comprendieron y sin titubear sacaron los dos cuerpos del mar, sabían que los estaban lastimando al sacarlos de una manera no tan delicada pero tenían que sacarlos del mar para llevarlos al hospital.
Una vez en el bote, se fueron acercando hasta la embarcación donde un equipo de paramédicos esperaba, subieron abordo a James y a Lily, revisaron a James quien estaba grave.
- Revisen a mi Lily – pidió James con dificultad.
- Si James, la van a revisar – contestó Sirius mirando a Charles.
Charles miró a los paramédicos quienes se acercaron al cuerpo de Lily, todos pensaron que por el estado de la reina, ella estaba muerta, pero grande fue su sorpresa cuando uno de ellos exclamó.
- ¡Está viva, está viva!
Sirius se acercó hasta Lily quien tenía sus hermosos ojos color esmeralda abiertos.
- Lily, ¿qué le pasa?
- Está en shock – respondió uno de los paramédicos – Su estado es critico, muy critico.
Sirius contempló a sus dos amigos y James antes de perder la conciencia susurró.
- Lily, Harry…
James y Lily se habían salvado, porque en el momento que el avión colisionó con el mar y se partió en la mitad, ellos lograron saltar al agua, pero la explosión los alcanzó a ambos y James por protegerla la había abrazado, recibiendo el doble de quemaduras que su esposa, ambos recibieron golpes y cortes en la cabeza y en todo el cuerpo por todos los restos del avión.
El susurro de James, llamando a su esposa y a su hijo, fue lo último que escuchó de su mejor amigo, ya que durante cinco años ni Lily ni James dijeron más, porque ambos se sumergieron en un coma profundo.
James había despertado un año antes que Lily, quien al despertar lo primero que buscó fue a su hijo y a su esposo, los dos lloraron mucho cuando supieron que para Harry ellos estaban muertos, quisieron reprocharle a Sirius el por qué de su silencio, pero al enterarse de que la conspiración mataría inmediatamente a su hijo si sabían que habían sobrevivido, decidieron al igual que Sirius guardar durante tres años silencio, decidieron recuperar la movilidad de sus extremidades que quedaron atrofiadas por todo lo sucedido y rehabilitarse completamente para que cuando llegara el momento ellos defendieran a su hijo.
En más de una ocasión quisieron encontrarse con Harry, decirle que estaban vivos, pero el príncipe estaba rodeado por asesinos que se hacía pasar por seguridad real, ellos tenían la orden de matarlo si se llegaba a enterar de todo, con un gran dolor en su corazón y su alma James y Lily esperaron, hasta ahora.
Harry abrió lo ojos dejando de recordar todo lo que sus padres le habían contado y con determinación se puso de pie y se acercó hasta una puerta que tenía acceso a otro despacho e ingresó.
- Esas tan solo son copias de los documentos originales que los inculpan a ustedes como autores de la conspiración contra el rey James y la reina Lily Potter – anunció Remus.
- Así es – confirmó Sirius – los originales en este momento se encuentran en manos de la policía – viendo la sonrisa socarrona de Snape – Y no pienses que está en manos de tus amigos policías Snape, no pienses que ellos desaparecerán esos documentos, porque te voy anunciando que toda la sarta de secuaces que tenías ahí ya han sido removidos de sus puestos y ahora esperan su juicio en la cárcel, dentro de unas horas tú – mirando a todos los miembros de la corte – y estos desgraciados estarán haciéndoles compañía.
La corte miró a Lord Snape, algo tenían que hacer para detener todo eso.
- Bravo Black, Lupin, que inteligentes que han sido, pero les diré una cosa – poniéndose de pie – Nosotros iremos a la cárcel, pero ese mocoso se morirá, ¡Pettigrew!
Lord Snape miró hacia la puerta principal del salón esperando que Peter Pettigrew ingresara pero no lo hizo.
- ¿Ustedes creen que nosotros hemos venido de improviso a decirles todo esto y que no hemos tomado medidas? – preguntó con burla Sirius – Snape, Snape eres un estúpido, sabes desde hace ocho años desde que fui testigo de todo el daño que le hiciste a Lily y a James he estado esperando el momento adecuado para partirte la cara y refundirte en la cárcel – sonriendo – Y mi momento ha llegado.
- Que pasa Black, te dolió bastante que no quedara ningún rastro de tus amigos, se quemaron y se hundieron en el mar – sonriendo con malicia – me pregunto cuanto habrán gritado.
- ¡Eres un…!
Sirius se había puesto de pie dispuesto a pegarle a Snape, pero Remus lo detuvo.
- Sirius, cálmate, tú sabes que eso no es verdad.
- ¿Que no es verdad? – Preguntó con sorna – No quedo nada y lo mismo les pasará a ustedes.
- Deja de decir tonterías – refutó Remus – Los únicos que deberían estar preocupados por los que les va a pasar son ustedes, dentro de unos minutos el príncipe Harry vendrá con la principal prueba que los va a hundir y junto a ellos la seguridad real que siempre ha sido fiel a la familia real – mirando a todos – Así que prepárense que todo se acabó, esta conspiración y la nueva conspiración para matar al príncipe, todo ya está desarmado y ustedes saldrán de este salón rumbo a la cárcel. ¡Ah! Y no intenten hacer nada contra nosotros que aquí están nuestra seguridad para detenerlos.
Inmediatamente después de lo dicho por el Duque Lupin varios hombres ingresaron al salón y rodearon a la conspiración.
- Puedo ver que lo tenían todo preparado – comentó uno de los integrantes de la corte llamado Yaxley.
- Por supuesto – contestó Sirius mirándolo con ira.
- Todo lo hicimos por el bienestar del reino – habló otro – La dinastía Potter no es digna de estar en el trono, ellos…
- ¡Silencio Amycus, no digas más! – ordenó Snape mirando amenazadoramente a todos los miembros de la corte que retiraron la mirada y se callaron.
- Vaya hasta que por fin aceptas que ya todo acabo – habló Sirius.
Severus Snape tan solo miró con burla a Sirius y a Remus, pero antes de que alguno dijera algo la puerta del despacho contiguo donde Harry había ingresado se abrió y él salió.
- Como el Duque Lupin y el Conde Black ya les han explicado que sabemos todo y la seguridad real que es fiel a la familia ya está aquí para llevárselos – mirando a Snape – Aquí traigo la principal prueba de que todo lo que ustedes han hecho es verdad, ellos volverán de donde fueron expulsados a la fuerza y ustedes irán donde deben estar, irán a la cárcel.
Lord Snape miró al príncipe con desprecio al igual que la corte, pero ninguno de ellos estaba preparado para presenciar la entrada de aquellas dos personas que desde hace ocho años pensaban que habían eliminado.
- Por favor majestades adelante – llamó Harry sonriendo hacia las dos personas que estaban por salir.
- ¡No puede ser! – exclamó Yaxley.
El Rey James Potter llevando del brazo a la reina consorte Lily Potter, ingresaron al salón con todo la elegancia que los caracterizaba, todos los miembros de la conspiración se quedaron en shock al ver a los dos soberanos de Inglaterra que se suponía hace ocho años estaban muertos.
- ¡Son unos impostores! – habló por decir algo uno de los miembros.
- ¡Silencio, no te atrevas a hablar en presencia de mis padres! – exclamó Harry mirando con autoridad a todos.
- Por fin después de ocho años puedo ver a los autores de la conspiración que atentó contra la vida de mi esposa y la mía – habló James – No merecen estar sentados frente a mi esposa y mi hijo, como rey de Inglaterra les quito el título de caballeros de la corte y serán las personas repudiadas por todo el Reino Unido, el edicto ya está en la casa de justicia del reino, todos ustedes serán llevados en este momento a la cárcel provisional hasta que el juicio por todo lo que se han atrevido hacer se lleve acabo.
Todos los miembros miraban con aprensión al Rey James Potter, quien miró directamente a Severus Snape.
- Tú, como autor principal de todas las atrocidades hechas a la familia real y por el delito de traición a la corona, serás llevado a la prisión de York y ahí serás juzgado, tú título de Lord es revocado y toda tú familia al igual que la de ellos serán eliminados del libro real.
Nadie en el salón dijo nada, Harry miró a su padre con orgullo y sin más ordenó a la seguridad real ingresar.
- Como el rey ha ordenado, por favor procedan.
Dicho esto la seguridad real comandada por Rubeus Hagrid, sin ningún tipo de amabilidad comenzaron a llevarse uno a uno a los miembros de la corte, cuando solamente había quedado Severus Snape, James detuvo a Hagrid que se lo lleve.
- Algo que decirme Potter – preguntó con sorna Severus.
- Si, por supuesto que si – respondió James soltando delicadamente el brazo de su esposa.
James se acercó hasta Snape y sin que nadie lo viera venir, Snape en un instante estuvo en el suelo.
- ¡Bien hecho James!
Exclamó Sirius viendo como la nariz de Snape sangraba por el puñetazo que James Potter le había propinado. Lily se acercó hasta Snape y le dijo:
- Espero que lo refundan en la cárcel miserable, jamás mientras yo viva volverá a lastimar a mi esposo y mucho menos a mi hijo.
Hagrid tomó del brazo a Snape para que se pusiera de pie, él se limpió la sangre que recorría su cara y antes de salir de aquella sala arrastrado por Hagrid, se volteó, miró a Harry y le dijo:
- El destino no puede ser cambiado mocoso, todos los caminos conducen al mismo destino, por eso el tuyo es ser infeliz – sonriendo con burla – ¡Jamás mocoso idiota serás feliz, jamás!
- ¡Silencio y vámonos! – exclamó Hagrid sacando a Snape del salón.
Harry tan solo miró el lugar donde Snape desaparecía y aunque en esos momentos todo había acabado, al ver aquellos ojos negros mirarlo con burla, sintió una molestia extraña en el pecho, pero no le dio importancia cuando sintió las delicadas manos de su madre agarrando su brazo.
- Hijo, no escuches a los necios – sonriéndole – nunca más estarás solo y nosotros nos encargaremos que seas feliz.
- Es cierto, tú, hijo mío serás muy feliz – corroboró James colocando su mano en el hombro de Harry.
Los tres se miraron por un momento, Sirius y Remus se acercaron.
- Finalmente todo acabo – habló Sirius sonriendo.
- Así es Sirius, todo gracias a ustedes dos – contestó James tomando la mano de su esposa.
- No olvidemos a Cedric Diggory – añadió Lily.
Los cuatro amigos se sonrieron mutuamente siendo contemplados por Harry quien después de tantos años se sintió muy feliz y olvidó las palabras de Severus Snape.
- ¿Podemos pasar?
Peguntó una muchacha pelirroja asomándose desde la puerta que conectaba con el despacho contiguo, junto a ella su hermano miraba maravillado a los dos reyes de Inglaterra.
- Por supuesto que si – respondió James.
Ron y Ginny ingresaron sonriendo, la menor de los hermanos Weasley se acercó hasta Harry y le dio un abrazo.
- Estoy tan feliz por ti Harry – mirando a Lily y a James – Y por ustedes sus majestades, es un honor para nosotros conocerlos.
- El honor es nuestro querida – contestó Lily mirándola con ternura – De acuerdo a lo que Harry nos ha contado y las noticias que nos llegaron mediante el Duque Lupin, ustedes han sido como dos hermanos para mi pequeño Harry – tomando la mano de Ron y Ginny – Por lo tanto ustedes dos son como mis hijos y les agradecemos de corazón que hayan estado junto a Harry, que lo hayan apoyado y sobretodo que la amistad que le tienen es sincera y pura.
- No es necesario que nos lo agradezca su alteza – contestó Ron – el príncipe Harry es como nuestro hermano y siempre lo vamos a apoyar, ¿verdad Ginny?
- Así es – confirmó Ginny sonriendo.
- Muchas gracias – agradeció James – Me alegro tanto que tengas tan buenos amigos hijo.
- Yo también padre – contestó Harry – Ellos son y serán mis hermanos por siempre.
Durante un momento todos disfrutaron de la paz que sentían en sus corazones y Harry recordó que debía ir al lado de la muchacha que lo esperaba en el despacho contiguo.
- Papá, mamá – llamó Harry – Regreso en un momento, Lorean y Susan ya han dispuesto que se arreglen las habitaciones principales, por hoy esto acabo ¿verdad?
James miró a Lily y ambos miraron comprensivos a su hijo, sabían que quería estar con Hermione igual Ron y Ginny junto a Draco y Luna, por lo cuál mirando a Sirius y a Remus decidieron que mañana todos se reunirían.
- Son libres de disponer de su tiempo muchachos – respondió James – Nosotros los mayores tenemos que ir a tomar algo y hacer algunas llamadas.
- ¿Están seguros?, porque yo puedo ayudarlos – añadió Harry.
- Hijo, tú ya nos has ayudado mucho y hay una persona que te está esperando pacientemente – contestó Lily mirándolo con amor.
- Que no se diga más – agregó con entusiasmo Sirius – Quiero verlos fuera de aquí a los tres – mirando su reloj – En cinco, cuatro…
- Vamos Harry, Ron – apresuró Ginny tomándolos de las manos y llevándoselos fuera del salón.
- Tres, dos…
La puerta del salón se cerró y Sirius sonrió junto a sus amigos.
- Me encanta hacer esto.
oOoOoOoOoO * oOoOoOoOoO
Aquella noche Harry junto a Hermione, Ron, Ginny, Luna y Draco se pasaron conversando, comiendo diversidad de aperitivos que habían sido preparados para la frustrada boda, el príncipe se sintió por primera vez en aquel palacio como un chico normal, junto a sus amigos y la muchacha que amaba. Sus padres junto a Sirius y Remus se unieron a su pequeña celebración horas más tarde, ese día habían decido tan solo pasarlo en compañía de sus seres queridos, al día siguiente los corresponsales de los anuncios reales habían sido citados a una reunión en el Palacio de Buckingham ya que había algo importante que anunciar, nadie aún sabía que los reyes estaban vivos, pero eso lo dejarían para el día siguiente, esa noche era solo para ellos y su felicidad.
- Harry tiene una sonrisa preciosa esta noche, ¿verdad? – comentó Hermione a Luna mirando a Harry conversar con sus padres.
- Es cierto, me alegro tanto de que todo esto haya ocurrido, no solo sus padres están vivos, sino que tú estás a su lado Hermione – sonriendo ampliamente – Esto es genial.
- Tienes razón Luna – afirmó Hermione.
- Esto está delicioso – se acercó comiendo Ron – Menos mal tenemos todo esto para cenar y los mayordomos no quitaron nada cuando se enteraron de que la boda no se llevo acabo.
- Ron, no menciones eso por favor – pidió Ginny acercándose con Draco.
- Así es comadreja, no hagas que Hermione recuerde que ingresó a una catedral para impedir una boda y que mañana en todas las noticias y periódicos saldrá su linda cara.
- ¡Draco!, ¿tú también? – exclamó Ginny.
Hermione enrojeció al recordar todo lo que había pasado ese día, seguramente en esos momentos Cedric estaría junto a Cho al igual que ella y Harry.
- Mis padres me han dado dos días para regresar – comentó después de un momento que las risas cesaron – Ya les conté todo, pero aunque mamá está feliz y dice que todo parece un cuento de hadas, papá quiere tener una conversación seria sobre no irse de la casa sin avisar – suspirando – Si tan solo supiera que cierto Conde llamado Cedric fue el que me trajo hasta aquí.
- jajaja hay Hermione, te espera una buena en tú casa – abrazó Luna a su amiga – Pero no te preocupes tanto Draco como yo regresaremos a Estados Unidos unos días después que tú y te apoyaremos en tú relato, ¿verdad?
- Por supuesto, pero tendrás que esperarnos una semana, Ginny me ha prometido que me llevará a un tour completo por todo el Reino Unido.
- Yo no he aprobado eso rubio teñido – exclamó Ron – Tú si es posible te regresas mañana a tú país y aléjate de mi hermanita.
- ¡Ron no eres papá para que decidas eso! – refutó Ginny enojada.
- Pero soy tú hermano mayor y si digo que no, es no – sonrió con alegoría Ron.
- ¡Ron, tú eres un…!
Ginny comenzó a discutir con su hermano, causando risa a sus amigos, Harry desde donde estaba escuchó la risa melodiosa de Hermione y sonrió.
- Ahijado – llamó Sirius – Es hora de que lleves a tu damisela a otro lugar y conversen, yo distraeré a los demás.
Harry sonrió por el plan de su padrino y mirando a sus padres que en ese momento estaban abrazados mirando hacia el cielo con felicidad, decidió que era momento de dejarlos solos y acercarse a Hermione.
- Se lo encargo, padrino – contestó Harry.
Dicho esto Sirius se puso de pie y exclamó:
- Que les parece si bailamos un poco – tomando de la mano a Ginny quien era la más cercana – Yo soy un gran bailarín.
Dicho esto Sirius comenzó a dar vueltas con Ginny por todo el lugar tarareando una canción desconocida, atrayendo la atención de todos quienes reían por la ocurrencia del Conde Black, Harry se acercó hasta el respaldar del mueble donde estaba sentada Hermione y le susurró.
- Acompáñame.
Hermione se sobresaltó pero al reconocer la voz de Harry, sonrió y sin más aceptó la mano del príncipe y sin llamar la atención de nadie a excepción de sus padres que sonrieron comprensivos y comenzaron a bailar para distraer a los demás, ellos se alejaron de aquel patio de reunión.
&&&& HHr &&&&
- Me alegro tanto de que estés tan feliz Harry.
Comentó Hermione apoyada en la terraza de aquella amplia habitación que le habían designado en su estancia en el Palacio de Buckingham.
- Y yo estoy feliz de que tú puedas estar aquí conmigo para compartir mi felicidad, Hermione.
Ambos miraban la luna que brillaba en el cielo e iluminaba la habitación en la que se encontraban conversando, las risas de los demás habían quedado menguadas por una melodía que seguramente Sirius había puesto para que todos pudieran bailar.
- Nunca he bailado contigo este tipo de música ¿verdad? – preguntó Harry escuchando el vals que tocaban en los bailes de gala en el Palacio.
- No y para serte sincera no sé bailar esta música – contestó la muchacha de rizos castaños.
- Pues no se diga más – extendiendo su mano – Acepta bailar conmigo hermosa señorita.
Hermione se sonrojó por el gesto de Harry, pero se negó a bailar.
- No Harry, voy hacer el ridículo, para esta clase de bailes tengo dos pies izquierdos y…
- OH vamos Hermione, yo he bailado las canciones que están de moda en tú país aunque no supiera – añadió Harry.
- Bueno está bien, al menos no tengo público.
Dicho esto Harry rió por el comentario de Hermione y con delicadeza colocó una mano en su cintura y con la otra tomó su mano.
- Solo sígueme – sonriéndole – Uno, dos, tres.
Hermione sintió como Harry la mecía de un lado para el otro con elegancia, la melodía que sonaba la hizo sentirse como si estuviera flotando y junto a ella un príncipe le sonreía, su príncipe.
- Ya vez que sabes bailar – habló después de un momento Harry.
- Es porque tengo un buen profesor – añadió Hermione sonriéndole ampliamente – Realmente bailas muy bien este tipo de música, pero me pregunto porque el otro tipo de canciones no lo haces tan bien como ahora.
- Me parece o eso era un comentario algo burlón, Hermione Granger – paró de bailar Harry sin soltarla.
- Pues tendré que decirle la verdad, Harry Potter – riéndose – Si es eso.
Harry rió junto a Hermione y antes de que ella lo previera, el le dijo:
- Esta es mi parte favorita, así que prepárese señorita.
Hermione escuchó como la melodía se volvía más rápida y Harry la hacia girar junto a él por el espacio entra la terraza y la amplia cama que había en la habitación.
- Uno, dos, tres – reía Harry – Y más rápido.
- ¡Harry me mareo, basta! – reía alegre Hermione – Si no paras yo…
Pero después de tantas vueltas, Hermione dio un paso en falso y sin querer se tropezó con Harry y ambos cayeron a la cama riéndose.
- jajaja Harry – se carcajeaba Hermione – Espero que te traigan tus lentes para mañana del otro Palacio, ya que tú vista no está tan clara por lo que veo.
- ¿Ahora fui yo el que nos hizo caer? – Preguntó risueño Harry recostado al lado de Hermione – La señorita dos pies izquierdos nos hizo caer, no tiene nada que ver mi perfecta vista.
- ¡Pies izquierdos! – Exclamó supuestamente ofendida – ¡Ahora verás!
Y sin más Hermione comenzó hacerle cosquillas a Harry quien se rió a más no poder y para defenderse la tomó de las muñecas y la atrapó entre él y el colchón.
- Gané – declaró feliz.
- No es justo – sonrió Hermione.
Harry desde la posición en la que estaba contempló fijamente a Hermione, la luz de la luna alumbraba su rostro y sonrió con amor.
- Eres tan hermosa – acariciándole con una mano el rostro – Te amo.
- Yo también te amo – contestó Hermione mirándolo de la misma manera.
Sin esperar más Harry bajo lentamente y besó a Hermione quien nuevamente se sintió flotar, el amor que ambos se tenían era inmenso, se sentían tan felices de estar juntos y que nada ni nadie ahora los podría separar. Hermione se iría en dos días pero Harry después de arreglar todo en su país tenía pensado ir a Estados Unidos, no sabía aún como hacer para estar junto a ella y junto a sus padres a la vez, pero ya pensaría en algo, ellos sabían que su amor era para siempre, por ello tenían la certeza de que tendrían un futuro juntos, ella sería una princesa, pero eso era lo de menos, Harry la amaba y ella a él.
Aquella noche, dos días antes de que ella se marchara, ambos confirmaron su amor, en cuerpo y alma se amaron, aquella noche fue la primera vez que conocieron aquel tipo de felicidad que te da el entregarte por amor al ser amado, aquella noche fue la primera vez que ambos durmieron juntos al lado del corazón del otro, aquella noche las estrellas brillaron en el firmamento bendiciendo el amor de aquellos dos jóvenes enamorados, que por asares del destino se conocieron.
oOoOoOoOoO * oOoOoOoOoO
Los dos días que faltaban para que Hermione regresara a Estados Unidos, pasaron lleno de noticias impactantes para todo el Reino Unido, la mañana siguiente de la frustrada boda los medios de comunicación informaban lo que había acontecido en la Boda Real, indicaban que el príncipe heredero de la corona inglesa no se había casado con la condesa de Liverpool Lady Cho Chang, ya que una muchacha a la que nombraban como "La muchacha desconocida" había detenido la boda, se rumoreaba que ella había sido la causante de que la condesa saliera corriendo de la Catedral y se fuera en el lomo de un caballo cabalgado por nada más y nada menos que el Conde Cedric Diggory quien fue el que llevo a "La muchacha desconocida" para impedir la boda.
Todos los medios tan solo tenían rumores, pero estaban pendientes de las noticias que los corresponsales reales iban a televisar en horas de la tarde, ya que directamente el príncipe Harry los había citado, la mayoría se extrañaron ya que siempre que se emitía una conferencia desde el palacio era convocado por Lord Snape y la corte, el príncipe tan solo asistía para escuchar y responder lo que Severus Snape le ordenaba; todos aquel día estaban ansiosos por saber lo que el príncipe tenía que anunciar, muchos pensaron que era sobre lo acontecido el día anterior en su boda y en la coronación que no se llevó acabo; pero nadie se había esperado la revelación que hicieron el heredero a la corona junto al Conde de York Sirius Orión Black y el Duque Remus Lupin.
Los ciudadanos de Inglaterra al escuchar sobre la conspiración y los autores de la misma, se asombraron y repudiaron de inmediato a Lord Snape y la corte, por fin supieron que la muerte de sus soberanos no había sido un accidente, muchos lloraron por la información y por la trágica muerte que tuvieron sus amados reyes.
El príncipe Harry presentó un edicto frente a todos y aunque al principio nadie se percató de la firma impresa en aquel documento que era mostrado en un proyector, uno de los corresponsales se asombró por ver que decía "James Potter", le preguntó al príncipe si él había firmado con su segundo nombre y Harry tan solo le sonrió e hizo la revelación de que sus padres estaban vivos.
El silencio se hizo presente cuando aquellas palabras salieron de la boca del príncipe, todo aquel que veía aquella conferencia televisada se quedó helado y cuando los murmullos iban a empezar, aquellas dos personas por las que lloraron su pérdida ingresaron al recinto donde se encontraba su hijo y sin tardar mucho el Rey James Potter habló a su pueblo.
Aquel día después que la conferencia televisada terminara, el pueblo estuvo de fiesta ya que los reyes que no estaban muertos junto a su hijo salieron a saludar al pueblo desde el balcón del Palacio de Buckingham, muchos olvidaron el porque el príncipe no se había casado y celebraron que por fin Inglaterra volvía a tener un Rey.
Pero la prensa aún quería saber quien era aquella muchacha y aprovechando que el Rey, la Reina y el príncipe salieron hacer el recorrido por las calles de Inglaterra, lograron pillar sin seguridad a aquella muchacha que caminaba por las calles de la ciudad junto a los hijos de los Condes Weasley y dos muchachos que no conocían.
Ron y Ginny trataron de evitar que la prensa atosigara con sus preguntas a Hermione, pero no pudieron hacer mucho ya que en menos de un segundo ella estaba siendo rodeada por ellos; muchos le preguntaban como se llamaba y que relación tenía con el príncipe, Hermione con mucha educación les contestó que no tenía permitido conversar con ellos, pero cuando se disponía a salir de aquel circulo, uno de los periodista se atrevió a decirle que ella era llamada "La amante del príncipe" y que les había llegado noticias de que era una arribista, la muchacha de rizos castaños se mareo con tanto "¿Que tiene que decir respecto a eso?" , Draco y Luna quisieron ayudarla pero los periodistas no cedían.
Hermione estaba por perder su paciencia ya que no iba a permitir que la insultar de esa manera, pero lo que muchos no esperaron fue que Ginny al ver que no podían liberarla había tomado su celular y llamado a Harry, "para situaciones difíciles, medida radicales" le dijo a sus amigos cuando vieron que una limosina negra después de cinco minutos de su llamada se aparcó donde estaban ellos, los periodistas no le tomaron importancia pero cuando escucharon: " Si no les importa, voy a llevarme a mi novia".
Al escuchar aquella voz, Hermione sonrió y se sonrojó, Harry ataviado con las vestiduras de príncipe había dejado el paseo real al recibir la llamada de Ginny, pidió que una de las limosinas lo llevara a aquella calle y con premura ya estaba junto a ellos.
"¡Príncipe Harry!" exclamaron los periodistas, la seguridad real que había ido con él hicieron a un lado a los periodistas, el príncipe llegó hasta Hermione, le sonrió y tomando su mano se la llevó hasta la limosina. Uno de los periodistas logró hacerse paso entre la seguridad y preguntó a viva voz: ¿Príncipe Harry, es cierto que la señorita es su amante?, en el momento que él escuchó aquella frase "amante" su semblante cambió, antes de contestar se acomodó los lentes sobre el puente de su nariz y con voz clara le dijo: "Durante toda mi vida he sido bastante amable con ustedes, pero eso va a cambiar cada vez que alguno de ustedes se atreva a llamarla de aquella manera, sinceramente no tengo que darles ningún tipo de explicación sobre mi vida amorosa, los corresponsales reales son los únicos autorizados para poder difundir estás cosas, pero como veo que ustedes están inventándose historias, lo único que quiero que les quede claro es que Hermione Granger es mi novia y les ordeno que guarden sus distancias y la respeten".
Dicho esto aquel paparazzi fue retirado del camino del príncipe, quien llevo a bordo de la limosina a Hermione, segundos después Ginny, Ron, Draco y Luna subieron tras ellos, y así los paparazzi tomaron sus últimas fotos cerrando al día siguiente con varios artículos la historia de "La muchacha desconocida" con un título distinto "La novia del príncipe Harry".
El último día que Hermione iba a estar en Inglaterra, fue también el día en que todos los miembros acusados de la conspiración fueron enviados a juicio por traición a la corona, los altos mandos de la casa de justicia estuvieron presentes en una reunión con el Rey James Potter y decidieron que el juicio donde se dictaminaría sus condenas sería dentro de dos semanas, mientras tanto todos ellos tendrían que disfrutar su estancia en la cárcel.
Aquel día fue un día en el que el sol no brilló en el cielo y un inusual viento recorrió las calles de la ciudad de Londres, el príncipe Harry desde que se levantó aquella mañana tuvo un mal presentimiento pero no lo tomó en cuenta al ver que llegada la tarde todos sus seres queridos estaban bien, tan solo estaba un poco triste porque Hermione en horas de la noche iba a regresar a Estados Unidos, a él le hubiera gustado ir con ella para poder conversar con sus padres, pero los asuntos de la familia real necesitaban su presencia, había muchas cosas en las cuáles debía ayudar a su padre, pero dentro de un mes iría a verla, además en todo ese tiempo Hermione llevaría acabo sus exámenes de fin de semestre en la universidad así que sería bueno que se concentrara sin que él la distrajera.
Por supuesto que cada día él la llamaría para saber como estaba y tenía planeado de vez en cuando, quizás cuatro días a la semana enviarle algún presente, flores, chocolates, libros (que le encantaban a Hermione), pero de que iban a mantener su comunicación si o si lo iban hacer.
El viaje desde el palacio de Buckingham hasta el aeropuerto de Londres, fue de lo más animado, Ron y Luna no paraban de hacer bromas, de momentos Draco se les unía y Ginny peleaba con su hermano por las tonterías que decía, Harry y Hermione reían por todo y la atmosfera era de una felicidad total.
- Ron, tú no tienes ningún derecho a inmiscuirte en quien o no me debe de gustar, ¡entendiste! – gritó Ginny azorada.
- ¡Claro que tengo derecho, soy tú hermano mayor y si digo que tú y este rubio teñido no pueden tener nada, es por que así será! – exclamó Ron triunfante.
- Pues eso es lo que tú piensas comadreja, tú no puedes impedir que Ginny sea mi novia, así que en lugar de meterte en nuestros asuntos, mejor piensa en ti mismo – sonriendo con arrogancia – Al parecer Lovegood aún no te ha aceptado.
Ron enrojeció del coraje por lo que Draco dijo, Luna se sonrojó y recordó que aún le debía una respuesta al pelirrojo.
- Eso no es de tú incumbencia, ¡así que cállate! – gritó Ron.
- Entonces tú…
Hermione rió una vez más y miró hacia las calles por donde estaban pasando.
- ¿Quieres escapar de esta atmósfera algo cargada, hasta que los ánimos se calmen? – preguntó Harry en un susurro.
- ¿Eso es posible? – preguntó incrédula Hermione.
- Por supuesto – sonrió Harry.
Dicho esto el príncipe se incorporó un poco y presionando un botón, la puerta del techo de la limosina se abrió y poniéndose de pie, extendió su mano.
- Ven, aquí veremos el cielo.
Hermione tomó la mano de Harry y sintió como el aire agitaba su cabello, las luces de la ciudad estaban encendidas iluminando el cielo oscuro.
- ¡Vaya se siente tan bien! – exclamó Harry extendiendo sus brazos.
Ella vio como Harry cerraba los ojos, el aire despeinaba más el cabello del príncipe y Hermione supo que realmente había encontrado al amor de su vida, sin más se acercó hasta el príncipe y abrazándolo se refugió en su pecho.
- Te voy a echar de menos – susurró Hermione.
- Yo también – respondió Harry correspondiendo el abrazo y refugiándose en los rizos de la muchacha que le hicieron cosquilla en la nariz.
Ambos se quedaron abrazados durante muchos minutos, disfrutando de la compañía del otro, sintiéndose amados, pero fueron interrumpidos por cuatro entrometidos (eso lo pensó Harry) que también se pararon con ellos.
- ¡Oye comadreja no me pises! – gritó Draco.
- ¡Vaya que bien se siente el aire aquí! – Exclamó Luna - ¿verdad Ron?
Ron quien estaba por comenzar a discutir con Draco, se distrajo por la pregunta de Luna, quien logró su cometido de evitar una discusión más y atrajo al pelirrojo a su lado, claro que todos estaban apiñados en aquel pequeño espacio.
- ¿Sabían que podemos morir asfixiados si seguimos todos aquí comprimidos? – preguntó Harry.
- Vamos Harry, eso lo dices porque no querías que te interrumpiéramos – contestó Ginny sonriendo.
- En cierta parte tienes razón – aferrando más a Hermione – Ella es mía y no la comparto con nadie.
Harry le sacó la lengua como un niño pequeño a Ginny causando que todos comenzaran a reír.
- Si ya nos dimos cuenta que es tuya, colega – agregó Ron.
- ¡Ronald Weasley! – Gritó sonrojada Hermione - ¡Deja de decir tonterías!
- Pero porque me gritas si yo solo quise decir que tu corazón le pertenece a Harry y nada más – sonriendo juguetonamente – Otra cosa, es que tú pienses en otras situaciones, ese ya no es mi culpa.
Harry y Hermione se sonrojaron de sobremanera haciendo reír a sus amigos.
- Tú mente sucia Hermione te traiciona – agregó Draco haciendo que la muchacha de rizos sintiera como si su rostro se quemara por la vergüenza.
- Ya basta – exclamó Harry – No se rían.
Pero no pudo detener que nuevas risas se escucharan mientras la limosina avanzaba a una velocidad prudente hacia el aeropuerto donde el avión privado de la familia real se encargaría de llevar a Hermione Granger a su país.
- ¡Miren ese es el Conde Sirius! – anunció Luna.
Todos voltearon y vieron que Sirius Black, junto a James, Remus y Lily que salían por la puerta del techo de la segunda limosina, ellos también se dirigían al aeropuerto para despedir a Hermione.
- ¡Chicos! – gritó Sirius alzando la mano a manera de saludo.
- ¡Hola! – saludaron todos.
Sirius les mostró que tenía una cámara y Ginny mirando a Luna jalaron a Hermione para que les tomara una foto.
- Lo siento Harry, pero ella saldrá con nosotras.
Harry fue empujado por Ginny hacia donde estaban Ron y Draco agazapados y haciéndole una seña a Sirius, él tomó una foto. Así durante casi todo el recorrido Sirius les tomó a todos muchas fotos, la última que tomó fue la de Harry y Hermione sonriendo abrazados teniendo de fondo un conjunto hermoso de luces que se formaron por el flash de la cámara y las luces que anunciaban que estaban cerca del aeropuerto.
Y así Hermione juntó a Harry llegaban al lugar que sería testigo de lo que nadie se imaginó que ocurriría.
&&&& HHr &&&&
- Todo está listo príncipe Harry – anunció Rubeus Hagrid que estaba encargado de la seguridad personal del príncipe – Los encargados del aeropuerto indican que el avión real podrá ser abordado en diez minutos.
- Muchas gracias – contestó Harry viendo como Hagrid se alejaba.
Hermione se encontraba sentada junto a Luna y Ginny, ella vio como Harry se acercaba hasta el gran ventanal donde se podía observar la pista de aterrizaje privada y el avión real.
- Ahora regreso.
Anunció a sus dos amigas caminando hasta donde Harry se encontraba.
- ¿Harry? – preguntó
- Hace frío – contestó Harry sintiendo como su novia se colocaba a su lado.
- Es cierto, pero dentro de unas horas podrás ir a descansar en tú cama calentita – añadió sonriendo, viendo su reflejo en el ventanal.
Ambos se quedaron callados durante un par de minutos, hasta que Hermione sintió como Harry colocaba una de sus manos en su cintura y la abrazaba.
- ¿Sabías que nos vemos bien juntos? –preguntó Harry viendo el reflejo de él y ella abrazados en el ventanal.
- Pues no me había puesto a pensar en eso – recostando su cabeza en el hombro de Harry – Pero lo único que me importa es estar a tu lado.
- A mi también eso es lo único que me importa – contestó sonriendo – Pero igual veo que nos vemos bien, tú eres hermosa y bueno yo, pues digamos que se me permite estar a tú lado.
- Para mi eres guapísimo – sonriendo con arrogancia al estilo Draco Malfoy – Ya me imagino que en la universidad, Pansy Parkinson me va a envidiar.
Ambos rieron por las trivialidades que estaban comentando, pero fueron interrumpidos por James y Lily.
- ¿Interrumpimos? - preguntaron
- Por supuesto que no papá, mamá – contestó Harry sonriendo sin dejar de abrazar a Hermione.
- Hermione querida – habló Lily tomando las manos de la muchacha de rizos – Quería que supieras que tanto James y yo estamos muy contentos de que Harry haya encontrado en ti al amor de su vida, sabemos que eres la muchacha indicada para él y también debes saber que para nosotros vas a ser como una hija.
- Sabemos que ahora es imprescindible que regreses a tú país, y dialogues con vuestros padres – añadió James – Pero en el momento que desees eres más que bienvenida.
- Muchas gracias – contestó Hermione sonrojándose.
- Hijo realmente es adorable – agregó Lily.
- Por supuesto que si – confirmó Harry orgulloso.
Los minutos pasaron y el momento en que Hermione debía abordar el avión ya había llegado.
- Muchas gracias por todo – comenzó a despedirse – Espero poder regresar pronto o en todo caso ustedes son bienvenidos en Estados Unidos.
- Si tú no te apuras en venir, ten por seguro que todos nosotros invadiremos tú casa - respondió Sirius sonriendo.
- Bueno Luna, Draco los veo en una semana – abrazando a los dos – No se olviden que tienen que ayudarme a convencer a mi padre de que el Conde Diggory fue el que me trajo y que sobretodo amo a Harry.
- Por supuesto amiga – corroboró Luna – Estaremos ahí.
- Exacto preciosa Hermione, yo te ayudaré – recibiendo un pellizco de parte de Ginny – Auch, bueno claro que te ayudaré porque te considero una buena amiga, nada más.
Todos rieron por la expresión de dolor de Draco, Ginny sonrió con alegría y abrazó a Hermione.
- Estoy muy feliz de que seamos amigas Hermione y no te preocupes, en todo este mes yo me encargaré de vigilar de que ninguna "Lady tonta" se acerque al príncipe Harry.
- Yo prometo lo mismo – dijo Ron abrazándola – Además – susurrándole – Ya vi la marca de pertenencia que tiene en su cuello, así que no te preocupes nadie se le acercará.
- ¡Ron! – exclamó Hermione sonrojándose.
- Bueno antes de que el color rojo sea parte permanente de su hermoso rostro señorita Hermione – habló Remus – Esperamos tenerla muy pronto aquí – besando su mano – Buen viaje.
- Buen viaje, querida – abrazó Lily a Hermione.
- Vuelve pronto – besó su mano James.
- Bien chicos vamos, hay que dejar que se despidan.
Añadió Sirius, por lo cuál todos dejaron solos a Harry y a Hermione.
- Sinceramente quisiera ir contigo – habló Harry.
- Y yo no quisiera irme – confesó Hermione.
Ambos se miraron y sin importarles si los observaban o no, ambos de besaron, el beso fue una combinación de amor y pasión; se separaron cuando el aire les hizo falta, se miraron a los ojos juntando ambas frentes.
- Te amo y te voy a extrañar – dijo Harry.
- Yo también te amo, espero que pronto puedas ir.
- Un mes, dentro de un mes estaré ahí, te lo prometo.
Ellos se abrazaron y antes de que Hermione se fuera, Harry la detuvo.
- Esto es tuyo.
Hermione vio como el abría la palma de su mano mostrándole una delicada pulsera de plata, era aquella que él le había regalado y que pensó se le había perdido.
- La próxima vez que nos veamos, me la entregaras – sonriéndole – mientras tanto, cuídala.
Harry asintió y la abrazó una vez más.
- Buen viaje, mi amor.
- Te llamaré cuando llegue, nos vemos pronto, mi amor.
Dicho esto Hermione se separó de Harry, sintió como sus ojos le comenzaban a arder signo de que quería llorar, pero tomando aire se calmó y sonrió.
- Te amo.
Fue lo último que escuchó Harry, viendo como ella se dirigía escoltada por dos guardias de la seguridad real hacia la pista para abordar el avión.
oOoOoOoOoO * oOoOoOoOoO
El destino, ¿Qué es el destino? Según dicen es el camino que tenemos trazado en nuestra vida y que debemos de seguir, nos pone en el camino obstáculos que debemos superar, muchas veces lloramos, otra reímos y eso es la manera de vivir que tenemos los seres humanos.
- Hijo, te esperamos en la limosina – avisó James Potter a su hijo que se encontraba frente aquel ventanal viendo el avión que aún no despegaba.
- Si papá, yo iré dentro de unos minutos más – contestó Harry sonriéndoles a sus padres.
Hermione Granger ya había abordado el avión que la llevaría rumbo a Estados Unidos, Harry vio como era escoltada hasta el avión por dos miembros de la seguridad real. El príncipe tan solo quería cerciorase de que todo estuviera bien, por ello aún seguía mirando desde ahí todo.
Ron, Ginny, Luna y Draco se encontraban sentados más allá esperando que el avión se elevara, mientras tanto conversaban de cosas triviales. Los padres de Harry junto a Remus Lupin se habían dirigido hacia la limosina, ya que tenían una llamada importante de la casa de justicia, pero decidieron no importunar a su hijo con dicha información, seguramente era solo una llamada de rutina.
Sirius Black, iba a ir con ellos pero una bella muchacha encargada de dar informes en esa zona del aeropuerto llamó su atención, además como la familia real estaba ahí, por seguridad todas las personas ajenas fueron llevadas a otra zona, así que podía aprovechar en galantear un poco.
Los minutos pasaron y por fin Harry vio como el avión recorría la pista para despegar, en ese momento no supo lo que pasó, tan solo escuchó como Ginny y Luna decían: "Ya se va" con pesar, vio por el ventanal que su padrino se acercaba y por un descuido suyo la pulsera se le cayó al suelo haciendo un sonido melodioso.
Harry se agachó para recogerla y cuando la tuvo nuevamente en su poder, levantó la mirada y...
Fue cuando sucedió.
Sintió como era expulsado para atrás y su rostro se ensangrentaba por las cortadas que miles de cristales le propinaban, no supo si fueron segundos, minutos u horas, pero fue como si se sumergiera en la nada durante bastante tiempo, su cabeza chocó contra el suelo, pero aún así su mano sostenía aquella pulsera de plata que se teñía de color carmín por la sangre que manaba de la mano del príncipe Harry.
No supo si fue un grito o muchos de ellos, que hicieron que su mirada se enfocara, aunque sus ojos le ardían y veía borroso, incorporándose se dio cuenta que no tenía sus lentes y fue ahí cuando miró al frente que todo lo ocurrido tomó sentido.
Y Harry pudo escuchar como su corazón y su alma se rompía en mil pedazos, una frase recorrió su mente en una fracción de segundos: "El destino no puede ser cambiado mocoso, todos los caminos conducen al mismo destino, por eso el tuyo es ser infeliz"
No supo como, pero tampoco le importaba, él ya se encontraba bajando como podía hacia la pista, no le importaba los gritos de alguien que corría tras él, tan solo importaba llegar, llegar hasta ella, porque ella era su felicidad.
El fuego se propagaba por los restos del avión que antes de despegar había explotado frente a los ojos de Harry, quien en ese momento al sentir que alguien lo tiraba al suelo y lo cubría porque una pequeña explosión hizo que volara una parte del avión, tan solo luchaba por librarse y correr hacia ella.
Recordó que aún tenía su voz y sin más gritó.
- ¡Hermione!
oOoOoOoOoO * oOoOoOoOoO
Lily Potter vio como su hijo no volvía a abrir los ojos, después de tanta insistencia de su parte, Harry había aceptado tomarse aquellas dos pastillas que lo ayudarían a dormir, aunque sea un poco.
Muchas lágrimas bajaron por el rostro cansado de la reina y acarició los negros cabellos de su hijo, en su mente gritaba ¡Por qué!, ¡que estaba pasando!, porque en el mundo existían personas crueles, porque su hijo tenía que sufrir. Ella trataba de no hacer ruido mientras lloraba, le había costado tanto convencer a Harry de que debía dormir, que no se perdonaría si lo despertaba.
Ella no supo cuanto tiempo estuvo llorando pero tampoco se sobresaltó cuando sintió que alguien la abrazaba, supo que era James que se sentaba a su lado para velar el sueño de su hijo.
Tres días, tres días habían pasado desde lo ocurrido en el aeropuerto, pero todos sentían como si hubiese sido en ese instante, Lily aún sentía como sus piernas corrían desesperadas hacia donde había dejado a su hijo, la explosión asustó a todo el mundo y el aeropuerto entró en pánico. James aún no recordaba como había bajado hacia la pista, pero si tenía la imagen de Sirius luchando contra su hijo para que no corriera hacia el fuego y aún tenía en su mente el rostro y cuerpo ensangrentado de Harry.
- ¿Por qué, James? – Preguntó en un susurro Lily - ¿Por qué?
James abrazó a su esposa para que pudiera llorar, vio el rostro vendado de Harry y sintió un nudo en la garganta. La imagen de Harry luchando por ir al avión incendiado regresaba una y otra vez, el grito de Luna al escuchar que no había sobrevivientes y que los cuerpos se habían desintegrado por el calor emitido por la explosión, todos en ese momento habían llorado y gritado pero su hijo no.
Harry al escuchar aquella información tan solo tenía la mirada hacia el vacío, desde que le aplicaron unos calmantes para poder sacarlo de la pista, él no había hablado y mucho menos llorado.
Desde que Harry supo que su novia, Hermione Granger había muerto tan solo miraba a la nada, sus padres le hablaban, trataban de ayudarlo pero ningún cambio se suscitaba.
- Los padres de Hermione, llegan hoy Lily – avisó a su esposa.
- Que les vamos a decir, James – sollozando – Hermione vino hasta aquí para ayudarnos y porque amaba a Harry, y ahora fue victima de esa maldita conspiración que se aseguró de destruir la vida de nuestro hijo hasta el final.
- Snape pagará por esto, Lily.
- Y de que valdrá, James – alzó la voz Lily – ¡De que valdrá, si Hermione está muerta y lo único que les podemos dar a sus padres es un funeral simbólico, porque ni siquiera el cuerpo de su hija está!
- Ven, vamos – abrazó a Lily.
James y Lily salieron de la habitación de Harry, eran las nueve de la mañana de aquel día, pero aquella alcoba estaba a oscuras ya que las cortinas estaban corridas. Ellos salieron haciendo el menor ruido posible, pero lo que no sabían era que su hijo al escuchar la puerta cerrarse, había abierto los ojos mirando a la nada.
oOoOoOoOoO * oOoOoOoOoO
En esa tarde el sol se asomaba tímidamente en el cielo, el aire era fresco en los acantilados blancos de Dover y un par de limosinas de color negro aparcaban en la hierba verde.
El sacerdote, Albus Dumbledore ya se encontraba ahí cuando la última limosina llegó y las personas que ya se encontraban en el lugar la observaron, los primeros en bajar fueron el Rey James Potter y la reina Lily, ellos vieron que los amigos de su hijo habían llegado.
Lily captó la imagen de dos personas alejadas de los demás, la mujer lloraba y el hombre la abrazaba, los padres de Hermione ya habían llegado por sus propios medios como les habían dicho que harían, no aceptaron ningún tipo de ayuda de parte de ellos.
- Harry – escuchó como James llamaba a su hijo – Vamos.
Harry sin decir nada tan solo salió del auto, sus ojos sin brillo y las ojeras delataban el dolor de su alma, aunque parecía que aún no aceptaba lo que había pasado.
Albus Dumbledore hizo que todos se reunieran, nadie dijo nada, el silencio era el aliado de todos, tan solo el sollozo de la madre de Hermione rasgaba el alma a todos los presentes.
El padre de Hermione desde que Harry había llegado no dejaba de observarlo, veía que no había ningún atisbo de dolor en el rostro de ese muchacho, no lloraba, no hablaba, no reaccionaba, lo cuál para el corazón dolido del Señor Granger fue un insulto, no le importó que su esposa al darse cuenta de su intención lo quisiera detener, tan solo caminó y llegando hasta donde Harry miraba a la nada, le gritó:
- ¡Por tú culpa mi hija está muerta! – Empujándolo - ¡Por tú culpa y al parecer a ti no te importa!
Harry perdió el equilibrio y el Señor Granger pensó que así ese muchacho le respondería o le diría algo, pero ante su sorpresa y dolor, el príncipe se quedó en el suelo, con sus ojos sin brillo mirando a la nada.
James y Lily reaccionaron, y se agacharon a ayudar a poner de pie a su hijo, la madre de Hermione jaló del brazo a su esposo, ambos padres se miraron y sin entender el estado de Harry se alejaron.
- ¿Estás bien hijo? – preguntó James pero no recibió respuesta.
El tiempo pasó y las lágrimas de Luna y Ginny brotaron con demasía cuando vieron que el sacerdote Dumbledore tomaba en sus manos una caja de cristal llena de pétalos de rosas de color rosado y rojo.
El llanto inundó el lugar cuando el padre de Hermione liberó los pétalos de rosa con lágrimas en el rostro, Ron abrazaba a Luna quien lloraba con dolor, al igual que Draco abrazaba a Ginny quien sollozaba mirando volar hacia el mar los pétalos.
Todos escuchaban las palabras del sacerdote, menos Harry quien al tener su mirada en la nada pudo observar como un pétalo rojo volaba cerca de él, en su mente escuchó claramente la risa de Hermione, en su pecho sintió como el dolor que había bloqueado crecía rápidamente y por fin pudo reaccionar.
- No te dejaré ir – susurró Harry.
James y Lily habían apartado la mirada de Harry por un momento, pero todo sucedió tan rápido y ninguno escuchó el susurro de su hijo, tan solo vieron como él caminaba tras el pétalo que por el aire se dirigía hacia el mar.
- No te vayas – dijo en voz alta.
James corrió tras su hijo al darse cuenta de que no tenía conciencia de lo que hacía y lo alcanzó abrazándolo, Harry al ver que el pétalo seguía su camino al mar, sintió como si un puñal una y otra vez atravesaban su corazón y de sus ojos miles de lágrimas escaparon, su voz por fin regresó y ante la mirada de dolor de todos, gritó.
- ¡No te vayas!, ¡No me dejes!
Harry dejando de forcejear aceptó el abrazo de su padre y dejándose caer de rodillas al suelo, miró a James y le dijo:
- ¿Por qué? – Llorando amargamente - ¡Por qué, papá!
El sol poco a poco se iba escondiendo y una fría brisa se dejó sentir, los gritos de dolor de Harry eran los únicos que se escuchaban en el acantilado blanco de Dover, mientras miles de pétalos de rosa se esparcían hacia el mar junto a las lágrimas que se llevaban el corazón del príncipe Harry.
Fin
Notas de Autor:
Hola, ¿Cómo están?, yo espero que muy bien y pues que todo en su vida vaya súper.
Como les comenté en mi anterior capitulo, este es el capitulo final del Príncipe Harry, antes que nada se que muchos de ustedes desde el inicio de esta historia tenían la idea de que este era un fic parecido a las películas de Hollywood, donde un príncipe se escapaba del palacio y se enamoraba de un chica fuera de la nobleza y bueno que a las finales terminaban felices para siempre.
Bueno sinceramente no están tan fuera del contexto, pero como han podido leer, el fic terminó distinto, en la mayoría de ocasiones para ser feliz tenemos que pasar por muchas pruebas muy duras y dolorosas, y eso es lo que he plasmado en esta historia para Harry.
Pero como también les comenté la historia tiene una segunda parte, porque obviamente no terminará así, va a tener su final feliz, pero aún hay pruebas que Harry tiene que superar, así que no se me pongan tristes y no me quieran matar.
Muchas gracias por todos los reviews que me han enviado, se que no contestaba reviews pero no duden que cada palabra escrita en ellos me han ayudado a seguir adelante y continuar esta historia que desde el inicio tuvo esta trama y este final.
Ahora si antes de despedirme, aquí les dejo el nombre de la segunda parte: "La Sombra de un Amor" y la pueden encontrar en mi perfil, ahí está el prologo y espero que me dejen el respectivo review para saber que tal.
Gracias amigs por todo y pues prometo no demorarme tanto en actualizar "La Sombra de un Amor" la segunda parte donde Harry será feliz.
Saludos,
Usagi Potter