Entreabro los ojos, desconcertado, preguntándome durante cuánto tiempo he estado inconsciente. La sangre que brota de una herida en mi frente me impide ver bien, tan solo puedo observar manchas borrosas, hasta que consigo centrarme un poco. Son mis compañeros los que yacen malheridos en el suelo, y viene a mi memoria que, antes de caer, todos estaban luchando con la totalidad de sus fuerzas. ¿Lo último que recuerdo? La mirada fría y distante de Sasuke antes de dejarme inconsciente.

Hago un intento de moverme, experimentando dolor por todo mi cuerpo. Es normal, ese condenado Sasuke me ha dado la paliza del siglo. Consigo alzar levemente mi cuerpo con los brazos, y me arrastro por el suelo, comprobando con mi escasa vista y con el tacto los cuerpos que encuentro a mi alrededor. Puedo percibir el sonido de una lucha no muy lejos de mi posición. Todavía hay gente en pie.

De repente, todo queda en silencio. Una angustia en mi pecho parece que vaya a partirme en dos, y una pregunta se formula en mi mente: ¿Y Sasuke?. La idea de que haya caído en combate hace que mis brazos flaqueen por el miedo. Incluso después de todo lo que ha hecho, incluso aunque no pelea en el mismo bando que el mío, incluso sabiendo que hace poco (o eso creo), casi me mata. Sé que la principal vida de la que he de preocuparme ahora es de la mía. Sé, que si sigo perdiendo tanta sangre, estaré más que perdido. Ante esa certeza, la única idea que hay en mi mente es la de encontrar a Sasuke y dedicar mi último aliento a decirle aquello por lo que he estado esperando cuatro años.

El silencio se hace cada vez más doloroso, me arrastro con todas mis fuerzas tratando de buscar algo que me ayude a entender qué está pasando. De uno de los cuerpos con los que tropiezo, obtengo una cantimplora y trato de parar la hemorragia de mi frente y aclarar mi vista. Lo que ven mis ojos al recuperar la visión me hace quedar paralizado de la impresión.

Veo a Sasuke ce rodillas en el suelo, con los brazos colgando a ambos lados de su cuerpo y la mirada perdida en quién sabe donde. A un metro de él, yace en el suelo Itachi, y mi intuición me dice que no volverá a levantarse nunca más. Trato de acercarme a Sasuke, que sigue como ido. Por fin, llego cerca de él, consiguiendo alcanzar un pedazo de su ropa y tirar de él.

-Sa…Sasuke….-trato de llamar su atención, pero él no se inmuta ni un momento-…te….estoy…hablando…bastardo…

-…Está muerto, papá…-murmuraba para sí completamente ido-…Itachi está…muerto.

-Sasuke, reacciona…-de repente, un escalofrío recorre mi espalda al ver una lágrima derramarse por su rostro-…ya has…conseguido lo que…querías…-le hablo trabajosamente-…ya puedes…volver…conmigo…

-…-sin dejar de mirar al frente, agarra con fuerza el brazo que sostiene su ropa-…lo he perdido todo…mi razón para estar vivo yace inerte ante mí. No hay lugar alguno al que pueda volver, no hay más que un enorme vacío aquí dentro, ni un alma, ni un corazón…¡no hay nada!- su otra mano se aferra con fuerza a su cuerpo como si quisiera arrancarse el corazón y su rostro está bañado en lágrimas.

-¿Y…qué…esperabas…?- trato de acercarme más a él pero no me alcanzan las fuerzas -…siempre tendrás…un…lugar…al que…regresar…- estoy mareado, la falta de sangre empieza a hacer estragos en mi cuerpo -…vuelve…- las lágrimas se empiezan a estancar en mis ojos –¡…vuelve conmigo!

Se queda pensativo unos instantes, su mirada cambia en algún aspecto extraño que no logro descifrar. De repente, otra figura aparece cerca de nosotros: el hombre que le aparto de mí y de su hogar…Orochimaru.

-Lo tengo todo calculado…-me dirige ahora su mirada y soltando bruscamente mi mano de su ropa se pone en pie-…yo dejaré de existir, pagaré la deuda que he asumido, mi único motivo de vida ha sido cumplido.

-…n-no puede ser…-mi cuerpo se estremece por el terror- ¿Y tu clan…?- trato de persuadirle con todas mis fuerzas aunque sé que es inútil esperar un resultado.

-Él me prometió encargarse de ello por mí- comienza a caminar hacia él con tranquilidad, alejándose de mí.

-Sasuke…espera…¡espera…!- una fuerte tos se hace dueña de mi garganta y escupo algo de sangre -…no te vayas…tengo algo…que quiero…decirte…hace tiempo…

Mis palabras no le hacen detenerse, pero no pienso rendirme.

-Sasuke…eres la…persona…más import-cof…importante…para mí…-las lágrimas salen de mi rostro sin control- siempre he…estado…enamorado de…tí…

-Eso…- se detiene unos segundos -…es absurdo, no tiene ningún sentido- responde en un todo que pretende sonar frío, pero puedo percibir un leve titubeo en su voz- no hay vuelta atrás posible- cuando casi ha llegado junto a Orochimaru, hace un gesto de despedida que me resulta familiar: aquella vez cuando quiso advertirme de que no había muerto, de que Haku no le había matado.

Observé, completamente impotente, cómo Orochimaru se acercaba a él con una sonrisa asquerosa y despreciable. Me arrastré con todas mis fuerzas, sin apenas resultados pero sin rendirme ni un momento, tratando en vano de llegar hasta su lado. El despreciable sannin, deslizó su mano por tu rostro, tomándolo finalmente con ambas.

-Sasuke…¡SASUKE…!- grito desesperado, arrastrando mi cuerpo dolorido y agotado.

Me echas una última mirada de reojo y entonces, solo entonces, pude ver una sonrisa aparecer en tu rostro antes de que Orochimaru juntase sus labios con los tuyos. Una luz cegadora os envolvió y rayos de luces comenzaron a rotar a vuestro alrededor.

Cerré los ojos con fuerza y grité un "NO" desgarrador con las últimas fuerzas que me quedaban, y finalmente, perdí el conocimiento.