'Sailor Moon', así como sus personajes, son propiedad de la magnífica Naoko Takeuchi -mi heroína!-

La canción 'Yo Quisiera ser' es propiedad de Reik

La historia en general así como la corriente imaginativa es propiedad de pinko

[Oneshot Situado después de que los Three Lights regresan a Kinmoku. La princesa Kakyuu, al ver el estado de Seiya durante los meses posteriores de la despedida en la Tierra, decide darle a él y a Serena una segunda oportunidad...

'pensamientos' –diálogos- --------cambios de escena-------- flashbacks

'Yo quisiera ser'

[Epílogo

Año 2007

Ciudad: París

Recién amanecía, cuando las luces de París empezaron a apagarse. La vida nocturna en aquella ciudad era casi tan dura como la laboral. Poco a poco las iluminadas calles comenzaban a oscurecerse y quedarse en una tenue claridad por el naciente amanecer.

Las tristes notas del piano lo despertaron. Se incorporó en la cama frotándose los ojos con ambas manos, su cabellera oscura se agitó en el movimiento. Bajó de la cama con cansancio y caminó fuera de su habitación llegando a la sala.

La melodía triste y melancólica acompañó todo su camino hasta encontrar al responsable de haberse despertado tan temprano.

-¿Seiya?-

Dejó de tocar rápidamente. Habló con tranquilidad –Dime-

-¿tienes idea de qué hora es? ¿No se supone que tienes clases más tarde? ¿Desde qué hora estas despierto?-

Sonrió y tocó algunas notas mientras hablaba –es temprano, recién está amaneciendo. Sí, tengo clases más tarde y estoy despierto desde que llegué-

-¡¿desde que llegaste?! ¡¡Pero si llegaste ayer!!- se acercó –deja de tocar y anda a dormir, te quedan un par de horas-

Negó con la cabeza –si me acuesto ahora no paro hasta mañana-

Se acercó hasta apoyarse en el piano -¿te sientes bien?- habló preocupado –si no te gusta aquí sabes que puedes regresar a Londres en cualquier momento-

Asintió –no es eso- dejó de tocar –París me encanta, sólo mírala- volteó hacia los enormes ventanales que eran la principal atracción del lujoso edificio

-¿entonces? Qué explica que estés tocando el piano a las cinco de la mañana. El Seiya de Londres duerme cuando menos sus 12 horas-

Rió –no exageres, Taiki- habló sin dejar de ver la hermosa vista –no duermo tanto- pausó unos segundos –en realidad, desde que bajé del avión me siento como extraño-

-suele pasar. ¡Primo! Acabas de dejar tu hogar de casi 20 años, cómo no te vas a sentir raro-

-es que no es ése raro…es como nostálgico. Como la sensación de haber estado antes aquí-

Pensó unos segundos –pero nunca habías venido aquí, siempre has vivido en Londres-

-Exacto- volteó a verlo –Nunca he estado aquí-

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-¡Buenos Diiiiias!- sacó un vaso y lo llenó de jugo de naranja

Recibió el vaso y bebió el contenido –Buenos días. Ya me voy-

-¿Cómo? ¿No vas a desayunar conmigo?- Sacó un plato del horno y se lo mostró -¡Hice hotcakes!-

Sonrió –Lo siento, Mina. Pero tengo que llegar temprano-

-¿A dónde que te vas a perder mis deliciosos hotcakes?-

Se acomodó el bolso y revisó su reloj de pulsera –A la Universidad, tengo que ir a recoger mi horario y ver unas cosas antes de empezar clases-

-¿Pero vas a venir a almorzar?- Cruzándose de brazos –Hace mucho que no pasas tiempo con tu hermana mayor, Sere-

Se acercó hasta ella –Pues yo no tengo la culpa que mi hermana mayor tenga aún una semana más de vacaciones- Besó su mejilla –Cualquier cosa, te llamo al celular- salió de la cocina -¡Adiós!-

Ella salió de la casa y volteó a ver la autopista por ambos lados. Sus bucles se mecían con la brisa suave de la primavera y acompañaban su semblante preocupado y fijo. Cruzó y sacó sus lentes negros del bolso. Se los puso protegiendo sus azules pupilas del astro solar que empezaba a proyectar mas fuerza en sus rayos.

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-¿Y no hay alguna manera de cambiar un par de horas?- Siguió insistiendo
-Lo siento, señor Kou. Pero a los estudiantes nuevos se les fija un horario. Para el próximo semestre, de acuerdo a sus calificaciones usted podrá hacer los cambios que guste. Pero, como ya se lo dije, por el siguiente semestre ESTE será su horario- Habló la mujer de mediana edad con un tono neutral y repetitivo

-Pero aunque sea este período del viernes, no puedo tener clases tan tarde-

-Señor Kou- lo miró a través de sus anteojos –son reglas de la institución. Entienda que si cambiamos su horario también tendríamos que cambiar los de los demás alumnos nuevos- Ordenó unas carpetas que tenía sobre el escritorio

-Pero est- el teléfono de la oficina empezó a sonar

-Un momento- se volteó hacia el aparato y apretó un par de botones.

Una voz invadió el cuarto y opacó la música suave que provenía de la computadora –Secretaria Yumikzo, acaba de llegar la señorita Tsukino-

La mujer sonrió –Gracias, Tomoe. Dígale que pase por favor- apretó un par de botones más

-¿Y qué hay con lo de mi horario?- Tomó el papel señalando el día viernes –No puedo salir tan tarde la Universidad, sólo ése cambio-

-Señor Kou, me temo que como USTED bien sabe no hay nada que podamos hacer- Unos golpes en la puerta se escucharon –Hemos estado la pasada media hora hablando sobre este tema. Ahora tengo que atender a la señorita Tsukino, le ruego que continúe con sus labores- Se paró dio la vuelta al escritorio y abrió la puerta –Buenos Días, querida- Tomó una de sus manos -¿Qué tal el viaje?- Regresó a su puesto detrás del escritorio

Avanzó en la habitación –Muy bien, señorita Yumikzo- se percató de la presencia del joven –Oh, lo siento no sabía que estaba ocupada-

Sonrió –No te preocupes, toma asiento. El señor Kou está por irse- Lo miró con una sonrisa de cortesía

Bufó suavemente y se puso de pié –Quisiera seguir conversando sobre este tema- No acostumbraba a darse por vencido

-Por supuesto, señor Kou. Puede esperar a que termine con la señorita Tsukino o bien venir a mi oficina en otro momento- Acomodó sus lentes

-De acuerdo- dio media vuelta y se encontró por primera vez con el rostro de la joven. Era hermosa. –Permiso-

Ella lo vio. Ambas miradas azules se cruzaron por segundos y ella sintió que se dijeron frases de más –Propio- dijo suavemente

Él quiso decirle algo más pero avanzó y salió de la oficina.

-No se da por vencido, quiere cambiar su horario sí o sí y bien sabes que no puedo hacerlo- guardó unos papeles y miró extrañada -¿querida? Toma asiento ¿qué sucede?-

Ella volteó a ver a la mujer -¿Cómo dijiste que se llamaba?-

Sacó uno de los papeles que acababa de guardar y leyó –Kou… Seiya Kou-

-Kou…-

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Seiya salió de la oficina de la rectora. ¿Quién era ella? Verla… había algo en ella que no había visto nunca y que sentía conocer desde siempre. Algo, algo tenía… algo que él ya conocía y que ¿extrañaba?

Caminó unos cuantos pasos y se sentó en un sofá fuera de la oficina. Una mujer lo miraba desde su escritorio que se encontraba frente a él.

-¿Vas a esperar a que termine la señorita Yumikzo?- habló sin dejar de verlo con las manos sobre el teclado de un ordenador.

La voz de la mujer lo sobresalto ligeramente –Ahh, sí. Necesito resolver un problema-

Tomoe volteó y tecleó sin mirar sus manos –Es imposible que te cambien de horario, nunca lo ha hecho ni nunca lo hará-

Esa frase despertó su vanidad y sonrió –Siempre puede haber una primera vez-

La mujer no pudo evitar sonrojarse y se escondió tras el monitor al tiempo que tecleaba más rápido.

Él volvió a sonreír. Era tan fácil…

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-Te noto un poco perturbada ¿sucede algo?- la miró maternalmente

Ella no lo podía olvidar. –No, claro que no- negó tratando de alejar ese rostro que seguía en su mente -¿Qué clases me tocan hoy?- No, no… esa mirada ¿Qué tenía esa mirada?

-¡Es cierto! Ay discúlpame, estoy tan atareada. Sólo quiero que este primer día termine- Abrió uno de los cajones y saco un fólder

-No se preocupe, la entiendo. Siempre el primer día debe ser agotador-

-No te imaginas cuanto, querida- Sacó una de las hojas y apuntó algunas cosas sobre la parte superior –Como te encontrabas fuera del país en el momento de la matrícula, acomodé los períodos de la forma en que me lo pediste-

Sonrió aliviada –Muchísimas gracias, señorita Yumikzo. No sabe lo que significa para mí-

-No te preocupes, Serena. No fue ninguna molestia-

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Ojeaba una revista sin prestar mucha atención a los artículos. Llevaba esperando más de media hora y la joven no salía. Su cambio de horario y ese fastidioso período que tenía de 6 a 8 de la noche todos los viernes habían pasado a segundo plano desde que vio aquella jovencita. Había algo que lo motivaba, había algo en ella que él se encontraba deseoso por conocer y a la vez sentía que la había visto antes. Pero ¿dónde? ¿Dónde olvidar ese rostro lleno de luz?

En eso, la perilla de la oficina principal dio vuelta y apareció frente a él esa mirada que le había robado el pensamiento.

Ella también lo vio. La perilla se escapó de sus manos y la puerta se cerró con golpe. El teclado dejó de sonar y ahora no solo él la estaba mirando. Sonrió inocentemente –Lo siento-

Tomoe volvió su vista al ordenador –No te preocupes, Sere. Estoy acostumbrada a que azotes las puertas cuando sales y entras-

Sonrió nuevamente –Eso no es cierto, yaaa- Rió

Esa sonrisa. Esa risa. No podía apartar su mirada de ella.

-Hola- lo miró

Él se puso de pié. –Hola- la miraba a los ojos. No podía apartar su mirada de ella.

Ella desvió la mirada –la señorita Yumikzo ya se encuentra disponible-

-Ah- No podía apartar su mirada de ella.

Sonrió. -¿no querías hablar con ella?-

¿Qué estaba haciendo? ¿Babeando por una joven que acababa de conocer? Se irguió –Claro, si- él apartó la vista de ella y se dirigió a la puerta

Ella volteó a verlo -¿deseas cambiar tu horario, verdad?-

Él volteó a verla. –Sólo quiero cambiar mi último período del viernes-

-¿Sabes? Éste no es el mejor de los momentos, ¿por qué no la buscas después de clases?-

-¿tú crees?-

Asintió –Hoy por la tarde ven a verla y coméntale lo bien que te ha ido en el día, le gusta tener conversaciones amenas con sus alumnos. Y cuando creas conveniente menciona el cambio del viernes-

-Muchas gracias- Sonrió. Esa sonrisa encantadora por fin apareció.

Y ahora ella no podía apartar su mirada de él.

Extendió su mano –Seiya Kou-

Ella no podía apartar su mirada de él –Serena Tsukino- ella sonrió. Y cuando estaban a punto de tocarse…

¡RIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIING!

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Ella caminaba por los pasillos de la universidad mirando con atención su horario. Una atención ubicable pero poca, una atención opacada por el recuerdo de aquel joven que encontró esa mañana. Poco después de que sonó el timbre anunciando el primer período ella salió tan rápido que dejo sin oportunidad de estrecharse las manos.

Él trataba de encontrar su salón cuando la vió. Parecía bastante concentrada en uno de sus cuadernos. Sonrió. Qué increíble suerte estaría asomando por su lado.

-Hola-

Ella levantó la mirada. Sonrió. De la única forma que se sonríe cuando realmente tienes ganas de hacerlo –Hola-

Esa sonrisa. Nervios, desvíos –Eem, ¿sabrás dónde queda el Aula Magna B?-

Ella rió –Claro que sí, y me temo que estás un poco lejos de ella. ¿Qué clase tienes ahí?-

Revisó su horario –Aula Magna B, Economía Genera, en 10 minutosl. Urgh… una clase que no me va a gustar-

Rió –no te preocupes, es un curso general. No es tan difícil como suena- lo miró guardar su horario –te enseño donde queda, vamos-

Y comenzaron a caminar…

-donde estábamos hace un momento es el pabellón de Letras. El aula magna A y B se encuentran saliendo del pabellón hacia antes del coliseo-

-¿desde cuándo estudias aquí?-

-desde el ciclo pasado. Ya llevé Economía general y créeme no soy buena en números y no me pareció tan terrible-

-confiaré en ti entonces-

Rió -¿acabas de trasladarte?-

Asintió –Sí, estudie durante casi un ciclo en Londres pero antes de terminarlo tuve venir aquí a continuar mis estudios-

-Vaya, yo sólo he ido a Canadá, fuera de eso nunca he salido de París-

-Bueno París es tan maravillosa que no da ganas de dejarla-

-Es cierto, es increíble vivir aquí- Paró –Bueno llegamos, esta es la entrada principal-

-Muchas gracias, otra vez-

-No hay problema-

Sonrió –creo que nos quedó un saludo pendiente, o ¿saldrás corriendo otra vez?-

Se sonrojó –no, esta vez no-

-Bueno-

Él estiró su mano y ella la estrechó. Él la miró. Ella lo miró. Y de repente el mundo ya no era mundo y eran sólo ellos dos.

Hasta que nuestros sueños y el destino nos vuelvan a juntar

-Yo…- y él la miró y se perdió.

Ella lo miró y no habló

Respiró y miró su mano que tomaba la de ella aún –Eem… ¿te gustaría salir algún dia?-

Y ella respiró y sonrió –Me encantaría-

Y sus manos no se soltaban, ni sus miradas. Y él sonrió y ella sonrió y por fin la espera se acabó.

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Realmente no me esperaba este epílogo pero qué puedo decir… los exámenes finales me inspiran. (Ojala me inspiraran a estudiar, pero en fin…) Últimamente he estado retomando FF y me he encontrado con historias realmente increíbles. Qué bueno que nuestra red siga creciendo y que hayan tan maravillosas historias que compartir. Podría recomendar algunas pero se me va el tiempo :C muchos saludos y espero leer sus comentarios, que siempre son muy bien recibidos.

-p i n k o