Tras varios años desde el comienzo de esta historia, este es el día en que llega a su fin, sé que no ha sido fácil la espera, y que muchos me habrán odiado por la misma, pero espero que sepan perdonarme.
Espero que os haya gustado la historia y que este último capítulo os guste también.
Gracias, muchas gracias a todos los que habéis estado con ella desde sus comienzos y habéis tenido la extraordinaria paciencia de llegar hasta este día.
Gracias por los comentarios y el apoyo, por las lecturas silenciosas y por los agradecimientos, gracias por la oportunidad que le habéis dado y deseo que no os defraude la misma.
El séptimo Horcux:
Abrió los ojos y miró al techo, era el mismo que llevaba contemplando demasiado tiempo, eso no debería ser malo, y sin embargo, tampoco podía decir que era bueno.
¿Cuántos años llevaban en esa casa?, miró a su lado derecho, encontró la siempre reconocible cabellera castaña rizada de su esposa, esa que siempre la hacía parecer medianamente loca al despertarse por las mañanas.
Se giró para contemplarla mejor, y al hacer eso, pudo ver el reloj muggle que marcaba la hora y decía también la fecha en la que se encontraban.
En cuanto su cerebro procesó la misma, su respiración se paró en seco, no era posible, debía ser una broma, ¿cómo había podido olvidarse por completo el día en el que se encontraba?
Era todo culpa del sueño que había vivido, sintiendo asfixiar por momentos, se destapó con prisas y se puso en pie, debía despejarse, debía tranquilizarse, pensar, actuar, debía hacer tantas cosas, más el miedo y la incertidumbre no lo dejaban actuar.
-Maldición.
Furioso y sintiéndose un maldito incompetente, cogió el reloj entre sus manos y lo voleó lejos, el estruendo que provocó al estrellarse contra una pared y después caer en mil pedazos al suelo, despertó a su mujer en el acto.
-¿Qué…? ¿Harry?
-No me llames así.
Dijo entre dientes, en pocos momentos sintió la mano de ella sobre su espalda:
-¿Qué tienes?
-¿Acaso no es obvio?, maldita sea, es 9 de Septiembre, hoy cumple once años, hoy, maldición. Creí en ti, en tus promesas, en que todo saldría bien, que lo habríamos resuelto para estas fechas, que todo saldría bien, y que ella…
Mierda, tengo que irme, tengo que desaparecer, nunca fue buena idea, nunca debí admitir esperar, ahora puede ser demasiado tarde.
-Tranquilízate, no sabes si todo es igual o no, ninguno lo sabe, maldita sea, puede que nada pase, Lestrange lleva años sin dar señales de vida, puede incluso que haya muerto.
No puedes echarlo todo a perder por miedo, nunca antes te has dejado llevar por este, no pienso permitir que lo hagas ahora, el hombre del que estoy enamorada no huye, no teme, maldita sea, te dije que justos hasta el fin y así será.
Miró a esta fijamente y cuando estaba a punto de besarla, escucharon que llamaban a su puerta.
-¿Papa?, ¿Mama?, ¿qué fue lo que paso?
Ambos se miraron fijamente y rápidamente cambiaron el aspecto del otro:
-No fue nada, tú padre que es un patoso, tiró el despertador cuando le anunció que debía levantarse, ya sabes lo poco que le gusta madrugar.
Esta abrió la puerta, y ante ambos se encontraron con una Luna que parecía no haber dormido demasiado bien esa noche:
-¿Estás bien cariño?
Le preguntó enseguida, Luna negó unos segundos para después bostezar:
-No dormí bien, tuve pesadillas, y ahora tengo mucho sueño.
-No pasa nada, hagamos una cosa, tú y el perezoso de tu padre, podéis quedaros en la cama un poco más, mientras yo prepararé un rico chocolate caliente para todos, ¿qué dices?
Luna sonrió y seguidamente lo miró a él, en cuanto sus ojos y los de su hija hicieron contacto sintió un escalofrío recorrerlo y tuvo que cerrar los puños, una punzada de dolor lo recorrió entorno a la cicatriz, forzó una sonrisa para ella, y sin más se acercó a la cama y se dejó caer en esta, se llevó una mano a la frente aparentando taparse los ojos:
-Perfecto, entonces apaga la luz de paso.
Luna no tardó en reunirse con él en la cama, juntos, se taparon hasta arriba, y en un impulso la abrazó contra él.
Hermione no tardó en apagar la luz y cerrar la puerta para dejarlos solos.
"OPV"
Al escuchar que llamaban a la puerta con insistencia, se limpió el rostro lo mejor que pudo, maldita sea, ¿quién podía molestarla a esa hora?
¿Acaso no podía llorar tranquila?, Harry tenía razón, ni ella ni Ron habían encontrado nada para parar lo que estaba a punto de pasar, y pese a todos sus esfuerzos por encontrar a Lestrange, no habían tenido ni la más mínima pista de ella, maldita desgraciada, ¿por qué se estaba ocultando con tanto esmero?
Una vez su rostro limpio, se dirigió a la puerta de la casa, al abrirla se quedó de piedra, ¿cómo los habían encontrado?
-Hola, ¿podemos hablar?
No pudo responder, no sabía que responder sinceramente, miró tras de sí, con cierto temor a que alguno bajara en esos precisos momentos.
-¿Qué hacéis aquí?, ¿cómo nos…?
-Ya han sido demasiados años, no puedo más, quizás hoy sea el última día y…
-Calla, eso no pasará, me oyes, no lo refieras si quiera, ¿quién os dijo como encontrarnos?
-Luna Lovegood, ella, bueno, no la culpes, es el aniversario de la muerte de Neville, y al ver a Alice derrumbarse una vez más, no ha podido seguir callando.
-¿Han ido a ver a Neville?
-Como todos los años, nos dimos cuenta de que aún no habíais ido a ver su tumba, porque no estaba el ramo que Harry siempre invoca para él y temí…
-Si algo ha de pasar, se supone que será en la noche, pero te repito que nada sucederá.
-Me gustaría tener tu fe chica.
-A mí que te lo creyeras, de todas formas, solo queremos unos minutos, lo justo para que nos deje hablar.
-Eso será imposible, solo admite hablar con Remus, ni siquiera a Sirius le ha dejado acercarse a él, y eso que con él pasó algo de tiempo.
-Sirius está destrozado por ello, nos negó la palabra también a nosotros, nos culpa de que Harry lo echara de su vida.
Miró significativamente a ambos y cuando estos bajaron las miraras, suspiró:
-Hoy no es un buen día para esto, se ha levantado de malas, ahora está con Luna intentando que ambos duerman algo, podéis pasar a tomar un café, os contaré todo lo que deseéis saber, pero debéis iros antes de que alguno despierte.
-Me prometiste que hablarías con él, que lo convencerías para…
-Que os diera una oportunidad, ¿crees que no lo he hecho?, sí que lo intenté, pero está cerrado en banda, Señores Potter, no les perdona y no sé cuánto tardará en hacerlo.
Lily Potter dejó escapar unas cuantas lágrimas de sus ojos a la par que James la abrazaba por los hombros, ambos contaban con once años de intentos a sus espaldas para acercarse a Harry, y este se había negado en redondo a verlos o hablarles, había dejado en claro que lo mismo que había vivido dieciséis años sin ellos, podía vivir el resto de sus días, fuera cuanto fuera eso.
Había intentado convencerlo, decirle que tenían derecho a explicarse y a que conocieran a Luna, pero estaba segura de que había más tras esas negativas de Harry.
-Fue una ceremonia preciosa, una pena que no la hicieseis pública.
-Temíamos lo que podría pasar si se enteraban los mortífagos, no deseábamos que nos hicieran una visita el día de nuestra boda.
-¿Sabes que todo el mundo mágico se pregunta dónde estáis y lo que ha sido de vosotros?
-Estoy seguro que si regresaseis seríais una bomba mayor que la de Ginny Weasley y Draco Malfoy.
Sonrió ante las palabras de James, su amiga sí que había dado la nota, había tenido una pelea con todos y cada uno de los miembros de su familia ante todo el ministerio de magia, y cuando estalló, no se le ocurrió otra cosa que coger a Draco Malfoy y al primer ministro, (Kinsgley), y delante de todo el mundo hacer a este que los casase sin más.
Sus padres discutieron, sus hermanos pelearon, pero ja, Ginny no se inmuto, y ante todo y todos, besó a su nuevo esposo y declaró que no permitiría que nadie los hiriera y que si no admitían ese matrimonio, bien podían hacer como los Black´s, y quemar su nombre del árbol genealógico.
-Sin duda es una Weasley en toda regla.
Sentenció sin más, seguidamente sirvió un café a cada uno y se sentó frente a ellos, tras un silencio que se les hizo sumamente incómodo, Lily preguntó;
-¿Cómo está?
Miró a esta fijamente, los mismos ojos que su esposo e hija, desearía poder mentirle, decirle que todo estaba bien y que dejase ese rastro de preocupación que había en su mirada, pero eso no serviría de nada:
-Asustado, esta mañana estrelló el despertador al comprender el día que es, me sorprende que haya tardado tanto en mostrarse así, siempre ha querido hacerse el fuerte, y temo que me está ocultando algo, hay una cosa que no quiere dejar salir, no sé de qué se trata.
-Yo creo que…
-¿Qué habéis venido a hacer aquí?
La voz de Harry la hizo soltar la taza que sostenía entre sus manos y que esta se estrellara contra el suelo, sorprendida se puso en pie, no había dado dos pasos cuando James inquirió:
-Tienes que escucharnos, hay una razón para todo lo que…
Harry lo fulminó con la mirada, la cual en esos instantes era de un azul helado:
-Nada, hacedme el favor de iros y no regresar nunca más.
Notó enseguida el dolor en su voz, maldita sea, no debió dejar que entraran, debió prevenir que algo así podía pasar, si Luna llegaba a despertar.
-Considero que tendrías que escucharlos.
Se atrevió a decir, cuando este la miró, se sintió sucia, era como si lo estuviera traicionando:
-¿Escucharlos?, ja, no me hagas reír por favor, no quiero escuchar nada que tengan que decir.
-Pero hay algo que…
Ahora fue Lily la que hablo y se puso en pie decidida a acercarse a él, pero Harry dio un paso hacia atrás y furioso inquirió:
-Nada, largo, y no quiero repetirlo más.
Todo a su alrededor comenzó a moverse con una fuerza increíble, todos a una miraran hacía él, pero cuando Luna apareció asustada y corriendo hacía Harry, todo se detuvo en seco, Harry la cogió como acto reflejo y la pegó a él:
-¿Qué pasa?, ¿qué te pasa?
Sintió una pequeña punzada, ahora la que temía era ella, Luna tenía esa extraña conexión con Harry, esa que nadie podía explicarse, ella podía ser su bálsamo o detonante, dependía del propio estado de la pequeña.
-No es nada, solo que hay gente que no entiende las cosas a la primera.
-Ha…-James Potter recibió tal mirada gélida por parte de Harry que Hermione se sorprendió al ver como retrocedía un paso: -Quiero decir, James, si nos dejaras tan solo explicarte lo importante que era que…
-¿Quiénes son ellos?
El silencio se hizo en el lugar, ninguno apartaba la mirada de Luna y cansada de todo eso, Hermione declaró:
-Ellos son Lily y James, Luna cariño, son los padres de tú padre, tus abuelos.
La mirada de reproche de Harry no se hizo esperar, y ella tan solo lo miro seriamente, se había cansado de tantas tonterías, ese día pese a que no fuese el mejor de todos, había decidido que arreglaría todo, además de tomar otra decisión, si no conseguían cambiar todo lo que estaba por venir, le confesaría a su hija toda la verdad con respecto a ellos.
-No tienes ningún derecho a…
-Ya basta James, esto es absurdo, maldita sea, sí están vivos, y sí, quizás debieron actuar de otra manera, hacer las cosas diferentes, pero después de todo están aquí, llevan once malditos años disculpándose, ¿sabes que Sirius no les habla tampoco?
-¿Qué pasa con el tío Sirius?
-¿Acaso lo conoces?
Inquirió James Potter sin comprender, Luna asintió mientras sonreía:
-Claro que sí, el tío Remus y el tío Sirius siempre vienen juntos a visitarnos.
Al ver la cara furiosa de James y como Lily miraba dolida hacía ella, Hermione tragó saliva e inquirió:
-Luna, cariño, eso podías habértelo ahorrado amor, ve a cambiarte y luego todos desayunaremos juntos.
Harry puso a Luna en el suelo y esta corrió escaleras arriba, Harry sin mirar a nadie en concreto, salió de la cocina, no supo descifrar a donde iba con exactitud.
-Eso no es nada justo, acabas de decirnos que tampoco habla con Sirius, y sin embargo mí nieta parece adorarlo.
-Es que es verdad, Harry no habla a Sirius, pero tampoco pudo negarle ver y conocer a Luna, para él, Sirius es el padre que nunca llegó a tener, te guste o no James, Sirius, representa ese algo que tú nunca diste.
Sabía que había herido a este, pero todos debían entender los sentimientos de los demás para poder avanzar en algo.
-Es lo que nosotros buscamos amor, desde siempre fue así, y no puedo odiar a Sirius por ello, pues en su verdadera vida, sin Sirius, nunca habría sabido lo que es ser querido de esa forma. Remus también hizo un gran trabajo, nos guste o no, Harry no tiene un padre solamente, en su corazón, tú eres el padre de nombre, Sirius de práctica.
-Eso es porque él no ha querido que sea de otra maldita forma, no me deja acercarme, él…
-Está herido, asustado, se siente traicionado, son muchas cosas, os dejaré estar con Luna, acabáis de ver que él también lo ha admitido, eso es un gran paso, pero no le pidáis mucho más hoy, quizás mañana o…
-Nunca, hoy podría ser el último que…
-Ya te dije que no pensaras en eso.
-¿Pensar en qué?
Luna había vuelto, traía su cabello recogido y sonreía contenta, Lily le devolvió la sonrisa y esta se sentó cerca de Hermione:
-En qué regalarte pequeña, ya tienes once años, y no estábamos muy seguros de qué podría gustarte.
-Conoceros ya es un paso.
Dijo esta sencillamente:
-Luna, si no hemos venido antes, ha sido porque…
-No hace falta, mi padre ya vino a explicarme la razón, me dijo que habíais intentado conocerme muchas veces, pero que él está muy enfadado con vosotros y que no lo permitió. Me ha dicho que es su culpa y que no piense que no me queréis, porque es todo lo contrario.
Un nuevo silencio cargado de sorpresa se estableció en el lugar, un silencio que Lily rompió poniéndose en pie:
-Ahora regreso, voy a ver a ese maldito necio.
-Ha salido, me pidió que te reunieses con él, en la fuente que tú ya sabes.
Todos se miraron entre sí, y Hermione suspiró:
-No te importa quedarte sola unos momentos con tus abuelos, ¿verdad que no?, además, mis padres llegarán pronto también.
Antes dijo esas palabras, antes se escuchó el sonido del timbre, Hermione llegó a la entrada, cogiendo su chaqueta y poniéndosela abrió la puerta, en ella se encontraban, en efecto, sus padres.
Y para su sorpresa, Sirius:
-Vaya, no te esperaba hoy.
-Eso sí que es extraño, Remus me dijo que vendría con Nym y Tey, aunque no me dijo hora.
-Eso es perfecto, me alegro de que estés aquí, así podrás hacer las presentaciones pertinentes, yo debo salir unos momentos.
-Pero hija, ¿a dónde vas?
-Con mi esposo madre, luego te explico, Sirius, cuando entres a la cocina aléjate lo más que puedas del hombre que esté allí.
Y si es posible, coge a Luna en brazos para que te proteja.
Sirius la miró sin comprender y alarmado, sus padres estaban en la misma situación, pero sin añadir nada más, salió de la casa corriendo.
"OPV"
Cuando entró a la cocina, enseguida entendió las palabras de Hermione:
-Al fin sé de quién heredé mi color de ojos.
Escuchó a Luna decir divertida y nada más asomar por la puerta con los Granger palideció al ver a su mejor amigo y a su esposa allí, ¿qué se supone que se había perdido?
-Tío Sirius.
Luna corrió hasta él, y sin dudar la cogió en brazos, y la apretó contra él, y más cuando James lo miró fijamente.
-Creo que mi hija tenía razón, no es mala idea que dejes a Luna contigo por un rato.
¿Quiénes son ustedes si no es indiscreción?
Preguntó la señora Granger con interés:
-Son mis abuelos, abuela Jean, los padres de mi padre.
-Los padres de tú…un momento, eso es…
-Hay una historia muy, muy larga tras esto Jean, otro día con más tiempo y calma se lo resumiré.
-Un gusto conocerla, yo soy Lily Evans, y él James Evans, mi esposo.
-Un gusto también, Jean y mi esposo George.
Ambas mujeres se sonrieron una a la otra, y sin más comenzaron una conversación entre todos ellos, sin embargo, Sirius se aseguró de quedarse a una buena distancia de James y de no soltar a Luna en ningún momento.
"OPV"
-Es demasiado.
Escuchó a Hermione a su lado suspirar:
-Lo sé, sé que es mucho Harry, y que no es fácil, pero creo que debemos hablar con Luna, decirle todo lo que nos dé tiempo, si no podemos cambiar nada, y ella al final realiza ese viaje, prefiero que esta vez vaya informada, quizás eso haga la diferencia absoluta.
-Hermione, quizás eso solo consiga enloquecerla, y que todo cambie para peor, ¿no ves que jugar con el tiempo es nefasto?, maldita sea, nada bueno puede salir de todo esto.
-¿Prefieres que sea la otra opción?, ¿que este sea nuestro último día con ella?
Miró a Hermione de frente y vio que estaba llorando:
-No morirás, porque esta vez huiras, me estás escuchando, huirás con nuestra hija, no te quedarás, no regresarás, me abandonaras si es preciso.
-No puedes pedirme eso, no puedes…
-Tú no puedes pedirme que te vea morir, que te pierda para siempre, no lo aceptaré, ¿me escuchas?, así tenga que dejarte fuera de juego, conseguiré que no regreses.
Hermione se puso en pie furiosa:
-Eso no es lo que hemos estado acordando durante tanto tiempo.
-¿Acaso llegamos a algún acuerdo?
Él también se puso en pie furioso: -No, Hermione, no lo hicimos, y la razón es que no me dejaste opinar, no querías escucharme, proponías cosas y esperabas que asintiera a todo sin más, cada vez que te decía algo te exaltabas y…
-POR QUE TÚ ÚNICO PENSAMIENTO ES SALVARNOS A NOSOTRAS. Maldito seas Harry, yo quiero que los tres sobrevivamos a esto.
-Eres tú la que no lo entiende, Hermione, creo que puedo enfrentar esto, pero con vosotras cerca, me será imposible.
-¿De qué estás hablando?
Suspiró agotado, volvió a sentarse y sin mirarla inquirió:
-¿Recuerdas las veces que desaparecía?, bien, no iba de visita, Hermione estuve buscando soluciones y entre Draco y yo, llegamos a una clara.
Comprendimos porque Lestrange me afecta tanto siempre que está cerca, Hermione, es igual que con Naginy, creo, no, estoy seguro, de que Voldemort consiguió repetir el proceso que hizo en mí, aplicándolo en Bellaxtrix.
Pienso que antes de morir, se percató de nuestra conexión entendiéndola hasta tal punto, que pensó que si conseguía repetir el proceso, Lestrange sería ahora su nuevo recipiente.
-¿Estás diciendo que Bella es ahora Voldemort?
-No lo creo, Hermione, ella es la que hace salir la parte de él que está en mí. Cuando Luna hace magia, yo siento en mi interior un escalofrío, como un regocijo, él intentó que Luna no naciera, pero al hacerlo, creo que provocó algo diferente, ella es lo que más tira de mí.
Mientras que Lestrange es lo que tira de él.
-Si conseguimos alejarte de Lestrange y acabar con ella entonces…
Negó.
-Eso no servirá Hermione, pues aun así la parte de él que vive en mí, seguirá ahí.
El silencio se hizo de nuevo presente, sintió a Hermione sentarse a su lado.
-No me hagas abandonarte por favor.
No contestó a sus palabras, si no se marchaba esa sería su última noche, y si se marchaba sería la última de él.
Miró hacía ella y antes de que pudiera decir nada, la besó, la besó como hacía mucho tiempo la besaba, imprimiendo todo el amor que sentía por ella.
Esos once años juntos, habían sido el mejor de los regalos, tenerla cerca y estar con su pequeña Luna, saber que Ron no lo odiaba y que contaba con su amistad, que por su parte Ginny también había encontrado la felicidad, y que los Weasley apoyarían a Hermione si él faltaba, además de los padres de ella, y los de él.
Al pensar en ellos cerró los ojos, no había querido acercarse a ellos, no deseaba conocerlos para que ahora tuvieran que perderlo.
Mejor que se quedaran con las ganas y la creencia de que él no los echaba en falta.
-Te quiero más que a mi vida.
Susurro cuando se separó de ella, Hermione seguía llorando y apoyó su frente en la de él, mientras acariciaba su rostro:
-Por favor, no te despidas de mí, no lo hagas.
Lo besó ella ahora, y tras un silencio que decía mucho y a la vez callaba más, ambos se pusieron en pie, en unos minutos llegarían el matrimonio Malfoy y el matrimonio Weasley para celebrar el onceavo cumpleaños de su pequeña.
"OPV"
Luna corría como loca hacía los brazos de un Draco Malfoy de unos veintipico años que sonreía y la recibía entre sus brazos para alzarla en el aire.
-Luna, vas a acabar por herir a tu tío un día de estos.
-No peso tanto.
Declaró molesta, y Draco soltó una risa alegre:
-Pesas menos que tú mama cuando estaba embarazada de ti.
Miró a éste ofendida:
-Oye.
Las risas de varias personas se escucharon alrededor y seguidamente Draco tendió su mano hacía Harry:
-Hola.
-Gracias por venir.
Draco se encogió de hombros y soltó un simple:
-Por ella lo que sea.
Se encontró con los grises ojos de este fijos, en ella, y lo recibió con una sonrisa divertida y cargada de cariño:
-Hola, ¿cómo has estado?
Draco volvió a encogerse quitando importancia a sus siguientes palabras:
-No me puedo quejar, nunca pensé que la vida de casado fuera así.
-Y lo que te queda por descubrir.
Declaró mientras se acercaba y le daba un beso en la mejilla, Draco sonrió para ella y respondió del mismo modo:
-Oye, ¿y para mí no hay saludo alguno?
Sonrió al escuchar la voz de Ginny y Luna luchó porque Draco la bajara y corrió a besar a esta:
-Tía Molly.
Mientras eso pasaba, una voz malhumorada se escuchó desde atrás diciendo:
-Mierda, he llegado después que el maldito hurón.
Todos a una miraron a la pareja recién llegada:
-RON.
Todos a una dijeron el nombre del recién llegado con una nota de enfado y cierta diversión, una risa alegre y soñadora se escuchó en todo el lugar, a la par que otra cargada de diversión la seguía, una más estruendosa y divertida.
-¿Cómo es que la comadreja está aquí?
-DRACO.
Recriminó Molly molesta, este suspiró, se acercó a ella y besó su frente:
-Está bien, lo dejaré pasar por esta vez.
-¿Quién es Ron?
La voz de Luna los sorprendió a todos, Draco miró al pelirrojo con cierto enfado y este declaró:
-Yo pequeña, ya sabes que tengo un sinfín de nombres. Ese es una de mis tapaderas.
-¿Por ser Auror?
-Precisamente.
-¿Y qué es exactamente un Auror?
Preguntó a su vez mirando hacía su padre, Harry suspiró y tras fulminar a Ron con la mirada, y recibir una mirada por parte de ella muy significativa, este se puso delante de ella:
-Un Auror, Luna, es una división de la policía, algo parecido a los espías de las películas.
Luna ahogó una exclamación de sorpresa y escuchó como Draco recriminaba por lo bajo:
-O venga ya, ahora él será el especial.
Y sin más se dirigió hacia la casa, Ron no esperó un segundo para seguirlo y así comenzar a fastidiarlo.
-Nunca cambiarán.
Escuchó que decía Ginny cansada:
-Eso parece.
Al escuchar la voz de Luna, su pequeña, sonrió a su vez y corrió hasta ella:
-¿Por qué habéis tardado tanto?
-Teníamos personas a las que visitar pequeña.
-¿Visitar?
Escuchó que preguntaba esta, ella miró a Luna, y descubrió una sonrisa triste en su rostro, ¿cómo era posible que acabaran de regresar de visitar la tumba de Neville?, Luna la miró fijamente y sintió un escalofrío:
-Creo que debo pedir disculpas, no debí dar la dirección, pero creí que era lo mejor para todos.
-Se puso como una fiera enjaulada, pero no se negó, de hecho, si entráis a la casa, verás que somos más de los esperados.
-¿De qué habláis vosotras dos?
Inquirió Ginny intrigada:
-Han venido mis abuelos.
Escuchó que explicaba Luna, Ginny asintió:
-Bien, sabía que iban a venir tus padres Jane, por qué…
-No, esos no, los papas de mi papa, ellos están en casa.
Ginny la miró entre sorprendida y asustada, para seguidamente sonreír forzadamente:
-¿Y la casa sigue en pie?, Jane lástima me das, no quiero ni imaginar lo que te ha costado calmarlo.
-Creo que ella, ya conoce muy bien cómo hacerlo hace años Cuñadita.
Escuchó que decía Luna sin más, asombrada miró a sus dos amigas y enrojeció, buscó a Luna con la mirada al ver que ambas reían divertidas, y la encontró entrando a la casa.
"OPV"
El día había sido perfecto, no podía quejarse, era sorprendente que un día tan magnífico pudiera echarse a perder por una simple estupidez.
Pero su amigo pelirrojo, no sería él mismo, si no cometiera alguna cosa que hiciera que metiera la pata hasta el fondo.
Suspiró cansado y quitándose el sudor de la frente, recordó lo que había sucedido horas antes:
"Estaban todos en la cocina brindando por un día perfecto:
-Parece que sí que cambiamos algo después de todo.
Dejó caer Ginny, Luna y Hermione guardaron silencio y él mismo suspiró, sintió que Draco le daba una palmada en la espalda:
-Tranquilo, ya todos se fueron, son las diez de la noche, y todo fue redondo.
-¿Ya es tan tarde?, tienes que regresar amor, ya sabes que hoy no puedes faltar al banquete de bienvenida de Hogwarts.
-No sé por qué admití que me convencieras para ser profesor de Pociones en el colegio.
-No solo fue cosa mía, Snape no quería que nadie más ocupara ese puesto.
El silencio se hizo en el lugar.
Snape, hacía años que no lo nombraban, y más que no lo veía, desde la noche de la gran batalla en Hogwarts.
La noche que descubrió que era él, el que había dejado a sus padres con los recuerdos intactos, el que le había proporcionado la oportunidad de volver a verlos con vida.
Vale que había sido por motivos egoístas en cierto modo, pues después de todo lo que habían vivido en su séptimo año, ya no le quedaba duda alguna, Snape amaba a su madre, y eso, lo había llevado a casi la locura, para en séptimo año, tomar la que sería la decisión más dura que un hombre enamorado podría tomar.
Darle una vida, sí, pero una vida con el que había sido su mayor enemigo desde que era niño, renunciar al amor de su vida, para que ella pudiera conservar su vida.
Miró de reojo hacía Hermione, y sintió un escalofrío, ¿podrían librarse?, ¿de verdad habían cambiado algo?
-Pues nada, ha llegado la hora de despedirme de todos, denle un beso a esa brujita de mi parte, no me da tiempo a despedirme de ella, y recordad, mañana a primera hora debe estar en Hogwarts.
Vio a Hermione asentir, y él miró a su alrededor, ¿dónde estaba Luna?, nunca se iría a dormir si veía que su tío favorito se marchaba sin despedirse de ella.
Draco salió de la casa y se marchó hacía el bosque, el único lugar cercano desde donde podían desaparecerse o aparecerse sus amigos.
El bosque de Dean, el cual estaba encantado y conectado a Hogwarts.
-Será mejor que yo vaya también a buscar a Ron, su madre quería que durmiésemos hoy en ca…
Dejó de escuchar la voz de Luna y el vaso que sostenía en sus manos se estrelló contra el suelo, el miedo lo embargó y un recuerdo lo sobrecogió:
{"Ayer por la tarde, a pesar de que mi padre me había pedido que intentara hacer esas cosas solo cuando él estaba, yo me enfadé mucho con mi tío. Acabamos discutiendo, porque una vez más decía cosas horribles del tito Draco.
No pude controlarme y lo hice volar lejos.
Cuando mi padre llegó, peleó con mi tío, le dijo que era un infantil inconsciente y que por su culpa había puesto a su familia en peligro. Le juró que si algo sucedía se las iba a pagar.
Discutieron tan fuerte, que todos en casa los oyeron, mi madre, se peleó con mi padre, mi fiesta de cumpleaños se fue a la ruina."}
-No, no, no, RON.
Salió corriendo de la cocina, asustando a Luna, Ginny y Hermione en el proceso, pero no le importó, debía impedirlo, tenía que detener a Luna y Ron o…
Demasiado tarde llegó al salón, Ron reía divertido por algo y Luna con los puños apretados lo fulminaba con la mirada:
-Luna cariño deten…
No terminó la frase, Ron salió despedido contra él mismo, ambos cayeron al suelo, y varias cosas del salón salieron volando a su vez, la risa de Ron se cortó en el acto y él palideció.
Luna, Hermione y Ginny llegaron corriendo:
-¿James qué…?
Furioso empujó a Ron lejos de él y se puso en pie:
-Maldita sea, maldita sea, eres un maldito estúpido Ron.
Ron lo miró sin comprender:
-¿Yo?, fue tu hija la que me mandó casi a dos metros de distancia.
Furioso cogió a este de la chaqueta que llevaba y lo levantó:
-¿No te das cuenta de lo que acabas de hacer?, maldito seas, estaba todo tan bien, y ahora…maldición.
Lo soltó y lo dejó caer al suelo furioso:
-¿Qué está pasando?, ¿no crees que estás exagerando un poco?
Inquirió Hermione sin comprender, él la miró ahora a ella:
-Este, era el detonante de todo, por culpa de este momento, de esta absurda broma de Ron a Luna sobre Draco, nuestras vidas se van al infierno.
Todos a una palidecieron, menos Luna que no entendía nada, Ron se puso en pie rápidamente:
-¿Por qué por los mil magos no me dijiste algo tan importante?
Fulminó a su mejor amigo con la mirada:
-¿Por qué crees que insistía tanto en que no te metieras con él?
Ron enmudeció y puso cara de enfado, Luna fue la que contestó por él:
-Aquí mi esposo pensaba que Draco había tomado su lugar en el trío, estaba convencido que tú y ella, ahora valorabais más la amistad del rubio, por todo lo que él hizo por Luny.
Esas palabras lo dejaron helado, ¿celos?, ¿Ron acababa de poner en peligro a toda su familia por unos malditos celos?
-Dime que no fuiste tan estúpido Ronald.
Escuchó que decía Hermione entre sorprendida y enfadada, Ron se cruzó de brazos molesto, y apartó la mirada, para después descruzarlos:
-¿Y qué querías que pensara?, nunca me contáis nada, maldita sea, el séptimo año fue un caos, y todo pareció cambiar a raíz de eso, estaba convencido de que ya no era lo mismo para ustedes, hice muchas cosas y dije muchas más.
Yo…
-Tú, eres un maldito inepto, has puesto a todo lo que más amo en peligro, has conseguido que pierda todo por tus malditos y estúpidos celos.
-Eso no es justo, yo no…
-SÍ, MALDICIÓN, ¿CÓMO PIENSAS ARREGLAR ESTO AHORA?
-Tiene que existir una manera, algo que…
-Largo, vete de aquí, y ruega porque nada pase, porque te juro Ron, que si esto significa lo que yo creo que significa, nada ni nadie podrá salvarte de mí.
Esas palabras provocaron un silencio absoluto en el lugar y sintió a Hermione a su lado, pudo ver como Luna se ponía al lado de Ron, tanto él como su pelirrojo amigo, no apartaron uno la mirada del otro en ningún momento.
Sin despedirse, Luna tiró de Ron y juntos se marcharon de la casa.
-Creo que has sido demasiado injusto.
Escuchó que decía Ginny desde detrás de ella:
-Estoy seguro de ello, del mismo modo que sé que ya no regresarán.
Hermione lo miró por unos instantes fijamente:
-¿De qué estás…?, no, ¿acabas de echarlo para que no esté aquí?
-Era la única forma de que se marchara, Jane, ahora es vuestro turno.
Hermione se separó de él y negó:
-No, de eso ni…
-Ginny por favor, coge a Luna, hay algo que debo decirle a mi esposa.
-Papa ¿qué sucede?
-No es nada amor, es solo que…
-NO, No le mientas, no maldita sea, ya es suficiente, si es así como lo quieres así será, Harry, no pienso dejarte solo en esto.
Miró a Hermione enfadado:
-Ya basta, ¿acaso quieres dejarla a ella sola?, ¿es eso lo que deseas?
-No, y por eso no lo estará, si deseas que yo me vaya, tú vendrás con nosotras.
La miró sin comprender:
-¿Qué yo qué?
-Sabemos lo que sucederá aquí, somos conscientes, eso significa que podemos irnos antes de que ella llegue, Harry, o te vienes conmigo hoy, o me quedaré aquí a enfrentar a Lestrange juntos, tú eliges.
El silencio se hizo presente en el lugar y Ginny inquirió:
-Creo que lo mejor es llevar a Luna ya a Hogwarts.
-¿Hogwarts?
Preguntó Luna:
-Sí, es el colegio al que asistirás a partir de ahora pequeña.
Luna se quedó callada mientras Ginny decía esas palabras y seguidamente miró hacia él y Hermione:
-Pero ese lugar no existe, es parte de las historias de…-Al ver la mirada de Hermione Luna calló en el acto
-Mis Historias pequeña, todas ellas son reales, ahora debes asistir tú a ese colegio, del mismo modo que tu papa y yo asistimos, y tus tíos también.
-¿Tú y papa fuisteis a ese colegio?
Miró a Luna fijamente y suspiró, muy bien, quizás Hermione tuviese razón, y si Luna era consciente de algunas cosas, eso podría ayudarla a sobrevivir:
-Luna, hay algo que quiero que veas.
Sin dar tiempo a nadie a decir nada más, él cambió su apariencia, Luna abrió los ojos sorprendida y seguidamente se acercó a él, al abrir los ojos y mirar a su hija fijamente esta sonreía abiertamente:
-Eres igual al abuelo.
Esas palabras lo dejaron congelado en el lugar, pero ella no se detuvo ahí:
-Y tus ojos, son…
-Iguales a los tuyos y a los de tú abuela sí. Pero mi aspecto no es lo que quiero que veas solamente. –se arrodilló ante ella y levantando su flequillo negro dejó a la luz la cicatriz en forma de rayo de su frente, Luna abrió los ojos sorprendida y miró la marca, para seguidamente mirar a su madre y de nuevo a él:
-Potter, Harry Potter, ¿es mi padre?
Dejó que su flequillo tapara la marca de nuevo y suspiró:
-Luna, tú nombre es, Luna Jane Potter, yo soy Harry James Potter y tú madre, es Hermione Jane Granger, ahora Hermione Jane Potter.
-Eso es…
-La verdad princesa. Del mismo modo que yo soy Ginny Molly Weasley, ahora Malfoy. Cariño, todas las historias de tu madre son ciertas, todas ellas, empezando por la historia que te contó de unos hombres malos que perseguían a tú padre.
-Pero eso es…
-Por eso debes irte amor, tienes que escapar, irás con tú tía y con Draco, tú padre y yo tenemos que hacer algo para asegurarnos que todos podamos seguir juntos.
Luna se quedó callada unos instantes, y justo cuando iba a abrir la boca para decir algo, la casa comenzó a temblar, él abrazó a Luna contra él y se puso en pie.
-Toc, Toc, ¿Hay alguien en casa?
Todos a una se miraron al reconocer la voz cantarina de Bellaxtrix Lestrange, pero lo que más le impactó, fue sentir como Luna se aferraba a él con suma fuerza y susurraba:
-Es ella, es ella.
Desconcertado y nervioso se separó de Luna lo justo para mirarla a los ojos, estos estaban llenos de terror y parecía perdida:
-¿Luna?, ¿qué sucede mi pequeña?
-Es la voz de mis pesadillas, es esa mujer, ella es la que me persigue, ella quiere algo de mama, no, no solo quiere algo de mama, te quiere a ti, me persigue y me dice que tú eres de ella, que siempre lo fuiste.
-Eso no son más que sueños.
-No, son muy parecidos al sueño que tuve la noche que fui a tú casa, pero incluso más reales, en los sueños que veo tú casa, esos parecen recuerdos papa, pero los de esa mujer.
Esos parecen muy reales, ella está ahí, está en mi mente, la siento dentro de mí, me advierte que ganará, que no podré contra ella. Siempre dice que tú también quieres ir a su lado.
Dime que no es cierto, que tú nunca has querido ir con ella, que nunca dejarías a mama.
Había tanto miedo en sus palabras que él mismo lo sintió, pues todo lo que Luna decía, era lo mismo que él soñaba por las noches, estaba describiendo sus pesadillas, en las que Lestrange, o más bien Voldemort, le decía que no podía escapar, que ambos eran parte de un todo, de algo grande y poderoso.
Que tal y como la profecía decía, uno no podría vivir mientras el otro existiera, y la única forma de que Voldemort desapareciera definitivamente, era morir él también.
No existía forma o método de sacar el trozo de alma de Voldemort de un recipiente sin destruir el mismo. Draco y él habían pasado por mucho buscando una posibilidad, y el resultado había sido nulo.
-Tenéis que iros ya.
Fue lo único que pudo dejar salir, puso a Luna en manos de Hermione y tras besar la frente de esta, miró a Hermione:
-Por favor, no me hagas esto más difícil. Ve con ellas, ponte a salvo.
-Harry, no me hagas…
Interrumpió sus palabras besándola tal y como la había besado en el parque, una nueva sacudida en la casa los hizo separarse, junto su frente con la de ella y Luna:
-Id, iros con Ginny y Draco a Hogwarts, os juro que iré con ustedes, que me reuniré allí con vosotras, pero ahora debo enfrentar esto solo, sabiendo que tengo algo por lo que seguir siendo yo mismo. Dame eso para luchar.
Sintió las lágrimas de ambas y como Ginny decía poniendo una mano sobre su hombro:
-Ven con nosotras, Harry, podemos escapar, podemos salir de esta y…
-Huir siempre, no Ginny, tenemos que terminar esto aquí y ahora.
-¿Estás seguro de que esto es lo que deseas?
-Si voy con ustedes nos perseguirán a todos, pero si me quedo aquí, nadie irá tras vosotras.
-Eso no es cierto, sabes que acabarán yendo tras nosotras, que quieren esto.
Hermione sacó la esfera de entre sus ropas y él miró el objeto fijamente, se separó de ellas y tras suspirar declaró:
-No, no irán, porque nunca diré nada sobre ese objeto, Hermione antes de irte quiero que hagas algo.
Ginny adelántate con Luna, corre todo lo que puedas y más, Hermione se reunirá con vosotras enseguida.
Ginny se acercó a él, y antes de coger a Luna de brazos de Hermione lo abrazó con fuerza:
-Ven por ellas, vence como siempre lo haces y vuelve, en cuanto estén seguras en Hogwarts, mandaré a gente a ayudarte.
Beso su mejilla y cogiendo a Luna de brazos de Hermione, esta se dirigió a la puerta, Luna luchó por escapar de su presa:
-No, espera, papa, papa, no te quedes, ven conmigo, no me dejes.
-Iré pequeña, te prometo que iré, pero ahora no puedo.
-MENTIRA, MENTIROSO, estás mintiendo, como cuando me dices que no estás asustado, como cuando me dijiste que siempre estaríamos juntos, siempre me has mentido. Lo sé porque pones la misma mirada vacía que yo pongo cuando miento a mama. Tus ojos se vuelven más oscuros por el peso de la mentira.
Soltó una risa ante sus palabras, y se acercó a ella, cogiendo su rostro con ambas manos y tras besar a su pequeña en la frente inquirió mirándola fijamente:
-Iré por ti, y por tu madre. Es una promesa mi niña, vosotras sois lo que me hacéis querer seguir, por eso preciso saber que estáis bien y seguras. Si sé eso, nadie podrá conmigo. ¿Lo entiendes?
-¿Me lo prometes?
-¿No me enfrenté a uno de los Dragones más fuertes y temidos con catorce años?
Le sonrió con confianza y Luna entrecerró los ojos desconfiada:
-¿Todo eso es verdad?
Le sonrió enigmáticamente y separándose de ella inquirió:
-Vas al lugar donde todo lo que tú mama te ha contado sucedió
Sin más Ginny salió de la casa con Luna en sus brazos, en cuanto estas desaparecieron de su vista se giró a mirar a Hermione, esta tenía ya su aspecto verdadero y se lo agradeció desde el fondo de su corazón, necesitaba esos ojos color Ámbar que tanto amaba fijos en él.
Aunque la mirada que los acompañaba no era precisamente la mejor a ver:
-Así que me mentís, y la clave para descubriros es el brillo de vuestros ojos, está bien saber eso.
-No mientas, hace años que descubriste eso y mucho más.
-Tienes razón, ¿cuánto quieres que haga exactamente?
-¿Cuánto estás tú dispuesta a hacer?
-Si dependiera de mí, no haría anda de lo que quieres que haga, no me parece la mejor solución.
-Créeme amor, lo es, todo lo que desconozca él también lo desconocerá.
-Está bien.
Hermione lo apuntó con su varita, su mirada estaba cargada de seguridad y calmada, hizo un movimiento con su varita y al ver que un rayo volaba directo a su cabeza, cerró los ojos.
En cuanto el hechizo hizo diana en su frente, un millar de imágenes comenzaron a aflorar y desaparecer lentamente, imágenes de él, Hermione y Luna, infinidad de ellas, once años de recuerdos y vivencias, todas una a una desaparecían dejando paso a algo distinto en su interior.
De un momento a otro un dolor casi insoportable lo invadió comenzando en la frente:
-FUERA, VETE HERMIONE YA HA COMENZADO.
Cuando abrió los ojos, Hermione ya no estaba en el interior de la casa, y él sentía que todo era como debía ser. Que había vencido, sonrió de medio lado y girándose, vio como la cobarde sangre sucia corría entre los árboles intentando poner distancia entre él y ella.
Caminó con seguridad hasta la puerta y al llegar a la misma alguien más se puso ante él, otra mujer, esta clavando una rodilla frente a él:
-Mi querida Bella, has hecho un trabajo espléndido, tal y como yo esperaba, pero ya es hora de que me devuelvas lo que me pertenece.
Sin vacilar un segundo, apuntó a esta con su varita:
-Avara Kedabra.
El hechizo voló certero hasta el cuerpo de Lestrange, la cual se retorció de dolor y cuando cayó de forma deformada al suelo, algo oscuro escapó de su cuerpo para dirigirse al suyo propio.
Para juntar dos partes de un todo.
En cuanto esto lo golpeó de lleno cerró los ojos y sonrió, todo había salido a la perfección, ahora solo debía buscar la parte que hacía que Potter quisiera seguir con vida, esa despreciable sangre sucia y su bastarda.
Y el lugar donde Potter enviaría a esas despreciables, era donde él siempre pensó que podrían estar seguras, Hogwarts.
Era curioso como siempre todo terminaba en el mismo sitio, era un escenario ya demasiado visto, y sin embargo todo acababa allí, el único lugar que tanto él como su pequeño e ingenuo némesis, habían considerado su verdadero hogar.
Una vez esas dos piezas desaparecidas, él sería el dueño de ese joven y fuerte cuerpo.
Era realmente sorprendente lo bien que todo había salido, no había ni rastro de Potter, era como si realmente hubiese desaparecido por completo y pensar que su alma era tan débil, si lo hubiese sabido, habría hecho antes todo aquello.
-Mi señor.
La voz ratonil de Peter Pettigrew le llegó y totalmente sorprendido miró hacía el lugar de donde provenía esta:
-Vaya, esto sí que es una sorpresa, ¿aún con vida miserable colagusano?
-Siempre he sabido sobrevivir mi señor.
-No lo dudo, ¿cuántos sois?
-Los suficientes para llevar a cabo sus planes mi señor.
-¿Qué sabes tú de estos?
-¿No desea ir a Hogwarts a matar a la sangre sucia y su bastarda?
Entrecerró los ojos mirando fijamente a este:
-Lestrange me aseguró que sería ese, su primer movimiento mi señor, pero si me he equivocado…
-No, como siempre Bella estaba en lo cierto, andando, cuanto antes terminemos con esto antes todo será como siempre debió ser.
Tras adentrarse en el bosque de Dean, en compañía de Colagusano y una treintena de mortífagos, todos se desaparecieron con el objetivo de llegar a Hogwarts.
Al llegar a la entrada del lugar sonrió, era el comienzo de un nuevo curso, ¿podría ser mejor momento que aquel?, no, pues un comienzo vendría acompañado de otro.
-Adelante.
-De eso ni hablar.
Ante él, aparecieron como una veintena de magos, todos ellos con las varitas en alto, y entre ellos, se encontraba justamente la sangre sucia a la que había ido a buscar, al igual que su pelirrojo amigo:
-Me has ahorrado tener que buscarte sangre sucia, primero acabaré contigo y después con la bastarda que nunca debió nacer.
-Ese es tú criterio, no el mío, y ya deberías haber entendido que este para ninguno de nosotros vale.
-Eso cambiará esta noche. ¿Serás capaz de atacar a tu amado esposo sangre sucia?
-Harry ya no está hay, lo sé muy bien, yo misma lo he sellado.
La miró sin comprender:
-¿Sellado? De qué…
La sangre sucia sonrió de medio lado:
-Me has dado muchos años para investigar, nunca debiste hacerlo, pues ahora no puedes ganar.
-Ingenua, ¿cómo se supone que acabarás conmigo?, creo que no estás entendiendo esto bien, la única forma de matarme, es matando este cuerpo.
Ahora fue el turno de reír de ella, y eso lo desquicio:
-Te equivocas, hay otra manera, sellándote en su interior, si bien no puedo matarte, sí que puedo encarcelarte. ¿Sabes cómo es posible esto?, gracias a mi hija y a ti.
Miró a esta sin comprender:
-Tú mismo nos diste la respuesta, a mi hija más bien. Hace once años, una noche que dejaste que Harry atacase el cuartel de la orden del fénix, resultó que allí había un horcux tuyo, Lily Evans fue quien lo encontró, ella lo ocultó hasta que lo encontramos, ese objeto, cuando Luna lo cogió en sus manos, le reveló un hechizo.
Uno que ocasionó que el trozo de alma tuyo que estaba ligado a Harry, se desligara, que aunque permaneciera en el interior de su cuerpo, fuera independiente.
Según iban pasando los años lo fui comprendiendo, pues tú ya no afectabas a Harry de la misma manera. Y hoy, cuando me dijo que Lestrange tiraba de ti y que Luna de él lo entendí por completo.
Sois dos almas en un mismo cuerpo, pero separadas, lo que quiere decir que del mismo modo que he sellado a Harry en sí mismo, puedo sellarte a ti para que nunca más aparezcas.
-Nunca conseguirás tal cosa. El único que podía vencerme, tú misma lo has sellado, ¿cómo crees que harás ahora para vencerme?
-No lo haré sola. No soy ingenua, y sé que no puedo contra tú poder, por eso todos me ayudarán. Sin embargo, tú debes enfrentarte a todos solo, ¿cómo lo harás?
-¿Solo?, te creí más lista, me da que no has contado bien, no estoy solo sangre sucia.
-Temo que eres tú el equivocado Voldemort, ¿verdad Peter?
Miró tras de sí hacía Colagusano y al ver el brillo en los ojos negros de este entrecerró sus propios ojos:
-Colagusano…
-La actuación ha terminado, han sido demasiados años siendo el malo, la rata rastrera, cuando desapareció hace once años, recibí el perdón, no seré nunca más el cobarde, no seré el traidor, pese a todos mis pecados, ellos siempre confiaron en mí, e incluso volvieron a depositar su confianza en mí.
Ha llegado el momento de pagar lealtad con lealtad.
Este levantó su mano plateada hacía él, sosteniendo con la misma su varita, sonrió ante su estupidez:
-Siempre supe que no eras de fiar, por ello me aseguré de que nunca pudieras traicionarme, eras después de todo, del grupo más leal y cercano a ese viejo decrépito, ¿de verdad iba yo a dejar que uno de ellos me cubriera las espaldas sin estar seguro?, no, venderías a tú madre por nada, no sería yo diferente.
Colagusano cayó de rodillas al suelo mientras su varita se hacía pedazos, horrorizado y asustado fijó sus ojos en él:
-Ha llegado el momento de la despedida rata, has vivido demasiados años a mí parecer.
Avara-
-Protego, portus.
Un escudo envolvió a Colagusano y un objeto cayó sobre su regazo, en cuanto este desapareció de su vista buscó al causante de esos hechizos, y se quedó congelado en el lugar.
Ante él, con la mirada verde esmeralda cargada de furia y su pelo rojo color fuego ondeando debido al aire que se había levantado, se encontraba ni más ni menos que Lilian Potter:
-Me devolverás a mi hijo, y esta vez será para siempre.
-Imposible, yo te maté, acabé con tu vida, por ello…
-Quizás en otra realidad así fue, tal vez es cierto que en una ocasión me mataste, pero ya ves que encontré la forma de burlar esa realidad, y en esta ocasión creíste matarnos, pero nunca lo lograste.
No fue fácil, mucho menos conseguir aguantar que convirtieras a mi hijo en tu recipiente, pero ya ves, ha llegado el momento de que pueda vengarme debidamente.
Lamentarás el día que decidiste meterte con mi familia."
Esas palabras fueron el detonante, Lily agitó su varita con tal furia, que su hechizo provocó tal explosión que varios salieron volando.
Una nueva batalla dio comienzo, todos intentando impedir que esta fuera más haya de las puertas que daban al camino de Hogwarts, ya una vez este había sido reducido a escombros, y aun hoy en día, estaba en reconstrucción, no permitirían que este volviera a sufrir daño alguno.
La verdad es que no recordaba muy nítidamente, como demonios habían hecho lo que Hermione decía que habían hecho, algo sobre sellar a Voldemort para siempre en su interior, una especie de prisión infranqueable, solo deseaba que fuera cierto.
Lo único bueno, es que por lo visto había funcionado todo lo bien que ella habían calculado, pues sino nunca estaría presenciando ese momento, pues Luna no lo habría llegado a vivir si tuviera en su cuello el colgante que ahora su madre guardaba en el bolsillo.
-Potter Jane Luna.
La voz de Minerva McGonagall lo sacó de sus pensamientos, el silencio se hizo en el lugar, dejando en claro que nadie se esperaba que una Potter apareciera para ingresar a Hogwarts.
Su hija dio unos pasos hacía la silla y el sombrero seleccionador, podía adivinar su miedo:
-Será una digna Gryffindor.
-Será de Slytherin.
Sentenció Draco sin más y cargado de seguridad, las tres chicas a su lado suspiraron y negaron, dos de ellas les dieron un zape en la nuca a sus respectivos esposos por ser siempre tan desesperantes, él sintió la mano de su esposa en su brazo:
-¿Tú que opinas?
Miró a su esposa fijamente, tenía un corte en su mejilla derecha y estaba toda sucia debido a la batalla que acababa de librar, él mismo y todos los que lo acompañaban y miraban desde una de las ventanas, se encontraban en un estado similar:
-Gryffindor definitivamente, es mi nieta, ¿qué más podría ser sino?
Inquirió Sirius como si nada:
-Si nos guiamos por tú familia Black, entonces definitivamente será una Slytherin, además, ya en una ocasión quedó en esa casa.
-Eso fue porque lo elegiste tú así serpiente inmunda, así que no digas nada.
-Deja a Sev en paz Sirius.
-Pero pelirroja…
-Nada, te recuerdo que si todo esto es posible, es gracias a que él tomo una decisión difícil, así que mejor deja tus tonterías.
Pese a todo lo que estos no paraban de decir, él no apartó su mirada de su esposa:
-¿Por qué nunca me dijiste nada de todo lo que sabías?
-No podía, temía que él pudiera escuchar. No sabía hasta que punto podría ser cierta mi teoría. ¿Y si estaba equivocada?, ¿y si al revelarte algo del sellado lo ponía sobre aviso a él?
-¿Y sino llego a pedirte que borrases de mi mente los recuerdos relacionados con el creador de oportunidades?, ¿qué hubieses hecho Hermione?
-Para eso estaba Colagusano allí. Si ella no podía hacerlo, él era el encargado de sellarte en ti mismo Harry.
La voz de su padre lo hizo fruncir el ceño, todos habían actuado una vez más a sus espaldas, dejándolo fuera de todo, una vez más todos se unían dejándolo fuera y aislado:
-¿Lo entiendes verdad?, ¿comprendes por qué?
La voz de Luna lo obligó a mirar hacía su propia hija, suspiró y cerrando los ojos inquirió:
-Me da igual donde quede, ella siempre será mi pequeño tesoro.
Nadie dijo nada más, sintió la mano de Hermione cogiendo la suya propia y como apoyaba su cabeza en su hombro, a la par que sintió la mano de Ron sobre su hombro, dándole un pequeño apretón en el mismo:
-RAVENCLOVE.
La voz del sombrero seleccionador fue lo que rompió el silencio, sumiendo a todos en otro aún más incómodo y desconcertado:
-¿Cómo ha dicho?
Escuchó que decía Sirius.
-Ravenclove, creo.
Inquirió Nymphadora divertida, y escuchó la risa divertida y soñadora de Luna a su lado:
-Creo que mi ahijada no quería sembrar más discordia entre sus tíos, así que optó por otra salida.
-La que su madre no tomó en su momento.
Escuchó que decía Hermione a su lado, miró a esta y le sonrió:
-Creo que nunca te he agradecido suficiente esa elección que hiciste.
-Puedes apostar que tienes tiempo para hacerlo, todo el del mundo.
Ella se puso de puntillas y tras besar sus labios, quitó su flequillo de la frente y depositó sus labios en su cicatriz.
FIN:
Ahora ya sí, me despido de vosotros, al menos de los que no sigáis ninguna de mis otras historias, me gustaría que al menos en este último capítulo, aquellos silencioso me digeran un simple me ha gustado, o un me ha decepcionado, todo será bien recibido y a todos los que sí habéis estado ahí con vuestro apoyo y comentarios, deciros que nunca os lo podré agradecer lo suficiente.
Espero que la historia de verdad haya valido la pena, os gustará saber que en total son, 643 páginas de Word, este último capítulo son 25.