El pecado que lo hizo feliz.

Por: Maeda Ai.

Advertencia:

Este fanfiction contiene situaciones sexuales e incesto. Si no son mayores de edad y además no toleran este tipo de redacciones, les pido que no lo lean.


Capitulo 1.

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El silencio en la pequeña casa japonesa era imperante; y solo fue roto el encanto de la tranquilidad por el leve sonido de la puerta principal al abrirse.

La única mujer que habitaba el inmueble hacia acto de aparición por fin después de varias horas. Todo el día en el instituto y hasta poco antes del anochecer podía regresar a casa, con la única prioridad de prepararle la cena.

Sakura Kinomoto cuenta ya con veintiun años de vida; los años no han pasado en valde en la persona de la joven, ahora ya una mujer hermosa de proporciones... considerables.

Más sin embargo, su belleza no le ha otorgado ningún novio. Pero su físico no tiene la culpa, los pretendientes sobran pero las oportunidades escasean. Entre las negativas de Sakura y la falta de permiso por cierto individuo la chica aun sigue libre... si es que se le puede llamar libertad al estar, más que destinada, obligada a pertenecerle solo a alguien.

Y aun así, no se sentía obligada, al contrario, para ella era más que necesario estar con esa persona.

Un par de horas transcurrieron con rapidez y la cena, que podría juzgarse por deliciosa gracias al aroma, es el producto de aquel tiempo empleado para su realización. Pero hoy, como muchas otras noches, la señorita Kinomoto tiene que conformarse con la soledad del comedor y este aroma que trata de reconfortarla.

Entre la definitiva ausencia de su padre, la decisión propia de que el primer guardián viviese con Yue, y el que su hermano... ah, su hermano... bueno.

Mirando a través de la ventana, admirando la claridad del cielo que le permitía observar a las estrellas, pensó que hoy tampoco lo vería. Hacia horas que había terminado la cena y hasta había lavado los trastes. Quizás como otras veces la conciencia lo atormentaba cruelmente, pero... ¿no se daba cuenta de que ella lo había aceptado así?.

Justo cuando pensó que esta noche tendría que irse a dormir sin tener la oportunidad de por lo menos verlo, un par de golpes sobre la puerta de su habitación la alertaron. ¿Acaso sería?...

¿Si?.

Sakura... soy yo.

Esa voz tan masculina...

La jovencita reaccionó de inmediato al escucharla; abrió la puerta pudiendo admirar en seguida a un joven bastante alto y atractivo. Dicho joven no perdió tiempo; inclinándose un poco estrechó la delgada figura de Sakura con sus grandes manos, apretándola contra su cuerpo. Luego, besándola apasionadamente, se rindió ante el encanto que la magia de la chica le provocó desde hace varios años.

Una magia... sin magia; tan solo la extraña atracción que siempre tuvo por ella, atracción que evolucionó durante el tiempo y que ahora... ahora

Ahora ellos entran a la recamara cerrando perfectamente la puerta tras de ellos.

Sin separarse siquiera un segundo, continuando con aquella unión desesperada entre sus adictos labios. A sabiendas de que últimamente no tenían abundancia de estas situaciones intimas, Sakura desató la corbata de su amante prosiguiendo a desabotonar el saco y la camisa que este llevaba puestos para posteriormente dejarlos caer al suelo.

Tardaste demasiado. Dijo ella. Estaba convencida de que hoy no llegarías.

Continuo tratando de ser clara con sus palabras aunque posiblemente los labios de su pareja le evitaron lograrlo.

Disculpa, tuve mucho trabajo el día de hoy.

Conforme el muchacho sentía el escultural cuerpo de Sakura, le explico el motivo de su retraso. Le dijo, también, que todo el día estuvo deseoso de ella y que esta noche no pararía de amarla como es debido.

Así, sin más perdida de tiempo el joven sujetó entre sus brazos la figura que comparada con el era bastante pequeña, para dirigirse hasta la cama que ya tantas veces había cargado con ambos. Dejándola sobre el lecho con sumo cuidado y acomodándose sobre ella, el chico se permitió un momento de reflexión y paz para contemplar los divinos ojos esmeralda de su amante. Le quería tanto, tanto que...

¿Estas segura de querer hacer esto... de nuevo?.

Le volvió a formular la misma pregunta de siempre. Después de la primera vez que la tuvo para el solo, cada vez que iban a revolcarse en la cama le pedía su aprobación aun quizás a sabiendas de que la respuesta siempre seria afirmativa.

La chica lo miro con aquella ternura que la caracterizaba pero que ante este individuo parecía aumentar aun más.

Bien sabes que si.

La pequeña frase, fruto del continuo cariño que la jovencita experimentaba por este hombre, dio paso a una noche más de amor desesperado.

Sakura comenzó a acariciar y besar el pecho desnudo de su compañero al mismo tiempo en que le permitía a este quitarle una a una sus prendas, las cuales inevitablemente terminaron siendo arrojadas al alfombrado piso de la alcoba.

La casi mujer se perdía de bajo del cuerpo de su amante; ella, un tanto ansiosa, dirigió sus manos hasta el zipper de los pantalones de su invitado, prosiguiendo a bajarlo lentamente mientras las pupilas de sus ojos se tornaban unidas por magnetismo a las del chico que acariciaba su rostro.

Fue cuestión de minutos que el muchacho quedase completamente descubierto ante la chica que ya se encontraba en iguales condiciones a las de el; y después volviéndose a besar con ternura y pasión. Era en momentos como este en que el joven que rodeaba a Sakura con sus brazos experimentaba la verdadera felicidad, felicidad que conoció solo en el instante en que supo que la joven Kinomoto le correspondía; para posteriormente entregarse por completo a él.

Sakura acariciaba con suavidad la morena piel de su compañero, con tanta suavidad como ternura, tratando de contrarrestar aquellas heridas que el muchacho pudiese tener a causa de protegerla por tantos años ya.

La cálida respiración del hombre tocó juguetonamente el cuello de la jovencita, ocasionándole cosquillas y escalofríos a esta; cerrando los ojos producto de ello, la chica gimió ansiosa de sentir y vivir lo que seguiría después de estos cariñosos contactos entre su pareja y su cuerpo.

La mano derecha del joven recorrió tranquila los contornos de la figura femenina, delineando cada extremo y formando una línea en su memoria según el recorrido. Grabándose a la perfección en la mente masculina la igualmente perfecta silueta que de bajo de su piel se encontraba.

De pronto, una repentina y placentera sensación se produjo en el interior de la joven. Su chico introducía los dedos medio e índice en la mojada vagina de una Sakura que, como toda mujer durante el coito, gemía cada vez más fuerte y constantemente.

Con las piernas abiertas dispuesta a recibir de lleno los traviesos dedos de su amante, la chica de ojos esmeralda se enfocó solo en sentir aquel contacto que se producía durante el recorrido de los dedos del muchacho. Las emociones se desbordaban y Kinomoto estuvo al borde del llanto por placer.

Un cambio inesperado por parte del joven se manifestó cuando este se incorporo dejando a Sakura sobre la cama. Las pupilas estaban más que atentas al espectáculo que de esa manera le mostraba su compañero; parado frente a ella con la columna derecha, haciendo resaltar un pene de tamaño un tanto amenazante, elevado dignamente hacia el aire gracias a las caricias de la card master... más que listo y dispuesto a entrar en la mujer, pero... el muchacho tenia otros planes antes de eso.

Arrodillándose sobre la cama, tomó con sus manos las piernas de la joven para suavemente jalarla en dirección a el; acercando el cuerpo de la chica lo suficiente como para degustar con sus labios aquel sexo femenino que tanto le gustaba y que ya tantas veces había sido probado de esa manera; llevándose al paladar ese, exquisitamente formidable, sabor a mujer que encontró en Sakura desde hace ya tantos años, casi desde la niñez de la chica, y que aun a estas alturas de la vida aun busca y disfruta probar.

Ahh, ahh. No te detengas, continua.

Las expertas caricias que la lengua masculina propinaba a la jovencita lograban el efecto de placer, efecto que se externaba a través de constantes suplicas y gemidos de pasión.

El gozo en ambos aumentó cuando el muchacho dirigió las manos hasta los senos que tanto necesitaba sentir, masajeándolos con plena libertad, apretando con fuerza y gusto los ya tan duros pezones de la joven; esa dureza que los hacia más atractivos ante los ojos y piel de su amante.

Un rato más de arduo trabajo por parte del muchacho logró que el cuerpo de Sakura temblara bañado en sudor producto del placer. Dejándola descansar antes de un orgasmo y prepararse así él mismo para lo que seguía.

No me dejes. Te amo.

Una suplica por continuar que siempre estaba de sobra, emergió de los secos labios de la joven.

La silueta femenina, cansada pero sexy a fin de cuentas, atraía al muchacho de cualquier manera. Así, el hombre se recostó sobre la dueña de las cartas comenzando a besarla con delirio antes que nada. Degustando uno de los sabores más especiales para el: los labios de Sakura y la profundidad de su boca.

El suave y agradable contacto entre sus lenguas después de tanto buscarse les produjo la necesidad de más y más caricias provocativas y apasionadas.

El chico se sentía desbordar de pasión. ¿Cuántas veces la había tenido entre sus brazos y alrededor de el: tantas ya. Pero cada vez era más emocionante a la anterior y pronto dejó de intentar evitar esos ansiados encuentros.

Había intentado alejarse porque, aunque la amase como nadie, ese amor era un sentimiento prohibido, impuro... pero tan sincero y profundo. Era amor genuino.

Quizá la diferencia de edades era lo de menos. ¡Siete años por dios, y aun así eso no era lo peor.

Las caricias de la hermosa mujer se posesionaron del agobiado rostro de su compañero tratando de llenarlo de cariño. Lográndolo; el experimentaba la verdadera felicidad solo al estar con ella, aun cuando no uniesen sus cuerpos, se conformaba con tenerla a su lado y verla feliz. Pero le agradecía infinitamente a Kami el que ella le correspondiese al loco e insano sentimiento suyo.

Sujetando aquella espina de carne, el joven la sostuvo y guió entre las abiertas piernas de Sakura para posteriormente introducir aquel miembro en la vagina de la chica.

Con la punta del pene ya dentro, Sakura inició con una serie de gemidos que aumentaban conforme el miembro de su amante avanzaba cada vez más profundo en su cuerpo; permaneciendo rendida por completo a las exquisitas sensaciones que el joven amado le hacia recordar con cada encuentro.

Sakura se abrazó fuertemente al muchacho permitiendo que sus gemidos se confundiesen con los del hombre, al igual que sus emociones... al igual que sus cuerpos.

Ingresando a la figura femenina con fuerza y frecuencia mayor a la anterior, cerró los ojos y dejó que tanto su cuerpo como su corazón se deleitasen con tantas emociones desbordándose.

Sakura ya no pudo más y al mismo tiempo en que sus músculos internos se contraían su cuerpo tembló desesperado debido a la ola de placer que se apoderaba de ella.

El orgasmo llegó y no tardó mucho para que el joven se encontrase en iguales condiciones; las pupilas de este se contrajeron y después de un leve gruñido permitió que su semen saliera expulsado y desembocara en el cuerpo de su mujer, la cual no pudo más y se dejo vencer por otro orgasmo.

Oh, Toya... ¡te quierooo!.

Sin resistirse a gritarle al aire el nombre de su amado amante... su propia sangre.

El mayor de los Kinomoto se recostó sobre el cuerpo de la chica sin intenciones de salir de inmediato de su refugio de placer.

Con la respiración igualmente agitada como al de su hermana, pronunció suaves palabras de amor para la chica, quien en respuesta le besó al tiempo en que le repetía una y otra vez las palabras: "te amo tanto".

Al cabo de un rato, Toya salió del interior de Sakura para después acurrucarse a lado de esta; listo para descansar en la que hacia tantos años se había convertido en su cama.

Continuará...


Si ya sé que Sakura y Shaoran se quedan juntos y bla, bla, bla.

Pero Toya me gusta muchísimo, y a veces su forma de sobreproteger a Sakura y los infundados celos que siente hacia Shaoran me hicieron ver las cosas de forma muy pero MUY distinta a lo que en verdad son.

Como veran, este fic tiene años, y me decidi a publicarlo porque encontre unos cuantos fanfic con la pareja de hermanos, eso me alegra.

Totalizado el 27 de Noviembre de 2002.

La dama del Hentai: Maeda Ai.

Por razones de tiempo...

NO escribo:

1. Continuaciones de fanfictions.

2. Fanfictions a petición.

3. Crossover.

4. No presto mis Fanfictions.