Título: Razón de vida

Autor: chibineko

(Miembro de la Orden Sirusiana)

(Miembro de la Mazmorra del Snarry)

(Alumna de la casa de Hufflepuff en Media Noche en la Torre de Astronomía)

Disclaimer: Los personajes de esta historia, pertenecientes a la serie "Yu Gi Oh!", son propiedad de su respectivo autor Kazuki Takahashi.

Advertencia: Este es un fic yaoi, lo que quiere decir relación chico-chico; si no es de su agrado este tipo de lectura por favor no sigan.

Dedicatoria: Randa de mi corazón felino! esto es aún para ti con todo el amor del mundo gatuno. Espero que lo disfrutes. Extrañe tener tu saludo por mi cumple este año. Supongo que estas ocupada con la vida. Igual ¡Aqui un pequeño pero pronto capítulo para ti con mucho miaulove!

Capítulo XI: Días de presentaciones y estrenos o... una semana de pesadilla

Era lunes y una nueva semana daba inicio... una semana bastante ocupada para cierto CEO que aún alistaba todo para el estreno de la primera novela de su autoría. Mentiría si llegaba a decir que no estaba 'algo' nervioso, pero por suerte nadie le pregunto.

Eran apenas las cinco de la mañana y todo el elenco y staff de la producción estaba en el set. Seto revisó todo exhaustivamente una vez más: horarios, equipo, escenarios... hasta la comida de los descansos, antes de decidir dejar todo en manos del director y retirarse dispuesto a ver los resultados de lo que deberían ser las grabaciones para la primera mitad del capítulo que era lo que estaba programado para ese día.

En realidad el estreno se iba a dar el día viernes... si, de esa semana, un poco apurado pero si demoraba más Seto era capaz de dar marcha atrás con todo. Desnudar una parte de su alma aunque el mundo no lo supiese no era algo fácil de hacer, mucho menos para alguien tan reservado como lo era él. La idea era grabar lunes y martes... miércoles de ser necesario para ultimar detalles. Comenzar a trabajar la edición de dicho capítulo desde el martes mismo con lo que se iba avanzando de tal manera que el miércoles por la noche o a más tardar el jueves por la mañana todo estuviese listo y estrenar el viernes. Sonaba sencillo y estaba demostrando ser un infierno en la tierra, nada por que preocuparse demasiado muchas gracias. Seto Kaiba había pasado por varios escenarios infernales de todo tipo y calibre a través de su corta vida y había sobrevivido a todos, este nuevo reto no iba a ser menos... pero eso no quitaba que de todas maneras estaba al borde de la desesperación interna.

Pero todo iba a salir bien. Todo TENIA que salir bien.

Un suspiro escapó a sus labios antes de dar el visto bueno a todo y dirigirse al carro privado que lo haría dejar los Studios KC para dirigirse a su oficina en el edificio principal de la empresa. Casi no pudo evitar tirarse a si mismo dentro del asiento de la parte posterior del carro justo antes de que su chofer comenzara a manejar. No comenzaba la semana y ya se sentía exhausto... y pensar que el fin de semana lo pasó tan bien... estaba bien la tarde anterior... no estaba tan bien ese día.

Un abrazo y un beso tanto de Darla como de Joey... necesitaba un poco de eso para sobrevivir el día. Miró el reloj... unas pocas horas y se aferraría a ellos como si fuesen su tabla de salvación personal, ese fue el pensamiento del pobre hombre mientras atravesaba en carro la cuidad.

Y para el martes la cosa estaba aún más peliaguda. Seto había tenido que arreglar el día anterior no solo un contrato cuasi millonario para la construcción de una serie de negocios en varios países de Sudamérica, no solo había tenido que ver la renovación de permisos para varios de sus negocios en un par de países de Asia; sino que había tenido que lidiar con las peticiones insufribles de más de un actor y con la 'alegría' de Darla al anunciar que... Oh emoción: Dido había vuelto a casa.

- "¡Seto!"- había entrado la niña corriendo a Kaiba Corp y se había trepado a los brazos del CEO de manera casi inmediata y no había parado de rebotar emocionada entre dichos brazos ni un momento- "¡Adivina, adivina!."- había pedido la chiquilla emocionada, arrancándole una sonrisa al castaño.

- "Me rindo. ¿Paso algo bueno?."- preguntó el otro tratando de esconder todo el stress emocional que llevaba a cuestas en ese momento.

- "¡Dido está en casa!."- contestó la enana mientras Joey por fin llegaba al lado de ambos y le sonreía a Seto de manera conciliadora- "Y trajo muchos trajes nuevos para Noir y cosas para mi papi y para mi! ¡Y ha viajado un montón!... ¡Y se va a quedar por mucho tiempo!."- terminó de decir emocionada mientras Seto intentaba por todas las formas posibles de no perder su sonrisa ante las 'maravillosas' noticias.

- "Ya... veo."- respondió el hombre mientras emprendían el camino a la guardería para dejar a Darla en dicho lugar. El rubio le ofreció una mirada de disculpa cuando su hija comenzó a enumerar una por una todas las cosas 'supergenialosas' (que al parecer era una palabra inventada por Dido) que habían hecho el día anterior y Seto solo pudo asentir. Si todo eso hacía tan feliz a Darla entonces todo estaba bien.

Una vez que dejaron a Darla en la guardería (y por supuesto tras quedar el CEO con la niña de que esta se apersonaría en su oficina para sus asuntos supersecretos un par de horas después) Seto acompañó a Joey hasta el puesto que le tocaba atender esa semana y allí nuevamente el rubio se disculpó, aunque esta vez de una forma un tanto más hablada.

- "Lo siento, Darla adora a Dido como puedes ver y no para de hablar de lo que hacen una vez que empieza. Le durará un par de días como mucho."- dijo el otro con una sonrisa de disculpa encima de todo y el CEO solo pudo asentir y dejarlo pasar.

- "No hay problema."- sonrió el otro.

Aunque luego, escuchar de Dido durante casi todo el resto de la mañana y la tarde no ayudó mucho al hombre con sus nervios... y así llegó el martes con el asunto aún más peliagudo.

El martes llegó con uno de los actores menores de edad con un ligero caso de nariz constipada por un problema de alergia al polen de las flores de un parque cercano al set de grabación, con una actriz secundaria dándose aires de diva y exigiendo mil y un cosas, con dos delegaciones de contratistas de dos países diferentes exigiendo ser recibidos el mismo día a la misma hora, además de que tenía que comenzar a planear el itinerario de su próximo campeonato de Duelo de Monstruos que comenzaba hasta en tres largos meses pero cuyos detalles se exigían desde ya.

Darla ese día se la iba a pasar al lado de su rubio padre y él no estaba de buen humor. Ya había ladrado y casi mordido a un par de sus citas de negocios de esa mañana y su humor no parecía ir a mejorar. Y eran apenas... las 10:49 horas de la mañana. Faltaba mucho para el almuerzo.

El intercomunicador sonó. Kaiba suspiró impaciente, una migraña de proporciones estratosféricas amenazando con apoderarse de él.

- "Dime Alice."- Seto contestó tratando de modular su voz.

- "Señor, su cita de las 11 de la mañana ya llegó. Se que es un poco temprano, pero ¿Desea que lo haga pasar?."

Seto se masajeó el puente de la nariz. ¿Tenía una cita a las 11:00 hrs.? Argh, como fuese... mejor hacerlo pasar, acabar rápido con lo que sea y continuar con el día.

- "Por favor Alice, hazlo pasar."- fue la respuesta del jefe y aprovechó los pocos segundos que tuvo antes de que se abriese la puerta para tratar de componerse un poco.

Efectivamente la puerta se abrió y entró un hombre joven, a la mitad de sus veinte y vestido con un traje formal azul oscuro que exudaba buen gusto y confort, un maletín un poco grande para ser simplemente de negocios, unos lentes oscuros que le daban un aire un tanto rebelde y una leve sonrisa en el rostro.

- "Señor Kaiba, muchas gracias por recibirme."- comenzó el hombre con soltura y Kaiba se paró para corresponder al apretón de manos que se le ofrecía.

- "Teniendo en cuenta que tenía una cita previa, creo que no debe de agradecerme. Dígame en que lo puedo ayudar."- preguntó el hombre dándose cuenta de pronto que ni siquiera tenía idea de a quien se dirigía ni cuál era su asunto en Kaiba Corp.

- "Permítame presentarme, soy Dimitri Dominic..."- y eso fue suficiente para que Kaiba lo interrumpiese con un gruñido que no se pudo evitar en lo absoluto. Normalmente no era tan... poco educado con sus visitas (ya no por lo menos) pero no estaba de humor en absoluto.

Dimitri Dominic, el fotógrafo de la alta sociedad del mundo entero. Había fotografiado de todo y a todos, desde la realeza de casi todos los países hasta los cantantes de pop del momento durante los últimos tres años, que fue justo cuando se decidió a cambiar de rama puesto que antes era 'El fotógrafo de guerra' más aclamado de la época. Sus fotos en el campo de batalla habían sido increíblemente shockeantes y crudas, y las tomas que lograba además para reportajes sobre la vida en los barrios más peligrosos en casi todo el mundo habían sido tan realistas que la gente odiaba y amaba por igual todo aquello que la cámara de dicho hombre captaba. Una carrera absolutamente prometedora que de pronto fue cambiada en 180º cuando el sr. Dominic decidió dejar las calles y tomar por asalto las pasarelas, luego los escenarios y fiestas, palacios y todo lo que se cruzara frente a su lente para hacerse de otra carrera absolutamente prometedora.

Ahora el sr. Dominic tenía contrato exclusivo con una de las revistas de entretenimiento de mayor difusión a nivel mundial y si, dicha revista: Diamond Stars (nombre simple para tan importante revista mensual) le había solicitado meses atrás una entrevista y él había aceptado. Por supuesto en su momento no se imaginó que justo iban a acordar tener la entrevista en un día tan horriblemente estresante para él.

- "Sr. Dominic."- comenzó el CEO con voz cansada mientras este borraba la sonrisa afable y se quitaba los lentes enarcando una ceja- "Lo siento mucho. Sé que no estoy siendo un buen anfitrión y que tenía una cita previa con ustedes para este encuentro, pero en verdad... no es un buen momento."- dijo el hombre con aire cansado y un poco fastidiado.

- "Veo..."- respondió el fotógrafo con una expresión de fastidio en el rostro- "Entonces para cuando podría darse la entrevista, si no es mucha molestia saber."- inquirió el otro tratando de no sonar maleducado, aunque claro la situación no estaba saliendo como debería y su fastidio era obvio.

- "Prometo que mi gente hablará con sus superiores para concertar otra cita. Disculpe de nuevo sr. Dominic, pero no estoy en condiciones de dar ninguna entrevista en estos instantes, mucho menos de tener una sesión de fotos. Nuevamente mis disculpas."

El joven frunció los labios un poco en señal de inconformidad, pero no dijo nada más. Tras intercambiar un par de palabras más con el CEO decidió salir de la oficina puesto que nada más podía hacerse. Un rato después Seto Kaiba estaba de nuevo solo en su oficina, hundiendo el rostro cansado entre sus brazos mientras suspiraba esperando algo de tranquilidad. No se le hizo realidad ese deseo, cinco minutos después estaba recibiendo una llamada del set de grabación y no le quedaba otra que desaparecer de su oficina durante toda la mañana para atender los problemas del día... iba a tener que lidiar con dichos problemas si no quería que su vida se acabase antes que la novela. Pero un paso a la vez, primero a resolver los problemas del día y luego a aprender a hacerlo de manera más rápida.

- "Alice."- llamó a su secretaria mientras abría la puerta y la miraba cara a cara- "Cancela o pasa todo lo que tengo para la tarde... y discúlpame con Joseph y con Darla sobre el almuerzo. Estoy saliendo en este momento para los Studios KC, regreso a más tardar a las 3 de la tarde."

La mujer miró apenada a su jefe mientras asentía. Esperaba que el sr. Kaiba no sufriese de un ataque de cansancio o de nervios antes de que llegase el viernes.

Mientras tanto...

El fotógrafo de la revista Diamond Stars caminaba desganado por el estacionamiento de Kaiba Corp., pensando en lo que le diría a su jefe. Estaba seguro que efectivamente luego iba a tener la tan ansiada entrevista, sin embargo eso dejaba un espacio importante en blanco para la edición del mes que venía y no iba a ser fácil de llenar. La gente estaba esperando algo con el apellido Kaiba con K mayúscula y él ya no lo tenía. Ni siquiera una toma, ni una palabra... nada.

Fue entonces que se chocó con alguien, un joven de larga cabellera negra sujeta en una cola y vestido con jeans negros desteñidos y una chaqueta de cuero negra. Un chico fácilmente reconocible en el lugar.

- "Lo siento, no te vi."- se disculpó el adolescente y el otro desestimó con un movimiento de mano el asunto.

- "Mokuba Kaiba ¿Cierto?."

- "Sep, ese soy yo. ¿Nos conocemos?."

- "No realmente, mi nombre es Dimitri Dominic..."

- "¡El fotógrafo!... wow, me encantaron tus fotos de la última boda real europea. Estuvieron fantásticas."- lo felicitó el chico interrumpiéndolo en el proceso. Por alguna razón la gran mayoría reaccionaba igual ni bien decía su nombre.

- "Vaya, gracias. No pensé que un muchacho joven como tu se interesase en fotos como esas. Estoy agradablemente sorprendido."

- "De nada. Ey, y ¿qué te trajo a Kaiba Corp?."- preguntó con genuina curiosidad, luego recordó algo y su mirada se ilumino- "¡Cierto! mi hermano tenía una entrevista programada. ¿Ya la terminaron?."- preguntó viendo su reloj... si no se equivocaba la entrevista era para las once y apenas y eran las... ¿11:09?.

Dimitri Dominic suspiró y procedió a hacerle un pequeño recuento de la conversación al joven Kaiba, quien miró con pena al hombre.

- "Lo siento por eso. Seto ha estado de un humor medio raro estos días y bastante estresado. Pero es un hombre de palabra y definitivamente va a cumplir con su palabra y te va a dar la entrevista y la sesión de fotos."- trató de animarlo, entonces se dio cuenta- "¿Y tu reportero?."

- "No pudo venir. Yo iba a hacer ambas cosas. He entrevistado antes, así que no iba a ser ningún problema."

Entonces una mirada de esperanza cruzó por los ojos del hombre. La revista esperaba por la entrevista a alguien con el apellido Kaiba... nadie le dijo que necesariamente tenía que ser el mayor de los dos hermanos.

- "¿Y qué tal tú Mokuba?... ¿te interesaría que te entrevistara?."

Mokuba abrió los ojos entre emocionado y resignado, no era la primera vez que trataban de ponerlo de sustituto de Seto en una entrevista y aunque por lo general rechazaba dichas propuestas... bueno, era Dimitri Dominic quien le estaba proponiendo la entrevista.

Mokuba aceptó.

~.~.~.~.~.~

El miércoles pasó casi igual que el martes, con la única diferencia de que Darla se la pasó junto a Seto, cosa que ayudó al hombre a no saltar del techo del edificio ese día y el jueves llegó con Seto Kaiba casi subiéndose por las paredes desde temprano. Estratégicamente el hombre mandó a Darla a ayudar a su rubio padre de nuevo mientras él se quedaba arreglando los problemas que de pronto venían, no de uno en un sino en manada. Los muy desgraciados.

Con suerte iba a poder arreglar un poco la expresión de su rostro para verse normal durante el almuerzo. Porque ese día SI iba a comer con la familia Wheeler a como de lugar.

Ese día había comenzado con problemas con la edición final del capítulo estreno, los cuales había resuelto no sin antes seguro adelantar la aparición de canas en su cabellera. Luego de eso había tenido que ir directo al despacho de abogados de KC por culpa de una demanda que le habían hecho. Una sin pies ni cabeza y cuyo asunto fue resuelto en un tris. Pero aún así le quedo el mismo mal sabor de boca que le daban todas las condenadas demandas con las que alguna vez se había cruzado.

Fue a casi media hora del almuerzo, mientras Seto Kaiba decidía muy seriamente si tirarse o no por una ventana, que Mokuba llegó feliz como una perdiz a la oficina de su hermano. Por lo menos alguien estaba de buenas, pensó el CEO.

- "Buenos días Mokuba."- saludó el pobre hombre estresado a su hermano menor, el cual hizo un puchero de preocupación al ver a su hermano tan cansado y desganado.

- "Hola Seto, no te vi en la mañana antes de que tuvieses que salir. Ni ayer en todo el día ¿Todo bien? te ves un poco... no tan bien."

- "Si..."- dijo el otro cansado mientras se enderezaba en su asiento- "Tu en cambio te ves muy bien ¿Buenas noticias?."

- "¡Ah! Si, a que no sabes. Me encontré anteayer con el fotógrafo que te vino a ver cuando llegaba por el estacionamiento."

- "Si... el sr. Dominic. Tengo que arreglar una nueva cita con el equipo de la revista para una entrevista. No quedé muy bien el martes con eso."- dijo el hombre con aire cansado y Mokuba volvió a sentir lástima por su hermano.

- "Si bien, pues espero que lo hagas cuando estés de mejor ánimo, porque sino tu entrevista no le llegará a la mía ni a los talones."

El castaño miró interrogante a su hermano menor y este sonrió medio coquetón.

- "Hablamos un rato cuando lo conocí y me propuso ser su entrevistado."- el mayor enarcó una ceja y Mokuba sonrió imaginando cuales eran los pensamientos de su hermano- "Se lo que piensas, yo mismo lo pensé. Otra vez me querían como un pobre reemplazo tuyo... pero igual acepté, es Dimitri Dominic después de todo. Y debo decir con total satisfacción que me equivoqué."- dijo el chico muy alegre- "Jamás me sentí tan cómodo dando una entrevista Seto, en serio... primera vez que el tema de conversación soy yo y no tú o mi papel como tu sucesor en la empresa. Me muero porque salga la revista a fin de mes y mostrársela a mi nena. Las fotos que me tomó también salieron geniales aunque sea yo mismo quien lo diga."

Las cejas de Seto casi desaparecieron un momento bajo su cerquillo de lo mucho que le sorprendió escuchar aquello, pero pronto su expresión de incredulidad fue reemplazada con una sonrisa cansada pero sincera. O por lo menos fue así hasta que Mokuba volvió a abrir la boca.

- "Y hacía siglos que no me reía como cuando Dimitri se puso a imitarte mientras recordaba como lo despachaste. No creo que estés en su lista de regalos de navidad este año hermano. En serio."- el muchacho bromeó mientras miraba risueño al castaño.

Seto Kaiba decidió entonces que el bendito fotógrafo tampoco estaba en su lista de regalos navideños en todo caso. No le gustaba cuando la gente se mofaba de él aún cuando a su hermano le hiciera gracia. Estuvo a punto de contestar algo cuando el teléfono volvió a sonar... malditos problemas en manada ¡Mil y un veces malditos!. Grrr...

~.~.~.~.~.~

El día viernes llegó con Seto Kaiba hecho un mar de nervios en su interior. Por supuesto nadie lo imaginaba pero así era, y es que ¿que CEO se llenaba de nervios solo por el estreno de una mísera novela cuando había prácticamente un estreno semanal como mínimo entre novelas, series, especiales, cartoons, documentales y otros en la cadena televisiva en general?. Pero estaba nervioso y trataba de no demostrarlo. Faltaban escasas 10 horas para el estreno de 'A Hielo y Fuego' y ni todas las reuniones, tratos comerciales o proyectos nuevos podían quitar eso de su mente... tal vez el almuerzo con los Wheeler en unas pocas horas le hiciera bajar un poco tanto nervio.

El intercomunicador sonó.

- "¿Si Alice?."- respondió una vez que sintió que su voz iba a salirle lo suficientemente modulada.

- "Los representantes de el terreno para el parque temático en Australia han llegado señor."

- "Ah, si... bien. Que pasen."- fue la respuesta del CEO... ese día ya perfilaba como un día laaaargo.

Y cuando por fin llegó la hora del almuerzo y el pobre hombre tenía más nudos que estómago, se encontró con una parlanchina Darla que solo le hablaba otra vez de...

- "Y entonces Dido dijo que a Noir le quedaba mejor el vestido lila que el amarillo y se lo cambié. ¿Y sabes que Seto? tenía razón. Dido sabe mucho de modas."- le explicaba la niña una vez más las maravillas de tener a la tal Dido al lado. El CEO solo asintió con una sonrisa algo forzada puesto que no le gustaba que la mujercita esa se hubiese transformado de pronto en el centro del universo de la pequeña pelinegra. Pero ella era parte de la vida de la niña mucho antes de que él siquiera hubiese pensado en entrar en esta.

Seto suspiró recordando que Joey le había dicho que la parlanchinería sobre Dido solo duraría un par de días y ya llevaba casi una semana, pero hay que saber que batallas luchar y donde ceder terreno para no perder lo que ya tienes ganado.

- "Veo. Debe tener gran ojo para ese tipo de menesteres."

Darla asintió muy seria y Joey no pudo evitar reír ante aquello. De pronto Seto se sentía mejor, la sonrisa del rubio podía calmar cualquier temor o inquietud en su interior, así de importante se había vuelto en su vida.

- "Gracias por venir hasta aquí solo para almorzar conmigo Joseph. Significa mucho para mi."- dijo por fin el castaño mientras volvía a cerrar el envase plástico en donde el rubio le había llevado comida especialmente preparada por Nana Jin ese día para él.

- "Ni lo menciones. Más bien agradécele a los señores Anaeba por haberme dado el permiso."- sonrió el otro, aunque Darla previamente había comentado que Igor había hecho hincapié en que Joey les había hecho muchos favores últimamente y eso era lo mínimo que podían hacer para pagarle- "¿Y qué tal tu día Seto? te ves algo cansado, sin ofender. Y un poco... ¿nervioso?."- preguntó más tranquilo mientras que Darla le enseñaba una flor interesante a Noir un par de metros más adelante.

- "Si, algo... pero nada de que preocuparse, solo... cosas sin importancia."

- "¿Seguro?. Porque si tienes algún problema"

- "No, ningún problema. En absoluto."- desmereció el otro la importancia del lo que sucedía- "Si fuese así te lo diría, no tengo porque ocultar nada."- lo tranquilizó el CEO y Joey asintió por completo seguro de la palabra del otro, sintiendo un agradable calorcito al saber que confiaban en él.

- "Entonces trata de descansar un poco hoy. Te veo algo cansado, tal vez solo es eso."

- "Si... creo que si."

El momento de la despedida llegó y Seto decidió que mandaría a la pequeña familia a casa en un carro privado de la empresa. Ninguna protesta estaba permitida; por lo que solo quedaba acompañarlos al estacionamiento. Allí se permitió a si mismo darle un pequeño beso en la mano al rubio entre las sonrisitas de la niña, y luego un abrazo a esta antes de embarcarlos. Claro que sus preocupaciones regresaron cuando la niña le susurró al oído que iba a estar atenta al primer capítulo. Suspiró pesadamente mientras movía la mano en señal de despedida... ahora solo le quedaba regresar a su oficina para el siguiente asunto a tratar.

Y a paso cansado se fue a su oficina de nuevo... cinco horas más y se daría el estreno.

Y entre una reunión y el desarrollo de otro programa nuevo el tiempo se fue volando. Y antes de que se diese cuenta eran las cinco de la tarde y por lo tanto el estreno del primer capítulo de la novela. Kaiba tragó duro mientras prácticamente se sellaba a si mismo dentro de su oficina y prendía una de las pantallas de su sistema privado de vigilancia para conectarse a la televisora de KC y ver dicho estreno. La verdad había visto los castings, había visto videos de los actores rodando la novela... pero había evitado por todos los medios ver el producto final. El porque realmente ni él mismo lo sabía, o tal vez no quería saberlo. El hecho de que dicha novela fuese una reproducción de su vida y sus más profundos pensamientos y sentimientos aunque nadie más lo supiese pueda que tenga que ver con tanto nerviosismo.

Las primeras imágenes se presentaron en la pantalla y de pronto todo el mundo exterior dejó de existir. Y mientras durante la siguiente hora Hiroki Umechiza, un hombre serio de casi 40 años, CEO de una importante empresa, soltero absolutamente codiciado por gran cantidad de mujeres y un ser completamente embebido en su trabajo, volvía a reencontrarse luego de casi 15 años con Midori Akameshi, una mujer de clase media, sencilla y trabajadora, madre soltera de un adorable e inteligente niño de 9 años y único amor de toda su vida; Domino y Japón en general fueron testigos de la fuerza que requirió el hombre para no tomar a la única mujer que se permitió amar allí mismo, del difícil debate mental que tuvo consigo mismo mientras decidía que acciones tomar ante el descubrimiento de que Midori había perdido al padre de su hijo prácticamente tras embarazarse y que la vida de esta no había sido fácil en lo absoluto (y eso que no sabía más que la punta del iceberg de la historia de ella) y finalmente su firme resolución de no dejarla ir por segunda vez, así tuviese que luchar contra el mundo entero.

Si, fue la hora (sin cortes comerciales) más tensa de la vida del CEO en... bueno, mucho tiempo. Pero cuando el primer capítulo termino de pronto se sintió increíblemente aliviado. A su parecer todo había resultado como él quería, se había transmitido los sentimientos y pensamientos que él deseaba transmitir y en líneas generales estaba satisfecho aunque se sintiera de pronto un poco, bastante desnudo teniendo en cuenta que estaba seguro que más de cinco personas habían visto aquello.

No que tuviese que rendirle cuentas a nadie, él estaba pagando por completo todo y los únicos sponsors pertenecían a la corporación Kaiba.

En fin, ya eran las seis de la tarde y la vida seguía. Trabajaría otro par de horas y se iría a casa. Nada del otro mundo ¿cierto?.

~.~.~.~.~.~

Había sido un día de locos a pesar de ser sábado. La nueva novela había sido un éxito rotundo y el CEO debería de estar complacido ¡Y lo estaba! pero por alguna razón el éxito había sido arrollador, fulminante. Había obtenido un puntaje de teleaudiencia bastante respetable para el estreno en horario familiar del primer capítulo y eso lo esperaba... lo que no es esperaba era arrollar a todos los demás programas en el horario para adultos donde se daba la repetición del capítulo 'sin censura', y que de pronto todos quisieran ser sponsors de la novela. En cierto sentido agradecía que fuese sábado y que la mañana estuviese terminando porque lo estaba delegando todo para primera hora del lunes. Claro que no iba a agradecerlo tanto cuando llegase el lunes, ya podía pronosticar que iba a ser un infierno.

Lo único que Seto quería era ir al pequeño hogar de los Wheeler y abrazar a sus dos soles, pero no era tan afortunado por el momento. No podía. Tenía un almuerzo de negocios, luego una reunión con una delegación sudamericana, luego otra reunión con un grupo de inversión chino y finalmente una cena de negocios. Con suerte llegaba para ver a la familia antes de que llegase la hora de dormir de Darla. Con mucha, mucha suerte.

El intercomunicador sonó.

- "¿Si Alice?."- pregunto el CEO con cansancio a su secretaria y asistenta personal.

- "Señor Kaiba, el relacionista público la línea de vestir Jean Paul Trevier esta en la línea uno. Dice que tiene que hablar con usted de inmediato."

Kaiba suspiro. Esa era la quinta casa internacional de modas que llamaba para ofrecer su ropa para el elenco, la segunda más importante de Francia en ese momento. El castaño suspiró.

- "Esta bien Alice, pasa la llamada."- aceptó el CEO esperando por el sonido del paso de la llamada, tras lo cual contestó con un firme- "Aquí Kaiba, ¿En qué puedo ayudarle?."

Oh, si. El lunes iba a ser un infierno de día. No que ese no lo estuviese siendo ya, aunque en menor grado.

Y tal como el CEO lo anticipó, no le fue posible pisar la vereda que daba a la casa de los Wheeler hasta casi 15 minutos para las 9 de la noche de ese día. Estaba cansado y algo gruñón, pero estaba seguro que todo se le iba a pasar en cuanto pudiese compartir un abrazo y un beso con su amado rubio y otro tanto con la pequeña Darla; aún cuando la tal niñera estuviese allí para robarle espacio, se las apañaría. Nada iba a impedirle disfrutar de esos dos, tal vez ayudar a Joseph a acostar a Darla aún cuando eso significase compartir el momento con 'Dido'.

Respiró profundo luego de tocar el timbre mientras esperaba que le abriesen la puerta. Una cabeza rubia se asomó por la ventanita del segundo piso y con una sonrisa cansada pero sincera saludó con un movimiento de mano al hombre que le robaba el aliento.

- "¡Seto! En un momento te abro."- le dijo el rubio con una sonrisa y Seto comenzó a sentirse cálido y confortable. Definitivamente en casa, porque casa era donde estuviesen esos dos, aunque fuese una hoja de lechuga.

Unos pasos atolondrados se escucharon y Seto supo mucho antes que se abriese la puerta que era Darla quien le iba a dar el primer abrazo.

- "¡Seto!."- y tal como sus pensamientos se lo anticiparon pronto sus brazos estaban llenos de la niña que lo abrazaba con fervor. Seto devolvió el abrazo de la misma manera- "¡Todo el mundo habla de la novela Seto! ¡A todos les gusto!."- dijo la niña aún con voz emocionada pero más bajito puesto que era un secreto de los dos y el CEO no dudo en alzarla en brazos y plantarle un beso en la cabeza mientras entraba, cerraba la puerta con ayuda de una pierna y su espalda y se encaminaba al segundo piso despacio.

- "Lo se."- respondió Seto igualmente en voz baja mientras besaba la cabecita una vez más. Claro que lo sabía, luego de tantas llamadas ese día era imposible no saberlo.

- "Hasta a Dido le gusto mucho, dijo que el capítulo de la noche fue mucho mejor aunque fue lo mismo. Yo ya estaba dormida, no lo pude ver."- explicó la niña y Seto sonrió un poco ante aquello.

- "Me imagino."- respondió el otro pensando que por supuesto, a la tal Dido le debía de haber gustado el estreno como a todas las mujeres que vieron la novela. Si Seto escuchó algo en mayor cantidad sobre dicho estreno que las proposiciones de negocios fueron los comentarios de las mujeres acerca de lo 'sexy' que eran los hombres duros que dejaban mostrar sus emociones y un montón de X, Y, Z comentarios más acerca del tema. Tuvo que tomarle mucho de su fuerza de voluntad el no sonrojarse cada vez que escuchaba ese tipo de comentarios, puesto que lo único que se habían desnudado allí eran sus propios sentimientos desde que él mismo los plasmó en el script de su propia obra. Tal vez por eso comenzaba a arrepentirse, pero no iba a dar marcha atrás. Seto Kaiba nunca daba marcha atrás.

Casi terminaba de subir las escaleras a paso bastante lento, lo cual había sido así no solo por lo cansado que se encontraba sino también porque quería extender sus minutos con la niña que estaba a punto de irse a la cama.

- "Seto ¿quieres algo de comer?."- sonó la voz del rubio desde la derecha- "Tenemos sandwiches, té, café y también leche tibia."- dijo el otro con simpleza.

- "Estamos teniendo una pijamada."- explicó la niña en brazos mientras el CEO alzaba las cejas ya en los últimos escalones.

- "¿Una pijamada?."- preguntó el hombre y la respuesta que obtuvo no fue de la niña, sino de quien de pronto su cerebro le dijo que estaba de más.

- "Una pijamada."- respondió una voz no tan extraña después de todo y definitivamente no femenina... ¡rayos!.

Seto miró casi con la boca abierta al hombre, porque era un hombre, que le sonreía echado en el sillón, vestido con un pijama verde de franela, con short en lugar de pantalón y que con una sonrisa en la boca lo miraba mientras que sus manos vestían al peluche Noir de manera experta con un bonito pijama nuevo hecho a medida del juguete.

- "¡Mira Dido! Este es Seto Kaiba y es mi niñero."- dijo feliz la niña mientras se movía en brazos del CEO buscando su liberación y tras obtenerla fue corriendo a donde estaba el otro.

- "Aaaah... veo."- dijo el otro de manera juguetona y con una sonrisa burlona en los labios. Joey no se veía por ninguna parte, seguramente estaba en la cocina. El sujeto se paró e hizo una venia igual de burlona que toda su actitud- "Es bueno por fin conocer a mi reemplazo temporal como cuidador de Darla. Permítame presentarme de manera formal, Dimitri Dominic 'Anaeba'... aunque aquí en casa en llaman Dido, usted sabe... por mis dos nombres. El placer de recibirlo en esta casa, la casa de mi familia, es todo mío, permítame ser un buen anfitrión para usted. Dåbro påzhalåvati! (¡Bienvenido!)"

Y la sonrisa desplegada no decía exactamente eso. A Seto le tembló una ceja en absoluto fastidio... desdén... aaaargh.

- "Seto, veo que ya conociste a Dido, el nieto de los señores Anaeba. Es un buen amigo mío y de Darla y nos ha ayudado tanto, más de lo que incluso puedo recordar. Estoy seguro que se van a llevar bien."- fue el saludo del rubio una vez que entró a la salita con una bandeja llena de sandwiches y una taza de café para el CEO- "¿Te quedas? Vamos a ver una película. Hoy Darla tiene permiso de dormir un poco más tarde"

El CEO desplegó su mejor sonrisa fingida mientras asentía. Las sonrisas de los Wheeler se desplegaron cálidas. Y la burlona de Dido mientras se acercaba a Joey y tomaba un sandwich y se apoyaba con un brazo en el hombro del rubio mientras lo comía, se acrecentó.

¡Rayos!

Fin del undécimo capítulo

Notas de autor:

No voy a mentir... me he divertido como loca escribiendo este capítulo. Amo a Dido aunque sea mio... lo amo, lo amo, lo amo. Es una rata adorable y lo amo. Errr... suficiente de eso.

Espero que les haya gustado el capítulo y en verdad espero poder seguir con actualizaciones rápidas. Todo depende por supuesto de mi tiempo, pero estoy en esa. Obvio que los capítulos serán un poco más cortos si las actualizaciones son más rápidas, pero espero no haya quejas por eso.

No voy a dar avances del siguiente capítulo, solo les voy a agradecer por seguir leyendo este fic, el que lo estén haciendo aún demuestra que son una maravilla conmigo. Trataré de corresponderles.

Un beso felino para todos y nos vemos en el siguiente capítulo.

chibineko chan

(Miembro de la Orden Sirusiana)

(Alumna de la casa de Hufflepuff en Media Noche en la Torre de Astronomía)

(Miembro de la Mazmorra del Snarry)

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Campaña de NO AL PLAGIO

Digamos NO al plagio, este mensaje va dirigido al público, para que el trabajo de cada uno como autor sea tratado con el respeto que se merece. Recuerden que cada obra es como el bebé de cada uno de los que creamos dichas obras; y como tales amaremos y protegeremos esas obras dándole lo mejor de nosotros para que el resto del mundo pueda disfrutar con el resultado final. Por eso, si sabes de algún caso de plagio, denúncialo al autor del respectivo trabajo, ten por seguro que dicho autor te lo agradecerá. Gracias