Los personajes le pertenecen a JK Rowling.

A pesar de todo

Última decisión

Días después de haber decidido no confesarle sus sentimientos a Tonks se sentía mejor, aunque no estaba muy convencido de si era lo mejor para ella. Ella aún tenía la duda y a curiosidad de saber lo que le quería decir Lupin, de lo único que estaba segura era de que no la había detenido en la puerta para decir un simple "Que te vaya bien, buenas noches", era mucho más que eso.

Esa noche recibieron órdenes de Dumbledore, debían proporcionarle protección extra al colegio. Cuando Tonks la recibió se dirigió a Hogsmeade. Ya había caminado unos cuantos metros hacia el colegio cuando Lupin la alcanzó.

- Hola Tonks -. La saludó.

- Hola - dijo de manera cortante. Estaba un poco molesta con él. Luego de unos minutos de silencio incómodo, él trató de romper la tensión que había en el ambiente.

- ¿Cómo has estado? - preguntó, pero no obtuvo mayor respuesta.

- Bien - dijo otra vez cortante. Él no lo pudo evitar, así que dijo:

- ¿Sucede algo? - le preguntó, pero cuando ella lo volvió a ver con esa mirada amenazadora, supo que no había sido muy buena idea.

- ¿Eso crees? - le dijo retándolo.

- Ah, ya entendí - le contestó bajando la mirada. Definitivamente había cometido un gran error y la posibilidad de salir de esta discusión era simplemente nula. - Creí que habíamos dejado claro este asunto -. Dijo un poco más serio.

- ¿En serio? - preguntó sarcásticamente, no estaba muy convencida. Su rostro se veía más colorado.

- Tonks, ya sabes cuáles son mis razones, ¿Puedes dejar de darle vueltas al asunto? Ya nada me hará cambiar de opinión -. Dijo aún sin verla a los ojos, sabía que si la veía a los ojos, se retractaría de todo y la tomaría en sus brazos para siempre. Pero no podía dejar que eso sucediera, no era justo para ella.

- Lo siento, no descansaré hasta que comprendas que te quiero a pesar de ser mucho mayor que yo, más pobre y "peligroso" - dijo haciendo énfasis en la última palabra, pues ella creía que era la excusa más pobre de las tres.

- En serio, soy muy peligroso. No sabes el peligro que corren las personas al estar cerca de mí cuando me transformo. No reconozco a nadie, podría lastimarte o peor aún… - ya no pudo continuar, sólo la idea de lo que podría pasar lo asustaba demasiado.

- Tus amigos pudieron convivir contigo sin ningún problema, a ellos no les importaba, a mi no me importa. ¿Por qué no habría de hacerlo yo también? Encontraría la manera…-.

- No - dijo con aplomo. - No quiero que hagas sacrificios por mí. No mereces que te arruine la vida -. Ella no podía creer lo que oía. ¿Realmente él no había entendido todo? ¿No sabía que ella sufría mucho porque él no la aceptaba?

- ¿No lo entiendes? - dijo alzando la voz y poniéndose totalmente colorada, estaba muy enojada. - ¿No entiendes que estoy así por ti? ¿Qué sufro porque tú tienes unas excusas estúpidas para impedir que estemos juntos? -. Lupin ya estaba muy apenado, él sabía que todo era su culpa, pero no podía hacer nada. Todo era mejor así.

- Sé que sufres mucho por esto, pero debes entenderme, no me perdonaría si te hiciera algún daño, Tonks, yo… -. Pero alguien lo interrumpió.

- ¡Hey! ¡Espérenme! - dijo una voz por detrás de ellos. Ellos voltearon y vieron a Bill corriendo hacia ellos. - Hola - dijo sonriendo cuando logró alcanzarlos, se colocó en medio de los dos y siguieron caminando.

- Hola Bill - saludó Tonks, estaba agradecida con él por haber interrumpido su discusión.

- Me pregunto a dónde va Dumbledore, cada vez que regresa se le ve más agotado y débil -.

- No tengo idea - dijo Lupin, quien se encontraba a su izquierda. - Pero debe ser algo para derrotar por fin a Voldemort, ¿no? -.

- Me pregunto qué tan complicado debe ser para que no pueda comentárselo ni a la orden -. Dijo Bill volteando a su derecha.

- Ha de tener muy buenas razones, aunque si nos lo contara podríamos ayudarlo -. Dijo Tonks.

Siguieron caminando hasta que llegaron al castillo. Bill podía sentir la tensión entre ellos. Ella se veía muy molesta y él preocupado y pensativo.

- Voy a avisar que ya llegamos -. Dirigió su varita hacia arriba y mandó un mensaje con su patronus a Mcgonagall. Cuando llegaron a la puerta del castillo, Mcgonagall ya se encontraba esperándolos. Subieron a su despacho, se unieron al resto de profesores para organizarse y luego cada uno se dirigió a su puesto de vigilancia.

No comprendo a Remus, no logro entender por qué se niega rotundamente a estar conmigo. Si después de todo lo que hemos pasado, de todos los momentos que hemos vivido juntos. Yo sé que hay algo, estoy segura. Todas sus actitudes, sus besos, sus caricias; fueron reales, fueron del corazón. Parecía que había momentos donde él ya no podía guardar sus sentimientos. Había momentos donde él se olvidaba completamente de esas barreras que él mismo había puesto. Pero sólo con el hecho de estar con ella y tenerla cerca lo enloquecía y se dejaba llevar.

Sus miradas decían mucho, se veía claramente que él estaba completamente enamorado de ella, lo que la desconcertaba más. Entendía sus preocupaciones, pero hasta cierto punto. Era cierto que él era mucho mayor para ella, muy pobre y peligroso, pero nada que no pudiera resolverse. Él estaba exagerando las cosas. Ellos se querían y eso era lo más importante, lo único que realmente importaba. Ella sabía que no podría ser feliz con nadie más. Había pensado en olvidarse de él, en buscar a alguien más, alguien que la "mereciera", alguien de su misma edad, completamente sano y con una situación económica suficiente para mantener su actual estilo de vida. Pero no, ella estaba enamorada de Lupin. Le encantaba su amabilidad, su entrega, su moral, su espíritu juguetón, su inteligencia, su sinceridad, su lealtad. Ella podía ver en su mirada que era un hombre diferente, un hombre que sin duda la haría completamente feliz. Sabía que podía divertirse con él y a la vez podía ser una persona a quien confiarle asuntos serios. En estos últimos meses ella se había sentido querida y apreciada por él. Recordó aquella tarde que él la acompañó al callejón Diagon ya que necesitaba comprar una capa de viaje. Habían pasado toda la tarde juntos, y cuando caminaban de regreso hacia el caldero chorreante él la abrazó por detrás, lentamente. Comenzó por tomarla de la cintura, luego la rodeó con sus brazos con tanta suavidad y delicadeza, pero a la vez tan firme, que ella se sintió segura, tranquila; él la abrazó con tanta ternura que ella se derritió completamente, recostó su cabeza sobre su pecho y puso sus manos sobra las de él, acariciándolas suavemente, diciéndole: TE AMO, mientras él la abrazaba aún más, acercándose más al notar su reacción. Aquel abrazo se sintió tan bien, parecía como si no quisiera separarse de ella tan pronto. Comenzó a recordar todos esos abrazos, caricias, miradas, sonrisas hasta ese beso que le dio aquella noche mientras la acompañaba a su casa, todos tenían su magia. Esa magia que sintió en todos esos momentos, fue lo que le permitió llenarse de ilusiones y sueños, a la vez de sentirse culpable por haberse hecho ilusiones, sabía que era una muy mala idea, pero estaba segura que todos esos gestos eran reales y sinceros, él los hacía porque de verdad lo sentía.

Entonces comenzó a sentir un tormento, un tormento tan fuerte que empezó a sentir una presión en su pecho, una presión tan fuerte que sólo pudo comenzar a llorar.

Caminando de lado a lado, Lupin pensaba sobre la última conversación con Tonks. No sabía que hacer, no sabía que pensar. Lo único que sabía era que la amaba profundamente y que no iba a permitir que nadie le hiciera daño, mucho menos que él le hiciera daño. Comenzó a recordar, pasaron por su mente aquellas ocasiones que vivió con ella, en especial desde aquel primer beso hasta aquella increíble velada en Grimmauld Place. Llegaron a su mente sus ojos, su mirada, su luz; e instintivamente caminó hacia donde ella se encontraba, debía decirle que lo sentía, que él la quería mucho y que por eso sólo quería lo mejor para ella, que él sólo pensaba en su bienestar. Quería que ella comprendiera de una vez por todas que él no era la mejor opción y que debiera buscar a alguien que realmente le diera todo lo que ella necesitara. Aunque sea a cambio de su propia felicidad, de otro modo él estaría siendo egoísta. Cuando llegó al pasillo donde ella se encontraba, rápidamente lo vio y se preocupó.

- ¿Sucede algo? - estaba asustada de verlo allí.

- Si, quiero hablar contigo -. Le dijo seriamente viéndola a los ojos.

- Realmente, no creo que sea el momento oportuno -. Contestó ella un poco asombrada de la urgencia que tenía él de hablar con ella.

- Tienes toda la razón, ¿Qué te parece si hablamos mañana? ¿Te gustaría salir conmigo a tomar un café o a comer algo? -. Propuso con la esperanza que ella aceptaría.

- Mira Remus, si es para volverme a decir las mismas razones sin sentido que has tenido desde un principio, mejor ahorrémonos tiempo; ya no quiero oírlas. No sabes lo mal que me haces sentir cada vez que las escucho. Sabes que te amo, que no me importa todo con tal de estar contigo; pero ya no puedo seguir así, he llegado a mi límite y ya no puedo más -. Lupin bajó la mirada, se sentía culpable de todo este embrollo. Tonks suspiró.

- Mira, piensa bien las cosas y después dime tu decisión final, prometo respetarla. Pero por favor, no tengas detalles lindos conmigo si decides no volver a verme nunca más, mucho menos decidas cambiar de opinión -.

- Está bien, comprendo -.

- Creo que deberías regresar -. Dijo ella sin verlo a la cara.

- Si, lo se -. Dio la vuelta y desapareció justo cuando cruzó al otro corredor, y se topó con Bill.

- Remus, no pude evitar darme cuenta de la tensión que había entre tú y Tonks, ¿sucede algo? -. Preguntó mientras caminaban por un largo corredor.

- Si, pero es muy complicado -. Contestó sin ánimos, realmente no quería hablar de eso.

- Creo que ahí es donde tú te equivocas -. Contestó Bill, era tan evidente que sabía lo que ocurría entre él y Tonks. - Es algo muy simple, puesto que los dos se quieren… -. Pero fue interrumpido por Ron, Ginny y Neville quienes estaban muy alterados.

- Entraron los mortífagos al castillo -. Dijo Ron sin aliento.

- Bien, vayan a esconderse y alerten a los que puedan en el camino -. Dijo Lupin tratando de mantener la calma.

A los pocos segundos llegaron al corredor principal y divisaron a Mcgonagall, corrieron hacia ella y le contaron lo sucedido. Los tres se separaron a buscar a los demás y a los pocos minutos se encontraron con los mortífagos que se dirigían hacia la torre de Astronomía. Comenzaron a pelear, pero los mortífagos se dividieron y los persiguieron los demás. Tonks iba corriendo a la par de Lupin, persiguiendo a Greyback y Thorfinn Rowle, quien sólo lanzaba hechizos sin observar realmente a donde los dirigía, estaba causando muchos daños en el castillo. Cuando estaban llegando a la planta baja Thorfinn lanzó un avada kedavra hacia atrás, justo donde se encontraba Lupin. Tonks se dio cuenta de ello justo a tiempo para quitarlo del camino. Lo tomó del brazo y lo atrajo hacia ella, quedaron tan cerca que podían sentir la respiración del otro, quedaron así por unos cuantos segundos hasta que vieron que la maldición había alcanzado a Gibbon, quien venía persiguiéndolos. La batalla iba mal, iban perdiendo. Justo en ese instante Lupin divisó a Snape, quien se dirigía a la torre de Astronomía y lo siguió, pero la barrera que habían colocado los mortífagos hizo que saliera despedido. Luego vio como parte del techo del castillo cayó rompiendo el hechizo que habían colocado los mortífagos. Cuando es maldición se rompió, hechó a correr con los demás que aún podían e incapacitaron a varios del bando contrario. Cuando los encontraron, comenzaron a lanzar hechizos hasta que lograron capturar a varios, el resto al ver que perdían decidieron irse, de cualquier manera ya habían logrado su cometido. Al final de la batalla, cuando ya todo estaba bajo control, todos se dirigieron al vestíbulo y otros a la torre de Astronomía. Remus observó a Bill tendido en el suelo y vio sus heridas en el rostro, de inmediato supo qué había sucedido. Es tan joven, él no se merecía esto. La vida es tan injusta…Con ayuda de Ron, lo llevó hasta la enfermería. Madame Pomfey corrió asustada hacia la cama donde se encontraba el cuerpo de Bill, cuando observó sus heridas palideció y se cubrió la boca con las manos, estaba muy asombrada.

- ¿Cómo sucedió? - preguntó sin quitar la vista de Bill.

- Fue Greyback - dijo Lupin.

- Los mortífagos lograron entrar al castillo -. Dijo Ron sin quitar la vista de su hermano.

La señora Pomfrey se dirigió a preparar una poción para calmarle las heridas.

- ¿Se convertirá en hombre lobo? -. Le preguntó Ron a Lupin muy asustado.

- No creo, pero seguramente está contaminado de cierta manera -. Le contestó un poco distraído, todavía no podía creerlo. Bill es un buen hombre, de una buena familia, ¿Cómo pudo pasarle esto? Ahora ya no tendrá una vida normal, vivirá con la maldición sobre él.

- No lo curará completamente pero le ayudará -. Dijo la enfermera con un ungüento de muy mal olor en la mano y un lienzo en la otra.

- Avisaré a sus padres -. Dijo Lupin levantándose de su silla. Cuando iba a abrir la puerta alguien del otro lado la abrió. Eran Hermione, Luna y Slughorn con Neville. Estaba pálido y no se le veía la intención de moverse demasiado. Lupin los ayudó y lo acostaron en una cama libre.

- Oh, no ¿Aún hay más heridos? - preguntó la enfermera acercándose a donde se encontraba.

- No estamos seguras -. Dijo Luna con su usual voz soñadora y distraída. Por otro lado Hermione volteó a ver a Ron, quien veía a su hermano de una forma muy extraña y se sentó a la par de él. Lupin salió a avisarles a los señores Weasley. Unos momentos después apareció Tonks, un poco despeinada debido a la batalla, detrás de ella venía Lupin.

- Ya avisé a tus padres -. Dijo dirigiéndose a Ron, - supongo que ya vienen en camino -. Todos permanecieron en silencio, hasta que llegó Harry y Ginny a comunicarles la muerte de Dumbledore, comentaron sobre la batalla, lo ocurrido en Hogwarts y sobre Snape. De pronto entraron Arthur, Molly y Fleur por la puerta de la enfermería. Mcgonagall les contó lo sucedido. Molly tomó el apestoso ungüento y comenzó a aplicárselo a Bill.

- Es una pena que le haya sucedido esto, justo cuando iba a casarse -. Dijo ella sin quitarle la vista a su hijo.

- ¿Cree que Bill no se casará conmigo sólo por esto?-. Dijo Fleur exaltada, se había levantado de su silla y su rostro se encontraba muy colorado.

- No, es sólo que pensé que tú ya no querrías casarte con él -. Dijo asombrada Molly.

- ¡Haría falta mucho más! ¡No importa su aspecto, además esas cicatrices sólo demuestran lo valiente que es! -. Dijo con fiereza, le quitó el ungüento de las manos y comenzó a aplicárselo ella.

- Nuestra tía abuela Muriel tiene una diadema preciosa que te quedaría muy bonita en tu pelo -. Dijo sugiriéndole que la usara en su boda.

- Gracias, sería un placer -. Dijo Fleur y abrazó con su suegra. Todos estaban muy asombrados de lo que acababa de suceder.

- ¿Lo ves? ¡A ella no le importa! Te he dicho un millón de veces que a mi no me importa - dijo Tonks zarandeando a Lupin por la pechera. Estaba muy enojada.

- Pero el caso de él es diferente, - dijo sin verla a los ojos. - Te he dicho yo un millón de veces que soy demasiado mayor, pobre y peligroso para ti -.

- Siempre he pensado que has tomado una postura ridícula frente este asunto, Remus -. Dijo Molly.

- No es una postura ridícula, ella merece a alguien mejor, alguien joven… y sano… -. Dijo defendiéndose.

- Pero ella te quiere a ti -. Dijo Arthur con una sonrisa. - Lo demás no importa realmente -.

- No es momento para hablar de esto -. Dijo con la esperanza de cambiar el tema de la conversación, ya se sentía muy incómodo hablar sobre esto con Tonks, mucho más con todos ahí.

- A Dumbledore le hubiera agradado saber que había más amor en el mundo -. Dijo la profesora Mcgonagall de forma cortante. Justamente al terminar de mencionar estas palabras entró Hagrid por la puerta de la enfermería a informarle entre sollozos que ya había movido el cuerpo del director. Minerva anunció que habría una reunión con los jefes de las casas y Hagrid para determinar lo que debía hacerse a continuación. Harry, Mcgonagall y Hagrid salieron de allí. Luna y Hermione se dirigieron hacia Neville. Lupin se sentía muy incómodo. Por un lado se encontraba toda la familia Weasley y por el otro estaba Tonks. La vio a los ojos, intentó hablarle, pero ella sólo se dio la vuelta y se fue. Se notaba que estaba muy enojada, decepcionada y triste. En ese momento sólo un pensamiento llegó a la mente de Lupin: No quiero dejarla ir. Por lo que salió por detrás de ella. Ya no la veía cerca, no sabía si dirigirse a la izquierda o a la derecha, pero su corazón logró que se movilizara a la izquierda. No sabía cómo ni por qué lo sabía, pero ahí la vio caminar rápidamente, alejándose de todo.

- Tonks - dijo él, la había alcanzado. - ¿Puedo hablar contigo? -. Le preguntó viéndola a los ojos y acarició su rostro.

- ¿Has tomado una decisión? -. Le preguntó antes de responder. Ya no quería seguir en la misma situación de siempre.

- Si, la he tomado -. Dijo él sin quitarle la mirada.

- Está bien -. Contestó luego de pensarlo unos segundos y suspiró.

- Vamos - le dijo Lupin tomándola del brazo. Sabía lo que debía hacer. En ese mismo corredor encontró un salón vacío rápidamente y entraron. Ella estaba un poco nerviosa, creía saber lo que él iba a decir, pero estaba cansada de hacerse ilusiones, ya no quería sufrir más.

- ¿Qué sucede? - le preguntó ella preocupada, la había puesto un poco más nerviosa.

- Creo que esto tiene que acabar -, le dijo él haciendo una pequeña pausa.- Ya no aguanto más esto que me ha tenido inquieto los últimos días -. Se le acercó peligrosamente, la admiró un momento para observar bien sus rasgos, esos rasgos que habían logrado que perdiera la razón como nunca lo había experimentado, sus ojos, sus labios, sus mejillas; pero en especial el alma de esa gran mujer que tenía frente a él, a unos cuantos centímetros, no pudo aguantar más ese sentimiento que lo estaba volviendo loco y la besó. Trató de mostrarle en ese gesto lo mucho que la amaba y lo mucho que se arrepentía del dolor que le había causado desde hace ya tantos meses.

Ella no sabía que pensar. No sabía exactamente a que se refería. Este dulce beso la había dejado en las nubes, realmente no se lo esperaba.

- Remus… -. Él la interrumpió posando su dedo sobre los cálidos labios rosa de Tonks.

- No digas nada todavía, hay algo que quiero decirte -. Él la vio directamente a los ojos y solo pudo ver una cosa, ella era la mujer que amaba, la mujer de su vida. Podía imaginarse pasando el resto de su vida con ella, no quería nada más en este mundo. Se le acercó un poco más hasta quedar a unos escasos centímetros de distancia. Con su mano acarició su rostro, era tan suave y a pesar de estar tan pálida y desarreglada, la encontraba hermosa.

Ella veía en sus ojos lo que trataba de decir, sentía una gran felicidad, sabía que su sufrimiento estaba por terminar.

- Perdóname -, dijo él casi en un susurro. - Pero sólo evitaba lastimarte, simplemente no me lo permitiría, eso impidió que entendiera lo que realmente era lo mejor para los dos… Lo que trato de decirte es que te amo -.

- No sabes cuánto he esperado para oír esto -. Dijo sonriendo y lo abrazó fuertemente.

- No quiero separarme de ti, nunca -. Dijo a su oído, para sentirla un poco más cerca. Cerró los ojos y besó su frente. Se sentía mucho mejor por haber dicho todo lo que sentía desde hace varios meses. Por su parte, ella se sentía muy feliz, después de tanto tiempo de lágrimas y sufrimiento él por fin le correspondía, estaba muy enamorada.

- Creo que deberíamos regresar -. Dijo retirando los cabellos castaños de su rostro, la admiró por unos segundos y luego la besó de nuevo.

- Me alegro por Remus y Tonks -. Le dijo Arthur a Molly cuando llegaron a su casa. - Ya era hora que él dejara atrás sus problemas para dejar entrar al amor en su vida -.

- Es cierto -, le respondió ella. - ¿No te parece curioso cómo es que una persona trata de proteger a un ser querido, cuando en realidad se causa más dolor? -.

- Si, aunque no estamos seguros que esto haya pasado, es probable que el lo haya hecho por tenerle miedo al amor; eso nunca lo sabremos -.

- Estoy realmente asombrada de Fleur. Nunca creí que ella quisiera casarse con Bill luego de lo ocurrido. Creo que realmente lo ama y eso me hace muy feliz -. Dijo mientras Arthur la abrazaba.

- Al igual que Tonks, son un claro ejemplo de que el verdadero amor realmente existe, porque cuando se ama, siempre es A PESAR DE TODO -.

FIN