LO QUE TENGO YO ADENTRO
By: Aya Igarashi
Capítulo 7: Tenerte y quererte.
Aquello ya había llegado demasiado lejos.
Aquella semana que habían estado en aquella isla les había resultado encantadora "gracias" a que habían conocido a Chiaki. El que ahora el cocinero odiaba más que nada en el mundo.
¿Por qué?
Porqué les había engañado. Simple y sencillamente. Posiblemente, casi seguro, que aquellos siete largos días había estado con ellos por su único y conveniente motivo. Zoro.
Hacía ya instantes acababa de reconocerlo, simplemente se había acercado a ellos por el espadachín, simplemente les había engañado por él. Y finalmente lo arrastró. E hizo que Sanji no se lo tomara demasiado bien.
Se encontraban allá, detrás de la carpa que habían puesto en el pueblo por aquel baile, alejados de todos, en aquel rincón oscuro que a nadie se le ocurriría ir.
-¡De aquí no sales vivo, capullo!
Sanji hacía una cara clara de enojo. El rubio se abalanzó rápidamente hacia el moreno, dándole una patada muy fuerte, que él esquivó con un movimiento rápido. Con una mirada asesina, Sanji se dirigió de nuevo a Chiaki, que esquivó este golpe de más puro miraglo.
-Que malo eres…-le picó el chiringuitero. (N/A: x3)
-Te juro que te mato-dijo ya con muchísima furia encima, quizás demasiada.
-No eres capaz ni de tocarme.
-¿Qué no?
-No tienes suficiente fuerza.
Durante unos pocos segundos todo quedó en completo silencio.
Sin contestar al moreno y dejándose llevar por su rabia, el cocinero puso una mano en el suelo como apoyo y levantó con fuerza su pie derecho, haciendo que quedara en el suelo cogido por una mano y que con su pie diese una fuerte patada al brazo de Chiaki, produciéndole un desagradable 'creck', que hizo gritar al chiringuitero (N/A: x3! Es más fuerte que yo, no puedo evitarlo xD).
-Bah, na-nada más q-que suerte…-dijo entre gemidos de dolor Chiaki, que estaba de rodillas al suelo, tocándose el brazo herido con una mueca en la cara.
-¡Ja! De eso se le llama talento.
El peliverde miraba la escena tranquilo, casi aburrido, sin embargo con una sonrisa en la cara. ¿Por qué? Por el simple hecho que él confiaba en Sanji, con aquellas patadas no se le resistía nadie, y menos el puto chiringuitero ese.
Chiaki levantó del suelo aún agarrándose con fuerza el brazo roto, hizo una sonrisa algo sádica y, de repente, empezó a correr hacia donde se encontraba Sanji, a unos diez metros de él (había comido bastante suelo después de la patada de Sanji), quien le pilló desprevenido y no pude evitar el, aparentemente, muy fuerte puñetazo que el moreno le acababa de dar en media cara, haciendo que el rubio sangrara levemente por la nariz.
Sanji secó un poco con el canto de su manga la sangre que le caía por la nariz, limpiándose un poco, mientras maldecía al moreno por dentro. Hizo una mirada fugaz al espadachín que tenía detrás, y vio que este sonreía levemente. ¿Acaso se reía de su patosería? No, seguro que no. Je, fijo que confiaba en que ganaría la lucha. Por una vez, decidió no defraudarle.
Tras un suspiro de cansancio del rubio, este volvió al ataque, esta vez con un poco más de energía. NO pensaba perder con este tío. Diez minutos pasaron rápido entre puñetazos y patadas por parte de los dos chicos, que eran observados por un tercero que miraba la escena con cierta paciencia. Sin embargo, aquella sonrisa de su cara aun no había desaparecido ni un instante en toda la lucha.
Chiaki cada vez le costaba más moverse, pues su brazo roto le dolía sobremanera por los golpes que además Sanji le daba cada vez que se le presentaba oportunidad. El rubio, por su parte, la sangre de su nariz había dejado ya de salir, y tenía mejor aspecto que el moreno, aún así, tanto uno como otro, estaban del todo agotados. Tenía que reconocerse que los dos luchaban bien, pero alguien tenía que salir ganando, y nadie tenía la menor intención de rendirse.
En otro intento de ataque, Chiaki hizo un movimiento rápido con las fuerzas que le quedaban y dio un fuerte puñetazo en el estómago de Sanji, que cayó al suelo, respirando con bastante dificultad por el impacto. El moreno aprovechó la ocasión para echarse encima del rubio e hincharlo a puñetazos, uno tras otro, en el estómago, haciendo que a Sanji le costara cada vez más y más esfuerzo para aguantar aquello y para respirar.
Finalmente Sanji no pudo aguantar más y se desmayó. Chiaki, con una sonrisa triunfante, miró a Zoro, quien había observado la escena todo el rato con una cara entre aburrimiento, preocupación y rencor, con aquella misteriosa sonrisa torcida. Pero en ningún momento se había puesto en medio de la lucha, sabía que a Sanji no le gustaría que él creyera que no tenía suficiente fuerza para ganar a aquel chico…
Zoro, al captar la mirada del moreno no pudo evitar estremecerse un poco y deshacer la pequeña sonrisa que había llevado puesta durante toda la lucha. No le gustaba como miraba ese tío. Chiaki se levantó de encima de Sanji y se acercó lentamente hacia donde estaba Zoro, haciendo pequeñas risitas al más puro estilo de loco.
-Gané yo, Zoro…-le dijo, cuando estaba apenas a unos dos metros de él.
-Tse, no te lo creas…-contestó él, aunque no estaba nada convencido.
-Mmh, este no despertará como mínimo en media hora, y en este tiempo se pueden hacer muchas cosas…
Estaba ya a pocos centímetros un cuerpo del otro cuando se oyó un 'crack'. Chiaki se quedó unos instantes sin decir nada ni hacer el mínimo movimiento cuando cayó al suelo para un lado, como un peso muerto. El peliverde se sorprendió en aquel acto y levantó la cabeza del cuerpo del moreno hacia donde había estado instantes antes, totalmente confuso y un poco descolocado.
Sanji se estaba tocando el estómago con una mano y una mueca en la cara, mientras que con la otra se podía identificar lo que antes debía ser una botella entera, ahora partida por la mitad a causa del posible golpe en la cabeza que le había dado a Chiaki.
-Joder, que tío más insistente-musitó Sanji, dejándose caer al suelo de piernas cruzadas, sin duda alguna, agotado, pero como si no hubiera pasado nada, mirando con toda tranquilidad al chico que tenía delante.
-Em…Sanji..-empezó a decirle Zoro, con los ojos considerablemente abiertos por la tranquilidad del rubio-esto…
-¿Mmh?
-Gracias.
"Atada a este sentimiento
con tristeza voy
tratando de hacerte
comprender porqué,
tu ausencia es cruel."
El rubio quedó unos instantes callado por la palabra que acababa de escuchar de la boca del espadachín. ¿Zoro dando las gracias? Supongo que después de todo es normal, el peliverde también era humano… (N/A: ojo, después de todo xD).
-¿Gracias por qué?
-¿Cómo que por qué?
-¿Por qué me das las gracias?
-No te hagas el despistado-dijo Zoro algo sonrojado, desviando la mirada porqué no se notase el tono carmesí que tenía ahora en las mejillas- cuando viniste Chiaki no me estaba invitando a café, precisamente…
-Que maleducado…-dijo con una sonrisita burlona.
-¡No te rías!
-Vale, vale, me pongo serio.-dijo él, frunciendo un poco el ceño- ¿Cómo querías que no te ayudara?
"Y yo...
aquí estoy
rendida a tus pies
y se que no hay nada que perder
pensando en ti
hasta que no me dejes ir."
-…-
-Además, te ayudé por dos simples motivos.
-¿Dos?
-Uno: vi como ibas con Chiaki hacia detrás de este cubierto y me picó la curiosidad-dijo él, alzando su mirada al cielo oscuro…ahora que lo pensaban, no tenían ni idea de que hora era, ni de cuanto tiempo había pasado…además de que tampoco les importaba-en cierta manera estaba preocupado.
-Si, claro, en cierta manera-reprochó Zoro mirando un poco de reojo al rubio (N/A: que malo es Sanji xD).
-Ay, lo siento-contestó él- y la segunda…bueno, al verte besándote con Chiaki-Zoro desvió la mirada. No le gustaba ahora recordar lo que ni una hora antes había pasado-me entró mucha rabia…
-¿Rabia de qué?-preguntó Zoro. Sabía perfectamente el porqué de la rabia de Sanji, pero…¿por qué no hacerle sufrir un poco?
-Porqué te quiero.
"Quiero tenerte, quererte
contigo quiero estar,
amar sin parar.
Quererte, tenerte
no quiero vivir sin tu amor jamás."
Tras pensar las palabras que acababa de decir, Sanji quedó en silencio, sintiendo que un calor extraño llegaba a su cara con una rapidez absoluta. Se acababa de confesar a Zoro. Bueno, eso más o menos ya lo había hecho, y él sabía que el peliverde ya tenía claro lo que el rubio sentía hacia él, y también lo sabía, así que en un principio no debía importarle ya decirlo en voz alta en su presencia. Pero decir aquellas palabras de su propia boca y con su propia voz le hacía sonrojar y sentir la mayor vergüenza de su vida… Parecía un niño pequeño…
"Pues nada es tan fuerte
como tenerte
amarte y ya nunca más…
perderte."
En la cabeza del espadachín pasaba algo similar al problema del rubio. Él sabía perfectamente lo que Sanji sentía por él, pero…¿por qué para el peliverde era diferente oírlo de la boca del rubio? Definitivamente, era algo distinto. Le sonaba…mejor… recordaba el momento en que, no mucho tiempo antes, Nami le había dicho lo que el cocinero sentía por él, quien a primer momento no le creyó… Sanji, por su parte, le había confirmado, pero aun así no le dijo ningún "te quiero". En cierta manera le hacía ilusión.
"Atada a este sentimiento
Con tristeza voy
Tratando de hacerte
Comprender porqué
Tu ausencia es cruel."
Pasaron minutos en silencio, pensando en las palabras que acababan de oír sus orejas. Cierto que habían tenido muchos problemas, y que probablemente, tendría más. Pero ahora era como si esas complicaciones no hubieran pasado nunca. Bien pensado…¿Qué importaban ahora? Sanji había dejado caer la botella rota en el suelo, y acto seguido se había sentado en él, pues el agotamiento lo superaba. Estaban muy cerca el uno del otro.
"Y yo…
aquí estoy
rendida a tus pies
y se que no hay nada que perder
pensando en ti
hasta que no me dejes ir."
Sus miradas estaban fijas la una en la otra, observando cada detalle de los ojos del otro. Estudiando cada milímetro cuadrado de la vista del chico ajeno, sin perderse menor detalle. Aquellas pequeñas bolas cristalinas decían demasiadas cosas para dejar de mirarlas. Entre ellos se entendía, no necesitaban palabras, con una mirada les bastaba para decirse todas las cosas que en tiempo no habían dicho. Arrepintiéndose de todo lo que deberían haber hecho y no hicieron. De todo lo que deberían haber dicho y no lo dijeron. Por todos los errores que habían cometido sin disculpa.
"Quiero tenerte, quererte
contigo quiero estar
amar sin parar.
Quererte, tenerte
no quiero vivir sin tu amor jamás."
¿Cuanto tiempo creen que pasaron en silencio? Ni a Zoro ni a Sanji les importaba ahora aquello, estaban demasiado bien así. Simplemente mirándose les pasó el tiempo. El ruido de fondo que hacía aquella fiesta iba disminuyendo de volumen, haciendo que la gente que se veía a lo lejos empezara a marcharse ya de aquel sitio. Pero no les importaba.
-Mmh…
Los chicos giraron la cabeza. El rostro del desmayado Chiaki tenía dibujada en la cara una mueca de dolor, y este se movió un poco en el suelo, agarrando su brazo herido, que tenía un muy desagradable ángulo extraño en la extremidad. Si no querían problemas, sería mejor largarse de allí.
"Pues nada es tan fuerte
como quererte
amarte y ya nunca más…
Perderte."
Zoro se puso de pie algo molesto por la interrupción, seguido por un Sanji, que se levantó también con alguna dificultad. Definitivamente, estaba agotado.
Empezaron a caminar.
Había un completo silencio entre los dos hombres. Zoro iba un metro por delante de Sanji, mirando adelante con la mirada perdida, sumido en sus pensamientos. Demasiados pensamientos le habían provocado aquellas dos palabras para ahora quedarse normal… Por otro lado, el rubio iba detrás del peliverde, con la cabeza agachada. Al fin le había dicho aquel 'te quiero' que negó durante tanto tiempo con sus propias palabras.
En cierta manera se sentía aliviado.
"Respirar y sentir
cada vez que pienso en ti
el amor y el dolor
que creció en mi corazón."
Sanji inspiró profundamente y fijó su mirada al cielo estrellado que tenía encima. La verdad, había pasado mucho tiempo queriendo soltarle al espadachín aquellas dos y minucias palabras que era un simple "te quiero". Pero quererlo y hacerlo es algo completamente distinto. En cierta manera, sus sentimientos eran como aquellos suculentos platos que él mismo preparaba. ¿Que qué? Visto en ojos del cocinero, siempre había considerado a Zoro como una especie de plato muy caro y preciado que creía que nunca llegaría a cocinar.
"Y crecí, comprendí
que difícil es vivir
sin tu amor, ese amor
que me llena de ilusión."
Sí, un plato que crees que nunca llegarás a tener, y, cuando por fin lo consigues, no te atreves a comértelo. ¿Por qué? Pues porqué crees que, si te lo comes, nunca más volverás a probarlo. Que cuando por fin te atreves a probarlo, no quieres que nunca se acabe.
Eso más o menos le pasaba a sus sentimientos.
Siendo sinceros, casi desde el principio había empezado a querer a Zoro. Siempre lo vio como alguien inalcanzable para él, el típico 'tío machote' que no reconocería la verdad ni aunque la tuviera delante de las narices pidiéndole a gritos ser reconocida. De alguna manera, tenía miedo a acercarse a él y perder incluso las únicas palabras que se pronunciaban entre ellos aunque no fueran nada más que simples insultos. Pero, al fin y al cabo, palabras.
Recordaba que cuando era pequeño lo veía todo absolutamente a su alcance, que para él todo era fácil de conseguir. Así fue hasta que pasó aquello en la isla, tantos días sin comer. Dicen que de pequeño todo tiene que tener un final feliz, si no, no vale. Pero al igual que eso, también dicen que con la primera decepción empiezas a crecer, hasta entonces, no hay madurar que valga. A medida que fue creciendo, había vivido miles de decepciones, una quizás mayor que la otra, todas similares entre sí, pero ninguna idéntica a la otra. Y la del espadachín fue una.
"Aquí estoy
rendida a tus pies
y se que no hay nada que perder
pensando en ti
hasta que no me dejes ir."
Sonrió. Aquel empiece de decepción se había convertido en una realidad.
Una bonita realidad…
Volvió a bajar su mirada, esta vez hacia donde se dirigían. La fiesta había terminado ya, la música había cesado y ya casi no quedaba gente. Tal vez sus compañeros estuvieran ya en el hotel, durmiendo, pensando tal vez que ellos ya habían regresado, o, tal vez, se habían olvidado de ellos, rendidos por el sueño.
Aquel silencio empezaba a hacérsele incómodo. Si no había nadie…¿por qué no hablar un poco?
"Quiero tenerte, quererte
contigo quiero estar,
amar sin parar.
Quererte, tenerte
no quiero vivir sin tu amor jamás."
-Zoro…- la voz de Sanji sonó un poco ronca a causa del rato que estuvo sin hablar.
-¿Mmh?-el peliverde se giró, mirando con curiosidad al rubio.
Sin decir palabra alguna y tomando por sorpresa al espadachín, con un paso rápido se abalanzó encima el peliverde, poniendo sus brazos por encima de los hombros de Zoro, pasando sus manos por encima el cuello y escondiendo su cabeza en el pecho de este.
Casi sin darse cuenta, el peliverde correspondió el abrazo, hundiendo él también la cabeza en el hombro del rubio. En su cabeza solo tenía una cosa. Un pensamiento que hacía tiempo que le hubiera gustado haber dicho y que no se veía capaz, y, una vez que se vio, le interrumpieron. Pero ahora no había nadie. Y no pensaba dejar pasar la oportunidad.
-Te amo…
"Pues nada es tan fuerte
Como tenerte,
Amarte y ya nunca mas…
Perderte…"
Al fin. Al fin consiguió decir unas dos cortas palabras que significaban tanto para ambas personas. Zoro retiro la cabeza del hombro del rubio. Con una de sus manos levantó lentamente el rostro de Sanji, escondido por su flequillo bajo la luz de la luna. Se sorprendió al ver que unas tenues lágrimas bajaban por las mejillas del cocinero. Estaba seguro que no eran de tristeza.
Como en acto reflejo, Zoro atrajo el rostro de Sanji hacia sí. Miró a los ojos del rubio con detenimiento, y lentamente se dirigieron hacia sus labios.
Se veían apetitosos.
Sanji supo lo que Zoro quería. Y no iba a ser menos de lo que él esperaba. Sus labios estaban apenas a un centímetro entre ellos. Con los brazos que aun tenía en la nuca del peliverde, acabó de acortar esta distancia hasta que los tiernos labios de uno y de otro se rozaron.
Nada que ver con el primer beso.
Sanji cerró lentamente los ojos mientras que Zoro los mantenía unos milímetros abiertos. No quería perderse el rostro de su rubio. Poco a poco, el beso se fue profundizando. Lentamente, no tenían ninguna prisa. Con ansias de más, Sanji lamió levemente los labios de Zoro, que los abrió, dejando entrada libre a la lengua del rubio.
Y así estuvieron…
Besándose…
Amándose…
No importaba el tiempo que estuvieran así. Ahora nada importaba. Solo ellos.
El espadachín peliverde abrió levemente los ojos a medio beso, observando la cara de su Sanji. Ah… ¿Cuánto tiempo había deseado aquello? Mucho… ¿Cuánto tiempo había deseado probar sus labios? Demasiado… Realmente, sin ninguna duda, amaba a Sanji. Nunca, NUNCA, había estado tan seguro de una cosa como la de ahora. No sabía ni que era ni porqué, pero algo le decía que aquello llegaría lejos.
Y eso esperaba.
Pensamientos por parte del espadachín llegaron a su mente con parsimonia. En aquella situación le costaba pensar…
"No se me ocurre nada… Nada para mi es suficiente para decir…"
Lo que tengo yo adentro…"
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.FIN.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
¡Hola! Sí, chicos/chicas, aquí terminó mi fic… Me hacía mucha ilu terminar con esta frase xD… la verdad, me da pena terminarlo, pero creo que este fanfic me ayudó mucho en mi 'experiencia' y creo que gracias a él he mejorado mucho mi forma de escribir… Quiero darle las gracias a dos personas especialmente, una es Izumi, que, en principio este fic se lo dediqué a ella, porque fue la misma quien me enganchó esta pareja… y por otra parte a mi queridísima Eli, que me ha dado muchísimo soporte en estos últimos capítulos, me ha aconsejado, me ha corregido ortografía y que me ha machacado para que lo continúe aunque me daba mucho palo… el 60 por ciento de este fic se lo debo a ellas dos, así que quiero darles las gracias a ambas y espero que siempre seamos amigas… ays, si, me da mucha pena eso de terminar el fanfic… bueno, espero que me digan que les pareció¿vale? Pero tranquilos, que tengo otro proyecto de fic largo yaoi para hacer! Por cierto...¿creeis que ha habido muy poco diálogo en el capi?.¡Opinad!
Besos,
ºº(( Aya ))ºº
Love Shikamaru
