Hola! He pensado hacer un fanfic (en un principio de unos 5 o 6 capis, si no se alarga (o se acorta xD)) pero bueno, lo importante es que...

TE DEDICO ESTE FANFIC IZUMI! porque se que te encanta esa pareja y porque te quiero muchissimo amiga! y espero que disfrutes mucho leyendolo :P y espero que sea de tu agrado U aunque de la forma como escribo, lo dudo xD bueno a leer eeeh? xD


LO QUE TENGO YO ADENTRO

De: Aya D. Igarashi

Capítulo 1: Celos

-¡Déjame en paz imbecil!

Que el cocinero y el espadachín pelearan diariamente era la cosa más normal del mundo en el alma de Ferry, pero es que últimamente se estaban pasando de verdad. Antes aún hablaban con un mínimo respeto al uno al otro, aunque solo fuera para desafiarse, pero es que ahora solo hablaban para insultarse, y era algo verdaderamente pesado para la tripulación.

Era ya bastante tarde cuando Luffy, Nami, Usopp y Chopper se decidieron a intentar hablar y a intentar, "solo por curiosidad", lo que pasaba con los dos chicos.

-Últimamente están rebeldes- dijo el capitán despreocupadamente mientras soltaba una pequeña carcajada-.

-Luffy eso no es broma- la pelirroja, mucho mas seria que de costumbre, parecía… ¿preocupada?- me he fijado que es Sanji quien empieza siempre la pelea, pero lo que no me cuadra es que…

-Ya les pasará- dijo Usopp, sin hacer caso de lo que la pelirroja decía-.

-¡Cállate y no me cortes!- la verdad, Nami se estaba cabreando mucho, detestaba que no le hicieran caso cuando hablaba, y en aquel barco, parecía lo mas normal del mudo pasar de la chica en los momentos mas importantes- lo que no me cuadra es…

-Lo que no te cuadra es la manera como el cocinero mira al espadachín cuando él no se fija¿me equivoco?

Los presentes en la habitación se giraron, y vieron que la que dijo aquella gran verdad era Robin, que acababa de entrar en la cocina, y por lo visto, se había esperado tras la puerta escuchando la conversación el rato suficiente como para entrar en el momento que más atención requería.

-Gracias por terminar por mi, Robin- dijo la otra chica algo decevida- ¿tú también te diste cuenta?

-¿Y Sanji como mira a Zoro?- preguntó confuso el inocente renito-.

Nami pareció que se le ocurriera la genial idea, y sin contestar a la pregunta que Chopper le hacía, salió a cubierta donde Zoro y Sanji seguían con su discusión. Nami, pensando que su plan sería todo un éxito, fue hacia el espadachín y lo cogió amorosamente del brazo.

-Zoro, cariño- dijo arropándose a él y mirándolo con cara de perrito abandonado- últimamente te pasas el día discutiendo con Sanji y yo te hecho tanto de menos, amor…- para ser ella, tenia una voz de niña buena increíble-.

Aquella vez, Nami consiguió con gran éxito lo que quería. Sanji parecía entre disgustado y enfadado, miró a la pelirroja y luego a su compañero de discusión y dio media vuelta, bastante enfadado, se dirigió a su camarote y se encerró en él.

-¡.¿Se puede saber que haces, atontada?.!- le gritó el peliverde a la chica mientras, con un empujón, se deshacía de ese mini abrazo-.

Nami no ofreció la más mínima resistencia al desabrazo del chico, más bien tras ese acto miró a Zoro con estrellitas en los ojos y con una enorme sonrisa.

-Supongo que debiste darte cuenta¿no?- pero al ver que el chico le miraba con cara interrogativa dijo- supongo que un día ya te lo dirá, de mientras reflexiona¿vale?- "si no, ya me encargaré" pensó con un poco de malicia.

Dio la vuelta y se dirigió de nuevo al comedor a contarle a la morena lo que había medio "averiguado" con su plan.

-xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx-

Sanji estaba en su camarote, se había tomado fatal lo que acababa de pasar en cubierta¿Zoro y Nami eran…? Nah… ¡Imposible!... ¿o no? Bueno, lo que estaba claro era que algún día se vengaría de ella… Él tenía muy claro que NADA ni NADIE que no fuera él mismo tocaría su mayor tesoro.

Pues sí, avía que reconocerlo, hacía ya tiempo que estaba coladito hasta los huesos de aquel maldito friki de las espadas, aunque le costó lo suyo reconocer aquello, pues del primer momento que se vieron ya estaban discutiendo y ahora pensar que lo amaba… y su espadachín que seguramente estaba con Nami…

Sanji el único motivo por discutir con su Zoro era el simple hecho de poder hablar con él aunque fuera solo para discutir, pues es que si no ni podría escuchar si voz… era un motivo bastante patético, pero ya dicen que el amor enloquece a la gente...

El cocinero, porque no reconocerlo, se había quedado en una especie de estado de «shock»… pero¿Por qué tenía que estar todo el santísimo día pensando en el maldito espadachín? Después de todo, los sentimientos son incontrolables, el corazón no obedece siempre lo que le dices.

"Tiene huebos la cosa…" pensó. Había intentado mas de una vez olvidar al chico, pero sin ningún éxito.

Bueno, ahora lo último que quería (y necesitaba) era deprimirse por culpa de un tío, así que pensó que tal vez un poco de lectura le ayudaría a desconectar, poco o mucho, de la realidad.

El rubio se levantó y se fue a una estantería bastante grande que tenía en la habitación, repleta de libros, (la mayoría de cocina, que se creen, Sanji también tiene dudas), pero aquella vez optó por uno de poesía y de letras de canciones, pues ahora no estaba de humor para repasar por centésima vez como se prepara una paella con pulpo y salsa de romesco picante.

Abrió el libro por la página 87, y instintivamente sus ojos empezaron a leer lo primero que sus ojos encontraban en su camino.

No quiero llorar por ti,

hace rato te perdí

y cuando cierro mis ojos

siempre amor estas aquí.

El chico empezó a notar que aquella canción no era la ideal para su situación, pero bueno, continuó leyendo, con la curiosidad de que pensaría el chico de la canción ya que "no tenía a ella a su lado".

Cada lugar que recorro

tiene contigo que ver

a cada paso hay testigos

de ese amor que se nos fue…

Sanji paró de leer de nuevo. La canción esa, definitivamente, en vez de desconectar, aun les había conectado mas a sus pensamientos y en su cabeza se imaginó una pequeña escena, él y Zoro, solos… nada mas que deseos, supongo.

Dije adiós, fue el final

nada quedó entre los dos

solo el sol,

nuestro sol,

y el dolor, y este adiós,

y te vas, y me voy,

y nadie dijo "perdón"

lloras tú, lloro yo,

nuestro sol, se apagó.

"Mierda canción" pensó. Cerró con fuerza el libro. ¡GENIAL, era la canción mas indicada para él, para acabar de deprimirlo al 100 y que hiciera que le entraran ganas de llorar solo con pensar con el espadachín.

Pensándolo, era patético; ¿Cómo podía haberse enamorado como un estúpido? Además, de un chico, y para acabar de rematar, un compañero de viaje con el que normalmente no pasaba un día sin discutirse o pelearse por cualquier tontería.

¿Cuánto tiempo debería haber pasado des de que se fue a su camarote? Cuando Nami salió y cogió a su Zoro, ya debía ser más o menos la hora de cenar, y ya debía llevar más o menos dos horas solo en la habitación, era raro que su capitán no lo hubiera ido a molestar… aún.

-¡.¡Sanji!.!- una voz se oyó de detrás de la puerta, tras unos golpes más fuertes de lo que tenían que ser- ¡Quiero cenar!

Mierda… ahora estaba él para cocinar. ¿Por qué debía haber pensado la palabra "aún"? Realismo, por favor, hoy no era su mayor día de la suerte, des de luego… En aquel momento deseaba que su capitán le diera una excusa, aunque fuera mínima, para no tener que salir.

-Claro que si tienes algún problema con Zoro… ¡Ja, ja, ja!- soltó una enorme carcajada y Sanji le dio las gracias en silencio-.

-Mira criajo, no consiento que nadie me tome el pelo- dijo con una furia en la voz de lo más fingida, cosa que el sombrero de paja no notó- ¡Ahora no te cocino, pelmazo!

-¡Sanji!.¡Era broma!- gritó des de fuera, moviendo las manos exasperado- ¡Haznos algo de comer!

-¡.¡.¡He dicho que te calles, IMBECIL!.!.!- dijo ya un muy enojado Sanji¿Cómo se podía tener un capitán tan plasta?-.

No obtuvo respuesta. Supuso que el moreno había llegado a la conclusión que Sanji hoy NO cocinaría. El capitán, rendido, hizo una pequeña ecuación en su mente, que le arreglaría las cosas.

Tengo hambre + Sanji deprimido + Enfado del cocinero NO hay comida.

-¿Por qué a mi…?- dijo para el mismo, con una cara de drama exagerada, pero dejó correr lo de la cocina, si no, puede que Sanji le diera algo mas que unos gritos de furia.

-xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx-

A la mañana siguiente, (por extraño que pareciera), fue Zoro el primero en levantarse, y empezó con su entrenamiento diario, aunque este mas lento de lo que era habitual, pues no podía parar de pensar en las palabras que nami había dicho cuando su Sanji se había ido… "Supongo que debiste darte cuenta¿no?". ¿Qué quería decir con eso? La verdad, pensar no era su punto fuerte… "supongo que un día ya te lo dirá"... ¿decirme el que? Nami ya podría haber dicho las cosas mas claras¿no?

Zoro oyó un ruido detrás suyo que le izo volver a la realidad. Se giró. Era Nami, al parecer suponía que el peliverde estaría en cubierta entrenando, porque al ir hacia él lo hizo con decisión y le dijo:

-Supongo que has pensado en lo que te dije.

-"Esta tía es bruja"- pensó él –pues si.

-¿Y llegaste a una conclusión?

-No- dijo, confuso total-.

Nami lo miró con cara algo sorprendida, sabía que Zoro era algo corto, pero hasta este punto… bueno, tan solo habían pasado unas horas des del "incidente" con el cocinero¿no había tenido tiempo suficiente? Bueno, le dejaría mas tiempo para reflexionar, si no ocurría nada, tenía que intervenir ella.

-Tú piensa en que no es lo que te crees.

Se giró y volvió a entrar al barco, dejando a Zoro de nuevo con la duda.


Hola de nuevo! Les gustó el fanfic? espero que si, puede que mas adelante aya lemon, pero seguramente no porque no me veo muy "preparada" :P porfa dejen reviews, les estaría super agradecida

adios!

besos!

Aya!